Tailslide - San Diego, CA - circa 2008. Featured Product: The Cobra Shoe in Black/Red/S&D. Go to www.c1rca.com to see more of Jon Allie’s action shot and his signature footwear and apparel.
Committed to Skateboarding. UNIVIC PERU S.A.C. San MartĂn 430 of. 301 Miraflores, Peru Tel : 0051-1-2426551 - info@circa.com.pe
“Peruanísimas”, resalta sobre fondo rojo en el empaque de unos snacks recién “lanzados” por una conocida transnacional, de esas que realizan complicados focus para escudriñar los ocultos insights de las amansadas masas, o sea nosotros. Y no puedo sino pensar cómo, de pronto, todo lo que tiene que ver con “lo peruano”, sea lo que eso sea, va dejando de ser ese ente opacado que andaba por ahí flaco, cansado, ojeroso y sin ilusiones. ¿Se forja la mayor revolución cultural de nuestra historia? Lo recuerdo jodido. Siempre jodido. Recuerdo a los mayores contar de los quinceañeros con grupo electrógeno y de “toque a toque” –de queda, porque estaba prohibido circular entre las 11 pm y las 6 am–; recuerdo los titulares en los periódicos, las noticias en la TV, los coches bomba y salir despavoridos a casa cuando sonaba el estruendo y se iba la luz; recuerdo a mis amigos del colegio irse del país; recuerdo la canasta básica familiar y el pan popular. Recuerdo los precios de todo subiendo todos los días. Recuerdo el fujishock, la salita del SIN, el grupo Colina y la marcha de los Cuatro Suyos. Ya antes, Zavalita en La Catedral había preguntado en qué momento se jodió el Perú. Los que terminamos la secundaria alrededor de los años 91 o 92 y estudiamos nuestras carreras en los noventa, somos la primera generación posterrorismo que (re)descubrió el país que a las predecesoras les fue negado. Hallamos un Perú de hermosos paisajes y raros animales, de gente acogedora depositaria de un riquísimo pasado cultural; en ese encuentro surgió en nosotros una incipiente (re)valoración de nuestra cultura milenaria: como algo que también nos pertenecía. No era más la sabiduría despreciada por la Colonia y aborrecida por la República que aprendimos en el colegio. Nunca nada nos unió como nación. Y hoy, un hoy que ayer parecía tan lejano, “lo peruano”, sea lo que eso sea, se empieza a construir a partir de un plato de comida o de un ritmo musical que refleja el híbrido cultural que siempre fue la peruanidad, eso que nos pertenece y que por primera vez nos enorgullece y une a todos como colectividad. Aunque falta mucho por hacer, hemos dado los primeros pasos.
Tres Cruces | foto. AgustĂn Panizo
Relatos de un oleaje hist贸rico.....................14
Cada uno tiene su estilo...............................92
Paucartambo..............................................36
Comestible..................................................56
Goth trends.................................................76
Ciudadanos invisibles..................................84
Daniela Carvalho.........................................48 Sulsba Y茅pez............................................102
En la ruta...................................................64
foto. Goyo Barragรกn
Dirección Manuel Navarrete manuel@k4mag.com Edición Alan Pinto alan@k4mag.com Dirección de Estilo Agustín Panizo cheke@k4mag.com Dirección de Arte Juan Ignacio Sarmiento arte@k4mag.com Dirección de Fotografía José Javier “Goyo” Barragán foto@k4mag.com Redacción Agustín Panizo, Bruno Benavides, Sulsba Yépez Pablo Panizo, Alan Pinto, Sebastián de Romaña. Fotografía Javier Larrea, Ignazio Balboa, Giancarlo Shibayama, Piero Marotta, Paolo López, Marco “Sueño” Saldaña, Camila Rodrigo, Miguel Figueroa, Renzo Teruya, Sulsba Yépez, Sergio Urday, Francisco Chávez, José Javier Barragán, Agustín Panizo, Rommel Gonzales. Diseño & Diagramación Mixmedia² Publicidad & Marketing (511) 98 102*3890 | (511) 99 830*9115 publicidad@k4mag.com Agradecimientos Wayo Stein, Santiago Ortiz de Zevallos, Paloma, Miguel Figueroa, Sueño, El Dragón, Toto de Romaña, Red Bull, Rebeca Fuenzalida, Massimo Monciatti, Junior Marmolejo, Miriam Eskenazi, Duilio,Torta, Chata Daniela, Camila Piana, Chato Iliano Gallegos, Faraón, La Colora’, Dani Rangel, Augusto, Mélida, Carmela, familia y amigos todos. Pre-prensa & Impresión Comunica2 SAC | info@comunica2sac.com Web www.k4mag.com Carátula Daniela Carvalho - K-set Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N.° 2009-10526
