"Manuel Felguérez, 90 años" | Museo Federico Silva

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Manuel Felguérez, 90 años | Manuel Felguérez Derechos reservados

2018 Museo Federico Silva Escultura Contemporánea

DIRECTORIO Juan Manuel Carreras López. Gobernador constitucional del estado de San Luis Potosí Alejandro Leal Tovías. Secretario general de gobierno Elías Pecina Rodríguez. Oficial mayor José Luis Ugalde Montes. Secretario de finanzas Armando Herrera Silva. Secretario de cultura

MUSEO FEDERICO SILVA ESCULTURA CONTEMPORÁNEA Enrique Villa Ramírez. Dirección General Oricel del Carmen Muñoz Araujo. Asistente de dirección Francisco Oñate Fraga. Dirección Administrativa Enrique del Valle | Daniel Gómez González. Museografía Verónica Lorena Guevara Barragán. Diseño Ivonne Neusete Argáez Tenorio. Servicios educativos Roy Edgardo Lara Martínez. Biblioteca Equipo administrativo

Ma. Adriana Martínez Rocha Lourdes Alejandra Rodríguez Martínez Juan Martín Turrubiartes Martínez Equipo técnico

Humberto García Carrizales Carlos Omar González Pérez Abraham Jaime Barrón Alma Diana Flores Hernández. Taquilla




Contenido

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Manuel Felguérez, 90 años Enrique Villa Ramírez

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Manuel Felguérez, el vitalismo de la madurez Luis Ignacio Sáinz

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Manuel Felguérez Currículum

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Manuel Felguérez, 90 años Obra en exposición



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Manuel Felguérez, 90 años

Enrique Villa Ramírez Director General del Museo Federico Silva, Escultura Contemporánea

A

rtista de múltiples habilidades crea doras, lo mismo se ha expresado a

través de la pintura, que de la escultura, de la gráfica, o como creador-hacedor de murales, entre otras expresiones artísticas que él domina.


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E

s un hombre de su tiempo, que tiene conciencia de su paso por el mundo del arte, así mismo, es conocedor y partícipe de las trans-

formaciones estéticas dentro del complejo y cambiante mosaico cultural que se ha sucedido desde mediados del siglo XX hasta nuestros días. Manuel Felguérez nace en la hacienda de San Agustín Valparaíso, Zacatecas en diciembre de 1928.Es el primogénito de su familia. A los siete años de edad (1935) la familia se traslada a la Ciudad de México, en donde reside hasta los 23 años. En 1947, junto con su amigo Jorge Ibargüengoitia (ambos fueron scouts), se les presentó la oportunidad de asistir (por medios propios y sin ninguna representación oficial), al primer campamento mundial de aquella asociación cerca de París, Francia; por cuatro meses recorrieron Francia, Italia, Suiza y Londres, “en aquella Europa sembrada de tumbas, solo los museos eran gratis y me facinaron” (Manuel Felguérez). De regreso a México, se inscribe en la academia de San Carlos, pero el germen del arte y de todo lo que vio y vivió en Europa estaba ya inoculado en su ser y decide regresar al viejo continente: “Yo venía de visitar la Capilla Sixtina y me desesperé de pintar jarritos y del camino único de la Escuela Mexicana de Pintura. Decidí que mi futuro estaba en Europa.” (Manuel Felguérez). En 1948 en compañía de Jorge Wilmont –quién más tarde sería famoso ceramista- recorre el país acercándose y conociendo la arqueología prehispánica y a los habitantes indígenas de aquellas regiones, entre ellas las comunidades lacandonas de Chiapas.


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Este encuentro con los grupos indígenas del sureste van a influir de manera muy importante en sus primeras producciones de escultura en barro y piedra, que realizará en México un poco más adelante. Mientras tanto, logra embarcarse nuevamente hacia Europa, viaja por los países escandinavos, Alemania y Bélgica para llegar, finalmente, en el otoño del 49 a Francia, a Paris con más precisión. Como dice su gran amiga de generación Dore Ashton “se abrió camino hasta el estudio de Ossip Zadkine, un genial veterano de la aventura moderna en sus inicios”. De esta manera su actividad principal era la de aprender el oficio de escultor, precisamente en el taller del maestro Zadkine, la academia Grand Chaumiére. Ahí aprende el manejo plástico de los materiales y técnicas diversas y a construir esculturas de diferentes dimensiones, pero sobre todo está en el corazón de la vanguardia del arte y desayuna, come y cena expresionismo, cubismo y arte abstracto, es decir, se internacionaliza al absorber por completo la atmósfera artística del Paris de la posguerra. En 1953 regresa a México y, de entre varias actividades que desarrolla, se inscribe en la Esmeralda en el taller de Francisco Zúñiga con quien estudia y aprende a hacer escultura en terracota. La influencia, por un lado de Henry Moore y del propio maestro Zúñiga lo lleva a conformar, en 1954, una exposición con piezas en terracota, bronce y madera, auspiciada por el Instituto Francés de América Latina (IFAL). Como resultado de dicha exposición y gracias a la recomendación de Justino Fernández y Mathías Goeritz, entre otros, el Gobierno Francés le concede una beca que le permite regresar con su maestro Zadkine. “Así regresé a Paris con mi mujer y mi hija de 2 años”. Al lado de su estudio trabajaba la pintora Lilia Carrillo.


