Al voltant de la tolerància

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Al voltant de la tolerĂ ncia


Cas 1 •

El cantautor Javier Krahe serà jutjat el proper 28 de maig per un presumpte delicte d'ofenses als sentiments religiosos en el vídeo promocional Cómo cocinar un Cristo al jutjat penal número 8 de Madrid. Així ho ha informat avui el Centre d'Estudis Jurídics Tomás Moro, que va interposar la querella contra el cantautor i la productora del programa Lo más Plus, de Canal Plus, Montserrat Fernández, on es va emetre el vídeo el 15 de desembre de 2004. Es tractava d'un vídeo promocional del cantautor creat el 1978, que mostrava com una persona desprenia el cos d'un Crist de la creu per dipositar-lo en una font, untar-lo de mantega i introduir-lo en un forn. Després s'explicava que al cap de tres dies "surt sol" i es simulava la porta del forn obrint-se sense ajuda.


Cas 1 •

El Centre d'Estudis Jurídics Tomás Moro va entendre que el vídeo era constitutiu d'un delicte contra els sentiments religiosos recollit en l'article 525 del Codi Penal.

La magistrada Alicia Barba del jutjat número 3 de Colmenar Viejo, on es va interposar la demanda, va establir el 2010 una fiança de 192.000 euros per a Krahe i de 144.000 euros per a Fernández.

"La vista del judici oral suposa una veritable victòria en defensa de la llibertat religiosa, ja que és la primera vegada que s'aplica l'article 525 del Codi Penal", afirma el Centre Jurídic Tomás Moro.

El cantant Javier Krahe serà jutjat per "cuinar" un Crist en un curt promocional, EFE Madrid, 16/03/2012 http://www.youtube.com/watch?v=1bTFn-T85Xw


Cas 2 •

Eldiario.es destapaba esta mañana el caso de la retirada de los 60.000 ejemplares de El Jueves por una portada obra de Manel Fontdevila crítica con la institución monárquica. A diferencia de la sonada censura que la revista satírica sufrió en julio de 2007 como consecuencia de otra portada relacionada con la Familia Real -en aquella ocasión mostrando desnudos al Príncipe Felipe y su esposa Letizia Ortizahora la retirada del número no ha sido por vía judicial, sino que ha sido obra de la propia editora de la revista RBA. El Jueves ha llegado a los quioscos hoy mismo con un día de retraso y una cubierta protagonizada por el líder del grupo político Podemos, Pablo Iglesias, en vez de la original de Fontdevila en la que el Rey Juan Carlos hacía entrega a su hijo de una corona repleta de mierda. La consecuencia de todo esto es que desde primera hora de la tarde de hoy algunos de los humoristas gráficos más representativos de este país, que son también el núcleo duro de la revista, en un acto de dignidad y defensa de la libertad de expresión que les honra, deciden abandonar El Jueves. El autor de la portada de la polémica Manel Fontdevila, Albert Monteys,Paco Alcázar, Manuel Bartual, Bernardo Vergara, Guillermo, Isaac Rosa forman la lista de autores que por el momento han antepuesto la ética profesional a sus propios intereses personales. (05/06/2014)


Cas 2

Manel Fontdevila http://www.mondosonoro.com/Noticia/Dimi sion-en-cadena-de-los-dibujantes-de-ElJueves-tras-la-censura-en-laportada/227340.aspx


Text 1 •

Los tabúes, blasfemias y herejías siempre han estado presentes en todas las épocas y lugares, lo que varía es su apariencia y la virulencia con la que se padecen en cada sociedad. Pero igual que el pez no es capaz de percibir que está rodeado de agua, cuando una idea o un valor está suficientemente establecido a nuestro alrededor a menudo no somos capaces de ver lo nocivo o erróneo que puede resultar. Nos falta perspectiva. Solo una vez que pasa de moda podemos verlo con claridad y sorprendernos por cómo algo tan absurdo fue tomado tan en serio por tanta gente. No obstante, hay excepciones y algunos sí son capaces de reconocer que algo rechina en el paisaje, por intensa que sea la propaganda o severo el castigo al disidente. ¿Mereció la pena decir lo que estaba prohibido?

