Programa REM Ecuador
Programa REM (REDD for Early Movers) https:prem.fias.org.ec Octubre 2022 Quito – Ecuador
Este trabajo comunicacional fue posible gracias a la iniciativa de la Consultora de Apoyo y Seguimiento (CAS) del Programa REDD Early Movers (REM) Ecuador - Pagos por Resultados por la Reducción de Emisiones por Deforestación REDD+.
Agradecemos la colaboración del equipo del programa REM Ecuador, cuyos especialistas y coordinadores realizaron el acompañamiento en las fases de organización y ejecución de las visitas de campo en los paisajes marinoterrestres de Esmeraldas, Guayas y Santa Elena.
La producción de esta revista digital estuvo a cargo del equipo consultor externo con la coordinación de la especialista de comunicación del Programa REM, así como la producción audiovisual y fotográfica.
CONTENIDO
@Programa REM Ecuador
Pago por resultados Un modelo efectivo para la reducción de emisiones GEI
La génesis
El Cambio Climático (vvvv) ha alterado el planeta. La mitigación y adaptación a las consecuencias del clima para proteger a las personas, los hogares, las empresas, los medios de subsistencia, las infraestructuras y los ecosistemas naturales son las únicas formas en que la humanidad puede enfrentarlo.
Los países han emprendido acciones para la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), tratando de mantener el aumento de la temperatura media anual del planeta por debajo de los 2°C, un compromiso del Acuerdo de París, derivado de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
El 20% de las emisiones globales de GEI proviene de la deforestación y degradación de los bosques. En Ecuador, estas representan el 25%, sin embargo, el aporte del país al total de emisiones mundiales es marginal con un 0,15% (PA REDD+ 2016, 18).
La tendencia a la baja en la tala de bosques durante los últimos años y la reducción en 3,66 millones de toneladas
de dióxido de carbono (CO2) entre 2008-2014, hizo que Ecuador fuera de los primeros países de la región en recibir recursos no reembolsables del Fondo Verde para el Clima, a través del esquema “pago por resultados”, por la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los bosques (REDD+) (MAATE, 2020).
En 2016, el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE), como parte de sus esfuerzos para enfrentar el cambio climático y cumplir los compromisos internacionales, elaboró el Plan de Acción REDD+ 2016-2025 Bosques para el Buen Vivir para abordar las causas detrás de la deforestación y sus consecuentes emisiones (PA REDD+, 2016, 16). En este plan se enmarca la implementación del programa REM Ecuador (REDD for Early Movers), bajo el esquema de pago por resultados por la reducción de emisiones por deforestación.
Los recursos provienen de la cooperación alemana a través de KFW - Banco de Desarrollo del Estado de la República Federal de Alemania – y la contribución noruega, a través de Norway´s International Climate and Forest Initiative - NICFI.
El enfoque
Los paisajes marino-terrestres, por su gran biodiversidad y por la relación dinámica y compleja que mantienen con el ser humano, requieren una atención prioritaria. Esta riqueza se concentra en los ecosistemas de manglar, estuarios, marismas, así como en los bosques tropicales y subtropicales de tierra firme, que en su conjunto son sumideros naturales de carbono.
La funcionalidad ecosistémica de estos paisajes es clave para la mitigación y adaptación al cambio climático, pero, al mismo tiempo, los vuelve entornos naturales frágiles, que requieren una inmediata, oportuna y efectiva intervención.
En Ecuador, la zona marino-costera se extiende por 29 cantones litorales continentales (Plan de Ordenamiento del Espacio Marino Costero 2020, 16).
Los ecosistemas de manglar abarcan alrededor de 161.000 hectáreas, y se encuentran en las provincias de Esmeraldas, Manabí, Guayas, Santa Elena y El Oro (MAATE 2019).
En el marco de REDD+, el MAATE, a través del programa REM, ha identificado oportunidades
para la aplicación de políticas, planes, programas e iniciativas que, bajo el enfoque de una gestión integral de los paisajes marino-terrestres, faciliten la transición ecológica hacia un modelo productivo sostenible que equilibre las necesidades de subsistencia y crecimiento de sus habitantes con la conservación y regeneración de la naturaleza.
Con la acción conjunta del Estado, gobiernos locales, organismos internacionales, comunidades, asociaciones, gremios, científicos y el financiamiento por la conservación se puede avanzar en la transición ecológica, por lo que presentamos casos concretos que demuestran que es posible conservar los paisajes y crecer con una economía estable y sostenible.
Modelos estratégicos de intervención como el extensionismo forestal para la transición hacia sistemas productivos sostenibles en fincas1, investigación aplicada en maricultura para transferencia de conocimiento, cultivo de especies en peligro de extinción y creación de fuentes de trabajo, basada en el paradigma moderno de la bioeconomía azul, bioemprendimientos, bioindustria, viveros, fondos concursables y gobernanza son algunas de estas experiencias.
1En este trabajo el término finca se utilizará como sinónimo de predio y se referirá a una propiedad agrícola.
Los paisajes y su gente
Los paisajes y su gente
La forma en que pensamos y vemos la realidad, la manera en que crecemos y nos desenvolvemos en la cotidianidad, lo que somos individual y colectivamente está determinado por el entorno natural.
Los paisajes son esos entornos naturales, esos ecosistemas que se muestran de acuerdo con las formas de vida que los habitan y que interactúan social, económica y culturalmente con sus habitantes. Entrañan una relación que impacta la producción, su gobernanza y territorio.
El engranaje natural que conforman los paisajes y su gente está amenazado por distintos factores, algunos de ellos históricos, como la deforestación y la degradación de los bosques. Un fenómeno que obliga a pensar en mecanismos de conservación y crecimiento mutuo.
Ecuador, uno de los 17 países megadiversos del mundo, concentra gran parte de su biodiversidad en 91 ecosistemas de vegetación, de ellos, 24 están en la región costera (PA REDD+ 2016).
El MAATE, a través del programa REM, en el marco del sistema de pago por resultados, interviene en áreas prioritarias y sus comunidades para propiciar la conservación, manejo y restauración de ecosistemas, reestableciendo la armonía y equilibrio entre los paisajes y su gente.
Gestión de paisajes
Una oportunidad para la conservación y el desarrollo sostenible.
Implica promover la conservación de los ecosistemas, especialmente frágiles, impulsando iniciativas de manejo, uso y aprovechamiento sostenible, que permita a los habitantes tener oportunidades de crecimiento y mejorar sus condiciones de vida.
La gestión forestal sostenible busca la restauración y recuperación de la cobertura vegetal para preservar en el tiempo las funciones ecosistémicas como la provisión de recursos, bienes y servicios y, entre estos últimos, el almacenamiento de carbono.
Los paisajes REM
El programa REM interviene con acciones de conservación, restauración y fomento productivo en ocho provincias del Ecuador, de ellas cinco son paisajes marino - terrestres: Esmeraldas, Manabí, Guayas, Santa Elena y El Oro.
Estas áreas geográficas fueron priorizadas para conseguir un impacto relevante sobre la conservación, restauración y sostenibilidad de los ecosistemas forestales, acciones clave para reducir la emisión de los Gases de Efecto Invernadero (GEI), asociados a la deforestación y degradación de los bosques. También cuentan con el potencial para incrementar los beneficios sociales y ambientales para las poblaciones locales.
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Áreas de intervención en paisajes marino-terrestres
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Fuente: Programa REM Ecuador
La priorización de paisajes marino-terrestres
La priorización de paisajes obedece a criterios que se establecen en el PA REDD+ y en el Plan de Conservación y Restauración.
• Áreas de mayor deforestación
La tasa anual promedio de deforestación entre 2016 y 2018 fue de 58.429 hectáreas. En la zona marino costera, Esmeraldas lidera con 11.233 hectáreas, en segundo lugar, está Manabí con 5.248 hectáreas, seguida por Guayas con 3.831 hectáreas, en cuarto lugar, está El Oro con 1.113 hectáreas y a continuación Santa Elena con 1.055 hectáreas deforestadas.
