Lamentable, nostálgica e inevitable: la extinción. Los objetos, como las costumbres, se extinguen. Es parte de su naturaleza; de nuestra naturaleza. El universo está diseñado para que todo se acabe y vuelva a significarse. Como una transformación en busca de evolución.
Pero es cierto, las cosas de hoy nacen con un periodo de vida corto; ya no para durar, heredarse o mejor aún, arreglarlas cuando se descomponen. Por esta razón muchos de nuestros oficios están desapareciendo, desplazados por el nuevo pensamiento o las formas apuradas del uso y la tecnología.