Linealidad mĂşltiple P.2
Juan Manuel Sánchez Barrantes (1907-1990) Juan Manuel Sánchez Barrantes nació en Curridabat en 1907 y durante su infancia vivió con su familia en Heredia. Posteriormente, en la provincia de San José, realizó estudios de educación secundaria en el Liceo de Costa Rica. A partir de 1924, Sánchez ingresó al taller de imaginería de Manuel María Zúñiga Rodríguez, padre del también escultor Francisco Zúñiga Chavarría (1912-1998). En el taller, Juan Manuel Sánchez logró entablar una amistad con Francisco Zúñiga y con el escultor Néstor Zeledón Varela (1903-2000). Tal y como afirma la historiadora del arte Eugenia Zavaleta, ese taller: “[…] se convirtió en un hervidero de inquietudes estéticas que el maestro Zúñiga no acalló. Así lo recuerda Sánchez: A tal taller llegó “Martín Fierro” (revista argentina) y llegó así mismo [sic] “Forma” (mexicana), y mientras se encendían los cigarrillos o se tomaba el café de la tarde se esbozaban proyectos, se planteaban problemas, se discutía jovialmente sobre esto y aquello de las artes y la estética de la plástica, en naturalidad y camaradería, abiertos los ojos hacia un amanecer que presentía claro y fecundo”1.
Texto de Juan Manuel Sánchez. Notas sobre la escultura costarricense (Texto manuscrito encargado por la Dirección General de Artes y Letras que nunca fue publicado), Capítulo VI, p.4.; citado por Zavaleta Ochoa, Eugenia. “En busca de la modernidad e identidad”, en: Museo de Arte Costarricense. Juan Manuel Sánchez 1907-1990. Colección Berta de Sánchez. Catálogo del MAC. 17 de agosto-12 de noviembre, 1995.
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Juan Manuel Sánchez Tinta sobre papel Boceto para las ilustraciones que acompañan el texto Berta Singerman de Pilar Bolaños. Publicado en la portada de la Revista Repertorio Americano. Cuadernos de cultura hispánica, No.11, Vol. XLIX, año 36, No. 1174, julio-agosto, 1956. Edición: Joaquín García Monge.
Su formación práctica en escultura le permitió conocer a otros artistas e intelectuales del medio cultural de la época. Trabajó fundamentalmente con materiales como piedra volcánica, maderas nacionales y ocasionalmente metal. Fue, además de escultor, dibujante y escritor. Para los historiadores del arte, Sánchez perteneció, generacionalmente, a un grupo de artistas que se les ha denominado “Nueva sensibilidad”, “Nacionalista” o “Generación de los años Treinta”2. A partir de 1930 participó y ganó medallas de oro en escultura en la segunda, tercera y cuarta edición de las Exposiciones de Artes Plásticas, una serie de certámenes de arte que se organizaron entre 1928 y 1937 P.3
(con una excepción en 1929) para fomentar el talento artístico en Costa Rica. Esas exposiciones se desarrollaron en el Teatro Nacional y fueron promovidas por el Diario de Costa Rica con el apoyo de otras instancias como el Círculo de Amigos del Arte3. Aparte de esas experiencias, Juan Manuel Sánchez exhibió muy poco su trabajo artístico de escultor. Sobre eso se ha anotado incluso que: “[…] su casa, era el escenario para el cual realizaba su obra como único espacio de exhibición limitado a él, a su esposa y a sus amigos”4. La mayor parte del tiempo Sánchez se dedicó a la docencia. Su labor inició en 1932 cuando fue nombrado maestro de dibujo y trabajos manuales en la Escuela Rafael Francisco Osejo5, y al año siguiente también fue nombrado como maestro de dibujo en la sección de niñas de la Escuela República Argentina.6 Estos cargos los ocupó hasta 1942 cuando pasó a En el ambiente artístico de Costa Rica, durante los años treinta, surgió el grupo de la Generación de los años Treinta, Nueva Sensibilidad o Generación Nacionalista. En este movimiento participaron escultores como Juan Manuel Sánchez Barrantes (1907-1990) y Francisco Zúñiga (1912-1998) quienes se inspiraron en la cultura precolombina y usaron materiales como piedra volcánica y maderas nacionales. En pintura, se destacaron Teodorico ‘Quico’ Quirós (1897-1997) y Fausto Pacheco (1899-1966) quienes elaboraron paisajes con mayores contrastes de color y empleando amplias pinceladas cargadas de pigmentos. En otras propuestas llamaron la atención Luisa González Feo (1899-1982), Max Jiménez (1900-1947), Francisco Amighetti (1907-1998) y Margarita Bertheau (1913-1975). 