maquinaria S embradora de precisión Control de

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maquinaria Sembradora de precisión Control de profundidad y compactación Equipo fertilizador Regulación de la sembradora Regulaciones en terreno Cómo sembrar Mantenimiento de la sembradora de precisión Abonadora Fertilización al voleo Anchura de trabajo y uniformidad de aplicación Velocidad de trabajo Caudal de la abonadora Cuidados generales Pulverizador Boquilla abanico Regulador de la presión de trabajo Condiciones del equipo antes de la calibración Calibración del pulverizador Pulverización Lavado del pulverizador


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maquinaria

maquinaria L

Sembradora de precisión

a siembra debe ser realizada con gran precisión. La alta calidad de esta labor, sumada a una correcta preparación del suelo y la aplicación oportuna de riego tecnificado, asegura una nascencia pareja, lo que permite alcanzar la densidad ideal de 120 mil plantas por hectárea y llegar a cosecha con raíces homogéneas en tamaño y polarización. Las máquinas utilizadas, desde las que trabajan en seis hileras hasta los modernos modelos de doce hileras, son sembradoras monograno, compuestas por cuerpos independientes, que deben operar a una velocidad máxima de 5 km/h, depositando las semillas uniformemente a una profundidad de 1,5 cm y a una distancia de 15 cm en líneas de siembra con 50 cm de separación. En las variedades tolerantes a rizoctonia, la distancia entre las semillas es de 13,2 cm.

Control de profundidad y compactación El principal responsable de la precisión de la siembra es el dosificador de la sembradora, que consiste básicamente en un disco plano con 30 o 36 orificios de 2 a 2,1 mm de diámetro, al cual las semillas se adhieren mediante un sistema de succión de aire. El disco gira y, cada vez que un orificio con una semilla pasa por determinado punto carente de succión, la semilla cae. La profundidad de siembra está determinada por la posición relativa de la reja respecto de las ruedas de la sembradora. Debe ser fijada, de manera de asegurar que su ubicación no se modifique durante la faena.

El control de la profundidad de siembra está a cargo de las ruedas laterales, ubicadas a la misma altura del dosificador de semilla. La regulación se efectúa en un solo punto del equipo, permitiendo que éste se desplace en forma pareja tanto en terrenos planos como en zonas desniveladas. De esta forma, la operación de la reja permanece inalterada y se consigue una profundidad de siembra exacta. El resultado de la siembra es óptimo si se ha realizado preabonadura en el suelo. En cambio, si el fertilizante es aplicado en la misma faena de siembra, la cama de semilla es dañada por el profundizador de fertilizante.

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La compactación se consigue con otros dos elementos. La rueda compactadora intermedia,

hecha de aluminio, con banda inoxidable y quitabarro, produce una compresión entre la semilla y el suelo similar a la que se consigue en forma manual. Al aumentar el contacto semilla–suelo se favorece una germinación rápida y uniforme y, por tanto, una nascencia homogénea. El uso de esta rueda es recomendado para todo tipo de suelos. La presión puede ser ajustada en distintas intensidades, según las posiciones indicadas por el fabricante. En una cama de semillas de buena calidad se debe preferir una presión alta. En suelos muy sueltos es conveniente reducir la presión y ajustar (aumentar o disminuir, según el caso) la profundidad de siembra. La rueda intermedia consigue un efecto compactador similar a la presión de una mano en la siembra.

94 Las ruedas compactadoras traseras dispuestas en forma de V tapan y compactan lateralmente

la semilla, aportando importantes ventajas al resultado final de la siembra: • La tierra sobre la semilla queda suelta, es decir, no se produce sello del suelo, con lo que se evita el riesgo de encostramiento. • No se altera la profundidad de la siembra. • Mejora el contacto tierra–semilla, lo que acelera la germinación. La segunda alternativa de ruedas compactadoras traseras disponible en Chile son las “Famflex”, ruedas de gomas flexibles que cumplen la función de compactar el suelo operando en conjunto con otros dos elementos que tapan las semillas. Su principal inconveniente es que, si el suelo presenta ciertos desniveles, la profundidad de siembra será variable y, en consecuencia, la nascencia no tendrá la uniformidad deseada.