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Desde inicios de la década de los 50 se crea el movimiento “La Ruptura”, Felguérez pertenece a esta generación, que rompe y se libera de los cánones y normas establecidos por la Escuela Mexicana de Pintura al volver los ojos a las corrientes internacionales modernas, surgidas principalmente en Europa debido a los cambios políticos, sociales, culturales y estéticos que ahí se dieron desde finales de la primera guerra mundial. El aire del mundo penetraba en México. A esta “generación de la ruptura” pertenecían artistas e intelectuales como Vicente Rojo, Lilia Carrillo, Alba Rojo, Alberto Gironella, Vlady, José Luis Cuevas, Carlos Fuentes, Juan José Arreola, Octavio Paz, entre otros. En 1956 se encuentra de nuevo en México. Es ya un Felguérez con voz y estilo propio, dinámico y cambiante, siempre dispuesto a experimentar nuevos derroteros en el arte y siempre atento a las nuevas corrientes estilísticas que se producen, tanto en Europa, como aquellas que surgen de la sociedad artística norteamericana, pero sin dejar de lado todo lo aprendido con sus maestros Zadkine y Zúñiga; así mismo, asimiló la intención morfológica de las obras de Jean Arp e investigó la esencia objetual de las esculturas de Brancusi, cuyo taller había frecuentado en Paris, y sin olvidarse de sus raíces mexicanas y de los pintores y poetas europeos que llegaron a México como exiliados, producto de la segunda guerra mundial. En esta época, elabora esculturas en las que no existe una clara distinción entre el espacio contenedor y la forma contenida, es decir, los espacios vacíos y los espacios llenos se equilibran y se dan la mano. Felguérez reconoce las tendencias internacionales, por ello, desde mediados de los 60 y principios de los 70, experimenta con la aplicación de materiales de construcción y con desechos de metal extraídos de los tiraderos de basura, utilizando todas estas nuevas formas o técnicas de composición en muchas de sus esculturas y en muchos de los murales escultóricos que elabora en ambas décadas.


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Hacia finales de la década de los 60 y en la década de los 70 inicia su tránsito hacia la geometría, como lo podemos constatar en su escultura “La Luna” y en los trabajos escultóricos-escenográficos que desarrolla para algunas realizaciones de teatro o cinematográficas del controvertido director Alejandro Jodorowsky; talvez su producción más memorable fue en “La Montaña Sagrada”, donde Felguérez crea la escultura escenográfica conocida como “La máquina del deseo”. De estas primeras manifestaciones geométricas presenta, en diciembre de 1973, en el Museo de Arte Moderno la exposición denominada “El Espacio Múltiple” de la cual Felguérez comentó: “Partir de unos cuantos conceptos geométricos simples como el círculo, el triángulo o el cuadrado, organizarlos hasta producir una forma-idea y darle un orden…” “Quisiera hacer, mas ya no la forma en el espacio, sino la forma que crea espacio, la multiplicación de la escala o la multiplicación del objeto para penetrar múltiples espacios…” Como resultado de esta exposición Felguérez obtuvo, en 1947, la beca Guggenheim y el Gran Premio de la Bienal de Sao Paulo en 1975. Después de obtener la beca Guggenheim, Felguerez decide continuar sus investigaciones sobre el empleo de la computadora en el diseño artístico al aceptar la invitación que le hace la Universidad de Harvard para realizar estudios al respecto y experimentar la creación artística con programas computacionales.

