mono xvii: Insurrección

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contenido

Mono magacín xvii En portada Yo insurrecto , 2009 Rosalio Rodríguez Amador

Insurrección año 4 enero-febrero 2010 www.monomag.com.mx

Colaboraron con monox vii Berto Márquez Daniela Campos Emmanuel Rodríguez Eliel Luna Rodríguez Francois Schnell Joanna Jorge Martínez Iván Odín García (a) Santo Massimo Pinca Marko Ferretiz Pablo Violante Rosalio Rodríguez Amador Silvano de la Llata Walton Corbould (†) Yesenia Estrada

Diseño y formación Ernesto Peña Staff mono

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Insurrección & Revolución Silvano De l a Ll ata

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Todo se oscurece a mi alrededor… Pablo Viol ante

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Mi casa vacía Iván Odín García (a) Santo

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Ideas Insurrectas Eliel Luna Rodríguez

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Letargo de una comunidad virtual Yesenia Estr ada

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Insurrección El tirano en nosotros Berto Márquez

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Lágrimas olor a piel Daniel a C ampos


editorial Si l a edición pasada de mono fue predominantemente gráfica, esta es predominantemente textual.   En este número tenemos de primerizos a Silvano de la Llata y la diferencia entre insurrección y revolución presentada de un modo fabuloso. Tenemos a Pablo Violante regalándonos un cuento para estrenarse con nosotros. Ivan (Santo) también nos regala un cuento; sin embargo, Santo solo es nuevo con nosotros, antes de mono participó en vaca rosa y otros proyectos literarios independientes. Yesenia se presenta con poesía: «Letargo de una comunidad virtual».   Viejos conocidos: Berto Márquez, con una visión positiva y posiblemente esperanzadora de la insurrección y Eliel Luna, probablemente (seguramente) el colaborador de mono más estable y más consistente que tenemos. Eterno merecedor de agradecimientos especiales.

La portada de mono x vii es un cartel de un viejo amigo y colaborador titulado Yo insurrecto. En él, Rosalio Rodríguez nos presenta su visión personal de la insurrección contra uno mismo.   Habrán notado que buena parte del número x vii está en blanco y negro; esto no es un accidente, un colaborador y lector nos hizo la recomendación de hacerlo para disminuir los costos de impresión. Atendiendo el consejo, sólo dejamos a color las imágenes que vengan de cualquiera de ustedes, y en blanco y negro las que se hayan generado por Staff mono. Vamos a ver como nos funciona.   Nuestro siguiente número versará sobre un tema muy ad hoc con lo que estamos viviendo recientemente: Catástrofes. Llénenos con sus colaboraciones, recuerden que mono se hace de sus opiniones.

Las opiniones de los colaboradores de esta revista son responsabilidad de ellos mismos, y no representan necesariamente el punto de vista de la publicación... Pero estamos honrados de que hayan escogido este medio para expresarlas.   Si quieres colaborar con mono con textos, ilustraciones o fotografías, escríbenos a: contacto@monomag.com.mx.



insurrecciรณn. (Del lat. insurrectio, -onis). 1. f. Levantamiento, sublevaciรณn o rebeliรณn de un pueblo, de una naciรณn, etc.

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E N SAYO

Insurrección & Revolución Por Silvano De l a Ll ata. Feb 2010.

Chispas Par ís. 27 de Oct ubr e de 2005 A las 17:20 del jueves, Zyed Benna, Bouna Traoré y Muhittin Altun, tres adolescentes, huyen de las rutinarias redadas que la policía practica arbitrariamente en los empobrecidos banlieues parisinos, brincan una cerca de seguridad y se refugian en una subestación eléctrica. A las 18:20, en una estación de policía cercana, se produce un apagón causado por la electrocución de Zyed y Bouna. Muhittin sobrevive y desde el hospital cuenta su historia a los medios. Para los habitantes del banlieue, la muerte de los jóvenes es vista como un símbolo de la represión, la pobreza, la segregación racial y el estado policial que se vive en las zonas pobres de Francia. Casi inmediatamente salen a las calles con bombas molotov a quemar automóviles. El gobierno francés lo interpreta como un evento aislado, pero una semana después declara el estado de sitio y para el 16 de noviembre (solo 20 días después), la insurrección se extiende a todo París y las 15 áreas urbanas más importantes de Francia. Al termino del conflicto se han producido casi 3 000 arrestos, se quemaron escuelas, iglesias y cerca de 9 000 automóviles.

Insurrección

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En Francia llaman Banlieue a las afueras de la ciudad. El equivalente en español sería «la zona metropolitana». Sin embargo en Francia la palabra banlieue esta ampliamente asociada con los barrios empobrecidos de inmigrantes del Norte de África.


