Malvinas, causa nacional con apoyo de China. DangDai.

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• Néstor Restivo y Mónica Cofré ILUSTRACIONES MARCELO CARPITA

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unque Argentina tiene lazos diplomáticos con China desde 1945, fue recién en febrero de 1972 cuando se establecieron relaciones formales con la República Popular China, fundada en 1949 tras la guerra civil que llevó al poder al Partido Comunista y a Taiwán al ejército derrotado. Se cumplen entonces, este verano, 45 años de un hecho que, por los avatares de la Guerra Fría, se plasmó en la lejana Bucarest, cuando sellaron el acuerdo los emisarios José María Ruda y Zhang Hai Feng. Y en estas cuatro décadas y media se afirmó un vínculo que en lo político y diplomático tiene un hito en el apoyo chino al reclamo argentino de soberanía sobre islas Malvinas, Georgias, Sandwich del Sur y sus espacios marítimos, vulnerados por el colonialismo y el pillaje británicos. Interesa identificar en este artículo, en celebración del 45 aniversario, tres momentos que destacan y marcan distintas posturas chinas frente a ese tema.

"Ping pong" y después

En 1972, cuando Occidente comenzó a alinearse al arreglo de EE.UU. y China y a la consecuente decisión de Naciones Unidas de reconocer a Beijing y ya no a Taipei como asiento del gobierno legal chino (tema cuyo análisis trasciende el objetivo de esta nota), los embajadores Ruda y Zhang acordaron en la capital de Rumania, el 19 de febrero, que el gobierno chino reafirmaba a Taiwán como parte inalienable de la RPCh -de lo cual Argentina tomaba nota- y reconocía los derechos de jurisdicción argentinos sobre la zona marítima adyacente a sus costas dentro de las 200 millas náuticas. Al incluir la agenda el tema Taiwán, Argentina pudo “sumar un potencial aliado ante su reclamo” por las islas del Sur, afirma Manuel Alfredo Paz en su libro De Malvinas a Hong Kong. El conflicto del Atlántico Sur y el fin de los Tratados Desiguales. Si bien no detallado explícitamente, este punto del acuerdo esperanzaba a la Argentina, en especial por el asiento permanente de la RPCh en el Consejo de Seguridad de la ONU. Con todo, como dice Eduardo Oviedo en su Historia de las Relaciones Internacionales entre

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Argentina y China, 1945-2010, para 1972 primaba más bien un espíritu de no intervención. Recién a partir de 2002, “en el gobierno (provisional del senador Eduardo) Duhalde, seguido por (Néstor) Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner” se reconoció “expresamente ‘una sola China’”, por lo cual -como en la ONU- se rechazaba el reconocimiento a Taiwán. Curiosamente el mismo diplomático Ruda, como ya lo había hecho el canciller Juan A. Bramuglia en 1948 frente a los países de América, había pronunciado en septiembre de 1964 “un vibrante alegato ante el Comité Especial de Descolonización de la ONU en el que expuso los hechos históricos y jurídicos que daban razón al reclamo argentino. Sus argumentos

probaron al mundo que la posición británica constituye un anacronismo propio de los grandes imperios coloniales, que se afirma solamente en la fuerza”, recordó en una nota Daniel Filmus, ex secretario de Asuntos Relativos a las islas Malvinas. La dictadura militar argentina de 1972, encabezada por Agustín Lanusse, se acercó al gobierno comunista chino tras los pactos entre Richard Nixon y Mao Zedong y la llamada “diplomacia del ping pong”, creyendo en la importancia del mutuo apoyo en los conflictos territoriales de índole insular que preocupaban a ambos países. “La taiwanización de la cuestión Malvinas se presentaba en 1972 como una oportunidad estrategia latente”, afirma Paz, para quien el hecho de que la administración


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causa nacional con apoyo de China A 45 años del inicio de lazos oficiales entre Argentina y la República Popular China, en lo político y diplomático se destaca el apoyo del país asiático (víctima del colonialismo en el pasado) al reclamo soberano por las Malvinas.

