Magolo sept

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Prensa Cultural Tejiendo Memoria Edici贸n 03 路 2012 路 Valor $2.000


SUMARIO

LA BARCA

3 La fealdad de la belleza Voces del río

5

El arte de ilustrar

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La otra orilla

La conquista

Poemas

Espejo de agua

6

Neiva a 442 metros más cerca de la ignorancia

12

2

Obituario: Antonio Iriarte Cadena

Plumaje tornasolado

Editorial

8 15

Ciudad instantanea

San Agustín: espejo de piedra

Texturas

¿Inteligencia social o patrimonio ecológico?

Espejo de Piedra

Al sur del Huila, en la región del alto magdalena, enclavado en un territorio montañoso y límpido está San Agustín, tierra de historia y cultura. Recorrer la piel de éstas montañas sembradas de símbolos fecundos, representa para el viajero una vivencia memorable, un encuentro con el otro yo.

Entre pabellones litúrgicos, tallas armónicas, esculturas femeninas de actitud hierática cantan a la mujer como misterio supremo, como conocimiento mismo del deseo cuya respuesta es infranqueable en su redonda desnudez: fecundidad espiritual, iluminismo de la locura lúcida.

Como serpiente que acaricia las cumbres emplumadas, el río guarda los enigmas de las rocas. Labradas en el tiempo, las huellas ancestrales aún hablan el lenguaje silencioso que esculpe los misterios del asombro. Los vestigios del arte prehispánico, permanecen erguidos entre el verde de una tierra luminosa y testimonian la presencia de una estirpe remota de grandes artistas.

Tumbas megalíticas, centros ceremoniales, conjuntos funerarios que nos hablan de la muerte, entendida como la manera más profunda de participar en la regeneración continua de las fuerzas creadoras, siempre amenazadas si no se les tributa: la solemnidad ante la muerte se nutre de su dignidad ante la vida.

El simbolismo de las rocas, como vivencia estética profunda, nos inserta en la construcción de una conciencia que refirma la otredad y cimienta el dorado lienzo de la naturaleza, el hombre y su representación mito poética.

Cantos rodados, máscaras felinas, figuras fálicas rientes nos dicen que todo está animado y una sola energía mueve la creación; la magia reafirma la fraternidad de todas las criaturas: plenitud de trasparencias, delirio de los espejos. Planta secreta de los dioses.

Tal vez, la poesía de las rocas nos susurra al corazón el delicado sentido de trascendencia, que una armoniosa cultura aborigen supo cultivar por el Gran Pájaro de Fuego, como bien acertaron a llamar estos la vida. Acaso el mágico lenguaje de las piedras, alma de las ciudades desaparecidas, nos designa la pista de obsidiana en nuestra insistente pesquisa identitaria. Diego Rafael Cerón Docente de literatura en corrales o colegios. Escritor de vaguedades, equilibrista, sátiro de los extremos y lo neutral. No encajar en algo es lo suyo. Escribir poemas en el día y quemarlos en la noche también lo es.

Templos oraculares, los parques de esta zona representan para Colombia, no sólo uno de los destinos eco-arqueológicos más importantes del país, sino un rastro decisivo del jaguar en la construcción de vínculos sinceros por la recuperación de nuestra anhelada identidad.

Sofía Areiza Profesora de Español y Literatura en la Institución Educativa Reynaldo Matiz. Melómana amante del azul, el violeta y el mar. Del saxo hecho de miel y noche. De la tierra que la sostiene y el cosmos que la contiene.

Oliver lis Comunicador Social, escritor y poeta. Director de La Coya de La Radio en la Emisora Radio Surcolombiana. Coordina el grupo de investigaciones históricas, genéticas y genealógicas Rafael Ucrós Durán de la Universidad Surcolombiana.

2012 - Edición 02

Turismo y medio ambiente. El Magolo

Prensa Cultural

elmagolocultural@gmail.com facebook> elmagolocultural elmagolocultural.blogia.com

Hugo Mauricio Fernández Viajar desde las dunas de La Tatacoa hasta las cumbres de San Agustín, a capturar rostros y paisajes, es un privilegio que agradece a su trabajo en El Magolo. Redactar versos, cacharrear en fotografía e intentar hacer de la vida un buen poema es su mayor vocación. Diana Forero Meneses Diseñadora e ilustradora. Con experiencia en las "artes trágicas" de las litografías neivanas e ibaguereñas; emprende nuevos proyectos en el valle de las tristezas hasta donde soporte el clima.

Ilustración e intervención Portada: Diana Forero Fotografía: El Magolo

#03

Marcos Fabián Herrera Comunicador Social y Periodista Cultural. Ha publicado el libro de entrevistas a escritores y artistas colombianos El Coloquio Insolente y el poemario Silabario de Magia. Cofundador y asesor editorial del periódico virtual Con-fabulación.

Mario Alberto Escobar Comunicador Social y Periodista, Corregidor de Río las Ceibas, territorio que sólo adquiere sentido cuando el agua no llega a las casas de los neivanos, pero que actualmente vive procesos complejos de deterritorialización cultural y pérdida de memoria.

Eduardo Tovar Comunicador Social con Maestría en literatura de la Universidad de Los Andes. Escritor de Cuentos. Ganador del Concurso Departamental de Cuento Humberto Tafur Charry 2012. Ha publicado el libro de relatos Los Dominios de la Mentira.

Dirección Asociación Cultural El Magolo Editor Hugo Mauricio Fernández Diseño, diagramación e ilustración Diana Forero Meneses dianaforeromeneses1@gmail.com Corrección de estilo Diego Rafael Cerón Impresión Editora Surcolombiana

Comité editorial Sofía Areiza Mario Alberto Escobar Winston Morales Eduardo Tovar Iván Tafur Colaboran en este número Elizabeth Lozano Nelson Eduardo Vásquez Marcos Fabián Herrera Oliver Liz Yezid Morales

Las opiniones expresadas por los autores, no son responsabilidad de El Magolo Prensa Cultural


Voces del río

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Por: Winston Morales Chavarro Ilustración: Eduardo Vásquez

terrible Rimbaud, el niño más de de Francia, hace advirtió: doscientos años en mis “senté a la bellezaamarga”. rodillas y la encontré

