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¡SE ARMÓ LA CASCARITA!
Manifiesto Mi Valedor Creemos en el amor como un acto político. Nos dedicamos a documentar el asombro de una ciudad hermosamente viva, llena de contradicciones. Creemos en la inclusión.
Continuaremos conectando a visionarios, artistas y activistas.
Creemos en la cultura como herramienta fundamental de transformación de la sociedad. Creemos en el humor como desahogo del frustrante sistema burocrático.
Creemos en lo impreso como artefacto de comunicación y divulgación para crear momentos utópicos.
Seguiremos apostándole a la liberación mental y construyendo el futuro que queremos ver.
Valedor, valer, valor, validación... Todos somos valedores, vivamos o no en la calle.
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HERMANOS DEL MUNDO:
BIG ISSUE NORTH Manchester, Reino Unido
Esta revista nació en 1992 en la gran ciudad futbolera de Manchester, Reino Unido. Al principio funcionó como un suplemento de la Big Issue de Londres, pero para 1996 ya era un proyecto social independiente. En los años siguientes estableció oficinas en otras ciudades del
valedor. Una persona que vive en exclusión social o marginación, situación vulnerable o en riesgo o situación de calle, y que vende la revista Mi Valedor.
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norte de Inglaterra, como Liverpool, Leeds y Sheffield, entre otras. Big Issue North provee a las personas sin alternativas laborales la oportunidad de vender una revista callejera semanal y desarrollar habilidades para mejorar su vida.
Pertenecemos a la Red Internacional de Periódicos y Revistas Callejeras, presente en 35 países y 114 ciudades del mundo. MV La esquina de Mi Valedor, Vol. 30, es una publicación bimestral editada, publicada y distribuida por Mi Valedor Mx S.A. de C.V., Barcelona 11-101, Col. Juárez, Delegación Cuauhtémoc, C.P. 06600. Editor responsable: María Portilla Acevedo. Reserva de Derecho al Uso Exclusivo No. 04-2016-081915210600-102 otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Licitud de Contenido No. 16796, tramitado ante la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización por escrito del editor.
CUADRO DE HONOR: DIRECCIÓN Y EDITORA EN JEFE
María Portilla
EDICIÓN DE FOTOGRAFÍA
Arturo Soto
EDICIÓN DE TEXTOS
Jimena Acevedo DISEÑO EDITORIAL
Éramos Tantos
CORRECCIÓN DE ESTILO
Última Sílaba Comunicación TRABAJO SOCIAL
Jessica Casas
ALIANZAS Y VENTAS
Rebeca Lozano Fabiola Negrete Cristina Pérez ADMINISTRACIÓN
CONSEJO EDITORIAL
Agustín Martínez Déborah Holtz Delphine Tomes Héctor Montes de Oca Isabel Hernández Isabel Zapata
Luis Errasti Miguel Escamilla Paula Laverde Renato González Sonia Madrigal Tonatiuh Cabello
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Por RODRIGO MÁRQUEZ TIZANO
Diego Ysita Federico Casas Genaro Borrego Samuel Bissu ASESORÍA LEGAL
Bissuabogados
EL CUARTO DE LOS TILICHES
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CONSEJEROS
Carlos Icaza Esteban Álvarez Paula García Regina Rivero Borrell COLABORADORES
Abdelaziz Zúñiga Adriana Bernal Alejandro Mendoza Andrea de Buen Alfredo Villena Arturo Gallegos Arturo Soto Barrilete Cósmico Bob Schalkwijk
Centro de Colecciones Arturo Ortega Navarrete Christian Cañibe Deachete Diana Ramón Diego Cuéllar Elisa Candelas Francisco González José David Bernal Juan José Arreola Cuenca Juan F. Gabi Correa
Juan Manuel Cárdenas Juan Villoro La Ciudad de México en el Tiempo
Lance Wyman Leidis Mariana González Livia Radwanski Lobos México
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FOTOTEXTO
Por ADRIANA BERNAL
RULETEANDO
JUGUE UN PARTIDO CONTRA LAS GARDENIAS... Por ALEJANDRO MENDOZA
PA SABER VER
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TSUNAMI Un proyecto de PAMELA ZEFERINO
VALEDOREANDO
OJO: Cuando veas este símbolo, presta singular atención: es un valedor quien ha escrito o tomado la foto.
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SEMANA 10
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?DE VERAS ES UD. MUY LISTA?
ESA EXTRANA MARAVILLA: EL FUTBOL Por JUAN VILLORO
A FALTA DE TORTILLAS, PAN
EMPAREJAR LA CANCHA Por ANDREA DE BUEN
FIGURAS DEL BARRIO
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CORRETEANDO LA CHULETA
Barrilete Cósmico (Artistas invitados) Mi Valedor MiValedormx mivaledor mivaledor
Equipo de futbol y de ilustradores radicados en la Ciudad de México. Su agencia de comunicación visual y cofradía lúdica utiliza su pasión por el balompié para cambiar el mundo. IG: @barriletecosmicomx
ECHANDO TIROS
MAS SABE EL DIABLO
ilustración de portada
¡Contáctanos! contacto@mivaledor.com www.mivaledor.com Tel. 5546 9562
LA EDAD DE ORO
TROPIRROLLO
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Por JOSÉ DAVID BERNAL
40 CON EL APOYO DE
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Por PABLO DUARTE
Por JUAN JOSÉ ARREOLA CUENCA
UNA PREOCUPACION DE GRANDES ESCALAS
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TRAGICOMEDIA
LA AFICION
LA CIUDAD Y SUS LETRAS
JUNGLA DE CONCRETO
Museo Archivo de la Fotografía Pablo Duarte Pamela Zeferino Paulina Jasso Raúl Campos Rodrigo Márquez Tizano Sonia Madrigal Street Soccer México Tonatiuh Cabello
DE LA CALLE PARA EL MUNDO
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CONSEJO EMPRESARIAL
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TRANQUILOS, SOLO ES UN CUENTO
IMPERIO
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Alondra Ramírez
L
a entrenadora María decidió que yo entrara de cambio. Me tuvo la confianza suficiente para que, con todo y mi veteranía, haga mi debut como responsable de una carta editorial. Ahora es mi deber responderle. Tal vez lo dispuso de esa manera porque sabe que mis recuerdos más primitivos están invariablemente enmarcados en un rectángulo verde, y vaya que son bastantes años de acumularlos. En las quinielas de mi infancia aún figuraban los Coyotes Neza, los Halcones del Oaxtepec y la Unión de Curtidores. Aprendí a seguir la Liga mexicana en un televisor blanco y negro en el que jugadores como el “Bonavena” Ramírez o el “Harapos” Morales todavía agitaban sus crespas melenas durante los resúmenes del fin de semana. Esa clase de futbol fue la que me dejó marcado para siempre. La publicación de la edición futbolera de Mi Valedor se designó desde antes del 2020, y por fin le llegó su momento en el calendario. Pero resulta que el deporte ha desaparecido del ambiente: las ligas profesionales se encuentran suspendidas y los pocos partidos programados se juegan en estadios a puerta cerrada; las canchas y los deportivos de barrio no podrán reabrir sino hasta que el semáforo epidemiológico pase a color verde e, incluso, yo mismo cancelé mi servicio de televisión por cable por la hambruna de partidos. ¿Dónde quedó el futbol? ¿Cómo es posible publicar un número como este en medio de un escenario tan parecido al día después del apocalipsis? En una situación así lo único que nos queda es apelar al confort de los recuerdos personales, a aquellos ritos consagrados a la diversión y la camaradería —casi extintos en el México de hoy— en los que de muy chicos protagonizábamos duelos épicos sobre el asfalto entre vecinos de una cuadra y otra, y en los que las únicas preocupaciones eran, o que algún coche interrumpiera el momento en que nos enfilábamos con toda ventaja a la portería rival, o que nuestras madres nos reprendieran por hacerle un hoyo más en las rodillas a los pantalones nuevos. Aún no se hablaba de inseguridad, ni mucho menos jugar bajo torrenciales aguaceros representaba una amenaza para la salud: todo resfriado se prevenía, según la creencia popular, poniéndose saliva en los lóbulos de las orejas. ¿Jugar en la calle era una actividad irresponsable? ¿Tomarse un refresco frío con los amigos al final de una sesión de retas era un hábito poco saludable? Bajo los parámetros de la “nueva normalidad” sin duda lo serían y, por lo visto, no solo jugar con los demás representa un riesgo extremo en el mundo de hoy, sino que permanecer por cualquier motivo en el espacio público lo seguirá siendo de manera indefinida. ¿Cuánto tiempo más pasará para que termine esta pesadilla? ¿Cuándo podremos volver a tocar el balón en corto con nuestros amigos? Hasta el momento parece que estamos muy lejos de ganar el partido contra el Coronavirus pero, como ya lo decía Don Fernando Marcos: “El último minuto también tiene 60 segundos”.
