El BARRIO DE SALAMANCA
Margarita Sim贸
Presentación De todos los barrios del ensanche, el de Salamanca es el que más claramente se ajusta al proyecto que diseño el urbanista Carlos María de Castro en 1857. Su construcción fue lenta (1863-1931), y se articuló entorno a las calles de Serrano y de Alcalá en su discurrir hacia el norte y este, respectivamente. Al comenzar el reinado de Alfonso XII (1875) ya estaba construida la edificación de la calle de Serrano hasta su encuentro con la de Maldonado; al sur, entre las calles de Villanueva y Hermosilla se completaban las manzanas que definen las calles de Claudio Coello y Lagasca. A finales del siglo la edificación no había ido más lejos y el único tejido urbano que se había consolidado lo formaban las manzanas de casas comprendidas en el cuadrante limitado entre las calles de Lista –hoy Ortega y Gasset- y Príncipe de Vergara. La construcción característica del barrio de Salamanca es la manzana cerrada que ideó Castro, aunque sin el patio ajardinado originalmente previsto, tan sólo realizado en las primeras edificaciones. A diferencia de otros sectores del ensanche, el barrio de Salamanca se ajustó a la zonificación social establecida en el proyecto de Castro: reservado para zona residencial de las clases medias. No obstante, existen claras diferencias entre los lujosos edificios más próximos al Retiro y los más populares de la antigua zona de Torrijos –hoy calle del Conde de Peñalver-. Las calles de Serrano, Velásquez, Goya, Ortega Gasset y sus aledaños constituyen desde hace tiempo una de las zonas más comerciales y concurridas de la ciudad, la milla del oro del lujo madrileño. De compras Las compras en Madrid tienen su paraíso propio en el barrio de Salamanca, la zona más “chic”, glamurosa y ansiada de la ciudad. Las boutiques más lujosas se concentran en las calles como Serrano, Castelló, Goya, Velásquez, Jorge Juan, Príncipe de Vergara y Ortega y Gasset. Una zona conocida como “La milla de oro” en al que conviene dejarse llevar por el sentido de la vista y donde es preciso controlar la tarjeta de crédito. Sólo apto para tarjetas resistentes. Pasear por Ortega y Gasset es como asistir en directo a la Pasarela Cibeles. Entre los números 10 y 16 de la calle se dan cita algunas de las firmas con más prestigio internacional. El pret-a-porter de la firma italiana Versace, con su habitual toque sexy, está en el 10 de esta calle. Sólo un portal más adelante se encuentra la elitista tienda de Hermés, ofreciendo el refinamiento y la sencillez propia de la marca. En el 14, la de Doce&Gabana es un espacio de 700 metros cuadrados llenos de sofisticación y vanguardia, con un interiorismo muy cuidado. También en el 14 de esta misma calle, en al tienda de Chanel, se “exponen” las obras de arte de Karl Lagerfeld, Giorgio Armani, Valentino y Louis Vuitton, ideal si lo que uno busca son objetos de marroquinería y maletas, son paradas obligadas. Como no podía ser de otro modo, la moda española también se ha hecho su hueco en el área más lujosa de la capital. Los gallegos Adolfo Domínguez y Roberto Verino abren sus templos de diseño en Serrano 18 y Claudio Coello 27 respectivamente, para poner los mejores diseños y las prendas de más calidad al servicio de una clientela exclusiva. Los andaluces Victorio & Lucchino tienen montado en Lagasca todo su universo con aires de Sur, al igual que la peletera Elena Benarroch. Unos brillantitos de nada También las joyas, y no sólo la moda, tienen reservado su espacio en esta prestigiosa zona del centro de Madrid. Los escaparates de las joyerías Suárez, Carrera y Carrera o Cartier, en la propia calle Serrano, o la pretigiosa Bulgari en el centro comercial El Jardín de Serrano, exhiben diamantes y brillantes por doquier para envidia de los que únicamente pueden ver pero no tocar. La tienda