3 Zavaleta Ochoa, Eugenia. La patria en el paisaje costarricense. La consolidación de un arte nacional en la década de 1930. Serie Cuadernos de Historia de las Instituciones de Costa Rica, n°1. Costa Rica: Editorial de la Universidad de Costa Rica, 2003. 4 Museo de Arte Costarricense. Rojas González, José Miguel. Juan Manuel Sánchez. La espiritual belleza. San José, Costa Rica: octubre, 2008, documento inédito. 2
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dirigir el Departamento Técnico de Dibujo y Manualidades del Ministerio de Educación Pública hasta 1945. A partir de 1945 y hasta 1960 trabajó en el Liceo de Costa Rica, y en la década de 1950, fue profesor universitario de Historia del Arte en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica. Finalmente se retiró de la labor docente en 1960. Las funciones que fungió en el magisterio fueron paralelas a sus actividades como ilustrador y escritor de prosa y artículos variados.
El Fondo Juan Manuel Sánchez del Museo de Arte Costarricense El Museo de Arte Costarricense (MAC) recibió en el año 1998 una colección de alrededor de 5000 elementos entre esculturas, dibujos y documentos, pertenecientes al artista Juan Manuel Sánchez Barrantes (1907-1990). La Escuela Rafael Francisco Osejo data de 1887 sin embargo el edificio actual es de 1940 y se construyó en el antiguo límite suroeste de la ciudad, exactamente en el punto donde iniciaba su recorrido el tranvía y terminaba el parque La Sabana. Su nombre honra la memoria del bachiller nicaragüense, primer director de la casa de enseñanza de Santo Tomás. La escuela es una edificación construida en concreto armado y ladrillo en la década de 1940. Su arquitecto fue José María Barrantes; con un estilo arquitectónico sencillo que recoge algunos elementos de la corriente victoriana. El inmueble fue declarado patrimonio de Interés Arquitectónico, según Decreto Ejecutivo Nº 22166-C, publicado en La Gaceta Nº 99 del 25 de mayo de 1993. 6 La escuela República de Argentina, ubicada en Barrio México, inició sus labores en un primer edificio el 15 de abril de 1928, sin embargo, tras el deterioro del inmueble se dispuso su demolición y la construcción de un nuevo edificio siguiendo el diseño del arquitecto José María Barrantes, con el estilo art-déco que se inauguró en julio de 1935. En el sector oeste de esta escuela se inauguró posteriormente, en 1946 el Kinder Margarita Esquivel cuyo escudo fue creado por Juan Manuel Sánchez. Para ampliar sobre este tema léase a: Malavassi Aguilar, Rosa Elena ¡Al Barrio México! Un recorrido por la historia y arquitectura de Barrio México. MCJ. Proyecto Barrios. 2008. 5
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Estos fueron cedidos por su viuda y heredera, Berta Solano Trigueros, y hasta la fecha, es la donación más grande recibida por el Museo. Los dibujos de este fondo han sido expuestos en múltiples ocasiones desde diferentes visiones y han formado parte de diversas exhibiciones, tanto en el MAC como en otras instituciones. En muchas ocasiones se han visibilizado sus dibujos agrupándolos bajo temáticas y clasificaciones curatoriales como la animalística, la figura femenina (Berta), imágenes religiosas como San Francisco de Asís, natividades y personajes. Además, sus textos como