Primera publicación bajo el título: Suis du doigt la tortue de mer © La cabane bleue, Nort-sur-Erdre, 2020 © de esta edición: mtm editores, Barcelona, 2021 www.mtm-editor.es Traducción: Gemma Gallardo Primera edición: abril 2021 ISBN: 978-84-17165-56-7 Depósito legal: B 3458-2021 Impreso en Badalona por Gramagraf
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LA TORTUGA DE MAR Texto de Benoît Broyart Ilustraciones de Félix Rousseau Corrección técnica de Macarena Marambio
Las tortugas, ya sean grandes o pequeñas, amarillas o verdes, forman una gran familia. ¿Qué tienen en común? El caparazón que les protege el cuerpo. Las hay de tierra y mar: ¡veámoslas!
Las tortugas terrestres son las más numerosas. Las reconocemos por su caparazón abombado y sus patas grandes y con uñas. Las tortugas de agua dulce viven cerca de los ríos y los mares.
Las tortugas marinas viven en todos los océanos del planeta. Tienen el caparazón más aplanado que el resto de tortugas, cosa que les permite nadar velozmente. Sin embargo, no pueden esconder en él ni las aletas ni la cabeza.
De entre más de 300 especies de tortugas, solo 7 viven en los mares y los océanos. Estas corren más peligro que sus primas terrestres. Así pues, te proponemos que nos acompañes por la ruta marítima.
La tortuga boba pesa unos 110 kilos y tiene dos uñas en cada aleta.
El caparazón ovalado y aplanado de la tortuga verde le permite ganar velocidad dentro del agua. ¡Sigámosla!
La tortuga laúd es la más grande de todas las tortugas. Pesa 450 kilos. Su caparazón es distinto al de otras especies porque no tiene escamas.
Al contrario de lo que pueda parecer por su nombre, la tortuga verde adulta es de un color marrón ocre. Puede pesar hasta 250 kilos y mide alrededor de un metro de largo.
¡Esta tortuga tiene cosas mejores que hacer que un aperitivo! Ha llegado el momento de que vuelva a la playa donde nació, hace más de treinta años, para reproducirse.
¡Anda! Esto no son plantas, sino pajitas y otros fragmentos de plástico. Si se las tragan por error, las tortugas pueden morir. Por suerte, hay centros donde las curan y luego las liberan.
¡Uf! La tortuga verde se ha librado del tiburón. Después de la carrera, aún le queda mucho camino por recorrer. ¿Qué tal un aperitivo antes de continuar?
LA TORTUGA VERDE EN CIFRAS La tortuga verde vive en todos los océanos, y también en el mar Mediterráneo. Es capaz de aguantar la respiración durante 3 horas, y a veces baja hasta más de 50 metros de profundidad para alimentarse. Es la tortuga marina más rápida: puede alcanzar la velocidad de un ciclista de carreras, o sea, a casi 35 kilómetros por hora. Puede llegar a vivir hasta unos 80 años, aunque determinar la edad exacta de una tortuga es muy difícil.
¿MACHO O HEMBRA? El sexo de las tortugas depende de la temperatura a la que se expongan los huevos en un momento determinado de la incubación. Si hace menos de 29 °C, nacerán más machos. Si hace más de 29 °C, habrá más hembras. Por encima de los 31 °C, todas las crías serán hembras. Hasta ahora, las tortugas verdes habían conseguido mantener un cierto equilibrio que actualmente se ve amenazado por las altas temperaturas del planeta. Se calcula que, de aquí al 2100, nueve de cada diez crías podrían ser hembras.
CUIDAR EL MAR ES CUIDAR EL PLANETA
La mejor manera de ayudar a las tortugas verdes es proteger su hábitat. La salud de los mares es fundamental para nuestro planeta porque es un ecosistema muy frágil. Hay organizaciones científicas como el Instituto de Ciencias del Mar que se dedican a la investigación marina y estudian el impacto que tiene la actividad humana en los océanos.
LIBERACIÓN DE TORTUGAS En algunas playas mexicanas del Pacífico, cerca de Puerto Escondido, miman mucho a las crías de tortuga: protegen los nidos de los depredadores con una alambrada y, cuando llega el gran día del primer baño, invitan a algunos turistas a acompañar a las pequeñas tortugas hasta el océano. Así, un mayor número de crías consiguen llegar hasta el agua sin que los cangrejos o las aves se las coman. Un modo inteligente de sensibilizar a la población de los peligros que amenazan a esta especie.
ISLA EUROPA, PARAÍSO DE TORTUGAS No muy lejos de Madagascar, en el océano Índico, esta isla poco acogedora para el ser humano —está infestada de mosquitos y desprovista de agua dulce— es un auténtico paraíso para la tortuga verde. Cada año ve nacer a dos millones de crías de tortuga.
LA UNIÓN HACE LA FUERZA En la isla de Mohéli, en el archipiélago de las Comoras, comunidades locales, científicas y asociaciones se han aliado para ayudar a una población de tortugas verdes en descenso. Gracias a una labor de vigilancia y protección en las cinco playas de la isla, ¡actualmente 5000 tortugas ponen sus huevos ahí cada año! Una prueba de que existen soluciones.