riego tecnificado Riego de nascencia y primeros

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riego tecnificado Riego de nascencia y primeros estados Claves de los riegos iniciales Riego de cultivo Saldo final de humedad del suelo Riego de mantenci贸n Riego por alas m贸viles Unidades b谩sicas


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riego tecnificado

riego tecnificado

e

l riego tecnificado es uno de los factores más influyentes en la obtención de altos rendimientos en las siembras de remolacha. Los diversos sistemas disponibles en el mercado –pivote, carrete, side roll, cobertura total y alas móviles (cobertura parcial)– se adaptan a todo tipo de suelos y relieves, permitiendo un mejor uso de la superficie, dado que no es necesario destinar espacio a canales o regueros, que pueden ocupar hasta un 10% del área de cultivo. Entre las ventajas más importantes de estos equipos están el control de la lámina de riego, que permite asegurar la irrigación en la oportunidad y cantidad que la siembra requiere; el eficiente aprovechamiento del agua, de especial relevancia en períodos de sequía, y la ausencia de problemas de anegamiento, encostramiento y erosión, particularmente en la nascencia, cuando el suelo se encuentra sin cubierta vegetal. En términos de volumen de riego, el objetivo es siempre llevar el suelo a capacidad de campo, reponiendo el “agua más útil” (humedad fácilmente aprovechable por parte de la planta) cuando ésta se agota. La disponibilidad de “agua más útil” está asociada a la profundidad de suelo que alcanza la raíz de la remolacha en una etapa determinada. Así por ejemplo, la dosis de riego o agua a reponer para plantas con menos de 4 hojas es un 25% del volumen que la remolacha necesita a partir del estado en que tiene 16 hojas, cuando ya ha alcanzado su profundidad definitiva (ver tabla).

La frecuencia del riego es variable, ya que depende de cuántos días demore la remolacha en consumir la humedad disponible, para lo cual, a partir de la presencia de 5 pares de hojas en la planta, se utiliza la información del balance hídrico. Acorde a los requerimientos hídricos del cultivo, se distinguen tres etapas o tipos de manejo de la irrigación en la remolacha: riego de nascencia y primeros estados (desde la siembra hasta que la planta cuenta con 4 a 5 pares de hojas), riego de cultivo (hasta marzo) y riego de mantención (hasta dos semanas antes de la cosecha). Eficiencia de equipos de riego Equipo Eficiencia

Pivote Cobertura total Alas móviles Carrete Aspersión tradicional

95% 80% 80% 75% 70%

Considera equipos en buenas condiciones técnicas.

Requerimiento de agua según desarrollo del cultivo Desarrollo remolacha

Menos de 4 hojas 4 a 8 hojas 10 a 14 hojas 16 hojas a cubierta

Dosis de riego (Agua más útil)

25% 50% 75% 100%

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Riego de nascencia y primeros estados 84

El primer riego de la remolacha debe ser efectuado dentro de las 48 horas siguientes a la siembra, una vez aplicados los herbicidas de preemergencia. Dependiendo de la humedad de la cama de semilla, se deben aplicar 15 a 25 mm y repetir, con volúmenes de 8 a 10 mm cada 3 o 4 días, hasta que se haya completado la emergencia del cultivo. El objetivo de estos primeros riegos es conseguir una germinación rápida y pareja de la semilla, que permitirá el establecimiento de un cultivo homogéneo con una alta población de plantas. Adicionalmente, el agua aportada al suelo es indispensable para que los fertilizantes se disuelvan y puedan ser absorbidos por las plantas, así como para la activación de los herbicidas. Establecida la dosis de agua a aplicar, se determina el tiempo de riego por postura (riegos fijos) o se regula la velocidad de avance del equipo tecnificado (equipos que se desplazan mientras riegan) acorde a su pluviometría real. Para conocer esta última es necesario realizar previamente el aforo del equipo, esto es, confirmar que el caudal efectivamente corresponda al definido.