poemas, prosas y artículos se han presentado, por lo general, alrededor de viajes que el artista realizó en diferentes momentos y que estaban dirigidas a Berta Solano, en especial tarjetas postales y cartas. Es importante señalar también que Sánchez utilizó, para sus incontables dibujos y bocetos, todo tipo de soporte. Muchas veces, incluso, usó papeles ya escritos en su reverso como comunicados o circulares, así como papeles con calidades muy disímiles. Para esta muestra, algunos de los dibujos de la colección del MAC han sido seleccionados a partir de su relación con la ilustración de publicaciones en revistas y libros, tanto educativos como literarios, con el fin de contextualizar su obra desde una mirada que no aísle sus dibujos presentándolos solamente desde lo “aurático” de la obra de arte, sino que los ubica en relación al contexto para el que fueron creados. Sánchez, a lo largo de su vida, trabajó de manera activa en vínculo con la producción literaria, no solamente como ilustrador, sino también como escritor. P.6
Juan Manuel Sánchez Grafito sobre papel Boceto para la ilustración de la portada de la Revista Brecha para el texto Diciembre de Proteo. Publicado en la Revista Brecha, año 1, No. 4, 01 diciembre 1956. Edición: Arturo Echeverría Loría. Se utilizó también junto con los textos Acerca de Aquileo Echeverría, Rubén Darío y Miguel Unamuno de Gonzalo Chacón Trejos y el poema Costa Rica ¡adiós! de Rafael Pombo. Publicado en la Revista Brecha, año 5, No. 9, mayo de 1961, pág. 7. Edición: Arturo Echeverría Loría. P.7
Juan Manuel Sánchez Grafito sobre papel Boceto para la ilustración del texto Sonetos descalzos del libro Viento barro de Mario Picado Umaña, 1957, pág. 19. Esta ilustración fue utilizada de nuevo en el texto Las tres tumbas de Mora de Oliverio Noel (Tomado de: Correo Nacional, sábado 5 de octubre, 1929, pág. 2), Revista Brecha, año 6, No. 2, octubre 1961. pág. 8. Edición: Arturo Echeverría Loría. Utilizada también en la sección Brújula quieta con textos de Moisés Vincenzi, Juan Manuel Sánchez y Marco Tulio Zeledón en la Revista Brecha, año 6, No. 6, febrero 1962, pág. 27. Edición: Arturo Echeverría Loría.
Esta exposición intenta evidenciar la relación del autor con el mundo editorial y con la generación de conocimiento, tanto desde la escritura como de la línea, al entender esta última como elemento de mediación y síntesis. Sus dibujos no solo acompañan la lectura, sino que dialogan con los textos, ya fueran propios o de una pluralidad P.8
de autores. Estos logran condensar en sí mismos los contenidos temáticos y poseen, en muchos casos, también una orientación pedagógica. “Linealidad múltiple” apela a la vasta producción de dibujos del artista, al carácter asociado a la reproductibilidad técnica de estos, así como también, a la polifonía que estos representan. Su prolífica obra, junto a su involucramiento con el mundo de las letras y las comunidades intelectuales de la época, hacen de Juan Manuel Sánchez un referente fundamental en Costa Rica para el estudio de la relación entre el arte y la literatura producida en la mayor parte del siglo XX.
La ilustración Su producción más reconocida y premiada ha sido la de escultor, además de su aporte como parte de una generación de artistas de la década de 1930, algunos con pensamiento antifascista, otros antimperialista o indoamericanista7 que, como él, retoman las formas precolombinas en sus diseños. A la fecha, sin embargo, poco se ha profundizado en el legado de Juan Manuel Sánchez en el mundo de las letras, y en sus contribuciones como escritor de artículos, y sobre todo, como ilustrador infantil, ilustrador de literatura costarricense en general, ilustrador de libros especializados e ilustrador de variadas revistas. 7
Zavaleta Ochoa, Eugenia, op.Cit.
