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Problemas: la perversión de los mecanismos de tra- bajo colaborativo
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el modo en que la gente, rebasando la idea de propiedad derivada de los derechos de autor y del modelo económico que lo acompaña, comenzara a explotar los formatos digitales para crear música. En general este es un proyecto que conforma una investigación mayor del proyecto Open Business Models en Latinoamérica, coordinado por el Centro de Tecnología y Sociedad de la Escuela de Leyes Fundação Getúlio Vargas en colaboración con Overmundo. El desarrollo de todo el proyecto tuvo lugar tanto en Brasil como en Colombia, Argentina, México y Nigeria, con muy buenos resultados.
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El proyecto Open Business Models resulta muy interesante, pero, como decíamos no es el único modo de hacerlo. Finalmente, como ocurre con la cultura propietaria, los modelos de financiación son muy variados y cada producto, empresa y en cada contexto tendrá que estudiar cuál es el modelo más viable para su aplicación. Los modos de financiación que se han dado hasta ahora en la cultura libre incluyen “donaciones e intercambios no monetarios (por ejemplo, regalos, banca y trueque de tiempo); financiación directa (por ejemplo, subscripciones y donaciones); capital compartido (por ejemplo, fondos de contrapartida, cooperativas de productores, interfinanciación / economía social, banca P2P, moneda virtual, financiación múltiple, capital abierto, cooperativas comunitarias o de consumidores); fundaciones que garantizan la infraestructura a los proyectos; financiación pública (por ejemplo, renta básica, fondos de mutua, becas, premios, subsidios, con-
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Más información sobre este proyecto puede ser consultada en: http://www.overmundo.com.br/download_banco/open-businessmodels-final-research-report.
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tratos públicos y comisiones); financiación privada (por ejemplo, inversiones de riesgo, acciones, patronazgo privado, fondo común de inversiones para negocios); actividades comerciales (incluyendo tanto bienes como servicios) y combinación de distribución P2P y streaming de bajo costo. La combinación de estas opciones supone un aumento de la viabilidad de los proyectos, tanto para creadores independientes como para la industria”. (FCF, 2010, p. 3)
La cuestión aquí, por tanto, no es si hay modos de sobrevivir trabajando en cultura libre, sino si estamos dispuestos a imaginar y repensar los modelos, para que permitan un acceso mayor a la cultura y una democratización de la creatividad.
Problemas: la perversión de los mecanismos de trabajo colaborativo
La corrupción de los sistemas libres no sólo se da como veíamos por su cierre y venta o por ser subsumidos por el modelo anterior, sino que el modelo anterior también asume las prácticas propias de los modelos libres y las implementa para capitalizarlas y obtener el máximo beneficio.
Podemos ver por ejemplo un modelo de organización colectiva como Couchsurfing
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, una empresa comercial estadounidense con sede en San Francisco que ofrece a sus usuarios el intercambio de hospitalidad y servicios de redes sociales, en
24Ver: www.couchsurfing.com
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resumen, una plataforma que facilita que personas con una habitación libre, un sofá o un espacio en su casa puedan alojar de forma completamente gratuita a otras personas que viajan a su ciudad y buscan un espacio en el que puedan quedase unos días, o por decirlo de otro modo, la organización de la hospitalidad a través de internet, un modelo que ha sido ampliamente estudiado en Bialski, 2011; Germann Molz, 2007, 2011; Lauterbach, Truong, Shah, & Adamic, 2009; Rosen, Lafontaine, & Hendrickson, 2011; Steylaerts & O’Dubhghaill, 2011; Tan, 2010, etcétera.
Podemos ver cómo este modelo ha sido replicado con una lógica completamente comercial, como es el caso de Airbnb
25 (un mercado comunitario para publicar, descubrir y reservar viviendas de alquiler presente en 192 países y 33.000 ciudades). Airbnb podría considerarse un servicio hotelero que no cuenta con una sola propiedad pero cuyos beneficios son enormes debido a los porcentajes que se quedan de cada reserva. Este tipo de modelo monetiza y capitaliza la hospitalidad gratuita organizada en común, permitiendo a los usuarios rentar sus casas por cortos periodos de tiempo a precios más elevados que si lo hiciesen de forma normal (ya que entre otras cosas el servicio es utilizado habitualmente por turistas que están dispuestos a pagar más por un espacio que si lo rentase una persona local como vivienda habitual), lo que conlleva una subida de precios y la gentrificación de zonas completas en las ciudades.
