El misterio de la vida eterna

Page 1

1. Las almas de los muertos INTRODUCCIÓN.

Que a los egipcios les preocupaba la muerte, eso es evidente, pero jamás podremos comprender su verdadera significación si no logramos abstraernos de los prejuicios y pensamientos de nuestra época. ¿Tenían los egipcios miedo a la muerte? Ciertamente, la muerte es la única realidad del ser humano, inscrita en nuestra mente desde que nacemos. Que, tarde o temprano, todos moriremos, eso lo sabemos, mas de la concepción de esta en el mundo egipcio, muchas dudas caben todavía. Las evidencias artísticas que muestran el interés del egipcio por la muerte, es decir, las estatuas que contenían el Ka del egipcio, o las pinturas mediante las cuales se representaba los elementos que la persona quería llevar a su vida en el más allá, son evidencias de una creencia en ultratumba, pero no necesariamente de la concepción de la vida terrenal como una vida menor, es decir, como una vida de paso. Que las manifestaciones artísticas giren alrededor de un núcleo claro, la temática funeraria, no implica ni que el egipcio tuviese miedo a morir, ni que lo deseara fervientemente. La teoría del miedo a la muerte quedaría obsoleta si tenemos en cuanta los rituales de enterramiento y procesos de momificación, que trataremos más adelante. El egipcio sabía que en algún momento moriría, y también lo que deseaba llevarse otra vida, y mediante los procesos de conservación de los cuerpos entendemos la preparación egipcia al “otro mundo”. Por su parte, se nos antoja irracional creer que el egipcio deseaba morir fervientemente. La existencia de plañideras lo confirma. Morir no era motivo de celebración o alegría (aunque se celebrasen diversos cultos y ritos, sus objetivos eran otros), sin caer en este determinismo, y sin pecar de categóricos, podríamos afirmar que la vida del más allá era una continuación de la vida terrenal. Quizá con un cariz más idealizado, quizá más perfecta, pero una vida más al fin y al cabo. Tanto es así que, como hemos dicho, en las pinturas funerarias predominan, por ejemplo, los alimentos que el egipcio deseaba comer en el más allá, o si es un Faraón, los siervos que deseaba conservar a su cargo, siempre bajo la atenta mirada del Río Nilo, fuente de vida. De hecho, si estudiamos las representaciones del Nilo podemos comprender el deseo de perfeccionar la otra vida. No sería tan atrevido afirmar que la vida del más allá para los egipcios se concebía casi igual que la vida terrenal, solo que quizá en la otra vida el río se desbordara con más regularidad, y siempre a la altura perfecta, para asegurarse así un regadío de cultivos propicio para el desarrollo de una vida más cómoda, esto es, una vida donde se busque evitar la hambruna producida por crecidas irregulares del Nilo, que al ser demasiado corta, las tierras no se podían regar, y al ser demasiado alta lo destruía todo (recordemos las construcciones de adobe). Cuando el egipcio observa a la muerte, debe buscar una explicación al estado inerte de un cuerpo, estableciéndose así una conclusión que, prácticamente deviene inevitable, esta es, que el cuerpo ha de estar formado por varios elementos, nacidos de dos principales, una parte física y otra intangible. José Miguel Parra Ortiz en su libro “Momias, la derrota de la muerte en el antiguo Egipto” nos recuerda cinco en total, a saber: el nombre (ren), la sombra (shuet), el cuerpo (jat), el Ka y el Ba. El cuerpo, el contenedor; el espíritu, el continente. La sombra, producto del cuerpo, pues un cuerpo no existe sin ésta. En el Ka y el Ba se centra toda la complejidad artística, gracias a la cual tenemos evidencias de sus creencias. El Ba, si se puede decir así, constituye todo lo inmaterial, es decir, todo lo no físico, (llamémoslo personalidad o carácter). Podría ser traducido como el “alma” del difunto, en una concepción platónica. La representación del Ba era para los egipcios un pájaro con la cabeza humana del difunto, por lo que cada Ba era personal e intransferible, hasta el punto de concederle un rostro concreto. Por otra parte, el Ka es considerado el aliento, la energía vital, entendida, como dice Frankfort, como su “gemelo”. El Ka, que además se transmitía por generaciones, era universal, y también de gran complejidad de significación, puesto que el del Faraón estaba asociado a la divinidad, en la que se solía transformar en el más allá, hasta el punto de que era su gemelo (o doble), y para los plebeyos su Ka estaba más unido a la idea de “aliento vital” originario, que se modela y se forja, pues dependía en mayor parte del Ka de su Faraón, por lo que en este sentido es más irregular. Lo que oculta lo abstracto del término Ka lo clarifica su representación: dos manos alzadas y abiertas, en posición de recibir precisamente este aliento de vida, que se manifestaba de diferentes maneras en cada persona. Ambas, Ka y Ba, son inseparables, y se necesitan la una a la otra. Al mismo tiempo, el Ba no puede ser separado de su contenedor, el cuerpo, que es, si lo comparamos con una vasija, un depósito físico sobre el cual se vierte todo lo intangible. Que el cuerpo sea contenedor no le hace nimio ni mero depósito. El Ba buscará su cuerpo, y éste es el fin último del tránsito: encontrarlo, reunirse. Para esto es imprescindible reconocerlo, y con esto justificamos la escritura jeroglífica en las tumbas, dejando ver claramente el nombre del difunto y su función y tareas en vida, y las estatuas del dueño, claramente identificadas de manera que el Ba pueda reunirse con su cuerpo, y no otro. Entendemos entonces la máxima ofensa y venganza que los egipcios podían concebir, eliminando su nombre de las escrituras jeroglíficas, para privarlos así de toda identidad, adoptando una el usurpador una nueva, cerrándoles las puertas del más allá eternamente.

