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El taller del barnizador

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Ficha técnica

Ficha técnica

En el segundo nivel, se aprecian dos flores a los costados, completas y enfrentadas; en el medio, una sola flor; en los espacios que hay entre la flor de la mitad y las de los costados hay dos aves semejantes entre sí.

En el tercer nivel hay cinco flores. Las dos de los costados, pese a ser diferentes, están en la misma posición y jerarquía que las que están al frente. En la parte inferior hay una sola flor, justo debajo de uno de los herrajes de la pieza. A cada una de las dalias la acompaña una hoja y un ramillete de tres botones de flor y, aunque la posición de este motivo floral varía, es prácticamente idéntico en todas sus repeticiones. Esto nos permite inferir que estas flores fueron hechas con plantilla, técnica consistente en sacar un primer corte de la figura en una tela de barniz a fin de usarlo como modelo para copiar otras repeticiones. Al aplicar esta técnica, las repeticiones se cortan sobre una tabla de trabajo y no directamente sobre el mueble. El uso de plantillas se practica aún hoy entre los maestros barnizadores.

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En cuanto a las aves, en esta sección pueden identificarse seis, dos en el medio, dos a los costados y dos en la parte inferior, en orientación especular. Entre estos motivos principales se identifican elementos foliares más pequeños, muchas hojas pequeñas y algunos frutos de granos múltiples (mazorcas). Todos los espacios de estos motivos se encuentran “rellenos” con festones de barniz de movimiento orgánico, que integran toda la composición. Con una observación detallada, se identificaron varias flores en las que el artesano hizo algunas variaciones, pero que siguen el mismo arquetipo: tienen los mismos pigmentos y cuentan con las mismas capas de barniz.

Como se mencionó en el apartado técnico, los colores usados en las dalias (flores principales) son el dorado, el bermellón, el anaranjado, el ocre y el blanco. Cada uno de los colores de los pétalos fue recortado independientemente y con detalles diferenciados que le aportan gran movimiento al ornamento; en algunos de ellos, las capas fueron aplicadas una sobre otra en cuidadoso orden de color, del más claro al más oscuro, lo que aporta sensación de profundidad; en otros pétalos el decorador se dio licencia para doblar algunas películas sobre sí mismas. A este procedimiento se le conoce actualmente como técnica de las telas enchuradas,³⁷ su aplicación produce un efecto de pliegue.

En el Escritorio de estrado los diferentes tipos de flores, la libertad interpretativa del decorador, la experticia técnica y el nivel de detalle es considerable: complementando las flores principales se identifican en la tapa principal otros doce tipos de ornamentos botánicos con distintos tipos de ejecución, siempre la misma técnica y material. Asimismo, el artesano integró nueve aves en la composición, que por la forma de sus cuerpos y picos parecen ser de diferente especie, ubicándolas entre las flores de manera que le da importancia a cada una de ellas.

En cuanto a los significados de los ornamentos, resulta difícil hacer una interpretación acertada en el contexto secular y doméstico en el que se inscribe este escritorio. Sin embargo, resulta relevante mencionar que el motivo

IMAGEN 24. Detalle de decoración motivo principal. Fotografía: Jaime Romero Guáqueta.

IMAGEN 25. Detalles de los motivos de aves presentes en la decoración externa. Fotografías: Jaime Romero Guáqueta. principal sean flores de Dahlia o Dalias (el género Dahlia comprende 30 especies y cerca de 20 000 variedades), puesto que son originarias de Centroamérica, en especial de México. Las dalias fueron introducidas exitosamente en Europa a finales del siglo xviii, vía España.

En 1789, don Vicente Cervantes, primer catedrático de botánica, director del Jardín Botánico Virreinal de la Ciudad de México y miembro de la Real Expedición Española, envió semillas de varias flores mexicanas al abate Antonio José Cavanilles y Palop, quien fungía como profesor y director del Jardín Botánico Real de Madrid. José Cavanilles recibió y cultivó las semillas. Con las plantas que crecieron elaboró las primeras descripciones botánicas de algunas de ellas, incluyendo el género Dahlia, en honor a Andreas Dahl, botánico sueco discípulo de Linneo. Así fue como se publicó Dahlia pinnata como la primera especie del género en un volumen de sus Icones et Descripcions Plantarum (Cavanilles, 1796).³⁸ Como dato complementario, durante la época victoriana, las dalias color naranja representaban la alegría de pedir la mano de una mujer en matrimonio, lo que resulta muy interesante para este caso de estudio, toda vez que se trata de un mueble de uso femenino.³⁹

El significado de las aves incluidas en la decoración de la pieza resulta un tema elusivo, ya que se requeriría una identificación más precisa de las especies; algunas de ellas han sido identificadas como pericos, mientras otras son similares a patos y paujiles, algunas en posición estática y otros en vuelo.⁴⁰

IMAGEN 26. Dalia naranja. Foto de Debadutta en Pexels.

De otra parte, la granada (punica granatum) connota significados trascendentes que le han sido atribuidos por diferentes pueblos a lo largo de la historia. Es posible rastrear su uso ornamental en Egipto, Asiria y Persia, mientras que en la antigua Grecia se vinculaba con diosas como Afrodita, Hera y Atenea, al amor y la fecundidad, y por su modo de producción agrícola, de ciclos continuos, a la eternidad. Durante la Edad Media se asoció a la inmortalidad del alma y a la resurrección; en la heráldica hispana representa el reino nazarí de Granada, por lo cual fue usada ampliamente también en el Nuevo Reino de Granada.⁴¹

Respecto a los ornamentos presentes en los herrajes de plata, es posible evidenciar que los remates de las bisagras imitan los motivos florales principales (dalias), mientras que en la cerradura hay rocallas buriladas, ornamentos asimétricos que se envuelven sobre sí mismos, inspirados en formas naturales vegetales y minerales. Un aspecto interesante es el diseño de los tiradores de los cajones, que tienen la forma de pequeños querubines, cuyo significado católico los vincula a lo celestial, siendo ampliamente usados en los programas iconográficos de la Inmaculada Concepción.⁴² Por sus orígenes paganos, los querubines, vinculados con Cupido, se asocian simbólicamente al amor de pareja.

Como puede verse, los pintores de barniz lograron, en efecto, establecer un derrotero ornamental propio, en el que se hibridan la estructura decorativa precolombina, las formas del Barroco y las influencias extranjeras junto con la flora y la fauna local, interpretadas desde la imaginación del hacedor. Esta libertad interpretativa y creativa, materializada desde la plasticidad de una resina única como el mopa-mopa, sigue siendo una cualidad indiscutible de los artesanos del barniz de San Juan de Pasto, que día a día continúan este legado centenario y transmiten su saber a las nuevas generaciones en medio del silencioso espacio de sus talleres, que huelen a selva y a color.

IMAGEN 27. Detalle tirador de cajón en forma de querubín. Fotografía: Jaime Romero Guáqueta.

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