L

a belleza es por antonomasia amarga, agregaría yo. Después de saborear sus ambrosías, luego de beber de un sorbo sus sustancias, sus néctares, sus licores, la belleza se torna como esos jarabes que nos daban en la infancia; acaso el catártico repugnante, nauseabundo con el que se amenazaban de un tajo a las lombrices y a otro tipo de parásitos. La belleza, diría Dostoievski, “no es sólo una cosa terrible, sino también misteriosa. Aquí el Diablo lucha con Dios, y el campo de batalla es el corazón de los hombres”. Nada más terrible que lo bello, nada más siniestro, más perverso que aquel (o aquella) que conoce su belleza y se ufana y jacta de ella. La belleza perfecta (o nuestra noción de ella) es la de un cadáver; sólo es absolutamente agraciado, perfecta y tristemente bello, quien no razona, desconoce su belleza, sus atributos físicos y espirituales. Por eso, Narciso fue bello hasta el momento precedente al acto de mirar su rostro en las aguas. Una vez supo lo que poseía, se volvió amargo, razonó la belleza, la elevó al rango de categoría. Entonces, dejó de ser una belleza fresca, natural; se volvió objeto, producto, mercancía. La belleza no es tan bonita como la pintan. Casi siempre va de la mano de la vanidad y la sedición. Pocas veces he conocido a un feo vanidoso (no creo que además de feo, ignorante). No obstante, conozco el caso de muchos feos –y de eso doy constancia mas no fe- que hacen menos fea su belleza con una buena conversación, un perfecto sentido del humor, un gusto desmedido por cosas más trascendentales. Muchas veces, la belleza no necesita de nada más: es bella y con eso le basta. Después se arroja sobre los

laureles. Pese a esto, existen incontables excepciones. Sé de muchos ángeles –a pesar de lo que dijera el poeta Rilke: “Todo ángel es terrible”- que se revisten de un excelente sentido del humor (para mí no hay un atributo mejor en una mujer que el buen sentido del humor), son mejores conversadoras, inmejorables amantes, grandes bailarinas, gozan de una agudeza sin par que desbaratandesbaratarían a cualquier “macho”, y, para colmo de males, son suspicaces, veloces, dignas hijas de Palas Atenea, la de los ojos de lechuza. Entonces la belleza se vuelve peligrosa –además de bonita, inteligente, diría un amigo que ostenta el epíteto de misógino-. Nada peor para la suerte de un hombre que una mujer inteligente (esto sobrepasa cualquier belleza). Y es muy fácil –gracias a la catarsis femenina- que sean muchas las que estén por encima de los hombres. Nada más fácil para una mujer moderna que estar por encima de 87 kilos de músculo y ausencia cerebral. El hombre se ocupa de muchas cosas banales –una de ellas, perseguir mujeres agraciadas a la usanza del modelo occidental-. La inteligencia, ese otro tipo de belleza, escasea, no es tan frecuente. Y si bien es cierto que la inteligencia, en sociedades machistas como las nuestras, resulta tan peligrosa como la desnudez de una doncella, prefiero ese tipo de belleza, esa belleza centrada en la palabra, en la crítica, en la reflexión. Nada mejor que una mujer que lo haga reír a uno, nada mejor que aquella que sorprenda con suspicacia y elocuencia –no sólo bibliográfica sino también musical, vivencial, humana, amorosa-. Esas son las mujeres dignas para un buen viaje –ojalá el de la vida, las mujeres que no estarán detrás de todo gran hombre sino delante de él o, por lo menos, a su lado.


el arte de ilustrar

La Conquista

4 ELIZABETH LOZANO

E

sta mujer con porte de amazona, Diseñadora Gráfica de la CUN, es una apasionada de la ilustración y el 3D. Después de viajar por Suramérica regresó a su selva en Caquetá y vive en Florencia donde trabaja en lo que para ella es el clímax del diseño: su propio estudio de tatuajes. LA CONQUISTA, en su trazo reflexivo, dibuja con ironía el proceso histórico por el que se impuso el dominio europeo en el Nuevo Mundo después del contacto entre Europa y América en 1492.

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La otra orilla

Impresionismo A Claude Monet.

Umbrales

Por: Anita del Jazz

Por: Marcos Fabián Herrera

La aurora y el ocaso Los impulsa, los define. El pincel sublevado Edifica trincheras de óleos para defender sus matices. Grumos entrelazados, colores yuxtapuestos, formas ondulantes Son la esencia que los encarna. Impresión, llamó un sabio A un instante preciso en que luz Engalana el paisaje, en que El fulgor astral transforma lo percibido Dándole a los sentidos la dimensión Profunda de lo relativo; Dándole a la vida la maravillosa cualidad de La diferencia, de lo diverso y de lo sensual. Genios se embarcaron y surcaron por los mares De la luz tornasolada, buscaron lo sublime en Lo inmediato, percibieron la esencia en el instante. Hallaron el ser en la simplicidad.

Los umbrales han presenciado el paso de la gloria y la derrota. Han visto el ingreso de reyes y vasallos, pastores y adivinos. Han augurado cataclismos y pestes, Amores y perfidias. Han escuchado el gorjeo del lince, el redoble del tambor, el llamado del trompetín y la caída de la gárgola. La sangre y el sudor han franqueado en heridas incurables y sienes torturadas. Son los auténticos historiadores de la ruina.

A media noche

“Cabos os amarrad o v i v n u n o c . ” l o s e d o ray POESÍA

Por: Santiago Galeno

A quién ladran los perros mirando los tejados erizados absortos en la niebla fría Por qué muerden la noche exhiben sus colmillos horadantes su hocico espumoso y rompen a truenos el silencio en la oquedad de las esquinas… Cúmulo de soledades encontradas dos gatos tres ratones muertos un viejo motor que duerme las páginas sociales que vuelan como un ave indiferente Y todo sucede implacable Armonioso En la extensión de este recinto me pregunto ¿A quién ladran los perros?

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Cabos Por: Oliver Lis

Desato los cabos embestidos, los cabos de labor, los cabos contrahechos y taciturnos, los cabos estirados de mi rojo estribo. Los cabos negros, aquiltranados, que rugen como saetas en ti por la muerte del tiempo. Cabos amarrados con un vivo rayo de sol. Cabos haciendo desde el hilillo de tu voz un aparejo, o una ballesta, una guerra o una competición. Haces que el amargo dios Marte de tus días salte como un jinete sobre el callado de Mercurio hacia una revolución y llevas los sueños de Morfeo desde el valle de Somnus a mis plantas dormidas. Desato los cabos de filásticas viejas, los cabos que pasan por las estufas de la razón y se pierden en las bodegas del Sanchit… los cabos estirados de la arena y broza, los cabos que pasan al derecho o al revés por los obenques más quedos, por esos brandales y masteleros sátiros de mis nervios; como un sentimiento nuevo enredado eres tú, laúd constelado, cabo imbornalero. Cabos de amura con filamentos de historia, cabos febriles con fibras de guerra. Más que cabos viejos son cabos, Nuestros cabos roncos de extremeña higuera.

Fe y razón Por: Yezid Morales

Es necesario decirlo: Ha causado tanto daño en la insolvencia del conflicto una fe saturada de prejuicios como una altiva razón sin argumentos. Un mundo de ídolos y formas que oscurece la luz de los conceptos, y un cerco de aristas racionales que elude la magia del misterio. ¿Cuándo se librará la mente del castigo? ¿Cuándo se hará luz en este laberinto? idea y emoción se confabulan en medio del diálogo insoluble ¿Cuándo se soltaran las riendas del hexágono para encontrar la eternidad del círculo? El tiempo avanza intrépido y oscuro. La razón advierte el retorno de los mitos Mientras el insomnio hace fiesta con los sueños.


6 Por: Diego Cerón lustraciones: Diana Forero

E

n Neiva, la ignorancia (intencionada o no) frente al deterioro del medio ambiente a favor del “desarrollo” afecta -implacable- a sus habitantes. En nombre del progreso extienden cemento, levantan puentes, asfaltan vías, llenan de prefabricados los peatonales. La ciudad se expande en edificios, casotas, casitas, cambuches; y arrolla madera, zinc, ladrillo, plástico, hierro… se van los árboles, el CO2 se esparce entre nubes de smog y basuras, huye la fauna, esperan con sed las piedras en los cauces. Y sube el mercurio en el termómetro. Tomar un bus a mediodía es toda una odisea por las fraguas de Vulcano. El transporte público se llena de caras que sudan a chorros, camisas entrapadas, paletas a derretir en la mano. Por la ventana, agua, limonada, gaseosa Cóndor, maní, chicles; rostros insolados que se acercan al conductor: “¿le limpio el vidrio, patrón?”; bramidos de bocinas que pretenden cerrar la torpe hora pico; al calor reverberante, se suma la contaminación auditiva.