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Los Ángeles. 3 de Mar zo de 1991. Rodney King, un afroamericano que conducía su automóvil en Lake View Terrace, cerca de Los Angeles, es detenido e interrogado por la policía. Al bajarlo del auto, empiezan a golpearlo con macanas y a patearlo con los tacones de las botas en la cara. Otras patrulleros que pasan por ahí se detienen y se unen a la golpiza por turnos. Mientras tanto, George Holliday, un argentino vecino de Lake View Terrace, filma la escena desde la ventana de su departamento.   El video de Rodney King se difunde a nivel mundial y los policías son llevados a juicio, acusados de brutalidad policíaca. Después de un largo proceso en que los videos son reproducidos y revisados hasta el punto de que el jurado se acostumbra a la escena. Tres de los policías son sentenciados por brutalidad policíaca y un cuarto es exonerado por deficiencia de pruebas.   El 29 de abril, un grupo de manifestantes furiosos se enfrenta a la policía afuera de la corte. Seis días después los disturbios se extienden por toda la zona metropolitana de Los Ángeles. Se saquean miles de tiendas, se queman autos, hay 53 muertos y miles de heridos.

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Insurrección

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L a insur r ección es como un incendio. El fuego extiende sus tentáculos por los callejones, las vecindades y los basureros de los arrabales en las ciudades. Igual que el fuego, la insurrección se aviva donde la maleza esta más reseca. En este caso, es donde la economía ha perdido toda su humedad. El tejido social es como el de un petate: denso, apretado e inflamable. Pero como en cualquier fuego, no es suficiente que exista combustible (tensión racial, economía en decadencia, segregación y vigilancia policial) y oxigeno (la conciencia de la coyuntura histórica), tiene que haber una chispa. Un evento simbólico que represente el estado y la historia de opresión en que un vive todo un grupo social, racial o cultural. La horrible muerte por electrocución de los adolescentes en París, representan todas las redadas del banlieue, las políticas urbanas de vivienda social, el colonialismo francés en el norte de África. La golpiza de Rodney King son 400 años de esclavitud, la renovación urbana y la delineación roja de los barrios negros en California.   La insurrección, igual que el fuego, se consume cuando se acaba el oxigeno o cuando todo el material se ha quemado. La insurrección no es necesariamente revolución. Algunas insurrecciones se han convertido monox vii


«La insurrección es como el fuego, pero si no existe conciencia del contexto y de las implicaciones del evento, se convierte en explosión de ira que se apaga rápidamente».

en revolución o en guerras civiles después de expandirse por amplios territorios. Pero no es lo común. La insurrección es espontánea y en el mayor de los casos carece de una ideología consciente. De hecho muchas de las revoluciones se han gestado ideológicamente a partir de una insurrección. Casi a manera de formula histórica, primero viene un estallido social o una insurrección, después aparece un manifiesto que hace una evaluación y adopta el espíritu de la insurrección y posteriormente ese manifiesto motiva una futura revolución. Las Revoluciones de 1848, inspiraron (y al mismo tiempo fueron motivadas) por el Manifiesto del Partido Comunista. La velocidad con las que estas insurrecciones se propagaron por todo Europa (e incluso Brasil) hicieron interpretar a Marx que se produciría una revolución global que haría que se cumpliera la teoría del materialismo Insurrección

dialéctico. El Manifiesto, es al mismo tiempo una profecía y un llamado a las armas. El epílogo de «Trabajadores y obreros del mundo, únanse» remata el panfleto casi como si advirtiera que la revolución es inevitable y más vale tomar conciencia del zeitgeist (El estado de las cosas. El espíritu de los tiempos) y después tomar acción. La insurrección es como el fuego, pero si no existe conciencia del contexto y de las implicaciones del evento, se convierte en explosión de ira que se apaga rápidamente. Si el sentimiento de insurrección pone machetes, azadones molotov —y escobas— en una de las manos del pueblo, el Manifiesto pone una bandera en la otra (la espada y la pluma).

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Revolución

Par a 1871, la economía de la Francia de Napoleón III colapsaba y el pueblo advertía que el sueño burgués de «ver y ser visto» en los paseos y los bulevares que el Barón de Haussman dispuso para París, no sería para todos. La ciudad diseñada a prueba de revoluciones tuvo la ocasión de probarse en la Comuna de 1871. Esta vez, espada y manifiesto en cada mano, la gente se atrincheró en barricadas por toda la ciudad para enfrentar el raquítico régimen imperial.   La Comuna no es una insurrección solamente, es una revolución. La revolución, a diferencia de la insurrección, supone un cambio duradero en la forma de actuar de la gente. Hay más cabeza que tripas. La insurrección crece a la velocidad del fuego, la revolución crece más como la maleza. Puede parecer insignificante, pero cuando se extiende puede cambiar un paisaje por completo. La revolución Insurrección