• Conectividad de los ecosistemas
Es el potencial de los ecosistemas de conectarse entre parcelas de bosque que han sido fragmentados por usos de suelo antrópico, a través de la formación de puentes de vegetación que pueden constituir los sistemas agroforestales, áreas de conservación y protección.
• Fragilidad de ecosistemas
Los paisajes marino costeros, como los manglares, son ecosistemas frágiles, especialmente por acciones antrópicas
(por actividad humana). Se identificaron cerca de cinco mil hectáreas de manglar para las actividades de restauración.
• Áreas prioritarias para restauración forestal
Se registran 2´584.905,38 hectáreas, en territorio nacional, consideradas como potencialmente viables para la restauración forestal en niveles medio, alto y muy alto.
• Sinergias
Contempla las oportunidades de éxito en la reducción de la deforestación en las zonas de intervención, por la concurrencia de varias iniciativas de conservación que pueden articularse y mejorar los resultados.
• Plan Nacional de Conservación del Manglar
Plantea acciones para la conservación, protección, recuperación y uso sostenible del ecosistema, cuantificado en 161.000 hectáreas de manglar, así como de la preservación de sus servicios asociados.
Fuente: Áreas de intervención REM, 2020, 11.
Paisajes en cifras
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Sálima, un ejemplo de la gestión de paisajes
Al sur de la provincia de Esmeraldas, en unos 117 kilómetros de superficie, se extiende Sálima, una parroquia con ecosistemas de manglar, bosque húmedo tropical y estuarios, cuyos recursos y servicios ambientales son aprovechados por el 80% de su población. Se encuentra dentro la Reserva Ecológica Machi Chindul.
“El objetivo que nos hemos planteado es el tema de la conservación”, comenta Fausto Cruz, coordinador del club “Conciencia Juvenil”. “Con el programa REM y otras ONG (Organizaciones No Gubernamentales) hemos estado trabajando en el tema huertos (…), hacer viveros para sembrar plantas y entregarlas”, afirma.
A Sálima la hace especial una movilización juvenil denominada Red de Clubes Ecológicos del cantón Muisne. Congrega a 350 jóvenes, quienes en un 90% son hijos o nietos de personas que mantienen acuerdos de uso y custodia del manglar y de propietarios de fincas. Ellos realizan actividades de reforestación y mingas.
Nery Escobar coordina la red y busca que los jóvenes sean parte de la solución para enfrentar el cambio climático.
Este líder juvenil reconoce la importancia de la intervención del programa REM, capacitándolos y gestionado los espacios para que los chicos puedan ingresar a las fincas y reforestar con las especies cultivadas en el vivero.
Los rostros de la comunidad
Edita Cevallos
Roberto Jordán
“Antes había la mentalidad que teníamos que tumbar todos los árboles para sembrar el plátano, el cacao y con las capacitaciones hemos visto que no es necesario tirar todo al suelo. Ahora, después de haber tumbado, estamos plantando árboles nuevamente que serán los que quedarán para nuestros hijos”.
A sus 58 años, Edita Cevallos recuerda su niñez en la finca de sus padres, en Chucaple, una comunidad de la provincia de Esmeraldas. Rememora las dos o tres cabezas de ganado que tenían y cómo se tumbaban los árboles para poder cultivar y obtener el sustento diario.
“Este trabajo nos significa bastante ayuda para nuestra familia (…) De qué nos sirve destrozar el manglar si de eso vivimos nosotros, de los recursos que da el manglar”.
Roberto Jordán ha trabajado desde los 16 años como recolector de conchas, cangrejos y pescado. En su lancha propia, recorre este paisaje compuesto en un 90% de agua y manglar. A sus 70 años envía un mensaje a los jóvenes de su comunidad para que preserven el ecosistema que es fuente de subsistencia, especialmente en El Morro, un Refugio de Vida Silvestre, declarado área protegida por su gran biodiversidad.
Con las capacitaciones, su visión en la gestión de la finca ha cambiado y reconoce que “sí se puede vivir conservando el bosque y produciendo al mismo tiempo”.
Don Roberto trabaja en el programa DIPSIMAR, financiado por el programa REM, en los policultivos de macroalgas y moluscos.
Socio Cooperativa Manglares Porteños
Socia Organización Unión Agro Artesanal de Chucaple
Paisajes sostenibles: la finca, el cacao y la paja toquilla
La finca, una gestión integral para el aprovechamiento y cuidado de los bosques
El paisaje de don Trifone Bone no tiene mar ni manglar, está en tierra firme. Su riqueza está en los bosques tropicales, senderos, fuentes naturales de agua y especies agroforestales.
“Hay muchas necesidades, tal vez más que antes”, porque el mundo está en una situación global difícil, en la cual, los pequeños agricultores “tenemos que producir”. Esta es una realidad indiscutible para Trifone Bone Quiñónez, finquero que heredó de sus padres la actividad productiva que le ha dado sustento a él y su familia, por seis décadas.
en las capacitaciones que reciben desde hace 18 meses por parte del técnico forestal del programa REM. “Gracias a eso estamos plantando árboles que quizás no lleguemos a ver, pero sí nuestros renacientes (hijos), como guayacán, cedro, plantas que en nuestro medio se van extinguiendo”.
Lo que estos agricultores explican desde la espontaneidad de su experiencia es el resultado del plan de manejo integral de fincas, una herramienta para la gestión forestal sostenible que busca reducir la deforestación y degradación de los ecosistemas forestales y mantener los remanentes de bosques, a través de la incorporación de prácticas amigables que liberen la presión de los ecosistemas y, por consecuencia, mitigar el cambio climático.
Gestión forestal
Sin embargo, desde aquellos tiempos en que, recuerda, se tumbaban los árboles para explotar madera y dar espacio al ganado, las cosas han cambiado en Chucaple, una comunidad de 2.000 habitantes del cantón Quinindé, en la provincia costera de Esmeraldas.
“Antes no se tomaba en cuenta el medio ambiente, ahora estamos buscando formas para ir mejorando el suelo que es vida”, dice.
La intervención del MAATE, a través de REM Ecuador, ha sido decisiva en este cambio de visión de los 34 finqueros agremiados en la Asociación Agro Artesanal de Chucaple, que ahora Bone preside. Destaca que, a través de sus capacitaciones y la entrega de 16.000 plantas de cacao y 3.000 de especies nativas, se ayudó a los agricultores a comprender la importancia de tener una “finca integral”, que diversifique sus cultivos y cuide el medio ambiente.
Edita Cevallos es maestra y propietaria de una finca, ha participado
La gestión forestal sostenible facilita la administración, uso y recuperación de los ecosistemas forestales. La incorporación de prácticas amigables con el ambiente fomenta la restauración de los sistemas boscosos degradados, porque conlleva actividades de reforestación y regeneración, bajo el principio de conectividad.
Dos modelos estratégicos de acción se aplican en esta gestión: el extensionismo y los fondos concursables.
Extensionismo forestal
Omar Luna es ingeniero forestal y conforma el grupo de seis extensionistas del programa REM. Su territorio de gestión es Esmeraldas, una provincia considerada foco de deforestación por condiciones sociohistóricas, que la convirtieron desde la década de los sesenta en el centro de explotación de recursos madereros.
Este territorio alberga ecosistemas frágiles y altamente fragmentados, tanto de bosques de tierra firme como manglares y, por tanto, es prioritario para la implementación de acciones de conservación y restauración, a través del extensionismo. Posee unas 81.862,60 hectáreas consideradas de alto impacto para la recuperación forestal (Áreas de intervención REM 2020).