que Cartier abre al público en Serrano 50, obra del arquitecto francés Bruno Moinard, es un templo de sofisticación decorada con una calidez que hace que el cliente se sienta como en su propia casa. A medida que uno se adentra en la tienda descubre los objetos de más valor, hasta, llegar a un salón y una biblioteca, “los gabinetes secretos” de la firma de la pantera, donde se venden las piezas más exclusivas. En Cartier, la tecnología está al servicio del lujo y las piezas reciben un especial y cuidadosa iluminación para que el cliente pueda observar hasta el detalle más diminuto. El lujo en el barrio de Salamanca no está únicamente en estas tiendas exclusivas. Dos centros comerciales –El Jardín de Serrano y ABC Serrano- también albergan prestigiosas firmas de moda, zapatería o joyería. Alejado del concepto que habitualmente se tiene de centro comercial, en los del barrio de Salamanca se respira quietud, elitismo y distinción. Uno de los centros comerciales más exclusivo de Madrid es el Jardín de Serrano (Goya 6-8), con primeras firmas en moda, complementos, piel y perfumerías. Más “popular” pero lleno de encanto es el ABC Serrano, donde se funden la modernidad de su zona comercial y los cien años de historia de la estructura del edificio que hasta 1989 albergó la sed de Prensa Española, editora de Blanco y Negro y el periódico Abc.
Ir de compras por las prestigiosas tiendas del barrio de Salamanca es un placer apto para muy pocos, ideal para bolsillos despreocupados y ansiosos de darse algún que otro capricho. Aunque no sea a comprar conviene ir a Serrano a mirar, a comparar, a fijarse, a aprender, a disfrutar o incluso... a envidiar. En temporada de rebajas se pueden hacer compras a “buen precio”.
Los monumentos Monumentos al Descubrimiento Están situados sobre el solar de la Antigua Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, construida entre 1856 y 1861 por el arquitecto Francisco Jareño y Alarcón. Tras el traslado de la Fábrica a su actual emplazamiento en la calle Doctor Esquerdo, el 29 de abril de 1970 se procedió a demoler el viejo edificio de la Plaza de Colón, y su solar fue cedido por el Estado al Ayuntamiento de Madrid con el fin de establecer, por iniciativa del entonces Alcalde Carlos Arias Navarro, un parque público que se dedicaría al Descubrimiento de América. El 15 de mayo de 1977, los reyes don Juan Carlos y doña Sofía inauguraron los Jardines del Descubrimiento, sobre los que se levantan unas macro esculturas, realizadas por Joaquín Vaquero Turcios, que representan varias escenas del Descubrimiento de América. Dirección: Jardines del Descubrimiento.
Monumento a Colón Está dedicado a Cristóbal Colón, descubridor de América. Fue realizado entre 1881 y 1885 por los escultores Jerónimo Suñol y Arturo Mélida, por encargo de la nobleza española y como regalo de boda a Alfonso XII. Su inauguración estuvo prevista para el 6 de enero de1886, pero la muerte del rey obligó a posponer el acto hasta 1892, año en que fue entregada al Ayuntamiento de Madrid con motivo de los actos del Cuarto Centenario del descubrimiento de América. Situada en un principio en el centro de la plaza de Colón, fue trasladada posteriormente a los Jardines del Descubrimiento, realizados en 1970 sobre el solar de la antigua Casa de la Moneda. En cuanto al monumento, consta de un pedestal – realizado por Mélida- sobre el que se sitúa la estatua de Colón, de tres metros de altura y tallada en mármol blanco por Suñol. En uno de los frentes del pedestal está representado Colón exponiendo sus proyectos; en el lado opuesto se ven los nombres de las tres carabelas –Santa María, Pinta y Niña, los de los Pinzones, el del piloto Juan Costa, y los nombres de los 81 tripulantes de la expedición. La altura total del monumento es de 17 metros. Dirección: Plaza de Colón s/n.
