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SEPTIEMBRE DE 2015
EDICIÓN
NÚMERO 7
DIRECCIÓN
UN PLAN PARA LA ACCIÓN
GENERAL ARAM AHARONIAN Y CARLOS ALBERTO VILLALBA
TARJETA DE CRÉDITO POPULAR
THEOTONIO DOS SANTOS
Los Movimientos Populares diseñan propuestas que incluyen a los sectores informales, con institucionalización de la Economía Popular y los trabajadores como eje del desarrollo.
Propuesta del Centro de Investigaciones Socio-Económicas de Buenos Aires (Cisba), para fortalecer la inclusión de los beneficiarios de planes sociales y eludir tasas usurarias.
Entrevista exclusiva a uno de los principales teóricos de la dependencia y el imperialismo, acerca de las distintas etapas de dominación en el continente y de las estructuras económicas internas.
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AGOSTINA RIGONI
l primer Foro para la Autogestión Obrera constituyó un escenario propicio para que representantes de empresas recuperadas y otros actores de la producción, junto a organizaciones sociales y funcionarios provinciales, participaran del “debate hacia un Ministerio de la Economía Popular que dé respuesta a las demandas del sector”. Durante el encuentro se discutió sobre la “creación del Ministerio de Economía Popular” y “la década ganada, los derechos que obtuvieron los movimientos populares con el proyecto nacional y popular” iniciado con Néstor Kirchner y continuado por Cristina Kirchner. Contribuyeron a que el debate fuera plural y constructivo el subsecretario de Acción Cooperativa de la Secretaría de Participación Ciudadana bonaerense, Antonio Suárez; Sebastián Aragón, coordinador del Área de Empresas Recuperadas de la Subsecretaría y responsable de la rama específica en la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP); y el diputado provincial del Frente para la Victoria Gustavo Di Marzio. Otro de los paneles contó con la participación de Leandro Ciriaco, de la Juventud Sindical; Hugo Fuscek, presidente de la Unión Productiva de Empresas Autogestionadas; y Eduardo Murúa, presidente del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas. La presidenta de la cooperativa El Adoquín, integrante de la Mesa Nacional de la CTEP, Gabriela Olguín, destacó la importancia del reconocimiento del sector e insistió en la “necesidad” de la creación de un Ministerio de Economía Popular. Reconoció que “la figura del papa Francisco” fue de peso para darle visibilidad al tema. También aseguró que “gracias a esta década ganada, obtuvimos un saldo organizativo. Ahora los trabajadores de la economía popular no tenemos sólo que pensar en los derechos universales, sino que pudimos pensar en nuestros propios derechos. Nos paramos sobre nosotros mismos, elevamos la frente, nos reconocimos como trabajadores, tenemos autoestima y reclamamos derechos; por eso es im-
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EL DEBATE LLEGÓ A LA UNIVERSIDAD
“El Estado debe transitar un camino hacia el desarrollo y la profundización de las reformas logradas en la última década.” portante profundizar este proyecto popular”, enfatizó Olguín. Los participantes apuntaron contra el “neoliberalismo como principal responsable de la falta de trabajo formal” y recordaron “los despidos en masa que causó el cierre de fábricas, como consecuencia de las importaciones liberadas” y señalaron que “la competencia creciente hizo que el mercado nacional perdiera competitividad”. El diputado Di Marzio remarcó el papel del “imperialismo” y su intención de imponer su Tratado de Libre Comercio, para hegemonizar la región “en función del saqueo de
los recursos naturales y la disolución de las identidades nacionales”. Aseguró que, con el gobierno iniciado el 25 de mayo de 2003, “les retrasamos doce años el imperio, entonces la pelea que viene tiene que ver con eso, con impedir que retomen los planes que tenían”. En este escenario, consideró que “la creación del Ministerio de Economía Popular es un desafío enorme, y tiene que ver con estos dos momentos, el de la Patria o el saqueo”. La Agrupación Lomje, de la Facultad de Humanidades, consideró que la experiencia reciente presenta una “transición de más de una década de políticas en materia de desarrollo de fábricas recuperadas por trabajadores y trabajadoras” que “permite vislumbrar que el Estado necesariamente debe ir por un camino donde el desarrollo y la profundización de las reformas introducidas sean el próximo paso”. También señaló que se debe “dar un salto de calidad en los instrumentos estatales, además de concientizar a los/as trabajadores/as de este tipo de empresas de su papel determinante dentro de la economía y la política de un proyecto integrador e inclusivo de país”. Entre los organizadores del Foro estuvieron el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas - Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (MNER-CTEP) y la Unión Productiva de Empresas Autogestionadas (UPEA). Tuvo parte activa en el encuentro la Universidad Nacional de La Plata, a través del Área de Estudios Políticos Latinoamericanos de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP, a partir del proyecto de extensión “Los derechos como estrategia para la inclusión; promoción de viejos y nuevos derechos al trabajo digno y la organización laboral” y la Cátedra Libre de Fábricas Recuperadas
MARTÍN NAVARRO*
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os Movimientos Populares tienen como objetivo central de su accionar la superación de “un modelo social, político, económico y cultural donde el mercado y el dinero se han convertido en el eje regulador de las relaciones humanas en todos los niveles”, según lo expresan en sus principales documentos políticos. Las organizaciones que los conforman desarrollaron propuestas concretas para avanzar en términos políticos y económicos. Entienden que el camino para transformar esta realidad, que aún margina a millones de personas, requiere el compromiso y la presencia activa del Estado y de un programa que incluya sus propuestas y luego las institucionalice. Sin lugar a dudas, 2015 es un año de trascendencia para los Movimientos Populares en todo el mundo, tras lo que significaron los foros sociales –mundiales y regionales– en los primeros tres lustros del siglo, abriendo paso al conocimiento mutuo, el debate, la coordinación de acciones conjuntas y estrategias comunes. El papa Francisco y sus discursos dieron gran impulso a la visibilidad de la problemática y de sus propuestas; los encuentros mundiales de los Movimientos Populares organizados en Roma, en 2014, y Santa Cruz de la Sierra, en 2015, ambos con la presencia del Pontífice y, en particular, sus consideraciones planteadas en los cierres de les encuentros, incorporaron muchos de los planteos y objetivos que las organizaciones sociales plantean desde hace mucho tiempo. Institucionalidad