Agua hubo, y bastante…

Cuando Diego de Ospina fundó esta ciudad en cumplimiento a las ordenanzas españolas, la delimitó a partir de los ríos Magdalena y Rioloro, montó el poder eclesiástico en una plaza que luego sería su centro; alrededor comenzó la distribución de territorios por rectángulos y solares como lo había dispuesto Carlos V. Las Ceibas, Rioloro y La Toma eran los principales recursos hídricos, afluentes del Magdalena; cada quebrada y río tenía a su vez otros afluentes. El Valle de las Tristezas, ubicado en medio de las cordilleras central y oriental era una red permanente de agua limpia. Con cuatro siglos de historia occidental y cerca de 60 años de contaminación desde que inició la explotación petrolera,

Los colectivos avanzan a medias entre el tumulto de vehículos; se observa a la gente que camina presurosa bajo árboles y tejados, salvaguardándose de los rayos del sol como de una epidemia. A las dos de la tarde, Neiva es un infierno. Las busetas con escasos pasajeros parecen las embarcaciones solitarias que transportaron a Virgilio y Dante por el Hades. Caminar por el Parque de los Niños es una caricatura vulgar de Tuareg. Las suelas se recalientan con el vapor sofocante desprendido del suelo. Para los mandatarios el desarrollo es directamente proporcional a la pavimentación. Hace unos años, alardeando la producción musical de Jorge Villamil, la alcaldía promocionó sus obras bajo el slogan “Neiva, Ciudad Villamil”. Hoy, con la ceguera que nos caracteriza en medio ambiente, Neiva debería acompañarse de su epíteto “Adoquín”.

estas fuentes están casi perdidas. Y la ciudad alcanza temperaturas hasta de 36°C. El Rioloro (una fiebre áurea en la colonia) es ahora una cañería. Como este río, las Ceibas y otras quebradas, de las que sólo queda su cauce pedregoso, son botaderos de escombros. La Toma fue canalizada cual vil burla al río Sena, tratándose del miope esnobismo que nos caracteriza, sin pensar siquiera que tiende a evaporarse y sus aguas desembocan en el río Magdalena, la arteria fluvial más importante del país. La ceiba inmensa, antes ubicada tras la antigua empresa Telehuila (por la carrera quinta) fue arrasada por la constructora que levantó en el mismo lugar el almacén Carrefour y, para hacer coherente su idea antiecológica,


Espejo de agua

lo rodeó de adoquín. La plazoleta del Centro Cultural de Convenciones es un reflector cáustico, y su reloj analémico funcionaba con frecuencia porque el único elemento que requería era sol… hasta el día en que fue destruido su pequeño obelisco. El problema ambiental es también cultural; son mínimas las nociones de pertenencia, cuidado y participación democrática en materia de ciudadanía ambiental.

Furor antiecológico por el progreso

Así la fauna también sufre las consecuencias por precarias decisiones, hasta el punto de que las palomas se agotan, y los pericos, que habitaban por las tardes el Parque Santander, emigraron ya a otros confines. Se acaban las torcazas, los peces, las aves pescadoras, pero aumentan los zancudos y las ratas… ¿Qué están haciendo la CAM, el ICA y la Universidad Surcolombiana? Las acciones al respecto obedecen más a cumplimiento de requisitos legales -porque “es que eso es una ley”, que se quedan en hojas (nada casual) provenientes de un árbol. En la ciudad no existe hasta el momento una sociedad protectora de animales, y la Alcaldía simplemente aplica “comparendos ambientales” a quienes no den debido tratamiento a residuos sólidos de escombros. La primera problemática determina un proceso a realizar; la segunda, una iniciativa que para nada frena el negativo impacto ambiental, pues las principales causas son la construcción de obras civiles proporcionales al incremento demográfico y la expansión del perímetro urbano, venidos sin evaluación alguna, sin reflexión ecológica. Frente al tema del desarrollo sostenible se han presentado experiencias exitosas en Suecia, en donde la

A 442 metros de altura sobre el nivel del mar, Neiva desafía la Comala de Rulfo. Su desierto no radica en un pueblo inerte desterrado ya de la memoria de los vivos, sino en el destierro de lo vivo para terminar en pueblo desierto e inerte. La ciudad se acaba con las negligentes decisiones sobre desarrollo urbano: más cemento, menos árboles. ¿Por qué aceptar ciegamente proyectos? Con la canalización del río Las Ceibas la ignorancia se desborda. ¿Cómo no intuir, de manera llana, que en pocos años no habrá río, es decir, escaseará el agua potable en la ciudad? Los árboles que van desde la cabecera hasta su desembocadura son materia viva irrecuperable, vital. Quitarlos resulta fácil, sembrarlos una insuficiente necesidad. Para la ejecución de obras públicas deben hacerse estudios sobre el impacto ambiental y así tomar decisiones -aunque resulten siendo mínimas al daño ecológico. En Neiva se ignoran. De manera miope, la alcaldía inició la desviación del río en julio del presente año. Nadie dijo algo. Y la ciudad hierve. La causa de los incendios forestales presentados en agosto y septiembre no obedece a supercherías religiosas, sin embargo, fueron 14 y comprometieron 13 hectáreas de bosque. Es notorio que la nula protección de los bosques aledaños y el mediocre tratamiento de las basuras, el agua potable y la residual, los gases y la nociva explotación petrolera, con las constantes emisiones de CO2, atentan contra la biósfera de la ciudad. En cincuenta años, Neiva será insoportable, y los nobles dirigentes se la habrán devorado toda.

¿Dónde está el desarrollo sostenible?

Promovido por la ONU con el informe Brundtland desde 1987 como estrategia para contrarrestar, entre otros puntos, el negativo impacto ambiental en el mundo, el desarrollo sostenible no ha llegado a Neiva aún. Cuando se trata de pensar una obra civil la primera pregunta que surge es “¿cuánto cuesta?” (o sea “¿cuanto podemos usurar?”) y nunca “¿qué consecuencias ambientales y sociales traería?”. No importa si se acaba el agua, si existen alternativas más económicas y menos destructivas y mucho menos la opinión de los ciudadanos.