Página | 1


El dios Khnum dando forma al cuerpo y al ka de da forma del rey Amenhotep III con el torno de alfarero

El dios Khnum dando forma al cuerpo y al ka de Hatshepsut con el torno de alfarero

Pero, ¿qué ocurre con los cuerpos desaparecidos? Pensemos por ejemplo en un egipcio muerto en el río, y teniendo en cuenta la gran proliferación de cocodrilos, resulta casi imposible poder rescatar el cuerpo para asegurarle el tránsito. Los egipcios, siempre hábiles, encontraron una solución para los desafortunados. Este tipo especial de difunto no tiene momia ni tumba ni jeroglíficos que lo identifiquen, y no puede vagar su espíritu eternamente por el mundo de los vivos, pues jamás encontraría la paz. Horus se encargaba de ellos, y conducía a estas pobres almas sin cuerpo, que no podían haber disfrutado de ritos de purificación, hacia el más allá.

“Dejad que vuestras cabezas vayan hacia delante, oh ahogados. Que vuestros brazos se muevan, oh vosotros que estáis bajo el agua. Estirad vuestras piernas, oh vosotros que nadáis [...] Vosotros que domináis vuestras aguas, debéis estar contentos de vuestra frescura […] No debéis perecer”. Novena hora del “Libro de las puertas” de Ramsés VI El Ba, en este sentido, actúa en el mundo de los vivos, y su importancia es de tal peso que se le escribían cartas al Ba del muerto, si se pensaba que desde el más allá estaba creando problemas, o no estaba gestionando como debiera diversas situaciones. Simbólicamente, la riqueza del Ba es más compleja, si el Ba que es espiritual puede visitar la vida terrena, significa que hay una presencia del más allá en el más acá, lo cual hace asentar más la hipótesis de que la otra vida era similar a esta, una continuación, un paso igual de importante que el primero. Evidencia de ello es esta carta, en la que un marido fiel escribe a su difunta mujer y le explica cómo, desde su muerte, solo parece acontecerle desgracias. Él cree que su esposa le está haciendo daño desde el más allá, y le escribe con intención de recordarla todo lo bueno que hizo por ella en vida, y le pide que deje de interceder por su desgracia, y que le permita rehacer su vida casándose de nuevo. (Véase anexo 1)

2. Simbología de ascensión. Estrellas y escaleras En este contexto simbólico no podemos dejar sin tratar la importancia del cielo para los egipcios. El conocimiento del cielo nocturno estaba estrechamente ligado a la importancia del río Nilo, que, como hemos dicho, determinaba épocas muy diferenciadas, o de hambruna o de abundancia. El movimiento estelar era el calendario egipcio para predecir las crecidas del río y, como sociedad agraria que era, les servía para estar preparados de cara al cultivo. Como dice José Miguel Parra, muy poéticamente en el libro antes mencionado:

“La capacidad de las estrellas para señalar el paso del tiempo se debe a su mecánico y regular desplazamiento por el horizonte nocturno, por lo tanto, la existencia en el firmamento de un grupo de estrellas inmóviles era algo extraordinario1”. No sabemos qué creían exactamente, si las estrellas representaban para ellos el alma (o sahu) del difunto, o si en ellas moraban los dioses y los Akh. Puede ser la misma teoría, ya que el Akh (o Aj) es el espíritu ya divinizado, el reencuentro definitivo del Ba y el Ka, que ascendería ahora como ente único a los cielos, purificado por la luz de Ra, donde se convertía en estrella luminosa. Por tanto, los egipcios tras la muerte, aspirarían a ser astros circumpolares, brillando en la inmensidad del cielo, eternamente alumbrando la oscuridad de su manto infinito.

“He vuelto junto a aquellos dioses en el norte del cielo, las estrellas inmortales, por lo cual no moriré2” 1 2

Parra, JM, “Momias, la derrota de la muerte en el antiguo Egipto” ed. Crítica 2010, p. 49 Textos de las pirámides. 503.1080 (FAULKNER, R: The ancient Egyptian pyramid texts, 1969, p. 179).

Página | 2


Continuando con esta simbología de ascensión, la escalera cumple también similar función. Siempre representa la subida o la bajada, que entraña también otro concepto: la resurrección. La escalera es el medio a través del cual se asciende al cielo (a la luz de Ra). Las pirámides son buen ejemplo de esto, pues su estructura escalonada no solo busca lo que ya se sabe, proteger al soberano enterrado bajo su mole, si no también servir de escalera al difunto para que su “alma” pueda reunirse con los dioses. Antes de continuar con la simbología de ascensión conviene explicar la complejidad del pensamiento egipcio, que dista mucho de parecerse al razonamiento lineal griego, del que somos herederos. Su pensamiento por “multiplicidad de aproximaciones”, acuñado por Frankfort, entre otros, nos explica precisamente que la forma egipcia de razonar no es lineal, donde como ahora, si X es mayor que Y; Y es mayor que Z, entonces X es mayor que Z, siempre y como norma inquebrantable, esta inferencia se aplica en el razonamiento lineal al que estamos acostumbrados, pero para los egipcios las cosas eran o no ciertas en un momento particular y determinado, y dependiendo de la situación Z podría ser mayor que X ó Y, por lo que la contradicción forma parte del pensamiento egipcio. En este punto la complejidad de las partes del alma no nos ha de resultar tan extraña, si podemos dividir matemáticamente lo intangible, y comprendidas todas y cada una de ellas como una parte necesaria para las otras, pues de todas se preciaban para el tránsito al más allá, entre las ya mencionadas, queda por mencionar el Sejem, como fuerza mágica inherente al difunto, y convertido en Dios tras su muerte; el Haty (o Ib) la víscera donde todos nuestros sentimientos se crean, el corazón que habría que liberar del cuerpo en el proceso de embalsamamiento, para que more libremente en el mundo terrenal hasta ser juzgado por Osiris. En la extensa significación del Haty entendemos la relación espiritual-terrenal del Ba, que es responsable de lo que ocurra en la vida de aquí, y que será juzgado en la “Sala de las dos verdades”.

