SAN LUCAS
tiempo fragmentado
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Vista general del complejo de pabellones conocido como “El discoâ€? (detalle), fotografĂa digital, 2019. P.2
El Museo de Arte Costarricense inicia una serie de visitas a la isla San Lucas en Puntarenas para el estudio y clasificación de los dibujos que se ubican en las paredes del antiguo centro penal. El 28 de febrero de 1873 se inauguró, bajo el gobierno de Tomás Guardia, la primera cárcel formal en la Isla de San Lucas (con reglamento interno creado en 1874 y derogado en 1884 por Decreto N° XIX)1, que funcionó como uno de los principales centros penales de Costa Rica, entre 1873 y 1991. En las paredes de los antiguos pabellones de la cárcel de San Lucas fue posible ubicar vestigios de imágenes e inscripciones de las últimas cuatro décadas de vida de este inmueble. Desde el estudio de las artes visuales, la imagen y la palabra son recursos que proporcionan valiosa información histórica. Dentro de esta línea, el ubicar, clasificar, registrar y analizar los dibujos, pinturas, textos e inscripciones de las paredes de los pabellones de esta Colonia Agrícola Penal, permite poner en valor el patrimonio cultural de la isla. Según Bajtín, tanto la imagen como el texto no se encuentran nunca unificados ni cerrados, y todo texto e imagen está constituido por una naturaleza hetero-discursiva de la cultura en la cual se ha producido y de los elementos de alteridad, congruentes e incongruentes, que dicha naturaleza siempre supone.2 Esta exposición es solamente una aproximación al análisis de la historia y la memoria de las paredes de San Lucas.
Lugo Solano, Ana Graciela y Sánchez Badilla, Marianella, Políticas Penitenciarias en Costa Rica “La eterna paradoja de la igualdad de género” 1993-2005, en: Universidad de Costa Rica. Facultad de Ciencias Sociales. Tesis de Grado para optar por el título de Licenciatura en Sociología, 2006, p.88. 2 Hernández, Pablo, Imagen-palabra. Lugar, sujeción y mirada en las artes visuales centroamericanas, Estudios de Cultura Visual, Rice University, 2010, pág. 58. 1
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Estos recursos, capturados mediante fotografías documentales, dan pistas de un contexto histórico y geográfico específico. Acercan al espectador a una polifonía de testimonios sobre la vida cotidiana del presidio, hablan de elementos simbólicos de la cultura carcelaria y de la cultura popular de la época. Dan cuenta del pathos colectivo, del paso del tiempo, de lo que se dejó atrás y de la libertad que se anhela. El análisis de la imagen permite reconstruir la historia a partir de fragmentos y así revalorizar el patrimonio desde una nueva mirada. El abordaje de esta investigación se enmarca entonces desde los Estudios Visuales, campo que trata “la vida social de las imágenes”, y resulta de la interrelación de disciplinas tales como la Historia del arte, la Estética, los Estudios culturales, la Teoría de los medios, la Cultura visual, entre otros. Se trata de un campo que además toca dos variables: la visualidad, es decir, el análisis de los fenómenos de visión, los dispositivos de la imagen y el comportamiento de la mirada en la vida cotidiana y, la tecnologización, mediatización y socialización o la reproducción de las imágenes por distintos medios e incluyendo procedencias diversas: arte, publicidad, diseño, cine, televisión, video, etc.3 Bajo esta perspectiva, es posible realizar una apertuta desde el arte al incluir otras producciones que habían sido suprimidas por parte de la cultura dominante de la producción masiva. 3 Con base en: Mirzoeff, Nicholas 1988 “What is visual culture?” en: N. Mirzoeff, ed. The visual culture reader, London: Routledge, pp. 3-13; Dikovitskaya, Margaret 2006 Visual culture. The Study of the Visual after the Cultural Turn, MIT Press; y, Foster, Hal (ed.) 1988 Vision and Visuality. Seattle: Bay Press..