es contagiosa. Se contagia por el oído, por el tacto, por el intercambio de fluidos; se contagia en los cafés (no por nada durante la Revolución Cultural en China las casas de té se vigilaban todo el tiempo), en las bibliotecas, en las camas de los amantes. La revolución es metamorfosis, destrucción creativa (y creación destructiva) como la llamó David Harvey, es ver los hilos en el teatro de títeres y abandonar el espectáculo, es la «fiesta del pueblo» como la llamó Lenin. La revolución, cuando es genuina, sigue un curso natural. El pueblo ya no puede ver las cosas de la misma manera y el cambio se produce. En The Matrix, Neo descubre que la realidad artificial en la que viven esta formada por unas líneas de caracteres verdes que dan forma a lo que ven. Igual que con esos cuadros de tercera dimensión formada por pequeños puntos, una vez que la ve, ya no puede dejar de verla.

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«No hay forma de regresar al esquema anterior. El aparato de poder del viejo régimen es desnudado de todos sus disfraces y la reacción es generalizada y global».

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En 1968, se produjo una coyuntura histórica muy similar a la de 1871. La economía del capitalismo moderno colapsa, la guerra fría es percibida como un conflicto absurdo e hipócrita donde ni el capitalismo cumple con la libertad individual y la prosperidad que promete, ni el comunismo materializa la igualdad y solidaridad colectiva que teoriza. Esta vez, el mundo se inunda de manifiestos. El hombre común tiene acceso tratados filosóficos que explican como funciona la maquinaria social en que vivimos. Henri Lefebvre describe como el espacio es conquistado por los procesos de mercantilización y burocratización de la realidad; Michel Foucault describe la Modernidad como un proyecto de vigilancia, castigo y control total del individuo; Guy Debord nos devela como el capitalismo se vuelve parte de la vida diaria a través de la Sociedad del Espectáculo, donde la mitad del día

trabajamos y la otra devoramos en los medios información sobre lo que hemos de comprar y por lo que debemos trabajar. En palabras de Vincent Céspedes(2008), la filosofía esta en las calles. No hay forma de regresar al esquema anterior. El aparato de poder del viejo régimen es desnudado de todos sus disfraces y la reacción es generalizada y global. París, Praga, México son los casos mas emblemáticos, pero el sentimiento revolucionario es generalizado. Sin embargo, la revolución y el cambio se absorben, se sintetizan, se anquilosan.

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La revolución es natural. Marx explica como la revolución sucede a una anterior en su teoría del materialismo histórico. En 1789, la burguesía toma el poder y derroca a la aristocracia. Después, según su visión, el proletariado habrá de derrocar a la burguesía. Cuando el gobierno revolucionario toma el poder, el sistema se desgasta. Muchos de los gobiernos revolucionarios se han convertido en dictaduras. La revolución cubana se convirtió en la dictadura cubana; la revolución islámica en Irán se convirtió en un régimen totalitario; los generales que nos liberaron de la dictadura porfiriana en 1910 después gobernaron México por 72 años. Todos estas revoluciones terminaron con regímenes desgastados y tiránicos y se convirtieron en eso al cabo de los años. Si la revolución no llega, sobreviene la insurrección. La explosión visceral de la insurrección destruye todo a su paso.

En The Comming Insurrection (La insurrección que viene), el llamado «Comité Invisible» hace un llamado a hacer conciencia de la coyuntura histórica y tomar acción… tomar bandos. Igual que en 1871 y 1968, este manifiesto desnuda el aparato de poder neoliberal e interpreta la insurrección de los banlieues parisinos de 2005, el cacerolazo argentino de 2001, los disturbios de Grecia en 2008 y la revolución urbana de Oaxaca en 2006 como el inicio de una revolución generalizada.

«Esta vez el pueblo esta, ya sea idiotizado por los medios e incapaz de tomar conciencia de ningún tipo o demasiado atrapado en el día a día laboral tratando de llegar a fin de mes con las cuentas. En este caso, el descontento esta tan reprimido que se manifiesta de formas insólitas». monox vii


La situación que describe The Comming Insurrection es muy distinta a la del 68 o la Comuna de París. Esta vez el pueblo está, ya sea idiotizado por los medios e incapaz de tomar conciencia de ningún tipo o demasiado atrapado en el día a día laboral tratando de llegar a fin de mes con las cuentas. En este caso, el descontento esta tan reprimido que se manifiesta de formas insólitas. La gente se obsesiona con los reality shows y todo mundo se percibe como actor dentro de una insulsa obra de teatro. La gente padece una colección de nuevos epidemias psiquiátricas: anorexia, bulimia, obsesióncompulsión, adicción al juego, al peligro, al sexo. El Comité Invisible no percibe esto como síndromes aislados. La sociedad esta cansada de la realidad aburrida y sin sentido en la que vive. Vivir para comprar, usar el tiempo libre para ver más televisión, trabajar todo el año para desquiciarse una semana en una playa remota. «No estamos deprimidos, estamos en huelga», dice The Comming Insurrection. La depresión es el único mecanismo que nos queda para huir de nuestra absurda realidad. La depresión es la resistencia inconciente. La anorexia es el efecto extremo en aquellas personas que ya no tienen control de nada en su vida y lo único que pueden controlar es lo que se llevan a la boca.