Palacio del Marqués de Villamejor Situado al comienzo del Paseo de la Castellana, esquina a calle de Alcalá Galiano, se trata del típico palacete decimonónico del eje formado por los paseos de Recoletos y de la Castellana. Fue construido por el arquitecto José Purkiss entre 1887 y 1890 por encargo del marqués de Villamejor. Tras la muerte del marqués, el palacio fue adquirido y habitado por el Infante don Carlos de Borbón, cuñado de Alfonso XIII. En 1929 pasó a titularidad del Estado con destinó a albergar la Presidencia del Consejo de Ministros, hasta ese momento ubicada en la dieciochesca Casa de los Heros de la calle de Alcalá.
El palacio continuó siendo Presidencia del Consejo de Ministros hasta que en 1976 fue trasladada al Palacio de la Moncloa. Hoy en día, el Palacio de Villamejor alberga el Ministerio de Administraciones Públicas. El edificio es de trazas clásicas, destaca la fachada principal en forma de pórtico columnado, así como las tres fachadas, realizadas en ladrillo visto con basamento de piedra berroqueña y piedra de Colmenar. Dirección: Paseo de la Castellana, 3.
Capilla Evangelista Alemana Se trata de la antigua capilla de la Embajada Alemana en Madrid. El origen de esta capilla se remonta a 1907, cuando el súbdito alemán Fritz Fliedmer quiso construir una capilla luterana en Madrid que sustituyera a una provisional que desde 1888 estaba ubicada en un pequeño local de la calle Ventura de la Vega. Ante esta petición, la Embajada del entonces Imperio Alemán – que situada en el Paseo de la Castellana era uno de los edificios más elegantes y bellos del cuerpo diplomático extranjero- le cedió un terreno junto a su edificio para que construyera dicha capilla. Las obras, realizadas bajo la dirección del arquitecto alemán Oskar Jürgens, comenzaron en noviembre de 1907, siendo inaugurada el 27 de enero de 1909. Realizada toda ella de piedra, es uno de los pocos edificios de estilo bizantino de la capital, destacando en su interior una araña del siglo VII de estilo visigótico. En 1966 cuando la ya República Federal Alemana se traslada a su nueva sede en la calle Fortuny, la embajada es derribada, y sobre su solar, el arquitecto Miguel Fisac construyó el edificio de IBM. No obstante, la capilla se salvó, y actualmente sigue desempeñando sus funciones para la comunidad alemana en Madrid. Dirección: Paseo de la Castellana, 6.
Mercado de la Paz A mediados del siglo XIX las condiciones higiénicas de los mercados madrileños eran francamente deplorables. La mayoría no eran otra cosa que cajones callejeros, y según Mesonero Romanos “eran un foco constante de suciedad e insalubridad que provocaban a los ojos del espectador un repugnante espectáculo”. Las autoridades municipales intentaron paliar esta situación con la construcción de toda una serie de mercados de hierro. Los primeros fueron los de la Cebada y los Mostenses (1875), el de Chamberí (1876), y en 1882 se inauguró el mercado de la Paz, único de los cuatro que actualmente quedan. Dirección: Calle de Ayala, 28.
Iglesia Anglicana de San Jorge Fue construida entre 1924 y 1926 por el arquitecto vizcaíno Teodoro Anasagasti Algán. Proyectada sobre una planta de cruz latina, cuenta con una sola nave, con crucero y una interesante cabecera en la que se encuentra el altar mayor y sobre la que se levanta la torre. Aunque Anasagasti logró darle cierta impresión de monumentalidad, se trata de una iglesia de pequeñas dimensiones. El edificio fue realizado dentro de las corrientes neobizantinas, aunque está presentes elementos neomudéjares. Dirección: Calle de Hermosilla, 45.