Urubamba | foto. Sergio Urday / RedBull
texto. Sebastián de Romaña
Toto de Roma帽a, proyecci贸n local en casa. Pico Alto. | foto. Piero Marotta
Miguel Tudela en aguas chorrillanas. Point de La Herradura. | foto. Javier Larrea
Big Sister, big time. Ilo. | foto. Goyo Barragรกn
Ya la vio. Herbert Mulanovich, Punta P谩nico. | foto. Paolo L贸pez
N
unca vi olas así. En 26 años jamás sentí tal furia, constancia, poder y descontrol. El mar, orgulloso, lucía su magnitud y grandeza, vomitando rachones que cerraban todo el litoral, de Punta Negra hasta El Silencio. Pico Alto al límite; el cuarto reef espumeaba y cerraba las mangas que conectaban con el tercer reef, detonando sobre el bajo de piedras que da vida a la ola. Playa Norte reventaba mar adentro, cerrando el afamado “paso de la muerte” e imposibilitando el ingreso a remo; las motos de agua retornaban a la orilla a esperar algún sajiro: ni con su velocidad lograban pasar entre los espumones, cerrados en kilómetros a la redonda. Dentro de mi carro, con las lunas oscuras cerradas y Tool explotando en mis audífonos, no miraba el mar de los nervios. Con el wetsuit puesto, solo martilleaba contra mis rodillas todo el poder de los baterillazos de “Hooker with a Penis” para incorporar la energía de la música en mí y contrarrestar la poderosa fuerza del mar que me tocaba enfrentar. Estaba decidido, lo quería hacer, pero sabía que no era un juego ni mucho menos: el día de la verdad había llegado, yulky, el que ansiábamos con todo. En el agua, a tres kilómetros de la seguridad de tierra firme, todo era calmo, casi en cámara lenta. Ya no veía las rachas cerradas detonando contra la costa, ni la gente con cara de susto en la orilla; tampoco oía las palabras de aliento que recibía por doquier de conocidos y desconocidos. Tool había dejado de sonar. Solo yo, el mar, y aquellos otros en mis mismos zapatos, con quienes más que en competencia me sentía hermanado. Solo el ruido de las catatónicas explosiones al pasar cada tumbo, las olas contra mi tabla, mis brazadas, el palpitar de mi corazón, la sangre fluyendo por mis venas, mi respiración.
foto. Rommel Gonzales
1. Pico Alto. f. Gonzales 2. Covadonga. f. L贸pez 3. Boris, Panic. f. L贸pez 4. Saavedra, Moquegua. f. Goyo 5. Toto, Panic. f. L贸pez 6. Testigos en La Herra. f. Larrea 7. Comitiva, Ilo. f. Goyo 8. Ilo sabes. f. Goyo 9. El Alto. f. L贸pez
Diego “Tuiti” Arrarte. Tercera de La Herra. | foto. Javier Larrea
Ubicados donde pensábamos que llegarían nuestras olas, confiábamos en que no fallara nuestro instinto, y es que la última imagen que quieres ver hecha realidad es aquella que en alguna dimensión todos conocemos: pasar un tumbo para ver una muralla que tapa mar y cielo, una sombra gigante que gana terreno hasta dejarte sin escapatoria, mostrando en el labio sus fauces, que te envolverán en su interior, sumergirán hacia lo desconocido y probarán tu resistencia, alterando tu tranquilidad y sanidad mental. Esa misma noche escapé del frío y la mutantada, trepé en un avión y perseguí la crecida hasta el norte del Perú, ya no en busca de drops de infarto sino de perfectos, cálidos e interminables tubos. Por la dirección del swell, las olas no entraron tan grandes como esperaba; sin embargo, el banco de arena, tallado a la perfección, hacía que la sección del point a la piedra enrollara tubos “trimetrales” perfectos. Cada racha, lanzarse por los aires, llegar abajo y encarrilar los legendarios canutos secos de Punta Pánico. Decenas de tablas rotas y mucho esfuerzo físico; “no pain, no gain”, como dicen aquellos que buscan excusas a sus demencias. Esta crecida fue una verdadera bendición y puedo decir, con orgullo, que la aproveché al máximo. Tres días de olones y tubazos, descarga de adrenalina que me motiva para seguir chambeando sin correr tabla todo lo que quisiese. Recarga de baterías con una dosis de energía que pocas veces se da en la vida. Aquisito nomás, amigo. Baratito, y de local.
