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Constanza Uribe

PRÓLOGO

Para mí, la naturaleza nos ordena y nos deja tranquilos. Es ahí de donde provienen preguntas como ¿de dónde viene esta preferencia al orden?, ¿qué pasa con los que no creemos en la naturaleza sin intervención del humano? Estas preguntas me guiaron desde un ámbito personal y recopilando las referencias académicas para poner en cuestionamiento qué es ser mujer. Desde mi realidad y con narrativas en verso, cuento la historia de una mujer que desborda sentimiento de injusticia y opresión, discusiones como la heterosexualidad y la separación de inspección sobre lo diferente de la perspectiva de sexo y género, sumando sobre el falogocentrismo y el impedimento al conocimiento y la razón de forma machista y patriarcal. (Butler, 1999). En el primer canto llamado duelo del saber, incorporo el lenguaje y el arte como es “secuestrado” por las políticas y leyes para mostrar una figura femenina estereotipada con expresiones de género heteronormadas, domesticadas y conservadoras. Este personaje literario que despierta simbólicamente en un desierto, al darse cuenta de los controles y limitaciones impuestas e intervenidas de una innegable naturaleza instalada, expresa coraje, protesta y rebelión ante figuras simbólicas como la religión judeocristiana, en partes como Dios y citas bíblicas famosas que estigmatizan la palabra mujer. Esta carga simbólica de sobre identificación con el cuerpo de mujer, santificándolo en sus acciones innatas, conllevando el ser mujer a un sentido común de la misma forma que lo ha hecho el patriarcado, como lo menciona (Dragnic, 2016) sobre qué nos hace más sagradas que un hombre, si antes que todo somos personas diversas, con realidades, clases, etnias y subjetividades diferentes. De esta manera, el canto II de Conversación con la virgen, trata de introducirse en esta fantasía de una virgen que se rebeló y también dejó de ser la representación del deber ser mujer. Por el contrario, a los otros temas en el tercer canto La otredad absoluta, considero una reconciliación con el sentirse sin género asignado, de forma erótica y lésbica, donde no exista reproducción ni culminación. Esta reconciliación con la carne que también expresa (Paz, 1993) donde se expresa la esfera carnal y espiritual sagrada. En el último canto y finalizando llamado la explosión vital, expreso la misma crítica que hacen Mia Dragnic y Judith Butler sobre cómo el mismo feminismo se convierte en un ser absoluto y universal, ignorando todos los géneros, etnias y cosmovisiones culturales. La pretensión de una coalición es un comportamiento colonizador.

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DUELO DEL SABER

De tres pestañeos despierto En un desierto Donde la poesía considera una mujer Como centro de inspiración Que sucede con el lenguaje De ser el secuestrado del fraude de la era sideral Fuerza reflejos de un punto en un rincón del cielo, El punto de un centro preponderante Fálico, limitante, continuo, delirante… Le es fiel a la lengua vibrante Que carga cada vez más conceptos Que almas subversivas y errantes.

Esta complicidad del lenguaje con la universalidad ¿De dónde viene y adónde va? ¿Cómo huir? Se adueñó de nuestra madre, se acerca, persigue, hostiga. Me ancla como barco sin puerto, Y con lágrimas de incendio intenta darme pistas Señales tupidas de mentes jerárquicas, Con frentes resbaladizas Con misiones peregrinas De una era que se condensa En aguas no libres, siempre sostenidas.

¡Qué cumbre tengo que elegir! ¿Para ser señalada como alguien? Si el verbo que me perfumo, lo señalo con una extremidad empuñada Revelándose la idea innumerable Que me vuelve la histérica en la lista de roca. La misión de rosa abruma, fastidia. Saber duele, no saber más… Por eso, te señalo silencio siniestro No es más que cruces condenables A limitarme A tu semejanza como la otredad. ¿Así musa de lo que te sobra me crees? ¿Así musa de tu costilla me ves? El lenguaje es tu miserable cometido Y abandono cualquier lengua Que me haga típica de la flor en primavera Rosada, con manos de lavanda, Cuidando la pradera binaria De ortiga y salitre. Que me criaste a ser condescendiente

De compartir mejillas violetas Y volcarlas hacia el hogar impaciente, Que no hay terremoto que sostenga.

CONVERSACIÓN CON LA VIRGEN

Me dormí sobre ripio mineralizado De cobre, carbón y litio Encorvada como un espiral hacia dentro Mi cabeza alcanzaba el vientre Tres respiraciones se escuchaban Mente, corazón y útero. Entonaban ásperas sales andinas La tierra se acercaba con las nubes De pronto una sombra reclama atención De curvas redondas que habitaba aquella mujer Vestida con doce mantos, siete condenas, dos abortos y un misterio. Era la virgen sentada en Venus Me dice: Exiliada del Sol me encuentro, Exiliada de la lengua del corazón. Mi aureola está oxidada Cargada de máscaras de ternura Santificada sea la razón le dije al patrón Que dualizo todo rostro en castigo y delimitación.

