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Breaks en tiempos de pandemia

POST-COVID MUSIC & CULTURE WEEKEND: 24H HORAS DE CULTURA Y MÚSICA PARA CELEBRAR EL FIN DE LA PESADILLA VÍRICA.

Una idea festiva y no tan descabellada como parece para darle la vuelta al Toque de Queda.

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Cuando todo esto pase, aunque todavía queda un trecho hasta alcanzar la cifra de vacunación que nos lleve a la inmunidad de rebaño, la escena cultural y de clubes necesitará un empujón y un verdadero regreso a la normalidad, porque está claro que la “nueva normalidad” ha cojeado (y lo seguirá haciendo) y la “vieja”, la de antes de 2020, era bastante mejorable. En un largo, tedioso y excepcional año como el actual y el que dejamos atrás, sería esperanzador ver cómo el sector cultural y la escena de clubes se unen para reclamar una acción sin precedentes en nuestro país: pensar en positivo y hacia un regreso a pleno rendimiento, por ejemplo, comenzando a imaginar y plantear un fin de semana de total actividad cultural en nuestras ciudades. Sería un impulso económico y moral, además de un estímulo para superar antiguas concepciones que limitan el horario de las actividades culturales sin tener en cuenta las necesidades e interés de su público.

Como era previsible, la nueva normalidad está siendo un quebradero de cabeza para el sector cultural y de clubes en cualquier ciudad de España, que ha hecho lo que buenamente ha podido en los últimos meses, pese a las fuertes restricciones de las diversas fases que atravesamos, hasta aterrizar en la disminuida nueva normalidad y el verano de los rebrotes geolocalizados, con miedo y habladuría acerca de un segundo confinamiento total, que acabó con un diligente toque queda de más de medio año, aniquilando cualquier esperanza de funcionamiento nocturno, sin importar el formato. Como apuntaba el artista Dubfire en una entrevista que mantuvo durante el confinamiento con Flug, dj y productor argentino residente en Barcelona, resulta obvio que “hasta que no haya vacuna contra el COVID-19 no podremos regresar a una plena normalidad ni a llenar clubes y festivales”. A día de hoy, seguimos preguntándonos cuándo llegará el ansiado momento de poder llenar un teatro o un club al 100%.

Pero, cuando se pueda, confiando en que efectivamente se pueda y apuntando hacia finales de 2021, propongo pensar un poco outside the box en cómo será ese momento:

“¿Acaso, tras perder millones de euros, miles de empleos y de meses de cierre, dudas e inquietud, deberían las empresas del sector cultural seguir como si nada, hacia una vieja normalidad, llegue esta cuando llegue?”

“¿No sería un momento único y apropiado para aunar esfuerzos, ideas y sinergias y convertir un mero “back to normal” en una experiencia inédita y memorable?”

El sector cultural no tiene nada que perder a la hora de replantear su pleno regreso, aunque este llegue incluso más tarde de lo esperado. En cambio, sí puede regresar dando un salto hacia adelante. Por lo pronto, lamentablemente, habrá más cierres, a riesgo de que la situación se vuelva insostenible no solo en el sector cultural. En lo que va de pandemia, el sector ha dejado miles de empleos atrás y millones en pérdidas, y la tendencia seguirá siendo crítica, aunque continuaremos apoyándolo en esta oscura situación a medio gas —y viendo, impotentes, como salas grandes y emblemáticas como Razzmatazz en Barcelona siguen anunciando, mes a mes, su cierre a través de las redes—.

Como decía, intentando pensar a meses vista y en el momento en el que el virus pueda ser definitivamente controlado (salvo para los conspiranoicos del 5G), llegará una oportunidad única en la que se podría dar un giro sin precedentes a cómo se ha entendido el ocio y la cultura a nivel horario hasta la fecha. Si la situación es límite, el cambio debe estar a la altura. Dudo que los alcaldes no estén dispuestos a escuchar, esta vez, propuestas para realzar este sector que quizás años antes menospreciaban o intentaban silenciar haciendo caso omiso. Sin necesidad de haber pasado una pandemia, en ciudades como Ámsterdam o Berlín están mucho más avanzados en cuanto a limitación horario se refiere, desde hace años. En España, que ciertas localidades reclamasen (se ha hablado de ello en varias ocasiones) 24 horas de horario libre para el sector cultural y de clubes supondría un shock inverso al COVID-19, una novedad al fin estimulante y esperanzadora, diferente, a la que sumarse como ciudadano y activista cultural. Teatros, cines con programaciones maratonianas a lo Festival de Sitges,

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