Colegio Nuestra Señora del Pilar Situado en la calle Príncipe de Vergara, frente al Colegio de Nuestra Señora de Loreto, fue fundado en 1910 como colegio de institutrices por María Diega Desmaisieres y Sevillano, Condesa de la Vega del Pozo y Duquesa de Sevillano. La función del colegio era recoger a niñas pobres, a las que se las educaba para poder ganarse la vida por sí mismas mediante la concesión del título de “enseñanza superior de institutriz, maestra y directora de talleres”. Posteriormente, pasó a la orden de los marianistas, quienes lo convirtieron en colegio masculino. En cuanto al edificio, fue construido entre 1910 y 1916 por el arquitecto Manuel Aníbal Álvarez Amorós. Está realizado sobre una planta simétrica y octogonal –algo muy habitual en los edificios docentes de la época- y con unas marcadas trazas neogóticas, muy medievalistas. En 1960, el edificio fue ampliado por el arquitecto Luis Moya Blanco, con un nuevo pabellón cuya fachada da a la calle don Ramón de la Cruz. Dirección: Calle del Príncipe de Vergara, 41.
Colegio Nuestra Señora de Loreto El colegio de Nuestra Señora de Loreto fue fundado en 1541 por el rey Felipe II en la calle Atocha, haciendo esquina con la plaza de Matute, para la educación de niñas pobres, aunque fue transformado más tarde por Felipe IV en un colegio para la educación de hijas de militares, y de empleados de la Casa Real. El edificio primitivo, que a partir de 1844 empieza a ser regentado por las hermanas de la Sagrada Familia, fue derribado a finales del siglo XIX, trasladándose al presente edificio de la calle Príncipe de Vergara, que fue construido entre 1889 y 1898 por el arquitecto Juan Bautista Lázaro con un marcado acento neogótico, estilo usual de construcción de las iglesias madrileñas de finales del siglo XIX. Dirección: Calle del Príncipe de Vergara, 42.
Convento de las Maravillas Su verdadero nombre es el Monasterio de San Antón, de religiosas carmelitas recoletas, más conocido por el nombre de las Maravillas debido a una imagen de la Virgen que se veneraba en su interior y que portaba en sus manos una flor de maravilla, de la que tomó el nombre. Fue fundado como recogimiento en 1612 por Juana de Barahona en la calle Hortaleza, pero en 1616 se trasladaron a unas casas en la calle de la Palma Alta. En 1624, la comunidad profesó la regla del Carmen convirtiéndose en beaterio, y en 1644 se dio el paso definitivo para su conversión en monasterio, viniendo para ello tres religiosas del Monasterio de la Concepción de Alcalá, tras lo que fue refundado por Felipe IV en 1646, quien además tomó su patronato. Desamortizado durante los años de la revolución de 1868, el convento fue demolido abriéndose en su lugar la Plaza del Dos de Mayo, con lo que las religiosas se tuvieron que trasladar al convento de Don Juan de Alarcón en la calle Valverde. Allí estuvieron hasta que en 1891 abrieron una pequeña capilla en el Paseo del Obelisco, 20. El problema fue que no pudieron pagar la casa, y a los dos años la comunidad tuvo que pasar al convento de las Comendadoras de Santiago, situado en la plaza de su nombre. En 1902, doña Milagros Gosálvez y su esposo, don Saturnino Calderón, decidieron apadrinar a las religiosas, acabando así con su largo periplo por las calles de Madrid, y para tal efecto las donaron un amplio solar en la calle Príncipe de Vergara -de 1742 metros cuadrados- donde construir una iglesia y convento. El 20 de mayo de 1902 se puso la primera piedra del nuevo edificio, que bajo la dirección del arquitecto Manuel Ortiz de Villajos, fue inaugurado el 29 de marzo de 1904.
Dirección: Calle del Príncipe de Vergara, 23.
Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción La iglesia de Nuestra Señora de la Concepción fue construida originariamente en la calle Hermosilla esquina Claudio Coello, a finales de la década de 1860 sobre el solar que años más tarde ocuparía el Teatro Infanta Beatriz, hoy llamado Teatriz. La Concepción, cuyas obras se prolongaron hasta 1875, fue la primera iglesia construida en el Barrio de Salamanca, por lo que pronto se convirtió en anejo parroquial de San José hasta que en 1891 alcanzó la dignidad parroquial. Este primer edificio no tardo en quedarse pequeño para el cumplimiento de sus funciones, por lo que a principios del siglo XX se procedió a su traslado. Aunque en un principio se intentó ubicar sobre una iglesia que se estaba construyendo en la calle Ayala –hoy parroquia del Santísimo Cristo de la Salud-, finalmente se decidió que el nuevo templo sería construido en su emplazamiento actual, entre las calles de Goya y Núñez de Balboa. Las obras, que empezaron en 1902 siguiendo un proyecto del arquitecto Eugenio Jiménez Corera , fueron terminadas tras la muerte de éste por Jesús Carrasco en 1914. En cuanto al edificio, fue construido en un estilo neogótico sobre una planta longitudinal de tres naves. Lo que más llama la atención es la gran torre de 44 metros de altura situada a los pies, y coronada por una gran aguja de hierro sobre la que se colocó una imagen de la inmaculada, y que según Pedro de Répide, en un principio estuvo rodeada de una aureola formada por bombillas eléctricas lo cual, era más propio de la entrada de un teatro que de un lugar sagrado. El edificio se completo con una casa rectoral y una escuela parroquial, situadas a ambos lados del ábside. Dirección: Calle de Goya, 26.
Escuelas Aguirre Las Escuelas Aguirre surgen como iniciativa de Don Lúcas Aguirre y Juárez, filántropo conquense influenciado por las doctrinas krausistas. A su muerte, legó gran parte de su fortuna para el sostenimiento de establecimientos educativos, y como resultado de este legado, se construyeron las Escuelas Aguirre de Madrid sobre unos terrenos cedidos por el Ayuntamiento en la calle Alcalá, muy cerca de la antigua Plaza de Toros. Su construcción se debe a un proyecto del arquitecto Emilio Rodríguez Ayuso, quien lo concibió como un edificio exento de dos plantas capaz de albergar espacios educativos de una gran innovación para la época como gimnasio, biblioteca, museo escolar, patio de recreo, sala de música, e incluso un observatorio meteorológico que se situaría en la torre del edificio. Su estilo es netamente neomudéjar, utilizando el ladrillo como elemento estructural y compositivo. La primera piedra fue colocada en 1881 por el albacea del señor Aguirre, Manuel María José de Galdó, y el 18 de octubre de 1886 era inaugurado, comenzando a funcionar al día siguiente con dos clases de párvulos. En 1911, pasaron a depender directamente del Ayuntamiento, por lo que hoy en día, trasladadas las Escuelas Aguirre a la calle Pío Baroja, el antiguo edificio alberga la Sección de Estadística del Ayuntamiento de Madrid. Dirección: Calle de Alcalá, 62.
Estatua ecuestre de Espartero Situada cerca de las Escuelas Aguirre, está dedicada a don Baldomero Fernández Espartero, general del ejército, Príncipe de Vergara, Duque de la Victoria y regente del reino entre 1840 y 1843. Fue realizada en bronce por el escultor Pablo Gibert y representa a Espartero montando a caballo y ataviado con traje de campaña. Se erige sobre un pedestal de piedra decorado con dos relieves que representan algunos acontecimientos históricos protagonizados por este general. Fue inaugurada en 1886.
Dirección: Calle de Alcalá s/n.
Iglesia de San Manuel y San Benito Situado en la calle Alcalá, fue erigido como residencia e iglesia de Padres Agustinos por iniciativa del empresario catalán don Manuel Caviggioli y su esposa doña Benita Maurici, y de cuyos onomásticos el templo ha tomado la advocación. Este monumental edificio, fue realizado entre 1902 y 1910 bajo la dirección del arquitecto Fernando Arbós y Tremanti, sobre un extenso solar de 1759 metros cuadrados que para tal efecto dichos esposos donaron a los religiosos. Hoy en día es también iglesia parroquial bajo la advocación del Redentor. En cuanto al edificio en sí, es junto al Panteón de Hombres Ilustres – también realizado por el propio Arbós- el mejor ejemplo de la arquitectura neobizantina madrileña. Está levantado sobre una planta centralizada de cruz griega, con una gran cúpula sobre pechinas donde se representan simbólicamente los cuatro evangelistas. En el interior destaca la capilla del lado de la Epístola, en cuyo centro hay un altar de mármol blanco flanqueado por los sepulcros de los dos esposos fundadores. En el exterior destaca la torre, adosada a la fachada principal, y erigida al modo de los campaniles italianos. El recinto se complementa con un espacio dedicado en un principio para escuela de obreros. En 1975 fue restaurado por el arquitecto José Antonio Arenillas. Dirección: Calle de Alcalá, 83.