Equipo fertilizador Exclusivamente en aquellos suelos trumaos (fijadores de fósforo) en que las condiciones técnicas y agronómicas no permiten aplicar la mezcla de

Las ruedas compactadoras traseras en forma de V evitan el encostramiento y no alteran la profundidad de la siembra. fertilizantes Iansafert al voleo en preabonadura (según se detalla en capítulo Fertilización), se debe localizar el fertilizante en la misma faena de siembra, lo que exige el uso de profundizadores que, inevitablemente, alteran la cama de semilla. El equipo fertilizador se compone de una o varias tolvas ubicadas encima de las unidades sembradoras, las que contienen la mezcla de fertilizantes granulados. La aplicación es ajustada a través de dosificadores, debiendo el fertilizante quedar localizado a 5 cm de la semilla y 10 cm de profundidad. Previa evaluación y recomendación del técnico de Iansagro, en casos específicos de suelos con muy bajo contenido de fósforo y alta presencia de aluminio extractable, es posible distribuir el fertilizante en la línea de siembra, con la finalidad de adelantar su disponibilidad para la futura planta. El perjuicio que el profundizador de fertilizante causa en la cama de semilla puede ser neutralizado parcialmente si se agrega un taco de goma flexible que borra el surco del profundizador. Este dispositivo es fabricado artesanalmente, por lo que su calidad tiene que ser visada por el técnico de Iansagro. En el caso de las aplicaciones de Superfosfato Triple, el fertilizante es depositado en el suelo junto con la semilla e incorporado con los elementos tapadores de semilla, de manera que no causa trastornos en la cama de siembra.


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1. Ruedas laterales, ubicadas a la altura del dosificador de semilla, aseguran una profundidad de siembra pareja. 2. Ruedas compactadoras intermedias, mejoran el contacto tierra/semilla, favoreciendo la germinación. 3. Ruedas compactadoras traseras en V, tapan y compactan lateralmente la semilla.

La sembradora debe tener dosificadores específicos para remolacha con expulsor de semilla.

Regulación de la sembradora Antes de iniciar la siembra, es indispensable asegurar que cada una de las piezas de la máquina esté en condiciones adecuadas para desarrollar una faena de real precisión. Esto incluye las siguientes tareas: • Comprobar que exista una separación uniforme de 50 cm entre las unidades sembradoras y que ellas no presenten movimientos laterales. • Revisar las rejas, particularmente el ángulo de ataque. Si no están en buenas condiciones, es recomendable cambiarlas (y no calzarlas), para evitar problemas en la distribución de la semilla y la profundidad en la línea de siembra. • Asegurar que la rueda intermedia y las ruedas compactadoras traseras no tengan oscilación y que el raspador (encargado de quitar la tierra de la rueda, para no entorpecer la correcta caída de la semilla en la línea de siembra) esté en buen estado. • Los neumáticos de las ruedas responsables de la transmisión deben tener una presión de 35 libras. Las ruedas demasiado infladas pueden provocar patinajes y las ruedas insuficientemente infladas afectan la transmisión al dosificador, perjudicando, en ambos casos, la posición de la semilla en el suelo. • Las cadenas de transmisión deben estar limpias y secas. No es conveniente aceitarlas o engrasarlas, ya que el polvo de la siembra causa un efecto abrasivo que disminuye su vida útil. • Los discos sembradores (los elementos más importantes de la distribución-), deben estar planos y no tener un desgaste de más de 1 mm. Se recomienda cambiar todos los años las juntas de roce de los discos, para asegurar la correcta succión en la cámara de distribución. • Hacer andar la máquina y asegurar que el

El control de profundidad mediante ruedas laterales logra una siembra uniforme en zonas planas y en desniveles.

ruido de la turbina sea normal. Los tubos de aspiración de aire no deben tener perforaciones que afecten la succión.

Regulaciones en terreno En el potrero donde se realizará la siembra es necesario hacer las siguientes regulaciones: • Marcadores. Para iniciar la siembra hay que ajustar los marcadores de “pega”, esto es, de las hileras contiguas de siembra entre pasadas de la máquina, con la finalidad de conservar una distancia uniforme de 50 cm entre las hileras, entre una y otra pasada de la máquina. • La trocha del tractor debe ser de 2 metros y las ruedas deben ser angostas, idealmente de 13,6 pulgadas de ancho, de manera de no pisar la línea de siembra. Las ruedas de alta flotación también son una alternativa aceptada, dado su bajo efecto compactador de la cama de siembra. • Revisión de dosificadores de mezclas de fertilizante Iansafert y de Superfosfato Triple. En cada bajada de fertilizante se deben colocar bolsas plásticas y luego, avanzar cierta distancia con el equipo en operación. Se pesa cada bolsa y se establece el promedio de peso de las bajadas. Si éste es distinto de la dosis (kilos por hectárea) recomendada, se deben hacer los ajustes necesarios. Ejemplo Volumen promedio de fertilizante que se debe obtener en 20 metros de siembra según dosis indicadas: Producto Dosis kg/ha

