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Municipio de Quito
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Edición Especial Mayo 2022 Tiraje total: 30.000 ejemplares
Batalla de Pichincha:
El sello de la libertad
Pág 13
Entrega Digital
La historia y el origen del agua en Quito Pág 4 y 5
Cabalgata del Ejército Patriota al Pichincha Pág 8 y 9
Esto comían nuestros héroes en 1822 Pág 10
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Viva el Bicentenario y reviva la historia con arte
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iversas actividades para conmemorar los 200 años de la Batalla de Pichincha se programaron por el Municipio de Quito, sus dependencias y otras entidades, para celebrar la gesta libertaria. Esta es la agenda del 24 de mayo:
El Bicentenario se toma la ciudad Es una imponente puesta escénica montada en Quito, para que juntos disfrutemos de las diferentes actividades artísticas organizadas por la Secretaría de Cultura desplegada en el norte, centro y sur de la ciudad.
Wayra Rebelde El Pregón por las calles de Quitumbe, con la participación de: Los Perros Callejeros, 3vol (EC), banda ecuatoriana de rock fusión. MUNN (EC). Una de las agrupaciones más innovadoras, su sonoridad vocal, sus letras reflexivas y versatilidad. Muaré Show Experience, agrupación española - argentina capaz de lograr una sinergia entre el teatro aéreo y un concierto de rock. La cita es en la Plaza Cívica Quitumbe a las 18:00.
EDITORIAL Quito conmemora el Bicentenario de la Batalla de Pichincha, gesta histórica que sembró las bases del nacimiento de la actual República del Ecuador, en la que quiteños y ciudadanos de varias poblaciones del país, Sudamérica y Europa lucharon por la libertad. El triunfo del 24 de Mayo de 1822 constituye un ejemplo de lucha e integración solidaria para la liberación definitiva de la región. Es preciso rescatar y resaltar el protagonismo de pobladores de diversos sectores que hoy son parte del Distrito Metropolitano de Quito: Los Chillos estuvo presente con el apoyo de guías, correos y provisiones de las haciendas; en Yaruquí se organizaron guerrillas para impedir a los españoles la obtención de víveres. El Quinche, Puembo y Guayllabamba constituyeron puntos estratégicos para bloquear el ingreso de tropas realistas provenientes del norte. Perucho envió alimentos para los soldados. Camino a Quito, el ejército atravesó Chillo Jijón, Santa Isabel, Miranda, Puengasí, para arribar a Turubamba y Chillogallo. Desde aquí, la ruta que siguió el ejército, siempre guiados por moradores locales, discurrió por chaquiñanes que hoy corresponden a los barrios de: San Luis de Lloa, Reino de Quito, La Raya, La Magdalena Alta, La Libertad, sitio en el que se dio el enfrentamiento. En La Recoleta de El Tejar se enarboló la bandera tricolor después del triunfo; La Chilena recibió a una parte de las tropas victoriosas. El 25 de mayo, en El Panecillo los españoles rindieron sus armas y la ciudad abrió sus brazos a Sucre y su ejército. El Municipio de Quito rinde homenaje a este hecho histórico, parte de nuestra identidad, con una serie de obras de diferente índole que se ejecutarán en todo el 2022, el Año del Bicentenario de La Batalla de Pichincha. La llama libertaria sigue encendida. Santiago Guarderas Izquierdo Alcalde de Quito
Independencia desde la diversidad: Las calles de Carapungo recibirán al pregón de la Asociación de artistas de Calderón. Además, participarán: Impacto Negro, Las nuevas voces de los abuelos y desde Colombia Herencia de Timbiquí. El Parque Lineal Carapungo les espera a las 18:00.
América bicentenaria Música con la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador (OSNE), grandes artistas nacionales como: Paulina Tamayo, Mariela Condo, John Peter, Sergio Sacoto. La presencia internacional estará representada por: Erika Ender (Panamá), Carlos Baute (Venezuela), Santiago Cruz (Colombia). La Carolina, Cruz del Papa, a las 19:00.
