Orugas
para el almuerzo
Escrito por Jenny Feely Ilustrado por Marjory Gardner
Ave tenía hambre, pero estaba harto de comer gusanos. –No voy a comer gusanos hoy –dijo Ave.
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Ave vio una oruga negra y verde. –¡Ñam! –dijo Ave–. Me comeré esa oruga.
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Ave recogió la oruga. Tenía feo sabor. –¡Agh! –dijo Ave–. ¡Esta oruga sabe mal!
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Ave vio una oruga verde y roja. –¡Ñam, ñam! –dijo Ave–. Me comeré esa oruga.
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Ave recogió la oruga. –¡Ayuda! –dijo Ave–. Esta oruga pica.
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Ave vio una oruga verde. –¡Ñam, ñam, ñam! –dijo Ave–. Me comeré esa oruga.
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Ave fue a recoger la oruga. Entonces vio sus ojos grandes. –¡Ayuda! –dijo Ave–. Tú no eres una oruga. ¡Luces como una serpiente!
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Luego Ave vio un gusano grande y gordo. –Tengo tanta hambre –dijo Ave–. ¡Ñam! Me gusta comer gusanos.
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