Me arrodillo ante ella en simetría con su circunferencia Y con vértigo le pregunto ¿Es acaso mi cuerpo una condena? Mi deseo de dar amor cesó por tanto dolor… Me pregunto: ¿Es acaso la cristalización de mis representaciones, la forma más adecuada de ser igual a ti? ¿Por qué tenemos que conversar de modo privado sobre quiénes somos?

Oh madre, quítame la condena de ser feroz Ya que no cumplo con la tarea de servir Pregunto nuevamente; ¿Qué tan cerca estamos del final, para tener una certeza y sentir la confianza de poder ser la imagen real de mi yo? Ya que este encuentro contigo es monstruoso. Solo renunciando se llega al abismo Y es ahí donde nos encontramos Entre la representación triangular Y mis arroyos fatigados de estaciones.

La virgen responde:

Inocentes somos todos los que el brillo del oro vislumbro Inocentes somos todos los que almacenamos recuerdos De culturas extinguidas por el camino recto Los pájaros sin corazón me cuelgan con nombres De mudas, sin eco, palabras secas, párpados caídos La tierra está cansada, ningún valiente se hace testigo También hija, hermana, amiga, soy un cristal en el mesón De un traje de lino blanco ligero que nunca se arrugó Con monedero falso, con ideas de profetas, Solo puedo contestar, Que si escuchas en la noche vidrio, llanto y sirenas La saliva caliente del saber cómo diluvio caerá Hasta que procures que el silencio de la selva Es el silencio de la canción inicial La melodía que cada uno sabrá Y el cuidado de sí debes procurar.

OTREDAD ABSOLUTA

Con regocijo de una tibia mañana Me expando la otredad. Con cuarzos en los ojos Después de tan eterno sueño Ha comenzado mi serenidad Como si el abrazo con delirante figura Me hubiera desnudado y acariciado los cabellos Y como cual ley de atracción Se reúnen ante mí, signos Las flores polinizadas cierran mi camino Y siento gracia de eso,

Voy al rio a mezclar mi sudor en fuego Con el caudal de un fluir que presume discontinuidad No cesaban mis suspiros de equinoccio Mi figura se sentía ligera Descascarada Sin color ni bandera Sentí que jamás tendría sed Este reposo en aquella caudal tenía más poder Que cualquier tumba Se borró pensamiento e ideas Ni la lengua materna tenía espacio Para tal goce de desprendimiento Veía como hojas los juicios Que salían de cada parte de mi cuerpo Como serpiente de noche Solo que esta vez A vista del sol Mi desnudes no era arte No era ruido

El claro de luna no me representaba Los nudos de profetas se desenredaban Todo era caricia prudente Los naufragios de huérfana se alejaban La jaula la veía dentro de mí misma Y con manos de alambre liberaba cada vez más Los recuerdos de sonidos De gargantas ásperas de vino De raíces de malezas Que crean en mi lejos de la nebulosa Un encuentro redondo, con mis muecas sueltas Ojos vidriosos del éxtasis Del encuentro con mi propio cuerpo No hay misterios No hay fronteras No hay conquistas No hay anónimos Somos dos otredades juntas Bordeando nuestros límites Sin apuntarnos, Solo siendo conjunción.

Los termómetros no entienden Tan cálida pasión, de observarse desde la nada Besarse y lavar intermitentemente Lo que fuimos y seremos.

De repente un insecto contra corriente nos pregunta ¿Qué hora es? Les contestamos Es la hora de la renuncia a la fatiga caminata De la imagen y la torre de mármol al medio del valle.

LA EXPLOSIÓN VITAL

Tras girar sobre senderos azules Después de colecciones de saludos Sostengo un pensamiento O el intenta sostenerme a mi Y que muestra de cada frase exhalada Una obra invertida Una trampa ilusa.

De cada razón, de cada oración Se ignora a otro.

Y en este sentimiento de desnaturalización

La dicha mía De sentirme fuera de eso Mientras se encarcela esta explicación Con leyes y políticas Depravando el corazón y la empatía.

Como poder tener en consideración La desviación de la lógica unificadora Sin pretensiones de ser la anticipada La punta de la pirámide que observa El acento, el punto o la coma que ordena. ¡Renuncio! La unificación es a través del trabajo y la posesión digna. Y no proyecto más que eso, No quiero etiquetar, Ni ningún tipo de insinuación El misterio es más peligroso para el poderío Y con esto termino sin llegar a ningún lugar Sin dar soluciones, solo pasión, distensión.

Es una historia inconclusa que nunca tendrá final Ya que aquí se encierra el círculo vital De ser idéntico a sí mismo y no a los huesos. Solo caminar el valle diverso, Para obrar por la otredad, de forma horizontal.

Bibliografía Butler, J. (1999). El genero en disputa. Piados. Dragnic, M. (9 de enero de 2016). Feminismo Hiperreal. Le monde diplomatique, pág. 1. Paz, O. (1993). La llama doble. Seix Barral.

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