El ‘Bicentenario se toma la ciudad’ es un proyecto que abarca y conjuga el arte, la historia y rebeldía de nuestra ciudad. Con estas actividades el Municipio de Quito busca traer a la memoria colectiva, nuestra lucha por la libertad
El Quiteño, Medio de comunicación creado mediante Ordenanza Metropolitana número: 0459 del 14 de noviembre de 2013 Alcalde del Distrito Metropolitano de Quito: Santiago Guarderas Izquierdo. Secretaria de Comunicación: Doris Olmos P. Director de Medios: Marcos Villamar Editores: Fabián Loza N. Patricio Negrete R. Redacción: Sistema Integrado de Comunicación del Municipio Fotografía: Mateo Armas, Fernando Lagla, Jorge López, Camilo Cevallos, Archivo EL COMERCIO Prensa, Impresión y Circulación: Grupo EL COMERCIO Dirección: Venezuela entre Chile y Espejo, 3er. Piso.
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Los secretos de Catahuango Por: Michael Vargas Palomeque, El Quiteño
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atahuango es una palabra quichua que viene de dos vocablos: “cata” cobertor o refugio y “huango” trenza. Bautizar con ese nombre a la hacienda, tal vez se deba entonces a lo largo de su extensión, en forma de una trenza. Su nombre original fue Santa Bárbara de Catahuango.
En 1822, Manuela y Simón Bolívar, el Libertador, se asociaron para explotar la hacienda de Catahuango. Aquí, el espacio de los aposentos de Manuela fue de modesta decoración. Su belleza radica en los paisajes que se divisan desde los mismos. El Libertador y Manuelita se enamoraron, perdidamente, desde el primer encuentro manteniendo una relación de aproximadamente ocho años. Fue la hacienda, ubicada en Amaguaña, el lugar a donde “huían” por temporadas a vivir su amor y quién sabe, a fraguar las ideas libertarias. Existen más de 10 mil cartas auténticas y registradas escritas por Simón Bolívar, donde los expertos notaron algo que llama la atención: Cuando el Libertador se encontraba en Quito, la correspondencia tenia días libres, es decir, sábados y domingos sin cartas, supuso que la pareja permanecia en Catahuango viviendo la intensidad de un amor prohibido para los cánones sociales de la época, advierten los expertos. Años después, el presidente Rocafuerte desterró a Manuelita a Paita, Perú. La calamitosa situación económica, la obligó a vender la hacienda a una señora de apellido Gangotena de Salvador; quedando luego en manos de los herederos de Salvador, por cerca de 100 años. Matilde Álvarez Gangotena de Farnández Salvador, consta en los registros como la última propietaria, antes de ser cedida para la Curia Metropolitana de Quito, para que en el 2010, sea administrada por el Fondo de Salvamento.
Se conoce que aproximadamente por 1826, Manuela Sáenz ya se consideraba dueña de esta hacienda.
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Los proyectos de agua de Quito
De las piletas coloniales a las grandes potabilizadoras
Dato Población -En 1720, Quito tenía 25 mil habitantes -En 1858 había alrededor de 27 900 -En 1922, 80 702 personas -En 2022, Quito tiene 3 millones Fuente: (www.ecuadorencifras.gob.ec)
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Por: Marcelo Merino, El Quiteño
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odos dirían que el agua es la gota que derramó el vaso; otros, aquella que rompió las rocas, estiró estalactitas y no se detuvo en el tiempo. El agua pulveriza los ecos, llama desde lejos, agujerea la piel. Filtra el alma, diseña formas en los pisos y paredes, deforma las quebradas del Pichincha, a puro empujones y enojos, rompe las barreras. Destruye relieves y transforma la geografía. Justamente para dominar aquellos caudales hídricos, con el transcurso del tiempo, los quiteños hicieron construcciones monumentales para proporcionar el líquido vital a La Carita de Dios y pasar de las piletas a los grifos en los domicilios. 200 años han transcurrido desde la obtención de la libertad hasta conseguir el desarrollo y calidad de vida de sus 3 millones habitantes, en la dotación de servicios básicos. En la Colonia se ocupaba el río Machángara para la limpieza, un baño refrescante y uso doméstico, luego el agua llegaba por medio de ductos de piedra a las piletas de San Francisco y la Plaza Grande, desde las faldas del Pichincha. El líquido vital era distribuido por los aguateros en pondos o vasijas de barro a todo el Centro Histórico. Estos personajes, de origen indígena, obtenían así algunas monedas, sin horarios ni excusas. Eran considerados uno de los trabajos más importantes de la época. En 1877 se construyeron los primeros encauzamientos provenientes del Atacazo y La Chorrera, en la parte alta del sector de San Juan. En 1957 se inaugura la primera planta en El Placer. En la década del 50 se expande la ciudad desde el Centro Histórico. En ese entonces, el agua llegaba hasta el Colegio Mejía (norte) y la Villaflora (sur). En 1977 se edificó