En el plano local, el otro aporte de importancia para visibilizar el tema lo dio el candidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, quien incluyó en su agenda de gestión la institucionalización de políticas relacionadas con el sector y mencionó la creación de un Ministerio de Economía Popular. La primera vez que lo hizo en público fue al reunirse con centenares de representantes de esas actividades en el edificio que aloja a las Industrias Metalúrgicas y Plásticas Argentina (IMPA) y a su Centro Cultural IMPA-La Fábrica, corazón del proceso de recuperación de empresas quebradas, saqueadas y abandonadas por sus anteriores propietarios. Institucionalizar la Economía Popular a través de políticas articuladas es un auténtico programa político-económico de transformación de la realidad que viven los sectores excluidos por la economía de mercado, con los trabajadores como eje central del desarrollo. Sin duda, uno de los puntos más relevantes sobre el que se viene trabajando es el de dignificar el trabajo. Lo que parece un eslogan de campaña tiene un sentido fundacional para los movimientos populares. Muchos trabajadores del sector popular de la economía lograron mejorar sus situaciones a través de distintos subsidios y de su incorporación a los programas sociales desarrollados a lo largo de los últimos años. Las organizaciones que los representan reconocen ese paso como un “escalón muy importante para recomponer el tejido social” y consideran que es el momento de “avanzar hacia el siguiente escalón, que es transformar los subsidios en salario”. Esa conquista aportaría al fortalecimiento
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UN PLAN DE ACCIÓN
LA ECONOMÍA SEGÚN LOS MOVIMIENTOS POPULARES de la matriz de la Economía Popular. Dentro del proceso de dignificación y formalización de esas actividades, se apunta la necesidad de lograr que distintos trabajos con características semejantes, tengan el mismo salario y los mismos derechos, cumpliendo el precepto constitucional de “igual remuneración por igual trabajo”. Una síntesis de esa conquista sería que un reciclador del interior del país tenga las mismas condiciones laborales y el mismo ingreso que uno de la Ciudad de Buenos Aires. En la medida en que se logre la transformación del subsidio en empleo, el trabajador tendría derecho percibir la Asignación Universal por Hijo, las Asignaciones Familiares correspondientes a un asalariado y podría sindicalizarse, y participar en la discusión de las paritarias sociales, otro de los reclamos de gran importancia para los defensores del sector. La institucionalización de la Economía Popular debería complementarse con la creación de empresas populares que incorporen procesos de desarrollo, objetivos y pautas para alcanzar un resultado de calidad; entre ellas ya se pueden ubicar a las textiles, mercados y ferias populares, cooperativas de construcción, recicladores urbanos o actividades de la agricultura familiar. Producción de calidad
En ese camino, el Estado debe contribuir a través de capacitaciones y de la discusión de estándares de calidad con los propios productores, además de incorporar y promover “licitaciones po-
pulares” en aquellos lugares que lo requieran. La lógica que se busca es la de premiar a aquellos que cumplan con las condiciones de calidad que benefician a los consumidores y facilitar el acceso a los programas que permitan mejorar su trabajo. El desarrollo de la ciencia y la
Tierra, Techo y Trabajo os Movimientos Populares impulsan la conquista de L Tierra, Techo y Trabajo para los actores de la economía popular. En ese sentido, un primer objetivo es la concreción de la consigna “Una Familia, Una Vivienda”. La creación de un millón de lotes para viviendas populares apunta a la distribución de la tierra de manera equitativa, además de facilitar la generación de otras actividades que impulsan a otros factores económicos. Esa cantidad de lotes, generados en barrios urbanizados, también impulsará obras públicas en forma integral. Es esencial que las familias vivan en lugares que incluyan todos los servicios y comodidades del ciudadano medio: cloacas, agua potable, asfalto, centros educativos y de salud, centros comerciales, transporte, bancos. Un plan de estas características debe apuntar a generar trabajo a través de la autoconstrucción de viviendas y de cooperativas constructoras y promoverá a empresas populares vinculadas a carpintería, mejoras de espacios verdes, comercios, centros culturales, servicios y otros rubros relacionados con la cotidianidad de sus habitantes. Un punto central del rubro lo constituyen la compra
tecnología en beneficio de las necesidades de la producción popular constituye un soporte para aumentar las cuotas de calidad de la producción. Esta dinámica económica incluye experiencias colectivas, familiares, cooperativas y, también el trabajo individual, para
de lotes y los costos de la construcción de las viviendas, amenazados ambos por la presión de los especuladores. El Estado deberá crear instrumentos de acceso al crédito; el reemplazo del subsidio en crédito tiene la finalidad de dar continuidad al sistema crediticio del sector. Este instrumento apunta a la compra o construcción de viviendas y constituye una herramienta para el desarrollo de la obra pública, la pequeña industria, la agricultura familiar y los servicios populares. La creación de un Fondo de Garantía y Sustentabilidad de la Economía Popular y un Banco Popular que potencie y entienda las necesidades del sector constituye otro componente de un marco financiero acorde a los objetivos del sector. Los Movimientos Populares destacan el papel de la agricultura familiar y de las organizaciones campesinas como un motor primordial de sus actividades. Consideran que, junto al Estado, pueden desarrollar un millón de chacras y granjas, con creación de empleo genuino en el interior del país, lo que implicaría un impulso a las economías regionales, las cadenas de valor y al autoabastecimiento alimentario. Por otro lado, busca incentivar el arraigo y las economías locales, además de impulsar experiencias sostenibles en la explotación de la tierra y los bienes naturales, a quienes muchos utilizan todavía como “recursos”.