阿 根 廷 和中国建立外交关系4 5 周年

马尔维拉斯群岛:一直得到中 国支持的民族主权问题 几个世纪以来,阿根廷一直要求英国归还其领土马尔维拉斯群岛。中国在 过去也经受过殖民主义的痛苦。在这里,我们总结了中国北京和阿根廷首 都的专家和外交官们就此发表的看法。 Lanusse hubiera ignorado la realidad de Hong Kong tuvo su costo en la guerra de Malvinas de 1982. Como otra curiosidad de ese momento, en Memoria oral de la política exterior argentina (1966-2016), de Mario Rapoport, el canciller de entonces Luis M. de Pablo Pardo dijo que se reconoció a China por un “apresuramiento, y era que nosotros no queríamos que EE.UU. (cuyo reconocimiento oficial de Beijing se concretaría varios años después de las gestiones entre Nixon y Mao facilitadas por Henry Kissinger y Zhou Enlai) apareciera en una actitud anterior a la nuestra para no aparecer con seguidismo. Por eso queríamos apresurarnos, y era Lanusse el que se oponía a esto”, aunque luego lo persua-

dieron y cedió. Hubo razones económicas, entre otras, antes que ideológicas, dijo. Y también: “Las relaciones entre el Ejército argentino y Chiang Kai-shek habían sido muy intensas. Mientras nosotros negociábamos un arreglo con China y ya teníamos conversaciones con Rumania como país intermediario, Lannuse nos envió dos generales a Taiwán, con eso le explico todo”.

En guerra

Al día siguiente del desembarco argentino en Malvinas, decisión de otra dictadura ejecutada el 2 de abril de 1982, el Consejo de Seguridad aprobó a pedido de Londres la Resolución 502 que reclamaba la inmediata cesación de hostilidades y retirada de las fuerzas argentinas de Malvinas (llamadas

Falkland Islands en el texto) y exhortaba a Buenos Aires y a Londres a hallar una solución diplomática a sus diferencias y a que se respetaran a pleno los propósitos y principios de la Carta de la ONU. Aquí se dio el segundo momento histórico de las relaciones sinoargentinas en el apoyo por las disputas territoriales. China se abstuvo junto a España, Polonia y la Unión Soviética, mientras EE.UU., Francia, Guyana, Irlanda, Japón, Jordania, Togo, Uganda, el Reino Unido y Zaire votaron afirmativamente y Panamá expresó el único voto en contra, es decir a favor de Argentina. Así, con 10 votos afirmativos, la resolución fue aprobada. Al abstenerse de la votación –algo que según cuenta en su libro Malvinas, esta es

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OPINIÓN Diego Ramiro Guelar Embajador de Argentina en la República Popular China

Por un vínculo de largo plazo En febrero de 1972 se establecieron relaciones diplomáticas entre la República Popular China y la República Argentina; celebramos este 45º aniversario. Entonces era inimaginable una relación estrecha como la que tenemos hoy. La idea de China como socio estratégico hubiera generado sonrisas irónicas entre los principales actores políticos de la época. Pero la historia siempre sorprende: hoy es nuestro gran aliado y una superpotencia que cambió y lo seguirá haciendo. Las primeras tres décadas sentaron las bases del vínculo bilateral, pero tímidamente y con una relación política y económica sin dudas lejana. Existió sí, de modo sostenido, una comprensión cabal de la cuestión Malvinas, basada tal vez en una aguda e histórica sensibilidad china respecto del abuso del colonialismo y el principio de integridad territorial del derecho internacional. Pero es recién en la última década que logramos construir la verdadera Asociación Estratégica Integral. De manera sumaria, podemos presentar 5 elementos fundantes: 1) Aprovisionamiento de alimentos a un gigante que no puede autoabas-

la historia el entonces canciller argentino Nicanor Costa Méndez se esperaba con ansiedad, igual que el voto de la URSS-, el embajador de la RPCh, Ling Qing, declaró: “El gobierno chino está preocupado por la tirantez actual en la región de las Islas Malvinas (Falkland). La cuestión de las Islas Malvinas (Falkland) entre la Argentina y el Reino Unido es un legado de la historia. El Movimiento de los Países No Alineados en numerosas reuniones se pronunció sobre la soberanía de las Islas Malvinas (Falkland) y pidió a las dos partes que procuraran una solución pacífica por medio de negociaciones. Hemos tomado nota de dicha posición de los Países No Alineados”. En el libro de Rapoport, Costa Méndez escribió que la postura china fue de “total

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tecerse. Brasil y Argentina proveen 23% del total que importa China, sigue EE.UU. con 20%. 2) Recursos mineros no explorados ni explotados, a 75% de nuestra potencialidad verificable. El eficiente aprovechamiento de minerales imprescindibles para el desarrollo chino, como hierro, cobre y litio, entre otros, constituirán un eje de trabajo extraordinario para multi-