Museo Arqueológico Nacional El 9 de junio de 1871 el rey Amadeo I inauguraba el Museo Arqueológico Nacional sobre un edificio del antiguo Casino de la Reina, cumpliendo la Real Orden que sobre su creación se había dado el 20 de marzo de 1867, cuando todavía reinaba Isabel II. Esta nueva institución tenía como finalidad recoger en un único edificio las diversas colecciones de antigüedades que se encontraban dispersas en distintos establecimientos de la ciudad; esto es, los fondos contenidos en el Museo Monetario, la colección de antigüedades que poseía la Biblioteca Nacional, las colecciones de objetos de diversos continentes que desde Carlos III se custodiaban en el Museo de Ciencias Naturales, y las colecciones americanas y oceánicas traídas por las expediciones científicas enviadas a las costas del Pacífico. Establecido desde 1895 en el Palacio de las Bibliotecas y Museos Nacionales, sus salas nos ofrecen fundamentalmente una amplia visión de la historia de España a través de sus objetos arqueológicos, además de contar con diversas muestras y objetos de otros países y culturas. Sus fondos en sala están compuestos por las colecciones de Prehistoria; Arqueología Egipcia; Próximo Oriente, Grecia y Etruria; Cultura Ibérica y Arqueología Romana; Edad Media; Edad Moderna y Contemporánea. Además, tiene especial interés una reproducción de las Cuevas de Altamira situada en el jardín, sobre una gruta artificial construida por ingenieros alemanes en 1964. Dirección: Calle de Serrano, 13.
Biblioteca Nacional de Madrid Fue fundada con el título de Librería Real por el rey Felipe V en 1711, en la Casa del Tesoro, frontera a los Caños del Peral, y se abrió al público en marzo de 1712. Sus primeros fondos bibliográficos fueron unas pocas colecciones que Felipe V había traído consigo desde Francia, junto a algunas colecciones que la Reina Madre guardaba en el antiguo Alcázar. La gran mayoría de las obras y los mejores volúmenes seguirían estando en manos de la Corona, en la biblioteca real que también mandó realizar y ordenar el mismo rey. No obstante, por Real Cédula de 1716 se la concedió el privilegio de obtener un ejemplar de cuantos libros se editaran en España, así como se la reconocía el derecho de tanteo en las ventas de manuscritos, estampas, medallas y la adquisición de librerías particulares. Además, se instituyó oficialmente su gobierno interior con el nombramiento de un bibliotecario mayor y otros bibliotecarios. Los fondos de la biblioteca siguieron creciendo con la librería del cardenal Arquinto, que ordenó comprar Carlos III en Roma, y con los fondos que Carlos IV adquirió del señor Múzquiz, entonces embajador de Francia. Durante el reinado de José I Bonaparte (1808-1813) y con motivo de la realización de las obras de la nueva plaza de Oriente, la biblioteca fue trasladada a los claustros altos del Convento de la Santísima Trinidad de religiosos calzados, en la calle Atocha. Pero de nuevo en 1819, a petición de los frailes, fue traslada al entonces Ministerio de Marina, ubicado en la casa llamada de los Secretarios de Estado y de Despacho, también conocida como Palacio del Marqués de Grimaldi y como Palacio de Godoy, en la plaza de la Marina Española. En 1826 Fernando VII compró unas casas en el número 4 de la Plaza de Oriente para instalar la biblioteca y así evitar entorpecer el normal funcionamiento del Ministerio de Marina. En opinión de los críticos del siglo XIX estas casas no eran las más adecuadas para esta función, pues su insuficiencia impedía ordenar correcta y adecuadamente todos los fondos bibliográficos y dificultaba la exposición del museo de medallas y del gabinete de antigüedades que tenía la biblioteca