Miguel Rodríguez. Mar del Sur. | foto. Goyo Barragán
De campeonato. Punta Hermosa, PerĂş. | foto. Rommel Gonzales
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César Aspíllaga | Foto. Goyo Barragán
texto. AgustĂn Panizo | fotos. Giancarlo Shibayama
Siempre he sido Saqra.
H
e venido desde el Cusco, donde estudio quechua en una escuela para gringos. Viajo con dos compañeros de estudio, Andreacha, una chica de Nueva York y Alexcha, un pata de San Diego, y, tras vencer un polvoriento derrumbe en la estrecha carretera, hemos llegado vivos de noche a Paucartambo.
Este es un pequeño pueblo enclavado entre montañas a medio camino entre la sierra y la selva. Un pequeño pueblo que vive en permanente expectativa durante el año, con todos los calendarios marcados en una fecha especial: el 16 de julio. Es la noche del 15 y se celebra la víspera de la fiesta en honor a la Virgen del Carmen; mañana será el día central. Pero esto no disuade a los visitantes ni a nosotros y nos confundimos en el pueblo que revienta de fiesta y alboroto en todas sus escasas y estrechas callecitas. La plaza de armas es cosa seria. Bajo las cuatro inmensas palmeras que adornan esta irregular plaza sin iglesia, una multitud de locales y foráneos bebe cerveza, come anticuchos y baila ruidosamente al ritmo de la orquesta. Nosotros secamos la cuarta chela y buscamos un bus que nos lleve a Tres Cruces. Dos horas de camino y estamos mirando al horizonte que se va aclarando poco a poco y deja ver lo que parece un infinito campo de algodón sobre la selva. Una caminata casi a tientas hacia una loma cercana nos sitúa en un balcón natural y, cuando finalmente el sol nace dorado desde el otro lado del mundo, las palabras se nos van, y una sonrisa permanente se dibuja en la cara: esta es una de esas experiencias que nunca se borrarán de la memoria, el inti paqariq de Tres Cruces, el amanecer más increíble que cualquiera de nosotros jamás haya visto. Ya saciados emprendemos el retorno a Paucartambo, que nos recibe con su fiesta en clímax. Doce comparsas de danzantes enmascarados recorren las calles bailando sin descanso. Una hermosa chunchacha bebe con cañita de una botella bajo la máscara y continúa bailando. Los maqtas intentan controlar al gentío a latigazos y se detienen a coquetear con las gringas, con mi amiga. Los salvajes saqras, especies de demonios de melenas felinas y máscaras monstruosas, juegan su sacrílego papel alborotando el pueblo hasta que hace su aparición la esperada Mamacha Carmen, patrona de la fiesta más importante de los Andes surperuanos, la caritativa y a la vez castigadora intercesora celeste, dueña de los destinos de sus fieles. La multitud se alegra, reza, implora, llora, se agolpa y levanta la vista a su señora: ahí está ella, la señora milagrosa, entrando coronada en la plaza y envuelta en finos tafetanes bordados y velos, escoltada de ángeles y adornada de joyas multicolores. Después de su majestuoso paseo por las calles del pueblo, oculto ya el sol, se resguarda a la virgen en el templo y lo que sigue es la mayor fiesta que pueda imaginarse. Mañana 17 será lo que es para muchos lo más esperado: la guerrilla, nos cuenta en quechua una niña y yo le entiendo apenas; manan machasqa runakunata munanichu, dice asustada, mientras casi nos embiste un chukchu borracho en una bicicleta sin llantas. Ella nos explica que la guerrilla recrea el enfrentamiento entre los qollas, habitantes del altiplano que –según cuenta la leyenda– se robaron a la virgen, y los ch’unchus, los locales que siempre ganan y la traen de regreso. Resta un gran día de celebraciones y, tras este, los fieles regresarán a sus ciudades y países, habiendo ya escuchado el canto de los negros: “adiós, adiós, reina del Carmen, hasta el año venidero”, hamuq watakama. Nosotros recorremos el pueblo entero entre borrachos que deambulan autómatas y mujeres que se afanan cocinando en sus puestos de comida. Hemos venido a festejar y así lo hacemos, imitando a los majeños y levantando cuanta chela nos inviten. Mañana será otro día y regresaremos al Cusco. Yo, turista en mi propio país, me hago la promesa de volver el año entrante hablando un poco más de quechua, quizás así pueda confundirme mejor entre la gente y sentirme un poco menos extranjero.