quienes deben generarse condiciones que les permitan asociarse con sus pares del mismo rubro, o constituirse en proveedores de empresas populares que requieran de sus conocimientos o servicios. Otro de los aspectos que el Estado deberá impulsar es la participación de las empresas populares en las cadenas de valor productivas, además de regular el desempeño de la misma. Un paso clave para el modelo sería su inclusión en los concursos y licitaciones como proveedoras de las Empresas del Estado. Ese conjunto de condiciones está presente en la economía de mercado, en la que se desenvuelve gran parte del conjunto, fueron promovidas desde hace tiempo por el propio Estado y se encuentran totalmente naturalizadas por sectores medios y altos. La Economía Popular también requiere construirse sobre cimientos sólidos, conforme a sus necesidades, para lograr cumplir sus objetivos, ser sustentable y sostenerse en el tiempo. Este “programa político económico” que proponen los Movimientos Populares va mucho más allá de un conjunto de “reclamos”. En realidad, implica la construcción de una matriz económica propia, que incluya a todos sus trabajadores de manera integral y complementaria y con un Estado que custodie y proteja el desarrollo de la Economía Popular * Coordinador de la Mesa de Economía del Movimiento Evita
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GARANTÍA DE SOLIDARIDAD BRUNO POSE Y EZEQUIEL BARBENZA *
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os fondos de garantía son instrumentos financieros aplicables en su origen sólo al respaldo de la financiación de sectores de la economía formal, que lograron diseñar un camino de mayor interacción con los actores más pequeños de la economía y hoy constituyen herramientas útiles y necesarias para el desarrollo de los mismos. Constituyen fondos monetarios constituidos para garantizar operaciones financieras vinculadas a un proceso productivo y/o la adquisición de capital de trabajo, a través del cual se respalda el pago de la obligación que emana de dicha operación al acreedor y permite mantener la cadena de pagos ante un incumplimiento del tomador de ese crédito. Es decir, es un fondo de reserva destinado a pagar el crédito en caso de que el deudor no pueda afrontar transitoria o permanentemente su pago. Evita que el acreedor pierda el capital aportado para el crédito, mientras que abre al deudor una instancia de pago más flexible, que le mantiene su capacidad de pago ante una falta transitoria de ingresos que le impida cumplir su obligación. Los productores más pequeños, los sectores más humildes, no cuentan con el respaldo de este tipo de instrumentos, ya que no son considerados “sujetos de crédito” por parte del sistema financiero. El desafío en esta etapa es adaptar esos fondos de garantía a las necesidades de ese conglomerado económico. En su forma más amplia, los respaldos se constituyeron a partir de las entidades de la economía social que otorgan créditos a sus asociados; es el caso de mutuales y cooperativas, que otorgan créditos respaldados por los fondos de garantía y, ante el incumplimiento por parte de uno de sus asociados, se cubre la falta de esa erogación con los ahorros existentes en el mismo, posibilitando que se continúe con el mecanismo de otorgamiento de créditos para el resto de sus asociados. Incluso con aquel que incumplió la obligación ya que el mismo puede haberse tratado de un inconveniente transitorio. Los fondos de garantía resultan de gran valor para los actores más vulnerables de la producción, en particular al garantizar los fondos prestados por las sociedades mutuales o cooperativas a sus afiliados, al impedir que sus fondos se agoten y al constituirse en auténtica garantía a presentar por quien necesita el préstamo, además de mejorar las condiciones de acceso al mismo y poniénndolo en pie de igualdad con los demás actores sujetos de crédito. El acceso a los instrumentos financieros, con el fin de generar un circuito virtuoso entre crédito y aumento de la capacidad productiva, debe ser incorporado como una herramienta importante por parte de los actores de la economía popular, históricamente marginados de esa posibilidad, a través de mecanismos de otorgación generalmente diseñados para cumplir con el objetivo de la rentabilidad financiera, con perjuicio para sus ciclos y las capacidades productivas. Por el contrario, la creación de mecanismos alternativos y facilitadores por parte del Estado permitiría alcanzar a un sector siempre excluido del sistema financiero. En marcha
El Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) estableció recientemente que las mutuales de la economía social establezcan un fondo de garantía de los ahorros y de sustentabilidad solidaria del servicio. De esta manera, garantiza las obligaciones de los asociados que reciben préstamos de las mutuales y otorga sustentabilidad al sistema, con el objetivo de que no se agoten los fondos disponibles para préstamos, por incumplimientos transitorios de sus asociados. En el ámbito internacional, la Corporación Nacional de Finanzas Populares y Solidarias del gobierno ecuatoriano trabaja en la construcción de un Fondo de Garantía para la Economía Popular y Solidaria (Fogeps). Consiste en un sistema de doble mecanismo para los actores y sujetos sociales que desarrollan sus actividades en ese sector económico, al actuar como intermediario entre la solicitud del crédito y la entidad otorgante del mismo, que recibe la garantía y reemplaza a las prendas o respaldos reales que se exigen al tomador * Docentes de la Universidad Nacional Arturo Jauretche
Los trabajadores informales tienen capacidad de pago; sin embargo, el sistema al que tienen acceso les imponen tasas de interés promedio cercanas al 75% anual. ARIEL GEANDET *
“El dinero es la tarjeta de crédito de los pobres” Herbert Marshall McLuhan
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pensar que el plan debe ser redefinido y transformado en producción concreta de bienes y servicios. Una parte importante de los encuestados son jefas de hogar menores de 50 años; dos tercios tienen pareja o cónyuge, lo que permite duplicar el ingreso del hogar. El 95% ha terminado o está terminando sus estudios: el 38% ha terminado el primario y el 16% ha concluido el secundario. El 41% declara recibir la Asignación Universal por Hijo.