construcción de obras civiles obedece conscientemente a estudios ecológicos y los recursos naturales son tomados como bienes económicos a largo plazo. En China, la urbanización de sus vastas ciudades es congruente con su entorno ambiental y su cultura. En Girona se ha procurado un alto nivel de vida por iniciativa de los mismos ciudadanos; en medio de las problemáticas de movilidad, contaminación auditiva y ambiental, este municipio español ha conservado su patrimonio arquitectónico e histórico junto a su riqueza ambiental. En la ciudad argentina Misiones se impulsan cosechas de baja intensidad para preservar especies vegetales a mediano y largo plazo. Dicho proyecto requiere de inventarios de plantas antes y después de las cosechas, que se realizan en medio de árboles remanentes para tal fin. En la Habana, el Grupo para el Desarrollo Integral de la Capital (GDIC), ha promovido el proyecto de mejora urbana en los sectores más afectados de la capital cubana, considerando sus factores sociales y ambientales. En México, se iniciaron propuestas para reducir la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI), teniendo en cuenta que es el país que más consume combustible fósil en América Latina. En Colombia la Smurfit Carton realiza la producción de papel y cartón a partir de sólidos reciclados desde 1947, fecha en la que la empresa dispuso la primera máquina en el Valle del Cauca. Una ciudad con desarrollo urbano sostenible, que considere el medio ambiente como eje fundamental –ligados al social y económicopara la celebración de proyectos y contratos, evitaría parcialmente ser promotora del efecto invernadero. Por consecuencia el clima sofocante se regularía. Se evitaría, además, extinguir las aves, lidiar con las sequías, apagar incendios forestales; se evitaría caminar bajo la escasa sombra de tejados, mojarse la cara y los brazos permanentemente, bañarse hasta tres veces al día. Se evitaría (en parte) ver el sudor caer sobre el plato de sopa caliente…

Entrecejas: Resulta evidente, para desgracia nacional, que el Quimbo es sólo una piecilla de la gran cadena de hidroeléctricas pactadas por el gobierno nacional y la multinacional Emgesa. En el “Foro por la defensa del agua, la vida y la pervivencia en el territorio”, celebrado en el municipio de Cabrera (Cundinamarca) el 14 de abril, que contó con la participación de gremios campesinos, ambientalistas, juntas de acción comunal y sindicatos de la región, se denunció la posible -y cada día probable- construcción de represas en Sumapaz, el páramo principal de Colombia. Son 14 microcentrales hidroeléctricas. Por otra parte (o por la misma), existe el proyecto de construir una vía que conecte al Huila con Bogotá por Villavieja, Colombia, Sumapaz y Usme. En la capital, organismos ambientales han rechazado esta situación; en el Huila se está a la expectativa. Cuidado cuando escuchen: “Se puede ir a Bogotá en tres horas y media, sino menos”.


r anto alle C s dro V Menese n ja Ale Forero otos: a y F Diana Poemaciones: lustr

a ocas r aloc s u m t : a e ía d nvisible do en l alabra s e o i a La p urra lo a, sent cia la p Sus a auror pronun s ano En l nciano m s ra El a e ot oche u q n ismaon en la ndo. m La celar fecu o l n i o C ímb ña ela onta nos rev Tu s m n la piedra cio e o d : i n e Ergu spejo d n el sile sombro Tu e culpe e os del a uela v i e s r r e b Y miste o so es! g s e o u L f os o de e los di r a j pá sd ¡Un arcano Los


Ciudad Instantรกnea


Pescadores de historias

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Por: Eduardo Tovar Murcia

L

a jornada comienza muy cerca de las 4 de la tarde. La algarabía de los jóvenes deportistas que llegan o salen de las piscinas de la Villa Olímpica, de la cancha de fútbol o de la pista de patinaje, es el anuncio que en poco tiempo todo va comenzar. Así parece pensar Rodolfo Cubillos, que permanece sentado en las gradas para espectadores observando el transcurrir despreocupado de los jóvenes. Usan ropas ligeras, muchos de ellos en pantalonetas y camisetas con números estampados a la espalda, guayos en la mano. Otros, transitan con paso metódico, avanzando con grandes bultos anclados a la espalda en forma de aletas de delfín, que recuerdan vagamente figuras mitológicas. Todos tienen en común la atención que prestan al terreno por el que transitan, escabrosos y con sobresaltos, que podría terminar fácilmente con la carrera de cualquier atleta. Mientras Rodolfo observa el éxodo de los jóvenes, acaricia, como si de un seno se tratara, un disco de tejo que bruñe con insistencia y delectación.

n í s o b , a h c e M a n o ñ o ym El calor ya se ha ido. ***

Giro y parpadeo

A la sombra de una carpa amarilla en la que se dibujan en cada vértice cuatro águilas de colores desgastados, salpicada de cagajón de aves y recubierta de polvo, trabaja concentrado Gildardo Bermeo. De cuando en cuando se apoya en una de las cuatro pilastras de hierro enmohecido que sostienen la carpa. Respira hondo. Cierra los ojos por unos segundos. Su otra mano descansa sobre la cadera hasta retomar el aliento. Después, con el dorso de la mano se limpia la masa de sudor y polvo que engrasa su rostro. Continúa apilando las canastas de cerveza con una concentración de ajedrecista. Sus ojos observan siempre dos puntos: la canasta vacía, liviana y cómoda, y la canasta con cervezas aún sin destapar que alza, emitiendo primero un quejido casi imperceptible que se mezcla después con la cuenta que lleva en sordina. Terminada la cuenta, lleva las canastas hasta el congelador, saca las cervezas, y las pone a enfriar. Él es el encargado de suministrar el licor. Una mano pequeña, maciza y áspera deja ver en su contorno emplastes de greda granate. Recorre la superficie arcillosa con cautela, rellenando y empujando constantemente la superficie hasta dejarla completamente lisa, como

un alfarero que pasa con refinado cuidado sus yemas hasta dar termino a su obra. De esa manera trabaja Evaristo Mejía, recorriendo lentamente las 16 canchas. Sus manos, como aplanadoras humanas, consumen cada sobresalto y perforación dejadas por los proyectiles que se lanzan constantemente. De un momento a otro ocupa su atención no en su oficio sino en las personas que, como obreros llegados a su trabajo, van arribando en grupos, ya terminando de caer la tarde.

Los tres están ocupados, cada uno en su oficio. Aguardo un momento, los contemplo, espero a que se desenvuelvan, a que terminen. Me recuesto sobre la malla que divide las canchas de tejo sin atreverme a ingresar. Luego apoyo las manos en el dintel de la entrada, siento el oxido manchar mis palmas. Con los ojos atentos detallo a los tres. Permanezco en la misma posición por largo rato. Jóvenes caminan a mis espaldas con ropas deportivas, hablan entre ellos, pegan griticos como maullidos de gata en celo. Los tres están concentrados en sus labores. Uno de ellos le saca brillo a un tejo, utiliza un trapo desgastado que frota con fuerza sobre el metal. Hace como si no me observara pero yo sé que sí. Es en ese momento cuando me atrevo y llegó hasta donde él está. Se llama Rodolfo Cubillos. Su apariencia es dura, su caballo es duro, sus manos, las mismas que frotan con fruición el tejo, también. Es de baja estatura —lo cual compruebo sumando, a cálculo, la extensión de sus extremidades—. Su mirada es profunda, como si quisiera saber mis intenciones, qué hago allí. Le digo que soy periodista y que me gustaría saber acerca el tejo y su relación con el mundo de la bohemia, (si acaso existe alguna). “Sí, siempre ha existido —habla con una voz delgada, pero enérgica; con convicción—, desde que los indígenas lo empezaron a jugar siempre se ha acompañado el tejo de la cerveza; claro que en ese tiempo era con chicha, pero siempre el trago ha estado ahí.” Rodolfo deja de hablar, como si alguien lo hubiese interrumpido. Me doy cuenta en ese momento que junto a él se encuentran depositadas en una caja de cartón cerca de veinte discos, todos oscuros, todos inmaculados, pero de distintos tamaños, unos más grandes que otros. Saca brillo sin descanso, más obstinado, más decidido en su tarea de no hablarme. Arremeto con una pregunta que no fue sino hasta después de haberla formulado que me doy cuenta de mi poco tacto. “Aquí vienen los equipos, se entrenan duro como cualquier deportista, la sudan —dice sin dejar de bruñir el metal—, que tomen no importa, como le dije, hace parte del juego. Además —en ese