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En 2008, el Gobierno francés identificó a Julien Coupat como el autor de The Coming Insurrection y líder del llamado Comité Invisible. Coupat es un intelectual que vivía en una comuna a las afueras de Paris, y que fue acusado del sabotaje de uno de los trenes tgv. Según el Gobierno francés, Coupat coloco un artefacto de metal en una de las vías con el objeto de detener el paso del tren. El artefacto, que visto de lado tenia el aspecto de una letra A fue adoptado como símbolo del movimiento.

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«Todo el mundo empieza a darse cuenta que existen [...] posibilidades de que sus sueños de ser ricos y famosos no se materializarán. Todos empiezan a sospechar que tal vez si llegan a alcanzarlos seguirán igual de deprimidos y solitarios».

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Todo esto se da en un estado de franca decadencia del sistema económico neoliberal y todas sus versiones en los distintos países. La economía y el tejido social se desbaratan a medida que la sociedad se define a si misma en términos del consumismo. Compro luego existo. Dime que compras y te diré quien eres.   Si la gente no se vuelve consciente de estado de opresión al que se somete voluntariamente, no habrá revolución, habrá insurrección. La insurrección será generalizada y de las cenizas del caos solo nacerá mas caos. Si el pueblo perpetua su incapacidad para conectar los eventos socioeconómicos y culturales que afectan su vida se verá envuelto en una absurda espiral que solo lo llevara a más control, a más pobreza, a mas depresión. La incapacidad de conectar es la causa del letargo social en que nos encontramos. Nadie es sincero y acepta que lo que ve en la televisión no refleja lo que es o lo que será. Mas del 90% de la población jamás tendrá un jet privado, una mansión o un yate. Más del 80% jamás tendrá siquiera un

trabajo bien pagado o un seguro social digno. Todo mundo se percibe como parte de una clase social más alta a la que pertenece. Las universidades preparan ejércitos de desempleados que conformarán el futuro proletariado profesional. Sin embargo, la esperanza es el motor del sistema. La promesa del sueño consumista esta siempre en el horizonte como un espejismo en el desierto.   The Comming Insurrection describe el proceso de concientizacion como una serie de círculos concéntricos, donde el individuo asume su realidad a medida que se acerca al centro. «Menos posesiones, mas conexiones», dice. La obsesión por ser independiente y mantenernos aislados de la sociedad nos hace querer tener todas las cosas posibles, para no pedirle nada a nadie. La comunidad rompe su estructura por completo y todos tenemos un taladro o una pulidora en casa como si taladráramos o puliéramos madera todos los días. Soy autosuficiente: tengo mi lavadora, mi herramienta, cada miembro de mi familia tiene un carro.

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El estado de descontento es generalizado. Todo el mundo ha estado deprimido o en un estado de cansancio o aburrimiento. Todo el mundo empieza a darse cuenta que existen serias posibilidades (matemáticas posibilidades) de que sus sueños de ser rico y famosos no se materializaran. Todos empiezan a sospechar que tal vez si llegan a alcanzarlos seguirán igual de deprimidos y solitarios. Ante este momento histórico, El Comité Invisible pregunta: «Cómo decidimos?, Cómo subsistimos?... Cómo hacemos para encontrarnos unos a otros?». Qué pasa si cada vez más nos reconocemos unos a otros? Tomo prestado un verso de Octavio Paz: «El mundo cambia si dos se miran y se reconocen».

R EF ER EN C I A S

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Cespedes, Vincent, May 68: The philosophy in the streets, Larousse, París, 2008. Debord, Guy, The Society of the Spectacle, Rebel Press, London, 1967. Foucault, Michel, Vigilar y Castigar: El nacimiento de la prision, Siglo XIX, Mexico, D. F., 1998. Lefebvre, Henri, The Production of Space, Blackwell, Malden, 1974. Paz, Octavio: Piedra de Sol, http://www.poeticas.com.ar/Biblioteca/Piedra_de_sol/Poemario/piedra_de_sol.html The Invisible Commit tee: The Comming Insurrection, mit press, Cambridge, 2009. Wikipedia.org

LINKS. Descarga gratis The Comming Insurrection http://tarnac9.wordpress.com/texts/ the-coming-insurrection/ Descarga gratis titulos situacionistas http://www.abooks.org