Paso al carro de fuego.
Sumaq chunchacha, sunquywan.
MaĂz.
Mi noche no es tu noche. Saqra peluc贸n.
Vienen de lejos. Llameros en joda.
el doble de difícil conseguir algo, pero eso me despierta. ¿Regresar? No creo aún, no quiero volver al slow motion al que me sometía Lima. Aparte, la paso muy bien acá, entre conciertos, playa, dibujos, amigos, y cositas más. ¿Cuándo te interesas por el diseño gráfico? Cuando vi que mi hermano estudiaba una carrera, al parecer rentable, y se la pasaba haciendo dibujitos. Al menos se veía mucho más cuerdo que mi idea de estudiar artes plásticas. Al final, no era tan rentable y los dibujos nada libres. ¿Qué es eso de professional crap crafter? Profesional en hacer porquerías y otras cosas. Odio eso de los currículos y etc., así que si hay que poner una descripción de mí, que se entienda que me divierto con mi trabajo y que algunas de mis cosas pueden o no tener sentido. Y ya. Tomo mi trabajo en serio, sí, pero a mí no tanto. ¿De Lima a Barcelona...? Perdía el tiempo en agencias para ahorrar, irme a la playa y dormir. Me fui porque quería salir... los días se pasaban como agua entre trabajo, fiesta y siesta. Sí, tenía tiempo para hacer un par de pinturas y ya, pero no tenía de dónde aprender ni en qué inspirarme. Seguro ahora regreso y veo Lima diferente. Ahora sigo en publicidad, ja. Al menos tengo más tiempo para hacer cosas mías, más apoyo, más medios y más gente que comparte conmigo formas de hacer y pensar. La vida cuesta más, y es
¿Tu estilo? Creo no tener uno. Me gusta mucho el blanco, el lápiz, los colores pasteles y las frases tontas. Pero aún ando experimentando, aprendiendo, probando cosas. A ver si en unos años me defino, aunque me da un poco igual. ¿Qué tienes en mente a la hora de hacer un diseño o una ilustración? No sé. A veces veo una imagen que me provoca dibujar y la voy transformando. A veces es un texto. Lo que sí pasa siempre es que lo que hago nunca termina como lo pienso en un principio, muta en el camino y eso me gusta. ¿Algún diseñador? De joven, ¡ja!, me gustaba mucho Mark Ryden, sus pinturas “frikinocentes”, esa ambigüedad, súper dulce y tenebroso a la vez. Eduardo Recife es un genio. Ahora me gustan tantos… Me encaaaaanta David Shrigley; su simpleza e ironía son geniales. En fotografía, Tamara Lichtenstein o Bryan Schutmaat. La chamba de Neil Gayoso también me encanta. Hay tanto ahora, entra al ffffound un ratito y es increíble la cantidad de gente haciendo cosas buenísimas. Es fotografía, ilustración o dibujos y esas cosas con lo que me pego... ¿diseño puro y duro? Pues, no tanto.