El extensionismo es un modelo de servicio que facilita la transferencia horizontal de conocimiento, con socializaciones, capacitación, asesoramiento y gestión; considerando siempre la mitigación y adaptación al CC. Cumple una función de articulación en territorio, que responde con soluciones prácticas a las necesidades reales de los actores de la cadena de producción forestal y que son las causas detrás de la deforestación.
La tarea de Omar Luna consiste en generar un vínculo con los propietarios de predios para promover una gestión integral en estos. Identifica a los actores relevantes en territorio, hace un diagnóstico y socialización, determinan conjuntamente las necesidades reales de los beneficiarios. Luego viene la capacitación, gestión y elaboración de los planes de manejo integral con compromisos y metas a largo plazo.
Los planes “buscan un equilibrio entre los factores ecológicos, social y ambiental”. El enfoque de conservación del extensionismo no significa “no tocar”, sino “manejar de manera adecuada los recursos”, con lo cual se hace posible la transición ecológica a una gestión integral de paisajes, dice.
Fondos concursables
El incentivo financiero con fondos concursables destinados a iniciativas productivas sostenibles es otra línea de acción estratégica, que contribuye al manejo integral de los recursos forestales.
Bajo el criterio de intervenir en las áreas donde la generación de oportunidades e iniciativas presenten mayores probabilidades de un impacto positivo, se adjudicó en 2021 la co-ejecución de 1´214.000 dólares al consorcio Paralelo Cero Sostenible.
23iniciativas ganadoras
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Áreas de intervención 10.000 ha. Meta 50.000 ha.
Asociaciones de productores de artesanías de paja toquilla
La paja toquilla es más que una fibra proveniente de una planta que se cultiva en las zonas tropicales de Ecuador, su valor es cultural, ancestral, ambiental, económico y social. Este tejido fue declarado por la UNESCO como patrimonio inmaterial de la humanidad.
Cuando tenía ocho años, Herlinda González aprendió de su padre a sembrar la toquilla. “Desde ahí despierta mi ilusión de tejer”, dice la artesana de 63 años de edad, que transfirió su conocimiento a 16 madres solteras y viudas de la comunidad “Dos Mangas”, en la provincia costera de Santa Elena.
Cuenta que el costo de un sombrero que ha sido elaborado durante cuatro días, tejiendo ocho horas diarias, varía entre 20 a 25 dólares. Si el tejido es más fino, el trabajo se extiende hasta un mes.
Para obtener un precio justo de los productos, por el esfuerzo que demanda su elaboración, los artesanos han requerido durante muchos años una hormadora de sombreros, que les permita entregar un producto acabado, ya que, por ahora, lo envían a Cuenca, donde concluye el proceso.
Esta necesidad de mejorar y completar el proceso productivo, llevó a las artesanas de Dos Mangas a postular por los fondos concursables del programa REM, que les permitirá cumplir su sueño y contribuir para que la comunidad de artesanos acceda a este servicio con menores costos.
“La satisfacción más grande que me dieron es que yo entré a la segunda etapa (…) haber luchado tanto tiempo para poder obtener estas máquinas”, cuenta entre risas de alegría.
La paja toquilla al ser un producto forestal no maderable ha permitido a los habitantes de Dos Mangas involucrarse en las tareas de conservación. Por ello, son parte del programa Socio Bosque, implementado por el MAATE, que entrega incentivos a las comunidades para mantener determinadas hectáreas de cobertura vegetal, siendo una estrategia de conservación.
Asociación de productores de cacao fino de aroma Asociación de productores de caña guadúa
Al norte del Ecuador, la Unión de Organizaciones de Productores de Cacao Arriba Esmeraldas (UOPROCAE) congrega a cinco asociaciones de base, que representan a 453 familias de la cadena productiva del cacao fino de aroma.
Con experiencia en cultivo, procesamiento, comercialización y exportación del cacao, UOPROCAE ha implementado prácticas agroforestales enmarcadas en el manejo sostenible de los recursos.
Se han logrado implementar “corredores biológicos” en las áreas de producción, intercalando una parcela de cacao, una franja de árboles frutales y “una franja verde”, explica Telmo Macías, administrador de la organización de base ECO CACAO. “La idea de tener las áreas de conservación voluntarias, nos han dado este plus de tener un cacao sostenible”, añade.
Haber obtenido los fondos concursables constituye una oportunidad de mayor desarrollo para los socios, comenta Cristina Godoy, contadora.
“La propuesta REM ha venido en un momento decisivo como organización de productores”, ya que con el financiamiento se mejorará la capacidad post cosecha en un 30% y se implementará tecnología para la georreferenciación de las fincas de los productores, incorporando la trazabilidad, lo que revalorizará su producto en el mercado, concluye Godoy.
Hace doce años, en la comuna Olón, al norte de la provincia de Santa Elena, surgió la asociación de productores Noble Guadúa, por la necesidad de conservación de las cuencas hidrográficas, que proveen de agua a Olón y otras comunidades de la zona norte. “La caña (guadúa) es una esponja que permite que el agua se mantenga y que las cuencas hídricas se fortalezcan. Sembrar caña es sembrar agua”, comenta Jacinto del Pezo, presidente de la Asociación.
Ante el riesgo de que las cuencas hidrográficas se afecten por un incremento en la demanda de agua, debido a la expansión de la población, la asociación integrada por agricultores, constructores y artesanos, concursó por los fondos del programa REM que se destinarán al aumento de la producción de guaduales, mediante el manejo de 46 hectáreas que no han recibido una gestión adecuada.
Además, se mejorará el proceso de producción con la construcción de una cámara de secado y se implementará una estrategia de posicionamiento en el mercado de los productos acabados. La guadúa se utiliza en la construcción, por su alta resistencia y en la elaboración de artesanías.
La bioeconomía azul
Conservación y economía sustentable en el mar
La megadiversidad de Ecuador, que concentra hasta el 10% de la biodiversidad de todo el planeta, le dota de un gran potencial para el desarrollo de la bioeconomía azul, una alternativa productiva sostenible que pone en valor los recursos del mar.
Este paradigma moderno se refiere a toda actividad económica de producción de bienes y servicios, basados en un uso y manejo sostenible de los recursos biológicos del mar.
La bioeconomía azul es clave para la transición ecológica y constituye un factor estratégico en la gestión integral de paisajes marinocosteros.
Beneficios de la bioeconomía azul
Con la bioeconomía azul, el país abre caminos a nuevos sistemas de producción como la bioindustria y el biocomercio, que además de proveer bienes y servicios a los diversos sectores económicos, genera fuentes de empleo. Al surgir nuevas cadenas de valor, satisface otras demandas y crea conocimiento e innovación para una economía circular, de uso y consumo responsable.
Permite replicar los procesos de producción que ya existen en la naturaleza y se sirve de los mismos recursos biológicos que ella posee, incluidos los residuos. Tiene capacidad de biorremediación de la contaminación ambiental, con la recuperación de los ecosistemas degradados y es una alternativa de desarrollo y crecimiento económico sostenible, libre de emisiones forestales lo que ayuda a mitigar el cambio climático.
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Proyecto DIPSIMAR: El potencial de la bioeconomía azul
El proyecto “Desarrollo e implementación piloto de sistemas de maricultura que generen incentivos a la conservación del manglar -DIPSIMAR” surge bajo el concepto de la bioeconomía azul. Un modelo innovador que promueve el MAATE, a través de REM Ecuador, como herramienta para poner en valor al manglar y sus recursos, apoyando a la conservación de los ecosistemas marino costeros y fortaleciendo el aprovechamiento sostenible de sus bienes y servicios ambientales.
Este proyecto consiste en el desarrollo e implementación de sistemas de cultivos para la producción de moluscos y macroalgas nativas, con aplicación en dos escenarios. El primero, en el mar, con la especie de alga “acantóphora” (Pyropia / Prophyra), en asociación con dos tipos de ostras nativas; y, el segundo, con la especie de alga “ulva” (Ulvophyceae), en el estuario, donde las condiciones de agua varían en luminosidad, salinidad y concentración de elementos flotantes.