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Joanna (Usuario flickr)

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R E L AT O

Todo se oscurece a mi alrededor… Pablo Viol ante

Estoy en mi carpintería, en este pueblito tranquilo. En realidad cuando me mude aquí con mi familia, fue eso lo que me atrajo: un pueblo lejos de las ciudades de esta Nueva España, lejos de problemas urbanos, lejos de la grilla que ha surgido en el centro a raíz de la «esclavitud» española por parte de Napoleón; irónicamente, pues España esclavizó a los abuelos de mis abuelos, verdaderos hijos de esta tierra. Hay alguien de este lugar que me agrada porque se preocupa por los más desprotegidos y le gustan las artes; algo que se agradece para que mis hijos se acerquen a ello, en una tierra donde solo si se tienen reales en la bolsa se puede llegar a ser algo. Este cura Miguel es de lo mas picarón pero a la vez noble, creo que por lo que ha hecho con todos los parroquianos a su cargo, nosotros Insurrección

lo seguiríamos hasta tocar las puertas del mismo San Pedro... Bueno, he terminado con mi jornada. Es hora de dormir como Dios manda, a lado de mi esposa e hijos pequeños y empezar el día cuando el gallo cante. Escucho entre sueños un campaneo, abro los ojos y ¡vaya sorpresa!, ¡si son las campanas de la iglesia! Salgo tan pronto puedo para ver qué pasa, al igual que los vecinos cercanos a mi casa. Al llegar el cura nos explica la situación de esta insurrección, y sin despedirme de mi familia, que se que volveré a ver, me uno a la causa... todo sea por que haya igualdad para mis hermanos. Marchamos a Guanajuato, empieza una feroz batalla, sé que ganaremos.   En eso una bala apaga la llama de la vida, todo se oscurece a mi alrededor...

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Acaban de pasar las fiestas del centenario de la independencia en la capital, 100 años y aun muchos de nosotros vivimos como si los gobiernos tiranos no se hubiese ido. Dicen las malas lenguas que alguien del Norte planea levantarse contra el Presidente, lo que no saben es que yo estoy en la lucha y pues eso me orilló a venir a Puebla a ver y seguir planeando con mis amigos y casi hermanos de la familia Aquiles Serdán, para rebelarnos y que haya Democracia en este país, cuando llego me reciben muy bien y planeamos tomar café, cuando de repente tocan a la puerta. La policía sabe nuestros planes. Nos disponemos a defender nuestra humilde plaza. Disparo por la ventana cuando de repente una bala... todo se oscurece a mi alrededor...

«Nos disponemos a defender nuestra humilde plaza. Disparo por la ventana cuando de repente [...]» Insurrección

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Es difícil estudiar sobre historia y trabajar de medio tiempo y no pensar que si en la independencia buscábamos igualdad, en la revolución democracia, en este 2010 no solo las sigamos buscando; lo peor es que ahora pedimos también seguridad que este gobierno ni anteriores han podido darnos.   Estoy en esta marcha pacífica, gritando consignas, harto de la inseguridad, con mi vestimenta blanca... Acabando el mitin, voy a ir directo a mi casa... Olvidé que tengo que pasar al cajero, no hay dinero para acabar la quincena. En eso ando cuando tres asaltantes me rodean, me piden la cartera, se burlan de mi; a uno le aviento tierra en la cara pero los otros dos me someten fácilmente, al que le tire tierra al rostro esta enojado, me grita cosas y saca su revólver, me apunta.   Todo se oscurece a mí alrededor... ¿valió la pena?

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Massimo Pinca

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Mi casa vacía Iván Odín García (a) Santo Ilustr aciones: Mono vs. Walton Corbould

31 Esa noche me fui a dor mir pasada la medianoche, mi madre se había ido hacía algunas horas a Monterrey, tardé un poco en concebir el sueño, pero en el primer cerrón de ojos caí en los brazos de Morfeo.   Desperté a las 9 de la mañana, todavía somnoliento fui al baño, hice lo que tenía que hacer y después me lavé las manos y la cara, al bajar las escaleras lo primero que vi fue el lugar donde acostumbraba a estar la sala, ahora ese lugar estaba vacío, volteé a los diferentes rincones de la casa y estaba la casa entera vacía.