Christian Cañibe Diseñador gráfico de Mi Valedor e integrante del estudio Éramos Tantos. Esgrimista de medio tiempo y víctima permanente de la nostalgia. / @modokiel
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Arturo Soto. Col. Tlazintla, Iztacalco Arturo Soto. Zona Rosa
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Diana Ramรณn. Estadio Neza 86, Col. Benito Juรกrez
ilustraciรณn
Deachete
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Christian CaĂąibe. Col. AlgarĂn Livia Radwanski. Cooperativa Palo Alto Arturo Soto. Jamaiquita, Iztapalapa
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Sonia Madrigal. Col. Maravillas, Cd. Nezahualcóyotl Arturo Soto. Col. La Nopalera, Tláhuac Arturo Soto. Col. Héroes de Churubusco ©Bob Schalkwijk. Col. Portales (1963)
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TRANQUILOS, SOLO ES UN CUENTO
Imperio
texto
Rodrigo Márquez Tizano ilustraciones
Barrilete Cósmico
Los lunes son los peores días de la semana. Parecen una continuación del domingo , que es el segundo peor día, no de la semana sino del universo. Dios descansó y nos mató de fiaca a todos. Existen solo dos cosas buenas los domingos: 1) juegan los Pumas y 2) Acción. Los domingos a las siete de la noche pasan mi programa favorito de la tele: es un resumen deportivo donde retransmiten las mejores jugadas y los goles más picudos de la jornada. Acción me gusta porque va al grano y no hay que echarse noventa minutos para saber que los Tecos o el Correcaminos acaban empatando a ceros cada ocho días. También pasan los fallos de los árbitros, que además de una buena dieta necesitan lazarillo. Me da risa cuando Ernesto les grita por la tele: “¡córrele, pinche marrano!” o “¡árbitro culero!”, y mamá se enoja porque nos enseña malas palabras. Lo que mamá no sabe es que conozco todas las malas palabras, aunque no las diga. Me las guardo. No está bien decirlas, pero me gusta saber que puedo usarlas cuando yo quiera. Además no son tan malas. Son solo palabras. Lo que más le enoja a mamá es que diga tirititito o versallesco o zambombazo. Saludos al Satélite Morelos. Dice que de tanto imitar al Perro me voy a quedar mongol. A veces solo lo hago para que se enoje. Cada Acción tiene un número: llevan la cuenta de los programas que emiten. Lo dice el locutor, justo al empezar. El domingo pasado fue el mil setecientos treinta y cuatro. Eso es mucho tiempo. Miss Guille dijo el otro día en clase que cada año tiene 52 domingos, o sea que antes de que naciera, ya existía Acción. A veces pienso que desde que nací no ha ocurrido nada importante. Ni siquiera la Selección ha conseguido pasar de octavos en el Mundial. Ernesto dice que en este país es más fácil encontrar un político honrado que un futbolista decente: a mí me da igual, me conformo con que alguna vez juguemos el quinto partido. Yo no sé cómo Ernesto, que le va al América, puede hablar de honestidad. Mi parte favorita de Acción se llama “El oso de la semana”. Allí eligen la jugada más ridícula o el fallo más torpe y lo emiten una y otra vez, con acercamiento y en cámara lenta. Pobres jugadores: me daría mucha
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vergüenza volar el balón enfrente de la portería o tropezarme como hacen ellos, y que luego todo el país se ría de ti por televisión. Además a velocidad phantom cualquiera parece retrasado. Imagino cómo sería si en lugar de hacer el ridículo en el patio del colegio, se me ocurriera hacerlo en el Azteca. Cagar un gol sin portero, por ejemplo. Me moriría de pena. Acción me entretiene, lo veo sin falta todos los domingos, pero cuando termina y el locutor repite el número de emisión, promete volver la próxima semana con más goles y más errores, y se encienden las luces en la calle, se me forma un hueco en el estómago y me dan ganas de llorar. Entonces mamá comienza a fastidiarme para que prepare los útiles y me meta al baño: yo me quedo bajo la regadera hasta que se consume el boiler y el agua se pone helada, me quedo mirando los pequeños azulejos, tan opacos, colocados uno tras otro, y entre ellos esa unión de yeso verdoso que crea formas extrañas y a veces consigue arrastrarse hasta la cerámica. Intento limpiar esos huecos con jabón y champú, tallo mis dedos de viejito para ver si el azulejo puede ser blanco de nuevo, pero nada. Esas manchas no se quitan. Los domingos son una mierda. Yo creo que es porque odio los lunes y las noches de domingo son casi lunes: se sienten idénticas. Los lunes siempre se me olvida llevar la tarea, y como nos obligan a vestir el pantalón hueso y el saco azul marino del uniforme de gala para hacer los honores a la bandera, tengo prohibido jugar futbol en el recreo. Solo los lunes dejo de ser el 2. El entrenador de nuestro equipo es hijo del Gato Marín y dice que los porteros de ahora no atajan nada y que Campos es un payaso y que su papá fue el mejor portero que ha pisado este país. Dice muchas cosas, muy rápido, y a veces no se le entiende nada. También dice que en Argentina cada posición corresponde a un número. Así saben que un 5 juega siempre en la contención y que un 9 es delantero clavado, a fuerza. También dice que 10 solo ha habido uno, y que ese número, por respeto al deporte, deberían retirarlo para siempre. Mamá no entiende que soy un 2 natural como el Emperador, una barredora, el último hombre. Tampoco se entera de que cuando no queda
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TRANQUILOS, SOLO ES UN CUENTO
nadie más hay que meter la pierna duro. En la escuela todos me conocen por mis barridas: no me da miedo acabar raspado o con moretones en las espinillas. Hasta los de secundaria saben que no me abro ni contra ellos. Cuando Ernesto es buena onda —casi nunca— me da consejos sobre cómo enfrentar a los delanteros. Siempre dice que para ser defensa no hay que dejar pasar al jugador por ningún motivo: un balón sin hombre es inofensivo. Puede rodar o salir por banda, incluso acabar en gol, pero al contrario hay que dejarle un recadito en el tobillo, inyectarle miedo antes del siguiente encontronazo. Hacerlo dudar. Porque un delantero que piensa dos veces antes de tirar no sirve. Eso dice Ernesto. A mamá le da igual, porque cada que llego a casa con los pantalones rotos se pone como loca y a veces me pega esos bofetones que me duermen la cara, o me deja sin arroz con leche para la cena. Mamá hace un arroz con leche estupendo. Cada diciembre prepara cubetas de arroz con leche y canela que vendemos de casa a casa con los vecinos o en la escuela, afuera de la asociación de padres de familia. A mí me da un poco de vergüenza ir por la calle cargando botes con arroz con leche, pero no me queda de otra. Ella trabaja mucho, todo el día. Trabaja tanto que siempre está cansada y en cuanto se sienta un momento los párpados se le cierran. Ya nunca sale después de llegar de la peluquería: ni siquiera a dar una vuelta al parque, o a visitar a la abuela y a mis primos, o a la paletería por una nieve de guanábana. Todo es trabajo. Dice que algún día sabremos lo que significa sacrificarse por los demás, que esta vida es dura. Olvida que juego de central: sé qué tan dura puede llegar a ser la vida. Yo la quiero, hasta cuando se pone histérica y me pega una de aquellas. Los ojos se le transforman hasta casi ser otra persona: una persona desconocida. O un animal. Dura unos segundos apenas pero da
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mucho miedo. Después se calma y me pide que la perdone. Se pone a chillar muy bajito, como si estuviera rezando y entonces me abraza y siento su pecho agitado junto a mi cara: luego se desinfla hasta quedarse dormida y me deja ir. Cuando sea un futbolista famoso y tenga una novia guapa que salga en las novelas, cuando el Perro Bermúdez me haya puesto ya un apodo de campeón como Kaiser, Cuchillo o Picas, lo primero que haré será comprar una casa en Acapulco con alberca y playa
privada. Luego me llevaré a mamá y a mi hermanita lejos de Ernesto. Cuando le cuento mis planes, mamá se ríe y me acaricia la cabeza como si fuera un perro. Dice que algún día sabré lo que cuestan las cosas. Siempre es lo mismo. Espero que algún día ella sepa cuánto gana Claudio Suárez por temporada y me deje en paz, pero hasta entonces, los lunes trato de no desobedecerla y solo juego al espiro, o me quedo sentado en las gradas comiendo cazares y pulparindos junto al Gordo, que siempre lleva dinero para comprar chunches en la cooperativa. Como nunca falta el lacra que quiere gorrearle su almuerzo, el Gordo le escupe a todo lo que compra. Conmigo se chinga, porque es mi mejor amigo y su baba no me da asco. El Gordo es mi pareja en la defensa de la selección del Colegio México, aunque secretamente sueña con ser delantero. Dice que los defensas son todos unos