Puengasí, para canalizar el agua desde el río Pita, vertiente del Cotopaxi y cubrir la demanda hasta la avenida Naciones Unidas en el norte y la vía Morán Valverde, en el sur. En los años 90 se inaugura la planta de Papallacta en la provincia de Napo y la de Bellavista en el parque Guangüiltagua. Con ellas se duplicó la oferta del líquido vital para Quito hasta los extremos que se conocen actualmente. La última planta se construyó en la zona de Palugillo, ubicada en el oriente de Quito. Con el proyecto Chalpi Grande- Papallacta se cubrirá con el servicio de agua hasta el año 2040. De esta forma, con obras y servicios de calidad, Quito se apresta a recordar y celebrar la gesta heroica que marcó la independencia de todo el Ecuador, de mayo de 1822.
Plantas modernas
-23 plantas de tratamiento de agua existen en la actualidad -La cobertura supera el 99 % en todo el Distrito Metropolitano al servicio de casi 3 millones de habitantes -En el 2022 se producen 8 mil litros de agua potable por segundo -Generan, también, energía eléctrica en 30 MW -La mejor agua de la región, lo certifican: el INEN y entidades internacionales
El BID ratifica certificación Aquarating El 11 de mayo, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) otorgó el certificado por la renovación de AquaRating (sistema de evaluación de empresas de agua potable que incluye una auditoría) a la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento. La obtención de esta nueva certificación permite, entre otros aspectos, acceder a financiamiento externo de crédito, por ser la Epmaps un referente en la región.
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Abdón Calderón y la batalla de ‘Camino Real’:
Valiente nato, patriota sin par Por: Fabián Loza Noboa, El Quiteño
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revio a la batalla de Camino Real los coroneles patriotas Luis de Urdaneta y León de Febres Cordero leyeron la orden de operaciones de combate a los oficiales. De entre ellos la voz de uno se hizo notar: “Permiso mi comandante, solicito respetuosamente la vanguardia”. Era un muchacho, casi un niño, un subteniente; pero era tal su convicción que a Urdaneta no le quedó más que replicar, concedido. Las dudas de los coroneles no tardarían en ser despejadas por el subteniente Abdón Calderón, de tan solo 15 años de edad. El ejército patriota avanzaba desde Guayaquil, con Quito como objetivo y subieron hacia el noreste. Los realistas recibieron información de que un ejército proveniente de la Provincia Libre de Guayaquil se aproximaba a la población de Bilován, al sur de Guaranda y montaron un dispositivo de emboscada. No obstante, los independentistas obtuvieron resultados de sus espías y sorprendieron a los realistas en el sector de Camino Real. El 9 de noviembre de 1820, al despuntar el alba, León de Febres Cordero señaló con su sable a las tropas españolas y ordenó atacar. Dicen los historiadores que antes de que el comandante se percatara, la vanguardia patriota se abrió paso entre las filas españolas. El joven oficial cuencano que las comandaba, Abdón Calderón, luchando con inspiración, lideró a su escuadra hasta abrir una brecha en la primera línea enemiga, lo que permitió dividir a la fuerza imperial y derrotarla. Al terminar la jornada, en el parte de victoria se podía ver a los coroneles Urdaneta y Febres Cordero posando sus manos sobre las charreteras del chico valiente. La tropa comentaba: “muchacho verraco”. La leyenda comenzaba a forjarse y Sucre leía en cada parte, sobre los logros del joven. En los campamentos del ejército independentista, el paso del subteniente Calderón era seguido por su tropa. Jamás ni un momento de melancolía. Todo el tiempo la moral en alto y la arenga permanente a sus filas. Los soldados sabían que él iría a la cabeza de los retos más fuertes. Los motivos del valiente, se dice, que están en el fusilamiento de su padre. Un patriota cubano que fue ajusticiado por los españoles después de los hechos del 09 de agosto de 1809, sin negar ni por un momento su pertenencia a la causa libertaria. Abdón Calderón nació en Cuenca el 30 de julio de 1804. Su padre fue el cubano Francisco Calderón y su madre la
Capitán Abdón Calderón Garaicoa guayaquileña Manuela Garaicoa. Se enlistó en el ejército patriota en 1820 y ascendió muy rápido, por valiente. Luchó en las batallas de Camino Real, Huachi 1 y 2, Tanizagua, Riobamba y Pichincha A pesar de quedar con múltiples heridas por los fragmentos de una bala de cañón en la loma de Chaquimaliana, en las laderas del Pichincha, abandonó el campo de
batalla contra su voluntad y murio el 7 de junio. Fue ascendido a capitán, por el mismo libertador Simón Bolívar. El gran escritor Manuel J. Calle resaltó la memoria del héroe, hasta la poesía, creando una leyenda idílica. La realidad está más cercana a un joven servidor de su patria hasta la muerte, guerrero hasta la poesía.