«¡Tienes hasta las 7:00 pm para abandonar la casa!»   Subí a ver las recamaras y no encontré nada, solo mi cuarto conservaba mi cama, un poco de ropa tirada por el piso y una nota debajo de un calzón sucio, ¡Tienes hasta las 7:00 pm para abandonar la casa! Insurrección


32 Al principio pensé que era una broma, pero ¿de quién?, entre la ropa tirada encontré un pantalón, una playera y mis tenis, me vestí y salí a la calle a tratar de localizar a mis hermanas, suerte mala la mía, las dos trabajarían hasta tarde.   Siendo ya las 11:00 am, me traicionó el estomago y mis tripas empezaron a hacer un ruido extraño, me fui a casa de un primo que vivía a 2 calles de mi casa, llegando le pedí que me invitara algo de comer; mientras él me preparaba un sándwich le platiqué lo que había pasado, no pudo evitar soltar una sonora carcajada, aun riendo me dijo — Te bailaron bien gacho, te robaron todito.—   ¿Será? Pero ¿y la nota?, que huevitos tendrían para aparte de robarme dejarme una nota amenazándome para que dejara mi casa. No si esta sociedad esta de la chingada, ¿sabes que? Préstame la pistola de tu papa, los voy a esperar para ver si son tan machitos.   —Toma, solo ten mucho cuidado— dijo mi primo. monox vii


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«[...] escribía sobre una hoja en blanco, «llegó la hora de que tomemos tu...» justo antes de que terminara de escribir la palabra casa le disparé y cayó muerto sobre la hoja... »

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De paso le pedí 20 pesos para comprar cigarros y unos cerillos, porque ni eso me habían dejado en la cocina, ni unos miserables cerillos.   Llegue a mi casa y subí a mi cuarto para acostarme un rato y esperar que me dieran las 7:00 pm; prendí un cigarro mientras subía las escaleras, al abrir la puerta de mi cuarto, ya no estaba mi cama ni mi ropa tirada en lugar de eso me sorprendió ver a mi gato atado a una pequeña cruz con un papel enrollado en el hocico. Rápido lo desaté y le quite el papel, dejé al gato en el piso, salió huyendo, desde arriba pude escuchar cuando azotó la puerta al salir, (nunca más volví a ver al Morris), desenrollé el papel para leerlo y solo decía ¡a las 7!. Malditos gandallas, a mi me podrían robar, amenazar, o cualquier cosa pero meterse con el gato era mucha chingadera, estaba que me llevaba madres, quería que el tiempo pasara volando para que dieran las 7 y poder conocer a los desgraciados que se habían metido con el Morris, el único gato cariñoso que había tenido, el gato que ahora había perdido por culpa de uno o unos malandros.   Por ahí de las 3 de la tarde empecé a quedarme dormido, por más esfuerzos que hacía para no dormir y no quedar desprevenido me quede dormido, es lógico porque siempre que me enojo o me deprimo me da por dormirme. monox vii


Soñaba con el Morris jugueteando con mis pies, de pronto todo se tornaba oscuro, justo en ese momento en el sueño aparecían dos tipos y se llevaban al Morris, mientras yo gritaba veía mi casa vacía y yo en medio totalmente desnudo. En eso desperté, bañado en sudor.   Eran ya como las 5 de la tarde porque aun clareaba la tarde, me metí al baño para quitarme lo sudado, me quite la ropa y la dejé en el suelo, entré a la regadera , abrí la llave del agua fría para darme un buen chapuzón y al salir mi ropa ya no estaba allí, ahora la parte del sueño en donde estaba desnudo se hacía realidad. Salí chorreando agua y me dirigí al cuarto buscar la pistola donde la tenía oculta, aun estaba allí; regresé al baño para tratar de buscar una toalla, pero en lugar de eso en una de las gavetas encontré otra nota ¡tu casa será nuestra a las 7, será mejor que te vayas!, enojado arranque la cortina plástica que cubría la regadera y la usé a manera de toalla. Insurrección

Pasado un rato, estando yo sentado en mi cuarto vacío, a lo lejos oí un ruido parecido al de un ferrocarril, de repente se me vino a la mente, ¡el tren de las 7! Rápido agarre la pistola, me amarré bien la cortina, Salí de mi cuarto y baje a la sala allí espere. De pronto v en una esquina del comedor a unos ratones en grupo, sin hacer ningún ruido fui y me pare justo detrás de ellos, aunque hubiera hecho ruido no creo que lo hubieran notado porque parecían muy ocupados, al acercarme un poco más noté que uno de los ratones tenía una pluma y escribía sobre una hoja en blanco, «llegó la hora de que tomemos tu...» justo antes de que terminara de escribir la palabra casa le disparé y cayó muerto sobre la hoja, los otros ratones salieron huyendo cuando escucharon el estruendo del balazo y ver la sangre sobre el fondo blanco. Comencé a dispararles pero pronto encontraron un agujero en la pared.