Superfosfato Triple Iansafert Iansafert

150 900 450

Peso promedio de bolsas en 20 m kg

0,15 0,9 0,45

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• Prueba de distancia entre semillas y profundidad de siembra. Se siembra un tramo de mínimo 10 metros, se revisa la profundidad y se destapa la semilla para observar su distribución en la línea de siembra, contando cierto número de semillas, para calcular el número de unidades por hectárea que arroja el equipo. La distancia entre semillas debe ser de 15 cm y su profundidad, de 1,5 cm. Ejemplo Se cuentan 11 semillas en la línea de siembra, las que cubren una distancia de 1,5 m. Entre ellas hay 10 espacios, por tanto, la separación entre semillas es de 15 cm. Con este dato, se calcula el total de unidades por hectárea: (100 / 0,15) x 200 = 133.000 semillas/ha, esto es, 1,3 unidades internacionales por hectárea. Claves al momento de sembrar

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• La sembradora debe estar bien aplomada en el tractor, para que los cuerpos de siembra trabajen en la debida posición horizontal. Esto se consigue regulando el tercer punto del tractor. • La velocidad de siembra no debe sobrepasar los 5 km/h. • Las semillas deben tener entre sí una distancia de 15 cm y estar a una profundidad uniforme no superior a 1,5 cm. • En las pegas (hileras contiguas de siembra entre pasadas de la máquina) se debe conservar la misma separación de 50 cm que existe entre las hileras.

Cómo sembrar Acorde a los requerimientos de la cosecha mecanizada y, especialmente, de las cosechadoras autopropulsadas de 6 hileras, es necesario

confeccionar en el potrero cabeceras de dimensiones adecuadas, esto es, al menos del mismo ancho de la barra del pulverizador o –idealmente– el doble de ésta.

Dos alternativas para confeccionar las cabeceras 1. Marcación previa de la cabecera. Cualquiera sea la forma del potrero, se marca, desde el cerco, una distancia igual a la anchura del pulverizador o un múltiplo de ésta. Es decir, si el pulverizador tiene 12 metros, se marcará un espacio de 12 o 24 metros con pequeñas estacas. Esta es la cabecera. La siembra se inicia en el área interior del potrero. Terminada esa zona, se da el último afinamiento a la cabecera y se siembra esta última, desde el borde exterior hacia el interior, siguiendo la forma del cerco. Si la sembradora es de 6 hileras, cubrirá un ancho de 3 m en cada pasada, completándose la siembra de la cabecera en 4 u 8 pasadas, según tenga ella 12 o 24 m de ancho. 2. Cabecera de 12 metros sin marcación previa. Primero se siembra un ancho de 6 m a lo largo del perímetro del potrero. Es decir, si la máquina es de 6 hileras, deberá hacer dos pasadas para completar ese ancho. Luego se siembra el área interior del potrero. Cada pasada llega hasta el punto en que la rueda delantera del tractor topa con la última hilera ya sembrada del perímetro, generándose un espacio de 6 m (largo del tractor con la sembradora) que queda sin sembrar. Finalizada la siembra de la zona interior del potrero, se termina la siembra de la cabecera, en aquel ancho de 6 m que estaba pendiente. De esta forma, se evita la necesidad de marcar anticipadamente el límite de la cabecera con estacas.

La confección de cabeceras permite lograr aplicaciones uniformes en la totalidad de la superficie en las posteriores pulverizaciones del cultivo, dado que las faenas se inician en el interior del potrero y se finalizan en el área perimetral, evitando que los equipos toquen los cercos.


maquinaria Confección de cabecera con marcación previa

1º Marcación con estacas para delimitar la cabecera (distancia desde el cerco igual o múltiplo del ancho del pulverizador. En este ejemplo, se considera un pulverizador de 12 m de ancho y una cabecera del doble de esa medida, esto es, de 24 m). 2º Siembra del área interior del potrero. 3º Último afinamiento de la cabecera y siembra.

Confección de cabecera de 12m sin marcación previa

1º Siembra de un ancho de 6m siguiendo la forma del cerco. 2º Siembra del área interior del potrero. 3º Siembra de los siguientes 6m de la cabecera.

Beneficios de la confección de cabeceras La existencia de cabeceras determina que las aplicaciones se hagan primero en el interior del potrero y se finalice en el área perimetral, lográndose dosis uniformes en la totalidad de la superficie. En los equipos pulverizadores que tienen barras manuales (no hidráulicas), se evita que éstas toquen el cerco y la consecuente necesidad de que el operario se detenga a cerrar y abrir las barras al llegar al extremo del potrero, ya que se trabaja a una distancia mínima de 12 metros del cerco, con lo que se consigue una pulverización más eficiente.