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¿Paisaje Cultural? Cuando se habla de la Isla de San Lucas, inmediatamente se le piensa como el sitio que albergó por más de 100 años a una prisión en Costa Rica, sin embargo es más que eso. Se le considera un paisaje cultural, pues su historia precolombina, sus edificaciones y sus recursos naturales comprenden un valor intangible y simbólico que comunica elementos de su pasado y su presente. En 2016, el Consejo Internacional de Museos, el mayor ente internacional en materia de instituciones museales, puso nuevamente en valor la categoría de Paisaje Cultural. Este es un término que engloba tanto los recursos naturales existentes en un espacio determinado, como las estructuras históricas presentes en ese sitio y toda su gestión para su conservación y manejo. Se trata de una visión integral y holística que resalta el lazo existente entre patrimonio cultural y paisaje natural, sobre todo debido a que la idea o concepto de paisaje ha cambiado y se ha ampliado hasta comprender nuevos territorios y su relación con el ser humano. Al respecto se anotó: “Un paisaje cultural es una obra de arte artificial, construida por el hombre, a partir de un espacio natural. La UNESCO lo define como “la representación combinada de la labor de la Naturaleza y el Hombre”. […] Se trata de un espacio territorial muy definido y que se relaciona con un evento o con un personaje histórico o autóctono, lo que le confiere valor estético y cultural”4. Yánez, Deisy, ¿Qué es un paisaje cultural?, en: LIFEDER, disponible a través de: https://www.lifeder. com/paisaje-cultural/, consultado el 05/11/2019.
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El presidio de la Isla de San Lucas es un paisaje cultural que forma parte del patrimonio tangible e intangible de la sociedad costarricense. Su historia refleja los distintos paradigmas sobre el control estatal hacia el delito y la evolución del sistema penitenciario costarricense. En sus huellas, testimonios e inscripciones visibilizamos las distintas nociones que se tenían hacia los derechos humanos, el crimen y la aplicación de la justicia. En la actualidad, lo que se refiere al centro penal de San Lucas es un conjunto arquitectónico caracterizado por una estructura física hecha con la técnica del concreto armado, reconocible como representativa de la realidad histórica social fundamentalmente de los años 1930 y 1940. El complejo arquitectónico integra los calabozos al final del muelle y la calzada de piedra principal que datan de la última década del siglo XIX. Además, incluye el edificio de la Capitanía o Comandancia del centro que data de 1927, los pabellones y el disco (antiguo tanque de agua), la capilla denominada Ermita de la Virgen de Los Ángeles que posee un área aproximada de 153 m2 de construcción y que se ubica cronológicamente en la década de 1930. También forman parte de ese complejo, el dispensario y algunas de las casas del Barrio “Las Jachas” donde se encontraban los reclusos de confianza que datan de finales de la década de 19505.
Segura, Wendy, “San Lucas revela sus secretos”, en: Museo Nacional de Costa Rica. Boletín electrónico del M.N.C.R., disponible a través de: https://www.museocostarica.go.cr/es_cr/a-fondo/isla-san-lucas. html?Itemid=114, Vol. 6 / Nº 6/ edición junio del 2013; consultado el 18/09/2019.
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Conteo en la pared del pabellón n°8 (detalle), fotografía digital, 2019.
Tipos de Carcel en San Lucas: Paradigmas Se pueden diferenciar distintas ideas alrededor del control estatal hacia el delito y por tanto una evolución del sistema penitenciario costarricense. En un primer momento lideraron las ideas de segregación, destierro y castigo. En este momento se empleó un sistema penal heredado de la Colonia y fortalecido por códigos como el de Carrillo, o el de Morazán (1821 a 1879). Bajo estas ideas se justificaron y tipificaron6 las penas corporales como la muerte; el presidio; el extrañamiento perpetuo o temporal del territorio nacional; la pena de obras públicas; el confinamiento o el destierro en 6
Lugo Solano, Ana Graciela y Sánchez Badilla, Marianella. Op.Cit., pp.84-86.
