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La formación superior como herramienta de transformación profesional

LA FORMACIÓN SUPERIOR COMO HERRAMIENTA PARA REALIZAR UN GIRO PROFESIONAL

Si existe una realidad en la que caben pocas conjeturas, es aquella relativa a la necesidad humana de seguir creciendo y desarrollándonos a lo largo de toda nuestra vida. Las personas no podemos permanecer estáticas durante mucho tiempo en un escenario psicológico monótono, ni tampoco vital: nuestra mente es un gran aparato dinámico y autoperfectivo que necesita, constantemente, nutrirse de nueva información del entorno para añadirla a la que ya disponíamos previamente para evolucionar. Nuestra capacidad para pensar acerca de nuestro propio pensamiento, “logos mediante” como nos insinuaría el estagirita Aristóteles, nos sitúa en una posición privilegiada dentro del círculo de la naturaleza. Los humanos gozamos del privilegio racional de la elección, de la reinvención y, en consecuencia, de la posibilidad de elegir el horizonte hacia el cual dirigirnos.

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DR. ALFONSO CEBRIÁN DÍAZ. DIRECTOR GENERAL DE CEDEU CENTRO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS.

Conla llegada de la pandemia, nuestro mundo cambió para siempre. Millones de profesionales en el mundo entero tuvieron la oportunidad de cuestionarse si estaban avanzando en la dirección adecuada. Tras un período de reflexión previa, de conexión con sus necesidades más profundas, para muchos supuso un punto de inflexión en sus vidas. Nuestro mermado bienestar volvía a poner a las

personas en el centro y, en muchos casos, salía a la palestra la cuestión de si estábamos siendo coherentes con nosotros mismos. La necesidad urgente de descubrir y ejercer nuestra propia idiosincrasia apuntaló el hecho de que, por primera vez en mucho tiempo, muchas personas eligieran dar un giro copernicano en su vida profesional y aventurarse por senderos nunca anteriormente transitados. Desde entonces, hemos asistido a una intensa demanda de nuevos conocimientos y herramientas que hicieran factible el éxito en los nuevos propósitos: la educación superior ha sido y está siendo, para muchos, un factor de cambio imprescindible y necesario.

MUCHA, Y DE CALIDAD

En la actualidad, la oferta formativa superior en nuestro país goza de una salud excelente. Ésta es atractiva, diversa y para muchos supone un elemento disruptivo que les permite conectar con una versión muy diferente de sí mismos. La migración profesional masiva de unos sectores a otros a la que estamos asistiendo en la última época es una prueba fehaciente de ello. Profesionales industriales que deciden iniciarse en el ámbito del desarrollo de personas. Técnicos de Recursos Humanos que optan por zambullirse de lleno en los dominios de la Inteligencia Artificial. Abogados que deciden reinventarse a sí mismos en el campo de la sinergología o ingenieros químicos que eligen el mundo de los eventos y la comunicación corporativa como alternativa al análisis molecular. En definitiva, individuos ávidos de experiencias y de consistentes aprendizajes que, con rigor y amenidad, les ayuden a comprender los nuevos mercados caracterizados por sus niveles de alta especialización, flexibilidad y cualificación. Porque, paradójicamente, y por citar un ejemplo más, el nuevo escenario global digital ha acercado mucho más el mundo teórico y el práctico en el ejercicio diario de las compañías. Ha acortado el camino entre las tradicionalmente denominadas habilidades técnico-profesionales (hard) y las socio-personales (soft). Es decir, la revolución digital, lejos volvernos unos fríos autómatas como muchos pensaban, requiere de profesionales más humanos al otro lado de la pantalla. Los archimentados hasta la fecha entornos VUCA, los cuales tampoco contaban inicialmente con los efectos aceleradores de una epidemia a nivel mundial, demandan trabajadores más preparados, ágiles, transversales y multidisciplinares.

KILLER QUESTIONS

Llegados a este punto, algunos expertos en orientación laboral nos señalan la idoneidad de despejar algunos interrogantes impostergables, para guiar nuestra carrera profesional en la dirección correcta. Por un lado, el primero de todos ellos estriba en nuestra capacidad para discernir quiénes somos nosotros realmente. El segundo y el tercero giran en torno a la identificación del lugar desde el que partimos y al que queremos dirigimos. El último nos habla del “cómo”, de las palancas que podemos utilizar para impulsarnos hacia las metas propuestas. Es muy interesante observar cómo, en este punto, se entremezclan vertiginosamente los aspectos más puramente estra-

La revolución digital, lejos volvernos unos fríos autómatas como muchos pensaban, requiere de profesionales más humanos al otro lado de la pantalla. Los archimentados hasta la fecha entornos VUCA, los cuales tampoco contaban inicialmente con los efectos aceleradores de una epidemia a nivel mundial, demandan trabajadores más preparados, ágiles, transversales y multidisciplinares

VOLATILIDAD INCERTIDUMBRE COMPLEJIDAD AMBIGÜEDAD

Los relevos generacionales y su integración con los profesionales más veteranos, la pertinencia de la diversidad o la necesidad de nuevos modelos de liderazgo son factores cruciales que llevan a muchas personas a visualizarse en nuevas posiciones. Y en una contundente y representativa muestra, a seguir preparándose para abordar esas asignaturas pendientes que todos arrastramos desde hace tiempo

¿Quién soy realmente?

tégicos con los tácticos. Y es aquí donde una educación superior sólida y de calidad se convierte en un aliado privilegiado para hacer el camino mucho más asequible y eficiente.

HACIA UN NUEVO PARADIGMA LABORAL

Por ir concluyendo, y recordando algunas de las conclusiones vertidas en los últimos informes de algunas de las consultoras más relevantes del panorama empresarial sobre el presente y el futuro del trabajo, el universo de las organizaciones ha mutado y lo va a seguir haciendo de manera imparable. Las necesidades y los valores de las personas en sus respectivos puestos de trabajo son muy diferentes a los de décadas pasadas. Cada vez concedemos una mayor importancia a variables de orden psicosocial como nuestro bienestar, la posibilidad de gozar de un buen clima organizacional, disfrutar con lo que hacemos, sentirnos valorados o disponer de una proyección profesional a futuro. Los relevos generacionales y su integración con los profesionales más veteranos, la pertinencia de la diversidad o la necesidad de nuevos modelos de liderazgo son factores cruciales que llevan a muchas personas a visualizarse en nuevas posiciones. Y en una contundente y representativa muestra, a seguir preparándose para abordar esas asignaturas pendientes que todos arrastramos desde hace tiempo. Y, lo mejor de todo, desde la tranquilidad de nuestras casas, en las aulas especializadas de las universidades o de las escuelas de negocios, en las que el networking juega una baza cardinal. Sobre todo, cuando nos planteamos dar ese salto cualitativo hacia una actividad inédita en nuestro currículum, pero prometedora, a la par que estimulante.

Y ahora sí, apreciado lector, ya para acabar, solamente traer aquí las palabras del siempre elocuente profesor Mario Alonso Puig: “Usted tiene unas capacidades muy valiosas que le permiten analizar y razonar. Sin embargo, no se olvide de que tiene otros talentos menos aparentes y no por ello menos relevantes. Cultive episodios de silencio y reflexión y empezará a ver facetas de la realidad que antes se le escapaban” (Reinventarse, 2010).

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