Capuchinas [Querétaro], junio 18, 1867 Adorada Concha Después que te despediste me acosté y dormí, ayer en la mañana estuve como de costumbre, pero a la hora de almorzar me entró una tristeza que no me ha abandonado, ya comprenderás que es el resultado de tu ausencia, ¿pero cómo habría de haber tenido valor para detenerte a sufrir por segunda vez el martirio? Imposible, hubiera sido una crueldad peor que la que los enemigos han usado con nosotros, abrigaba también la idea de que tú y Jaureguí alcancen algo en favor nuestro, desgraciadamente en este momento llegan Magnan y Bach y nos han quitado toda esperanza de salvación, me han dicho que te encontraron ayer en la posta antes de la Quemada y que a esta hora debes de estar en San Luis, Dios permita llegues sin novedad y no tengas mal resultado en tu salud, porque después de mi muerte sería la última calamidad que pudiera sobrevenirte. He escrito varias cartas que recogerás de Alberto, he dejado algunos recuerdos a los parientes y amigos que te ruego mandes sean entregados, deseo también que arregles los honorarios de los defensores sobre todo del Licenciado Moreno que no vive sino de su profesión y que sé está un poco atrasado de recursos. Nada tengo que decirte todo lo sabes, cuídate mucho, cuida de los niños procura conservar a Madeimoselle como me indicaste ya le escribo y no dejes de rezar por el descanso de mi alma. Ordoñez tiene una trenza de mamá, recógela y procura que se conserve respetada o entiérrala con el primero de la familia que sucumba. Esta tarde y mañana agregaré algunas líneas antes de darte mi último adiós.
[---] Son las ocho de la noche todas las puertas están cerradas menos las del cielo, estoy resignado y sólo por ti vida mía, siento el abandonar este mundo, la ejecución que debía de ser a las diez se ha dispuesto sea a las seis y media de consiguiente no podré disponer ni un minuto para decirte adiós. Ruégote tengas resignación, te cuides para la educación y colocación de los niños para que quites a Miguel toda idea de venganza y que pienses algunas veces en quien tanto te ha hecho sufrir pero que mucho te ha amado. Mil cosas a las hermanas y todos los parientes y tu recibe el último adiós de tu Miguel