La selección de estas especies tiene que ver con su valor en el mercado, debido a la capacidad de aprovechar sus extractos con componentes bioactivos. Así, DIPSIMAR se orienta también a la diversificación con productos de alto valor, como extractos de algas para mejorar la germinación de las semillas de manglar y para combatir las enfermedades en las plantas de cacao; y, de menor valor, como la biomasa restante que actúa de acondicionador del suelo para absorber el cadmio (elemento químico tóxico) en el cultivo de cacao.
Para la operatividad del proyecto, se suscribió en 2020 un convenio de coejecución con la Escuela Politécnica Nacional del Litoral (ESPOL), el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE) y el Fondo de Inversión Ambiental Sostenible (FIAS), por USD 1´000.000.
“El proyecto DIPSIMAR consiste en implementar cultivos en mar abierto y manglares para buscar la mejor manera de ayudar a las comunidades a tener una nueva forma de sustentarse y, a la vez, conservar organismos perennes en el manglar que tienen un interés comercial”.
El cultivo de la concha prieta (anadara tuberculosa), ostras (ostrea) y macroalgas permitirá “sembrarlas, desarrollarlas y ya no depender de la naturaleza (…), son organismos cultivados y no estamos dañando el medio ambiente, no estamos depredando”.
Franklin Jara Biólogo Marino DIPSIMAR
META 4.000
familias beneficiadas
DIPSIMAR, investigación aplicada en beneficio de la comunidad
Julia Nieto es Decana de la Facultad de Ciencias de la Vida de la ESPOL y lidera el proyecto DIPSIMAR. Su visión, manifiesta, es la conservación del manglar a largo plazo, “integrando a la comunidad” en las actividades productivas que se desarrollan, sin afectar ese ecosistema.
El impacto de la maricultura como sistema productivo sostenible
Beneficios ambientales
• Este sistema no compite por espacio físico con la biodiversidad.
• Reduce la sobrexplotación porque provee alternativas de producción de recursos biológicos para la comercialización.
• Es biorremediador porque filtra los contaminantes que provienen de drenaje de las ciudades y que van a los manglares.
• Moluscos y macroalgas captan CO2 contribuyendo a mitigar el cambio climático.
• Facilita la recirculación y aprovechamiento de nutrientes.
• Los bioproductos desarrollados a base de macroalgas mejorarán el crecimiento de árboles y control de plagas para productos agrícolas de exportación.
Beneficios sociales
• Genera una alternativa de consumo alimenticio.
• Genera nuevas fuentes de trabajo.
• Genera nuevos ingresos, reduciendo la presión al manglar.
• Genera conocimiento en nuevos procesos de producción e industrialización que son compartidos
c con las comunidades.
Beneficios económicos
• Contribuye a la transformación de la matriz productiva, con la oferta de nuevos rubros para la exportación.
• Diversifica el sector productivo con nuevos productos de exportación.
Recursos azules sostenibles: crianza de conchas y macroalgas
En el Centro Nacional de Acuicultura e Investigaciones Marinas (CENAIM) de la ESPOL, en la zona de El Palmar en Santa Elena, se desarrollan los procesos de investigación científica del proyecto DIPSIMAR.
En las piscinas se divisan las conchas adultas y ostras, cuyos policultivos coordina la especialista Carol Sangolquí. Considera que son “especies nobles”, porque no requieren ser alimentadas con productos balanceados, sino que se desarrollan con los propios nutrientes y microalgas que el agua produce. La bióloga destaca que las conchas tienen la capacidad de absorber nutrientes y carbono, con lo que cumplen una función ambiental de remediación y limpieza de las aguas.
En tanto, las macroalgas son un producto azul estratégico para la seguridad alimentaria y nutrición, por su elevado contenido de nutrientes como hierro, calcio, yodo, potasio y vitaminas; además, tienen una proyección importante para la bioindustria en productos farmacéuticos, fertilizantes y cosméticos. Según la FAO, en 2016, se extrajeron 31 millones de toneladas a nivel mundial (FAO 2018, 58).
Investigación científica para una maricultura sostenible
Stanislaus Sonnenholzner, director de CENAIM, resalta el potencial que tienen los procesos de investigación científica para la prospección de los recursos acuáticos y sus propiedades, algo que en Ecuador ha sido poco explorado, debido a la falta de recursos. Ahí radica la importancia del financiamiento del programa REM para CENAIM. “REM aporta el financiamiento para la diversidad y nosotros aportamos con nuestro contingente técnico para la producción de esos organismos que van a ser ofertados en las comunidades”, manifiesta.
Bioproductos, bioindustria, biocomercio
Tanto la bioindustria como el biocomercio son estratégicos en la transformación de la matriz productiva. DIPSIMAR trabaja en la investigación científica para producir bioproductos, identificando las propiedades bioactivas de los recursos del manglar como las macroalgas.
“Tratamos de evaluar el potencial de estos extractos en el cacao, para ver si producen mejoramiento de crecimiento en las plantas de cacao, si ayuda en la germinación de las semillas de mangle y a la actividad contra patógenos de cacao”, explica Paúl Guillén, investigador de análisis químicos del proyecto DIPSIMAR.
Julio Bonilla, investigador del área de biología molecular en la ESPOL, aclara que los bioproductos, al ser de origen biológico, tienen un impacto bajo en la naturaleza, a diferencia de un fertilizante ordinario. También se están utilizando para mejorar la propagación de las especies de mangle, que se encuentran en peligro de extinción.
La reactivación azul para las comunidades
Forjadores de Futuro
En puerto El Morro, ubicado dentro del área protegida del Refugio de Vida Silvestre, trabaja Julio Morales, como parte del proyecto DIPSIMAR.
Luego de que la pandemia por COVID-19 le dejó sin su fuente de empleo, el representante legal de la Asociación de Pescadores Artesanales Forjadores de Futuro conoció sobre la oportunidad de trabajo que el proyecto ofertaba entre los integrantes de la comunidad.
La tarea a cumplir sería el monitoreo de las conchas implantadas en el estuario, que se encuentra dentro del refugio, para darles mantenimiento a las cestas, limpiar el sedimento y medirlas cada 15 días para verificar el crecimiento. “Habíamos pasado una pandemia, no teníamos trabajo y era una oportunidad para tener un recurso económico (…) Con la experiencia que tengo en cuanto a mareas (…) quedé favorecido”, relata.
“Nosotros desconocíamos este sistema (de cultivo de conchas) y ha dado resultado, ya la comunidad misma de Puerto El Morro sabe que hay un proyecto aquí y en lo posterior se va desarrollar con todas las organizaciones”, manifiesta.
Con sus compañeros visitan las conchas cuando salen a monitorear el área como parte del acuerdo de uso y custodia que mantienen con el MAATE en 1.838 hectáreas. Su asociación agrupa a 35 familias que se benefician por la participación comunitaria en la conservación y uso de los recursos azules.
La conservación de ecosistemas marino terrestres
Hay un espectáculo natural que se despliega a lo largo de los estuarios, donde el agua dulce de los ríos y el agua salda del mar se encuentran para dar paso a los protagonistas del paisaje: Los manglares.
Como si se tratara de danzantes de piernas largas, las raíces aéreas del árbol de manglar se enredan y agarran del sedimento pantanoso para luego elevarse majestuosas hasta las alturas.
Los manglares constituyen sistemas ecológicos ricos en biodiversidad, con un valor ambiental, social, económico y cultural muy importante, que hace de este tipo de bosque un recurso estratégico reconocido por el Estado. Sin embargo, y pese a los esfuerzos, los manglares son ecosistemas frágiles y amenazados.