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un pueblo o distrito determinado. Asimismo se hicieron presentes penas no corporales como la inhabilitación para ejercer empleo, profesión o cargo público; el arresto; la sujeción a la vigilancia de las autoridades; la obligación de dar fianza de buena conducta; el oír públicamente la sentencia y la corrección en establecimientos especiales para mujeres y menores. Por último, también en esta época se establecieron las penas pecuniarias, es decir, multas y la pérdida de algunos efectos. Otros delitos que quebrantaran la seguridad del país y se oponían a los valores de la patria y la religión eran, merecedores de la pena de muerte por medio del fusilamiento en la plaza pública. En pleno auge liberal, durante el gobierno de Tomás Guardia (1831—1882), se identifica un segundo momento que cambia y amplía la concepción de castigo y ejecución. Se habla de cárcel para el aislamiento pero también se menciona el trabajo como cura, dado que se busca el papel socializador y utilitario del sistema penal. Es decir, que la cárcel sirva no solo para aislar sino también para trabajar. Este es el contexto del surgimiento de la prisión de San Lucas, con poblaciones iniciales de entre los 120 y 170 presos. En 1914 se hace referencia a que los presos de San Lucas son empleados en el arreglo de caminos o de edificios nacionales, sustentados en el decreto n°2 del 24 de febrero de 1915 que contiene el Reglamento General de la Penitenciaría sobre trabajo para presos de 8 horas diarias máximo. Se menciona en dicha reglamentación que en San Lucas se permitían libros, habría una biblioteca y la posibilidad de envío y recepción de cartas7. 7
Jinesta, Ricardo, La evolución penitenciaria en Costa Rica. San José: Imprenta FALCO, 1940, pp.244-246
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Un tercer momento surgiría en la década de 1940, con el fortalecimiento de las políticas criminológicas y la formación profesional en materia penitenciaria. En este contexto, se da un “empeño de mantener el trabajo ampliando los talleres y telares… ese mismo sistema debía adoptarse en todas las cárceles de la República y especialmente en el Presidio San Lucas evitando que, la desocupación en los centros penales origine el aumento de delincuencia”8. En un informe de Seguridad Pública de 19559 se indicaba que existía una escuela y una biblioteca la cual tenía cerca de 200 volúmenes. En el informe se señalaba que la biblioteca era muy frecuentada: en 1954 hubo 662 consultas de libros. Sin embargo, al año siguiente hubo que desalojarla para construir un taller de sastrería lo que dio origen al extravío de muchos libros. En ese año se habrían invertido por primera vez 34.500 colones para ropa de reclusos de la Penitenciaría y de San Lucas. A partir de 1959 se nota un incremento en la población10 pues se mencionan un total de 254 reclusos y se indica que la Colonia Penal de San Lucas11 estaba integrada por los siguientes servicios: comisariato, cocina, avícola, ganadería, dispensario, lavandería y agricultura. Había un comité de deportes y patronato de cine. Los totales de reclusos oscilaban entre los 200 y 300 anuales. Un nuevo cambio de paradigma penitenciario se implementó a partir de 1970. Se le denomina el sistema progresivo en el que se promulgó un Nuevo Código Penal, que entre otras cosas estableció que la pena Gobierno de Costa Rica. Memoria de Seguridad Pública, 1940, p.9 Ibíd, p. 251 10 Gobierno de Costa Rica. Memoria del Consejo Superior de Defensa Social (1958-1959), pp. 328-329. 11 Gobierno de Costa Rica. Memoria de Gobernación y Policía 1959-1960 (n°3-1), pp.272-294. 8
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máxima en Costa Rica eran 30 años de cárcel. A lo anterior se le deben sumar cambios en cuanto a procedimientos penales, diagnóstico, entre otros. Se inauguró el Centro Penitenciario la Reforma y se inició el tratamiento de las personas sujetas a sanciones o medidas. Se buscó la investigación, la formulación y la realización de políticas y programas para la prevención del delito. Lo anterior representó una transformación en la concepción del sistema penitenciario, ya no centrada en la reclusión carcelaria, sino en la rehabilitación.”12 Eso creemos, es el contexto de las inscripciones, anotaciones y dibujos identificados en las paredes de las celdas de San Lucas. Se hallaron cerca de 350 segmentos, de los cuales alrededor de 25 contienen referencias a fechas que van entre los años de 1963 y 1991. Estas dan cuenta de las imágenes, percepciones y de la cultura carcelaria de esos días. San Lucas: Características de los espacios En la actualidad, lo que se refiere al centro penal de San Lucas es un conjunto arquitectónico caracterizado por una estructura física hecha con la técnica del concreto armado, reconocible como representativa de la realidad histórica social fundamentalmente de los años 1930 y 1940. El complejo integra los calabozos al final del muelle y la calzada de piedra principal que datan de la última década del siglo XIX. Además, incluye el edificio de la Capitanía o Comandancia del centro que data de 1927, los pabellones y el disco (antiguo tanque de agua), la capilla denominada 12
Gobierno de Costa Rica. Ministerio de Justicia y Gracia, 1977, p. 6.