desde su fundación. Con el advenimiento del régimen liberal, a partir de 1834, la biblioteca quedó definitivamente como un establecimiento de la nación, siendo desvinculada del patrimonio real, como ya sucediera durante las breves experiencias liberales de 1812 y del trienio (1820-1823). En 1836 pasó a denominarse Biblioteca Nacional y siguieron aumentando sus fondos con la librería de las Cortes, la del infante don Sebastián y los volúmenes y manuscritos de los conventos que habían sido desamortizados. Por propia iniciativa se compraron, entre otras colecciones y obras, la librería de Juan Bohl de Faber –con más de 2.000 volúmenes-; una colección de novelas españolas que había ido recopilando Benito Maestre; los manuscritos originales de Juan Pablo Forner y Leandro Fernández de Moratín y una colección de 200 volúmenes y legajos de genealogía. También se compró una colección de medallas y monedas a José García de la Torre, además de una gran cantidad de grabados, retratos (de Cervantes, Góngora, Moreto, padre Mariana, etc.) y algunos bustos como el de Alberto Lista. Según Mesonero Romanos, a la altura de 1854 se había elaborado un índice general clasificado por materias y autores, que elevaba a nada menos que 240.000 volúmenes los fondos disponibles en la Biblioteca Nacional. También poseía una colección de 97.000 medallas y monedas que la situaban a la cabeza de Europa, contaba con una pequeña «Dacthiloteca» compuesta por piedras preciosas, camafeos y pastas vítreas, y en su gabinete de antigüedades se podían contemplar gran número de utensilios, joyas y restos arqueológicos de culturas pasadas y de diversas partes del mundo. Para su gobierno y funcionamiento contaba con una plantilla de 25 personas, compuesta por un director bibliotecario mayor, cuatro bibliotecarios de número, catorce oficiales, tres celadores y tres porteros. El aumento constante de fondos, monedas y antigüedades, aconsejaba el traslado de la biblioteca a un edificio más espacioso y preparado funcionalmente para este cometido. Este argumento sirvió para que en 1866 la reina Isabel II pusiera la primera piedra del futuro Palacio de la Biblioteca y Museos Nacionales en el Paseo de Recoletos, sobre parte del solar del desaparecido Convento de Agustinos Recoletos. Mientras se realizaban las obras, la biblioteca permaneció en la plaza de Oriente, y con objeto de ganar espacio se decidió trasladar la colección de monedas, medallas, y el gabinete de antigüedades al nuevo Museo Arqueológico, fundado el 20 de marzo de 1867 en el solar del antiguo Casino de la Reina, en la calle de Embajadores. Pero no bastando con esta medida y en vista de que en los sótanos no cabían más libros, a comienzos de la década de 1870 se tuvo que improvisar la construcción de un pabellón en un jardín contiguo a la biblioteca. Y es que los acontecimientos políticos del sexenio revolucionario tuvieron paralizadas las obras del nuevo edificio hasta 1874. Treinta años después de que se colocara la primera piedra, el 17 de marzo de 1896 la Biblioteca Nacional abría sus puertas al público en su nueva sede del Palacio de la Biblioteca y de los Museos Nacionales, donde permanece en la actualidad. Dirección: Paseo de Recoletos, 20.
Los monumentos -
Monumentos al Descubrimiento Monumento a Colón Palacio del Marqués de Villamejor Capilla Evangelista Alemana Mercado de la Paz Iglesia Anglicana de San Jorge Colegio de Nuestra Señora del Pilar Colegio de Nuestra Señora de Loreto Convento de las Maravillas Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción Escuelas Aguirre Estatua ecuestre de Espartero Iglesia de San Manuel y San Benito Museo Arqueológico Nacional Biblioteca Nacional de Madrid