CHINA TIENE UNA COMPRENSIÓN CABAL DE LA CUESTIÓN MALVINAS plicar las exportaciones a china. 3) Infraestructura energética y de transporte. Tenemos una cuenta pendiente en la Argentina en estos sectores; existen empresas chinas con la capacidad técnica, el deseo de asociarse a firmas argentinas –y transferir conocimiento durante el proceso-, y el respaldo financiero de grandes bancos de su país. 4) Turismo: el año pasado viajaron por el mundo más de 120 millones de chinos, pero solo 30 mil visitaron la Argentina. Mediante un

sistema de promoción de nuestros atractivos y gracias a la simplificación de los procedimientos de visado que hemos impulsado, esperamos llevar esa cifra a un millón de turistas en diez años. Para entonces, se estima que más de 300 millones de chinos realizarán turismo fuera de su país. 5) El relacionamiento vincular deportivo. El presidente Xi Jinping fijó el objetivo de convertir a China en una potencia futbolística y nos pidió cooperación en ese campo. El potencial es inédito en materia de inserción de técnicos, futbolistas y profesores de educación física en el mercado chino. Recordemos que este país tiene más de 100 ciudades con población superior a los 3 millones de habitantes. La relación es de una riqueza inagotable para ambos países y aún puede y debe seguir profundizándose. Estamos ante una oportunidad extraordinaria para construir, juntos, el período más fértil y relevante de la historia de las relaciones bilaterales. Tenemos la responsabilidad de sentar las bases para un relacionamiento estructural, profundo, maduro y de largo plazo.

apoyo”, que “nos prometió todo”. Por eso agregó: “Nos extrañó que no ejercieran el veto, porque era considerado en ese momento en la ONU como el veto fácil”. Casi todos los analistas de entonces entendieron que así China se aseguraba no interponerse en un conflicto territorial de otros dos países y generaba la posibilidad de acelerar un acercamiento con los británicos frente al traspaso del Hong Kong colonial a control chino. El acuerdo suscrito en 1972, en el que si bien no existió un apoyo explícito de China por Malvinas (el texto enuncia los derechos de jurisdicción sobre la zona marítima adyacente a sus costas dentro del límite de las 200 millas naúticas) y sí de Argentina por la cuestión Taiwán, habilitó la posibili-


OPINIÓN Yang Wanming Embajador de la República Popular China en Argentina

Se ha consolidado la amistad El 19 de febrero de 1972 la República Popular China y la República Argentina establecieron relaciones diplomáticas y, así, este febrero se cumplirá el 45 aniversario con una gloriosa trayectoria. Nos complace ver que hoy se ha profundizado la confianza política mutua de modo continuo y que tanto la cooperación económica como los intercambios culturales y humanos lograron éxitos fructíferos, gracias a los cuales hay lazos bilaterales en múltiples direcciones y niveles. China y Argentina forjaron su amistad sobre la base de la igualdad y la confianza mutua en estos 45 años. En los últimos, los intercambios de alto nivel entre Gobiernos, Congresos, partidos políticos o provincias son frecuentes, con más confianza política, coordinación estratégica y un mecanismo de cooperación que mejora continuamente. En 2014 nació la Asociación Estratégica Integral y ambas partes toman en cuenta y cuidan las preocupaciones centrales de una y otra. China apoya firmemente al reclamo soberano de las Islas Malvinas, aboga por una solución pacífica de conflictos a través del diálogo y

dad de que en abril de 1982 un veto chino podría ser obtenido. Pero China convirtió la crisis en oportunidad y en septiembre de ese año inició -con la visita de la primera ministra británica, Margaret Thatcher- las tratativas para recuperar Hong Kong. Luego se llegó a la Declaración Conjunta de 1984, que regularía el traspaso de poderes en Hong Kong y permitiría una transición y una autonomía especiales para la isla hasta la restitución en julio de 1997, debido al Tratado de 1898 por el cual Beijing cedió a Londres tales territorios por 99 años. Según algunos autores, Thatcher llegó a China envalentonada con la victoria en Malvinas. Pero China, en cambio, afirmó que “los tratados fueron desiguales” y que no se sentía vinculados por ellos; que

negociaciones sobre la base de las resoluciones de la ONU. Y Argentina siempre adhiere con firmeza a la política de "una sola China". Ambos compartimos posiciones similares en la Agenda 2030 de desarrollo sostenible, el cambio climático o el G-20, ejerciendo buena comunicación y coordinación. Somos socios de beneficio mutuo y ganancia compartida.