Mantenimiento de la sembradora de precisión Inmediatamente terminada la siembra se debe hacer el mantenimiento de la sembradora, con la finalidad de cuidar su vida útil y facilitar las regulaciones que se deberán hacer en el siguiente inicio de temporada. • Cada parte de la máquina debe ser limpiada minuciosamente y sopleteada con aire. • Las cadenas de transmisión deben ser sacadas y sumergidas durante varios días en petróleo para limpiarlas y evitar la oxidación. Antes de volver a montarlas, deben estar completamente secas. • La correa de la turbina debe ser desmontada, para evitar que se deforme. • Finalmente, la máquina debe ser guardada bajo techo.

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Abonadora Como norma general, el fertilizante debe ser aplicado al voleo con una abonadora o trompo. En casos excepcionales, cuando las condiciones del suelo impiden este tipo de aplicación, es necesario hacer este trabajo en forma localizada con la sembradora (ver “Sembradora de precisión”).

Fertilización al voleo

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Las abonadoras o trompos cuentan una unidad central que lanza el fertilizante en una anchura de esparcido mayor que la anchura de trabajo. Los dos tipos de unidad central usados en remolacha son el péndulo y los dos discos, prefiriéndose usualmente este último en explotaciones de tamaño mediano y grande, dado que ocupa tolvas de mayor capacidad y alcanza una mayor anchura de esparcido. Para lograr una distribución pareja del fertilizante y un ancho de trabajo adecuado, además de las regulaciones de la máquina recomendadas por el fabricante, se debe prestar atención a los siguientes factores: • Granulometría del fertilizante: debe ser de 2 a 5 mm. Granulometrías fuera de este rango pueden significar una distribución errática. • Inclinación de la unidad central (elemento de proyección) respecto al suelo: como norma, se debe seguir la recomendación del fabricante. En terreno también se observan buenos resultados cuando la parte trasera de la abonadora está un poco (4 a 6 cm ) más elevada que la parte delantera de la máquina. • Distancia entre el elemento de proyección y el suelo: se deben seguir las indicaciones

del fabricante. En las abonadoras de disco la distancia recomendada es generalmente de 75 cm, y en las pendulares, de 90 a 95 cm. Velocidad de giro de la toma de fuerza: los fabricantes recomiendan 540 revoluciones. Las modificaciones de velocidad en el giro afectan en forma considerable la distribución del fertilizante. Inclinación lateral de la abonadora: al montar la abonadora en el tractor, los brazos hidraúlicos deben estar completamente nivelados en relación al suelo. De lo contrario, la abonadora distribuirá distintas cantidades de fertilizante en los dos lados. Diseño de la máquina: punto de caída del fertilizante en el disco, posición de las paletas en los discos, anilla de distribución de las unidades pendulares. Viento: ojalá ausencia, puesto que el viento intenso altera la dirección de salida del fertilizante.


maquinaria • Velocidad de avance: debe estar en el rango de 6 a 8 km/h. En general, la velocidad es menor cuando la aplicación es en cobertera, y mayor en aplicaciones de preabonadura. Sin embargo, son finalmente las condiciones imperantes, principalmente el estado del terreno, las que determinan la velocidad conveniente, esto es, aquella que no perjudique la distribución del fertilizante. La velocidad está estrechamente asociada con la combinación de cambios del tractor y las revoluciones aconsejadas por el fabricante, habitualmente de 540 rpm en la toma de fuerza. • Calibración de la abonadora: antes de iniciar una aplicación y cada vez que las condiciones de trabajo se modifiquen, es imprescindible calibrar la máquina, con la finalidad de asegurar que se aplicará la dosis correcta y que la distribución del fertilizante en el potrero será uniforme.

Anchura de trabajo y uniformidad de aplicación La anchura de trabajo es determinada mediante una calibración directa, para la que se utilizan fichas de calibración, cajas de cartón de 50 x 50 cm, probetas graduadas, romana y maxisaco o lona recepcionadora de fertilizante.

Determinación de anchura de trabajo con irregularidad mínima 1. En un terreno plano, se ordenan las cajas a lo largo de una línea que cubra el ancho de esparcido (sentido perpendicular al avance de la abonadora), dejando libre solamente el espacio necesario para el paso del tractor. 2. Se hace funcionar la abonadora tal como operará posteriormente en terreno: con el mismo tipo de fertilizante que se usará y ubicando los elementos de proyección a la altura recomendada por el fabricante (cuidando adecuarla según la altura de las cajas). 3. La abonadora avanza esparciendo el fertilizante. Si la cantidad depositada en las cajas es insuficiente para permitir su posterior lectura en las probetas, el tractor podrá efectuar sucesivas pasadas, siempre en el mismo sentido. 4. El fertilizante de cada caja es vaciado en una probeta y se mide la cantidad depositada. Estos valores son aplicados en la fórmula de cálculo de ancho óptimo de operación con un coeficiente de irregularidad mínimo. La distribución del fertilizante en las probetas medidoras debe mostrar valores similares en el área