momento me observa, como para concluir el asunto—, ¿a quién no le gusta divertirse con unas buenas politas, y al mismo tiempo hacer deporte?” Después de decirlo, me regala su mejor sonrisa. Se levanta, se sacude el pantalón con su trapo, toma la caja de tejos, y sale de allí sin decir más. Comienza a declinar el día. El viento llega desde los barrios altos de Neiva y se estrella contra las copas de los almendros, que, en ese momento, se baten y dejan caer sus frutos incomestibles, produciendo así un repiqueteo constante contra las carpas que se extienden a los costados de la cancha. Es una garúa intensa que se vierte sobre el suelo a cado ramalazo. Con el declive del día van llegando los jugadores, ansiosos de enbosinar sus tejos y de llenar sus estómagos, vertiendo entre pecho y espalda la mayor cantidad de cerveza que aguante el organismo. Cuando, por un instante, todo parece quedar en el más absoluto silencio: el viento deja de correr, los almendros se mantienen estáticos entre las ramas, los hombres no dicen nada, incluso los vehículos de servicio público que transitan por allí parecen ponerse de acuerdo para no recorrer las calles empolvadas, comienza a sonar, como

regionales, donde el consumo de alcohol está terminantemente prohibido”, pero lo más curioso de la afirmación es que, paradójicamente, no se puede concebir un entrenamiento de tejo sin “¡mecchaaa¡” cerveza, ¿cuántos deportistas, futbolistas, especialmente, no anhelarían dichas libertades?, pero estos deportistas; el deportista, mejor, ya avanzada la noche, con la mirada perdida, el equilibrio alterado, ofrece la palma hacia el cielo, encima de ésta un disco, el ojo guiñado, en la otra mano una cerveza que levanta a la misma altura de la palma para hacer de contra peso, toma aire, camina los tres pasos

Suspiro, descanso y chao un conjuro ensordecedor, la música del Cacique de la Junta.

Pueden haber más bellas que tú Habrá otras con más poder que tú Pueden existir en este mundo pero tú eres la reina…

La Hora Prevista

Llegan en familias: padres, hermanos, hijos, sobrinos y cuñados, todos se sientan en mesas también amarillas y esperan a que Rodolfo les lleve los tejos, disponga las mechas, una arriba, otra abajo del bocín, las cervezas son destapadas “clish”, “clish,” por la mano diligente de Gildardo que va dejándolas de mesa en mesa, en tanto que por los altoparlantes comienzan a sonar los quejidos tortuosos de los cantantes de música popular que escuchan las

familias que continúan, de momento, hinchiendo sus barrigas de cerveza mientras vuelan, como proyectiles lanzados en una guerra, los tejos que caen ensopados en la mullida greda, otras veces sí, otras veces “¡mecha hijueputa¡”, pero los que no juegan, miran absortos los tejos como gatos viendo pasar pelotas de estambre, y, sin embargo, no todos prestan atención al juego, porque, como afirma Carlos Pacheco: “uno también viene a pasar simplemente el rato, a estar con la familia y la novia, no siempre a jugar tejo sino a estar con las personas que uno quiere”, pero la mayoría sí se toman el juego muy enserio, incluso llegan a conformar equipos de tejo, equipos de seis que “¡mecha¡” entrenan aplicadamente para lograr los ansiados 27 puntos que, de tiempo en tiempo, se ven representados en los estallidos de “¡meeeechasss¡”, emplastados dentro del bosín, o como mínimo, en la proximidad del centro metálico de la cancha; cualquiera de estas hazañas es celebrada con gritos eufóricos, donde la cerveza corre a sus anchas por las domeñadas gargantas de los deportistas, dejando ver, mientras celebran, la espuma que rebosa de la comisura de sus labios, muestra más que evidente del regocijo de estos deportistas consagrados que, además del ímpetu deportivo, han demostrado con esmero que el otrora denominado Turmequé, desde hace ya diez años, nombrado el deporte nacional, sea una institución atlética en el departamento, como lo señala Gildardo Bermeo, presidente de la Liga de tejo del Huila: “Se han hecho todos los esfuerzos por agrupar a los diferentes equipos de tejo que hay en el Departamento para que, de esta forma, el juego trascienda y crezca cada día más; esto lo hacemos promoviendo campeonatos departamentales y

Ya se acerca la media noche. La música sigue escapando de los altoparlantes con la misma fuerza ensordecedora de las primeras horas, dejando en el aire ese hálito quejumbroso que tanto parece gustar a los deportistas. La brisa, fuerte y rapaz unas horas antes, se ha esfumado de la ciudad. Los almendros ya no se remecen como en las primeras horas. En cambio, el calor, que le ha ganado su espacio al viento, hace presencia en los rostros de los jugadores. Gruesas gotas de sudor recorren sus largas y amplias patillas, bajando por sus fecundas o en algunos casos hirsutas barbas, y siempre, con el dedo índice, recogen

para lanzar de un sólo envión el disco por los aires esperando que caigan en el bosín, empotrado verticalmente, en posición perfecta, es decir, la mitad del tejo dentro del circulo de hierro, con la base superior mirando el tablero, pero, “Oh, Gracias Señor porque me has dotado de potencialidades deportivas y he logrado desarrollarlas en sana competencia*…”, “ ! p a m m m p a m m m m ¡ ”, “!embocinadaaa¡”, “huyyy, felicitaciones”, dicen unos, los de su equipo, estrechándose las manos mientras van a confirmar la posición del tejo; otros, “noooo, le faltó, le faltó”, al final es Rodolfo quien, con su experiencia de 18 años en las canchas de tejo de la Villa Olímpica observa con ojo crítico, toma con dos dedos el tejo y lo mueve como un odontólogo, y tras unos instantes en suspenso dice, dictaminador: “Sí, fue embocinada, mis felicitaciones hermano”.

los goterones que se forman en las quijadas hasta terminar sacudidas en el aire. También yo estoy sofocado, no sólo por la mezcla tóxica de bocanadas de cigarrillo, mechas humeantes y humores aderezados con fuertes lociones baratas, sino también por el calor que se adhiere a la ropa y genera una viscosidad exasperante. Me acerco hasta donde se encuentran reunidos Rodolfo y Gildardo para despedirme de ellos, pero están ocupados en una cancha en la que al parecer se acaba de hacer moñona. Observo por unos segundos como si presenciara un accidente automovilístico. Tras dar un último vistazo en rededor a la cancha, me alejo como llegué: Dando trompicones por la oscura calle, caminando con pasos cortos, casi como un autómata, hasta perderme en la esquina, donde ya no quedan rastros, ni sonoros, odoríferos ni visuales, de la cancha de tejo. Respiro profundo.