Mรกs de Daniela en: www.156centimetros.com www.danielacarvalhoh.blogspot.com
texto. Bruno Benavides | fotos. Camila Rodrigo
E
s interesante comprobar que los resultados de la colaboración humana varían tanto como las circunstancias y los individuos involucrados. Lo cierto es que los humanos nunca habríamos dejado las cavernas si no hubiésemos unido fuerzas y los Beatles, Radiohead o los Wailers no serían lo que son sin esa alquimia de talentos y personalidades, historias y casualidades. Sucede que los talentos electrónicos individuales de Ruido Pereira (voz, guitarra FX), Felipe Salmón (Secuencias coros, FX, Drums, Ableton Live) e Israel Vich (Sintes, FX, Samplers, Xilófono, Reason) recientemente han confluido en una receta de aires rockeros que suena apetecible como su nombre: Comestible. “El grupo tiene que ver mucho con nuestra vida personal, cómo nos hemos reunido como personas. Los tres somos amigos desde hace mucho tiempo. Pero cada uno andaba tan ocupado con sus cosas que nunca pensamos en juntarnos… y si lo pensamos no lo hicimos” comenta Ruido, aludiendo los brillantes antecedentes de los miembros: él ha sido seleccionado para tocar en la Red Bull Music Academy Lounge en el Sónar de Barcelona, Salmón ha sido el colaborador electrónico de Miki Gonzales y Vich es probablemente el mejor Dj y productor de Techno de la escena peruana desde hace más de 10 años. En su venidero primer disco, Comestible logra incorporar de forma eficaz una absorbente atmósfera electrónica a canciones estructuralmente rockeras; las capas se superponen, los arreglos surgen, las armonías brillan. Y sin embargo, Comestible tiene un sonido fresco, orgánico y hasta lúdico. Total, ¿qué es más divertido que utilizar el talento alejándose de lo seguro y con un buen componente de riesgo? “Para empezar a armar una canción, por ahí Rui
plantea una guitarra, yo le meto un teclado, un bajo, Israel viene y dice ¡ah que bacán!, le mete unos beats y unos coros. Es una verdadera lluvia de ideas y poco a poco va tomando forma. No hay ninguna regla y sí mucha libertad para aportar en todo” dice Felipe. “¡Yo aporto mucha neurosis!” interrumpe Israel, “me gusta tener todo más controlado, meterle algo de orden y métodos. A diferencia de Rui que es más impulsivo para componer”. Y aunque el rock y la electrónica están expuestos, Comestible incorpora además un elemento ajeno a las carreras solistas de sus integrantes: el temido pop. “Para mí ha sido súper difícil hacer un proyecto que puede ser considerado pop es romper un paradigma personal, un prejuicio bastante fuerte. De hecho, antes escuchaba la palabra pop y me ardían las orejas. Ahora me doy cuenta de que hay muchos proyectos de pop independientes que son muy buenos, están dirigidos a todos, es música popular” confiesa Ruido, “es una aventura, no sabemos lo que va a pasar”. “Hemos adaptado el proyecto como para tocarlo de una forma, pero no quiere decir que siempre vamos a tocarlo así. Este es un acto que hemos hecho, pero podemos hacer otros actos distintos, en versión A, B o Z. A estas alturas tenemos también muchas ganas de experimentar”, complementa Israel. “Creo que los tres estamos conociéndonos más, es difícil tener una banda y tratar de estar de acuerdo en todo. Las cosas van bien hasta ahora y de hecho siento que se viene algo aún mejor” dice Felipe mientras ojea un plato de sopa que lo espera en la mesa e Israel bromea con Ruido. La mesa está servida. No lo olvides, eres lo que comes.
“Hay que dejar a la música ser el alimento del amor” - Dicho inglés.
Filip Polc. Cusco. | foto. Sergio Urday / Red Bull.
texto. Alan Pinto
Filip Polc, eslovaco en viada. | foto. Sergio Urday / Red Bull
“S
omos un país fuera de serie para montar bicicleta”, revela Santiago Ortiz de Zevallos (27), un arequipeño que empezó con el BMX por las calles de la Ciudad Blanca, “buscando sitios donde saltar y hacer trucos”. Santiago, que proviene de una familia de tradición ciclista –su padre y abuelo fueron campeones nacionales–, practicaba también cross country (XC) y ruta (bicicleta de carrera) cuando en Suiza descubrió el downhill (DH) o descenso, alrededor de 2001. De regreso en Perú practicó free ride, buscando “drops y saltos grandes, bajadas bien difíciles; no le encontraba mucho sentido a competir”. Recién en 2006 participaría en un Mega Avalanche en Cusco, en donde, de un total de 70 inscritos –40 extranjeros–, se ubicó en puesto 14. Santiago, Campeón Nacional de DH 2009, ahora vive en la mítica Ciudad Imperial, lugar que considera el centro del DH en Perú, no solo por las rutas sino porque “existen más downhileros en un distrito que en todo Lima”. Es a inicios de los 90 que el ciclismo en el Perú empezó a cambiar, cuenta Miguel Figueroa (38), quien “hacía ruta allá por el 84, cuando se realizaban los Interbarrios, unas competencias que se corrían una semana en cada distrito y con bicicleta de carrera, ¿no?... ahora hablar de ciclismo es hablar de una montañera”. El “Negro Chasqui”, que compitió de manera profesional en eventos internacionales como la Vuelta a Chile (1,500 km), recuerda que hizo ruta como hasta 1993, cuando empezó a combinar esta modalidad con el XC porque “un tío del Regatas nos llevó a Totoritas... y se cagaba de risa porque teníamos físico pero cero técnica; nos salíamos del camino y todo, y me di cuenta de que en la montaña la cosa no era de resistencia, sino de habilidad”. Miguel relata, entre risas, que al principio “las carreras se hacían en Pachacámac, pero (los ruteros) teníamos harto físico, y a la gente le sacábamos media hora en el tramo de partida, que era