pendejos y su ídolo es Zague, la estrella del América: un cazagoles torpe y sin el menor chiste. De todas formas, al Gordo no le queda de otra: o juega de central o calienta banca, porque arriba tenemos al Chispa, que no se va sin meter dos o más goles por juego. Es un fuera de serie. El Hijo del Gato lo tiene de titular indiscutible y también lo hizo capitán. Cuando a Chispa le cae una cerca del área, uno puede estar casi seguro que la pelota va a acabar entre las redes. El otro día, antes del entrenamiento, se le acercaron unos señores que según venían de las fuerzas básicas del Azul. Lo invitaron a probarse. Todos intentaron lucirse, pero el Chispa es único, un jugadorazo de esos que parecen llevar el balón cosido al empeine. Hasta me hizo un túnel en una jugada donde me tocó la marca. Con otro cualquiera me hubiera ardido, pero es imposible enojarse con el Chispa. Estoy seguro de que va a ser profesional, pero él no quiere comprarse una casa: va a tener cinco. También, dice, va a comprarse un coche último modelo, convertible y, sobre todo, que sea rojo. Va a ser el de los viernes. Chispa lo tiene claro. Dice que va a tener un coche distinto para cada día de la semana, menos para el domingo: ahí va a concentrarse con el equipo en La Noria y luego a viajar en el autobús oficial. Él también odia los domingos, pero ha de ser distinto cuando juegas en primera y ganas una millonada: ahí los domingos se convierten en viernes. Su mamá me cae muy bien. Siempre lleva sándwiches para los niños del equipo. Cada partido lleva una bolsa repleta: unos son de cajeta, otros de queso de puerco. Vienen envueltos en servilletas casi transparentes. A mí los que me gustan son los de cajeta con mantequilla. El Gordo detesta al Chispa y se burla de él a sus espaldas porque no tiene papá y usa unos tacos gastados marca Conccordd, pero yo sé que lo hace por pura envidia. Dice que los sándwiches de queso de
puerco solo los comen los nacos y los jodidos. Yo tampoco tengo papá pero nadie sabe, ni siquiera el Gordo. Cuando era chiquito me decían que Ernesto era mi papá, pero ahora sé que no. Casi siempre lo detesto, sobre todo los domingos, porque si pierde el América se pone de malas y hace chillar a mamá. A Ernesto el enojo le dura toda la semana, hasta el próximo juego. Es una lata. Además el América casi siempre pierde. En la escuela todos creen que soy hijo de Ernesto, aunque nunca vaya a mis partidos ni acompañe a mamá a las juntas de padres de familia. A veces invento que Ernesto me lleva los domingos a c.u. a ver a los Pumas porque el papá del Gordo tiene un palco en el Estadio Azteca y cada lunes, después de cantar el himno marista, escuchar el tamborileo de la banda de guerra y marcar las distancias por tiempos, el Gordo nos cuenta historias de los jugadores y presume que le firman balones cuando se le antoja. Ernesto no va al estadio ni conoce jugadores: les grita desde el sillón de la sala. Su jugador favorito también es Zague: no entiendo cómo llegó a profesional un tronco así. Debe ser porque su papá también fue jugador. Durante los partidos del América, tenemos prohibido hablar. Mamá se limita a prepararle sus cubas a Ernesto y a rezar para que al América no se le ocurra perder. Él pasa los
noventa minutos hincado frente al televisor. Yo odio al América más que a ninguna otra cosa en el mundo, pero tampoco digo nada. Los miro fallar en silencio. Hasta festejo sus raras victorias. No tengo prisa. Algún día llegaré a primera división y entonces sí, compraré una casa en Acapulco, con alberca y playa privada. Solo espero que suceda antes de que Zague se retire. Lo he imaginado muchas veces: Acción habrá superado para entonces los dos mil programas. Ernesto estará en un asilo o en la calle: mirará la jugada una y otra vez desde las pantallas encaramadas en el aparador de una tienda departamental o en un televisor diminuto, blanco y negro, distorsionado, al fondo de un cuarto hacinado de viejos. Será alrededor del minuto noventa, quizás durante el alargue, en los linderos del área. Va a intentar enganchar por izquierda, pero yo lo voy a obligar a usar su pierna mala. Ahí es donde lo levanto. La grada enmudecerá solo un momento, como para dejar correr el eco del tronido por el estadio. Entonces, sin esperar siquiera el cartón colorado, alzaré los brazos al cielo y desapareceré en la oscuridad del túnel. Primero solo habrá luz y gritos: un instante después el calor se habrá desvanecido. Y más tarde, bajo el chorro helado, mientras observo los azulejos faltantes en el gran rompecabezas de la regadera, podré reírme solo, a carcajadas.
Rodrigo Márquez Tizano Escritor y editor, es autor de la novela Yakarta (Sexto Piso, 2016).
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TRAGI COMEDIA
la afición texto
Pablo Duarte
Quizá el primero fue el que no alcanzó lugar en el equipo: el espectador original habrá sido un jugador que quiso pero no fue. Bajo ese signo estamos todos los que vemos el futbol, deleitados y revueltos en la banda. Una banda que se extiende desde la línea de cal hasta la última butaca, el último banco de la barra, el descansabrazos del último sillón de la sala. Tan amplio ese terreno que cabemos todos —hinchas, aficionados, advenedizos, ocasionales, desentendidos, renuentes y contrariados—. Y esta congregación de individuos en grado diverso de infatuación con la pelota, de pronto, celebra en sincronía un gol. Si es nuestro, ese gol, algo se quiebra. Perdemos la modestia que nos hace buenos vecinos y nos volvemos puro grito. Creemos, fantaseamos, anticipamos que vendrán otros –goles y triunfos–, que campeonaremos porque es ya inevitable. Ondeamos banderas, escalamos estatuas y jerarquías, foto
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porque sabemos que como aficionados coaccionamos a gritos al azar. Desde nuestro sitio torcemos la mano del destino hasta obligarla a que nos cumpla con el trofeo que creemos merecer. Resulta, sin embargo, que el azar es gambetero y es muy difícil sujetarle siquiera la playera. Se escapa y nos regresa al infortunio. Ese es el entrenamiento al que hemos concurrido sin falta una o dos veces por semana. En el graderío, en las cantinas o en la habitación, aprendimos la rara majestad de la desdicha. Seremos algún día campeones del mundo como adultos, nos decimos; veremos al Tri alzar quilates y temores, algún día, pero no hoy. Por lo pronto, regresamos a nuestro puesto en la banda, a jugar a eso que, por no ser de los once uniformados, somos.
©Gobierno de la Ciudad de México, Secretaría de Cultura, Museo Archivo de la Fotografía. [015177-R284-014-36]. Euforia por el triunfo de México sobre Bélgica en el Zócalo (11 de junio, 1970)
Pablo Duarte Traductor y editor. Participó en la antología Breve historia del ya merito que editó Sexto Piso y publicó el libro de ilustraciones El internet de las cosas con el ccd.
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Tonatiuh Cabello (x3). Ă ngel de la Independencia
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DE LA CALLE PARA EL MUNDO México siempre entra a la cancha con ganas de darlo todo. Pero a menudo en el segundo tiempo bajamos la guardia, nos cansamos y nos golean. ¿Nos estará pasando lo mismo con el coronavirus? ¿Nos salvará el escorpión de Huguito (López G.)? ¿La 4T está intentando hacer una chilena, o simplemente cae de bruces sin meter las manos?
¿Qué tienen en común el futbol y el Covid-19? Manteniendo la sana distancia, y disparando desde media cancha, estos valedores hicieron un ejercicio retórico a partir de la correlación entre los dos temas. Aquí sus reflexiones.
francisco francisco
“
Este partido contra el COVID-19 de la temporada 2020 involucra a todas las naciones del mundo. Nos pone nerviosos y nos pone los pelos de punta. Tantas emociones desde la comodidad del cantón. Para ganar el partido al Coronavirus, pegarle macizo y golearlo, hay que atacarlo por donde más le duele. El cubrebocas bien puesto, elegantemente aplicar gel antibacterias; con lujo y categoría mantener mi distancia. Controlarlo. Ya para el segundo tiempo acatamos las indicaciones del coach López-Gatell y metemos presión desde el semáforo rojo, lo bajamos a naranjas haciendo jugar a la media para poder llegarle al verde".
Para Mi Valedor es fundamental que nuestros vendedores se sientan parte del proyecto, es por eso que impulsamos su participación en el contenido escrito e ilustrado. Así que cada semana impartimos talleres en donde desarrollan su creatividad y autoexpresión. ¿Quieres dar uno? Más información acá mero: www.mivaledor.com/talleres
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Alfredo Villena (valedor desde 2015). Col. Campestre Churubusco
JUAN MANUEL MANUEL JUAN
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En tiempo extra. Nos vamos a penales. Justo cuando pensábamos que ya era nuestra, que la acariciábamos para meterle gol a la habitual crisis económica de los valedores, entra de cambio el coronavirus, y entonces, catenaccio total; nos pusimos defensivos —con máscara como para apostarla contra Cabellera— y cubrebocas para no decirle nada al árbitro que comenzó a favorecer al otro equipo. Así vamos llevando la estrategia a contra reloj esperando llegar enteros en los tiempos extra, capoteando las duras entradas del Central Covid; tenemos la táctica de llegar a penales jugando con el apoyo del jugador número doce, o sea, la afición que nos sigue. Con este apoyo, ahora sí, llegamos al cuarto partido".