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Dibujo de barco en la pared del pabellón n°1 (detalle), fotografía digital, 2019.
Ermita de la Virgen de Los Ángeles, el dispensario y algunas de las casas del Barrio “Las Jachas”13. De seguido, nos referimos a aspectos históricos de estas estructuras: El edificio de la Comandancia El edificio de la Comandancia fue declarado Patrimonio HistóricoArquitectónico en 1995 y había sido restaurado en el año 2011 por el Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura y Juventud. Originalmente era un edificio de 300 metros 13
Segura, Wendy. Op.Cit.
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cuadrados de tres niveles, el primero realizado en concreto y bahareque francés y los dos niveles superiores en madera. Esta Comandancia funcionó como el edificio administrativo central del Presidio. A partir de finales de la década de los años cincuenta, el Presidio de San Lucas se transforma en la “Colonia Agrícola Penal de San Lucas”, adquiriendo una nueva dimensión en cuanto a sus funciones. En este edificio se recibía a la persona que iba a ingresar denominado “reo” luego “preso”, posteriormente “interno” y hacia el final de su funcionamiento como “privado de libertad”. Aquí se le sometía a un proceso de observación y se le designaban tareas de distinta índole según sus referencias de vida anterior y comportamiento entre otros. “También se estudiaba su nivel de educación y conocimientos prácticos para ver qué trabajo podía desempeñar”14. Así mismo se señala que “todo interno tiene la obligación de trabajar cuatro horas diarias para la Colonia en el puesto que le asigne la Administración después de estudiar sus capacidades.”15 La Ermita de la Virgen de Los Ángeles Tras el cierre de la prisión en 1991; ciertos edificios del lugar, como la Comandancia y la Capilla fueron incorporados al Patrimonio HistóricoArquitectónico de Costa Rica. La Capilla denominada Ermita de la Virgen de Los Ángeles data de la década de 1930 y posee un área aproximada de 153 m2 de construcción. La iglesia cuenta con una planta basilical conformada por tres naves, una central y dos laterales, un ábside 14 15
Balint, Antal B. 1965. La isla de San Lucas. Biblioteca de la Colonia Agrícola Penal de San Lucas. Ibíd.
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semicircular, y de manera particular, con solamente un transepto al costado norte del crucero. Su fachada está integrada por arcos de medio punto en las ventanas, columnas dóricas y un frontón triangular central con una torre sobre el nártex. Mientras funcionó la cárcel, en la ermita se celebraban oficios religiosos para privados de libertad y administrativos del centro penal. Para la década de 1980, el capellán llegaba los sábados cada quince días y era de origen vasco. La ermita fue objeto de una amplia remodelación en 2014 mediante un fideicomiso con aportes de instancias como la Oficina del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura y Juventud, el Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico y el Instituto Costarricense de Turismo. El Dispensario Existen evidencias documentales que mencionan la existencia de un Dispensario Médico formal a partir de 1950, aunque lógicamente los servicios médicos en la prisión de San Lucas fueron casi tan antiguos como su origen. En 1955 se mencionó la adquisición de equipo instrumental médico y de laboratorio gracias a una partida económica específica, con el fin de dar servicios de exámenes de laboratorio, de dentistería, suturas y curaciones básicas. En la década de 1960 y ya como Colonia Agrícola Penal, se anotó que ese dispensario tenía categoría de hospital y que prestaba atención médica tanto a internos y a personal administrativo del centro como también a residentes de las islas del Golfo de Nicoya. Posteriormente, al parecer, la atención médica se centró en privados de libertad y administrativos del P.13
centro y, en varios anuarios estadísticos de la CCSS de la década de 1980 se le mencionó como Clínica de San Lucas, con una atención de más de 1000 consultas anuales, equivalentes a un promedio de 3 consultas por persona por año. Se daban en esa época servicios de atención en medicina general, urgencias y odontología. Las especialidades y casos graves eran trasladados al Hospital de Puntarenas Monseñor Sanabria16. La Biblioteca Se tiene conocimiento de la existencia de una biblioteca y la circulación de libros desde 1915. En 1960 se lleva a cabo la reapertura de la biblioteca con el nombre de Biblioteca Manuel I. Guerra Trigueros. Era una moderna construcción ideada con la colaboración de Joaquín Vargas Gené y con la colaboración de José León Sánchez. Se conoce que poseía miles de volúmenes agrupados en más de 75 secciones. La consulta de libros formaba parte de las actividades culturales y recreativas que se promovían en el centro penal a partir de la década de 1960. Un grupo musical, juegos de fútbol, elaboración de souvenirs conocidos en la isla como “barretines” o artículos de recuerdo en madera de pochote, pinturas, jícaras decoradas, entre otras, eran desarrolladas por los internos del centro sobre todo para cubrir las demandas de la alta visitación que recibían los días domingos por parte de familiares y de turistas. Pabellones El antiguo centro penal contó con 9 pabellones distribuidos en 7 16 Caja Costarricense de Seguro Social. Dirección Técnica actuarial y Planificación Institucional. Anuario Estadístico 1984: San José, Costa Rica: CCSS, p.253.