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No podía creer lo que pasaba, asaltado por unos ratones, ratones que sabían escribir, ratones que crucificaban gatos, ratones que movían muebles y desaparecían las cosas, ratones con muchos huevos.   Una voz proveniente del agujero dijo: «Nosotros llegamos aquí antes de que tu y tu familia llegaran, queremos nuestra casa y la queremos ahora.»   No daba crédito a lo que oía, ratones que hablaban.   Se escuchó de nuevo la voz: «Déjanos recoger al hermano que acabas de matar, debemos enterrarlo como el héroe que es.»   ¿Qué? ¿Ratones que hacen entierros? ¿Ratones que tienen héroes?   —Llévenselo— dije.   Al salir los ratones de la pared comencé a dispararles, matando como a 3 o 4, los demás huyeron como pudieron.   Pase la noche en el comedor esperando matar a más ratones, de repente salía alguno y yo les disparaba y mataba algunos, hasta que me venció el cansancio y caí dormido.   A la mañana siguiente desperté, ya no estaban los cuerpos de los ratones muertos, solo las manchas de sangre. Justo a un lado de mí estaba una hoja doblada por la mitad, la abrí y leí lo que decía: «¡Tómate tu tiempo, con calmita, cuando estés listo te vas de nuestra casa!»

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Ideas Insurrectas Por Eliel Luna Rodríguez

Nunca cr eí ese cuen to de la derecha y la izquierda. Quizás alguna vez consideré esa bizarra lateralidad sugestiva pero… en este lugar esa idea es hueca.   Nunca entendí como era posible que por siglos los pobres del mundo callan y obedecen. Nunca entendí como unos pocos abusan de muchos.   Nunca entendí los discursos del progreso social, de modernidad, de inclusión, y menos cuando hombres y mujeres mueren asesinados en un territorio donde al parecer la vida no vale nada.   Nunca creí en el destino aunque hoy me aterra el hecho de que el hijo de un obrero o un campesino muera en ese sufrido status y además lo herede en un estancamiento social, la deuda de la modernidad.   En medio de la pobreza y la inseguridad nunca entendí esa historia de héroes, de míticas batallas, de centenarios y bicentenarios. Insurrección

Nunca comprendí con lucidez la interpretación práctica de los derechos del hombre y del ciudadano, de los compromisos de la modernidad que a éste lugar no llegaron, y el tiempo se detuvo y no avanzó. Nunca entendí ese pasado como no entiendo el presente. Nunca fueron tan complicadas las teorías en este lugar, siempre oscuras y confusas.   Nunca entendí las reformas que no cambiaron nada, que no transformaron nada, que nunca reformaron nada.   Nunca comprendí debates, acusaciones, dimes y diretes en donde al final y hasta hoy los políticos conservan ese negocio monopólico de la política.   Nunca consideré tan seriamente la idea de transformarlo todo y ellos nunca vislumbran que nuestra capacidad de indignación en cada generación, siembra esperanza de transformarlo todo.

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Letargo de una comunidad virtual Yesenia Estr ada

Una Insur r ección par a despedazar aquellos intereses que hay de más, aquellas circunstancias oprimidas: suciedad, saciedad, sociedad. Futurismo evolutivo que no lleva a nada que no sale de un circulo vicioso, que en la decadencia se consume una y otra vez para dar a un fin indeterminado. Revolución de asfalto infranqueable sonora satisfacción de políticos cambiante distorsión de los restos humanos y mentes patrióticas. Memoria colectiva satisfacer necesidades evolutivas pensamientos innecesarios o necesarios vínculos con epitafios ansiedad prolongada seres internautas en proyección exhausta. Link sobre link habla de ello, una queja más real que virtual, insaciable sed de expresión...Insurrección.. Evolución ...

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Insurrección El tirano en nosotros Por Berto Márquez

«Así como un músico debe componer, un artista debe pintar y un poeta debe escribir, un hombre libre debe levantarse contra el tirano.» El semestr e pasado al iniciar mi clase en la Facultad de Comunicación les comenté a mis alumnos que me había encontrado un teléfono celular. Como deseo anacronizar mi texto me gustaría, querido lector, que te imagines el teléfono móvil más sofisticado y costoso que haya en este momento en el mercado. Ya que andamos ejercitando tu imaginación, ahora siéntate en cualquier butaca de tu cine favorito; la película ha acabado y eres de los pocos que se quedaron a ver los créditos. Estás por pararte y oh sorpresa has encontrado el singular aparato. Imagina todas las cosas que vas a haInsurrección

cer con él. Ahora regresemos al salón de clase. Mis alumnos se alegraban por mí, sonreían, vitoreaban y hasta me envidiaban por mi buena suerte. Les pregunté sobre la opción de buscar al dueño y devolverlo. Los vítores se convirtieron en abucheos y entonces para calmar los ánimos les dije que lo conservaría, las sonrisas regresaron. Dejé atrás las anécdotas personales e inicie mi exposición. Para sorpresa de los jóvenes la clase de ese día versaba sobre la ética y la moral en la práctica profesional, sus sonrisas volvieron a desaparecer.

