Ofrenda Viva

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El Museo Panteón de San Fernando presenta

#CapitalIberoamericanaDeLasCulturas #SinBajarLaGuardia


Las imágenes que conforman está muestra son una representación festiva del Día de los Muertos. Como mexicanos, en esta fecha hacemos el ejercicio de rememorar, de traer al presente a aquellos que ya no están. En el imaginario popular nuestros muertos nos visitan y compartimos nuestros alimentos con ellos, ya sea en la fiesta colectiva en los panteones, o en la intimidad de los altares que erigimos en cada hogar. Mantenemos rituales con reminiscencias prehispánicas que se han transformado en estos quinientos años. Esta herencia tan arraigada en todo el país se ha nutrido del pasado colonial e independentista, del México revolucionario y contemporáneo. Nuestra muerte mexicana, siempre en los huesos, recorre sus reinos ataviada lo mismo con un copil que un huipil; camina en el Chichihuacuauhco, donde los árboles-nodriza amamantan a los pequeños que han partido anticipadamente. O acompaña a madres y guerreros con mariposas. Al replicar las campanas de la catedral, cubierta de muselinas y sedas se acerca con sus pasos barrocos a las misas de los difuntos. La vemos pasear de la mano de un catrín en La Alameda y también fajarse las enaguas, cargar con sus cananas y echar balas contra la dictadura. La muerte nunca descansa, pero ¡ah, cuánto trabajo tuvo durante el siglo XIX! Ayudó de igual manera a liberales y conservadores; a invasores extranjeros gringos o franchutes. Uno de sus lugares preferidos fue el panteón de San Fernando, sus visitas fueron frecuentes pues entre pandemias y conflictos bélicos nos dejó como residentes permanentes a presidentes, generales, políticos, escritores y poetas, entre otros muchos. Con las siguientes imágenes, acompañadas de textos de Ignacio Altamirano y Guillermo Prieto, los dejamos con una estampa de la convivencia de nuestra muerte con algunos de los habitantes del SIGLO XIX.


Y los fieles conmovidos han obedecido hoy, lo mismo que en los antiguos tiempos, al mandato sagrado, porque aunque las campanas habían enmudecido por algunos años y se han disminuido en los presentes, la costumbre piadosa de conmemorar a los difuntos ha permanecido firme, mantenida por la tradición y por la ternura de las familias. Ignacio Manuel Altamirano


Llorar al muerto, enterrar el hueso, comprar la fruta, disponer la ofrenda, pasear la plaza, éstos eran muchos placeres y muchas seducciones para un día de lágrimas. Guillermo Prieto


En los antiguos tiempos, es decir, antes de la Reforma, México se despertaba el día 2 de noviembre al funeral clamor de la campana que doblaba en todas las iglesias, recordando que era el día de la conmemoración de los fieles difuntos. Ignacio Manuel Altamirano


Ya se sabe que en México hay ahora nuevos cementerios, y de diversa forma que la usada en otro tiempo. El cementerio Francés, el de la Piedad en el mismo rumbo, el de Dolores en las colinas de Tacubaya, los dos de Guadalupe, el de San Fernando (cerrado ya para los nuevos pobladores), el del Campo Florido, al sur de la ciudad, y el de los Ángeles, al noroeste. Allí están sepultados los huesos de los muertos a quienes tienen que llorar los mexicanos. Guillermo Prieto


Rompían por todas partes lamentaciones y lloros, la ternura y los diligentes cuidados se manifestaban en los adornos sepulcrales: cirios labrados, grasas, flores, coronas, abalorios,y cuanto podía sugerir el cariño o la vanidad para honrar las tumbas. Guillermo Prieto


¡Ah!, ¡qué tristeza y qué tedio causaba ese incesante y funeral clamoreo que comenzaba en la Catedral y que se repetía en los cien campanarios de los conventos y en todas las iglesias, parroquias, capillas de norte a sur! Era una incesante vibración acompasada, ronca, lúgubre, que daba origen a variados sentimientos, pero todos amargos. La tristeza, el pesar, el desaliento se apoderaban del corazón, como el cortejo pavoroso de los recuerdos del día. Porque ¿quién no había perdido a alguna persona amada, cuya memoria veía evocar la voz de la campana? Ignacio Manuel Altamirano


Los chicos, los criados, los conocidos, los infinitos devotos del préstamo forzoso, creían cobrar derecho para pedir a todo el mundo su calavera y sus animitas, y ese contingente extraordinario caía sobre el mercado, para convertirse en entierritos de garbanzo, muertos, escribanos, tumbas, piras y ofrendas variadísmas. Guillermo Prieto


Así pues, aunque ya conocía ya las costumbres mexicanas en este día, y aunque venciendo la repugnancia que siento por los cementerios de las grandes ciudades - pues cuando quiero meditar sobre el gran problema de la muerte y envolverme en las sombras de la tumba para soñar en ellas, prefiero buscar, como el poeta inglés Gray, el cementerio de las aldeas-, me dirigí a visitar los panteones. - ¿Habrán cambiado algo las costumbres piadosas de los mexicanos en este día? Me pregunté. ¿Serán otros de lo que eran antes de la Reforma? Ignacio Manuel Altamirano


En muchas casas se encendían lámparas, velas y cirios como para revivir, en la intimidad del hogar, los más vivos recuerdos de las personas amadas.

Guillermo Prieto


Fotografía: Cynthia Maldonowsky

La Iglesia no podía permanecer indiferente a las demostraciones de duelo; en cada templo, a las puertas y de trecho en trecho, en el interior de los cementerios, había una mesilla con su cubierta negra, sucia y con chorreones de cera; en ella una amarilla calavera, el acetre, el hisopo, y a la espalda la tosca silla del sacerdote y el característico tololoche alzando su cuello de rocín flaco sobre el aparato mortuorio-mercantil. Guillermo Prieto


GOBIERNO DE LA CIUDAD DE MÉXICO Jefa de Gobierno Dra. Claudia Sheinbaum Pardo Secretaria de Cultura Vannesa Bohórquez López Director General de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural Jorge Muciño Arias Líder Coordinador del Museo Panteón de San Fernando José Antonio Cortés Muñoz Administración Antonio Díaz Martínez Curaduría Eduardo Rosas Moya Investigación Histórica Lucía Téllez Rodríguez Grisel Zermeño Farías Servicios Educativos José Guadalupe Cabrera García Laura Rico Cervantes Jovanny Emmanuel García Galván Diseño Laura Esquivel Pacheco Apoyo Logístico Irak Jozafath Aquino Chávez Francisco Cortés Hernández Brayan Alexis Sanjuan

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Museo Panteón de San Fernando

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