“Ortega Maila ha salido de su pintura de intensa humanidad -ojalá no definitivamente- para hacer hablar la piedra. De bloques rústicos de la piedra más humilde, esa que se usa para los cimientos de los edificios, largamente acariciados con la lija hasta lograr calidades de obscuros pulimentos, ha evocado rostros. Toda una larga galería de rostros indoamericanos, de héroes milenarios de estas tierras nuestras. Y así ha titulado esa galería de rostros pétreos: “La Ruta de los Espíritus". Junto a cada cabeza, a cada rostro, ha inscrito el nombre de esos héroes que han inspirado esta poderosa empresa de evocación y creación.”