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Los niños del Ecuador en el tiempo Por: Pacto por la Niñez y Adolescencia
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ace tiempo, niños, niñas y adolescentes, defensores de sus derechos humanos, crearon una hermosa consigna: ‘construir un país del tamaño de sus sueños’. Un país de amor y ternura para ellos, de justicia, de no discriminación, de seguridad y de democracia. Ellos querían un país de dignidad e igualdad, en el que se respetara la Constitución y la ley; un país sin golpes, agresión sexual, sin hambre, sin trabajo infantil, con una buena educación y salud. El 1 de junio del 2022, con el Bicentenario de la Independencia como trasfondo, se convierte en un buen motivo para reflexionar sobre la vida de los niños y niños en la actualidad y ver si sus ilusiones se han cumplido, si el país ha hecho sus mejores esfuerzos para ofrecerles una buena vida. La vida de las actuales generaciones infantiles es mejor en varios aspectos con relación a la que tenían en el siglo XIX cuando se conquistó la Independencia. La historia de los niños ha sido poco estudiada y no conocemos de los inmensos dolores que atravesaron en su situación familiar y social, especialmente en el mundo indígena y afrodescendiente. Los vástagos de los indios y negros esclavos eran entregados para las labores domésticas de los ‘patrones’. Y en ese trabajo, estaban sujetos muchas veces a la agresión sexual y explotación. Gustavo Jácome (1912 – 2016), maestro y escritor, cuenta que cuando se casó recibió como ‘regalo’ de bodas un niño indígena de cinco años comprado por 50 sucres, destinado a ser su paje. Había cometido una injusticia terrible al aceptar como sirviente a un niño ‘siguiendo las costumbres de entonces’. Uno de los derechos fundamentales de la niñez es la
educación. En el Ecuador, desafortunadamente, no se ha dado la atención y recursos necesarios para aplicarlo. A comienzos de la República existía una Dirección General de Instrucción Pública y había ocho colegios (1 femenino) y 290 escuelas (30 femeninas) con un total de 13 000 estudiantes. Hoy el país cuenta con más de 15 000 unidades educativas, 4’500 000 estudiantes en educación básica y bachillerato y 200 000 maestros. Los datos sobre los niveles de matriculación actuales son muy positivos, pero siempre se ha cuestionado su calidad. El desarrollo de los Ministerios de Educación y Salud permitió que el Ecuador aplique sistemas de educación y salud públicos. Los sueños planteados por los niños y niñas están inconclusos y los desafíos que tenemos como país para hacerlos realidad son inmensos. Como lo dijeron hace varias décadas artistas e intelectuales latinoamericanos, ellos siguen esperando la llegada del amor.