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Recientemente, algunos autores han apuntado a que, por volumen, diversidad e impacto, Juan Manuel Sánchez puede ser considerado el primer ilustrador costarricense8. No se han logrado reconstruir sus aportes en los procesos de elaboración de libros e impresos en la Costa Rica de la primera mitad del siglo XX ni se han cuantificado, a la fecha, la totalidad de sus ilustraciones —ni sus repeticiones— para libros, revistas, periódicos y otros. A manera de ejercicio de investigación, acotamos los siguientes como algunos ejemplos de los muchos textos impresos existentes que contienen ilustraciones de Juan Manuel Sánchez9: 8 La ilustradora costarricense Vicky Ramos en una entrevista para esta publicación así lo afirmó. Para constatar véase a: Méndez Garita, Nuria. “The voice of memory: orality in Juan Manuel Sánchez’s illustrations”, en: La voz de la memoria, nuevas aproximaciones al estudio de la Literatura Popular de Tradición Infantil. V Jornadas Iberoamericanas de Literatura Popular de Tradición Infantil (Cuenca 2018). España: Ediciones de la Universidad de Castilla La Mancha, 166 Colecciones estudio, 2019; consultado el 10/03/20 a través de: https://books.google.co.cr books?id=XAuyDwAAQBAJ&pg=PA556&lpg=PA556&dq=revista+infantil+ba mbi+costa+rica&source=bl&ots=mXtDtONC54&sig=ACfU3U2ilcxFbh2xJcvXpbJy0MLo8KOHFw&hl=es &sa=X&ved=2ahUKEwjv7-Ct4pDoAhVrUN8KHej7Axc4ChDoATAMegQIChAB#v=onepage&q=revista%2 0infantil%20bambi%20costa%20rica&f=false 9 Entre la donación que hiciera Berta Solano, viuda de Sánchez al MAC en 1998 se encuentra un documento manuscrito hecho por Juan Manuel Sánchez que enlista las publicaciones que contienen sus ilustraciones. Este documento de 4 páginas, menciona un total de 85 trabajos de ilustración agrupados en categorías como lo editado, libros extranjeros, ilustraciones inéditas, periódicos y revistas que van desde 1930 a 1979. Para un conteo total, esta lista no es definitiva: habría que contabilizar además lo que produjo el artista desde 1979 hasta su muerte en 1990 y cada una de las ediciones de las revistas y periódicos para las que contribuyó. En este texto tomamos en cuenta este listado hecho por Juan Manuel de 1979 pero no reseñamos cada uno de los libros que él anotó sino solo algunos de esta lista y empleamos otras fuentes. Fuente: Dibujos Juan Manuel Sánchez Barrantes en libros y otras publicaciones. MAC: Colección Museo de Arte Costarricense. 1979 (inédito).
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Desde 1930, colaboró con ilustraciones y artículos en el Repertorio Americano, una revista cultural académica publicada en San José, Costa Rica por el escritor Joaquín García Monge, de forma interrumpida entre 1919 y 1958. Años antes, María Isabel Carvajal (1887-1949), conocida como Carmen Lyra, había ido a estudiar pedagogía a Europa y a su regreso, en 1921, asumió la cátedra de Literatura Infantil en la Escuela Normal de Costa Rica. Posteriormente junto a otras docentes y escritoras como Luisa González y Margarita Castro Rawson, fundaron la Escuela Maternal Montessoriana para la enseñanza preescolar.
Juan Manuel Sánchez Tinta sobre papel Boceto para la ilustración del texto Platero de Juan Ramón Jiménez. Publicado en la Revista Farolito No. 16, mayo, 1951, pág. 9. Edición: Evangelina Gamboa. “Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.”