Historia Académica: La carrera docente y de investigador de Felguérez lo llevó a impartir clases por espacio de varias décadas en diferentes instituciones de enseñanza, de entre ellas, cabe mencionar la Universidad Iberoamericana (donde fue maestro de escultura), en la Ciudad de México; en la Universidad de Cornell en Estados Unidos y la Academia de San Carlos, también en la Ciudad de México. Fue investigador en el Instituto de


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Investigaciones Esteticas de la UNAM (México) e investigador huésped de la Universidad de Harvard en Estados Unidos. Las obras creadas por el maestro Felguérez , a partir de la década de los 80 así como los reconocimientos que se le han brindado son muy numerosos. No pretendo ignorar alguno o algunos, pero solo me permitiré mencionar unos cuantos, como indicador de su trayectoria: • En 1988 recibe el Premio Nacional de Artes. Este es el reconocimiento más alto que hace el Gobierno de México a sus creadores. • En 1993 es nombrado Creador Emérito en el sistema Nacional de Creadores. • En 1988 se funda el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez , en Zacatecas, México. • En 2002 se inaugura el mural “Teorema Inmóvil” en conmemoración de los 50 años del Auditorio Nacional, Ciudad de México. • En 2003 se inauguran las esculturas “Puerta al Tiempo” en el edificio de la rectoría de la Universidad Autónoma Metropolitana, en la Ciudad de México y la escultura “Geometría suspendida” en el Paseo Escultórico Coyoacan, Ciudad de México. • En 2006 recibe de España la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica. En ese mismo año se inaugura otra escultura monumental: “Boomerang” colocada en el Centro de Congresos de Querétaro, México. Así mismo, recibe el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Autónoma Metropolitana, México. Y se inaugura “El Muro de las Calaveras” (1ª etapa) colocado en el Museo Nacional de Antropología e Historia. • En 2011 se inaugura la exposición “Manuel Felguerez obra reciente”, en la galería del Jardín Escultórico Juan Soriano, en Varsovia Polonia. • En 2015 el maestro Felguérez y su esposa Mercedes Oteyza, reciben a los Reyes de España en su museo de Zacatecas. • En 2018 se inaugura la pintura mural “Agenda 30” donada por el Gobierno de México a la ONU, en la ciudad de Nueva York.


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En esta muy breve semblanza del maestro Manuel Felguerez, hemos hecho mención casi exclusivamente a su faceta de escultor, ya que la exposición que se presenta en el Museo Federico Silva (por ser el único en su género en Latinoamérica dedicado exclusivamente a la escultura contemporánea), son únicamente trabajos escultóricos del maestro Felguérez . La serie que presentamos pertenece a la colección del Taller Majac. Nuestro reconocimiento y agradecimiento a dicho taller por sumarse al esfuerzo que hacemos para rendirle, con esta exposición, un homenaje al maestro Manuel Felguerez por su ya muy próximo nonagésimo aniversario. La exposición se compone de 2 series; la primera integrada por 9 piezas realizadas en el 2005 y la segunda, designada con los numerales XIII al XX, elaboradas en el 2010. Aunque ambas series están realizadas con una diferencia de cinco años, tienen una secuencia, pues de hecho constituyen un conjunto. En muchos sentidos, el trabajo experimental (y esta muestra la podríamos considerar como tal), se forma estructurando por medio de secuencias, elementos comunes y compartidos entre los componentes de las series, así como elementos singulares y característicos. Son obras de carácter geométrico, ensambladas y con gran dinamismo. En algunas de ellas, los cables que las conforman, no son puramente de carácter estético, sino que tienen la función de tensar la pieza. Forma y geometrismo son dos conceptos que Felguérez les da otra lectura. Como sabemos el concepto “forma” ocupa una posición ambigua en el arte moderno, pues llegaron a manifestarse expresiones que consideraban a la forma como mero producto residual de la acción artística. Mathías Goeritz fue uno de los primeros artistas que promulgó una reivindicación de lo formal, es decir, había que atender y entender que


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la forma no obedece exclusivamente a la función de orden teórico o estético, sino que tiene que responder a la función emocional. “Creemos que Felguerez ha estado en sintonía con esa noción emocional/funcional: la forma para él no es solo la visualización de una idea o propuesta… sino una manifestación estéticamente necesaria”. (pág. 204 subtítulo Forma, del libro Manuel Felguerez, Invención Constructiva. 2009. Conaculta. En cuanto a la geometría de estas piezas, solo podemos decir que la curva, la recta, el triángulo y el rectángulo se conjugan de manera armónica creando piezas con gran movimiento carentes de contenido estático en donde en cada pieza el espacio se inventa de manera única. El estudio y la reflexión de la geometría sigue siendo para Felguérez, fundamental en sus creaciones; como apunta Luis Ignacio Saenz: “Incapaz de engañar, prefiere alterar el curso de su expresión para actualizarse, lo que significa incorporar nuevos elementos para optimizar la eficiencia en el diálogo con el interlocutor que mira, intentando que el espectador que se vincula con él, a través de la mediación de la escultura, avance en el laberinto de su empeño gramático”.