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La comida 1822:
Conocimiento, recuerdos e identidad
Por: Alexandra Ortiz, El Quiteño
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abas, maíz, mellocos, papas y todos los alimentos andinos que ahora disfrutamos fueron las provisiones que, hace 200 años, devolvían el calor y la fuerza a los tres mil integrantes del ejército libertario que, con largas caminatas, cargando armas y pertrechos, atravesaron páramos y quebradas en su campaña por los Andes para cumplir el sueño de libertad. Esos mismos productos que nos sustentan ahora fueron parte de la ración alimenticia de los patriotas. También, arroz, pan, dulces, reses, cerdos, corderos, cuyes, pescado y, por necesidad, una ración de aguardiente para ‘aguantar’ el frío de la Sierra andina. Pero, se imagina ¿cómo en 1822 fue la logística para que estos productos lleguen hasta las zonas de guerra? ¿cómo se aprovisionaban estas tropas? ¿de dónde llegaban los productos? Fueron nuestros antecesores, hombres y mujeres de toda condición, inclusive miembros del clero que apoyaban la causa libertaria, quienes movilizaron alimentos que llegaban desde Perucho, Puéllaro, Lloa, los Valles, El Quinche y los alrededores de Quito, de haciendas y monasterios. La noche era propicia para las entregas. Estos saberes y sabores cobran vida en ‘Bicentenario a la carta’. 33 huecas y restaurantes de Quito presentan esta oferta gastronómica. Todos los martes, hasta diciembre, se degustarán platos nacidos de la investigación y la historia.
Te invitamos a visitar estos lugares, disfrutar sus platillos y descubrir porqué tu historia comienza en Quito https://visitquito.ec/bicentenario-a-la-carta/
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BICENTENARIO Por: Paola Torres, El Quiteño
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ientos de libertad se escuchaban en Quito, las voces de los caudillos, de la gente del pueblo, de las mujeres empezaban a corear en un solo grito ‘libertad’, era un sentimiento, una necesidad; gracias al ímpetu de los héroes y luego de una cruenta batalla realizada en el Pichincha, en 1822, la libertad ondeó sobre todos. Parte de esa historia será contada en la ‘Cantata 1822, la batalla que no termina’, una obra producida por la Fundación Teatro Nacional Sucre. Se presentará este martes 24 y miércoles 25 de mayo, a las 19:00, en la Plaza de San Francisco. Cerca de 200 artistas en escena son parte de un espectáculo interdisciplinario de gran formato, que incorpora música, teatro, danza y multimedia, bajo la dirección general de Jossy Cáceres, dramaturgia de Arístides Vargas, y creación musical de Jorge Oviedo, coproducida por la Fundación Teatro Nacional Sucre y la Coordina-
ción Técnica Bicentenario de la Secretaría de Cultura. Los bailarines fundirán sus movimientos con la música la que guiará las acciones. Las luces, la escenografía imbuirán a los espectadores a vivir la historia de la Batalla de Pichincha contada, por la gente común, las lavanderas, los comerciantes, los decimeros de la costa. Todo para reencontrarnos en nuestra historia, la que es traída al presente para pensar en el sacrificio puesto para lograr la libertad. “El público verá la posibilidad de entender lo que sucedió hace 200 años, desde la mirada de quienes han sido invisibilizados. Es la participación femenina, y del pueblo de Quito, su complicidad y apoyo en lo que fue la Batalla de Pichincha. Esta obra contemporánea es otra visión desde el Bicentenario”, resaltó Jossy Cáceres. En la Cantata participarán músicos de la Banda Sinfónica Metropolitana, Orquesta de Instrumentos Andinos, Ensamble de Guitarras, Coro Mixto, cantantes líricos, de
los coros infantiles y juveniles del Teatro Sucre. Todo este elenco, más 28 músicos invitados, que harán el acompañamiento en las partes de cuerdas. A ellos se suman los bailarines. Todos forman parte de esta gran producción, que incluirá un mapping. Arístides Vargas, director de La Cantata y dramaturgo, indicó que “fue una batalla, desde mi punto de vista simbólica, porque es decisiva no solo para Ecuador, sino para toda América Latina, convocó a gente de la Patagonia y de los llanos venezolanos y se concentraron en Quito, hubo gente de todos lados luchando por una idea que movilizaba y estaba relacionada con la independencia de todos los países”. La propuesta escénica surge de una investigación realizada por María Antonieta Vázquez, quien recupera los nombres invisibilizados, especialmente los roles en los que participaron mujeres, y pone en relieve aspectos históricos poco conocidos sobre los eventos independentistas. Los textos fueron escritos por Arístides Vargas, quien los trata en tres momentos. El primer acto va de 1809 a 1813; el segundo de 1813 a 1820; y, el último, de 1820 a 1822, concluye con la Batalla de Pichincha. La particularidad es que no aparecen los héroes de siempre, sino que es la gente del pueblo. La gente común es quien cuenta la historia. La música pertenece a Jorge Oviedo quien trabajó junto a Arístides Vargas, la recreación de la danza se construyó con el aporte de Carolina Vásconez, quien trabajó sobre los textos y la fuerza de la música. La Cantata es arte, es creatividad, es la posibilidad de mantener viva nuestra historia de libertad.
