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Daniel Omar Begha

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Denni Zú

Denni Zú

DE PERVERSAS PERVERSIDADES

Deliciosa transgresión Esa, la de su cándida perversidad. Esa, la de sus ojos Esa la de ese ingenuo, lúdico coquetear de su mirar. Esa, mirada, la de sus curiosos ojos negros. Ese mirar colmado de deseos, de pasión clandestina. Esa, la de sus labios, quietos, tiernos, tibios, dulces, voluptuosos. Deseosos de besos. De pecaminosos besos. Esos labios que seducen, que provocan. Provocan el deseo de embriagarse en ellos. Ese perverso deseo difícil de contener. ANUENCIA

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Permítete consentir, a mis golosos ojos, mirar tu cuerpo vestido, imaginando los senderos que le brindaría a mis labios. Permítete conjeturar que, en la anhelante desnudes de tu cuerpo, en la oscuridad de la vergüenza, se ocultan aquellas palabras no dichas. Permítete acoger a mis labios para que, acuciosos, en cada pliegue de tu piel, busquen aquellas letras y frases veladas. Permítete susurrar, entre tus gemidos y mi jadear, esos versos que tu carne vehemente proclama y que ávido mi cuerpo desear escucha Permítete proferir, insolentemente, esos vocablos atesorados y ruborizar, con voces nuevas, la tersa albura de mis sábanas de algodón. Permítete cabalgar mi erguido deseo de ti al amanecer y, sin recatos, consolarlo de la privación de tu pasión reprimida Permítete conspirar con mis labios para que lean y relean vocablos del goce, en tu piel presentes, hasta agotarse en sus lenguajes como hojas de un libro mil veces leído.

VERSOS PARA NATTY

Hay en ella un perturbador atractivo. No es solo culpa de su mirar, ni del gracioso susurrar de su voz. Ni del candente verbo de su legua, que seduce hasta sus propios labios. Tampoco es esa deliciosa forma que tienen sus piernas de caminar, Tal vez sea el sudor que llena de perlas el valle de tus senos o ese intimo temblor que el deseo entre sus muslos provoca.

Hay en ella un perturbador atractivo que se suma a su prodigiosa hermosura. A esa incitante y telúrica sensualidad de su cuerpo dorado Al arrebol de crepúsculo de su espalda Territorio atractivamente perturbador.

Quizás la inquietante quietud de la belleza inquieta O el ardiente fuego de la pasión madura Tal vez eso sea ese divino perturbador atractivo

SINUOSA GEOGRAFIA

“Esa sinuosa geografía, la de su cuerpo, telúrico, ardiente e indómito.

Ignoto territorio que explorar quisiera y…

En regiones vírgenes de su piel, descubrir habilidades confesables… O aquellas Inconfesables.”

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