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Así como un músico debe componer, un artista debe pintar y un poeta debe escribir, un hombre libre debe levantarse contra el tirano. ¿Pero qué pasa si el tirano habita en todos y cada uno de nosotros?   Hace algunos años se publicó un notición. Un policía había encontrado un maletín lleno de dinero y lo había devuelto. En realidad aun no descubro qué, para dicha televisora, era lo sorpréndente: que sí hay gente honrada entre nosotros o que fuera un policía el honesto. En verdad no entiendo porque ensalzar a alguien por hacer lo correcto, por hacer su deber. En el noticiario lo llamaban héroe. Mientras que otros usaba palabras menos halagadoras.   Hay principios morales universales: «Si encuentras un objeto que no es tuyo, seguramente tiene un dueño». Y a veces existen las formas de localizar al dueño o que le dueño te localice y hacer la devolución. Entonces ¿Por qué no hacemos lo correcto? ¿Por qué en otros países existen departamentos de objetos perdidos y en México no?   Una de las razones es que hemos heredado, aprendido, mamado ciertas ideas y prácticas. Básicamente ideas como: “El que no tranza, no avanza”. Al que roba o se hace de un bien o un servicio sin pagarlo lo alaban y llaman “chingón”; mientras el que es honesto, el que paga por lo que consume es un pendejo. Triste pero cierto, ese tipo de pensamiento pasa por nuestra mente más frecuentemente de lo que estamos dispuestos a aceptar. Y ese pensamiento no es más que un tirano. Si, un tirano, porque los partidos políticos suben y bajan del poder; pero el único que se mantiene y se queda gobernándonos a todos es ese dictador. Nos tiene viviendo tras las rejas. Nos tiene sumidos en la desconfianza, en el miedo…

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«No podemos levantarnos en armas e ir en busca del tal déspota con antorchas encendidas. Porque ese tirano no se encuentra de manera corpórea en ningún palacio.»

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¿Quién lo llevó al poder? ¿Quién lo mantiene ahí? La respuesta siempre es la misma para cualquier situación dictatorial: El pueblo, la gente, tú y yo. Ahora bien, es cierto que esta situación, como la planteo, es un tanto peculiar. No podemos levantarnos en armas e ir en busca del tal déspota con antorchas encendidas. Porque ese tirano no se encuentra de manera corpórea en ningún palacio. Ese cáncer esta dividido y contenido en todos y cada uno de nosotros (en distintas graduaciones claro). Con nuestros actos deshonestos diarios, por muy pequeños que estos sean, perpetuamos su poder sobre nosotros, sobre nuestra sociedad. Con nuestro mal ejemplo aseguramos su existencia generación tras generación.

No se tú, pero yo quiero vivir en un México más honesto. Quiero iniciar una insurrección en contra de ese tirano. Un levantamiento donde las armas sean el buen ejemplo y acciones honestas día a día. Ahora bien, si estas dispuesto a acompañarme debo advertirte que es muy probable que, al igual que aquel policía, algunos no encuentren palabras halagadoras para calificar tu proceder. Pero en fin que sería de una insurrección sin la contrariedad del dictador.   ¿Quieres saber que pasó con ese celular? En realidad nunca existió. La anécdota solo fue un instrumento para sensibilizar a mis pupilos. Al término de mi clase les dije a los jóvenes estudiantes que no había encontrado ningún celular. Pero que de haberlo hallado lo hubiera regresado sin dudar. Mis alumnos no me creyeron ¿Me crees tú?

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Jorge Mart铆nez

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Marko Ferretiz

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Emmanuel Rodr铆guez

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Daniel a C ampos:

Lágrimas olor a piel Mi fragilidad revela aquel reprimido deseo. Consuélame. Oblígame a seguir con vida

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«Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es el más sagrado de los derechos y el más indispensable de los deberes.» —  Marqués de L a Fayet te

61 Mar ie-Joseph Paul Yves Roch Gilbert du Motier (6 de septiembre 1757, Castillo de Chavaniac-Lafayette, departamento de Haute-Loire [región de Auvernia] - 20 de mayo 1834, París), fue un militar y político francés. La Fayette fue general en la Revolución Americana de la que es considerado uno de los héroes. Personaje influyente de la Revolución francesa hasta 1792, fue miembro de la Asamblea

Nacional, general del ejercito revolucionario y comandante de la Guardia Nacional de París. Cautivo de los prusianos durante 5 años, se retiró de la vida política durante el Primer Imperio para reanudar su actividad parlamentaria durante la Restauración Borbónica. Destacado miembro de la oposición a los reyes Luis XVIII y Carlos X, facilitará el acceso al trono de Luis Felipe I. Fuente: Wikipedia

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