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Manuel Felguérez, el vitalismo de la madurez

Luis Ignacio Sáinz

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ignos extraños hurta la memoria, para una muda y condenada historia,

y acaricia las huellas como si oculta obcecación lograra, a fuerza de tallar la sombra avara recuperar estrellas. Jorge Cuesta: Canto a un dios mineral (1942).


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F

rente a la agobiante realidad, las creaciones-invenciones-composiciones de Felguérez son instantes de anestesia que si no sanan las

dolencias de quienes las observan, al menos mitigan la brutalidad de su descomposición. Son esperanzas coaguladas, ilusiones en bulto, sueños materiales. Representan lecturas posibles, alternas, polémicas, al ser de lo real, a la vigencia del mundo y su identidad. Son una evidencia distinta, una piel recién maquillada y lozana, de la complejidad inherente a otras versiones de la abstracción. Algunas requieren de la guía del color para arribar a una relativa comodidad en la contemplación, mientras que en su obra la totalidad comunicativa que ofrece es económica en su conjunto, incluso simple. No hay desperdicio conceptual, tampoco artificio estilístico. Incapaz de engañar, prefiere alterar el curso de su expresión para “actualizarse”, lo que significa incorporar nuevos elementos para optimizar la eficiencia en el diálogo con el interlocutor que mira, intentando que el espectador que se vincula con él, a través de la mediación de la escultura, avance en el laberinto de su empeño gramático1. La vocación excursionista de Manuel Felguérez podría explicar sus recorridos por la escultura desde 1949 (estancias con Ossip Zadkine en la Academia de la Grand Chaumière de París, Francia; y después como alumno y ayudante de Francisco Zúñiga en la Escuela de Pintura y Escultura “La Esmeralda” de la capital de México) y sus peregrinajes por la pintura a partir de 1957 (Galería Antonio Souza). En ambos casos se trata de facetas distintas pero armónicas de una expresión unitaria, en la que debe conside-

Para el interesado en su obra reciente se sugiere: Villoro, Juan: Manuel Felguérez. El límite de la secuencia, México,

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Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Dirección General de Publicaciones, 1997, 31pp. + 31 ilustraciones, y Manuel Felguérez, catálogo de la exposición, México, Universidad Autónoma Metropolitana, 1998, 30pp.


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rarse también su proclividad a las artes gráficas, el diseño de escenografías para el teatro y el cine, resaltando el trabajo conjunto con Alejandro Jodorowsky, y su participación en montajes efímeros (happenings). Su avidez por conocer y procesar escenarios dispares, siempre originales, brota impetuosa en cada una de sus piezas. Innovador permanente que no desdeña ninguna posibilidad, atiende con igual pulcritud encargos tan variados como los murales del Cine Diana (1961), Canto al Océano del Deportivo Bahía (1963, destruido), La intervención destructiva de la Confederación de Cámaras Industriales (1964), el Telón vitral de la Casa de la Paz (1964, ahora en San Antonio, Texas) o el del Centro Cultural Alfa (1978), que su pasatiempo por las artesanías y los juguetes cercano al “arte pobre” por el reciclamiento de materiales, sobresaliendo cerca de cien modelos de esculturas animales y figuras humanas en barro ahumado, bruñido y esgrafiado, lámina de fierro soldado y papel maché. La de Manuel Felguérez es una obra abierta que se ventila sin tapujos, esperando ser disectada por el propio artífice y, de modo protagónico, por quienes la hacen suya en el proceso mismo de apropiación que constituye la mirada. Ajena a intenciones predeterminadas y contenidos estáticos, su estética exige una inflexión posesiva por parte del observador, a efecto de proponerle a cada invención de espacio un sentido posible; y dado que el público es un actor colectivo, pero no orgánico y homogéneo, las creaciones como partos se multiplican, las posibilidades de goce e interpretación se amplían. Ésta es una de las virtudes centrales de su discurso artístico: la infinitud, la recomposición duradera, la postulación renovada de un objeto que somete su materia. Lejos de la trivialidad que, en muchos casos, entroniza la abstracción como renuncia al imperio de los objetos, más por incapacidad que por vocación, él se afana en escuchar sus voces profundas, en rastrear las huellas de su memoria, en hurgar la fragilidad de los límites de la com-