Claves de los riegos iniciales • Primeros estados de desarrollo. Una vez completada la nascencia y hasta que la planta tiene 4 a 5 pares de hojas, se debe asegurar que

el contenido de humedad superficial del suelo (primeros 10 cm) sea el adecuado, realizando riegos livianos, de 8 a 10 mm. Si bien durante este período no es necesario llevar un balance hídrico, puesto que basta con observar la condición del suelo, se debe tener presente que en su etapa inicial de desarrollo la remolacha es especialmente sensible a la falta de humedad, la que debe ser evitada, de manera de no perjudicar el potencial de rendimiento genético de la semilla. • Durante la nascencia. Los equipos tecnificados de aspersión (cobertura total, side roll, alas móviles) deben operar con presiones levemente superiores a la normal de trabajo, de manera que las gotas de agua sean más pequeñas y se evite el riesgo de encostramiento por destrucción de los agregados del suelo. En los carretes se deben utilizar boquillas pequeñas a alta presión. Los pivotes habitualmente no presentan limitaciones, dado que riegan con gotas pequeñas y baja energía. • Lluvias después de la siembra. La presencia de lluvias inmediatamente después de la siembra genera riesgo de encostramiento del suelo y el consiguiente daño a la emergencia de las plántulas por “gateo” (germinación sin lograr traspasar la costra superficial). En este caso, conviene aumentar la frecuencia de los riegos de volumen reducido (8 a 10 mm), aplicándolos incluso cada 2 días o cada vez que se endurezca la costra superficial, hasta el término de la emergencia.


riego tecnificado Riego de cultivo A partir de la presencia de 5 a 7 pares de hojas en la planta y hasta el marzo, se debe definir un programa de riego que permita a la remolacha disponer permanentemente de la humedad necesaria acorde a su etapa de desarrollo. Con esta finalidad, se utiliza la información obtenida a través del balance hídrico o balance de riegos, teniendo presente que los mayores rendimientos en remolacha se alcanzan cuando la tensión con que está retenida el agua en el suelo no sobrepasa los 45 cb en los primeros 30 cm de profundidad. El concepto “agua más útil” utilizado en las recomendaciones de riego es la humedad más fácilmente aprovechable por parte de la planta, y corresponde a la cantidad de agua (mm) que retiene un suelo entre capacidad de campo (10 cb) y 45 cb de tensión en dicho perfil. Dosis de riego según suelo Textura suelo Agua más útil

Trumao Arcilloso Franco Arenoso Pedregoso

50 – 55 mm 40 – 45 mm 35 – 40 mm 25 – 30 mm 20 mm

El inicio de la programación del balance hídrico se realiza con el suelo a capacidad de campo, esto es, después de un riego profundo. La determinación de cuánto y cuándo regar está basada en dos indicadores: • Consumo semanal del cultivo • Contenido de humedad del suelo al inicio del período de riego (semana) Consumo semanal. Durante toda la temporada de riego, Iansagro informa (en sus oficinas regionales, en el sitio internet www.iansagro.cl y en la central telefónica 600.600.42672) el consumo semanal de agua de la remolacha de cada zona. Dicho consumo es obtenido a partir de la combinación de los datos de evaporación semanal de agua del suelo (mediciones de las “Bandejas de evaporación FAO tipo A” ubicadas en las diferentes regiones), el factor de entorno (Kb, cuyo valor es de 0,8) y el factor de cultivo (Kc, asociado a la etapa de desarrollo del cultivo).

Bandeja de evaporación FAO tipo A

124

m ,7 c

.

25,4 cm.

Factor de cultivo (Kc) Desarrollo de Factor Kc la remolacha

Menos de 4 hojas 4 a 8 hojas 10 a 14 hojas 16 hojas a cierre de hileras 2ª quincena diciembre Enero hasta 15 febrero 16 febrero hasta 10 marzo 11 marzo hasta abril

0,4 0,5 0,7 0,8 1,0 1,1 1,0 0,9

El resultado de esta información es la denominada “evapotranspiración del cultivo”, que permite determinar el volumen neto de agua que se debe aportar a la siembra para reponer la evaporación del suelo y la transpiración de la planta. Para que el cultivo efectivamente reciba dicha cantidad de agua, se debe corregir el volumen neto por el factor de eficiencia del sistema de riego utilizado, estableciéndose de esta forma la necesidad bruta de agua de la siembra, conocida como “consumo semanal”. Contenido de humedad del suelo. El consumo semanal debe, finalmente, ser contrastado con la realidad particular de la siembra, esto es, el contenido de agua que el suelo conserva (diferencia observada al final de la semana entre el consumo del cultivo y los aportes provenientes del riego, lluvias y humedad previa del suelo). Esta cifra, identificada como “Saldo final de humedad del suelo”, es la base sobre la cual se toma la decisión de riego para la nueva semana.

