México es el segundo país con más crímenes de odio hacia la comunidad lgbt+. Esto, aunado a todos los crímenes que suceden a diario y quedan impunes, es desolador.
Es momento de despertar, de tomar conciencia de una vez por todas de lo que sucede en México. Aceptemos que a pesar de la tecnología y el acceso a la información, seguimos siendo en gran medida una sociedad controlada, mental y emocionalmente, incluso a través de las redes sociales y la ilusoria libertad que nos ofrecen. Tomemos responsabilidad total de lo que consumimos, escuchamos, leemos, publicamos…
Si luchamos por actuar desde un lugar de conciencia, podremos hacer política desde nuestra trinchera, logrando pequeños actos de revolución, tomando el riesgo de transgredir cuando sea necesario, reinventando las maneras de protestar, acabando con las fronteras de apatía que fracturan los barrios de nuestra ciudad.