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posición, ya sea en plano, ya sea en masa y volumen. Si existiera un diccionario etimológico que nos dilucidara el por qué los artistas son de un modo inapelable, la voz Felguérez significaría movimiento en sí, rotación en su propio eje, cambio incesante que conserva un núcleo ordenador. Y todo ello lo hace con una ventaja enorme frente a otros creadores ya que es el mejor crítico de su propio trabajo: Partir de unos cuantos conceptos geométricos simples: como el círculo, el triángulo o el cuadrado; organizarlos hasta producir una forma-idea. Después, con un lápiz dibujar sobre el papel esta forma-idea y darle un orden. Pensar en el color plata y rodearlo de unos cuantos colores fríos; pensar en el color oro y rodearlo de unos colores cálidos; en ambos casos, organizar el color, darle un orden, una lógica. Tomar el pincel y aplicar el color sobre el dibujo creando así un diseño formado por planos. Todo plano contiene potencialmente infinitos volúmenes. Optar por uno de ellos y crear un relieve; el color también tomara esta dimensión. Después tomar el volumen y desarrollarlo en el espacio y mostrar que el concepto pintura-relieve-escultura está obsoleto, desgastado; que forma-color es uno solo dentro de espacios relativos. Quisiera hacer la forma mas ya no la forma en el espacio sino la forma que crea espacio, el movimiento que crea espacio, la multiplicación de la escala o la multiplicación del objeto para penetrar múltiples espacios; permutar las formas, aplicar la combinatoria, utilizar el desplazamiento. En fin, descubrir, inventar, demostrar la forma viva dentro del espacio múltiple 2.

2

Reflexión del propio Manuel Felguérez a propósito de su exposición El espacio múltiple, inaugurada el 20 de di-

ciembre de 1973 en el Museo de Arte Moderno de la ciudad de México y que fuera desmontada en febrero de 1974. Cfr., Felguérez, Manuel: El espacio múltiple, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Coordinación de Humanidades, 1978. Véase también siguiente cita.


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Resiste las seducciones del academicismo. Elude las tentaciones de la retórica. Renuncia a imponer un nuevo credo. El ansia de expresión de su escritura icónica se desplaza en el tránsito que parte de su imaginación hacia su traducción en materia. Los resultados no eluden la lectura, nada significan como tales, esa será una atribución de quien intrigado mire y analice las obras. Eso sí, calan en nuestra voracidad intelectual, reposan en nuestro apetito sentimental; pero esas son las afecciones del alma del interprete, acaso del espía que las atisba, aguijoneado por el asombro. Caligrafía evocadora de misterios y de vacíos, de ausencias y delirios, que ofrece sus deseos-apetitos sin esperar nada a cambio, y que se desdobla impetuosa en disfraces únicos e irrepetibles: movimiento sin reposo, silencio transparente, árbol de imágenes, lúcido abismo del paisaje, páramo de hielo. Ésta pintura encuentra su íntima razón de ser en la conversación, en los ires y venires de la oralidad, en el intercambio de ideas, sensaciones y, en primer plano, emociones. Los trazos del artista zacatecano son fuego hermético y llama pudorosa que esperan ser descubiertos y comprendidos por los otros: los espectadores concebidos en calidad de intérpretes. Un anhelo marca la geografía de su producción: el de la coincidencia y la contemporaneidad de quien se esfuerza en comunicar esculpiendo (acaso pintando) con aquel otro, real pero no conocido, que le contesta viéndolo y predicándolo en ausencia. Como si se preguntara el artista en el verso de Jaime Torres Bodet: “¿Quién mira, con mis ojos, lo que miro?”3

3

Cuarto verso del soneto Regreso (1949).