urante los últimos dos años, el Cisba ha encuestado a personas beneficiarias de programas sociales como el Argentina Trabaja y Ellas Hacen, incluyendo además, a algunos monotributistas sociales no pertenecientes a estos programas. Esa investigación se llevó a cabo en conjunto con el Instituto de Altos Estudios Sociales Demoliendo mitos (Idaes) de la Universidad Nacional de Lo anterior destruye dos zonceras sobre San Martín, con el objetivo de analizar los sectores populares. La primera, que los patrones de consumo, de ingreso y “son vagos” y que “no saben o no quieren trabajar”. Queda demostrado que el prode endeudamiento de esta población. blema radica en el La ausencia diseño e implemende estas personas dentro de las esta- La propuesta del Ciesba tación de los planes. En este sentido, dedísticas públicas y bemos comenzar el prejuicio, trans- permitiría duplicar el por caracterizar a formado en una esta población como auténtica zoncera poder de compra de los lo que es: parte de popular, acerca de la clase trabajadosu condición socio- sectores populares al ra; y considerar su económica reflejan contraprestación en parte la estig- transformar el alto costo como trabajo y su matización que suingreso como salafren. La presente de la usura en consumo rio. Pensarlos como nota se focaliza en “mantenidos” por las personas inclui- real, además de mejorar los beneficios de un das en el programa plan social es estigArgentina Trabaja, sus condiciones de vida. matizarlos. que suman varios La segunda, que cientos de miles a sus ingresos familiares son, en genelo largo de todo el territorio nacional. Cerca del 66% de esta población ral, superiores a la línea de pobreza, logra juntar, a través de changas, un demostrando una capacidad de conmonto de dinero mayor a los 2.600 sumo que excede a la mera compra de pesos que le otorga el plan. El 47% alimentos. Del total de la población de estas personas obtiene ingresos encuestada que expresó tener pareja, el de entre 2.600 y 5.000 pesos men- 78% de los cónyuges realiza alguna acsuales. Las principales actividades tividad laboral que les permite recibir a que se dedican son: albañilería/ un ingreso promedio de 3.800 pesos construcción (21%), limpieza (19%), mensuales. El 41% de la población ha ventas ambulantes o en locales comprado electrodomésticos –el 60% (13%), cuidado de personas (6%) y son televisores, lavarropas, heladeras–; el 19%, zapatillas; el 10%, muebles; el jardinería (5%). Esto implica que, en general, están 8%, ropa; y el 7%, celulares. Esta muestra es estadísticamente en condiciones de realizar una tarea o actividad, lo que lleva una vez más a representativa del programa Argenti-
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PROPUESTA DEL CENTRO DE INVESTIGACIONES SOCIO-ECONÓMICAS DE BUENOS AIRES
TARJETA POPULAR CONTRA LA USURA na Trabaja para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y para la provincia de Buenos Aires. Si la escalamos a niveles poblacionales, considerando a los cerca de 150.000 beneficiarios que existen en esta zona, entonces, obtenemos que sólo por el salario de 2.600 pesos se movilizan 390 millones al mes (4,7 mil millones de pesos al año). Considerando los ingresos extra promedio, tanto individuales como familiares, llegamos a los 665 millones de pesos al mes (casi 8 mil millones al año). Es decir, que al año, este sector consume por $12,7 mil millones de pesos. Los patrones de consumo son claros. Compran en efectivo alimentos, materiales para la construcción, ropa y algunos, su moto. Las fiestas de 15, los matrimonios o los sepelios, los pagan al contado o con préstamos intrafamiliares o deuda. El resto de los bienes se paga con crédito, es decir, tomando deuda y en cuotas. Esto implica que se endeudan y son receptores de crédito. No lo son para los bancos y el sistema financiero tradicional. El crédito al que acceden es el que otorgan los propios negocios que les venden los electrodomésticos, o utilizando el crédito que pueda disponer algún familiar por tener mejor calificación crediticia (porque ese familiar tiene mejores condiciones laborales). Así queda destruido otro mito. El porcentaje de morosos dentro de esta población es similar al del sistema financiero tradicional: 6 y 4%, respectivamente. Sin embargo, cuando analizamos su patrón de endeudamiento, el 85% está pagando cuotas mensuales de cerca de 500 pesos con una tasa de interés promedio implícita de cerca del 75% anual: por cada 500 pesos de cuota, 375 corresponden a especulación y usura financiera. Por un crédito similar, el sistema financiero tradicional cobra del 0% al 45% de interés anual. Es decir, que para poder acceder a determinados bienes y para poder pagarlos en cuotas (el 46% se endeuda en hasta seis cuotas mensuales y un 40% entre seis y 12 cuotas), estos sectores quedan expuestos a conductas usurarias (aunque no ilegales según normativa vigente) por la falta de acceso al sistema financiero tradicional. Desde el Cisba, proponemos crear una Tarjeta de Crédito de la Economía Popular con tasa de interés 0%, comenzando por aquellos beneficiarios de los programas Argentina Trabaja, Ellas Hacen y Monotributo Social Agropecuario. Una “tarjeta Visa o Mastercard o AMEX de compra”, por ejemplo, que no tendría morosidad porque se descuenta su pago previo al depósito mensual de sus haberes, con un límite de endeudamiento de