Javier Bilbao, Metáforas para hablar de lo que está prohibido, jotdown, 07/01/2015


Text 2 •

Empecemos por descartar un tópico bobo y falso: "Todas las opiniones son respetables". Pues no, ni mucho menos. Todas las personas deben ser respetadas, eso sí, sean cuales fueren sus opiniones. Si alguien sostiene que dos y dos son cinco, no por ello debe ser encarcelado, ni ejecutado en la plaza pública (tampoco recomendado como profesor de aritmética). Pero su opinión puede y debe ser refutada, rechazada y, si viene al caso, ridiculizada. Las opiniones o creencias no son propiedad intangible de cada cual, porque en cuanto se expresan pueden y deben ser discutidas (etimológicamente, zarandeadas como quien tira de un arbusto para comprobar la solidez de sus raíces). Todo el progreso intelectual humano viene de la discusión de opiniones santificadas por la costumbre o la superstición. Fernando Savater, Fobia a las fobias, El País, 16/01/2015


Text 3 Por encima, sobre esta larga ofensiva cultural, económica y militar contra el islam, un semanario satírico parisino se empeña mes tras mes en injuriar la única figura sagrada que les queda a los musulmanes para sentirse algo en el mundo. ¿Es tan extraño que miles de jóvenes islámicos, hasta ayer pandilleros de barrio, se radicalicen en las mezquitas y deseen tomar la venganza por su mano? Finalmente, otra sombra más, especialmente hipócrita. ¿Desde cuándo la sacrosanta "libertad de expresión" no tiene límites? Si somos invitados a una casa, sea judía, laica o cristiana, nuestra libertad de expresión tiene límites. Y no sólo los que marca la educación. Incluso en nuestro país nuestra libertad de expresión tiene hoy serios límites: sea acerca del Holocausto, de la Guerra Civil, de las mujeres (de los niños, los homosexuales o el cambio climático) no podemos decir cualquier cosa. Y hasta cierto punto es normal que sea así. Ignacio Castro Rey, Je suis Gaza, fronteraD, 17/01/2015


Text 4 •

Las grandes carnicerías de nuestro siglo no han sido patrocinadas por creencias religiosas, sino por ideologías laicas. Y no me estoy refiriendo únicamente al fascismo, el nazismo o el estalinismo. Desde los bombardeos sobre Dresde, Hiroshima y Nagasaki a finales de la Segunda Guerra Mundial, hasta la masacre que significó la reciente guerra del Golfo Pérsico, las últimas décadas han demostrado que también en nombre de conceptos como la democracia y los derechos humanos se pueden cometer crímenes espantosos, aunque sea sin fanatismo, racionalmente y con el alma rebosante de tolerancia. Y es que toda verdad suprema acaba pretendiendo imponerse a sangre y fuego… Incluso la nuestra. Manuel Delgado, Verdades supremas, El Periódico de Catalunya, 04/11/1995


Text 5

A los periodistas de Charlie Hebdo se les aclama ahora justamente como mártires de la libertad de expresión, pero seamos francos: si hubiesen intentado publicar su periódico satírico en cualquier campus universitario estadounidense durante las dos últimas décadas, no habría durado ni treinta segundos. Los grupos de estudiantes y docentes los habrían acusado de incitación al odio. La Administración les habría retirado toda financiación y habría ordenado su cierre. Ahora que nos sentimos tan apenados por la masacre de esos escritores y directores de periódico en París, es un buen momento para adoptar una postura menos hipócrita hacia nuestras propias figuras controvertidas, provocadoras y satíricas.

David Brooks, Yo no soy Charlie Hebdo, El País, 09/01/2015


Text 6 •

Cuando alguien mata a un humorista, no es para que deje de dibujar o de escribir o de contar sus ocurrencias, sino para que los que quedamos vivos dejemos de hacerlo. Pero nunca lo consiguen. El terrorismo odia la risa. No puede con ella, porque el ruido de una bomba puede menos que el estallido de una carcajada. El lenguaje está lleno de trampas y los humoristas son artificieros especialistas en desactivarlas. Pero un fanático no soporta que descubran sus trampas. Mata al que las evidencia.

Javier Pérez Andújar, Los malos no ríen, El País, 08/01/2015


Text 7 Viure a Europa suposa acceptar que res no és sagrat llevat dels mateixos drets que fan que res no sigui sagrat. El pecat no és delicte, i la fe és una qüestió privada que, efectivament, pot manifestar-se en públic, però que no pot exigir un respecte que limiti la llibertat d’expressió. La llibertat d’expressió és part essencial d’aquesta tradició. Les bromes, de bon o mal gust, també. Les revistes satíriques compleixen una funció democràtica, indueixen al debat, denuncien les hipocresies, les pors i les autocensures automàtiques del pensament políticament correcte. Potser a algú no li agrada el que publiquen, però viure en democràcia consisteix justament en l’acceptació que vivim en discrepància, i que, com no va dir mai Voltaire malgrat que se li atribueix la frase, “no m’agrada el que dius però defensaré fins a la mort el teu dret a dir-ho”. •