ESTE ES EL MEJOR MOMENTO HISTÓRICO Hoy China es el 2° socio comercial de Argentina, el 1° destino de exportación agrícola y el 3° inversor. La cooperación bilateral obtuvo un desarrollo acelerado partiendo de 0 y en 2015 el intercambio comercial sumó un récord: US$ 14,5 mil millones, 150 veces más que el volumen de 1972. En los últimos cinco años, el stock de inversión china en Argentina pasó los US$ 8 mil millones, con más de 50 empresas chinas que despliegan inversiones y negocios aquí. La cooperación sustancial bilateral en ítems como ferrocarril, energía, telecomunicaciones, agricultura, infraestructura

Hong Kong formaba parte de China y su soberanía no se discutía. Deng Xiaoping fue terminante frente a la Dama de Hierro. Lo único que estaba dispuesto a negociar eran las cuestiones prácticas de cómo sería la devolución. En esta interpretación, recuperar Hong Kong habría sido el factor que determinó la abstención de China en la votación del Consejo de Seguridad. Volviendo a la coyuntura de la guerra, ya hacia su final, en junio, Panamá, -solidario con Argentina- y España -víctima también del colonialismo, como China o Argentina, en su caso por Gibraltar- presentaron en la ONU un proyecto de alto el fuego inmediato que vetaron EE.UU. y Gran Bretaña pero respaldaron China y la URSS, recuerda Oviedo en su libro. Y en los años que

y finanzas avanza felizmente y promueve con vigor la prosperidad económica de ambas naciones. En estos 45 años, además, se logró una amistad íntima con la convergencia de culturas. Hay activos intercambios y cooperación en cultura, educación, ciencia y tecnología y deportes. Las visitas mutuas entre todos los círculos de la sociedad, como universidades, think tanks, medios de comunicación y grupos artísticos, son muy frecuentes. Un creciente fervor por el idioma mandarín y por China en la sociedad argentina consolida la base social de la amistad mutua. Nuestros lazos viven el mejor momento histórico y van a entrar en una etapa de desarrollo totalmente renovada. En la primera mitad de 2017, el presidente Mauricio Macri realizará una visita de Estado a China y sin dudas empujará las relaciones a otro nivel. A futuro, nos disponemos a aunar los esfuerzos argentinos resumiendo la experiencia acumulada en 45 años sin dejar la exploración y renovación, a fin de construir un futuro más brillante para los lazos sinoargentinos y los beneficios de nuestros pueblos.

siguieron a la guerra, el desmoronamiento de la dictadura y la gestión del presidente Raúl Alfonsín, China siempre apoyó la devolución de la soberanía en Malvinas y adyacencias a Argentina y ésta, la demanda de Beijing por las islas del Mar del Sur de China, además de la cuestión Taiwán.

Los últimos años

Más allá de la continuidad de los apoyos mutuos durante las décadas de 1990 y de 2000, otro hito fue la visita del presidente Xi Jinping a Argentina en julio de 2014, cuando firmó con su par argentina Cristina Fernández de Kirchner la declaración conjunta de Asociación Estratégica Integral entre ambos países. Allí Buenos Aires “reafirmó el invariable apego de la Argentina a

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OPINIÓN Federico Martín Gómez Departamento del Atlántico Sur - IRI - UNLP

Diplomacia estratégica Los históricos vínculos sinoaergentinos se centraron sobre múltiples ejes políticos, estratégicos, económicos, académico-científicos y aun militares. Pero un eje trasciende a esas estructuras y dinámicas, la Cuestión Malvinas, que se constituye en la ecuación de encuentro y coordinación política-diplomática entre ambos estados. China respalda la posición reivindicatoria argentina sobre la disputa de soberanía con Gran Bretaña por las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, así como sobre sus espacios marítimos circundantes. Argentina, a su vez, reconoce a la isla de Taiwán como parte indivisible de China. Entre ambos, claramente, predominan como base de sus posiciones la integridad territorial y la igualdad soberana entre los Estados, de conformidad con los principios y los objetivos de la Carta de la ONU y las resoluciones pertinentes de su Asamblea General. Estas construcciones político-diplomáticas están plasmadas en el ámbito bilateral y en la multiplicidad de declaraciones rubricadas por funcionarios de ambas naciones, como la Declaración Bilateral de julio de