central de esparcido y una disminución progresiva hacia los extremos de la línea de pasada. Si el contenido de fertilizante en las probetas es muy disparejo, puede deberse a falta de homogeneidad en la granulometría del producto o, más probablemente, a problemas técnicos de la abonadora, la cual deberá ser reparada y vuelta a probar. El ancho de trabajo con coeficiente de irregularidad mínimo corresponde a las cajas cuyas probetas contienen desde la mayor cantidad de fertilizante hasta aquellas que contienen la mitad de ese máximo.

Medición del ancho de trabajo h

h/2

h/2

Ancho de traba jo

Ancho de e sparc ido (total de cajas) h = probeta con mayor volumen de fertilizante h/2 = probeta con la mitad del volumen máximo de fertilizante

Fórmula de cálculo del coeficiente de irregularidad, CI CI= ∑ | xi - x | x 100 ∑xi En que xi: contenido o medida de cada caja (probeta) x: contenido promedio de las probetas del ancho de trabajo ∑ | xi - x | : suma de las diferencias de cada caja con el promedio (siempre en valores positivos absolutos).

Coeficientes de irregularidad (CI) aceptados Insumo

Abonos nitrogenados Mezclas Iansafert

CI

< 10% < 20%

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Ejemplo de cálculo del ancho de trabajo con coeficiente de irregularidad mínimo 5

100

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2

2

7

0

3

2

2

2

0

1

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4

0

5

3

2

La primera línea muestra el contenido de fertilizante de cada probeta. El mayor volumen alcanza el valor de 24 (“h”, en el esquema) y la mitad de este máximo (“h/2”) es 12. La distancia entre las dos probetas con la mitad de contenido define el ancho de trabajo tentativo (cifras entre las líneas rojas), que en este caso corresponde a 16 cajas. Dado que cada una mide 50 cm de largo, dicho ancho es de 8 metros. Las restantes probetas muestran el ancho de esparcido. Este “excedente” de abonadura (3 cajas en cada extremo) corresponde al “traslape” arrojado en cada vuelta del tractor, por lo que debe ser sumado al contenido de las 3 probetas ubicadas en cada extremo del ancho de trabajo. Esta suma se muestra en las cifras en rojo, en la segunda línea de la tabla. Luego se calcula el coeficiente de irregularidad, acorde a la fórmula indicada. La suma de los contenidos de todas las probetas del ancho de trabajo (segunda línea de la tabla) es 381 (∑xi). Esta cifra, dividida por el número de cajas del ancho de trabajo (16) da como resultado un contenido promedio de 24 (x). Este promedio es comparado con el contenido de cada probeta, para luego sumar todas las diferencias, consideradas siempre en valores positivos absolutos. En este ejemplo, la diferencia entre cada probeta del ancho de trabajo y el valor promedio 24 está registrada en la tercera línea de la tabla. La suma de estas diferencias (∑ | xi - x |) es 37. Aplicando estos valores a la fórmula, se obtiene: 37

CI= x 100 = 9,7% 381 Este coeficiente de irregularidad está dentro del rango aceptado (inferior a 10% para nitrógenos e inferior a 20% para mezclas Iansafert).

Velocidad de trabajo La velocidad está asociada al cambio usado y las revoluciones en el motor del tractor para mantener 540 revoluciones en la toma de fuerza. Con esta finalidad, se marca una distancia determinada y se mide el tiempo de recorrido para luego aplicar estos valores a la fórmula de cálculo. Por ejemplo, si la

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distancia es de 100 m y el tiempo son 65 segundos, el resultado es: Velocidad (km/h) = Distancia (m) x 3,6 = 100 x 3,6 = 5,5 km/h Segundos (seg) 65

Caudal de la abonadora Establecidas la velocidad y la anchura de trabajo con un coeficiente de irregularidad (CI) mínimo, corresponde determinar el caudal necesario para aplicar la dosis de fertilizante requerida según el análisis del suelo. Aparte de realizar lo indicado en el manual de la máquina, es posible determinar dicho volumen mediante un procedimiento simple, denominado “fórmula del caudal”. Para estos efectos, el equipo debe estar en funcionamiento, y se recoge el fertilizante arrojado durante un minuto en el dispositivo receptor de la máquina o, si no cuenta con éste, en una lona o maxisaco previamente colocado alrededor del distribuidor de fertilizante. En las abonadoras de dos discos, el caudal debe ser controlado en cada una de las bajadas. Luego, se pesa el fertilizante. Si la cantidad no es la correcta, el dosificador debe ser ajustado y probado nuevamente. Caudal (kg/min) =