pista en subida, y llegábamos solos... luego se hicieron las carreras en las partes técnicas, en caminos angostos, y ahí comienza el XC... hubo toda una evolución”. “Es una sensación increíble... en algunas rutas subes hasta la cima de la montaña y puedes ver toda la cordillera, al estar allí, uno se siente dueño del mundo... ver el camino que baja por el valle, bajadas de más de 3,000 metros, es algo intenso”, confiesa Eduardo “Wayo” Stein (36). Wayo practicacó bicicross hasta 1994 y luego se dedicó al XC, para finalmente enfocarse en el descenso, porque “el XC, a diferencia del bicicross, es más de resistencia que de técnica y no me iba tan bien en las competencias como cuando hacía DH con mi cleta de XC”. Stein, que en setiembre de este año logró el 3er. lugar en el Mundial Masters de Mountain Bike realizado en Camboriu (Brasil), opina que el ciclismo de montaña en el Perú se “desarrolla lentamente, pero igual cada año hay más ciclistas”. Y es que tenemos una geografía privilegiada para todo tipo de deportes de aventura. Rutas alrededor del Cusco han sido ya escenario de competencias internacionales, siendo una de las últimas el Santísimo Downhill II, que se realizó en Urubamba en un circuito proyectado por el ciclista peruano Diego Sarmiento. Invitado de honor al evento fue el eslovaco Filip Polc, un deportista extremo nato que quedó maravillado con los caminos que recorrió con Sarmiento. Y en este punto coinciden Ortiz de Zevallos, Stein y Figueroa, que la pone clara: “Este lugar es privilegiado como ninguno en el mundo, puedes desayunar un seco de carnero a 4,000 metros y llegar a almorzar un arroz con mariscos en Chorrillos al mediodía... ¿qué tal esa bajada? Así es, pues, mi causa”. Información sobre rutas: www.inkasadventures.com info@chasquibiker.com
Chaskikar. | foto. Miguel Figueroa
Quebrada abajo voy, un valle espera. | foto. Miguel Figueroa
En tierra seca te quiero ver. Santiago Ortiz de Zevallos. | foto. Renzo Teruya
Tributo y descanso. Apacheta sobre la sierra de Lima. | foto. Miguel Figueroa
En ruta a la meta. | foto. Sergio Urday / Red Bull
www.grupocaridad.org Acabar con el maltrato y abandono de los animales en el Perú es lo que motiva al Grupo Caridad, asociación a la que a mediados de este año le fue otorgado el premio Humane Society International Advocate por su exitosa campaña “Mascotas Felices”, con la que han esterilizado a cientos de perritos y gatitos en Lima y otras ciudades del Perú. El Grupo Caridad, fundado en 2006 por Fernando Moreno y Daniella Granda, también realiza campañas de comunicación para concientizar a la gente a tener un mejor trato hacia sus mascotas y actualmente buscan financiamiento para la construcción de su primer albergue. Si buscas una mascota, ¿por qué no adoptarla? Nobles animalitos esperan por ti. www.actualidadambiental.pe La construcción de la hidroeléctrica de Inambari, la brutal deforestación de Madre de Dios, que consumimos 1.5 veces las materias primas que nos puede dar la Tierra, que la diversidad biológica del Perú no tiene paralelo. A difundir estas importantes “noticias y acontecimientos relacionados con el medio ambiente del Perú y el mundo, en la búsqueda de una mayor conciencia y acción para la preservación de nuestro planeta” se dedica Actualidad Ambiental, el servicio periodístico de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental. En su web podrás también “obtener y utilizar gratuitamente videos, fotografías y los últimos boletines e investigaciones de las principales instituciones científicas del mundo”. Actualízate. www.behance.net Un portafolio gratuito en línea es lo que ofrece Behance Network, The Creative Professional Platform, para que los millones de visitantes que recibe la página mensualmente puedan ver tus proyectos, que puedes retransmitir vía Facebook, Twitter o LinkedIn. El sitio, que es visto por reclutadores de las compañías creativas top del mundo y por periodistas en busca de nuevos talentos, te da la posibilidad de mostrar tu trabajo en una interfase libre de anuncios u otros contenidos, “solo tu trabajo limpia y bellamente dispuesto”. Click. www.greenpeace.org “La frágil Tierra merece una voz”, proclama desde el ciberespacio Greenpeace, organización fundada en 1971 para defender nuestros bosques y océanos, promover una agricultura beneficiosa para el planteta y su gente, eliminar los químicos tóxicos que se vierten en aire, suelo, ríos y mares, detener la era nuclear por ser “un riesgo inaceptable para el ambiente y la humanidad” y luchar contra el cambio climático con llamados a los gobiernos e industrias para lograr “grandes cambios”. Aceptan voluntarios. www.arkivperu.com Un melancólico “revival” de los sesentas, setentas y ochentas, “épocas marcadas por gobiernos militares, toques de queda, series japonesas en blanco y negro y los mejores deportistas peruanos de todos los tiempos”, es lo que encontrarás en Arkiv Perú que “no es una página web comercial y no tiene fines de lucro” y “fue creada principalmente como un viaje y recreo nostálgico para los cibernautas”. Para los cibernautas tíos como tú.