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Y sin duda, el poeta torturado que fuera en vida Jorge Cuesta atina al sentenciar: “a fuerza de tallar la sombra avara, recuperar estrellas”. Quizá porque Manuel Felguérez nada pretende, es que lo logra todo. Será la renuncia la vía que le permite conquistar el espacio, al desdoblarse en los silencios engullidos por una escultórica sintética, a punto de desaparecer y volverse sino invisible, transparente. Los años pasan por él, ahora la friolera de noventa, pero lo hacen con una dispensa especial: cruzan, atraviesan, sin hacer morada y hallar cobijo en sus huesos y sus músculos y sus órganos y sus pensamientos. Él continúa desafiando la gravedad, la solemnidad, la enfermedad y el pesimismo, enemigos ni menores ni subestimables, aunque los domeña con la elegancia de su imaginación, protegida por su voluntad inquebrantable. Tiento y delicadeza del Museo Federico Silva Escultura Contemporánea por albergar esta muestra de piezas de pequeño y mediano formato que resultan absolutamente exquisitas. Y que nos obligan, con placer, a traer a colación un apunte atinadísimo de Octavio Paz sobre la lógica de su composición, aparentemente contradictoria: Las proposiciones de Felguérez no nos entran por los oídos sino por los ojos y el tacto: son cosas que podemos ver y tocar. Pero son cosas dotadas de propiedades mentales y animadas no por un mecanismo sino por una lógica. Los espacios múltiples no dicen: silenciosamente se despliegan ante nosotros y se transforman en otro espacio. Sus metamorfosis nos revelan la racionalidad inherente de las formas. Los espacios literalmente se hacen y edifican ante nuestros ojos con una lógica que, en el fondo, no es distinta a la de la semilla que se transforma en raíz, tallo, fruto.


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Lógica de la vida. Formas-idea, dice Felguérez, excelente crítico de sí mismo. Pero no hay nada estático en ese mundo: las formas, imágenes de la perfección finita, producen por la combinación de sus elementos metamorfosis infinitas. No un espacio para contemplar sino un espacio para construir otros espacios. Un arte que tiene el rigor de una demostración y que, no obstante, en las fronteras entre el azar y la necesidad, produce objetos imprevisibles. Los objetos de Felguérez son proposiciones visuales y táctiles: una lógica sensible que es, asimismo, una lógica creadora4.

De modo que el espacio múltiple deja de ser una exposición, incluso una forma creativa, para transformarse en una idea expansiva, alimentada de espacio y confinada por materiales que reniegan de su densidad para volverse capilares y quedarse a un tris de levitar.

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Octavio Paz en el catálogo de la exposición El espacio múltiple, México, Museo de Arte Moderno, Instituto Na-

cional de Bellas Artes, 1973. Véase también: García Ponce Juan: “Manuel Felguérez: El espacio múltiple”, en Apariciones. Antología de ensayos, México, Fondo de Cultura Económica, 1987, p.462-465.



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Manuel Felguérez, Currículum

1928

Nace en Valparaíso, Zacatecas, México.

1949 - 1950

Discípulo de Ossip Zadkine en la Academia de la Grand Chaumier, París, Francia.

1954

Beca del Gobierno Francés.

1967

Maestro Invitado. Universidad de Cornell. EUA.

1968

Segundo Premio de Pintura en la Primera Trienal de Nueva Delhi, India.

1973

Miembro de Número en la Academia de Artes en México.

1973 - 1992

Miembro del Instituto de Investigaciones Estéticas. Universidad Nacional Autónoma de México.

1975

Gran Premio de Honor de la XIII Bienal de Sao Paulo, Brasil.

1975

Beca de la Fundación Guggenheim. EUA.

1975

Investigador Huésped. Universidad de Harvard. EUA.

1981 - 1986

Exposiciones individuales en: Museo Español de Arte Contemporáneo. Fundación Calouste Gulbenkian. Lisboa, Portugal. Palais des Beaux Arts. Bruselas, Bélgica. Polytéchnic of Central London, Inglaterra. Museo Bharat Bhavan. Bhopal, India. Lalit Kala Academy. Nueva Delhi, India. XLII Bienal de Venecia. Pabellón Mexicano. Venecia, Italia.


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1987

Ciudadano Ilustre de Zacatecas, México. | Muestra Antológica, Museo del Palacio de Bellas Artes, Ciudad de México.

1988

Premio Nacional de Artes. México.

1993

Creador Emérito. Sistema Nacional de Creadores de Arte. México.

1998

Fundación Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, Zacatecas. México.

2001

Ampliación del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, Zacatecas. México.

2002

Mural Teorema Inmóvil en conmemoración de los 50 años del Auditorio Nacional, Ciudad de México. | Inauguración Galería de Arte Electrónico Manuel Felguérez en el Centro

Multimedia del Centro Nacional de las

Artes. Ciudad de México. 2003

Inauguración Galería Manuel Felguérez en la Rectoría de la Universidad Autónoma Metropolitana, Ciudad de México. | Escultura Puerta al tiempo, edificio de la Rectoría Universidad Autónoma Metropolitana. Conmemoración 30 años. Ciudad de México. | Escultura “Geometría suspendida” en el Paseo escultórico Coyoacán. Ciudad de México.