El valor del manglar: bienes y servicios ecosistémicos
• Albergan en sus raíces especies de crustáceos, peces, moluscos y otros organismos microscópicos. Son refugio de la fauna acuática y espacio de descanso para aves como fragatas y pelícanos que anidan en sus copas.
• Su gran valor productivo solo lo pueden dimensionar los pobladores locales, cuya fuente de sustento está en el uso de recursos con alto costo comercial como los cangrejos, ostiones, camarones y concha prieta.
• Actúan como barrera protectora de las zonas costeras, al reducir el impacto de fenómenos naturales como marejadas y cambios intermareales.
El manglar, una especie arbórea
•SSon purificadores y mejoran la calidad del agua, porque retienen metales y contaminantes.
• Actúan contra el cambio climático por su potencial de capturar CO2 y almacenarlo en sus troncos, ramas y raíces.
El manglar es un ecosistema marino costero en el que sobresalen seis especies de árbol de mangle, consideradas plantas arbóreas, leñosas y arbustivas, con alta tolerancia a la salinidad. Su altura varía entre los 3 y 12 metros, aunque en la zona norte, en Esmeraldas, supera los 25 metros de altura, pudiendo llegar hasta los 50 y 60 metros. (MAATE 2012, 64).
En Ecuador, se encuentran en los estuarios y desembocaduras de los ríos de las provincias costeras de Esmeraldas, Manabí, Guayas, Santa Elena y El Oro.
La cobertura de mangle en el país es de 161.835 hectáreas (MAATE, 2020).
Teodoro Reyes
Socio Asociación Nueva Esperanza Sabana Grande
“Soy un recolector de cangrejo, con el producto que nos da nuestro manglar yo he podido llevar el pan del día al hogar. Ahora, nosotros no permitimos que alguien esté talando el manglar, tratamos de cuidar.
A nosotros no nos importara, porque nosotros ya estamos avanzados (en edad), pero vienen nuestros hijos, viene nueva generación y puede tener sustento del manglar mismo.
Eso es lo que estamos haciendo, cuidar el manglar, porque es nuestra fuente de trabajo”.
El manglar amenazado. Líneas rojas
El manglar constituye un ecosistema frágil por el uso intensivo del ser humano, sin embargo, su mayor amenaza ha sido la expansión de las camaroneras. Sus bosques son talados en grandes extensiones para implementar piscinas de camarón.
La deforestación del manglar es histórica. Datos del MAATE cuantifican la pérdida del bosque de mangle, entre 1969 y 2006, en 56.117 hectáreas, es decir un 28% del total (MAATE 2017, 14).
Aunque otras líneas rojas que ponen en riesgo a este ecosistema son las actividades urbanísticas, turísticas, portuarias y ganaderas existen alternativas para que estos sectores puedan implementar una gestión sostenible sin afectar los recursos y optimizando las fuentes de ingreso.
Olmedo Zamora
Recolector de cangrejos-Sabana Grande
Cubierto de pies a cabeza, tal vez para evadir la nube de mosquitos característica del sector o para evitar el contacto de su piel con el sedimento del manglar, aparece entre los árboles, Olmedo Zamora. Exhala, se lleva las manos a la cintura, deja en el suelo los 12 cangrejos que recolectó en la faena y nos presta atención.
Solo podemos ver su rostro cansado y la piel agrietada por el sol y sus más de 60 años. Cuenta que desde los 14, se dedica a la captura del cangrejo, porque es la actividad que aprendió de su familia, allí, en Sabana Grande, un puerto pesquero de la Provincia costera del Guayas.
Le consultamos sobre la protección del manglar y afirma: “Hay que conservar el manglar, claro que sí, si no hay manglar no hay cangrejo”. Luego se anima a decirnos que en “el manglar se está dañando todito” porque “mucho han afectado las camaroneras”. Los químicos que utilizan llegan a la orilla y se mueren los peces, sentencia.
El manglar: Gestión prioritaria para un ecosistema frágil
Los ecosistemas de manglar que hay en Ecuador se ubican en dos regiones: Manglar del Chocó Ecuatorial, que ocupa zonas en Esmeraldas y norte de Manabí, y Manglar de Jama-Zapotillo, que abarca provincias de Guayas, sur de Manabí y El Oro.
Entre estas dos regiones, se han identificado 7.440 hectáreas para acciones de restauración forestal. De estas, 2.990 hectáreas tienen una prioridad alta y muy alta, lo que las vuelve relevantes en el mapa de paisajes marino costeros, donde interviene el programa REM Ecuador.
Fuente: Áreas Potenciales de Intervención del Programa REM a Nivel Nacional. 2020.
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Manglares Chocó Ecuatorial: 22.961 hectáreas de manglar 102.055 habitantes 0,49 hectáreas por persona aptas para restauración forestal
Manglares Jama – Zapotillo: 134.133,21 hectáreas de manglar 2.614 hectáreas aptas para restauración forestal
La custodia legal del manglar
La biodiversidad es un recurso estratégico del estado ecuatoriano, dentro del cual, el manglar, según la legislación interna, constituye un bien que no puede comercializarse, ni es susceptible de posesión o apropiación. Su única forma de exploración es a través de la concesión.
Los Acuerdos de Uso y Custodia del Manglar se establecen desde el año 2000, como único instrumento legal habilitante para el uso y aprovechamiento sustentable de sus recursos, con fines de conservación.
Su duración es de 10 años y puede ser renovado. Se entrega a comunidades y asociaciones productivas que se convierten en custodios bajo el compromiso de uso y protección de este ecosistema. Entre las obligaciones de los custodios están la presentación de un plan de manejo, que debe ser aprobado por la autoridad, remitir información semestral de sus avances y cumplir con las vedas y tallas de captura de los recursos.
ÁREAS CONCESIONADAS 59.208 ha.
Asociaciones con acuerdos de uso y custodia
16 CONSERVACIÓN Y PROYECTOS EN TERRITORIO
Fuente:MAATE 2017,
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hasta 2017
La custodia del manglar en manos de la comunidad
Aporte de REM en la efectividad de los Acuerdos de Uso y Custodia del Manglar
“Nos sentimos respaldados por las autoridades, nos sentimos que nos están ayudando”.
Para Gary Espinoza no ha sido fácil liderar a los 140 miembros de la Asociación de Pescadores Artesanales y Cangrejeros Nueva Esperanza, en Sabana Grande, en la provincia del Guayas. Pese a ello, se siente satisfecho de aportar a la comunidad con su trabajo. “Mañana será otra generación, debemos encaminar para la juventud más que todo”.
La asociación mantiene un acuerdo de uso y custodia por 2.560 hectáreas de manglar, en Sabana Grande. También pudieron acceder al convenio Socio Manglar y como parte de la gestión integral de sus paisajes, implementaron un vivero de plántulas de mangle para contribuir con el proceso de regeneración.
“Nos motiva la conservación del manglar, es una experiencia hermosa, porque no sabíamos acerca de la semilla de manglar, pero nos están enseñando cómo cosechar la semilla (…), la protección del manglar es vital para la asociación”, dice Espinoza y agradece la colaboración del MAATE y el programa REM.
Xavier Carchi es extensionista para las zonas marino costeras. Su trayectoria como biólogo le ha permitido apoyar a la comunidad de Sabana Grande con la asesoría para el cultivo de mangle y para la ejecución de informes que deben presentar a la autoridad ambiental.
“En eso se centra el extensionismo, en el fortalecimiento de
capacidades (…) para beneficio de las organizaciones sociales”. Comenta que los objetivos del bioemprendimiento son “restaurar áreas degradadas del ecosistema del manglar (…) y tener una alternativa productiva puesto que se puede, por un comercio verde, vender plántulas verdes de propágulo del manglar a empresas camaroneras que tengan un programa de responsabilidad social”.