la política de una sola China y su apoyo al desarrollo pacífico de las relaciones interribereñas del estrecho de Taiwán, así como a todos los esfuerzos realizados por el gobierno chino para lograr la reunificación pacífica del país. Por su parte el presidente Xi reiteró el firme apoyo de su país a los derechos de soberanía de la parte argentina en la Cuestión de las Islas Malvinas”. Ese Primer Plan de Acción Conjunta entre ambos gobiernos consideró un “elocuente testimonio del compromiso mutuo con la Asociación Estratégica Integral, establecida en pos del logro de comunes intereses de crecimiento y desarrollo”. Los mandatarios también “reafirmaron el interés en continuar desarrollando actividades y explorando nuevas oportunidades

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2010 y las declaraciones conjuntas sobre el Establecimiento de la Asociación estratégica integral entre la República Argentina y la República Popular China de julio de 2014 y sobre el Fortalecimiento de esa Asociación de febrero de 2015, por citar las últimas. En ellas se observa el "respaldo al reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas y la reunificación pacífica de China”,

APOYO BILATERAL Y MULTILATERAL "el mutuo apoyo ante las cuestiones relativas a Malvinas y a Taiwán” y el hecho de que "la Argentina reconoce a una sola China y el desarrollo de las relaciones pacíficas para la reunificación del país", en tanto la RPCh apoya los derechos de soberanía argentina en las Islas Malvinas y la reanudación de las negociaciones bilaterales para la solución pacífica de la disputa con Gran Bretaña”, respectivamente. En el plano multilateral, advertimos que las posiciones de ambos estados en materia de soberanía territorial se reflejan de modo consolidado ante el sistema interna-

cional, por ejemplo en la II Cumbre del Sur, en Doha, Qatar, en junio de 2005; o en la XXIII Conferencia de la Unctad, también en Doha, en 2012. Finalmente, el G77 más China expresó en septiembre de 2014 en Nueva York el derecho que asiste a la Argentina de adoptar acciones legales, con pleno respeto del Derecho Internacional y de las resoluciones pertinentes emitidas desde el concierto de las naciones, contra las actividades no autorizadas en hidrocarburos de la plataforma continental argentina, con las que hoy el Reino Unido busca sostener su presencia neocolonial. Estos antecedentes significan una ecuación inalterable en los históricos vínculos bilaterales y se proyectan de lo bilateral a lo multilateral en un asunto que comporta para Argentina un desafío dinámico –por las variables que la componen- constituido en torno a un objetivo soberano indeclinable y para el cual el respaldo de un actor estratégico global de la potencialidad y magnitud como China configura un respaldo de gran dimensión diplomática con proyección estratégica.

en materia científico-tecnológica, nuclear, espacial y de defensa”. Esta postura fue reiterada en nume- rosas oportunidades estos años. Cambiado el gobierno argentino en diciembre de 2015, en Cancillería argentina dijeron a Dang Dai que desde 1833, cuando Gran Bretaña accedió a las islas por la fuerza, “expulsando a las legítimas autoridades y a la población establecida allí”, pese a que “Gran Bretaña había reconocido a la República Argentina por medio de un tratado de 1825 y se hallaba en paz con ella”, nuestro país “nunca dejó de hacer reserva de sus derechos y denunciar la situación colonial existente”. También recordaron que en 1965 la Asamblea General de la ONU “reconoció la


OPINIÓN Telma Luzzani Periodista especializada en política internacional y bases militares

Una base de control y codicia En 2009, las islas Malvinas y su base militar aparecieron nombradas reiteradamente por las universidades de Cambridge y Londres en un informe para el Parlamento Europeo, donde se clasificaba por orden de importancia las fortalezas militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en todo el planeta. Malvinas (mencionadas como Falkland) está entre las más importantes del globo por su privilegiada ubicación para “proyectar poder sobre la región circundante”. Desde allí, no sólo se controla el flujo comercial marítimo regional sino que se puede proyectar dominio militar en los océanos Indico, Pacífico y Atlántico Sur y en las zonas continentales de África y América del Sur, además de constituirse como una extraordinaria puerta de acceso hacia la Antártida. La importancia estratégica de las islas –que se encuentran a 700 kilómetros de las costas argentinas y dentro de su plataforma marítima- estuvo siempre clara para las diferentes potencias dominantes: desde España en el siglo XVI hasta Estados Unidos hoy. Es por eso que el 3 de enero de 1833, el Reino