2006

Recibe de España la Encomienda de la Orden de Isabel la católica. | Mural Tierra Quemada, Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México. | Escultura Monumental 70 años de la Fundación del Instituto Politécnico Nacional. Ciudad de México.

2007

Puerta 1808. Escultura Monumental. Avenida Juárez, Centro Histórico, Ciudad de México. | Fuente de la República, Paseo de la Reforma, Ciudad de México.

2008

Exposición en el Centro de Arte La Regenta. Las Palmas de Gran Canaria. España. | Homenaje del Gobierno del Estado de Zacatecas por sus 80 años.


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2009

Premio de La Federación Mexicana de Asociaciones de Amigos de los Museos, A.C. por la creación, mantenimiento y desarrollo del MAAMF de Zacatecas, Zac. | Premio al Creador Emérito por el Consejo Nacional Para la Cultura y las Artes y el Gobierno del Estado de Zacatecas, Zacatecas, México. | Boomerang, Escultura monumental, Ciudad de las Artes, Querétaro, Qro., México. | Festival Internacional Cervantino, 37 Edición. Homenaje - exposición, Guanajuato, Gto. México. | Licorera en plata para la Casa José Cuervo, presentación Casa del Lago, Ciudad de México. | Llaves de la Ciudad de Guanajuato. Ayuntamiento de Guanajuato 2009-2012, México. | Doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma Metropolitana. Ciudad de México. | Muro de Calaveras. (1ª etapa) Museo de Antropología. Av. Paseo de la Reforma. Ciudad de México. Invención Constructiva. Exposición, homenaje por sus 80 años de vida, Museo del Palacio de Bellas Artes. Ciudad de México. | Escultura “Cavidad Florida”. Plaza del Carillón, Plaza Conmemorativa del Centenario del Inicio de la Revolución y Bicentenario de la Independencia de México. IPN, Ciudad de México.

2010

Ciudad en Movimiento en el Bicentenario. 12 esculturas. Paseo de la Reforma y Niza, Glorieta de la Palma, Ciudad de México. | Ecuación en Acero. Mural en Edificio de la Secretaria de Educación Pública, Ciudad de México. | Manuel Felguérez, La Invención Constructiva, Retrospectiva en homenaje por sus ochenta años de vida, Ex – Templo de San Agustín, Zacatecas, Zac. | Manuel Felguérez, Obra reciente: Instituto de México, Embajada de México en España S.R.E, Madrid; Festival Otoño Cultural Iberoamericano, Caja Rural del Sur, Huelva, España.


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2011

Manuel Felguérez Obra Reciente: Galería del Jardín Escultórico Juan Soriano, Varsovia, Polonia, Embajada de México, Berlín, Alemania, Instituto Cultural de México, París, Francia. | Manuel Felguérez, 40 años de Gráfica, Casa de las Américas, La Habana, Cuba.

2012

La Estética de lo Real: caos y orden en la obra reciente de Manuel Felguérez, Museo de Aguascalientes. | Manuel Felguérez Obra Reciente: Museo de la Academia Central de Bellas Artes de Beijín, Museo Provincial de Sichuán y Casa de la Ópera de Guangzhou, en La República Popular de China.

2014

Rescate del mural-relieve de hierro del cine Diana para ser integrado como una pieza central en la exposición “Desafío a la estabilidad. Procesos artísticos en México 19521967”, en el Museo de Arte Contemporáneo de la UNAM (MUAC). | Recibe el “Reconocimiento Universitario” por parte de la UNAM, en homenaje a sus trascendentes aportaciones a la experimentación, su destacada trayectoria y su gran influencia en el arte mexicano de la segunda mitad del siglo XX. | Presentación de la escultura Crisálida en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo y en el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, de la ciudad de Puebla. Escultura realizada partir de la deconstrucción y reinterpretación de un automóvil Volkswagen. | Inauguración del Muro de Calaveras (tzompantli abstracto) de 400 metros, que delimita el perímetro del Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México.

2015

Manuel Felguérez y su esposa Mercedes de Oteyza reciben a los Reyes de España en su Museo. | Inauguración del mural escultórico Mientras muere la tarde, en la Alameda Francisco García Salinas de la Ciudad de Zacatecas.


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2016

Recibe la Medalla Bellas Artes, máxima distinción que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes. | Doctor Honoris Causa por la Universidad de Colima. Colima, Col. | Felguérez Metálica, Galería López Quiroga, Ciudad de México. | Manuel Felguérez, noviembre 2016-marzo 2017, Galería Durban Segnini, Miami, Florida, EUA.