10.000 o 12.000 pesos y con una cuota mensual que no supere los 800, que se van liberando proporcionalmente a medida que la deuda se va pagando como pasa con el resto de las tarjetas del sistema. De esta manera, toda esta población, que ya está bancarizada pasivamente con una tarjeta de débito y que sólo la usa para ir al cajero a retirar su dinero en efectivo mes a mes, podría encontrar la posibilidad de recibir promociones y descuentos en supermercados y en electrodomésticos a tasa cero como lo hacen los sectores medios. Todos ganan
A los bancos, que son principalmente los públicos, se les pagaría el costo financiero total, que es cerca del 4%, que incluso les cubriría el seguro por deudas impagas. Deberíamos incluir algún seguro de sepelio directamente debitado en esa tarjeta o como servicio dentro del costo financiero total. El Banco Central debería poder acompañar la iniciativa reduciendo costos de aplicación de fondos para que la operatoria sea más redituable para los bancos. La propuesta de creación de la Tarjeta de Crédito de la Economía Popular constituye un claro ejemplo donde todos los actores ganan, ya que esto llevará a incentivar el uso de la tarjeta y a la instalación de lectores de tarjeta en los mercados de barrio o populares, en las ferias, etc.; dando un paso más en la legalización de la actividad y comprometiendo una mayor participación del Estado. Incluso abre estos mercados locales a la oferta de promociones con tarjeta, con apoyo de los bancos públicos y del Estado, atrayendo también a los sectores medios y consolidando los recursos dentro de la propia Economía Popular. De esta manera se podría duplicar el poder de compra de estos sectores populares, transformando en consumo real esos 375 pesos mensuales en concepto de usura financiera, y dignificando a nuestros compañeros trabajadores, ya que en la actualidad tener acceso a una tarjeta de crédito vale más que tener dinero en efectivo. Los sectores populares han demostrado el poder simbólico y concreto que poseen cuando logran organizarse tanto en su producción como en su consumo. Todo esto es parte de la tarea que debe impulsarse desde el Estado, como parte de una agenda que permita transformar los subsidios de los planes sociales en verdadero salario del trabajador en el marco de una tarea productiva. Confiamos en que desde el Ministerio de la Economía Popular se puedan comenzar a organizar estos nuevos procesos y roles den tro de lossectores populares
Los ingresos familiares de los trabajadores informales en general son superiores a la línea de pobreza. 78% de los cónyuges realiza actividadescon un ingreso promedio de $ 3.800 mensuales 41% de la población compró electrodomésticos 60% de ese consumo es en televisores, lavarropas, heladeras 19% zapatillas 10% muebles 8% ropa 7% celulares
Un buen patrón de consumo
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ECONOMÍA POPULAR EN EL CHACO
DEL CAMIÓN A LA INSTITUCIONALIZACIÓN
El sociólogo brasileño destacó que los países más importantes de Latinoamérica tuvieron un papel activo frente a la crisis global y que desarrollaron alternativas y mecanismos de integración regional. JULIÁN BLEJMAR
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os Camiones de la Economía Popular, con el apoyo de militantes del Movimiento Evita, llegaron hasta la provincia del Chaco con su oferta de pescados, pastas, lácteos, fiambres y otros productos. A la curiosidad inicial de los consumidores, se sumó la sorpresa y el reconocimiento de las personas que comprobaron sensibles diferencias en los precios, comparados con los que pagan habitualmente en almacenes o supermercados de la zona. Los vehículos se estacionaron en las plazas céntricas de Resistencia, Sáenz Peña, Villa Angela, y en otras localidades del interior provincial y cruces viales de articulación con los principales barrios de estas ciudades. Para los organizadores, la experiencia, que se repite en distintos puntos del país, “demostró la aceptación de esta oferta a menor precio e igual calidad que la de cualquier comercio y marca”, ya que pequeños productores “individualmente o asociados, compiten y superan la oferta del sector más concentrado del sistema económico en la producción de alimentos”. Resaltaron “la enorme desigualdad en las condiciones de competencia con estos monopolios que disponen de un equipamiento e infraestructura de primera calidad” y explicaron que, durante diciembre y en Chaco, “no es lo mismo comprar en un local con aire acondicionado, que haciendo cola debajo de un árbol; en el mejor de los casos, y con pleno viento norte y 38 Cº”. Esas condiciones, comunes para la venta
callejera, “nos dan una muestra de la marginación, tanto de las personas que compran como de quienes venden, y de los productos que se ofrecen”. Sumaron a ese panorama las dificultades que genera la escasa y confusa legislación para esa actividad, los problemas para conseguir permisos para el estacionamiento de los vehículos para el transporte de mercaderías y la falta de agua. Organizadores y consumidores coincidieron en que “estas experiencias deben continuar, profundizar e instalarse socialmente. Deben formar parte de una política de Estado, que facilite el pase de esas inestables instalaciones callejeras a formar parte formal del sistema productivo y económico nacional”
Los pequeños productores demostraron que están en condiciones de presentar sus productos a menor precio e igual calidad que la de cualquier comercio y marca.