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Francisco González (valedor desde 2015). La Merced Alfredo Villena (valedor desde 2015). Estadio Azteca
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LA CIUDAD Y SUS LETRAS
SE VOLO EL BALON
poemas
Juan José Arreola Cuenca ilustraciones
Barrilete Cósmico
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Carlitos ve surcar los aires al balón que había comprado en el mercado. Chayito se desplaza con agilidad sobre el asfalto, no se había visto tal velocidad desde que los ladrones dejaron el barrio. El firulais la persigue ladrando. José se lleva las manos a la cara, manchándose de lodo y sintiendo la culpa en su alma. Un carro les pita y pasa, las porterías de mochilas han quedado olvidadas. El Don Chismoso de la tienda sonríe ante la desgracia. En este momento, la venta de dulces en la escuela, algunos domingos y los mandados han sido en vano. Los ahorros de Carlitos se van volando, en forma de balón.
JUEGA
He pasado por la Tienda de Deportes Don Abel unas catorce mil veces hoy. En su mostrador tiene nuevos zapatos de futbol. La sensación de niños y jóvenes que gustan del regate y el gol. Yo juego con los zapatos negros de la escuela, tienen hoyos, chicles pegados y un olor... Don Abel me dijo: “Hazte para atrás que empañas el vidrio”. Volví a casa para ver mis ahorros, tengo 23 pesos, la costra de mi última caída y una calcomanía. Para mi cumpleaños faltan ocho meses, se ve lejano pero tengo un balón que me acepta con cualquier zapato. Pedrito avanza por la banda derecha, se quita uno, ¡qué velocidad! Recorta dejando tirado a otro, le hace túnel al defensa, se perfila de izquierda... ¡¡¡Goooooolazoooo!!! 16
5to C vs 6to B
El sudor se desliza por el rostro de Benja, como si una vaca le estornudara. Su playera blanca del cole con mancha de chile Valentina nos hace recordar las hazañas del legendario Real Guñurul, y su goleador Higinio Sombrilla. Faltan 60 segundos para que suene la campana y se dé por terminada esta épica batalla, 5to C vs 6to B: “El clásico de la butaca rayada”. Benja se dispone a patear el penal, el sonido de niños jugando alrededor es ensordecedor. El zurdito de agujetas sueltas besa el balón con aliento a Doritos. Besa el rosario que le dio su abuelita. Dispara...
Ponchito atajó de manera depurada con su cara... Desviando el balón al salón, rompiendo la ventana.
Juan José Arreola Cuenca
Sociólogo del Deporte: "sociolo-gol". Jugador de la palabra, locutor de "Prosa Dispersa". Músico, guitarrista de fiestas y camiones. Defensor del ocio y la ternura. Corazón de ideas.
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El cuarto de los TILICHES
1 ¿Estás decepcionado de tu club favorito de Primera División? ¿Cansado de promesas de campeonato jamás cumplidas? Mejor elige ser fanático de un equipo desaparecido y regodéate en hazañas que no han vuelto a suceder desde hace más de 60 años.
En esta ocasión desenterramos para ti las chácharas más gambeteras: así te convertirás en el campeón de tu reta de coladeritas.
2 Si crees que tu foto de perfil en Facebook es un verdadero retrato, prueba un balonazo en la cara con estos modelos, hechos para resistir hasta en los llanos más pedregosos. Verás flashes, estrellitas y hasta pajaritos volando a tu alrededor.
3 Que ya no te chamaqueen con el fuera del lugar, las manos no intencionales y otras confusas reglas del balompié moderno. Si lo deseas, con este cuadernillo podrás convertirte en árbitro profesional. ¡Ya solo necesitarás acostumbrarte a que todo mundo te odie por serlo!
4 Los equipos más seguidos de México están representados por estas súper calcomanías metalizadas de sus mascotas no oficiales. Déjate hipnotizar por seres mitológicos, mitad bestia, mitad humano, que se avientan chilenas, tijeras, y saben pegarle con todo al balón.
5 Ni Hugo Sánchez, ni Luis García. Al verdadero "Niño de oro" lo tenemos en esta alcancía para que ahorres todos tus domingos. Puedes llenarla con centenarios y doblones, pero su ranura especial también acepta toda la morralla que vayas encontrándote por ahí.
7 6 ¿Te imaginas si Guardado, Giovani y Vela tuvieran esta cabezota? ¡Seguramente habrían anotado muchos goles en el último Mundial! Vienen con resorte reforzado en el cuello para que siempre digan que sí a todos los insultos e instrucciones técnicas que gritas frente al televisor cuando juega la Selección.
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colecciones y fotos
Éramos Tantos, Sonia Madrigal, Tonatiuh Cabello.
No dejes que se burlen de ti por ser un "maleta" jugando al futbol. Mejor luce por todos lados uno de estos maletines de vinipiel cuyo diseño no le pide nada al mismísimo Louis Vuitton. Podrás ser "maleta", pero también el jugador más fino del equipo.
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Cinco maneras de instalar una portería.
Si te sientes mucho por ser el goleador de tu cuadra o escuela, toma una lección de humildad con el número 129 del Sensacional de futbol. Aprende lo malo que es cuando la gloria y la victoria se te suben a la cabeza.
Con los instructivos "Made in Chinga", sabrás qué hacer cuando se arme de improviso esa cascarita callejera. Puedes armar tu portería:
1.
Con piedras
Ya llegaron los nuevos billetes cómicos del Banco del Fut Bol Nacional para salvarnos de la crisis económica mundial. Junta todas las denominaciones y presume la cartera como los grandes. No por nada le decían "Millonetas" a los del América.
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12 Más que un amigo, Jorge Campos es tu "brodi" y siempre estará dispuesto a hacerte el paro y aventársela por ti. Ponlo en la mesa de tu escuela u oficina y evita que se la pasen metiéndote goles en la vida.
Con latas
4.
11 "¡Yo!, ¡yo!, ¡¡yooo!!". Seguramente así gritabas en la cascarita de la escuela y nadie te pasaba el balón. Prueba entonces con los yo-yos conmemorativos de la Selección Nacional y experimenta por fin lo que se siente que te regresen la redonda.
Con suéteres y sudaderas COMPACTA TU SUÉTER LO MÁS QUE PUEDAS
3.
Hay futbolistas duros y otros muy suavecitos, como estas mascotas de hule de tus equipos favoritos. Apachúrralas sin miedo y escucha con atención su silbido liberador (el modelo chiva incluye tonada de mariachi).
2.
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POSICIÓN A
5.
Con la rejilla de una coladera
Con mochilas
POSICIÓN B ZONA VÁLIDA
Solo tienes que poner el balón en medio y gritar ¡¡¡GOOOOL!!!
13 ¿No alcanzaste boletos para ese esperado partido de liguilla? ¡No te preocupes! Lleva siempre contigo este infalible boleto de emergencia y muéstralo en cualquier entrada del Estadio Azteca. Y recuerda: ¡Di no a la reventa!
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SEMANA 10 texto
Adriana Bernal foto
Tonatiuh Cabello
Adriana Bernal Periodista chilanga aficionada al balompié; es autora del libro Poeta que no entiende de futbol.
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udmila tiene claro , como nadie ,
Torneo Llanero Anual. Ella es la encargada, jornada tras jornada, de registrar todo cuanto pasa en el campo, aun cuando no haga ninguna anotación, no sea el árbitro y, mucho menos, forme parte del Comité de Pambol “Sonido Local A.C.”, encargados de recaudar los fondos necesarios para las cuotas diversas que hay que cubrir. Ella, sin embargo, tiene la asignación, personal también, de grabar la Copa del equipo ganador. Sí, la Copa, esa que saben, propios y extraños, que “se mira. Se mira y no se toca”. O te cae la maldición. Salvo si la toca Ludmila. Ella siente y presiente qué nombre grabará al finalizar el cotejo número veintiuno. Lo sabe desde la semana diez. Nunca antes. Diez jornadas es todo lo que necesita. No tres, no cinco, no siete. Y mucho menos doce. En el llano, en las canchas de arcilla, de tierra, de lodo, uno se juega, entre cábala y cábala, el sueldo, el prestigio o la hidratación del tercer tiempo. Espíritu y corazón. Esperanza. No es, sin embargo, un asunto espiritual, aunque sí de tradición, atestiguar el momento en que Ludmila graba la Copa. Ahí, entre incrédulos, cada jornada diez, una cita que, en realidad, no planea con nadie. Ella graba, con su pincel, el nombre del ganador del Torneo Llanero Sonido Local. el
Tonatiuh Cabello. Ángel de la Independencia
¿Puede realmente predecirse el futbol? ¿Puede el deseo marcar el destino? ¿Es acaso el hambre de gol, el anhelo de triunfo, una acción pre-determinada o incluso manipulada por el pincel de Ludmila? Hasta ahora, 15 años después de su primer Copa grabada y, por ende, 30 torneos, el misterio ha sido resuelto. Contra Ludmila, nadie; con ella todo: el salitre, la bendición, la premonición, el gol ganador, el campeonato. La Reina del Llano. Ludmila sonidera, Ludmila sabia. Ludmila ojete, Ludmila bruja. Ludmila pambolera. Ludmila estadista. No la aman. No la odian. La respetan. Respetan su sabiduría, un tanto por cábala, un tanto por genio. Siente y vibra como nadie en las canchas. Su pasión es ver rodar un balón. Sin importar quién juegue. Sin favoritos. Jugar por Jugar. Gozar en la pasión ajena que es la propia. Hoy ha finalizado la jornada diez. Se levanta de las gradas y, lejos del campo, algunos curiosos fingen que fingen que no ven. Y algo ven pero no observan. Atrás de ella, otra mujer, apenas crédula, ha descubierto que, en 11 semanas, vivirá, premonición mediante, una de las tardes más felices de su vida. Grabado por Ludmila está.