Todos esos aportes a la educación costarricense, más las protestas de los docentes normalistas desde años antes —durante el gobierno de Federico Tinoco (1919)— y las manifestaciones sociales ante el P.11
acontecer nacional e internacional de las décadas de 1920, 1930 y 1940, decantaron en ligas, agrupaciones y partidos políticos, y en una vorágine de publicaciones tales como revistas, libros y otros con variedad de temas y posturas filosóficas y políticas. En cuanto a la literatura infantil, tal y como lo hemos anotado, la cátedra de la Escuela Normal ayudó a que proliferaran una serie de revistas educativas que incluían textos literarios y dibujos. Al respecto la investigadora Nuria Méndez Garita puntualiza: “Algunos de ellos fueron: El mundo de los niños (1865-1951), San Selerín y Triquitraque creadas respectivamente por Anastasio Alfaro, Carmen Lyra y Carlos Luis Sáenz. Luego aparecen El Farolito y Bambi, la cual tuvo una larga trayectoria y su publicación finalizó en la década de los noventa […]. Todas promovieron artistas costarricenses, uno de ellos, fue Juan Manuel Sánchez.”10 Así, en 1936 se publicó la cuarta edición de Cuentos de mi tía Panchita, una colección de veintitrés cuentos de la escritora costarricense Carmen Lyra. Estos fueron publicados por primera vez en San José de Costa Rica en 1920 y en su cuarta edición de 1936 se incluyeron ilustraciones elaboradas por Juan Manuel Sánchez. A la vez, en ese mismo año inició la publicación de Triquitraque, una revista infantil que se caracterizó por su cuidada impresión y alto contenido 10
Méndez Garita, Nuria, op.Cit
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ilustrativo. Muchos de sus números incluyen ilustraciones de Juan Manuel Sánchez. Triquitraque fue la publicación más longeva en su tipo en la primera mitad del siglo XX, pues hasta su última publicación de 1947 dejó un total de 91 números publicados en toda su historia. Esta revista fue producida inicialmente por la Asociación de Maestras de Kindergarten y posteriormente fue codirigida por los escritores Carlos Sáenz, Luisa González, Lilia Ramos y Adela Ferreto, todos docentes formados en la Escuela Normal de Heredia.
Juan Manuel Sánchez Grafito sobre papel Boceto para la ilustración del cuento
En 1937 Juan Manuel ilustró el Doñana del libro Mulita mayor de Carlos Luis Sáenz, segunda edición, Editorial cuento El vitral, versión de Mario Costa Rica, 1982, pág. 79. Fernández Callejas y en 1941 ilustró Versos para niños, un libro “Doñana no está aquí, anda su vergel, editado por la Librería Lehmann abriendo la rosa, cerrando el clavel…!” que recoge una selección de versos hecha por la educadora costarricense, benemérita de la Patria Emma Gamboa Alvarado (1901- 1976). Otros trabajos de ilustración memorables de Juan Manuel Sánchez son los que se gestan a partir P.13
de 1949, al calor del Farolito: revista infantil nacional publicada por la Filial de la Ande (Asociación de Educadores) de Heredia, la cual estuvo dirigida por Evangelina Gamboa, con la colaboración de María Cristina Martínez, Emma Morales, Guillermo Solera R. y Vilma Herrera Madriz11. Más adelante, en 1955 inició la publicación de la revista Bambi, una revista infantil con carácter literario y recreativo que comenzó a cargo de las hermanas Margarita y María de los Ángeles Obregón Loría. En esta revista lo geográfico, lo histórico, lo científico eran relevantes así como el juego y la ilustración en la que participó Juan Manuel Sánchez12. Hasta 1979 los ejemplares mensuales se imprimían en San José en la Imprenta Metropolitana. Es interesante anotar que, el trabajo de ilustración de textos variados —ya no solo los infantiles—, continuó para Juan Manuel Sánchez de manera ininterrumpida, a pesar de los cambios políticos que se gestaron con el Estado Benefactor de 1940, de la coyuntura de la Guerra Civil de 1948 y con el Estado Empresario, donde instituciones como la Caja Costarricense de Seguro Social, la Universidad de Costa Rica, se Con base en: https://www.nacion.com/archivo/el-em-farolito-em-de-juan-manuel-sanchez/F2F6VIZ5 EBBPXPPZUX4ADP7P5M/story/ consultado el 05/3/2020, y, http://www.sinabi.go.cr/biblioteca%20digi tal/revistas/Farolito.aspx#.XmFkkB9KiQI, consultado el 05/3/2020. 12 Con base en Salazar Mora, Jorge Mario (editor). La Historia de la educación costarricense. San José, C.R.: EUNED, EUCR, pp. 279-282; disponible parcialmente a través de: https://books.google.co.cr books?id=2AGqoEw3VVwC&pg=PA282&lpg=PA282&dq=revista+bambi+costa+rica&source=bl&ots=oC 5pXUDopy&sig=ACfU3U0bYp_lvB2UAlfr1_O71uyn9P0OsA&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwi_up3d2pDoAh XEmuAKHWoeDGoQ6AEwEXoECAgQAQ#v=onepage&q=revista%20bambi%20costa%20rica&f=false, consultado el 10/03/20. 11
