¿Por qué HÉROE? Nos interesa hablar de Edelmiro Mayer como héroe porque su lucha por la libertad inspiró, y debería inspirar a todo aquel que ame con pasión, ya sea a una nación, como el amor que se puede sentir hacia otra persona. Sin duda nosotras lo consideramos héroe, pero ¿por qué una inspiración? Fue un hombre que el destino abandonó, desamparó. El valor fue su faro, que por suerte, no solo lo llevo a la orilla, sino que lo llevó a llegar alto, un ejemplo claro fue su lucha en Estados Unidos, combatiendo en la guerra de sucesión y viendo morir a Abraham Lincoln, presidente y padre de uno de sus más fieles amigos. Luego, tuvo que sufrir el rechazo de parte de los argentinos al querer volver a su patria únicamente porque había luchado en un país extranjero pero gracias a su valor y la continua ayuda de la gente que lo apoyaba logró ser reconocido como ciudadano argentino y volvió a su puesto en el ejército. Incluso, después de ser rechazado, y después de unos años, ser dado de baja del ejército se dedicó a escribir en periódicos y a traducir libros de Edgar Allan Poe entre otros escritores. Mayer sufrió duros fracasos con sus proyectos, pero nunca se detuvo. Esto lo impulsó a llegar hasta Santa Cruz, gracias a que su cuñado y él decidieron establecer una estancia. No todo en su vida fue trágico y gracias a este hecho,
el
presidente
Carlos
Pellegrini
lo
nombró
gobernador de Santa Cruz donde asumió su cargo en 1893. Durante su cargo no sólo exploró la zona andina, sino que construyó escuelas y hospitales para la pequeña población que existía en ese momento y la cual él debía dirigir. Luego de un largo cargo como gobernador, falleció en su oficina en Río Gallegos mientras planeaba su estrategia contra los chilenos que querían robar territorio de Santa Cruz. Edelmiro nos demuestra durante toda su vida que la gente de su alrededor podía desaparecer en un abrir y cerrar de ojos pero eso nunca le afectó a tal punto de querer desaparecer, sino que él se llenó de valor para enfrentar a sus sentimientos y nunca se rindió. Por eso lo tomamos como una persona que actualmente debería ser una inspiración para todos aquellos que se sientan perdidos o que simplemente necesitan una persona de la cual aferrarse y poder admirar con orgullo.
Nuestros hombres, ¿nuestros héroes? Edelmiro Mayer Germán Edelmiro Mayer, fue un argentino nacido el 28 de mayo de 1839, en Buenos Aires, era hijo de un militar alemán. Edelmiro se inició laboralmente como comerciante, pero abandonó su labor luego de la muerte de su hermano, que fue asesinado por agresores a sueldo contratados por su suegra. Impactado por el hecho se unió al ejército de Buenos Aires y combatió contra el sitio de Buenos Aires impuesto por los federales de Hilario Lagos, y luego luchó del lado del Estado de Buenos Aires en las batallas de Cepeda y Pavón. Córdoba lo nombró teniente coronel. Mitre desconoció el nombramiento y enseguida lo ascendió al mismo grado, causando una crisis en la división de Paunero. Mayer pidió la baja y volvió a Buenos Aires. En el periplo del héroe esta etapa la podemos reconocer como el cruce del umbral para Mayer, porque salió de su “zona de confort” para embarcarse a los Estados Unidos, donde prestó sus servicios en una academia militar, estrechando lazos de amistad con Robert Todd Lincoln, hijo del futuro presidente. Durante su estadía en los Estados Unidos Edelmiro participó de “La guerra de Secesión” y también escribió en un periódico, donde proponía incorporar soldados de raza negra en el ejército, basado en el resultado que
había dado la presencia de estas personas en las Guerras de Independencia Hispanoamericana. Allí fue nombrado Comandante y luego participó de guerras en el Estado de Florida. Pasó a México, donde se puso a órdenes del presidente Benito Juárez para luchar contra el gobierno del Emperador Maximiliano I de México. Participó en algunos combates y fue ascendido al grado de general del Ejército de México. Era amigo del general Porfirio Díaz y participó en una conspiración para derrocar a Juárez, pero antes pidió la baja del ejército. Al descubrirse el plan subversivo, Mayer fue condenado a muerte. La intervención en su favor de Domingo Faustino Sarmiento le salvó la vida. Luego volvió a Nueva York, y conoció a José Martí. Pasó por México, cuando ya gobernaba Porfirio Díaz, y también viajó a Londres, donde visitó a Manuelita Rosas.
Luego de este recorrido volvió a Buenos Aires en 1873, algunos lo recibieron como héroe mientras que algunos personajes del partido de Bartolomé Mitre no quisieron reconocer su ciudadanía en Argentina por haber combatido en guerras del ejército extranjero y gracias a un discurso de Aristóbulo del Valle, se sancionó una ley especial, que reconocía a nuestro personaje como ciudadano argentino. En 1874, invitado por el coronel Álvaro Barros, se reincorporó al ejército como coronel de milicias de la provincia de Buenos Aires. Fue diputado nacional entre 1874 y 1877, y más tarde el gobernador Carlos Tejedor lo nombró jefe de estado mayor de la provincia. Luchó en la revolución de 1880 como jefe de la artillería rebelde.
El valiente guerrero, tuvo una caída cuando formó una empresa que fracasó en diversos proyectos de construcción en el país. Luego, nuestro personaje volvió a cruzar el umbral, pero esta vez en una zona más cercana, la diferencia radica en que esta era casi desconocida y en sociedad con su cuñado Enrique Burmeister estableció una estancia en el Territorio Nacional de Santa Cruz. Este hecho inspiró al presidente Carlos Pellegrini a nombrarlo gobernador de Santa Cruz, cargo que, podemos decir, fue su recompensa. Durante su gobernación Edelmiro exploró la zona andina con la intención de hacerla una zona ganadera, también construyó escuelas, hospitales y cuarteles que se opusieron a las ambiciones del gobierno chileno. Edelmiro Mayer falleció en Río Gallegos en el año 1897, luego de una vida llena de aventuras, altas y bajas pero que se puede definir como la vida de un héroe.