Una batalla contada desde la población
Cantata para la libertad
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Casonas: testimonios de historias de libertad Por: Vicky Mena, El Quiteño
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l caminar por el Centro Histórico, muchas veces y sin advertirlo, habremos pasado por las casas que ocuparon algunos de los patriotas, gracias a los cuales fuimos libertados de la corona española. Algunas se han perdido en el tiempo, otras se mantienen en pie, convertidas en museos o con otros usos. Según el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP), en el área delimitada del Centro Histórico existen alrededor de 5 mil bienes patrimoniales: monumentales, religiosos e inmuebles civiles que guardan y rememoran la historia quiteña y ecuatoriana. Algunas de Morada del Mariscal y su esposa Mariana Carcelén y Larrea, Marquesa de Solanda, en la Venezuela 573 y Suestas edificaciones son: cre, Museo ‘Casa de Sucre’.
Juan de Dios Morales vivió en la esquina de las calles Venezuela y Mejía, casa donde han funcionado varias dependencias municipales.
El Cuartel Real de la Audiencia de Quito alberga, desde 1957, al ‘Museo de Arte e Historia Alberto Mena Caamaño’, conocido como ‘Museo de Cera’, en la García Moreno 887 y Espejo.
Manuela Cañizares Álvarez vivió en la actual casa parroquial de El Sagrario, en la calle García Moreno. Ahí se reunió con los patriotas la noche del 9 de agosto de 1809.
José Mejía Lequerica, esposo de Manuela Espejo, nació en el inmueble de la av. Maldonado S1-87, actualmente Centro Cultural.
Francisco Eugenio de Santa Cruz y Espejo vivió y murió en la casa número S1-70, en la av. Maldonado y Rocafuerte, una placa da fe de ello.
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Triunfo de los patriotas en las faldas del Pichincha
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Por: Dayana Vinueza, El Comercio n la noche del 23 de mayo de 1822, el general Antonio José del Sucre acampaba con sus tropas en el sector de Chillogallo. Tenía la intención de cruzar Quito y plantear batalla a los realistas en el sector de El Ejido. Pero, debió cambiar su idea original cuando recibió una carta de Antonio Pereira, uno de los espías de la causa libertaria. Pereira le informó que los españoles habían bloqueado las entradas de San Diego y Chimbacalle. Sucre decidió ingresar por un lugar con menos resguardo. Aún quería ir hacia el norte de la ciudad y escogió ir por el Pichincha, por los informes recibidos. “El Panecillo tiene 30 hombres y la ciudad tendrá de 70 a 80 oficiales, asistentes, muchos inválidos, con esto se hace la guardia de Palacio, la única existente, pues los mandos, aún el de prevención están vacíos y cerrados”, decía la misiva de su espía. Además, le señaló la baja moral que tenían muchos de los soldados españoles: “los recursos se les están agotando, no tienen un real y apenas con la hostilidad se socorren de lo más preciso, lo que influye casi generalmente en el despecho, deseando los más el término de la guerra sea cual fuere” (Tomado de Miscelanea tomo IX folio 134 al 136 Archivo Metropolitano de Historia de Quito). Pereira le escribía prácticamente a diario para informarle sobre la ubicación, el armamento, el número de hombres y las estrategias militares que habían montado los españoles. Las cartas llegaban de las manos de mujeres, campesinos e indígenas que ponían su vida en riesgo por la causa libertaria. Gracias a estas cartas fue que Sucre llegó a Quito a salvo. Sucre quiso aprovechar la oscuridad de la noche para bordear la ciudad, pero el clima no fue su aliado. Llovió muy fuerte en la madrugada lo que retrasó el caminar de los patriotas que llevaban a cuestas caballos, cañones, municiones y toda su artillería de guerra. A esto se sumó el cansancio que habían acumulado durante la campaña de liberación, que inició en enero, y el último tramo que atravesaron para llegar a Quito, a través de Limpiopungo, para desembocar en Los Chillos, subir por Puengasí y llegar al sector de Chillogallo. El ejército patriota lo conformaban 2 971 hombres, distribuidos en los batallones: Paya, Magdalena, Trujillo, Piura y Yaguachi. Todos marcharon más de 10 horas con sus ropas desgarradas y maltrechas, algunos iban casi desnudos por la travesía. Su plan seguía siendo pelear en El Ejido, pero la oscuridad terminó y los soldados españoles les alcanzaron a divisar en el Panecillo. El general Melchor