n 1994 llamamos a un encuentro sobre competitividad del Tercer Mundo, pero en América latina nos ridiculizaron por hacer eso, diciéndonos que éramos unos marginales radicales, que vivíamos en el pasado”. Así comienza su diálogo con Miradas al Sur Theotonio Dos Santos, exhibiendo su interna satisfacción por el hecho de que el paso del tiempo les haya dado la razón a los intelectuales de la Teoría de la Dependencia. Recuerda que “en aquellos años, nosotros sosteníamos la idea de que el capitalismo se estaba desarticulando, pero no fuimos atendidos en nuestra región, aunque sí por China, con cuyos funcionarios organizamos en 1992 un encuentro para debatir sobre el potencial conceptual y teórico del marxismo, con la idea de articular una respuesta al capitalismo con un pensamiento propio. Ellos lo atendieron y hoy en día ya cuentan con una agenda propia, porque ya habían incorporado la Teoría de la Dependencia, la cual articularon con su característica de pensar a largo plazo”. En este sentido, Dos Santos señala que junto a otros intelectuales de esa corriente, pergeñaron en la década del setenta una nueva teoría de desarrollo marxista, donde ya se hablaba de empresas globales y multinacionales, pero considerando, a diferencia del pensa-
PERFIL Theotonio Dos Santos l brasileño TheotoE nio Dos Santos es uno de los exponentes de la Teoría de la Dependencia desde la que se sostiene que la estructura interna de los países periféricos fue concebida a partir de un vínculo de subordinación con el capital internacional y sus fuerzas imperialistas y monopólicas. Ello implica, según esta concepción, que estos países queden con funciones periféricas de producción, centrándose en materias primas con bajo valor agregado y sufriendo en consecuencia un fuerte limitante a las posibilidades de independencia y desarrollo social. Formado en sociología y administración pública por la Facultad de Economía de la Universidad Federal de Minas Gerais, con un master en Ciencias Políticas por la Universidad de Brasilia, Dos Santos se desempeñó como profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), en las de Río de Janeiro, Illinois y Nueva York, y fue distinguido como Doctor Honoris Causa por las universidades de San Marcos y Ricardo Palma (Perú) y la Universidad de Buenos Aires, además de recibir la distinción Comendador de la Ordem do Rio Branco (Brasil). Se desempeñó además en las Naciones Unidas y la Unesco. A lo largo de su extensa carrera, escribió 38 libros y publicó como coautor o colaborador otros 78 títulos
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ENTREVISTA A THEOTONIO DOS SANTOS
LA DEPENDENCIA NO ES UNA TEORÍA miento dominante, que la globalización no destruía el Estado, sino que, por el contrario, las empresas globales no podían existir sin Estados nacionales fuertes. “Desde esta concepción –apunta–, la periferia no tenía un rol pasivo, ya que contaba con sus Estados y sus políticas para derrotar a las potencias. Los últimos cuarenta años nos dieron la razón a quienes sosteníamos estas teorías de fortalecimiento de los Estados, porque la globalización se dirigió en esta dirección, y los países periféricos se están coordinando políticamente y fortaleciendo entre sí, para enfrentar a un Estados Unidos que nunca les va a dar un lugar dentro de su sistema hegemónico. Hoy todos hablan de los Brics –Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica–, que en realidad es una sigla ideada por un economista ligado al sistema financiero, quien señaló que estos países dominarán el mundo en 2040. Pero nosotros ya trabajábamos con estas ideas desde hace varias décadas”. Dos Santos vuelve a ejemplificar con China para señalar que el Partido Comunista de la potencia asiática empezó hace tres décadas a trabajar en la idea de una aproximación a los Bric, en lugar de disputar la hegemonía de Bretton Woods con Estados Unidos; hasta entonces, señala, “buscaba entrar en el sistema, sin darse cuenta de que por mucho poderío económico que tuviese, Estados Unidos iba a bloquear su intento de disputar hegemonía en organismos como el Fondo Monetario o el Banco Mundial. Pero desde hace décadas que está enfocado en producir un nuevo sistema, que está produciendo implicancias filosóficas, de corpus regulatorio, además de cambios institucionales, como se puede ver en el nuevo banco de los Bric, inmensamente más poderoso que el FMI”. Los ciclos económicos
De acuerdo al politólogo brasileño, otro de los elementos que introdujeron los autores de la Teoría de la Dependencia fue el carácter cíclico de la economía mundial, que impedía las hegemonías sin crisis. Agrega que, entre las décadas del ochenta y noventa, existió una ofensiva para afirmar el liderazgo norteamericano, pero ya dentro de una alianza trilateral con Europa y el Japón, “lo que demostraba que el país del Norte ya no era dueño de la economía mundial, sino que sólo buscaba defender el capitalismo central frente al desafío del capitalismo de zonas periféricas, en el marco de su derrota en Vietnam, el surgimiento de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y los No Alineados”. A juicio del politólogo, la caída de la Unión Soviética tuvo que ver con que los rusos no querían seguir sosteniendo a sus países satélites, y no con una derrota frente a Estados Unidos, aunque Washington intentó presentarla de esa forma.