Uno de los carteles oficiales del IX Campeonato Mundial de Futbol México 70
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©Bob Schalkwijk
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Lance Wyman
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Jaime "Tubo" Gómez, portero de la Selección Mexicana, se lanza durante un partido del II Torneo Panamericano de Futbol en 1956.
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El sobrecupo en el Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria y el caos a sus alrededores —provocado por las 40 mil personas que se congregaron sin boleto— orillaron a las autoridades a exigir a Telesistema Mexicano transmitir los partidos a través de su señal, inaugurando así la era del futbol por televisión en nuestro país.
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ŠCentro de Colecciones Arturo Ortega Navarrete. Ciudad Universitaria
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2 1. El Paseo de la Reforma a la altura de la actual Zona Rosa. A un costado la cancha del Parque Reforma, en la que durante varios años se llevaron a cabo los partidos de la Liga de Football Amateur, la primera liga organizada del país, nacida en 1902. foto
La Ciudad de México en el Tiempo. Colonia Juárez (ca. 1920)
3 3. Un miembro del equipo “U” del Pedregal es cargado en hombros tras ganar la gran final del Torneo de los Barrios en el Estadio Jesús “Palillo” Martínez de la Magdalena Mixhuca. El torneo era organizado por el periódico El Heraldo de México y se constituyó por más de 20 años como el principal certamen de futbol aficionado en la Ciudad de México. foto
2. Enrique Borja, uno de los máximos ídolos en la historia del futbol mexicano, se retira del profesionalismo en un partido América-unam, rodeado por niños de la escuela de futbol del Club América, ante un Estadio Azteca a reventar. foto
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©Centro de Colecciones Arturo Ortega Navarrete. Santa Úrsula Coapa (1977)
Centro de Colecciones Arturo Ortega Navarrete. Magdalena Mixhuca (1973)
LA EDAD DE ORO
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las subcampeonas del mundo
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4. Silvia “La Borjita” Zaragoza domina el
balón durante una práctica de la Selección Nacional Femenil en las canchas de la ciudad deportiva de la Magdalena Mixhuca, que junto a la “Vecinal vii” (hoy Deportivo Los Galeana) era una de las instalaciones donde el equipo se preparaba para el segundo Campeonato Mundial Femenil de Futbol México 71. Un año antes, la selección había conseguido una sorpresiva tercera posición en el Mundial de Italia 70, lo cual generó gran expectación entre la afición que abarrotó
el Estadio Azteca en los cuatro partidos que disputaron, siendo el último la gran final del torneo, en la que cayeron 3-0 ante Dinamarca. A pesar de ello, México logró un subcampeonato mundial por primera ocasión en la práctica de este deporte y algunas de las seleccionadas se volvieron celebridades. Sin embargo, las autoridades del futbol nacional desestimaron la continuidad del proyecto de selecciones femeniles, el cual quedó abandonado durante décadas.
©Centro de Colecciones Arturo Ortega Navarrete. Magdalena Mixhuca (1971)
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“Logré salir de la calle y hoy tengo un cuarto donde dormir bajo techo con mi perrito Totó”. –Toño, 39 años
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JUNGLA DE CONCRETO
Una preocupación de grandes escalas Sin duda los estadios son el emblema de las ciudades del siglo xxi. Basta con echar una mirada a las ediciones modernas de las Copas del Mundo o los Juegos Olímpicos. Basta con enterarnos que cuando Qatar ganaba unas turbulentas elecciones para albergar la Copa Mundial del 2022, no solo el estadio, sino la ciudad entera de Lusail —donde se jugarán el partido inaugural y la final— ni siquiera existía. Quizá podríamos hablar del primer centro urbano trazado a partir de las dimensiones reglamentarias que dicta el terreno de juego de un deporte. Como cualquier asunto de impacto global trascendente, la mezcla de sus componentes resulta ser heterogénea. Las múltiples polémicas sociales y políticas señaladas para este evento que se llevará a acabo en el país asiático en 2022, no deben llevarnos a discriminar las aportaciones positivas, como la propuesta del primer estadio desmontable: el Estadio Ras Abu Aboud, el cual, una vez terminada la justa mundialista, será donado en partes a países subdesarrollados. Se trata de un triunfo magnífico para la formalidad de la arquitectura efímera. Sin embargo, incluso este edificio revolucionario y único en su concepto, no puede alejarse de los problemas más enquistados que representa un edificio tan sujeto a la reglamentación de una cancha de futbol. Al final, este conjunto de estadios terminará siendo solo un desfile de renders con gráficos impresionantes, que tendrá su momento cumbre cuando algún medio deportivo comparta estas imágenes a través de Facebook y titule la publicación como si este rimbombante —y vacío— espectáculo de luces y colores supusiera un triunfo deportivo. Será compartido por miles de usuarios, y al final del evento oficial, se convertirá en colosales ruinas insostenibles que cumplieron ya con su fugaz función, siendo una carga para la ciudad en los años venideros. Sin embargo, el impacto urbano —en gran parte negativo— que suponen estos edificios revestidos con fachadas grandilocuentes, con frecuencia tiene consecuencias irreversibles para las ciudades. Desde
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Amazon.com
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José David Bernal
la primicia del objeto arquitectónico como símbolo de identidad urbana, los estadios deben responder a necesidades inherentes a su propio programa, programa que aparentemente refleja también las necesidades de la ciudad. No obstante, en muchas ocasiones estas necesidades son determinadas por los intereses económicos de solo algunos sectores sociales. México, como sede de la Copa Mundial 2026 en conjunto con Estados Unidos y Canadá, deberá pasar inexorablemente por esta avalancha de impactos efímeros. Si bien este fenómeno podría salvaguardar su forma y fondo con ayuda de la cultura consumista futbolera del mexicano, las caóticas manchas urbanas de las principales ciudades del país resultarían ser muy difíciles de anticipar en una mutación que a fin de cuentas solo patrocinará la moderna expropiación territorial. Vuelvo a la característica heterogénea que evidentemente libra de conciencia moral o ética a la arquitectura por sí misma. Los vaticinios utópicos de las ciudades del futuro han resultado tener históricas “buenas intenciones” pues, como cualquier utopía, responden a cambios distintos y no tan triunfantes como se podría esperar. El protagonismo que dará a nuestro territorio albergar parcialmente uno de los eventos más sustanciales del mundo entero, exige que los planteamientos sean sólidos, humanos y confiables, y esto supone ser —para el estado actual de México en todos sus sectores urbanos—, una preocupación de grandes escalas más que un conjunto de soluciones. Tal vez se trate de un reto innecesario, por no decir indescifrable, sobre todo cuando la propia estructura del mundial con triple sede ningunea a México frente a las potencias vecinas del norte, y plantea ya desde su misma concepción una complicación para nuestras ciudades principales. José David Bernal Estudió arquitectura, pero la vida lo puso en el mundo editorial. Fundó la Editorial Gato Blanco. Es autor de los libros El arte del futbol, Por poco me llamo Iniesta y Vas a hacerlos bailar.