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pabellones principales alrededor del complejo “el disco”, para los niveles de seguridad de mediana abierta y mediana cerrada. Además contaba con dos pabellones de confianza, estos pabellones eran dormitorios comunes, donde los internos podían moverse libremente día y noche. Las puertas de estos dormitorios permanecían abiertas hasta las cinco de la tarde, hora en la que el oficial de vigilancia pasaba lista de verificación. “La mayoría de los internos están obligados a comparecer cinco veces durante el día a las listas, para verificar si están presentes, en previsión de fuga.”17 Celdas de castigo: tipos A partir de 1960 hubo tres tipos de celdas de castigo: en primer lugar, tres celdas ubicadas en el subsuelo, a un costado de la antigua Comandancia y a las cuales se ingresa hoy con dificultad por un pasillo húmedo y oscuro. Se comenta que, a finales de la década de 1970, los internos debían trasladar, al hombro y bajo el sol la mercadería: recoger de la lancha en el muelle de la isla sacos de alimentos, materias primas, maquinaria, etc. hasta los distintos destinos del centro penal. A las protestas por este trabajo los encargados del cumplimiento del orden y del trabajo en la prisión les gritaban “Lancha o plancha”, haciendo alusión a que si no ayudaban en esas labores iban a ser castigados en la celda conocida como la plancha. Un segundo tipo de celdas de castigo eran las dos celdas de incomunicación que estaban a la entrada de la isla, justo después del muelle. Esas celdas de incomunicación fueron empleadas según relatos de José León Sánchez (1929) para exhibirlo a él sobre todo los días domingos y así atraer curiosidad y morbo entre los visitantes a la isla. 17
Balint, Antal B. Op. Cit.
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Existió un tercer tipo de celda particular, contruida en 1938 para el costarricense Beltrán Dalay Cortés Carvajal (1908-1984), se le acusó de un triple homicidio, entre los cuales figuraban los doctores Ricardo Moreno Cañas y Carlos Manuel Echandi Lahmann. Por ese delito Beltrán fue trasladado al presidio de la isla San Lucas y allí, por órdenes expresas del Presidente León Cortés Castro, le construyeron una celda de seguridad especial, mejor dicho, una jaula de hierro y de cemento en la que permaneció once años. El 13 de abril de 1961, casi treinta años después, en un acto simbólico, se destruyó esa celda “hecha a la medida”. El barrio Las Jachas A finales de 1950 se construyeron el Dispensario Médico y algunas casas de internos de mínima seguridad en el denominado Barrio Las Jachas. En este contexto el presidio pasó a ser Colonia Agrícola Penal. En la década de 1980 el barrio “Las jachas” estuvo constituido por 84 cuartos individuales ubicados alrededor del perímetro de seguridad del centro y 23 cuartos en playa Cocos, Tumbabote y Hacienda Vieja estos últimos relacionados al cuidado de la porqueriza, la granja avícola, entre otras. Se le denomina “Las jachas” pues según nos comentaron, diariamente los internos debían reportarse ante los vigilantes en las cinco rondas que realizaban en diferentes momentos, la última entre las 7 y 9:00 pm. Los internos que vivían en ese barrio, después de los trabajos que tenían asignados por el centro penal podían transitar libremente por la isla, practicar deportes, realizar artesanías, asistir a la escuela, leer libros de la biblioteca, practicar música, tener radio o ver la televisión en una sala P.16
Venado en pared del pabellón n°8 (detalle), fotografía digital, 2019.