Agrega que “esta decadencia del capitalismo central se profundizó, por supuesto, durante este siglo, debido a las contradicciones del sector financiero por su tendencia a la concentración de la riqueza, al punto que muchos vieron en la crisis de 2008 un punto de inflexión” y sostiene que “como diría el Chapulín Colorado, ‘no contaban con mi astucia’, ya que no se tuvo en cuenta la presencia de los Estados nacionales, que salieron al rescate del sistema. Pero al mismo tiempo, los Estados más importantes en América latina también tuvieron un rol activo, y ello explica estos proyectos alternativas y de integración en América latina, o el auge de China con su potencial de crecimiento económico autónomo”. En este sentido, Theotonio Dos Santos sostiene que actualmente existe una ofensiva de los países centrales para
Su experiencia en el Chile de Allende omo director del Centro de Estudios Socio-Económicos de la Universidad C de Chile, Theotonio Dos Santos tuvo el privilegio de vivir en carne propia la experiencia del Chile socialista de Salvador Allende. Recuerda que, en aquellos años, “frente a la inflación y el mercado negro, desde nuestro espacio planteamos que estos procesos tenían un costado positivo, pues se debían a una gran expansión de la demanda por parte de los sectores populares. Para atacar estos dos síntomas, planteamos un sistema parecido al de Cuba, no tan radical pero sí que garantizase un consumo mínimo, aprovechando que los empresarios se habían ido y el Estado era dueño de la mayoría de las unidades productivas. La idea era que los trabajadores tomaran la conducción de las empresas y se hicieran cargo de la distribución por los barrios juntamente con el Estado”. “Venezuela está viviendo eso ahora, con los almacenes populares que rebajan mucho los precios y están asegurando un consumo básico a un sector grande de la población, más allá de algunos faltantes, con lo cual se logra mantener el apoyo político al gobierno”, explica con oficio de docente. “Lamentablemente –agrega–, el Ministerio de Economía del gobierno de Allende trabajó, durante la crisis,
sostener el sistema y desarticular los proyectos alternativos en Latinoamérica, lo que está afectando a varias naciones periféricas. “Esto se da en un contexto de lucha de Estados Unidos contra Venezuela y Rusia; y aprovechando que, desde 2012, China decrece y caen los precios de las materias primas y el comercio mundial. Los países centrales han retomado la ofensiva, con un fuerte apoyo de la prensa internacional concentrada, pero salvo en Honduras y Paraguay, por el momento, no han tenido éxito. Incluso en estos dos casos las caídas no fueron por la vía democrática”. El sociólogo brasileño incluye entre las víctimas de estas acciones desestabilizadoras al suyo propio, Brasil, donde “intentan mantener a la población en estado permanente de excitación”, aunque allí tampoco lograron “imponer su proyecto”, sostiene con energía
en un sentido contrario, es decir, aplicando recetas monetaristas bajo la idea de efectuar un ‘sinceramiento de precios’ y dejando que el mercado regule, aún con la contradicción de hacerlo bajo la imposición de tres o cuatro monopolios”. Cuando Allende advirtió lo que señalaba el grupo que integraba Theotonio, “modificó la conducción económica, pero lamentablemente, a los dos meses, los militares dieron el golpe”. A partir de aquel 11 de septiembre de 2011, Chile “pasó a ser el primer caso de aplicación efectiva de las ideas económicas ultraortodoxas pergeñadas por Milton Friedman en la Universidad de Chicago en Estados Unidos. Hasta ese momento, estas teorías eran sólo de laboratorio e incluso ridiculizadas por el pensamiento dominante, pero con Augusto Pinochet, en Chile, y luego con Ronald Reagan, en Estados Unidos, y Margaret Thatcher, en Inglaterra, se empezaron introducir en la economía real, casi planteando un regreso al siglo XVII, como si capitalismo estuviera en su fase inicial de expansión, cuando tenía que luchar contra las monarquías absolutistas y donde la burguesía industrial no tenía mayores opciones. A juicio de Dos Santos, ese conjunto de ideas que “son mucho más fascistas que liberales, ya que proclaman una extrema intervención estatal, aunque en la dirección de transferir y asegurar los recursos hacia el sector financiero. Y son totalmente contradictorias, ya que la economía en esta fase tiene un carácter monopólico, por lo que es imposible hablar de libre mercado”.
S8 Econo Sur
20 al 26 de septiembre de 2015
LAS TRES i DE SCIOLI
“IGUALDAD, INVERSIÓN E INNOVACIÓN COMO EJES PARA LA JUSTICIA SOCIAL”
FERNANDO PEIRANO * Y SERGIO WOYECHESZEN **
territorial y de una mejor distribución del ingreso, a niveles de pleno empleo.