Daniel Gamper, El coratge democràtic de la burla, Ara, 07/01/2015


Texto 8 •

Querer tener razón es la enfermedad crónica de la humanidad, seguramente una de las causas que han enfrentado más a las personas, las naciones y las religiones organizadas del planeta. La posesión de las personas por sus propias ideas es siempre una causa de sufrimiento. El problema, al consistir las creencias en “posesiones mentales” no visibles, ha sido buscar la solución a nuestras diferencias tratando de cambiar a los demás antes que examinar la causa real de los conflictos (la necesidad de tener razón). Todo pensamiento consciente, repetido durante un tiempo, se convierte en un programa mental invisible. Con el tiempo acumulamos opiniones, creencias, que pasan a conformar lo que llamamos identidad construida o ego. Si alguien agrede esas posesiones mentales, en realidad es como si lanzara un ataque personal, porque confundimos pensamiento e identidad. No parece sensato confundir lo que somos con lo que pensamos, pero esto no lo tienen tan claro quienes se aferran a sus creencias con desesperación. Raimon Samsó, Yo tengo razón, tú estás equivocado, El País semanal, 19/01/2014


Text 9 •

He sido siempre gran defensor de la blasfemia y lamento en el alma el declive que sufre en nuestros días. Desde un punto de vista cristiano, la blasfemia era una demostración de piedad, como la jaculatoria. Dios no podía considerarla sino un acto de fe viva, en ningún modo una ofensa: de un ser infinito solo cabe esperar una tolerancia infinita y una infinita inmunidad frente a las palabras menudas de un ser pasajero. Lo que nunca he llegado a entender es la blasfemia del ateo o del incrédulo: ¿cómo es posible maldecir a alguien cuya existencia se niega? Para zaherirlo hay que comenzar por aceptarlo.

Francisco Rico, El crepúsculo de la blasfemia, El País, 03/06/2012


Text 10 Hay una lógica de la tolerancia, cuya formalización deberá abordar algún filósofo en el futuro. Para empezar, quiero sugerir dos axiomas más o menos obvios: -La tolerancia de la intolerancia produce intolerancia. -La intolerancia de la intolerancia produce tolerancia. En otras palabras, en cuestiones de razón y libertad, las sociedades, al igual que los individuos, tienen que hacer una elección. No se puede tener todo al mismo tiempo. Esto vale tanto para los nativos como para los recién llegados. •

Lars Gustafsson, La lógica de la tolerancia, EL País 06/05/2007


Text 11

Eso es la ironía: la revelación deslumbrante de que la realidad no es unívoca, de que una cosa puede ser una cosa y su opuesto, de que existen las verdades contradictorias, por usar la fórmula de Isaiah Berlin. Y eso es lo que no puede admitir el fanático: para él, las cosas sólo son lo que son y nada más; es decir: son sólo lo que él dice que son. De ahí que odie la ironía, el humor, las bromas (y, por cierto, las novelas, que proponen una visión ambigua, irónica y poliédrica de lo real). Y de ahí que la ironía y el humor suelan ser no sólo un síntoma de decencia individual sino también de salud colectiva. Sin ironía no hay tolerancia. Y sin tolerancia no hay civilización. Ni acaso humanidad: los seres humanos bromean; los animales no.

Javier Cercas, La broma, El País semanal, 27/11/2011


Text 12 •

Las creencias de cada cual son respetables mientras con el ejercicio de ellas no se atente contra los derechos humanos. La pequeña Fátima es Fátima con su pañuelo. Si el pañuelo exhibe una creencia o una convicción no las exhibe más que un punki con su cresta, un sacerdote con su tonsura, un judío con su kipá o un seguidor del Real Madrid con su insignia y su bufanda. Es más: esa exhibición expresa una convicción, un orgullo, una adscripción, pero en principio no implica una agresión ni un desprecio hacia los demás, y sobre todo, no anula la personalidad de su portador; más bien la manifiesta. Convivir no es tragar, sino compartir, tolerar, comprender al otro y distinguir entre lo esencial y lo accesorio. Hacer una ablación es un delito, y un delito contra la identidad personal; ponerse un pañuelo distintivo a la cabeza, no.

José Maria Guelbenzu, Velo e identidad, El País, 01/03/2002


• Més articles sobre la tolerància en • http://pitxaunlio.blogspot.c om.es/search/label/toler %C3%A0ncia


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