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Muy pocos entre demasiados
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Casi todos los despachos de ministros, viceministros y secretarios del gobierno de 1999 a 2002, se mantuvieron en las manos de los mismos personajes. Algunos cambios, como el ingreso de Roland Denis al Despacho del Viceministerio de Planificación, no alteraron el carácter de la composición originaria.
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En los debates sobre este tema el comandante Chávez acudía a una conocida frase marxista: “No se puede construir el socialismo con las herramientas gastadas del capitalismo”. Esta contradicción entre la composición intelectual del problema y el problema, se mantuvo hasta su muerte. Otro viejo apotegma aconseja no intentar cocinar “un hervido de pescado con un par de medias sucias”. Esto traducido al problema que nos ocupa quería decir que los cuadros y dirigentes al frente del Estado y el gobierno eran los menos adecuados para las nuevas tareas. En medio
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del proceso revolucionario abierto desde el 13 de abril de 2002, el divorció entre el tipo de organización y la nueva política adquirió escalas de fatalidad.
La mayoría de los cuadros superiores en el Estado y el partido MVR, representaban y practicaban hábitos, políticas y conductas del pasado que se pretendía superar. El viejo Manuel Vadell retrató aquel momento político del chavismo con esta frase: “Son adecos vestidos de rojo”. Más adelante, el general Müller Rojas trasladó esa percepción a un molde más patético. Definió a la dirección del PSUV como un “nido de alacranes”.
El peso del plantel de socialistas con tradición, formación y pruebas políticas fue tan leve, que era fácil ubicarlos en el mapa gubernamental del año 2002: Eduardo Samán, Ana Elisa Osorio, María Cristina Iglesias, Héctor Navarro, Jorge Giordani, Luis Bonilla, Edmée Betancourt, Roland Denis, Freddy Mejías, Elio Colmenares, Freddy Domínguez, Joaquín Osorio, Manuel Grillo, Rafael Chacón y algunos otros.
La definición de este grupo no niega o anula
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los errores, defectos o desviaciones que hayan tenido algunos de ellos como funcionarios en sus gestiones. El único interés es definir la contradicción entre la emergencia de un nuevo tipo de gobierno para nuevas demandas y la permanencia de un cuerpo de funcionario que en su mayoría aplastante no se adecuaba a las nuevas tareas. Más bien lo contrario.
El resultado dio menos de 20 funcionarios nuevos con formación ideológica adecuada para las nuevas tareas y gobierno, en una estructura que superaba los 1500 cuadros de gobierno. Más del 90% no tenía prueba ni experiencia socialista. Con una dirección política nacional tan precaria en formación y convicciones era difícil sostener un proyecto tan complejo como el que se propuso el comandante Chávez desde 2004.
Esa realidad incidió en la seguridad del Estado. Especialmente en la que protegía Miraflores desde donde gobernaba el hombre al que el Pentágono había puesto un precio, como anunció Shimon Peres y señalaron los intentos de magnicidio que siguieron en forma repetida.
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Luego de la muerte de Chávez, la fisura en la seguridad militar se acentuó hasta volverse un riesgo inmediato. Más de 200 oficiales de las FANB se pasaron a la derecha o se pusieron a la orden de Estados Unidos; varios de ellos coroneles y generales de la primera hora chavista, como Clíver Alcalá y los cuatro oficiales señalados como principales sospechosos en esta historia de muerte de Hugo Chávez.
El tipo de prueba política para la gestión de Estado y para la seguridad de un presidente o un líder popular o socialista, no es el mismo que se exige para un presidente que representa a la burguesía como clase. De hecho, salvo excepciones en la historia, los escoltas presidenciales de la burguesía no los decide el Presidente, sino el aparato de inteligencia, el Ministerio del Interior y en algunos sistemas políticos complejos, una comisión especial del parlamento evalúa credenciales profesionales y técnicas. El aspecto ideológico tuvo muy poca importancia. En muchos casos el equipo de seguridad de un jefe de Estado quedó intacto al servicio de su reemplazante.
El siglo XX, sus guerras y revoluciones, impuso
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nuevos modos, criterios, métodos y técnicas en la selección y organización de los cuerpos de seguridad y la organización de Fuerzas Armadas de gobiernos de izquierda o antiimperialista. Eso condujo a nuevas teorizaciones de la vida militar y la inteligencia estatal. Lamentablemente esa experiencia no ha sido sistematizada por especialistas en el campo de la izquierda. Escasos autores, entre los que figuran Lenin, Trotsky, Rosa Luxemburg, Karl Liebnecht, Franz Mehring, Mao Tse Tung y medio siglo después de ellos, Ernst Mandel y el general vietnamita Vö Nguyën Giap.
Lo que antes de 1917 estaba determinado por simples relaciones de Estado, desde la Primera Guerra y la Revolución Rusa debió integrar nuevos conceptos. El principal de ellos es el a toda Revolución socialista o socializante será seguida, irremediablemente, por una contra revolución y muchas conspiraciones terroristas contra sus dirigentes y naciones.
El fracaso y derrota militar norteamericano en Vietnam abrió nuevos campos de investigación para los preocupados en mantener el dominio mundial del
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imperialismo.
Parte de la revisión intelectual de los nuevos fenómenos militares del siglo, fue desplegada por el historiador británico John Keegan en Historia de la guerra y otros estudios previos polémicos sobre Huntington o Spengler. También por el historiador norteamericano Neil Heyman. Estos estudios desde el campo de epistemología historiográfica no fueron completados por investigaciones desde la ciencia política de izquierda.
Estos dos defensores del imperialismo, tuvieron más inteligencia que muchos izquierdistas y marxistas para estudiar lo nuevo en el campo de la teoría y la práctica militar (que incluye la inteligencia de Estado).
Las conspiraciones del siglo XX para eliminar líderes sociales y políticos antiimperialistas y de izquierda son apenas un capítulo de la contra revolución. Su último caso resonante es la casi segura sedición para asesinar silenciosamente a Hugo Chávez. Ambos hechos obligan al estudio de esa nueva realidad y los modos de proteger esas revoluciones y líderes.