no estรกs sola
Femzine #8
Maternidades
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QUERIDAS MALINCHES Bienvenidas a la Femzine #8, dedicada a maternidades, abrimos la convocatoria emocionadas por conocer sus historias, experiencias y el arte inspirado el amor más puro que hemos podido conocer al ser mamás. Y aunque la maternidad es igual a diversidad, les invitamos a vivirla de manera consiente, en la que primero nos conozcamos nosotras mismas, sanemos, nos amemos mucho y de esa forma estemos preparadas para criar a personitas sin carencias, listas para que en un futuro puedan sumar a un mundo mejor. Tenemos en nuestras manos la posibilidad de mejorarlo todo pero debemos empezar por nosotras mismas, ya que nuestras hijas e hijos lo reflejarán. Ilustración por
Isis Rodríguez
Editoras:
Bree Soto · Itzel CP. · Zamudito Loko · Paola Tásai
Diseño editorial:
Perla Ram
LaFemzine Online: @LaFemzine
Movimiento Malinche
@MalinchesLibres Movimiento Malinche @MovMalinche movimientomalinche@gmail.com
Ilustración de portada
SaloMé S.
Sabemos que maternar es una tarea muy difícil y que hay días que sentimos que todo cae sobre nosotras, pero queremos decirles que lo están haciendo muy bien; se vale caerse, se vale llorar y sentirse frustrada, porque la crianza responsable y respetuosa no es el cuento de hadas que siempre nos han hecho creer, así que permítete quebrarte para después tomar la fuerza con los abrazos de tu(s) peques y vuelve a intentarlo.Te enviamos un gran abrazo lleno de fortaleza para seguir, porque sabemos que tú puedes.
Estamos juntas, estamos resistiendo desde el amor
Metamorfosis Con 35 lunas y soles te espero Contigo la transición al 36
3+6= 9
9 meses los dispuestos para completar el ciclo de creación. Pequeño Huitzilin
Volaste cerquita de mí para avisar de tu existencia. Has visitado la montaña donde la Piedra Luna te conoció. El gavilán vigiló nuestros pasos. El encanto nos dio la bienvenida. Mi rebozo espera ansioso para arrullarte. Un tambor ancestral late en mi interior tum, tum, tum…
donde somos uno. Canciones de cuna voy bordando para ti. Guajes llenos de lluvia. Sahumerios de lavanda, romero y ocote. Que nuestros ancestros mayas y zapotecas te bendigan para que conozcas la selva, el monte, arropes el maíz y honres la tierra. Que el trinar de los pájaros no te sea indiferente. Que bailes con la lluvia. Que la naturaleza ilumine tus ojos. Que el canto de tus abuelas conforte tu corazón. Que la mano sabia de tus abuelos fortalezca tu espíritu. Que tu padre y yo, te acompañemos siempre.
Ilustración por
MaiNav
-Aria Nahual Mérida, Yucatán, México
Te escribo mientras revoloteas en mi vientre... Han pasado 34 semanas desde que decidiste comenzar a tejerte en mí, las mismas semanas que yo acepte darte la oportunidad de venir al mundo. 34 semanas hemos convivido de sol a sol, en las cuales a través de mi has experimentado un poquito de esta cosa tan fabulosamente rara llamada “vida” y yo por medio de ti he descubierto grandes secretos, como el amor y la responsabilidad que tiene el acto de ser madre; día a día siento tus pequeñas extremidades luchando por un espacio y estoy consciente de aquellos momentos en que duermes, poco a poco he descubierto tus estados de ánimo, y me fascina la forma en q nos hemos conectado. Sería una rotunda mentira decir que "me trajiste la felicidad", porque antes de ti yo ya era feliz; deshonesta resultaría al asignarte responsabilidades tan grandes como “potencializarme como mujer”, pues ello es una decisión que yo, tu mamá, he tomado; tampoco te doto de dones sobrenaturales al asignarte “iluminar y darle sentido a mi vida”, porque hace tiempo atrás ya había decidido lo que quería de mí y para mí. Simplemente descarto una maternidad idealizada y sacralizada, que plasma los estándares afectivos por encima de todo, y me embarco en una maternidad consciente y realista que pretende educarte de manera responsable, natural y con mucho amor. Seré completamente honesta y te confesaré que la maternidad me ha venido de la manera más hermosa, al saberte el resultado de la unión de dos almas maravillosamente imperfectas, que aportaron lo mejor de sí y se fundieron en una sola. Sincero es decir que aún no naces y ya te admiro; que pronto llegará el momento en que el tiempo me sea insuficiente para contemplar “mi creación”; que he aceptado conscientemente, con orgullo y llena de dicha, el privilegio y la hermosa oportunidad de acompañarte por el transitar en la tierra. Realmente no me siento ansiosa por tenerte en brazos, puesto que sería egoísta de mi parte pensarte fuera de lo que hoy naturalmente es tu hogar (mi cuerpo), y te confieso que adoro saberte dentro,
Collage por
@Carnivoora
protegida, cómoda, satisfecha... Así que Vannia, concéntrate en crecer; en su momento juntas daremos lo mejor de nosotras y trabajaremos en esa experiencia tan hermosa llamada “parto”. Todos en casa te esperamos, como se espera a quien se ama, a quien se admira, a quien se respeta, a quien se anhela. Reitero.... concéntrate en crecer, mamá y papá nos encargamos del resto.