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Saldo final de humedad del suelo El contenido de humedad que el suelo conserva al término de la semana de riego puede mostrar una de las siguientes condiciones: • Valor positivo inferior a agua más útil del suelo: aún hay humedad disponible en el suelo, la que debe ser consumida antes de reiniciar los riegos (retardo de riego). De esta manera, se contribuye a la aireación del suelo y se favorece la capacidad de almacenamiento de humedad en el suelo para el siguiente riego. • Valor positivo superior a agua más útil del suelo: indica un contenido de agua superior a la capacidad de almacenamiento del suelo (agua más útil). En este caso, se produce una pérdida por percolación. La humedad disponible

Bandeja evaporación

deberá volver a la condición de agua mas útil, de manera que el riego debe ser retardado hasta asegurar que no provocará exceso de humedad en el suelo. Situaciones de esta naturaleza obedecen generalmente a grandes lluvias o a programaciones incorrectas del riego. • Valor negativo (–) de hasta 10 mm: indica que el requerimiento hídrico de la remolacha fue superior a la humedad disponible, es decir, el riego fue insuficiente y el cultivo fue sometido a estrés. El saldo inicial a partir del cual se proyecta el riego para la nueva semana es cero. • Valor negativo superior a 10 mm: debido a la gran intensidad del estrés al que la siembra ha estado sometida se aplica un riego de fondo o riego profundo, esto es, un volumen de agua que supera en 10 a 15 mm el agua más útil del suelo definida para la nueva semana.

Entorno Kb

Cultivo Kc

Necesidad neta de agua del cultivo

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Eficiencia del sistema de riego

CONSUMO SEMANAL (necesidad bruta de agua del cultivo)

Saldo de humedad del suelo (reserva de agua)

RECOMENDACIÓN SEMANAL DE RIEGO


riego tecnificado Riego de mantención Con la llegada del otoño (abril) se inician los riegos de mantención, cuyo objetivo es conservar en el suelo condiciones de humedad adecuadas para la fase final de desarrollo de la remolacha. Acorde al consumo del cultivo, puede ser necesario regar más de una vez a la semana, especialmente en condiciones de temperaturas altas y si se trata de suelos con baja retención de humedad, como los arenosos y pedregosos. En términos generales, los riegos se suspenden dos semanas antes de la cosecha. Si la cosecha es tardía o si el otoño se presenta muy seco, se debe continuar haciendo los riegos de mantención que resulten necesarios, procurando siempre evitar el estrés hídrico del cultivo.

CRONOGRAMA DE BALANCE HÍDRICO AGOSTO 1 2 3

DESARROLLO Kc AGUA MAS ÚTIL

4

SEPTIEMBRE 1 2 3 4

1

OCTUBRE 2 3

4

NOVIEMBRE 1 2 3

4

DICIEMBRE 1 2 3

4

1

ENERO 2 3

4

1

FEBRERO 2 3

4

1

MARZO 2 3

4

1

ABRIL 2 3

4

0 a 4 HOJAS Kc=0,4 25% 4 a 8 HOJAS Kc=0,5 50%

INICIO BALANCE HÍDRICO AL LLEGAR A 10 HOJAS

10 a 14 HOJAS Kc=0,7 75%

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16 HOJAS a CUBIERTA Kc=0,8 100%

Kc=1

Registro de riegos Cada agricultor debe realizar y registrar semanalmente el cálculo del balance hídrico correspondiente a su siembra, para lo cual cuenta con la información difundida por Iansagro y el apoyo de los técnicos zonales, quienes revisan, en cada visita a terreno, la plantilla de riego de la remolacha.