D
Un mundo de oportunidades
urante los últimos años, Argentina retomó un sendero que nunca debió abandonar. Logró mantener un crecimiento acelerado sustentado en el aumento del consumo e inversión, apuntalado –de manera directa o indirecta- por la política fiscal de un Estado presente, a través de obra pública, inclusión previsional y mayor protección social. Tras de casi 60 años de marchas y contramarchas sobre nuestra propia historia, hoy se puede mostrar el doble de industria de lo que teníamos una década atrás, con marcados avances en empleo y productividad. Estamos de nuevo en el andén del desarrollo y el desafío, el verdadero cambio, es el de consolidar y profundizar lo alcanzado, no volver a empezar. En este marco, la Argentina del desarrollo es bien concreta. Y depende de la transformación de toda la estructura productiva, no sólo para ahorrar los dólares necesarios para sostener y ampliar el proceso, sino también en términos de empleo: cada paso que se da en las cadenas de valor, cada inversión, innovación, cada importación sustituida es una pequeña y mediana empresa que abre, son miles de puestos de trabajo, salarios, mercado interno. Es mayor igualdad. De ahí que, de cara a los próximos años, Daniel Scioli haya planteado ser el “presidente de las 3 i”: igualdad, inversión e innovación. Este ha sido el espíritu que impuso al trabajo de la Fundación DAR, desde donde se dieron cinco vueltas al país, nos sentamos con 36 sectores de actividad, 38 economías regionales, para definir una agenda concreta de trabajo. Nuestro país puede duplicar el PBI en los próximos diez años, pero requiere de un mayor equilibrio
Econo
Las posibilidades son enormes. El mundo va a demandar lo que hoy producimos, existe una apuesta fuerte en Vaca Muerta y otros yacimientos, la producción agrícola y una puesta en valor creciente de la minería en distintos puntos del país. El desafío central, de cara a lo que viene, será entenderlos como lo que son, palancas hacia el desarrollo, y no una condena a la reprimarización. Desarrollo es infraestructura, instituciones, educación y salud. Es la recuperación y el fortalecimiento del ferrocarril, de las obras viales, los corredores bioceánicos, la conexión entre la producción y los puertos. Desarrollo es más trabajo… pero en blanco, con mayor protección social. Es también una macroeconomía que sostenga una demanda pujante, no la que nos trae siempre el ajuste como camino último para resolver los cuellos de botella. Desarrollo también es agregar valor, exportar mayor contenido tecnológico y conocimiento. Es apostar por la creación de miles de pequeñas y medianas empresas en cada rincón de nuestro país que transformen nuestras materias primas en origen y multipliquen las oportunidades de empleo. Desarrollar un país implica sustituir importaciones, producir partes y piezas locales, montar nuevos laboratorios, diseñar incubadoras de empresas. Todo eso va a permitir el mejor aprovechamiento de los avances en ciencia y tecnología. Durante los últimos años, el PBI de la Argentina se multiplicó y, para alcanzar este incremento del indicador, la inversión en ciencia y tecnología se multiplicó por tres en moneda constante. El 75% de
la inversión en investigación y desarrollo (I+D) financia actividades en entidades públicas, estatales y no estatales. El 25% corresponde a I+D ejecutada en el ámbito de empresas, que suman 570 en nuestro país, empleando a 10.000 investigadores y técnicos. En ese marco, se destaca el nuevo impulso de las empresas públicas, un ámbito relevante de cara al desarrollo. Las empresas que innovan mejoran la productividad del empleo, crean mayores puestos de trabajo y pagan mejores salarios. Entre los sectores destacados figuran el farmacéutico (4,3% de ventas destinados a I+D, ingeniería, diseño, etc.), seguido de química y petroquímica, material eléctrico, aparatos electrónicos, radio y TV, sector automotor, industria naval y equipo ferroviario, actividades que el país logró recuperar y hoy lideran el proceso de impulso a la inversión y la innovación. Ya se exportaron más de 3.500 millones de dólares correspondientes a sectores de alta y media alta tecnología, entre los que se cuentan los rubros, farmacéutico, químico, electrónica y comunicaciones, instrumentos científicos y de precisión, maquinaria y equipos de computación. A estas cifras se pueden sumar 10.000 millones de dólares de la industria automotriz, que también integra el segmento de bienes de mediana complejidad tecnológica. Se suele decir que los procesos de desarrollo basados en la ciencia y la tecnología demandan muchos años en brindar resultados. Es cierto, pero ya existe un conjunto importante de logros que nos dejan en una situación inmejorable de cara a los desafíos que siguen. Argentina completó el ciclo de desarrollo en varias tecnologías clave. Comenzó, desarrolló y completó el ciclo nuclear, el satelital y el correspondiente a radares,
tanto civiles como militares. Se completó el ciclo en biotecnología, software, la transformación de la maquinaria agrícola, y lo mismo debe lograr en materia de petróleo y gas; ya está en funcionamiento Y-TEC, una empresa entre YPF y Conicet, con más de 250 investigadores y tecnólogos orientados a generar las soluciones tecnológicas que exige el desafío de Vaca Muerta. A partir de 2003, el punto de inflexión fue la propuesta de no sólo ser un país adoptante de tecnología, un usuario temprano y competente, sino también un productor de tecnología. Esa decisión permitió volver a pensar en grande; apostar por dominar los procesos clave de transformación para impulsar una nueva industrialización. Se apostó a un proyecto que tiene a la producción y al empleo como ejes y en el que la tecnología es un pilar fundamental. Por eso, las políticas públicas alentaron la formación de capacidades en ciencia y promovieron la innovación. La clave hacia delante será profundizar muchas de estas acciones y conducir otras, de cara a una mayor igualdad de ingresos, la fuerte generación de empleo y la continua reducción de la pobreza. De todo esto se trata el desarrollo. También, y sobre todo, de más Estado, fuerte, y que entienda la responsabilidad indelegable que tiene para fijar el rumbo de la gran Argentina * Subsecretario de Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Provincia de Buenos Aires. ** Subsecretario de Industria, Comercio y Minería de la Provincia de Buenos Aires. Coordinador del área de Desarrollo Económico y Productivo de la Fundación DAR.
Dirección General: Aram Aharonian y Carlos Alberto Villalba Impresión Rotativos Patagónicos. Araóz de Lamadrid 1920. CABA Distribución: Capital Federal y Gran Buenos Aires New Site. Baigorria 103, CABA · Distribución en el Interior DGP S.A. Alvarado 2018, CABA ISSN 1853-0443 RNPI en trámite ECONO SUR es una publicación de ULTRAKEM S.A. Domicilio legal Ingeniero Huergo 953 Piso 7º B (CP 1107), Ciudad de Buenos Aires