Arturo presta ayuda
Escrito por Jenny Feely Ilustrado por Steve Axelsen
CONTENIDO Capítulo 1 Un momento difícil para Arturo............................... 4
Capítulo 2 No hay amigos a la vista.................................................10
Capítulo 3 Problemas a la hora de la cena............................ 14
Capítulo 4 El problema con las hormigas................................... 18
Capítulo 5 Arturo presta ayuda .................................................................. 22
—¿Cómo puedes comerte a todas esas pobres hormiguitas? —le preguntaron los otros animales. —Es mi trabajo —respondió Arturo—. Y es muy importante.
Capítulo 1 Un momento difícil para Arturo Cada día, todos los animales eran desagradables con Arturo. Arturo era un oso hormiguero. Tenía una lengua larga y pegajosa. Todos los días escarbaba los hormigueros con sus afiladas garras. Tomaba las hormigas con la lengua y se las comía. 4
5
Y el colibrí ignoraba a Arturo mientras se alimentaba en los árboles cercanos. —¡Eres repugnante! —dijeron todos juntos.
—¡Es asqueroso! —exclamó la jirafa, mientras envolvía unas ramas espinosas con su lengua larguísima para obtener las hojas verdes suaves de las que se alimentaba. —Estamos de acuerdo —señalaron los castores, mientras masticaban unos troncos leñosos.
6
7
Arturo miró a la araña, al buitre y al murciélago vampiro. La araña estaba chupando los jugos de un saltamontes. El buitre se comía a un animal muerto.
Y cuando la jirafa no miraba, el murciélago chupaba un poco de sangre de su cuello. —¡Comer hormigas es asqueroso! —dijeron todos los animales, mientras miraban a Arturo con desprecio—. ¿Cómo puedes hacerlo? 8
9
Capítulo 2 No hay amigos a la vista Esto fue demasiado para Arturo. Dejó de rascar el hormiguero y se sentó. Una gran lágrima rodó por su rostro. —Nadie me quiere —dijo Arturo—. No tengo amigos. Y todo es porque como hormigas. ¿Qué voy a hacer? Arturo lloraba y lloraba. Ninguno de los animales se daba cuenta. Entonces Arturo tuvo una idea.
10
11
Arturo se volteó y miró a los otros animales. —¿No les gusta que yo coma hormigas? —preguntó. —No —respondieron todos.
—Bien —comenzó Arturo—. Dejaré de comer hormigas. Buscaré otras cosas para comer. Me pareceré más a ustedes. —Esa es una excelente idea —señalaron los otros animales.
12
13
Capítulo 3 Problemas a la hora de la cena
En cambio, Arturo decidió comer
Al día siguiente, Arturo
hojas como lo hacía la jirafa.
no intentó escarbar ningún
Trepó a un árbol espinoso.
hormiguero y no comió ninguna hormiga.
Pero sus garras se quedaron atoradas. Perdió el equilibrio y se cayó. —Esto no está bien —dijo Arturo—. Tengo que intentar algo diferente.
14
15
Arturo intentó comer un tronco leñoso como lo hacían los castores, pero las astillas de la madera se le quedaban pegadas en la lengua. Arturo tenía cada vez más y más hambre.
Arturo intentó tomar el néctar de las flores como lo hacía el colibrí. Su lengua podía alcanzar el interior de las flores para recolectar el néctar, pero el polen de las flores le hizo estornudar. —¡Achú! ¡Achú! Arturo no podía dejar de estornudar. —Esto no está funcionando —dijo. 16
17
Capítulo 4 El problema con las hormigas
Las hormigas se llevaban todo el néctar de las flores. No quedaba nada de néctar para el colibrí.
Los otros animales no se daban cuenta de que Arturo lo estaba pasando mal. Ellos estaban felices de que no tenían que verlo sacar la lengua para comerse a todas esas pobres hormigas. Pero pronto se dieron cuenta de algo. ¡Había hormigas por todas partes!
18
19
Cuando los castores intentaron cortar un árbol, había un enjambre de hormigas sobre él. Y las hormigas caminaban sobre el murciélago y la araña. Las hojas del árbol espinoso estaban
—¡Váyanse! ¡Váyanse! —gritaban—.
cubiertas de hormigas. Cuando la jirafa
Alguien debe deshacerse de
intentó comer las hojas, se le llenó la
estas hormigas.
boca de hormigas. —¡Qué asco! —exclamó.
20
21
Capítulo 5 Arturo presta ayuda Los animales miraron a Arturo, y él miró a los animales. —¡Rápido! Comienza a comer hormigas de nuevo —le pidió el colibrí. —Pero no me quieren cuando como
—Lo sentimos —se disculparon los animales. —Tú eres el único que puede comerse a las hormigas —dijo la jirafa. —Es muy importante que no haya demasiadas hormigas —señalaron los castores—. Por favor, deja de intentar ser como nosotros y se tú mismo.
hormigas —respondió Arturo—. Ustedes se quejan de eso.
22
23
Así que, muy contento, Arturo volvió a hacer lo que los osos hormigueros hacen mejor: comer hormigas. Y a partir de ese día, los otros animales sonreían cuando veían a Arturo sacar la lengua y comerse a las hormigas.
24