Kc=1.1

CUBIERTA (HILERAS CERRADAS) Kc=1.1 Kc=1 100% DE AGUA MAS ÚTIL

Kc=0.9


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Relación entre productividad de la remolacha y riego Existe una relación directa entre humedad del suelo y producción de azúcar de la remolacha. Durante los períodos de estrés hídrico la planta detiene su proceso fisiológico de producción de azúcar, lo que repercute directamente en el rendimiento final, pudiendo llegar a pérdidas de 1 ton/ha al día en los meses de enero, febrero y parte de marzo (base 16% polarización). Los análisis realizados por Iansagro, contrastando los resultados de las cosechas individuales con el uso de sistemas tecnificados y la aplicación de las recomendaciones emanadas del balance hídrico semanal demuestran que aquellos productores que riegan sus cultivos ciñéndose estrictamente al balance hídrico obtienen prácticamente el

100% del beneficio esperable por este factor. Un manejo óptimo se refleja en rendimientos que, en promedio, superan en 14 ton/ha (base 16% pol.) los resultados de aquellas siembras que, aun contando con equipos tecnificados, no son regadas acorde a los datos del balance hídrico. Incluso en aquellos casos en que el balance hídrico es aplicado “a medias”, sin el debido rigor, el resultado del cultivo acusa esta deficiencia, con un menor rendimiento promedio de 8 ton/ha en comparación con un manejo óptimo. El resultado más insatisfactorio es el de las siembras que no cuentan con riego tecnificado, cuyo rendimiento promedio es más de 20 ton/ha inferior al conseguido con un manejo óptimo e incluso menor que la media nacional.


riego tecnificado Riego por alas móviles (cobertura móvil) Una opción para acceder a las ventajas del riego tecnificado con una modalidad más económica que la de la cobertura total es el sistema de aspersión portátil denominado “alas móviles”. Su operación está basada en el modelo de cobertura total, utilizando también una bomba y una tubería matriz (con sus cruces) que se debe extender a todo el ancho del potrero, pero con un número de ramales y aspersores significativamente menor, los que son reubicados en posturas sucesivas para irrigar la totalidad de la superficie. El sistema de alas móviles es una gran alternativa para productores que cultivan pequeñas superficies y abre la posibilidad de evolucionar gradualmente hacia un sistema de cobertura total.

Unidades básicas Tres unidades básicas componen el equipo de alas móviles: bomba, matriz y alas regadoras o laterales. Bomba. De acuerdo a las características de la superficie, tiempo de riego y disponibilidad de agua se puede optar por modelos diesel o eléctricos de 20, 40, 80 o más metros cúbicos por hora. La capacidad de la bomba determina el número de alas laterales o de aspersores que pueden regar en cada postura. En términos generales, esta unidad representa el 50% de la inversión total en el equipo de riego de alas móviles. Matriz. Está compuesta por tubos de aluminio de 3 a 6 m de largo y 4’’ (pudiendo llegar a 8’’) de diámetro, con acoples de gancho con sello hidráulico y llaves de bola para la distribución del agua.

La matriz debe extenderse a lo ancho del potrero. Cada 15 metros se ubican las cruces distribuidoras y reductoras que conectan las alas de riego. Dado que éstas pueden tener un largo de hasta 150 m, el ancho máximo de la superficie de riego donde está ubicada la matriz será de 300 m. Alas regadoras o laterales. De acuerdo a la capacidad de la bomba, topografía del terreno y disponibilidad de mano de obra, el sistema podrá tener desde el 8% al 66% de los ramales y aspersores correspondientes a la totalidad de la superficie de riego, incluyendo en este número las alas que operarán en cada postura y una cantidad igual de alas no funcionales, con el objeto de asegurar la continuidad del riego mientras estas últimas son trasladadas a la siguiente postura. Las alas regadoras son tuberías de aluminio de 6 m de largo y 2’’ de diámetro, unidas en longitudes de hasta 150 m. Los aspersores son instalados cada 12 m y a 75 cm del suelo, utilizando un soporte y estabilizador para evitar el balanceo. Utilizan aspersores de impacto VYR 36, con boquillas de 4,4 mm de diámetro, para un riego medio de 8,5 mm/ hora a una presión de trabajo de 4 a 4,5 bares. El sistema de alas móviles puede estar diseñado para operar desde 1 hasta 8 alas regadoras (es decir, debe contar con un mínimo de 2 y un máximo de 16 ramales, incluyendo aquellos ‘no funcionales’), cada una de las cuales puede tener hasta 12 aspersores. Por tanto y acorde a la capacidad del sistema, la extensión del riego en cada postura puede ir desde 0,22 hasta 1,73 hectáreas, utilizando hasta 96 aspersores.

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