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crearon, se fortalecieron y universalizaron, en conjunto con las garantías sociales, el Código de Trabajo, la nacionalización bancaria, la abolición del ejército y la creación del Instituto Costarricense de Electricidad ICE, por mencionar algunos. Lo anterior de la mano con la consolidación de un nuevo modelo político y socioeconómico que sería la guía durante alrededor de los siguientes 50 años de vida política nacional. Es decir, la línea de trabajo de Juan Manuel fue aceptada por este “nuevo grupo de poder” pero también continuó haciendo contribuciones a los educadores e intelectuales con los que venía trabajando antes, en la década de 1930. Por ejemplo, Juan Manuel realizó igualmente, tanto la ilustración de la portada de un álbum conmemorativo de la inauguración del 7 marzo de 1941 de la Universidad de Costa Rica, como las colaboraciones a las publicaciones de los intelectuales de la vieja guardia como Carlos Luis Sáenz y Joaquín García Monge. En 1942 ilustró La Tierra para todos de Ciriaco Zamora un libro premiado tras un concurso del Instituto Nacional de Turismo. En 1948 y 1950 ilustró de Lilia Ramos ¿Qué hace usted con sus amarguras? y Cabezas de Niños. De la misma autora es el texto con ilustraciones de 1952 titulado Cuentos de Nausicaa. Otros aportes de Juan Manuel Sánchez como ilustrador los ubicamos en la revista Brecha, que se publicó entre 1956 y 1962; su editor y director fue el intelectual y escritor costarricense Arturo Echeverría Loría (1909-1966). La revista, que publicaba un ejemplar mensual, contenía ensayos de escritores como Mario Sancho, textos inéditos de Yolanda Oreamuno, Joaquín García Monge, Carlos Gagini o Roberto Brenes Mesén. Además divulgó P.15
semblanzas, traducciones, y publicó opiniones políticas, de filosofía, de arte y de música. Cada ejemplar contenía entre 25 y 30 páginas. En los análisis de artes y letras figuraron por ejemplo Francisco Amighetti, Manuel de la Cruz González y Julián Marchena. En el primer número de la revista en 1956, el artista costarricense Juan Manuel Sánchez no solo realizó ilustraciones sino que también escribió para esta.13. En 1958 ilustró el texto Literatura infantil costarricense de Luis Ferrero Acosta y un año después, en 1959, ilustró los que ya para ese momento eran títulos conocidos de la literatura costarricense, como: Cuentos Grises, un libro de 1918 que reúne 8 cuentos escritos por Carlos Gagini Chavarría (1865- 1925), escritor costarricense de ascendencia suiza que se distinguió como educador y director del Liceo de Costa Rica, además de que fuera director de las revistas Costa Rica Ilustrada, La Educación costarricense, Revista Agrícola y Pandemonium. Por su parte, el otro título ilustrado por Juan Manuel Sánchez en su edición de 1959 fue El Moto, una novela del escritor costarricense y Benemérito de la Patria Joaquín García Monge, publicada por primera vez en 1900, trabajo que da inicio a la novela en la historia de la literatura costarricense. Para 1960, ya retirado de las labores docentes, Sánchez ilustró otros muy variados libros de entre los cuales mencionamos: El targuá de Fabián Dobles, Memorias de José Gamboa Alvarado publicado por Con base en: Lorena Chaves Salgado, “La Revista Brecha en el contexto cultural costarricense”, en: Tesis (Maestría Profesional en Literatura)--Universidad de Costa Rica. Sistema de Estudios de Posgrado. Maestría en Literatura, 1999; disponible en: http://repositorio.sibdi.ucr.ac.cr:8080/jspui/ handle/123456789/855; consultado el 5/03/2020.