OBITUARIO antonio iriarte cadena

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Por: Tania Sofía Areiza González

L

complejos como la realidad desnuda. En alguna ocasión se reía con picardía de las concepciones de su yerno, creo bacteriólogo y extranjero, que se escandalizaba a través de sus lentes cientificistas, de las tradiciones culinarias andinas, viéndolas como riesgosas por su vulnerable exposición a las infecciones, sin embargo riendo entre dientes, nos decía que tal vez él jamás comprendería que vistos con los lentes del espíritu, ese contacto directo con nuestros alimentos sin usar ninguna ayuda instrumental solo refleja lo arraigados que somos a la tierra.

a muerte es un evento sublime y profundo cuando el caminar de la vida ha sido tejido con los hilos de la dignidad, la lucidez y la espiritualidad. Antonio Iriarte Cadena, maestro ilustre y bondadoso que surcó las conciencias y las almas furtivas de este valle de las tristezas, se despidió desde el horizonte dejándonos la eterna sensación de que permanece, de que vive en nuestra memoria y que su esencia, tal como él pensaba, se encuentra en algún lugar del cosmos renovando el ciclo incesante de la vida en las alas libres de la mariposa, en la sabiduría ancestral de un viejo árbol, en las gotas del majestuoso río, en la preñez de la tierra…

Antonio Iriarte guitarrista apasionado, escritor consagrado, docente ejemplar, humorista refinado, fue amado y respetado por toda una comunidad de estudiantes que encontraban en su ser, no solo a un académico integral, a un intelectual, sino a un ser humano sensible, d i g n o , tolerante, sincero, humilde. Ahí radicaba su secreto de convertirse en maestro de maestros después de pronunciar su palabra cálida y serena pero cargada de sentido.

El profesor Iriarte era un ser humano con una fuerza espiritual que atraía dulcemente, su tono de voz, su mirada y sus palabras estaban dotadas de la excelsa sencillez, reflejo de honestidad, paz interior y profunda lucidez. Pocos como el profesor Iriarte evidenciaban verdadero amor por su oficio, pasión intensa por “el arte de maravillar” como llamaba a los procesos de enseñanza-aprendizaje. Maravillar, ese era su artilugio a la hora de caminar las rutas pedagógicas del conocimiento. Sus reflexiones en clase iban desde la anécdota, la picardía, hasta las profundas rutas de la razón que, como lo comprobó en su vida misma, pueden vulnerarse fácilmente. Su discurso, eran pinceladas acuarelables, suaves, dulces, que sin embargo dejaban profunda huella, produciendo terremotos perceptivos, desarticulando el armazón que durante años la sociedad, la ciencia y la educación habían con mucho cuidado y esmero proyectado en nuestro ser, pero sobre todo mostrando la rutas del despertar espiritual que no consiste en la acumulación de conocimientos sino en lograr el dialogo de corazón a corazón. Enormes crisis sacudían los espíritus después de sus interpretaciones de la realidad que tenían como pilar la cosmovisión ancestral andina, las profundidades de oriente a través principalmente del budismo zen, y los nuevos desafíos de la física cuántica y subatómica que nos recuerda que somos una pequeñísima parte del inmenso universo siempre en movimiento y en constante transformación. Estas reflexiones nos hacían comprender que el conocimiento que de la realidad tenemos desde nuestra perspectiva humana es apenas una mera representación, un

La partida del profesor Iriarte no nos produce agonía aunque si un inmenso vacío, pues con él entendimos que la vida y la muerte son las dos caras de una misma luna, aunque una se camufla en la sombra y la otra es bañada por los fulgores del sol… Después de todo siempre al final de un largo camino soleado no hay nada mejor y más plácido que el refugio de la confortable sombra… La palabra noble del profe Iriarte renace diariamente. Estas aquí, profe, como una luz, como una caricia sin rosar, como la palabra ancestral que divaga, que erra, estas aquí como el viento, ese del que decías, homenajeando a Bob Dylan, que tenía lejano mapa de lo que está allá afuera, y que hoy desconocemos, porque la realidad de allá afuera es muy diferente, allá fuera de nosotros, de como la percibimos con nuestros sentidos y a como la entendemos con nuestra razón… Los conceptos de materia, de solidez, previamente estructurados se volvían difusos y vacíos y en consecuencia iniciaba un enfrentamiento que reflexionaba sobre la polémica palabra realidad. Se derrumban algunos conceptos pero se fortalecían las esencias, la conciencia de lo que somos. El profe Iriarte pedagógicamente era como un trueno atravesando el oscuro y profundo vacío. Paradójicamente una vez producido el torbellino,

la duda, la incertidumbre dejada por la ausencia de certezas que creímos dadas, esbozando una sonrisa zen nos aconsejaba que ante semejantes crisis no había otra salida que tomar las cosas con cheveridad y reír como decía su padre a mandíbula batiente. Recuerdo también de sus clases la mención frecuente que hacia de su familia, de su amada esposa Patricia, sus hijas Marieta y Diana, sus nietos e incluso sus yernos; contaba en algunas ocasiones anécdotas de su vida intima para explicar temas tan

l a s verdaderas respuestas. Esa estrella que brilla entre muchas con mas profundidad y que alguna vez detallaste en la palma de tu mano, recordarán siempre en mi memoria la lucidez de un hombre aventurero que, quijotizado por los plumajes tornasolados del pavo real, se atrevió a desaprender, a desandar caminos para recorrer las sendas de su ser y cultivar así el mayor tesoro: su espíritu.


Cosecha de nuestro surco

Flotadores

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OcioRecomendado Narrativa Días Oscuros Guillermo González

Entregado por Altazor Editores, en una cuidadosa edición ilustrada con imágenes de petroglifos, el libro de narraciones breves Días oscuros, de Guillermo González, compuesto por treinta y un relatos, es interpretado en su prólogo por el dramaturgo Jorge Enrique Alvarado, como un comienzo, el inicio de un viaje a pie sin afanes, por los caminos del pasado, de la memoria. Una especie de rendición de cuentas en el buen sentido, de curar heridas, de cerrar puertas abiertas. Volver por caminos ya recorridos devolviendo a cada lugar y momento cosas que le pertenecen, que pesan, que dificultan continuar y hacen más pesado lo que queda del viaje.

Libros

Música

La Puerta, umbral de la buena música, se abre de lunes a viernes a las 8:00 p.m. en la Emisora Cultural del Huila 95.3 bajo la dirección y conducción de Danny Montaña. Un proyecto de formación de público y nuevos consumos culturales a través de la música, entendida como vehículo de construcción de sentido. Notas culturales y cápsulas informativas en música, cine, literatura, teatro, artes plásticas, artes visuales, festivales y encuentros culturales, además de jazz, blues, soul, folk, rock, funk, reggae, dub, bossa nova, electro, indie y otras sonoridades del país, con los músicos contemporáneos que se escuchan en las mejores estaciones de la radio cultural de Colombia y el mundo.