Dosis recomendada (kg/ha) x Ancho de trabajo (m) x Velocidad (km/h) 600 (valor fijo)

Si la recomendación es aplicar 300 kg/ha de fertilizante, la “fórmula del caudal” indica lo siguiente: 300 x 8 x 5,5 Caudal = = 22 kg/min 600 Expresado de otra manera: caudal (kg/min) 600 x 22 600 x Dosis real = = = 300 (kg/ha) Ancho de trabajo (m) x 8 x 5,5 velocidad (km/h) Por tanto, para que una abonadora con un ancho de trabajo de 8 metros distribuya 300 kilos de fertilizante por hectárea, deberá operar una velocidad de 5,5 km/h y arrojar un caudal de 22 kg/min.


maquinaria Cuidados generales Antes del inicio de las labores, se debe examinar el estado mecánico de la abonadora (tolva, eje cardán, paletas, discos, péndulo, etc.). Terminada la fertilización, la abonadora debe ser limpiada, de manera de evitar riesgos de corrosión y futuras fallas técnicas. Para evitar oxidaciones, el equipo debe permanecer seco, esto es, guardado bajo techo.

Medición de caudal de la abonadora con maxisaco. La tarea es más simple en los equipos modernos, provistos de un receptor de fertilizante, en los que basta con sacar el disco para hacer la medición.

Pulverizador La boquilla es la pieza clave del pulverizador. Al inicio de la temporada se deben poner unidades nuevas en el equipo y cada 150 hectáreas tratadas con las mismas boquillas es necesario revisar su caudal. Si se detecta un aumento de 10% o más sobre el volumen de aplicación preestablecido, las boquillas deben ser reemplazadas en su totalidad.

Boquilla abanico Dada su versatilidad y uniformidad de aplicación, la boquilla recomendada para tratamientos de herbicidas, insecticidas y fungicidas en remolacha es el modelo abanico de 110°. El filtro debe ser el apropiado al calibre de la boquilla, de manera de evitar obstrucciones y aplicaciones disparejas. La separación de malla (que se mide en “mesh”) debe ser menor que la dimensión más pequeña del orificio de salida de las boquillas.

Dado su amplio uso en aplicaciones de herbicidas, insecticidas y fungicidas, es importante revisar permanentemente la calibración de los pulverizadores y mantenerlos en óptimas condiciones.

Componentes del pulverizador

Filtro de llenado Retorno Distribuidor y manómetro Filtro de presión Filtro de succión

Agitación hidráulica

Bomba

Boquillas con filtro

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Para una correcta aplicación, las boquillas deben tener una separación de 50 cm en el portaboquillas (igual a la distancia entre las hileras en la siembra) y estar ubicadas a una altura de trabajo de 50 cm respecto al objetivo. Esto significa que, en las primeras aplicaciones (pre y postemergencia) se debe medir la distancia desde la punta de la boquilla hasta el suelo. Posteriormente, se debe medir hasta la altura promedio del follaje de las plantas. Boquillas y filtros Boquilla Código ISO mesh

ISO – 02 ISO – 03 ISO – 04

Filtro de presión mesh

Filtro de boquilla

100 80 50

100 50 50

Regulador de la presión de trabajo

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La regulación de la presión de trabajo es un factor muy importante en las pulverizaciones, ya que, para obtener un buen resultado, es indispensable tener control sobre aquellas ocasiones en que la velocidad de desplazamiento del tractor cambia. La grifería (conjunto de válvulas que controlan el paso del líquido desde la bomba hacia las boquillas) cuenta con dos elementos específicos que cumplen

En remolacha se recomienda usar la boquilla de abanico de 110°, que asegura una aplicación uniforme.

este propósito: • un dispositivo que regula la presión de trabajo y • un manómetro, que informa la presión. En pulverizadores montados en el tractor, el regulador de presión más utilizado es el sistema Caudal Proporcional al Motor, CPM. Una vez seleccionado el cambio de marcha, mantiene constante el volumen de aplicación, independientemente del régimen de funcionamiento del motor, pero no protege de errores de dosificación producidos por patinaje del tractor. Es un regulador de bajo costo y representa el estándar mínimo para conseguir una aplicación de precisión.