25Ver: https://es.airbnb.com/
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Pongamos un ejemplo: imaginemos que yo quiero vivir en el centro de la Ciudad de México (una zona en la que aún pueden encontrarse algunas propiedades en alquiler con rentas no demasiado elevadas), busco y encuentro algunas que podría pagar si compartiese con otras dos personas. Recuerdo que un amigo me habló de Airbnb y viendo lo que pagan los turistas por estar en el centro de la ciudad me doy cuenta de que si en lugar de compartir con otras dos personas, lo anunciase en esa plataforma, no sólo podría pagarlo sin compartir con nadie más, sino que podría salirme muy barata mi renta (hasta puede que gratis si viniesen los suficientes). Finalmente me decanto por esta opción. Ahora imaginemos que al igual que yo, muchas más personas han pensado en hacer lo mismo, incluidas personas con pisos en propiedad, que emplean el sistema en lugar de alquilárselas a personas como yo. El resultado es bastante claro: el centro de la Ciudad de México se convertiría en una parte deshabitada de la ciudad, un gran complejo hotelero distribuido en múltiples propietarios cuyo propietario final es Airbnb (sin tener ninguna propiedad inmobiliaria, a nadie contratado para gestionarla -salvo las personas que gestionan la plataforma- ni los gastos derivados de ello). Esto, que en principio no es más que un experimento mental (no hay ningún dato de que esté ocurriendo esto en el centro de la Ciudad de México) ya está ocurriendo en San Francisco, donde se están reduciendo los pisos en alquiler con fines residenciales por este tipo de rentas cortas vacacionales: los propietarios evitan tener inquilinos permanentes por las ventajas económicas de los alquileres a corto plazo (Gutentag, 2015).
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Otro modelo de organización y trabajo colaborativo (de hecho uno de los más extendidos) es el crowdsourcing del inglés crowd (multitud) y outsourcing (externalización), supone la colaboración abierta distribuida en tareas varias. Por ejemplo, se podría colaborar en el desarrollo de nuevas tecnologías – el sistema operativo GNU/Linux, las comunidades Lorea con la red social N-1 y en general casi todos los programas de software libre serían buenos ejemplos – o ayudar a capturar, sistematizar y analizar grandes cantidades de datos en lo que se ha denominado ciencia ciudadana (Barandiaran et al. 2015, Wiggins, et al. 2011, Newman, et al. 2012). Es un concepto que encuentra muchas similitudes con los de inteligencia colectiva (Lévy, 1997) o “sabiduría de las masas” (Surowiecki, 2004).
Estos modelos de trabajo colaborativo para el bien común que surgen de necesidades de la comunidad y se resuelven en comunidad, han sido reapropiadas por el sistema capitalista y las han transformado en una externalización de trabajos que pasan a ser ínfimamente pagados o a ser completamente gratuitos. Es decir, labores que tradicionalmente realizaba un empleado (a quien se le pagaba por ello) se lanzan a un grupo numeroso de personas o una comunidad, a través de una convocatoria de trabajo en el que todos resuelven problemas o generan contenidos en conjunto, siendo un modelo muy beneficiario para las empresas que se sirven de eso para obtener trabajo gratuito o de muy bajo costo ahorrándose millones.
Es decir, “la participación activa del usuario en la Red no sólo ha empezado a fomentar nuevos modelos productivos, sino
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también todo un modelo de negocios alrededor de los mismos. Muchas empresas están comenzando a explotar ventajas competitivas, en costos o en diferenciación, derivadas de la participación del usuario y su disponibilidad a colaborar en diversos proyectos en los que no siempre media, necesariamente, contraprestación económica; y cuando existe, suele ser inferior a la que exigiría un profesional medio por realizar el mismo trabajo.” (Alonso y García, 2014, p. 33)
Ejemplos de esta tendencia o perversión podemos encontrarlos en Amazon Mechanical Turk
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, un portal de Amazon en el que diferentes empresas pueden subir tareas a realizar como las que pueden verse en la imagen a continuación:
Captura de pantalla de la página web de Amazon Mechanical Turk https://www.mturk.com, el 09/06/2016 a las 23:17h.
Estas tareas como transcribir un texto, editar una transcripción, etcétera. están pagadas a precios como 0,01 dólares por tiempos de trabajo de 15 minutos o dos horas, algo que en po-
26Ver: https://www.mturk.com/
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cos países se acercaría siquiera al salario mínimo. Siguiendo la misma lógica aunque con una variación en cuanto a los pagos, podemos encontrar InnoCentive
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fundada por la farmacéutica Lilly, al igual que en el caso anterior, cualquier empresa puede proponer problemas y cualquiera puede entrar a resolverlos. Aunque en este caso, como se puede apreciar en la imagen a continuación, el tipo de problemas a resolver que se plantean (unir polímeros sin adhesivos, diseño de medicamentos a escala molecular, etc.) requieren de una gran especialización en la materia y de mucho más tiempo. En este caso, a diferencia del anterior, sólo quien aporte la mejor solución (la empresa que la busca decidirá cuál es) cobrará por ello, dejando al resto de personas que han estado trabajando en resolverlo sin ningún tipo de salario por sus horas de trabajo. Evidentemente esto es mucho más barato para las empresas que mantener todo un departamento de I+D y tanto en este caso como en el anterior, los derechos laborales son nulos.
Estos son casos de perversión de los modelos de trabajo de la cultura libre con intereses privativos, en los que grades compañías se benefician de mano de obra barata que podría considerarse a todas luces explotación laboral: pagan muy poco, pero pagan. Algo que no ocurre si vamos al ejemplo de dos de las más grandes y reconocidas empresas de redes sociales del mundo: Facebook y Twitter, en las que la traducción de sus plataformas, se sirve completamente de trabajo voluntario.
En los términos del servicio de esta plataforma podemos leer: “Entiendes que tu participación en el proyecto es en beneficio
27Más información en: https://www.innocentive.com/