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texto. Pablo Panizo | fotos. Archivo Marco “Sueño” Saldaña
Tijuana, México.
E
l año 2008 Marco ‘Sueño’ Saldaña (Lima, 1981) visitó la comunidad quechua lamista del barrio de El Huaico (Lamas, San Martín). Su trabajo recogiendo las manifestaciones culturales de la comunidad, intentando aprehender mediante la fotografía el sincretismo entre los nativos y su entorno, le dio un vuelco a su trabajo artístico. Desde entonces, a su inmersión en la fotografía documentalista se sumó el interés por la Antropología Visual y el Street Art. Intervenciones como la realizada sobre la fachada de 300 m² del Centro Cultural España o las realizadas como artista invitado en Bogotá (“Memoria canalla”) le abrieron un espacio a partir del cual criticar el arte desde el arte callejero y luchar por la dignidad y la reivindicación de las raíces culturales. Tijuana, julio de 2010. En una de las más convulsionadas ciudades de América, donde la violencia organizada no respeta ni la muerte ni la vida, un conjunto de familias ha sido desalojado. Marginados entre los marginados, subalternos entre los subalternos. Invisibles. Instalados en un terreno baldío salpicado por cestas, galoneras, mantas, sillas, fierros, un grupo de artistas multidisciplinarios convocados al proyecto “Fronteras México 2010” intenta devolverles la voz de la que han sido privados. Insertándose entre los desalojados, Sueño trabaja en el recojo de sus testimonios y los pro-
cesa en una acción artística visual. Las confesiones de segregación social quedan grabadas junto a retratos del desamparo en el que pasan los días. En las paredes y el piso, Sueño exhibe las carencias, en ellas se ve lo que no está: la casa no tiene pared, la sala no tiene muebles, el perro no tiene casa. Atlanta, agosto de 2010. En la ciudad los indios ya no existen; el concreto reemplaza tristemente los campos y no se escucha más al viento golpear las copas de los árboles. En Cabbagetown, uno de los barrios fuertes en la movida callejera de Atlanta, Sueño (invitado al “Living Walls Conference, the City Speaks” junto a artistas de tres continentes) tiene a su cargo una gigantesca esquina. Dicen los locales que nunca se hizo una intervención en wheatpaste tan grande. Bajo la montaña, corre el río y se pierde en la pared; sobre ella, el indio tiene la mirada resignada y serena, mientras desde el cayado que sostiene firme en su palma derecha nacen aves blancas, decenas, volando en búsqueda de árboles entre el cemento. Una vez más todo está donde no está, y es esa pérdida la que él cuestiona. Más de Sueño en: www.marcosaldana.com
Atlanta, Estados Unidos.
Mural Resistencia Detonarte 2010
“... nacen aves blancas, decenas, volando en búsqueda de árboles entre el cemento”.
Oscar Velarde en Barranca. | Switch flip.
texto. Alan Pinto | fotos. Francisco Chรกvez
Marcas de ropa, llantas, tablas y tracks nacionales. Peruanos destacando en Sudamérica y EE.UU. Demos con los teams de afuera. Parques, tiendas y escuelas para aprender a andar en patineta. Una multitud creciente sobre ruedas.