La Quela, una experiencia de sostenibilidad del manglar
En la provincia costera de El Oro, en el cantón Huaquillas, la Asociación de Cangrejeros “15 de Enero” mantiene un acuerdo de uso y custodia del manglar y es una de las ganadoras de los fondos concursables del programa REM Ecuador.
El financiamiento servirá para que una de sus organizaciones de base, “La Quela”, que se dedica a la extracción de pulpa de cangrejo y su comercialización, construya una planta de procesamiento de mayor escala, que congregue a las unidades familiares que operan por separado y puedan obtener su registro sanitario. Esto permitirá que más socios puedan unirse a la cadena de valor en beneficio de las familias y de la comunidad.
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Socio Manglar, un compromiso para la conservación
A los acuerdos de uso y custodia impulsados como parte de las políticas públicas de gestión ambiental, se añade un programa de incentivos implementado por el MAATE, denominado Socio Manglar. Consiste en el pago a las comunidades por la conservación de una determinada cantidad de hectáreas en estos humedales. El mecanismo se inscribe dentro del programa Socio Bosque, que es una política de gobernanza forestal. Para acceder al programa Socio Manglar se debe tener un acuerdo de uso y custodia vigente.
Categoría 1: de 100 a 500 ha, recibirá un incentivo fijo anual de USD 7. 000 Categoría 2: de 501 a 1.000 ha, recibirá un incentivo fijo anual de USD 10.000 Categoría 3: mayor a 1.000 ha, recibirá un incentivo fijo anual de USD 15.000 Incentivos del programa Socio Manglar Un monto variable dependiendo del número de hectáreas dentro de la concesión, que se ha fijado en USD 3 ha/año SOCIO MANGLAR 37.900 ha. en conser va ció n Financiamiento USD. 425.900 anuales Fuente: MAATE, 2021
Carbono azul, restauración de manglares y medición de sus reservorios
Manglar y carbono azul
Un modelo efectivo de conservación y restauración contra el cambio climático
Al mirar el impresionante paisaje que despliegan los manglares, en un sinfín de encuadres cinematográficos, que combinan la magnificencia del mar con la espectacularidad de sus estructuras, pocos sabrán que entre sus raíces, troncos, copas y suelos está secuestrado el Gas de Efecto Invernadero (GEI) más crítico para el cambio climático: el dióxido de carbono o CO2.
Esta capacidad de almacenamiento hace de los manglares, ecosistemas de carbono azul.
Sus reservorios podrían permanecer por cientos y miles de años, aseguran los expertos, sin embargo, si se pierden o degradan sus bosques, el CO2 retornará al ambiente.
Alerta mundial por emisiones GEI
La Organización de Naciones Unidas señala que los GEI en la atmósfera terrestre han incrementado a niveles que no se han visto en tres millones de años.
El dióxido de carbono o CO2 es el más presente, ocupando dos tercios del total de GEI que se encuentran en la atmósfera. Su emisión es causante, entre otros, del aumento de temperatura del planeta o el incremento del nivel del mar, fenómenos que no se podrán revertir.
El 20% de las emisiones globales provienen de la deforestación y degradación de los bosques.
Ecuador es marginal en la generación de emisiones totales a la atmósfera, sin embargo, ha demostrado la voluntad en la lucha mundial frente al cambio climático, la reducción de GEI y la conservación y aumento de las reservas de carbono.
Recuperando los ecosistemas de carbono azul
Más de 13.000 hectáreas de bosque manglar se han recuperado en Ecuador (MAATE 2017, 14).
“Todos los bosques se caracterizan por secuestrar carbono en sus tejidos, pero en los sistemas de manglares, un ecosistema muy beneficioso para el planeta, se ha probado que es más productivo el secuestro de carbono que en otros tipos de bosque”, señala Fabián Gálvez, técnico investigador para el proyecto DIPSIMAR.
En su laboratorio, el científico realiza ensayos con fórmulas bioprocesadas que podrían favorecer el crecimiento de semillas de mangle, que han sido tomadas de los estuarios, con el objetivo de promover su propagación.
El mangle rojo (Rhizophora mangle), al ser un árbol que crece en medio de la salinidad, emite bajos niveles de metano en su suelo, lo que potencia su capacidad de capturar el carbono (El Comercio 2015). A esta función ecosistémica propia del manglar, se suma la rica biodiversidad que acoge en especies como moluscos y algas que poseen esa misma ventaja ambiental.
Toda esta potencialidad, hace de los bosques de manglar un aliado efectivo en la lucha contra el cambio climático.
Mapa de carbono azul en los manglares
Se estima que en Ecuador cada hectárea de manglar captura 86,63 toneladas de carbono.
Esta medida se obtuvo a través de los resultados de la Primera Evaluación Nacional Forestal del MAATE 2009 –2013.
La identificación de estos sumideros consideró la suma de la biomasa aérea, raíces, hojarasca y madera caída, sin embargo, no se tomó en cuenta el carbono contenido en el suelo. Se utilizaron imágenes satelitales y mapas de estratos, con tecnología de georreferenciación.
La elaboración del mapa de carbono constituyó un esfuerzo relevante para que el país ingrese al esquema de pagos por resultados de la estrategia REDD+.
Es el tiempo de la restauración
Una comunidad activa por el ecosistema de carbono azul
“En talleres que hemos tenido, se escuchó decir que estas plantas de mangle también ayudan en la retención de estos Gases de Efecto Invernadero, como le llaman, eso fue un punto a favor de reforestar”.
Esto motivó a Víctor Morocho, administrador de la Cooperativa de Pescadores Manglares Porteños, y a 42 miembros de la organización, a implementar un vivero para la reproducción de plantas de mangle y así recuperar el ecosistema del cual se sustentan.
En la Isla Puna, de la provincia costera del Guayas, mantienen 807 hectáreas de bosque que administran bajo el acuerdo de uso y custodia y que también conservan como parte del programa Socio Manglar. Ahí, reforestaron una hectárea con las primeras 1.000 plantas de mangle que cultivaron.
“Nos metimos al proceso de adquirir el acuerdo de uso y custodia por dos motivos: primeramente, eran las camaroneras que talaban el ecosistema, el mangle y la contaminación, y, segundo, porque se estaban llevando el recurso muy pequeño, la concha prieta; venían recolectores de Machala, Perú y se llevaban, sea grande o sea chica”.
Conscientes de que es el tiempo de restaurar, trabajan en el vivero que hoy cuenta con 5.000 unidades de mangle rojo y blanco. Este bioemprendimiento les ha permitido comercializar las plantas a empresas camaroneras que han requerido sus productos para cumplir acciones de reforestación. Morocho asegura que, con esos ingresos, construirán su sede.
La Cooperativa Manglares Porteños también participa en el proyecto DIPSIMAR para realizar sistemas de policultivos de conchas y macroalgas, así como bioproductos, que beneficiarán a la comunidad.
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Mapa elaborado por el MAATE.
La gobernanza de paisajes marino terrestres
“¡Elévalo a 60 metros!
Mira hacia abajo el control de altura en la barra (…) ¡Bájalo a un metro! ¡Sin miedo, sin miedo! Tú ya sabes”.
Son las instrucciones que se escucha dar a Juan Carlos Vargas, durante una capacitación práctica en territorio sobre manejo de drone, a un grupo de guardaparques del Refugio de Vida Silvestre Manglares el Morro. También ha brindado capacitaciones en otras áreas protegidas.
Como especialista del programa REM en seguimiento a la deforestación para Guayaquil, Santa Elena y El Oro, Vargas intenta dar seguridad a los guardaparques. Ellos, junto a los custodios de la Cooperativa Manglares Porteños, aprenden el manejo de este equipo que mejorará sus capacidades de control y vigilancia del ecosistema.
