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GABRIEL BEN-TASGAL
Palestina, “internacionalmente garantizado” y “reconocido como una antigua conexión histórica” (por derecho y no por gracia), el documento enfatizó que el establecimiento de un Hogar Nacional Judío no impondría la nacionalidad de los habitantes árabes de Palestina, y “el estado de todos los ciudadanos de Palestina ante los ojos de la ley será palestino”. Para reducir las tensiones entre los árabes y los judíos en Palestina, el Libro pedía limitar la inmigración judía a “la capacidad económica del país para absorber a los recién llegados”. En el mismo proceso, los británicos deciden separar los territorios al este del río para entregarle a Abdallah, hijo de Hussein de La Meca, el llamado Emirato Árabe de Transjordania (actual Reino Hashemita de Jordania) (artículo 25 revisado del Mandato). Se trata de una violación o contravención a la carta de asignación del Mandato Británico realizado por la Liga de las Naciones, solamente dos años después de los compromisos acordados en la Conferencia de San Remo (1920). Las autoridades de la Organización Sionista Mundial, liderados por su presidente Jaim Weitzman, decidieron dar su visto bueno al documento. Los árabes lo rechazaron, ordenando el regreso de su comitiva apenas llegada a Londres. 67. ¿Qué sucedió en las matanzas árabes de 1929? En 1928 los musulmanes trataron de obtener de los británicos derechos únicos sobre el Muro de los Lamentos, incluido el pequeño espacio utilizado por los judíos para rezar desde los días mamelucos. Mientras, ladrillos de la reconstrucción de la Mezquita de Al-Aqsa cayeron “accidentalmente” sobre los fieles judíos. Los almuédanos subían el volumen del llamado al rezo para perturbar las plegarias judías. El Mufti de Jerusalén, Amin Al-Husseini, ordenó (agosto 1929) que se abriera el extremo sur del callejón que cruzaba el Muro. Las mulas pasaban por esa calle estrecha, a menudo tirando excrementos y molestando a los judíos que iban a rezar al lugar santo. Esto provocó la protesta de los judíos ante los británicos, pero estos permanecieron indiferentes. La comunidad judía pedía que el Muro quedase en manos de los judíos (el Monte del Templo, lugar más sagrado del judaísmo, seguía dominado por los musulmanes). El 14/8/1929, después de ataques contra judíos que rezaban en el Muro de los Lamentos, 6000 judíos se mani-