Con amor mamá. Karen Mendoza Chávez.
Oriente Dulce navío, que cruza los mares de la incertidumbre que cada día, zarpas con la esperanza de un nuevo viento un nuevo aire que te dirija a Oriente. A ti, amante de cabellos prolongados, que trenzas día a día tus penas, para seguir. ¡Levanta tu voz!, nadie es dueño de tu tierra, inclina tu balanza hacia el amor, y continua… Respira y con ese aire inmenso impulsa tu vela, no pierdas tu destino, no pierdas tu meta. A ti hermana hoy me dirijo, para que sepas que eres navío y no destino, que eres capitán y no tierra por poseer, ¡Levanta tu voz! Para nunca más callar. Que se escuche en todo el extenso mar tu cantar, canticos de amor, desilusión, de apoyo… Pero que se escuche, para que cada vez seamos mas quienes cantemos en libertad. Para que cada hermana, sea autónoma y libre Y que no pierda el rumbo a oriente, y si se desvía Siempre encuentre el camino él. -ILRH Ilustración por
Féminas Ilustradas de Cali - Colombia
. . . MATERNANDO
Ilustración por
Pearlie Sánchez
M ATERNAND O
Esas figuritas de carne, hueso y cromosomas, que al salir al mundo generan una especie de liga invisible hacia tu útero, a tu corazón y sobre todo a tus constantes pensamientos de ahora en adelante, estarán ahí, ligadillas a ti, dependientes de ti (según las abuelas contemporáneas, eso es para siempre, aunque una tenga cuarenta años) dependen en absolutamente TODOS los sentidos, no lo sientes de momento, pues el espacio y la rapidez con la que llegan, aunque la espera sea de nueve meses (aunque a algunas nos agarra sorpresivamente a los 6 meses, pero esa es otra historia) la espera, nunca, pero nunca será suficiente para prepararte, sean una, dos, tres o cuatro figuritas, eso queda claro. Llegan, se instalan, comen, lloran, visten, gritan, sonríen, avanzan, crecen, gastan, aman, besan, juegan, vuelven a comer, saltan, bailan,
duermen, abrazan y sientes una especie de orgullo-preocupación para SIEMPRE. Es algo rarísimo porque amas tanto esas figuritas que incluso reparas en los apegos (pero esa es ooootra historia), hay tanto que decir y escribir sobre maternar, es tan complejo y a la vez tan simple, pues perfectamente podríamos vivir si no hubiesen salido al mundo. Pero ahí están y los cuidamos y amamos incluso fuera del entendimiento. Están ahí (en este momento cada una en su espacio esperando cenar, obvio) están ahí, ella entretenida con su celular y él con su bicicleta) mamá tratando de escribir lo más expresivo posible para las personas que la leerán, y de pronto la música de youtube cambia drásticamente a un comercial de esos que te hace sobresaltar, pone pausa y vuelve a reparar en esta nube maternal. Ser mamá feminista de un niño y una niña me genera todo el tiempo sobresaltos emocionales pues invariablemente hay conductas que me hacen desde, poner rolling eyes, hasta tocarme el pecho en señal de verdadera preocupación, pero la mayoría del tiempo, mi mayor búsqueda es la conciencia de cada persona y que se den cuenta de acuerdo con sus edades de sus conductas. Las historias de mamás regularmente son similares, amamos hasta los huesos y nos preocupamos hasta la luna, todas nuestras acciones son como en satélite de estas figuritas, queramos o no, y es válido así nos enseñaron, sin embargo aprovecho estas hojas para decir que maternar en un mundo en donde la sociedad aún espera que sólo hagas eso, y que lo pondera en primer lugar por “ser mujer”, que debe ser tu primordial ocupación, y que si no lo haces como el rol establecido lo marca, eres “mala madre”, eso queridas lectoras, es una real mentira, maternar es muy complejo, lograr ese equilibrio entre, casa, trabajo, amigas, familia, etc. Es sumamente difícil, una tiene que, o bailar zumba o ver a una amiga o simplemente meterte a bañar a “deshoras” para tener un tiempito (diría Mafalda) para nosotras. Eso es maternar. P.D. Entre más edad tienen, mayor compleja es la preocupación que creo que la luna quedará corta. Nijta.