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la imprenta Trejos y la portada de ITA y otros artículos, impreso por Lehmann y escrito por el médico de salud pública y cirujano costarricense José Amador Guevara. Cinco años más tarde se publicó Trillos y Nubes, un libro que contiene doce narraciones breves del escritor costarricense Francisco Zúñiga Díaz (Chico) (1931-1997) quien también fue poeta, narrador, e investigador. En 1967 se publicó, con las ilustraciones de Juan Manuel Sánchez, una nueva edición de Mulita Mayor, un cuento del escritor, poeta, político y educador costarricense Carlos Luis Sáenz (1899-1983). Este libro es una obra original de 1949 que repasa la infancia del autor; una visita a la Heredia de hace 100 años, con sus fiestas típicas, sus figuras curiosas, y una mulita que, de manera imaginaria, llevaba de paseo a los niños. En 1972 se publicó el libro Bajo el manto de Temis y otros cuentos del educador, abogado y escritor costarricense Víctor Manuel Elizondo Mora cuya portada fue ilustrada por Juan Manuel Sánchez. Casi dos años después, en 1974 se publicó Fábula del Bosque con ilustraciones de Sánchez un libro escrito por Fernando Centeno Güell (19071993) promotor de la educación especial, poeta, escritor y pedagogo costarricense. La obra contiene fábulas y relatos de animales, en las que se mezcla la naturaleza y la fantasía. En 1983 se publicó, bajo la Editorial Costa Rica, el conocido e internacional libro Pinocho de Carlo Collodi, el cual contiene portada e ilustraciones de Juan Manuel Sánchez; además es de ese mismo año el libro de cuentos para niños de Adela Ferreto Segura (1903 – 1987) P.17
Juan Manuel Sánchez Grafito sobre papel Boceto para la ilustración del cuento Alejandro del libro Por el amor de Dios de Luis Dobles Segreda, Ministerio de Educación Pública, 1968, pág. 71. P.18
Cuentos del príncipe viejito, una colección de escritos con ilustraciones de Sánchez que promueve la bondad por medio de un misterio en el que intervienen arcángeles con alas de oro y la transformación de un viejito en un joven y gallardo príncipe. Existen otras muchas publicaciones de diversas épocas, autores y contenidos para las cuales Juan Manuel contribuyó con su línea inconfundible. Nos referimos a textos como: La clara voz de Joaquín García Monge de Luis Ferrero; La hora de los vencidos de Samuel Rovinski, Mamita Yunai de Carlos Luis Fallas, El Soneto interminable y Tres cantares, ambos de José B. Acuña. También cabe mencionar Del viento y de las nubes de Salvador Jiménez, Yolanda Costa Rica de Alberto Fernández L., Ocarina poesías de Carlomagno Araya; Folclor costarricense y Malinche (selva y llano) de J. Ramírez Sáizar, Yerbamar de Fabián Dobles y Mario Picado y Las semillas de nuestro rey (leyendas de los aborígenes de Costa Rica) de Carlos Luis Sáenz. También ubicamos sus ilustraciones en libros extranjeros reseñados por él mismo de la siguiente manera: “Niños y Alas”, Puerto Rico (1959). “Las travesuras de Til Eulenspiegel” (1951) y “Poemario” de la esposa de Carlos Izaguirre en Honduras (1951)”14
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Juan Manuel Sánchez. Dibujos Juan Manuel Sánchez Barrantes…, op.Cit., p.2.