TROPI ROLLO
Esa extraña maravilla: el futbol El futbol es el espectáculo más popular y mejor repartido en el planeta. Baste recordar que la fifa tiene más agremiados que la onu (y además le hacen caso). Cada cuatro años, el planeta se paraliza en nombre del futbol. Conviene mencionar a este respecto que Eduardo Galeano, escritor aquejado de la pasión por los goles, en temporada mundialista ponía un letrero afuera de su casa: cerrado por futbol. Cuando el partido comienza, el hincha cae en trance de futbolitis aguda. El futbol deja de ser un reflejo del mundo para convertirse en el mundo. ¿De dónde viene el gusto atávico por el deporte de las patadas? El poeta Antonio Deltoro lo define como “la venganza del pie sobre la mano”. La especie que se desarrolló gracias al cerebro, al ojo y al pulgar oponente vuelve al origen pateando una pelota. Esta regresión en el tiempo atañe a lo que fuimos como especie, cuando los pies eran decisivos para subir a los árboles, pero también a lo que somos como individuos: los partidos nos remiten a la infancia en la que juzgamos que los dioses son posibles y que la balanza del mundo se puede dirimir en un juego. Estamos, pues, ante un doble regreso: en los grandes días del futbol volvemos a ser niños y pertenecemos de nuevo a la tribu del comienzo. Otro de los atractivos del futbol es que se trata del más democrático de los deportes. Si mides 1.55, jamás serás basquetbolista; en cambio, tal vez podrás jugar en la media del Barça. Si pesas menos de 80 kilos, difícilmente estarás en la línea de golpeo de un equipo de futbol americano, pero sin duda podrás oficiar de delantero. El futbol se opone a la tiranía anatómica y repudia la idea del jugador “completo”. Como los héroes homéricos, los futbolistas deben dominar una destreza que los singularice (el tiro de Beckham, la tijera de Hugo, la marca de Maldini, el remate de cabeza de Bierhoff ). Si en La Ilíada Aquiles es el de Los Pies Ligeros y Héctor el Domador de Caballos,
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Juan Villoro
en las canchas los jugadores destacan por virtudes equivalentes, perfectamente definidas. Ningún otro deporte admite tal variedad de picardías para ser ejercido. Otra virtud de esta desaforada actividad es que tiene la peor jurisprudencia del mundo. Estamos ante un mérito que no todos aquilatan y que parece tener los días contados. El futbol se asemeja a la vida porque muchas de sus recompensas y muchos de sus calvarios resultan inesperados. De pronto, en la misteriosa vida cotidiana, ganas la lotería o te descubren un cálculo en el riñón. Eso no depende de tu conducta moral y sin embargo cifra tu destino. Lo mismo sucede cuando el árbitro se equivoca a favor o en contra de tu equipo. Sobre el césped, veintidós jugadores tratan de ser semidioses y solo una persona trata de ser hombre. Es el árbitro, custodio del error humano. Por desgracia, la fifa promueve ahora el videoarbitraje, eliminando las fatales centellas de los juicios arbitrales, que han otorgado interés adicional al juego. La lengua castellana se ha modificado con el impulso del futbol, incorporando el verbo “chutar” al diccionario. Ciertas expresiones del balompié definen situaciones existenciales. Mencionemos tan solo tres ejemplos, que usamos en circunstancias alejadas de los estadios: “fuera de lugar”, “autogol”, “ponerse la camiseta”. Otras frases hechas dependen de épicos sucesos en la cancha. Gracias al futbol, “la mano de Dios” pasó de la teología a la picardía. Por último, estamos ante una de las pocas formas de la épica que en un día de gloria puede terminar 0-0. En otros deportes eso equivaldría a un performance de la nada. En el futbol, un gran partido puede terminar no solo sin ganador sino sin goles. Ningún otro deporte, y acaso ninguna otra actividad, admite esta forma no cuantificable de la gloria. Juan Villoro Escritor y periodista. Su libro más reciente es El vértigo horizontal. Una ciudad llamada México.
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¿Un caso de dopaje tecnológico?
UN CACHIRUL EN EL EQUIPO Con evidentes ventajas físicas, el jugador ya fue registrado. fifa
advierte sanciones.
OTRA VEZ SOMOS EL YA MERITO EL BALÓN SE COLÓ ENTRE LA BARRERA Un gol que pudo haberse evitado si los defensas hubieran cerrado las piernas.
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Arturo Soto. Centro Histórico (x2) / Pueblo Culhuacán, Iztapalapa
No bastó con insistir los 90 minutos, la falta de puntería nos dejó eliminados.
Se quedaron con las ganas
ACARICIÓ LA GLORIA
El trofeo estaba al alcance, pero habrá que esperar una jornada más.
UN SOMBRERITO VERSALLESCO
Con experiencia y toque elegante, demostró por qué sigue siendo un crack de las canchas.
Otro ejemplo de juego sucio
¡DE PENALTY! Una dura entrada con los tacos por delante.
Cayó fulminado en el área después de once pasos. fotos
Arturo Soto. Centro Histórico / La Merced / Col. Granjas Esmeralda
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RULE TEANDO
JUGUÉ UN PARTIDO DE FUTBOL CONTRA LAS GARDENIAS, EL EQUIPO TRANSGÉNERO, TRANSEXUAL Y TRAVESTI DE TEPITO* texto
Alejandro Mendoza
Nunca he sido bueno jugando al futbol. Esa noche había pasado la mayor parte del partido de pie . “Aquí me quedo de defensa”, le dije al capitán de mi equipo, el Ebraye. Todavía no terminaba el primer tiempo y las Gardenias ya estaban ganando. El estadio Maracaná, ubicado en el corazón de Tepito, estaba a reventar. La gente gritaba emocionada entre caguamas, mentadas de madre y cigarros de mota. Una jugada hizo que el balón terminara a mis pies. “Chingue su madre, éste es mi momento”, pensé. Las Gardenias son un equipo de futbol conformado por mujeres transexuales, transgénero o travestis, en su mayoría de Tepito. Cada 4 de octubre juegan contra el Ebraye un partido que ya se convirtió en un clásico. Nunca han perdido. La mayoría son estilistas, que cuando no cortan el cabello también imitan a Gloria
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Tonatiuh Cabello. Deportivo Maracaná, Tepito
Trevi, Lupita D’Alessio o Alejandra Guzmán. Las conocí antes del juego en las oficinas del deportivo, que esa noche funcionaban como vestidores. El ambiente era festivo. Rodeado por puestos de comida, juegos mecánicos y niños corriendo, el lugar comenzaba a llenarse. Mientras las Gardenias se ponían pestañas postizas, maquillaje, y se peinaban, los vasos de plástico se llenaron con tequila y refresco. “A ver, papacito, ve pasándole a las demás”, me dijo una. Otra más conectó su teléfono y la música comenzó a sonar. Los del Ebraye veían divertidos a las chicas arreglándose. El capitán de mi equipo me dio una playera rayada y un short. Comencé a desvestirme frente a todos. Cuando me iba a poner el short, me dijo: “No te pongas esos, te voy a dar otros”. Hice caso y esperé en calzones. Mis compañeros de equipo llegaron por detrás,
*Esta crónica es un fragmento del texto publicado originalmente en Vice en español.
RULE TEANDO
me inmovilizaron y gritaron: “¡Novatada!”. Forcejeé en vano. Me acostaron sobre un escritorio y una de las Gardenias se subió en mí y comenzó a hacer movimientos sexuales. Otra más me bajó los calzones hasta los tobillos. El capitán engañó de la misma manera a otro chico. Después de la novatada, me puse el short, que me cortaba la circulación de tanto que lo apreté, y me senté. Una de las Gardenias se acercó y comenzó a bailar en mis piernas. Las novatadas terminaron y comenzaron los brindis. “Si se caen, párense rápido porque les van a hacer
montón”, nos dijo el capitán de mi equipo. Caminamos hacia la cancha, algunos más tomados que otros. Cuando el balón llegó a mis pies, corrí. La cancha parecía eterna. La portería estaba cada vez más cerca. Es lo más rápido que había corrido en meses. Tropecé y caí con todo el peso acumulado de los tacos y las cervezas. Cinco Gardenias me hicieron bolita. Una me bajó los shorts, otras estaban sobre mí y una más quería besarme. Perdimos en penales por un gol, en el partido más divertido que he jugado.