@perlalafuria
Ilustraciรณn por
Perla LaFuria
Ilustraciรณn por
Carolina Zomosa
Maternidades voluntarias Cuando me volví madre me enfrenté a uno de los mayores retos de mi vida: criar hijos sanos física y emocionalmente. La parte física me parecía fácil, siendo médica conocía sobre los beneficios del ejercicio, una alimentación saludable, la exposición responsable al sol, pero en la parte emocional me sentía perdida, ¿cómo cuidarlos lo suficiente para que se desarrollen sin disruptores catastróficos y al mismo tiempo enseñarles a ser suficientemente libres para aprender las cosas necesarias para su vida adulta? ¿Cómo criarlos sin alienarlos de la sociedad y al mismo tiempo evitar reproducir comportamientos nocivos tan normalizados que terminan pareciendo deseables? Creo que fue ahí cuando empecé a poner más atención al mundo que me rodeaba, a notar las diferencias y las semejanzas entre las personas que componemos el tejido social. Acoso y violencia por ser mujer ya la había vivido, pero tuve privilegios que me lo hicieron menos difícil que a la mayoría. La parte difícil empezó cuando quise seguir estudiando siendo madre. Después del nacimiento de mi hijo me fui a vivir a la capital, y a pesar de que mi maternidad fue de lo más deseada, mi vida se volvió bastante dura. Fue casi imposible primero acceder una especialidad médica por los prejuicios de los jefes de servicio que prefieren candidatos que no tengan responsabilidades reproductivas y después concluirla siendo mujer, migrante y madre de un hijo pequeño, ¿cuál lactancia? ¿cuál crianza respetuosa? Durante algunos años trabajaba dos días seguidos (sin dormir) y descansaba
una noche para volver al hospital al día siguiente. En esas 12-14 horas “libres” que tenía 2-3 veces por semana debía ser madre, esposa, y ama de casa, dormir, estudiar y hacer tarea… Hoy sé que de no haber sido por el apoyo incondicional de mis padres a la distancia y los privilegios que me acompañaron, seguir estudiando simplemente hubiera sido imposible. Entonces entendí aún mejor que la maternidad se suma a la lista de dificultades que enfrentamos las mujeres que buscamos salir adelante, que el techo de cristal es tan duro como una loza de cemento, y eso que soy profundamente consiente de los privilegios que me han acompañado toda mi vida, ¡sería injusto compararme con aquellas que luchan tan solo para sobrevivir! Con el paso de los años, la vida me dió una hijastra adolescente que me ha enseñando a replantearme mi feminismo y darme cuenta que no todas tenemos las mismas herramientas. Hoy soy la feliz madre de dos adolescentes y por ellos considero que todos los niños y jóvenes deben tener acceso a una adecuada educación sexual y reproductiva, deben conocer y poder acceder de manera práctica (no solo en teoría) a métodos anticonceptivos, poder elegir voluntariamente y sin coerción acerca de su sexualidad. Estoy convencida que la maternidad solo debe ser cuando es por voluntad de la madre. Y que uno de los derechos humanos más fundamentales de cualquier mujer es decidir libremente si quiere o no gestar. Sara Reyes