Unido, en connivencia con EEUU, atacó el Puerto Soledad, incendió y saqueó la ciudadela construida por el gobernador argentino Luis María Vernet y apresó a todos los argentinos en el lugar. Desde entonces se mantiene ilegalmente allí, desconociendo la soberanía de Argentina y desoyendo las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas e incluso

desafiando sus dictados ya que, en 1986, la ONU, con el voto positivo de 124 países, declaró el Atlántico Sur Zona de Paz y Cooperación, y en 1994, el Atlántico Sur fue declarado zona desnuclearizada. La actual base de la OTAN en Mount Pleasant fue construida por la corona británica en 1985 con un costo superior a los 1.200 millones de dólares. Tiene dos pistas, una de 2.590 metros de longitud y otra de 1.525 metros, ambas aptas para que

operen aviones de transporte de tropas y equipos militares. Su nivel tecnológico y la modernización de sus instalaciones la convierten en una de las bases aeronavales mejor equipadas de América del Sur. La corona posee allí una Unidad de Comunicación Conjunta que interconecta a las tres armas y funciona, en red con las bases de control y espionaje que la OTAN tiene desplegadas en todo el planeta. El complejo Mount Pleasant posee, asimismo, una estación naval de aguas profundas – Mare Harbour– apta para submarinos nucleares, con un equipamiento similar al que los efectivos británicos tienen en Irak y Afganistán, y silos y rampas para el lanzamiento de armas nucleares. El potencial bélico es de los más letales del mundo tanto en el campo aéreo, naval como terrestre. Se comprende por qué: los recursos naturales del continente americano y los posibles yacimientos petroleros en el Atlántico Sur y la Antártida –que además posee uno de los mayores reservorios de agua potable del planeta- despiertan la codicia sobre la región.

disputa y pidió a ambos países comenzar negociaciones para descolonizar el territorio”, calificando “esta situación colonial como ‘especial y particular’ por cuanto difiere de los casos clásicos de descolonización al involucrar una cuestión de soberanía”. Según la fuente, ello “debe ser resuelto mediante negociaciones bilaterales y teniendo en cuenta los intereses de la población de las islas”, pero reconociendo que en este caso “no se aplica el principio de autodeterminación” por ser una “población implantada por la potencia colonial”. Tras recordar el acompañamiento de Mercosur, Unasur, Celac, Cumbre Iberoamericana y G-77 más China, entre otros apoyos, la Cancillería “valora altamente el sólido y permanente respaldo” chino a los

derechos argentinos sobre Malvinas. Desde que Mauricio Macri es el presidente argentino, la relación con China se encarrilló tras un primer amague en que el nuevo gobierno generó dudas sobre la continuidad de algunos acuerdos, luego descartadas. Y en el tema Malvinas se generaron polémicas por los pactos anunciados entre la canciller Susana Malcorra y el vicecanciller británico Alan Duncan y por los dichos del propio Macri, luego desmentidos, sobre que había hablado de soberanía con la premier Theresa May, ambos hechos en septiembre de 2016. El ex combatiente y periodista Edgardo Esteban suele recordar que al ingresar a la única secundaria de Puerto Argentino hay un mapa de Sudamérica sin el territorio

continental argentino, sólo con una prolongación del Atlántico y una señalización del “South Sea” (Mar del Sur). La “antipatía” de los kelpers “hacia los argentinos es visceral y aunque nos quisieron ignorar, siempre buscaron la forma de sacar ventajas de su situación de aislamiento”, dice. Por eso a él y a tantos inquietaron los anuncios sobre libre navegación, reanudación de vuelos a otros países de Sudamérica o explotación de recursos de pesca o petróleo. Además de carecer de contraprestaciones o de ignorar el debate sobre soberanía, podrían violar leyes y la Declaración de Ushuaia, aprobada por todos los partidos del Congreso nacional y que justamente reivindica la soberanía de las Islas y sus recursos y denuncia la militarización del Atlántico Sur.

GRAN BRETAÑA DESOYE LAS RESOLUCIONES DE LA ONU

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