Alejandro Mendoza Editor y músico michoacano en vacaciones permanentes. Patinetas, punk y periodismo. fotos
Raúl Campos (x3). Deportivo Maracaná, Tepito Diana Ramón. Deportivo Maracaná, Tepito
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A FALTA DE TORTILLAS, PAN
Emparejar la cancha Jugar es la acción que realizamos los seres humanos desde que nacemos y nos conecta con nuestro impulso vital de entender y transformar el mundo, de conocer nuestras habilidades corporales, de socializar y apropiarnos de nuestra cultura. Es cuestión de ver a una niña o un niño explorando sus pies, riendo, moviendo sus manos para descubrir algún objeto cercano; al crecer un poco, se le puede ver insertando figuras en una caja o pintando con los colores que están cerca; cuando aprende a hablar usa el juego para comunicarse con otros, inventar reglas, crear lazos, conocer sus límites al enfrentar retos, gritar gol y emocionarse como si fuera lo más importante que haya logrado en su vida. Cada persona tiene sus propios retos que muchas veces dependen de lo que tienen al alcance. En México, hay quienes desde muy pequeños se encuentran con el reto de sobrevivir. No cuentan con alimento, casa, salud, educación, etc. Alrededor de 20 millones de niños y niñas se encuentran en esta situación. Sin embargo, también juegan. Pues hay retos que no eligieron, como nacer en un país incapaz de respetar sus derechos, pero hay otros retos que quieren experimentar, como meter un gol, aun cuando la cancha sea dispareja, sucia, peligrosa. Al fin y al cabo, el futbol es omnipresente casi en cualquier rincón de nuestra cultura “de la patada”. Niños y niñas, adolescentes, adultos jóvenes y mayores han jugado alguna vez futbol, tal vez porque se requiere poco: un balón (que puede ser un bote vacío o lata) y porterías, que pueden construirse con cualquier rama, sudadera, piedras. Desde ahí comienza el juego, una vez más, con lo que se tiene al alcance y la creatividad de cada persona. Jugar futbol no solo crea amistades, también interviene en el desarrollo de
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Abdelaziz Zúñiga. Cuemanco
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Andrea de Buen
Abdelaziz Zúñiga
habilidades motrices, lateralidad, puntería, control de extremidades, cálculo espacial; en él se manifiestan la fuerza, la velocidad, la coordinación. Sin embargo, en nuestro país hay pocos espacios en los que pueden aprovecharse estos beneficios; la inseguridad en las calles, los autos, la contaminación, la falta de espacios públicos adecuados, el exceso de tecnología (para quienes cuentan con ella) y ahora la pandemia, son factores que interfieren y convierten a la práctica deportiva y/o lúdica en un lujo para algunas personas. Esto ha afectado a la población, por ejemplo a las infancias, pues según datos de la ensanut del 2016, alrededor del 33% de las niñas y los niños entre 5 y 11 años sufren obesidad o sobrepeso. Para algunos, el reto es poder mover su cuerpo con agilidad, lo que es difícil en contextos que favorecen el sedentarismo. Diversos estudios han demostrado que cuando jugamos, nuestro cuerpo libera endorfinas que nos hacen sentir bien y son positivas para nuestro desarrollo; sobre todo para el de niños y niñas, quienes experimentan el mundo a través de la actitud lúdica. Es por
mexicojuega.org.mx FB @mexicojuega.ac
A FALTA DE TORTILLAS, PAN
ello que el juego se ha considerado como un derecho humano y forma parte del artículo 31 de la Convención sobre los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes. Defender ese derecho es una de las acciones principales de Fundación México Juega, la cual está convencida de que mientras más oportunidades para jugar tengamos los seres humanos, mejores sociedades lograremos construir. Sin embargo, es una tarea difícil por lo dispareja que está la cancha. Emparejarla para que todas las personas puedan jugar, requiere la construcción de situaciones de justicia social y ambiental, que garanticen que la población pueda tener sus necesidades básicas cubiertas, pues ni jugando se olvidan el hambre o la violencia. También es necesario que exista tiempo libre, horarios laborales adecuados para los adultos; y niños y niñas que no deban salir a trabajar y que cuenten con espacios en los que puedan sentirse seguros. Otro aspecto importante es sensibilizar a la comunidad de la importancia de esta acción vital que en muchos casos se ha reemplazado por las pantallas, los celulares, los videojuegos, o actitudes miedosas, de desconfianza e individualismo, que no favorecen la convivencia ni permiten que se armen partidos callejeros (de fut o de lo que gusten) en la colonia, acciones que podrían impulsar a la recuperación de espacios públicos.
¿Cuándo fue la última vez que viste a alguien jugar al aire libre?, ¿cuándo fue la última vez que echaste una “cascarita”? El compromiso de retomar estas oportunidades que nos acercan más a la vida digna, es tarea del Estado como el responsable de garantizar los derechos humanos y también de cada persona al exigir y construir espacios de juego, poniendo nuestra solidaridad a favor de emparejar la cancha. Esto sería un gran gol colectivo.
Andrea de Buen Tiene sangre argenti-españonorteameri-mexicana. Hace pedagogía para construir mundos pacíficos, lúdicos y justos ambiental y socialmente. Cuando juega futbol recuerda que las mujeres pueden con todo. Es ludotecaria y fundadora de México Juega A.C.
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Juan Manuel Cรกrdenas (valedor desde 2017). La Perla, Cd. Nezahualcรณyotl Tonatiuh Cabello. Iztapalapa Arturo Gallegos (valedor desde 2016). ร lvaro Obregรณn
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Sonia Madrigal. Col. Metropolitana, Cd. Nezahualcรณyotl Livia Radwanski. Cooperativa Palo Alto, Cuajimalpa
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Leidis Gonzรกlez (valedora desde 2020). Ecatepec de Morelos Arturo Soto. San Juan de Aragรณn
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TSUNAMI
PA' SABER VER
proyecto de
Pamela Zeferino
“Aquí antes era un lago, y después construyeron un estadio. Y eso fue, en parte, lo que lo derrumbó. Pero también lo tiró la gente, o eso es, al menos, lo que cuentan algunas personas...” El Estadio Neza 86 vivió glorias mundialistas, fue casa de uno de los equipos más populares de los 90 y alojó eufóricas celebraciones. Hoy está abandonado. Los momentos célebres de los equipos locales se relacionan con el esplendor y el declive del estadio.
¿Puede una ola hecha por los aficionados en las gradas derrumbar el estadio López Portillo, el “Neza 86”? La “ola” (popularizada en el Mundial de 1986), una actividad representantiva de cómo se organiza un grupo humano para un fin común, es pensada en este proyecto como un ejercicio capaz de derribar una estructura. Pamela Zeferino plantea esta pregunta a arquitectos, ingenieros e investigadores. Toda estructura es vulnerable.
"La afición no respondió en el Estadio Neza 86... Ninguna de las cuatro tribunas del inmuebe se llenó”.
1986 - 1997
1981 CONSOLIDACIÓN
CONSTRUCCIÓN E INAUGURACIÓN
“Podrá caerse la ciudad pero los estadios para el mundial siguen en pie”. Guillermo Cañedo, tras el terremoto de 1985. HUNDIMIENTO Y PRIMERA CAÍDA DESGASTE
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Conoce más detalles del proyecto en video en www.mivaledor.com/neza86
Pamela Zeferino (Ciudad de México, 1988) Artista visual. Se cuestiona los límites de las construcciones y las estructuras, en lo físico y en lo histórico, los factores a los que se resisten y las fuerzas que podrían afectarlas.
PROYECTOS DE REMODELACIÓN
2013
RESISTENCIA
FRAGMENTACIÓN
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Diana Ramón. Estadio Neza 86 / Elisa Candelas. Tecnológico de Tlalnepantla, Los Reyes Ixtacala / Paulina Jasso. Col. Hipódromo Lobos México. Deportivo Luis Donaldo Colosio, Cuauhtémoc / Livia Radwanski. Cooperativa Palo Alto, Cuajimalpa
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Arturo Soto. Col. Héroes de Churubusco
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VALE DOREANDO
JUAN FRANCISCO GABI CORREA "EL LATAS" Selección Street Soccer México
Esta vez presentamos el perfil de un jugador de Street Soccer México A.C., una organización hermana de Mi Valedor que atiende a personas en situación de marginación y logra su reintegración social a través del deporte. Street Soccer opera en los 32 estados de la República Mexicana, y desde 2010 participa cada año en la Copa Mundial de Futbol Calle (Homeless World Cup o hwc), un torneo con gran reconocimiento a nivel mundial, y en el que participan más de 70 asociaciones civiles de todo el mundo. La hwc fue creada por Mel Young, quien también es fundador de la Red Internacional de Periódicos Callejeros (insp). “Me dicen ‘El Latas’ porque de morro me la pasaba dando lata , bueno, todavía. Nací en Chimalhuacán, Estado de México. De pequeño anduve mucho tiempo en la calle, y toda mi vida he jugado fut. Tengo 23 años, y la primera vez que jugué para Street Soccer fue con Alberto, un amigo. Él me llevó a un torneo estatal en Ecatepec. Ganamos ese torneo y así me seleccionaron para el nacional, y también lo ganamos. Entonces me llamaron para la Copa Mundial de Futbol Calle de Cardiff, Gales, en 2019. Empecé a entrenar en el Centro de Alto Rendimiento. Ahí conocí a mis compañeros: ‘Potro’, ‘Chiquis’ y ‘La Muñeca’. Todos son grandes amigos que me han hecho crecer. Cuando me dijeron que íbamos para Gales a jugar un Mundial me di cuenta de que el
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Street Soccer México
trabajo y la disciplina te ponen en mejores lugares. Abraham, nuestro coach, me mostró lo importante que es ponerme a trabajar y sobre todo motivarme. El d.t. ya ganó el Mundial cuatro veces con la Delegación Mexicana: Ámsterdam 2015, Glasgow 2016, Ciudad de México 2018 y Cardiff 2019. Creo que ésa es una buena prueba. Él siempre me dice que hay que tener los pies en la tierra. Pero como soy portero a veces tengo que aventarme, aunque regreso con los pies en la tierra. Recuerdo aquella vez que jugábamos en Cardiff la semifinal contra Portugal. Perdíamos 3-1, nos estaban poniendo un baile. Así nos fuimos al medio tiempo. En el segundo tiempo hablamos para motivarnos. Salimos a jugar y empatamos. Les sacamos el juego en shoot-outs. Desde que pude sacar la cabeza de donde crecí y darme cuenta de dónde te pone la disciplina, cambió mi forma de ver el mundo. Por eso mismo me aventé a poner mi escuelita de fucho en Chimalhuacán. Tenía morritos desde 6 hasta chavos de 16 años. Me gusta enseñarles todo lo que he aprendido. Llegué a tener hasta 50 morros entrenando. Ahora por el Covid-19 tuve que cerrarla por un tiempo, pero sin duda voy a reabrirla cuando esto pase”.