3. Tránsito al más allá y Textos de las pirámides Las dos nociones del arte egipcio son su eternidad y su grandiosidad, y cumplen una importantísima función en el tránsito a la otra vida. Desde época tinita, y en el extenso periodo comprendido hasta finales del Reino Antiguo, la ideología del tránsito al más allá era privilegio de pocos. Hasta el Reino Antiguo solo Faraón poseía el “favor” de transformarse en Akh, pues era él el intermediario de los dioses y la humanidad. Los súbditos de Faraón alcanzaban la vida eterna a través del rey, explicándose así el interés que tuvieron los nobles de este periodo por enterrarse cuanto más cerca posible de los complejos funerarios faraónicos, pues el influjo de resurrección de su rey les ayudaría a alcanzar la vida eterna. Es en el Primer Periodo Intermedio cuando el tránsito a la otra vida se universaliza, con la figura de Osiris a la cabeza, y cuando los Textos de las pirámides dejan de ser privilegio del rey, para estar a disposición del pueblo, que antes los conocían por tradición oral. Los Textos de las pirámides, de los que ya hemos mencionado antes algún fragmento, constituyen “el corpus de textos funerarios y religiosos más antiguo de la historia de la humanidad”, son, en definitiva, recitaciones destinadas a que el faraón alcance el más allá, y también las estrellas circumpolares. Los textos grabados en las pirámides datan de 2375 aproximadamente, año de inicio del reinado del último rey de la V dinastía, Unis, hasta 2150 a.C, cuando reina el Ibi, primer faraón del Primer Periodo Intermedio. El contenido de estos textos aseguraba la protección en la tumba y una transición segura. Este importante proceso de textos marcan lo que luego será tradición consagrada, íntimamente unido a la identificación con Osiris, proceso gracias al cual podían resucitar en el más allá.

“Oh Atum, este es tu hijo Osiris, el cual has hecho que sea restablecido para que pueda vivir. Si él vive, este rey vive; si no muere, este rey no muere; si no es destruido, este rey no es destruido; si no se lamenta, este rey no se lamenta; si se lamenta, este rey se lamenta3” Textos de las pirámides, 219 § 16712 La historia de Osiris es bien conocida, si bien no nos ha llegado ningún texto completo egipcio sobre el dios de la resurrección, Plutarco sí nos da su relato, y la historia es bien conocida. Osiris era hermano y esposo de Isis, y su nombre egipcio se escribe con el jeroglífico de “trono”, y así era representada. Osiris también era hermano de Neftis y Seth, y los cuatro eran hijos de Geb y Nut, vástagos de Shu y Tefnut, hijos de Atum. Seth asesina a Osiris, descuartizándolo y lanzando los pedazos de su carne al río Nilo, pero sus fieles hermanas, y una de ellas esposa, Isis y Neftis, recogen los trozos de su cuerpo y lo reconstruyen. Su hermana-esposa, Isis, diosa madre, consigue mediante rituales mágicos, revivir la momia de su amado Osiris, y de esta unión, si se permite el atrevimiento, muerte-vida, conciben un hijo, Horus, dios celeste, que al crecer venga la muerte de su padre, luchando contra su tío Seth el vengativo, convertido en rey del más allá, el tribunal de los dioses votan a su favor y le conceden el trono. Por este motivo se representa a Osiris como dios de la resurrección momificado, pues así le resucita su esposa, y con tez verde y flagelo. El mito de Osiris es tan rico en simbología como en significación, pues en él hallamos las principales creencias funerarias del mundo egipcio: la necesidad de conservar el cuerpo (como ya hemos explicado en el punto “Las almas de los muertos), de embalsamarlo, de realizar los ritos pertinentes de purificación... 3

FAULKNER, R: The ancient Egyptian pyramid texts, 1969, p. 46

Página | 3


Coloso en granito gris de Horus con la doble corona. Templo de Horus en Edifú. Época ptolemaica (h 200 a.C).

Relieve del Templo de Isis, donde encontramos a la diosa recogiendo los pedazos de Osiris, a pesar de la presencia de cocodrilos en el río Nilo, y con el disco solar en la parte de abajo.

4. El Juicio de Osiris y “los justos de voz” El Juicio de Osiris era la llave a la puerta que procuraba los misterios hacia la nueva vida. Ante nada menos que 42 jueces, el difunto tenía que dar cuenta de los motivos por los cuales era digno de vivir la vida eterna. Aquí explicamos en qué consiste. Anubis, el dios chacal funerario, conducía al difunto a lo largo de la Duat (el inframundo egipcio), aunque a veces le conducía Horus, hijo de Osiris, hasta la sala de Maat, sala de la justicia. El dios de los muertos de tez verde estaba entronado, y delante de él había una balanza, presidida por Thot, con cabeza de Ibis y plumas, papiro en mano, se disponía a tomar nota del resultado del juicio, pues era Thot el dios de la escritura y la sabiduría.