Pintura

Maletas Viajeras

La Puerta

Danny Montaña

En el abismo

Carlos Salas

Banco de la República

Las Maletas Viajeras son pequeñas colecciones de libros, dirigidas a niños, jóvenes, adultos y ancianos que la Red de Bibliotecas del Banco de la República presta gratuitamente a instituciones educativas o culturales que por sus condiciones geográficas o socioeconómicas no tienen acceso a una biblioteca. Las Maletas Viajeras son para lectores de todas las edades y gustos. Los contenidos abarcan literatura colombiana, latinoamericana, afro e indígena y de promoción de lectura para poblaciones específicas como bebes, niños, jóvenes, adultos y ancianos. Las Maletas Viajeras se prestan gratuitamente a docentes, instituciones y centros culturales de todo el país, a través de las Áreas Culturales del Banco de la República en 28 ciudades de Colombia.

El color azul tiene un lugar protagónico en esta exposición. Carlos Salas afirma: “Cuando empecé a pintar, mi color favorito era el azul. Para mí era un color seductor y me negué a él durante años. Hasta ahora volví a introducirlo de forma tan preponderante en mi pintura”. Una preocupación por el color que regresa al azul es una característica de esta muestra, con la que Carlos Salas va a sus raíces y vuelve sobre sus pasos. Esta exposición, que estará todo el mes de noviembre en la galería Alonso Garcés en Bogotá, parte de una frase que Ana María, la hija del artista, le escribió en una carta: “Vivimos en un inmenso abismo pero lo olvidamos todo el tiempo. El arte nos lo recuerda evocándolo”. La muestra recuerda, también, por qué Salas es uno de los artistas con una propuesta más sólida en el panorama del arte colombiano.

Cine

La Sociedad del Semáforo

Rubén Mendoza

El filme narra la historia de Raúl Tréllez, un desplazado chocoano con incipientes conocimientos en ingeniería eléctrica, que trabaja como reciclador en Bogotá y está empeñado en la idea de crear un mecanismo para hacer durar el semáforo en rojo el tiempo que quieran los vendedores, malabaristas y lisiados que allí se ganan la vida, de tal forma que se puedan montar actos más largos. Esta obra de Rubén Mendoza, que esculcó en los recovecos más “oscuros” de Bogotá en busca de esos personajes que se convirtieran en dueños del semáforo, es una elegía de la ciudad y las otras vidas, de lo que Mendoza define como “la belleza del mugre. Porque el mugre también es bello, sólo que tiene otra textura”. La Sociedad del Semáforo, presentada en el Festival de Cine de Neiva Cinexcusa, es un interesante ejercicio fílmico protagonizado por habitantes de la calle, que Mendoza insiste en no llamar “actores naturales” alegando que esa definición es sencillamente inexistente. La música de Edson Velandia (de Velandia y La Tigra) le aporta además una atmósfera de colombianidad y sabor a este carnaval de historias que poco a poco va desembocando en una sinfonía anárquica que seguramente no querrás perderte.

FC

Construcción, Intervención y Consultorías de Obras Civiles

Ingeniería Julio Cesar Fierro Cediel Ingeniero Civil

julioc2005-17@hotmail.com

Cra.10 No 2-58

Cel: 3114408497

Garzón - Huila


zona de pesca

S

obre un escenario colorido lleno de notas musicales, los rostros de la tragedia y la comedia y el símbolo arquitectónico de la iglesia colonial, la Secretaría de Cultura y Turismo de Neiva homenajeó a sus artistas; hombres y mujeres soñadores que han tomado el camino de las artes musicales, teatrales y dancísticas como proyecto de vida. Este encuentro de entrada gratuita, y que contó con la presencia del Alcalde Pedro Hernán Suarez, fue el espacio propicio para evocar la tradición desde las artes escénicas, tambores y requintos, aires del San Pedro que se sintieron en la noche del 24 de Octubre.

Un despliegue en tarima con juegos de luces y escenografía como pocas veces se ha visto, acompañó a los artistas que desplegaron su creatividad, profesionalismo y talento durante cerca de dos horas. Los mitos y las leyendas representativas del Huila, fueron el punto de partida para que siete organizaciones teatrales entre las que se destacan Athenea, Candileja y Guadajira, que sobre la madera expusieran lo mejor de su repertorio. A su vez, una mezcla de danza y teatro, teniendo como hilo conductor los sonidos del bambuco, fue la oportunidad para que varios jóvenes de la academia de baile K-dencia, nos transportaran a episodios cumbres de la fundación de nuestra ciudad. El público, que reconoció con sus aplausos cada una de las presentaciones, en seguida se vio provocado por los picarescos mensajes que el grupo Cantar Popular, a través de sus cálidas voces femeninas nos recordaron la esencia de “rajar leña”. Finalmente, el grupo Escala, con su acto de Zampoñas, tambores y quenas, nos trajo del sur del país, la calidad y pureza de una música Andina que cerró a manera de serenata este homenaje a los artistas y gestores culturales.

Con un recorrido de danza y teatro por los 400 años de la ciudad, Neiva celebró el mes del artista y los gestores culturales.

Serenata a los Artistas La secretaria de Cultura Municipal Carolina Sandino Puentes, quien lideró este evento, expresó que este homenaje es un reconocimiento merecido a estos artistas y gestores que con su empeño vienen construyendo cultura y enriqueciendo nuestras tradiciones. Para el próximo año esta misma secretaría con el apoyo incondicional del Alcalde y el Consejo de Cultura, tiene para la ciudad, la elaboración y ejecución conjunta, del Plan decenal de Cultura

y El Plan de Desarrollo Cultural que traerá nuevos espacios de gestión cultural más participativos y de mejor calidad. Con este homenaje la secretaría de cultura y los artistas nos recordaron que las manifestaciones culturales y artísticas son vitales para sus ciudadanos, porque allí se reconocen, interactúan y potencializan nuestros valores e identidad.


L

a manía neurótica de pretenderlo todo bajo control, hace creer al blanco, que no es que estemos sumergidos en el equilibrio de la naturaleza, como en realidad lo estamos, sino que al contrario es el equilibrio del hombre el que somete a esta. Pero es a través de este sustituto civilizado al que llamamos justicia, que no es otro que el sentido de equilibrio “sublimado” (igualad equidad etc.) y que de haberse dado en Aristóteles un conocimiento más profundo de la Matemática, habría pasado hasta nosotros menos rígido,(menos neurótico) y con mayor variedad de connotaciones.

texturas

¿Inteligencia Social o Patrimonio Ecológico?

de sus estereotipos sociales, los pueblos latinos han ido perdiendo mucho de la riqueza inmaterial, que bien podría servir de base a un desarrollo económico más significativo en el marco de la socialización capitalista.

Mérito y propiedad

Existe por tanto la urgencia de esclarecer hasta qué punto, el colombiano medio ha ido perdiendo su capacidad para socializar, producto doble de la genética de los supervivientes de la guerra y de la hegemonía ideológica de un imperio igualmente con serios deterioros de conducta social. Hablar de una simple ausencia de inteligencia social seria hueco eufemismo. Las relaciones de producción pueden ser incluso marginales al lado de las relaciones sociales que se tejen a partir, de la intimidación, el monopolio del poder y el secreteo de la información.