Juan Romero, guardaparque del refugio, afirma que la tarea de control que realizan ha mejorado gracias a estas capacitaciones, tanto por el aprendizaje en la elaboración de mapas como por la utilización de drone. “Pienso que es una herramienta súper importante, porque nos permite llegar a lugares que de pronto nosotros, por limitaciones de la vegetación, no podemos llegar o por lugares donde hay un poco de conflicto, porque suele ser una zona un poco peligrosa”, comenta.
La capacitación en el uso de tecnología como drones, equipos de navegación (GPS), sistemas de información geográfica; la actualización en normativa forestal y políticas públicas, la generación de información, entre otros aspectos, son parte de las acciones con las que el programa REM contribuye a fortalecer la institucionalidad del
MAATE, en su proceso de gobernanza forestal.
Este aporte operativiza las condiciones para que la autoridad ejerza una gobernanza del Patrimonio Forestal Nacional (PFN), con eficiencia y calidad, proporcionándole legitimidad y sostenibilidad.
El
Morro,
gobernanza efectiva para la protección de biodiversidad
En el Morro, ubicado en la provincia del Guayas, se despliegan 3.500 hectáreas de manglar, de un total de 35.373 que conforman el área protegida. Alberga cuatro tipos de mangle, 120 especies de aves y seis de mamíferos como el delfín nariz de botella, especie emblemática y una de las principales atracciones turísticas del lugar.
Este refugio atravesó un proceso de deforestación intensivo en décadas pasadas, por la instalación masiva de camaroneras en sus alrededores.
Con la declaratoria de área protegida y la regulación a las camaroneras, esta zona de manglar está en proceso de recuperación.
El control, monitoreo, vigilancia, seguimiento y fiscalización son determinantes para la conservación de este ecosistema y su biodiversidad.
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Líneas de acción para la gobernanza forestal
Las tres líneas de acción, en las cuales el programa REM aporta para fortalecer la gestión del MAATE en cuanto a gobernanza forestal son: El Sistema Nacional de Monitoreo de Bosque (SNMB), el control forestal y el seguimiento a la deforestación.
Sistema Nacional de Monitoreo de Bosques - SNMB
El SNMB proporciona información relevante sobre el estado de los bosques para la toma de decisiones sobre su conservación y manejo forestal sostenible.
A través de sus tres componentes: geográfico, biofísico y análisis de información, el SNMB permite identificar cambios en la cobertura vegetal, mediante procesos de monitoreo satelital de deforestación y alertas tempranas que detectan, en tiempo casi real, los actos ilícitos de tala de bosques.
El programa REM apoya con la operatividad de este sistema, mediante la provisión de insumos y conocimiento técnico al equipo de monitoreo de bosques del MAATE, para mejorar y optimizar sus procesos de generación de información geográfica. Esto contribuye al cumplimiento de los compromisos adquiridos por el país, en el esquema de pago por resultados.
Evaluación Nacional Forestal - ENF
La Evaluación Nacional Forestal (ENF) se levanta cada cinco años, a través de un monitoreo para el registro o inventario de cobertura vegetal, con información y estadísticas obtenidas en campo. Estas se relacionan con bases de datos para establecer la cantidad de superficie boscosa que tiene el país.
Se determinan especies, en número y tipología, dimensiones, características fisionómicas y reservorios de carbono, así como los servicios ecosistémicos de estos bosques relacionados al mantenimiento de fuentes hídricas, regulación del suelo y protección de biodiversidad.El programa REM contribuye al financiamiento de la ENF II (en proceso) que alimenta al SNMB.
Control forestal, seguimiento y fiscalización de la deforestación
En la Dirección Zonal de Guayas, el especialista del programa REM, Juan Carlos Vargas, trabaja junto al equipo del MAATE en el levantamiento y seguimiento de información sobre eventos de deforestación. Su conocimiento en el manejo y uso de tecnología complementa las acciones de control de la autoridad ambiental.
Jorge Pesántez, especialista en gestión marino costera del ministerio, es el delegado para acompañar al técnico de REM en las jornadas de seguimiento, luego de que se receptan y priorizan las denuncias o alertas. Su trabajo “fortalece lo que hace cotidianamente el ministerio de Ambiente”, asegura Pesántez y aclara que “lo que aprovechamos con este proyecto es que visibilizamos las talas”, a través de las alertas satelitales y el uso del drone.
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Área alterada 18 95 ha
LEYENDA
Panoram ca dron
ESCALA
Red Hídrica Cantón Guayaqui Bosque Natura
830
SIMBOLOGÍA
Unidades de muestreo forestal ENF II
El funcionario explica que las denuncias sobre deforestación pueden provenir desde el ministerio, a través de la revisión de las alertas satelitales, por parte de la dirección de Bosques, o ingresar por oficina, física o verbalmente, “por los usuarios ya sea del manglar o del bosque seco”.
Para Dolores Soto, funcionaria del MAATE en Guayas, el aporte del especialista de REM es de “vital importancia”. Comenta que con el drone se puede “atender las denuncias con mayor agilidad”, tener más accesibilidad a las áreas donde se reportan los ilícitos y mejorar la calidad de los informes para que “tengan mejor argumento en caso de identificar a un infractor y se pueda llegar a un proceso sancionatorio”.
De esta manera, la participación del técnico del programa REM fortalece la gestión del ministerio, haciendo más eficientes los procesos de control y seguimiento de la deforestación, permitiendo el ahorro de recursos, tiempo, esfuerzo físico y conflictividad.
La comunidad, una aliada en la gobernanza participativa
El control y vigilancia del manglar en la zona de uso y custodia que mantiene la Asociación Manglares Porteños ha sido participativo y colaborativo con la autoridad, comenta su presidente, Jorge Tircio.
“Realizamos un control de vigilancia cada semana y dos controles en tiempo de veda. Son 56 controles que tenemos que realizar anualmente”, como parte del compromiso del Acuerdo de Uso y Custodia del Manglar y del programa Socio Manglar, confirma el dirigente. Su asociación recibe USD 12.226 como incentivo por la conservación de este ecosistema, que deben orientarse a cumplir el plan de inversiones.
Además, deben entregar cada seis meses un reporte al MAATE, que se elabora con los insumos obtenidos en las salidas de vigilancia preventiva. “Uno va como piloto, otro cogiendo coordenadas, otro anotando” y con esa información se realiza la bitácora de la jornada, comenta Tircio. En caso de identificar alguna anomalía, los pescadores reportan a la autoridad ambiental local.
Juan Romero es guardaparque del Refugio de Vida Silvestre Manglares El Morro y ratifica que la “comunidad es un pilar importante en el control (…) porque trabajan dentro del manglar y son como nuestros ojos”. “Ellos cuando ven algún tipo de infracción nos comunican inmediatamente, nos dan la ubicación de dónde se está cometiendo la infracción y luego nosotros vamos al punto y tomamos procedimiento”.
Óscar Vásconez
Administrador del Refugio de Vida Silvestre Manglares El Morro
Como autoridad local reconoce la importancia socioeconómica del área protegida por ser fuente de ingresos para los habitantes que se dedican a la pesca, especialmente de cangrejo, concha, mejillón, ostión y pesca blanca.
El control que ejercen es participativo y horizontal, resalta Vásconez. “Tratamos de conversar con las asociaciones con el fin de que cumplan las vedas de talla, de temporales, el tema de coger los especímenes de manera correcta, de no abusar de métodos ilegales como trampa o trasmallo de fondo”, afirma.
También realizan un “monitoreo participativo”. Luego de las faenas de captura, los pescadores acuden a las oficinas donde se revisa el producto y se mide para verificar si cumplen con los parámetros legales.
Vásconez admite que en su gestión es importante estar “siempre en contacto, siempre en sinergia” con la comunidad, porque así conservamos el ecosistema de manglar y los recursos, acota.
La visión: Transición ecológica hacia una gestión integral de paisajes
La visión
Cuando nos referimos a la visión, ineludiblemente establecemos una distancia, tiempo y un recorrido para alcanzar ese horizonte.