Boquillas modelo abanico plano de 110° y volumen de aplicación según presión y velocidad Color boquilla abanico

Tamaño Presión Caudal Volumen de aplicación boquilla bares litros por litros por hectárea código ISO minuto 5 km/h 6 km/h 7 km/h 8 km/h

9 km/h

Amarillo 110° - 02 Para aplicaciones de 100 l/ha (barbecho químico)

2 2,5 3 4 5

0,66 0,73 0,80 0,91 1,01

158 175 192 218 242

132 146 160 182 202

113 125 137 156 173

99 110 120 137 152

88 97 107 121 135

Azul 110° - 03 Para aplicaciones de 200 l/ha (herbicidas pre y post emergencia)

2 2,5 3 4 5

0,98 1,10 1,20 1,39 1,52

235 264 288 334 365

196 220 240 278 304

168 189 206 238 261

147 165 180 209 228

131 147 160 185 203

Rojo 110° - 04 2 1,31 314 262 225 197 175 Para aplicaciones 2,5 1,46 350 292 250 219 195 de 300 l/ha 3 1,60 384 320 274 240 213 (insecticidas, 4 1,85 444 370 317 278 247 fungicidas) 5 2,00 480 400 343 300 267 NOTA: Una vez sembrada la remolacha, la velocidad de operación en las pulverizaciones no debe exceder los 6 km/h. Velocidades superiores sólo están permitidas en las faenas previas, como el barbecho químico y la aplicación de herbicidas en presiembra.


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En la pulverización, la presión de las boquillas debe estar fija en el rango de 2 a 3 bares y la velocidad de operación, una vez hecha la siembra, no debe ser superior a 6 km/h.

Los pulverizadores autopropulsados operan con el sistema Caudal Proporcional al Avance, CPA, que asegura una aplicación uniforme independientemente de las variaciones en la velocidad y patinajes del tractor. Esto se consigue con una bomba de pistones de carrera variable accionada por la rueda del pulverizador, o –una modalidad más económica– con sistemas de regulación electrónica, igualmente precisos. El manómetro, que forma parte del distribuidor, tiene la finalidad de leer la presión de las boquillas, por lo cual debe estar ubicado en una posición visible para el tractorista. En las siembras de remolacha, la presión de las boquillas debe estar fija en el rango de 2 a 3 bares. Para lograr una medición exacta, es conveniente que la escala del manómetro tenga un máximo de 16 bares.

Condiciones del equipo antes de la calibración 1. El pulverizador debe estar limpio (sin residuos de aplicaciones anteriores). 2. El manómetro debe estar en buenas condiciones, de manera de obtener resultados confiables. 3. Boquillas y filtros deben ser todos iguales y nuevos, si se trata de la primera aplicación de la temporada. Inmediatamente después de cada uso deben ser desmontados y lavados. 4. Avanzada la temporada, es conveniente revisar la condición en que se encuentran las boquillas y, si es necesario, renovarlas. 5. Se debe hacer funcionar el equipo y asegurar que no haya fugas del distribuidor, mangueras en mal estado u otros desperfectos. 6. La barra portaboquillas debe estar en posición horizontal respecto al suelo, de manera de conseguir una distancia uniforme de 50 cm hasta, el objetivo.

Calibración del pulverizador 1. Determinar la velocidad del tractor, considerando el cambio y las revoluciones necesarias en el motor para lograr 540 revoluciones en la toma de fuerza. 2. Con el manómetro, ajustar la presión deseada en cada sección del distribuidor. 3. Medir el caudal de las boquillas (alrededor del 15% de ellas, en diferentes partes de la barra), usando agua limpia y recogiendo el líquido pulverizado durante un minuto en un jarro graduado. Si es necesario, corregir. Pedir foto tomada por e siqués 4. Calcular el caudal o volumen real de aplicación por hectárea, acorde a la siguiente fórmula: Volumen de 600 x Caudal de boquilla (l/min) aplicación o = Distancia entre boquillas (m) dosis (l/ha) x Velocidad (km/h) 5. Ajustar la altura de las boquillas a 50 cm respecto del objetivo, de manera que se produzca suficiente traslape en la aplicación.

La barra portaboquillas del pulverizador debe estar ubicada a 50 cm del “objetivo” (suelo o follaje). En la prueba de calibración que se observa en la imagen, se advierten las consecuencias de una altura incorrecta en la distribución del agroquímico.