Luego, observamos que solo existe la justicia por el mérito. Este concepto no desaparece ni durante el socialismo según los marxistas, pero suele ser olvidado por quienes predican la justicia del trabajo universal y obligatorio. Por su lado, los apologistas de la pereza, se limitan a exaltar el fastuoso pasado imperial de las naciones latinas, hoy hundidas en el más vergonzoso atraso tecnológico en relación con el resto de Europa. No quiero insistir en que sometidos a una selección burocrática

Estas relaciones que exigen subordinación y adaptación no son menos artificiales ni, por tanto, menos violentas, que los sentidos del mérito o de propiedad. El hombre sumergido en la sociedad capitalista difícilmente identifica cuánto de la riqueza que produce al interior de una empresa privada es patrimonio social (su cultura, sus costumbres etc.). Pero lo que ha sido formado dentro de un conciliábulo de confraternidad y relaciones armónicas de convivencia con y para las gentes, se convierte en el nudo más inquebrantable para su conversión en riqueza privada (información) en una sociedad altamente competitiva que exige de crítica reflexión , análisis y “actitud guerrera”. El

Para los antiguos chinos el trabajo era siempre violencia contra la naturaleza... Ir “tras lo suyo”, resulta, hoy por hoy, algo justo y necesario. La autoría, por ejemplo, nos resulta bastante meritoria. A veces quienes somos normalmente desposeídos de nuestra autoría por estar inmersos en un universo de relaciones capitalistas, caemos en la creencia de que el canibalismo intelectual es una especie de rezago del canibalismo material, por que solemos identificar nuestro ego con nuestra esencia, olvidando que el superego es tan ubicuo y tan tirano como este, y no menos objetivo. El patrimonio inmaterial de una sociedad es una generalización doble del sentido de la propiedad y de la justicia por el trabajo. Cuando se sigue de cerca lo que acontece con el comportamiento moral, la sociedad presenta la tendencia a legitimar solo aquello que se traduce en “valores” para dicha sociedad. Ni el mismo Bill Gates estaría dispuesto a menospreciar en el mercado a Microsoft, solo para demostrar su desafortunado aserto acerca de la inexistencia de la justicia.

“La ley es nuestro destino”

servilismo es la principal secuela de los caudillismos y no olvidemos que estos se dan incluso en las fábricas. Enseguida, de cerca, está la agresividad, la intolerancia. Quizá una de las formas más aberrantes de la adaptación capitalista es la pérdida creciente del erotismo de un lado; y su condicionamiento del otro. Dichas tendencias se manifiestan en el aumento de la soledad en los individuos, del homosexualismo encubierto y no menos importante de la cada vez mayor adicción a la pornografía. El universo de las relaciones de competencia, agresión e intimidación son la base de las situaciones tensiogénicas (estrés) y de neurosis y por tanto de la ausencia de erogénesis. La situación de agresión y sometimiento de la naturaleza exterior (avasallamiento), amén de la adicción al trabajo genera la ficción de orden universal y armonía perpetuas al lado de un rechazo permanente de su propia naturaleza: La sensación de una “paz “ semejante que invade y sojuzga los mismos espacios destinados a la libertad individual y el respeto de la etología humana. De existir algo como inteligencia social, cabría preguntarse si existe alguna inteligencia que no lo sea, ya que sería imposible que evolucionara fuera de la sociedad y a partir de formas preconscientes de gregarismo. Como por el arte de Hollywood, el dinosaurio aparece moviéndose coordinadamente por los estrechos pasadizos de los laboratorios de alta tecnología de Jurasic Park. ¿Qué otros inventos podemos esperar de la docta sociedad capitalista?

Patrimonio genético

Una característica sicológica que se nota bien clara en los criminales, que al parecer es hereditaria, es la ausencia en ellos del sentido de la vergüenza. Existen dos tipos básicos y es el del que proporciona, por ejemplo el mal trato, y el del que lo sufre. Mentir para una campaña política es la manifestación más alta de dicho patrón de conducta.

Se trata , entonces, de esclarecer hasta qué punto una característica sicológica que eventualmente es asumida como un bien para la sociedad en general ( capitalista o socialista), es en tanto patrimonio cultural , a la vez ,parte del patrimonio genético de lo que entendemos por humanidad. Una revisión de los últimos siglos de contienda política muestra al humanismo tan ubicuo y acomodaticio como la misma lucha por el poder. Esto podría dirigir de inmediato a la habitual relación económico-política que hace carrera en la academia y pondría de presente que lo menos importante para el hombre ha sido hasta ahora el sentido de lo humano de dicho término: “humanidad”...Los bienes culturales incluida la capacidad de convivencia, siendo entonces bienes de y para la humanidad, no pueden estar sujetos a los mezquinos valores de mérito y propiedad. La eterna disputa entre deterministas genéticos y sociales remite a la graciosa disputa palaciega entre el dictador y padre putativo del príncipe heredero con su padre sanguíneo el rey depuesto, (ambos de acuerdo en la importancia del origen genético y la pureza de la sangre del hijo), en torno a la escogencia de los contenidos y los medios para su educación del dicho príncipe, incluidos la identidad de los profesores. No sobraría agregar que el rey no siempre encarna dentro del sentido de inteligencia política, la capacidad para representar el altruismo o la capacidad de convivencia. Un país en una guerra sin fin, inmolado al altar de los egoísmos de todos los matices parece no acogerse a ninguno de las modalidades de inteligencia. Los bienes culturales entendidos como parte del patrimonio genético de la humanidad, harían necesaria una moral distinta a la establecida y el sentido de la justicia, pingüe resultado de la mutilación mental de una sociedad elitista y encerrada en sus propias contradicciones, pasaría en función de esta manera nueva de ver el mundo, a constituir el espacio de investigación de un sinnúmero de connotaciones nuevas e inusitadas. Sin embargo la prevalencia de la sociedad de clases genera sus propias contradicciones y el tiempo se encargará de agrandarlas y convertirlas en causas de su propio aniquilamiento.

Cigarrería La Primera Licores Nacionales y Extranjeros

Ricardo Adolfo López Rujana Abogado Universidad Surcolombiana

Por: Iván Tafur Ilustración: Martin Honeysett

Puede a primera vista, estar objetando nuestro supuesto de que todo proyecto político entraña un experimento genético. Pero en realidad es el tipo de excepción que confirma la regla. Su contraparte, esa forma inveterada de “hacerse el pendejo”, no es más que desvergüenza unida de hecho y por lo mismo, a algún tipo de atrofia cerebral por disfuncionalidad del órgano bajo las circunstancias de pérdida del patrimonio genético “inmaterial” de una población.

Pero una percepción incompleta rígida y defectuosa del concepto no lo elimina de forma natural como para los que han desfallecido al decir que “la justicia no existe”. Para los más fanáticos trasciende incluso el mundo sensible y el sentido mismo del bien y del mal. Y en este sentido, el del equilibrio sería el más general de los valores morales. Para evitar que sea entendido como un concepto frío y manipulable es necesario decir, que su sentido surge de las situaciones reales mismas, como surgen las condiciones físicas (entendidas como ecuaciones de las leyes fundamentales), de cualquier situación problemática concreta. Esto exhortaría de manera directa y expresa a buscar aquellas reglas naturales más representativas de dicho equilibrio, como las leyes del equilibrio ecológico. El “ecologismo” podría parecer el resurgir del animismo dentro de la ciencia. Las cosas entonces, podrían de hecho llegar a valer más que los hombres, porque serían más que “obra del hombre”. ¿Pero es que existe acaso algo más mezquino que la apropiación por la “justicia” del trabajo?

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