2017

Manuel Felguérez de la Máquina Estética al Siglo XXI, Universidad Iberoamericana, Ciudad de México. | Los Felguérez de Felguérez, Seminario de Cultura Mexicana, Ciudad de México.

2018

Manuel Felguérez, El orden del caos: Gráfica y escultura, Museo José Guadalupe Posada, Aguascalientes, Ags. | Considerado en la lista de los 300 líderes más influyentes de México, de la revista Líderes mexicanos | El Gobierno de la República Mexicana dona un cuadro de Manuel Felguérez titulado “Agenda 2013” a la Organización de Naciones Unidas con sede en la ciudad de New York, USA. | Doctorado Honoris causa por la Universidad Autónoma de Zacatecas. | Manuel Felguérez, una experiencia creativa. XC Aniversario. Exposición itinerante por diversos Estados de la República.




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Volante | Manuel FelguĂŠrez 2005 Acero pintado 62 x 67 x 57 cm


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Rectángulos y curvas | Manuel Felguérez 2005 Acero pintado 64 x 67 x 28 cm


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Luna | Manuel FelguĂŠrez 2005 Acero pintado 56 x 67 x 38 cm


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Líneas cruzadas | Manuel Felguérez 2005 Acero pintado 58 x 70 x 57 cm



Dos rectĂĄngulos | Manuel FelguĂŠrez 2005 Acero pintado 58 x 62 x 37 cm


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Curva cerrada | Manuel FelguĂŠrez 2005 Acero pintado 52 x 54 x 48 cm


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Cilindros paralelos | Manuel FelguĂŠrez 2005 Acero pintado 49 x 56 x 56 cm


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Boomerang | Manuel FelguĂŠrez 2005 Acero pintado 62 x 67 x 57 cm


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Arco de la noche | Manuel FelguĂŠrez

2005 Acero pintado 63 x 42 x 62 cm



“En realidad, el artista va enriqueciendo su obra, va evolucionando. Hay momentos en que se notan más los cambios y momentos que se ven más lentos, pero así es la dinámica de la creación.” - Manuel Felgúerez


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XIII | Manuel Felguérez 2010 Acero pintado 60 x 57.6 x 41.2 cm


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XIV | Manuel Felguérez 2010 Acero pintado 60 x 50.4 x 44.7 cm


pĂĄgina 46

XV | Manuel FelguĂŠrez 2010 Acero pintado 60 x 44.1 x 35.4 cm


página 47

XVI | Manuel Felguérez 2010 Acero pintado 60 x 57.5 x 44.3 cm


página 48

XVII | Manuel Felguérez 2010 Acero pintado 60 x 80 x 56.5 cm


página 49

XVIII | Manuel Felguérez 2010 Acero pintado 60 x 49.8 x 43 cm


pĂĄgina 50

XIX | Manuel FelguĂŠrez 2010 Acero pintado 60 x 55 x 48.5 cm


pĂĄgina 51

XX | Manuel FelguĂŠrez 2010 Acero pintado 60 x 40 x 38 cm





Manuel Felguérez, 90 años | Manuel Felguérez Derechos reservados

2018 Museo Federico Silva Escultura Contemporánea

Derechos reservados de la exposición y de esta publicación: 2018 Museo Federico Silva Esculura Contemporánea. Álvaro Obregón No. 80, Zona Centro, San Luis Potosí S.L.P. 78000 México

CRÉDITOS DE LA PUBLICACIÓN Editor responsable: Museo Federico Silva Escultura Contemporánea Diseño editorial: Verónica Lorena Guevara Barragán Colección de obra: Taller Majac Fotografías: Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, Zacatecas Curaduría: Enrique Villa Ramírez

ISBN: En

trámite

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación podrá ser reproducida, archivada o transmitida en forma alguna por ningún método (electrónico, mecánico, fotocopiado, grabación, escaneo o cualquier otro), excepto por breves citas para fines de estudio o análisis, sin previa autorización escrita del editor. El escaneo, transmisión y distribución de esta publicación vía internet o cualquier otra vía sin autorización, es ilegal y sancionable por la ley. Por favor no participe ni promueva la piratería de material reservado.

Impreso y encuadernado en México. Éste catálogo se terminó de imprimir en el mes de Mayo de 2018 en “Printego” Pedro Moreno #205 B, Colonia Los Ángeles. San Luis Potosí, S.L.P. CP. 78230, México. En su diseño se utilizaron las familias tipográficas “Baskerville” y “Gill Sans”.



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