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Qué significan los otros animales para nosotros, los humanos? Viaje a un mundo mucho más que humano.
» lecturas sugeridas
» Amycos, Solidaridad. Motor de la evolución, 2018. Disponible en: http://amycos.org/exposiciones/solidaridad-motor-de-evolucion/ » Agustí, J. y Lordkipanidze, L., Del Turkana al Cáucaso. La evolución de los primeros pobladores de Europa, Barcelona, RBA Libros, 2005. » Bonmatí, A., Gómez-Olivencia, A., Arsuaga, J. L., Carretero, J. M.,
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Gracía, A., Martínez, I., Lorenzo, C., “El caso de Elvis el viejo de la Sima de los Huesos”, en Dendra Médica. Revista de Humanidades, 10 (2), 2011, pp. 138-146. Disponible en: http://www.revistadehumanidades. es/revista/v10n2/El_caso_Elvis.pdf » García Téllez, A., “Antes de los neandertales”, en Desperta Ferro
Arqueología e Historia, 6, 2016, pp. 60-64. » Martínez Mendizábal, I., Pantoja Pérez, A., Sala Burgos, Nohemi.
“Últimas investigaciones: Yacimiento de la Sima de los Huesos de la
Sierra de Atapuerca” en Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 23 (3) 2015, 347-349 (233). Disponible en: https://raco.cat/index.php/ECT/ article/view/306543
» Por Celeste MedrAno
Etnobióloga
Allá lejos, en una época conocida como el Renacimiento, el filósofo francés Michel de Montaigne escribió que educar no es llenar un espacio vacío sino encender un fuego latente. Más tarde, me contaron que aprender es un modo especial de expresión de los afectos. Ahora, me dispongo a contestar algunas preguntas sobre los seres humanos y los otros animales, pero voy a tomar un atajo (aunque me rete la maestra); me voy a subir a un barco y voy a emprender un viaje en busca de esos afectos que me arden de curiosidad. ¡Quien tenga alma de marinero/a, que sea mi compañero/a!
Primer puerto: en 1976 un antropólogo francés llamado Philippe Descola viajó a la Amazonía ecuatoriana para aprender, junto a las sociedades indígenas achuar (antiguamente llamados jíbaros), la manera en que esta gente se relacionaba con el ambiente. Cuando Philippe les preguntaba a los miembros achuar por qué el mono, el ciervo y las plantas de mandioca se presentaban con una apariencia humana en sus sueños, ellos respondían que las plantas y los animales son personas igual
que nosotros. Los achuar, en efecto, saben que la gran mayoría de los seres de la naturaleza posee un alma idéntica a la de los humanos, que les permite pensar, experimentar sentimientos, comunicarse con los humanos, y sobre todo que los lleva a verse como humanos a pesar de su apariencia animal o vegetal. Por eso, para estos indígenas, las plantas o los animales son personas. Sin embargo, la idea achuar de humanidad no está ligada al cuerpo físico, sino a lo que estos cuerpos tienen en su interior que, llamado por los indígenas wakan (y traducido en general como “alma”), es compartido por humanos, plantas y animales. Así, tanto los humanos como las plantas y los animales pueden intercambiar mensajes, entablar relaciones de solidaridad, de amistad o de cuidado; motivarse por lazos afectivos y ser parte activa de la sociedad. Entonces, cuando las mujeres van a los huertos, tratan a las plantas de mandioca igual que a sus hijos y cuando los hombres van a cazar, tratan a las posibles presas como a sus cuñados.
Segundo puerto: en el 2010 me encontraba aprendiendo la lengua de los qom –antiguamente llamados tobas–, un grupo indígena que ha vivido históricamente en territorios conocidos como el Gran Chaco. Este último es un gran espacio geográfico que abarca el noreste de la Argentina, gran parte de Paraguay, sectores en Bolivia, Brasil y cuyas especies más sobresalientes son los algarrobos, los quebrachos, el palo borracho, el tigre o yaguareté, los ñandúes y el tapir, entre otros. Así, me preparaba para un viaje cuyo fin era aprender la zoología de estos indígenas, o sea, la forma como ellos se relacionaban, caracterizaban, percibían y utilizaban a los animales. Una mañana, junto a mi maestro Mauricio Maidana, pensamos que sería importante hacer un librito que compilase estos saberes sobre animales y escribimos la zoología qom, que luego completamos con los conocimientos de otros cazadores y pescadores indígenas del Gran Chaco. Pero, mientras colaboraba en la escritura de este libro que intentaba comparar la zoología que aprendemos en la escuela con la zoología indígena, me di cuenta de que existía una serie de atributos que tornaban algo distintos a los animales de los qom. Por ejemplo, el tigre, según me enseñaron, es similar a los humanos por su forma de observar y pensar; el zorro es pícaro, curioso e inteligente; el carpincho es amistoso con sus cohabitantes acuáticos. Poco a poco fui aprendiendo que los animales de los qom tienen personalidad porque, al igual que los humanos, poseen un lqui’i (alma) y es esa propiedad la que les permite comunicarse con los humanos e intercambiar emociones y pareceres. Incluso aprendí que, en sueños, los animales pueden hablar con los qom empleando el mismo idioma, pero también las personas pueden interpretar el idioma animal. “Sabía que ibas
Yaguareté.
© Celeste Medrano.
Zoología qom.
© CelesteMedrano.
Huashe (mujercita del monte).
© Celeste Medrano. a venir y por eso no fui a ningún lado”, me dijo un día Maura cuando fui a visitarla a su casa en una comunidad indígena formoseña: “me avisó el chiviro [un pajarito], él cantó: mashe tegueuo, mashe tegueuo”.
También aprendí que cuando los cazadores qom van al monte a buscar presas para compartir con sus familias, enuncian rogativas cuyo fin es tocarle el corazón a los dueños de los animales y hacer que estos se compadezcan de los humanos y donen algunos de los suyos para la supervivencia indígena. Estos dueños de los animales (con forma animal, pero con capacidad para enunciar frases en lengua qom) acceden al pedido siempre y cuando los humanos se comprometan a respetar los despojos de la cacería, a no atentar contra las madres con crías y a no cazar más de la cuenta. Comprendí entonces que la supervivencia en el Gran Chaco depende de estos lazos emocionales que tornan sociales y solidarios los vínculos entre todos los habitantes ya sean estos humanos o no-humanos.
De regreso al puerto anoté en mi diario de viaje:
… aprendí que ser humano y ser animal son calidades que adoptan un sinnúmero de formas diferentes. Cada conjunto de personas tiene una forma de definir qué es ser humano y qué es ser animal y luego, esto modifica los vínculos entre unos y otros. Podemos ignorar todas estas formas, pero, levantando solo un poco el catalejo, una verdad se nos cae en la cabeza: ¡los humanos no somos los únicos que tenemos lenguaje, hacemos arte o somos piadosos! Y tal vez convencernos de esto nos ayude a ser solidarios con la pequeña bolita llamada planeta que, en definitiva, nos cobija a todos.
Dibujos realizados por Valentín Suárez, líder político qom y maestro bilingüe que reside en la comunidad de Riacho de Oro
en la provincia de Formosa, Argentina. Publicados en: Tola, F., Medrano C. y Cardín L., Territorio, memoria y lengua entre los qom del centro-este de Formosa, Buenos Aires, Argentina, 2011. Publicación independiente realizada con el apoyo de UNESCOIESALC.