Visita las redes de Street Soccer México:
streetsoccermexico.org homelessworldcup.org
VALE DOREANDO
JOSÉ GIL DE OROS José Gil de Oros, oriundo de Jalisco, fue valedor desde abril 2018 hasta agosto 2019. Él cuenta que tenía un despacho jurídico y vivía una vida desahogada. No obstante, al morir su esposa cayó en la depresión y en el alcoholismo. Así fue como terminó en la calle. Se desplazó a la Ciudad de México para tratarse en el Seguro Social, y estando en situación de calle conoció el proyecto de Mi Valedor por un amigo. Entre muchos aprendizajes, con Mi Valedor recuperó confianza en sí mismo y ganas de vivir. Redescubrió su vocación artística, pues él compone
Gracias a una entrevista que realizó Canal Once a Mi Valedor, José pudo reencontrar a su familia después de 23 años.
y canta, sobre todo en el rubro de la canción ranchera. Esa vena artística le viene de su madre, quien siempre cantaba, tocaba instrumentos y bailaba. Pero quizá el logro más importante fue el vínculo con su familia, pues su hijo llevaba buscándolo 23 años, y lo consideraba desaparecido. Gracias a una entrevista que realizó Canal Once a Mi Valedor y las subsecuentes menciones en redes sociales, el hijo de José Gil pudo ponerse en contacto con su padre.
No solo por el aspecto físico, sino también por su talento para la cantada, José guarda un gran parecido con el ícono del cine y la música norteña: Eulalio González "Piporro".
Las imágenes son extractos del video Mi legado, realizado en el taller de video de Mi Valedor en 2018. Puedes verlo aquí:
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Más sabe el diablo...
Los valedores suelen tener mucha experiencia en los menesteres del barrio. ¿Quieres preguntarles algo? Escríbeles a: contacto@mivaledor.com
Los valedores nos compartieron sus mejores anécdotas con el deporte de las patadas. Yo jugaba futbol de muy niño, 5 a 10 años, generalmente en el patio de mi casa con los vecinos. En ese entonces yo era del Azul y el vecino le iba al América, por lo que había buenos roces cada vez que jugábamos. Mi papá me contagió la afición al Cruz Azul, y para saberme el nombre de los jugadores —cuando no me acordaba de quién era el bueno—, antes de jugar iba a ver el poster de mi recámara que me había regalado mi papá. Ya entonces, yo me hacía llamar Miguel Marín con la pelota en los pies. La regla era que si perdías, pagabas los refrescos. Yo perdía muchas veces, pero también ganaba. Era equilibrado. Que yo recuerde, nunca se armó una bronca, pero luego mi vecino sí se ponía a discutir acaloradamente porque pues él le iba al América y yo al Cruz Azul. Ahí en donde jugaba todos éramos unos pequeños, el más grande tenía 16. Yo jugaba de portero o defensa. Era medio gordito, entonces no era bueno para correr. Pero era bueno con los pies; sí me defendía. En los barrios donde jugábamos se volaba mucho el balón y nunca nos lo regresaban o había un perro que siempre nos lo mordía y lo ponchaba. Muchos se saltaban a tratar de recuperar la bola y ahí salía el perro disparado a corretearlo. Cada vez que de plano se nos ponchaba una pelota hacíamos coperacha o vendíamos periódico para juntar. Ahora ya le voy a los Pumas por la universidad en la que estudié. Un amigo de mi papá que entrenaba por la Alberca Olímpica tenía una bebé que le iba a los Pumas y balbuceaba los resultados de los partidos, decía: “Pumas no gol”, o “Pumas sí gol”. Era muy agradable. Mi papá me llevó al Azteca a ver al Cruz Azul, no lo recuerdo bien porque tenía cuatro años. Dice mi papá que hasta me quedé dormido. Ya después a los 16 fui a cu a ver Pumas vs Cruz Azul, ¡y que nos agarran unos porros y nos quitan nuestras banderas!
Juan Manuel Cárdenas
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Me decían el “derechueco” porque siempre mandaba el balón pa’ fuera de la cancha. Cuando tenía ocho años, un amiguito me dijo que si le tiraba unos goles o echábamos unos tiros. Se puso de portero, y pateé con todas mis fuerzas. El balón lo mandé pa’ fuera, muy lejos. Se me quedó el “derechueco”, porque era sabido que le pegaba muy mal a la pelota. También me decían el “pie chueco”: con el derecho, pero le pegaba chueco. Siempre me tocaba pagar los refrescos. El tiempo que viví en la costa jugaba mucho en la playa, el futbol playero es más cansado. Por eso de brincar a cada rato, quemarse los pies, y pues corrías el peligro de enterrarte un vidrio porque se juega descalzo. Siempre me relajó jugar junto al mar. Claro, era cansado porque te deshidratas y tenías que tomar mucha agua. Cada vez que terminábamos de jugar se pasaba factura, se pagaban los refrescos y nos dábamos un chapuzón.
Alfredo Villena De niño mi mundo se reducía a correr tras el balón. La mayor parte de mi infancia transcurrió entrenando en un campo deportivo. Con el tiempo tuve la oportunidad de probarme en un equipo de tercera división y, al igual que yo, infinidad de chicos participaron en la selección de talentos. La mayoría fuimos rechazados, me aferré por un tiempo a la idea del profesionalismo, hasta que decidí sepultar mi fascinación por este deporte de contacto. Ya de adulto conocí cómo surgieron las bases y las reglas que rigen el juego. Entonces comprendí muchas cosas. Los fundadores de este deporte que ahora es más negocio eran representantes del poder jurídico, económico y cultural del mundo anglosajón. En algún lugar de Inglaterra el 26 de octubre de 1863 una reunión sentó las bases del fut. Así se constituyó la Asociación Universal de Futbol.
VALEMIX FUTBOLERO 1. SIQUITI BUM Nacho Golacho 2. ¡ADELANTE, MÉXICO! Selección Mexicana '86 3. FUTBOL LLANERO Maldita Vecindad 4. TRAS UN BALÓN Hugo Sánchez 5. LLEVO EN EL PECHO LOS COLORES DEL AMÉRICA Carlos Reinoso
De niña yo jugaba con mis primos y hermanos en las calles y en el patio de la casa. Como crecí en Cuba, también jugaba al beisbol contra mis hermanos en un equipo de varones. Las mujeres siempre ganábamos. En la escuela sí jugábamos al futbol. Yo era la portera del equipo y lo disfrutaba mucho.
Leidis Mariana González Font El fucho refleja igualdad y fraternidad, sin distinción alguna de nacionalidad, raza, ideología, religión o género. Es un negocio por encima de todo, aunque los equipos abanderen mucha propaganda relacionada con marcas, leyendas antiviolencia o contra la pobreza con el fin de impactar a la gente. Si bien la fifa y sus afiliados en su mayoría son millonarios que por el futbol hacen poco, en pro de la humanidad generan pasiones que llegan a ser importantes. De mi paso por el futbol, lo bueno que me dejaron tantos años de entrenamiento fueron la disciplina y la constancia. Esto aplica para lo cotidiano. Actualmente entreno niños y jóvenes. Me falta definir si les cobro o no. ¿Negocio?
Francisco González
¿DE VERAS ES USTED MUY LISTA? VERTICALES
1. Portero y delantero. El entrenador nunca sabía dónde ponerlo, pero siempre jugaba. 2. Exitoso entrenador español que llegó a jugar con los Dorados de Sinaloa. 3. Ganó 15 títulos como director técnico. Dirigió a la Selección Nacional en 117 partidos. 4. Máximo anotador de México 70. 5. Apodo de Alfredo Tena: “Capitán ____________”. 6. Equipo desaparecido que fue patrocinado por las fuerzas armadas. Campeón en 1953-54. 7. Segundo máximo anotador del “Tri”, con 46 dianas. 8. Máximo anotador del Mundial México 86.
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Respuestas crucigrama Vol. 29 / Verticales: 1. Díaz Ordaz, 2. Mauricio Garcés, 3. Azteca, 4. Angélica María, 5. Johnny Laboriel, 6. Chabelo, 7. Tlatelolco, 8. Jipiteca, 9. Generación x / Horizontales: 1. César Costa, 2. El Santo, 3. Avándaro, 4. Kalimán, 5. Memín Pinguín, 6. Alex Dinamo, 7. México, 8. Uruchurtu
1. M áximo anotador de la Liga mexicana. Jugó para Pumas. 2. Conocido como “El Emperador”. Participó en tres mundiales: eua 94, Francia 98 y Alemania 06. 3. E quipo que jugó en el Estadio de la Universidad Tecnológica de Nezahualcóyotl. 4. P ortero mexicano que comparte el récord de más mundiales jugados con Matthäus y Márquez. 5. E ste equipo fue fundado en 1923 en la Ciudad de México por electricistas. Primer “Campeonísimo”. 6. S egundo máximo anotador de la Liga mexicana. Ícono cruzazulino. 7. C lub de futbol fundado en 1918 en la Ciudad de México. Juegan vestidos de azulgrana.
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CORRETEANDO LA CHULETA
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©Bob Schalkwijk. Trabajadores en la construcción del Estadio Azteca (ca. 1964)
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