E
l cambio ha sido exponencial, y no solo en infraestructura, industria, eventos y cantidad de patinadores, sino también en actitud, como afirma Peter Chlebowski, para quien “los chibolos ahora se tiran la baranda, gaps de tres pisos, son más extremos”. Y es que es simplemente la evolución natural de una generación que ha crecido rodeada de parques públicos especializados y de una más boyante empresa local, como es el caso de Massimo Monciatti (16), que no duda en agradecer a los “skaters un toque más viejos, a los que pidieron los parques porque en su época no había, y se montaba con tubos y cajas en la calle, cosas que yo no vi porque ni había nacido, creo...”. El proceso ha sido relativamente rápido, si tenemos en cuenta que a finales de los 90 los skaters estaban casi extintos y eran desalojados constantemente de los últimos reductos que mantenían en la hostil Lima, su hábitat. Es al inicio de esta década que resurge el skate, aunque, según Francisco Chávez, es recién “en el 2005 o 2006 que agarró fuerza”, con el surgimiento de una nueva y aguerrida generación de skaters como Diego Rodríguez (21) y Manuel Castro (20), a quienes siguen de cerca más chiquillos como Giovanny Grados “Ronaldiño” (16), Junior Marmolejo (15) y el mismo Massimo. Un ligero tono de reproche creo notar en Peter cuando me suelta un controversial “ahora la gente quiere montar para hacerse famosa”. Él y su mancha montaban “en vacaciones –recuerda–
Manuel Castro en Ilo. | Wallride nosegrab.
Diego RodrĂguez. | Frontside flip.
“los chibolos ahora se tiran la baranda, gaps de tres pisos, son más extremos”
Diego RodrĂguez. | Frontside flip.
desde las 10 de la mañana hasta las 10 de la noche; íbamos de Miraflores a San Felipe en skate, ida y vuelta porque queríamos patinar... no había plata para montar y la gente parchaba con caucho su taba; ahora quieren que se vea rota y los alucinen skaters, hay un poco de pose también ahí”. Y sí, es cierto que muchos querrán gozar del prestigio y privilegio que otorga ser un buen skater hoy. Pero hay que serlo y no parecerlo, eso es definitivo. Y tal vez sea cierto también que ahora los skaters no montan todo el día y la tienen, de alguna manera, más fácil que antes, pero tal vez las cosas no han cambiado tanto ya que, como Massimo aclara, “un buen skater se reconoce básicamente por sus trucos, pero sobre todo por lo que da, por las ganas de montar skate todo el día, de querer divertirse”. ¿Qué significa ser skater en estos días? Difícil decirlo. Para Junior Marmolejo, a quien su hermano le enseñó a montar skate en su natal Ica, para los patinadores de su generación ha sido importante “...la influencia de los skaters antiguos... sin ellos no podríamos evolucionar”. Junior escucha hip hop, Massimo, también. Junior, kickflips, Massimo, gaps grandes. Los dos quisieran vivir del skate. ¿Qué caracteriza, entonces, a esta nueva generación? Junior responde con un escueto “no lo sé” y Massimo, dubitativo, responde que “no sabría decirte en verdad... hay los que visten ancho, los que visten normales y los que visten apretado... por su vestimenta sacas la música que escuchan, pero no hay tanta diferencia, la gente se lleva bravazo y, chévere, cada uno tiene su estilo a la hora de montar”.
Massimo Monciatti en La Molina. | Sad.
photos: nelly
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LLACHON. Bordeando las orillas del Titicaca, en el altiplano peruano, muchas familias educan a sus niños recibiendo turistas que vivirán con ellos por unos días.
Estudié Bibliotecología en San Marcos y luego Periodismo en la Católica. Empecé como fotoperiodista en el diario La República en el 2001. Luego trabajé en el desaparecido diario Hoy, para luego formar parte del equipo fundador de Perú.21, donde trabajé hasta el 2008. Luego de vivir en EE.UU. por casi un año, regresé a Lima para trabajar como fotógrafa independiente colaborando con diversas publicaciones. Hoy, como editora de fotografía, trabajo en un nuevo proyecto periodístico, un nuevo diario próximo a lanzarse.
VENTANILLA. Un colegio muestra la precariedad de la infraestructura escolar en una ciudad levantada en medio del arenal.
CERRO CANDELA. Tan cerca del centro de la capital, en San MartĂn de Porres las paredes de este colegio invitan a jugar a sus estudiantes.
BARRACONES. Los niños son iguales en todos lados, al margen de los barrios peligrosos.
CANTAGALLO. En la margen del río Rímac, los niños de una nueva generación de shipibos artesanos corretean y juegan mientras sus padres trabajan.
LA OROYA. Ni la cotidiana contaminaci贸n por plomo hace perder la sonrisa a estos ni帽os de La Oroya.