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Juan Manuel Sánchez fue conocido por varias generaciones, ya que sus trabajos se incluyeron en revistas, libros educativos y literarios. Merece reflexionarse sobre sus aportes en la literatura infantil, pues sus dibujos son interpretaciones que dialogan con el lector, y por supuesto, con el texto escrito. Muchas veces sus ilustraciones, al tratarse de textos para niños que aún perfeccionan su proceso propio de lectoescritura, son la primera interacción, el primer acercamiento que tienen con el texto, más allá de las palabras. Este recuento nos permite argumentar su gran trabajo como ilustrador y su enorme aporte en la producción literaria nacional. Sobre lo mismo se ha escrito lo siguiente: “Obsérvese con cuidado la vinculación entre el ilustrador y el autor, y de estos el público infantil, por cuanto la experiencia visual de los niños precede a su experiencia como lectores y el ilustrador entre primero en la vida del niño. Así que la labor de las ilustraciones en los libros, logra ser efectiva en su propósito, contribuye a estimularlos en la lectura del texto y con ello les lleva a adoptar, de forma inconsciente, una posición de percepción activa ante la sociedad. En sus dibujos Juan Manuel Sánchez nos deja ver la Costa Rica de esa primera mitad del siglo XX, costumbres costarricenses, y atributos propios de esta sociedad. Su obra sintetiza temáticas que evidencian rasgos de las herencias culturales que dieron forma al entorno social e histórico de su época desde su propia subjetividad, abriendo así el espacio para la interlocución con otros artistas y lectores de distintos tiempos. P.20
Como ilustrador, Juan Manuel Sánchez narraba con la línea. Sus dibujos a pluma deleitan a los lectores. Su amor por la niñez y la naturaleza quedó plasmado en aquellos dibujos redondeados y de trazos finos que ilustraron algunas de nuestras obras infantiles más connotadas. La acción se centra en un movimiento suave, dinámico, sin ser rebuscado, con líneas adicionales sin ser rústicas; sus ilustraciones acompañan tenue y ligeramente al texto y no compite con la narración del cuento15”. En el año de 1982 Juan Manuel recibió el Premio Magón, el mayor reconocimiento cultural otorgado en el país a nivel estatal. Muere en abril de 1990 dejando un gran legado que, a la fecha, sigue siendo estudiado; permitiendo así comprender poco a poco la amplitud de su producción.
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Méndez Garita, Nuria, op.Cit., p.558.
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Créditos de la exposición Curaduría: María José Chavarría Asistencia de investigación: Byron González, Lourdes Robert, Ericka Solano y Vivian Solano Diseño gráfico y fotografía: Gabriel González Museografía: María Lourdes Robert Montaje: David Álvarez y Olman Carvajal
Sobre esta publicación Textos: María José Chavarría y Vivian Solano Diseño y fotografía: Gabriel González Portada: Detalle del boceto para la ilustración del texto La vida íntima de un árbol de Álvaro Fernández Suarez (Tomado de Ínsula, Revista de Letras y Ciencias Humanas, Madrid). Publicado en la Revista Brecha, año 6, no. 6, Febrero 1962, pág. 19. Edición: Arturo Echeverría Loría. Fotografía: María Lourdes Robert
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