de Aymerich, que contaba con 1894 hombres, dio la orden de enfrentarlos en lo alto de la montaña. La batalla inició a eso de las 09:30 en un lugar poco conveniente para efectuar cualquier jugada militar. Los Cazadores del Paya, encargados de inspeccionar la zona, fueron los primeros en encontrarse con las fuerzas españolas. El combate recrudeció con la entrada del batallón Trujillo, apoyado por el Yaguachi. Ocurrió como un juego entre el gato y el ratón debido al terreno lleno de quebradas y precipitaciones sumado al lodo que se había formado por la lluvia. El grueso del ejército no ingresó, tampoco la caballería ni los cañones, que se quedaron rezagados, las municiones se acabaron pronto y destacó el combate cuerpo a cuerpo. La única ventaja de los patriotas era su posición frente a las tropas españolas. Se encontraban geográficamente más arriba. Aymerich ordenó al batallón Aragón subir a la cima del volcán Pichincha para atacar por la retaguardia, pero sus hombres se encontraron con el batallón Albión, formado por soldados británicos al servicio de los criollos. Su in-
tervención fue decisiva. La lucha produjo bajas masivas al ejército español, rompió su línea, su estrategia y les obligó a rendirse. A eso de las 12:00 la batalla terminó con victoria de los patriotas. Los primeros soldados independentistas izaron la bandera de la Gran Colombia en La Recoleta del Tejar a las 15:00. Por seguridad, Sucre ingresó a la ciudad un día después. En su parte de guerra anotó: “Los resultados de la jornada de Pichincha han sido la ocupación de la ciudad y sus fuertes, la posesión y tranquilidad de todo el departamento y la toma de 1100 prisioneros de tropa, 160 oficiales, 14 piezas de artillería, 1700 fusiles, fornituras, cornetas, banderas, cajas de guerra y cuantos elementos de guerra poseía el ejército español”. (Tomado de Miscelanea tomo IX folio 134 al 136 Archivo Metropolitano de Historia de Quito). Entre los apuntes del general constan las bajas de la batalla: 400 muertos y 190 heridos del lado español y 200 muertos y 140 heridos por el lado patriota. Además, reconoció el valor del teniente Abdón Calderón, “habiendo recibido sucesivamente cuatro heridas, no quiso retirarse del combate. Probablemente morirá, pero el Gobierno de la República sabrá recompensar a su familia los servicios de este oficial heroico”. Con la Batalla de Pichincha se cerró prácticamente el proceso de lucha por la Independencia, Guayaquil lo había hecho en 1820 y Riobamba un mes antes. Quito era la ciudad más estratégica para sellar su autonomía como nación.
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197 años tiene el cuerpo uniformado más antiguo del país
Por: Josué Robalino García, El Quiteño
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abías que tres años después de la gloriosa batalla del Pichincha, el 24 de mayo de 1822, en los documentos del Cabildo de Quito, el 11 de mayo de 1825, nace el primer cuerpo uniformado de la capital y el país. Recordar es volver a vivir, más aún si viajamos a la época colonial, adentrémonos a conocer a fondo la historia y trayectoria del Cuerpo de Agentes de Control Metropolitano del Municipio de Quito. Hacer un recorrido diacrónico con la primera institución uniformada del Ecuador, genera un emotivo recuento de nuestros guardianes de la seguridad y el espacio público.