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Terminada la fumigaci贸n, es vital lavar con agua limpia cada boquilla con sus filtros, al igual que todos los componentes y circuitos del pulverizador, de manera de guardar el equipo completamente limpio y listo para la siguiente aplicaci贸n.


maquinaria Pulverización El agroquímico a aplicar debe ser diluido en agua en la proporción indicada por el fabricante y, antes de desechar los envases, éstos deben ser sometidos a un lavado triple. Durante la aplicación del agroquímico, es indispensable que el producto esté en agitación permanente, para lo cual es necesario que ella se produzca antes de la entrada al distribuidor. Agitaciones hidráulicas provenientes de algún retorno no son aceptables, ya que significan riesgo de taponamiento de las boquillas debido a la precipitación de caldos. En caso de obstrucción de las boquillas, deben ser limpiadas con agua clara, nunca con alambres. La velocidad de operación recomendada es de 6 a 8 km/h, debiéndose, a partir de la fecha de siembra, optar por la velocidad menor. Para disminuir los efectos de deriva, el viento al momento de la aplicación no debe exceder los 10 km/h y la presión no debe, en ningún caso, ser superior a los 5 bares.

Ejemplo Para efectos de este ejemplo, se considera un caudal de 1,1 litros por minuto en cada boquilla, una separación entre boquillas de 50 cm (0,5 metros) y una velocidad de desplazamiento del tractor de 5,5 km/h. Por tanto, Volumen de 600 x 1,1 aplicación = = 240 I/ha 0,5 x 5,5 Para determinar si el caudal de las boquillas es adecuado para lograr un determinado mojamiento por hectárea, basta con invertir la fórmula: Distancia entre boquillas (m) Caudal de x Dosis (l/ha) x Velocidad (km/h) boquillas = 600

En la primera pulverización, se debe poner especial atención a la huella de pasada por el potrero, ya que ésta será la huella única por la cual deberá transitar siempre el tractor. Si la huella no es la correcta, habrá zonas con dosis insuficiente (o sin aplicación) o áreas con sobredosis, que Recomendación de caudal y presión en pulverizaciones incluso pueden provocar la muerte de las plantas. Aplicación Caudal o volumen Presión de aplicación Para programar las l/ha bares pasadas del tractor, se debe Herbicida en barbecho químico 100 2–3 tener presente que éste deberá transitar entre las Herbicida en preemergencia 150 – 200 2–3 hileras centrales del área a Herbicida en postemergencia 200 2–3 pulverizar, según se muestra Insecticida 150 – 300 2–3 en el siguiente esquema, en Fungicida 300 2–3 el que se considera una barra de 12 boquillas:

Líneas de pasadas del tractor en una pulverización con 12 boquillas 1a. pasada: Pulverización de 12 hileras Ancho de mojamiento: 6m

El tractor avanza sobre las 4 hileras centrales

2a. pasada: siguientes 12 hileras

Número de hileras entre pasadas del tractor = número de boquillas menos 4

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Lavado del pulverizador Finalizada la aplicación del agroquímico, es indispensable lavar minuciosamente cada componente del equipo pulverizador, de manera de evitar quemaduras y pérdidas de remolacha debidas al contacto con agroquímicos de otras siembras o destinados a finalidades distintas de la nueva aplicación. Esta obligación es aun más apremiante cuando el equipo no es de uso exclusivo para remolacha, condición en la que el riesgo de contaminación de la siembra es mayor. Para el lavado se puede usar soda cáustica o –la recomendación de Afipa– un detergente alcalino (prácticamente cualquier detergente de ropa). La primera norma es diluir el remanente de caldo que quede en el estanque en 10 partes de agua y eliminar la nueva solución en un terreno

eriazo, lejos de cursos de agua naturales. En el caso de la soda cáustica –que tiene el inconveniente de ser corrosiva y contaminante– debe ser usada en

una proporción de 1 a 2%, esto es, 1 a 2 kilos en 100 litros de agua. Cualquiera sea el medio elegido para el lavado, el pulverizador debe estar en funcionamiento, de manera que el agua fluya por todo el equipo. Después de eliminado el remanente de caldo diluido, se debe llenar dos veces más el estanque con el mismo volumen anterior de agua limpia

(tres veces si se ha usado soda cáustica) y vaciar, siempre manteniendo el equipo en operación. El último paso es desmontar y limpiar meticulosamente cada filtro y boquilla. El operario encargado de la limpieza del pulverizador debe usar ropa de seguridad y, una vez terminado el proceso, lavarse todo el cuerpo. El programa de mecanización del cultivo de remolacha de Iansagro incluye visitas de los técnicos a los predios de los agricultores para revisar las condiciones mecánicas de los equipos y, posteriormente, calibrarlos.

106 Terminada la fumigación, es vital lavar con agua limpia cada boquilla con sus filtros (foto izquierda), al igual que todos los componentes y circuitos del pulverizador (foto derecha), de manera de guardar el equipo completamente limpio, listo para la siguiente aplicación.

Existen productos químicos con envases similares, por lo que se debe poner especial cuidado de no confundirlos.

Para la limpieza del pulverizador, el operario debe usar ropa de seguridad y, una vez terminado el proceso, lavarse todo el cuerpo.


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