Llegar al 2050 con un modelo de desarrollo sostenible cero emisiones en Ecuador es una meta ambiciosa, desafiante, pero necesaria.
El camino del país hacia la transición ecológica, liderada por el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica ha empezado con paso firme, pero, sin duda, falta mucho por recorrer.
A través del programa REM, el MAATE tiene como visión impulsar las iniciativas que busquen reducir las emisiones forestales, mantener y aumentar las reservas de carbono, con un manejo sostenible del Patrimonio Nacional Forestal, enmarcado en la lucha contra el cambio climático.
En esa visión de transición, se inserta la gestión integral de paisajes, que constituye un modelo efectivo porque incide en las causas de la deforestación, implementa una conservación productiva, permite la restauración de los ecosistemas, el mantenimiento de las reservas de carbono e integra activamente a las comunidades en el manejo responsable de sus recursos.
El MAATE, a través del programa REM y otras acciones, aporta en la estrategia del país de transitar hacia sistemas productivos sostenibles para incidir en la reducción de la deforestación y degradación de los bosques con sus emisiones asociadas, impactando en la raíz de este crítico fenómeno ambiental.
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La gestión integral, un proceso
La aplicación de este enfoque supone la priorización de las áreas de intervención, de acuerdo con el potencial para un impacto positivo; la identificación de los actores y su relevancia en la gestión territorial, la generación de vínculos con la comunidad y la socialización de los objetivos comunes, promoviendo la asociatividad.
El proceso continúa con la identificación de las necesidades reales o conflictos de fondo que empujan la deforestación, los cuales se atiende de manera conjunta y oportuna, ya sea con capacitación o gestión institucional.
Otro factor relevante es la articulación de los actores para determinar las funciones y roles que cumplirán, se les capacita para potencializar sus conocimientos técnicos.
Así, el camino para la gestión de recursos de manera integral se transita de manera colaborativa y en la búsqueda del bien colectivo.
La gestión integral de los recursos forestales y su impacto
La mitigación y adaptación al cambio climático demandan estrategias creativas con enfoque integral. Lo avanzado en bioeconomía azul, por ejemplo, constituye un paso certero, porque ha arrojado resultados concretos en cuanto al cultivo de conchas, ostras, ostiones y macroalgas; en los que la comunidad está involucrada en su fase piloto y será beneficiada en sus siguientes etapas.
Se trata de sistemas productivos sostenibles libres de deforestación, que permiten la recuperación de los ecosistemas costeros, alivian la presión sobre los recursos del mar y los ecosistemas de manglar y les otorgan a las poblaciones nuevas fuentes de alimento y subsistencia.
Otro ejemplo son los planes de gestión integral en las fincas, donde las plantaciones subtropicales como el cacao, que han empujado históricamente la expansión de la frontera agrícola, ya no son monocultivos, sino que se
han diversificado, introduciendo, además, la formación en los productores agrícolas que adquieren nuevos conocimientos, se capacitan, pero al mismo tiempo intercambian sus destrezas y saberes ancestrales.
La conservación de espacios exclusivos de bosque tropical, a través del programa Socio Bosque, la implementación de prácticas agroforestales y de procesamiento que les dan un valor añadido a los productos para la comercialización y exportación, muestra que las comunidades y asociaciones tienen una visión a largo plazo para emprender en una nueva matriz productiva, que no solo les permita subsistir sino crecer y desarrollarse.
Las organizaciones de agricultores y artesanos que, a través del uso, manejo y procesamiento de la caña guadúa y la paja toquilla, buscan conservar las fuentes hídricas y remanentes de bosques, reflejan el cambio en la matriz de pensamiento, fundamental para avanzar en la transición. También muestran una visión clara sobre las oportunidades de crecimiento conjunto que tienen a través de la organización.
De esta manera, la gestión integral en los paisajes impacta en la capacidad de asociatividad de las comunidades y fija su atención en la presencia de la mujer y los jóvenes como elemento clave para la conservación productiva.
La oportunidad que han visto los custodios de los bosques húmedos de conservar el manglar, no solo para garantizar la provisión de los recursos pesqueros y otras especies, sino para emprender en líneas de viveros de mangle como una alternativa económica, es muestra de esa nueva perspectiva.
El seguimiento, monitoreo y evaluación no pueden extraerse del enfoque integral como parte de una gobernanza participativa.
Como se ha visto en los ejemplos, la suma de voluntades de los estados, organismos internacionales, cooperantes, sociedad civil y académica –científica, para ejercer acciones colectivas concretas como el financiamiento y gestión, es vital para alcanzar la transición con visión de integralidad y para una efectiva gobernanza de los bosques y conservación del patrimonio del país.
Rafael Chiadó Jefe de Recursos Naturales de la Prefectura de Santa Elena
“El resultado de trabajar en conservación como prefectura y junto al Ministerio de Ambiente ha sido la aprobación de las Sistema Provincial de Áreas de Conservación y Uso Sostenible, con 30.000 hectáreas y la meta es llegar a 112.400 hectáreas.
La concurrencia de todas las iniciativas de capacitación en el marco de la conservación es útil para fortalecerla (…).
La sociedad humana tiene necesidades (…) que tienen que ver con el bosque, entonces el usar ese recurso sin causar un impacto negativo sino más bien que tienda a mejorar, dándole una salida de tipo económico es un desafío y la capacitación tiene ese objetivo.
Los fondos (del programa REM) calzan perfectamente con la estrategia de las ACUS (Áreas de Conservación y Uso Sostenible), incide en las metas que tenemos (…) y ayuda a que el ecosistema que estamos interviniendo pueda conservar sus valores ambientales y valores de biodiversidad y de utilidad”.
Lista de referencias
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FAO. 2018. El estado mundial de la pesca y acuacultura 2018. Cumplir los objetivos de desarrollo sostenible. Roma.
MAATE (Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica). 2020. Ecuador consigue 185 millones de dólares para el cuidado de sus bosques. Accedido 10 de septiembre: https://www.ambiente.gob.ec/ecuador-consigue-185-millones-de-dolares-para-el-cuidado-de-sus-bosques/
MAATE (Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica). 2021. 2900 hectáreas de manglar se suman al programa Socio Bosque. Accedido 8 de septiembre: https:// www.ambiente.gob.ec/2-900-hectareas-de-manglar-se-suman-al-programa-socio-bosque/
MAATE (Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica). 2019. Ecuador presenta Plan de Acción para conservar 161 mil hectáreas de manglar. Accedido 10 de julio: https://www.ambiente.gob.ec/ecuador-presenta-plan-de-accion-para-conservar-161-mil-hectareas-de-manglar/
MAATE (Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica). 2017. Guía de derechos y deberes de las organizaciones custodias del manglar. Guayaquil, Ecuador.
MAATE (Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica). 2016. Bosques para el Buen Vivir Plan de Acción REDD+ Ecuador 2016-2025. Quito, Ecuador.
MAATE (Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica). 2013. Proyecto Evaluación Nacional Forestal (ENF) – Sistematización de la experiencia. Quito, Ecuador.
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Organización de las Naciones Unidas. Cambio Climático. S. f. https://www.un.org/es/global-issues/climate-change
Secretaría Técnica Planifica Ecuador. 2020. Plan de Ordenamiento del Espacio Marino Costero 2017-2030. Versión Resumida. Quito, Ecuador.
Programa REM Ecuador REDD FOR EARLY MOVERS. 2021. https://issuu.com/gestionagency/docs/remecuador_brochure-vale
Programa REM (REDD for Early Movers) Ecuador. 2021. Informe de Gestión.
Programa REM (REDD for Early Movers) Ecuador. 2020. Áreas Potenciales de Intervención del Programa REM a Nivel Nacional.
Equipo consultor externo Gabriela Molina Fernando Cabrera
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