especial para ello, pero ya en la última ronda de inspección y conteo, ellos debían reportarse. Muchas veces estaban dormidos o no querían salir, por lo que con un foco se alumbraba la ranura existente en la puerta de cada habitación y ellos asomaban la cara o “la jacha”. El barrio también tenía una soda y varios internos elaboraban productos de repostería y otros para consumo no solo de internos y administrativos sino también para cuando los domingos recibían a los visitantes y turistas a la isla. El interior de los pabellones A la fecha muchos de los dibujos realizados en las paredes se han P.17
perdido, no solamente por el paso del tiempo y la intervención humana, sino también por el incendio ocurrido en noviembre 2017. El calor del fuego hizo que se desprendiera la pintura de las paredes, eliminándose así, muchos de los vestigios de la memoria grabados en las paredes de este antiguo centro penitenciario. En virtud de su competencia en materia de artes plásticas y visuales, el Museo de Arte Costarricense (MAC) realiza esta exhibición con el objetivo de producir información técnica actualizada sobre los dibujos e inscripciones realizadas en esta prisión durante sus años de funcionamiento. A la fecha, el Estado no dispone de un registro fotográfico completo y de buena calidad de los vestigios que se encuentran en paredes de este inmueble. Esta carencia documental es un factor de riesgo para su conservación y estudio a futuro, por lo que el Museo abordó la tarea de registrar de manera cualitativa, ordenada y completa este patrimonio. Por otra parte, la fragilidad de las estructuras de las celdas donde se encuentran los dibujos, ha sido constatada anteriormente por el MAC, así como por otras instituciones y ciudadanos. De cara a las condiciones agrestes de la isla, y a las consecuentes dificultades para atender estas edificaciones, el Museo desea contribuir mediante su conocimiento en materia visual, para diagnosticar estas paredes y brindar información técnica adecuada a las instancias encargadas de su mantenimiento. Esto también, en aras de fomentar su valorización, conocimiento y disfrute por parte de los ciudadanos. P.18
Créditos de la exposición Esta exposición fue coproducida por el Museo de Arte Costarricense y el Centro de Producción Artística y Cultural del Ministerio de Cultura y Juventud. Proyecto original: Sofía Soto Maffioli Dirección ejecutiva del proyecto: Ada Acuña Castro Fotografías: Esteban Chinchilla Mora, Álvaro Torres Crespo, Jorge Albán Dobles Investigación, curaduría y textos: María José Chavarría Zamora, Vivian Solano Brenes Asistente de investigación: Margarita Sequeira Cabrera Coordinación de producción: Elías Jiménez García, Cinthia Chacón Aguilar Producción técnica: Federico Morera Blanco Coordinación de comunicación: Lindsay Jiménez Alfaro Diseño gráfico: Gabriel González Chavarría Producción audiovisual: Aurora Rodríguez Badilla, Giancarlo D’Ambrossio Eduarte Producción de campo: Verónica Quesada Barrantes Producción de campo: Fernanda Cortés Víquez Gestión de públicos: Sara Soto Benavides, Adriana Zúñiga Suarez. Asistente de producción técnica: Aarón Rivera Guzmán Montaje: María Lourdes Robert Montes de Oca, Jorge Marín Araya, Olman Carvajal Ulloa El proyecto de investigación y producción se llevó a cabo con el apoyo del Instituto Costarricense de Turismo (ICT).
Otros Colaboradores: Gabriela Herrera y Olger Núñez, Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) Francesco Guía, Giovanni Mora, Rodolfo Murillo, Bay Cruise Jorge Soto, Acueductos y Alcantarillados (AyA) Ana Gabriela Espinoza Ocampo, Coordinadora de TCU de la UTN, Sede del Pacífico Alexander Camacho Brizuela, Coordinador de Operaciones del MAC Anthony Quirós Corrales, Jaime Rouillon Arquitectura Byron González Aguilar, Curador de colecciones del MAC Gabriela Villalobos Madrigal, historiadora del Museo Nacional de Costa Rica Tiffany Fernández Estrada, voluntaria MAC. William Monge Quesada, arquitecto y funcionario del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura y Juventud de Costa Rica. Agradecemos a las siguientes personas por las entrevistas concedidas a María José Chavarría Zamora y Vivian Solano Brenes en el proceso de investigación: Carlomagno Samudio Portuguez Rogelio Alberto Umaña Delgado José María Borbón Cecilia Venegas Bermúdez Dulce María Umanzor Alvarado
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