1799: ‘Los Serenos’ El barón de Carondelet, Luís Francisco Héctor, presidente de la Real Audiencia de Quito, por decreto, conforma el Cuerpo de Serenos. Cumplían vigilancia nocturna en tres, cuatro o cinco manzanas del barrio. Los primeros miembros de este grupo eran vecinos escogidos, su vestimenta era común, utilizaban un farol que llevaban en la mano.
1563: ‘Los Espaderos’ En tiempo remoto, San Francisco de Quito se independiza del Virreinato de Nueva Granada y asume su administración igual al Reino de Castilla, con alguaciles de cabildo. Los Reyes Católicos crean la Santa Hermandad que forma el Cuerpo de ‘Los Espaderos’, con los hombres más osados y valerosos para que armados con sus espadas hagan cumplir las leyes. 1825: Policía de Cabildo El 11 de mayo de 1825, el Cabildo de Quito registra la creación de la Policía, encargada de controlar las políticas del Municipio. El 22 de diciembre de 1827, el libertador Simón Bolívar dispuso los procedimientos de los comisarios municipales y de la Policía del Cabildo, para el control de salubridad, ornato e higiene.
1822: Cabos de manzana Melchor de Aymerich, presidente de la Real Audiencia de Quito de esa época, designó a un comisario general, el mismo que tenía a su mando sin ninguna base legal a los denominados cabos de manzana. Este grupo se dedicaba a retirar a los vagabundos, vigilar el ornato de la ciudad, dar parte de los brotes epidemiológicos, y cuidar el aseo de la ciudad.
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1901: Celadores Municipales El 20 de agosto de 1901 se reglamentan a los Celadores Municipales, con labores de higiene y seguridad. Los habitantes utilizaban en sus casas aldabas, conocidas como ‘chapas’. Las personas se dieron cuenta que ellos cumplían la misma función, tanto con las personas como con sus bienes, así les dieron el apelativo de ‘chapitas de ronda’. 1920: Policías Municipales A fines de 1920, se les da la denominación de Policías Municipales. Según la ordenanza 0271 de octubre de 1924 el cuerpo uniformado estaba armado, porque participaba directamente en el control del orden público.
1994: Policías Metropolitanos En 1993, Quito mediante Ley, adopta la denominación de Distrito Metropolitano de Quito, por lo que según la resolución Administrativa No 022 del 25 de abril de 1994 y en uso de las atribuciones conferidas por la ley de Régimen para el Distrito, se reclasifica y revalora, el puesto de Policía Municipal a Policía Metropolitano.
2011: Policías Metropolitanos En el año 2011, se aprueba la Ordenanza 0334 de la Policía Metropolitana y se determina por primera vez un Plan de Carrera y Reglamento Orgánico Funcional y Numérico por Procesos que entre otras cosas estableció la nueva Estructura Orgánica, requisitos de ingreso y ascensos, acorde a perfiles y competencias profesionales.
2017: Cuerpo de Agentes de Control Metropolitano El 21 de junio de 2017 el Código Orgánico de las Entidades de Seguridad Ciudadana y Orden Público le asignó la nueva denominación de Policía Metropolitana a Cuerpo de Agentes de Control Metropolitano, con nuevas competencias que se suman a las que realizaban.
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Victoria inmortalizada en la Cima de la libertad En este lugar los patriotas derrotaron a las tropas de la corona española el 24 de Mayo de 1822, aquí se levantó ‘El Templo de la Patria’ para honrar a los héroes libertarios. Tiene cinco salas de conmemoración. Vestíbulo con murales del artista ecuatoriano Carlos Enríquez, que recuerdan escenas importantes en la historia del Ecuador, desde la época aborigen hasta la independencia.
Sala de armas con: sables, espadas, puñales, puntas de lanza, fusiles, bayonetas y balas de cañón, utilizados en la batalla.
Sala del soldado desconocido en donde reposan los restos de varios combatientes de Pichincha.
La maqueta explicativa del trayecto de los patriotas está en la Sala Batalla de Pichincha, con los bustos de los comandantes de las tropas libertarias y de Melchor de Aymerich, comandante de las fuerzas realistas.
En la Sala de los libertadores están las estatuas en bronce del Mariscal Sucre y el Libertador Simón Bolívar.