El Juicio de Osiris en el Papiro de Hunefer. (h 1275 a.C)

Anubis observaba la balanza, en la que depositaba el haty (el corazón), bajo la balanza, como un perro que espera bajo la mesa el momento en que le lancen un trozo de pan, el monstruo Ammit, cocodrilo, león e hipopótamo a la vez, abría sus enormes fauces, dispuesto a devorar sin piedad la víscera “vital” del difunto, si el pesaje del alma era negativa. En caso de ser pecador el difunto, o indigno de entrar en el más allá, Ammit anulaba cualquier posibilidad del difunto a la otra vida, quedando condenado para siempre a deambular por el Más Allá. Evidentemente, la presencia de este monstruo amenazante hacía encogerse a los corazones de los difuntos. Como decíamos, el muerto tenía que demostrar que era digno de vivir la vida eterna, y el Libro de los Muertos 4 no era para el Faraón, éste utilizaba otros más exclusivos. Daba lecciones muy claras sobre cómo dirigirse a cada uno de los jueces, lo cual les daba aliento para no “verse” devorados por Ammit. (Véase Anexo 2). Una vez pronunciado el discurso del difunto, llegaba el momento de pesar su alma en la balanza, y es cuando Anubis deposita su corazón en la balanza. Este es, para el egipcio, el momento de la verdad. Todo por lo cual ha estado esperando. Todo para lo que se ha preparado en vida. Y cuanto mejor haya planificado su tránsito, más posibilidades tendrá de acceder al paraíso egipcio. Pero todo no dependía de la oratoria del difunto, pues recordemos aquí la complejidad del pensamiento egipcio. Maat, como dios de la verdad, sabía si la defensa del difunto era cierta o no, por lo que el muerto tenía, si se puede decir así, “otra oportunidad” para decir finalmente la verdad. Si su comportamiento en vida fue tal cual lo describió ante los jueces, las virtudes del corazón (haty), se equilibraban en la balanza, y el difunto era llamado “justo de voz” (maa-heru). Este momento del juicio ha sido denominado, y más comúnmente conocido como “pesaje de las almas” o “psicostasis”.

El Libro de los Muertos es una evolución de los Textos de los Sarcófagos (que eran en realidad ataúdes) y comenzaron a utilizarse en el Reino Nuevo. 4

Página | 4


Desde el momento en que quedaba demostrado que el difunto era “justo de voz”, y una vez Thot da cuenta de su inocencia por escrito, tiene acceso libre al Más Allá, y es cuando se reúne con su KA, y finalmente se convierte en Akh, ascendiendo al cielo, y completando su recorrido. En el Juicio de Osiris tenemos otra evidencia de la multiplicidad de aproximaciones, pues el egipcio, al morir, no solo pensaba que se convertía en estrella circumpolar, si no que eran tragados por la diosa Nut, que los paría regenerados a la mañana siguiente. En el mundo egipcio, y sobre todo en el funerario, todas y cada una de las posibilidades no son teorías de muerte separables. En el universo del pensamiento no lineal, todo puede suceder simultáneamente, y los antónimos convivir en lo absoluto, y fragmentarse, continuando unidos, si es que lo absoluto puede tener partes. 5

5. La barca solar. Luz de Ra El Juicio de Osiris era proceso obligatorio de todo el mundo, excepto de Faraón. El Faraón, de hecho, no podía rendir cuentas ante Osiris, porque se “reencarnaba” en el propio Dios de la resurrección al morir. Desde este punto de vista, es Faraón deificado quien hace el juicio de su pueblo. De la misma manera, el Libro de los Muertos no será usado por Faraón. Los libros de los muertos, al igual que los Textos de las Pirámides, a partir del Reino Nuevo (XVIII-XX dinastías), deja de ser mera tradición oral y privilegio de Faraón, para ser bien común del pueblo, por lo que el rey así mismo utiliza otros textos funerarios, como el Libro de las Cavernas, el Libro de las puertas, la Letanía de Ra... La barca solar es otro rico ejemplo de la multiplicidad por aproximaciones del pensamiento egipcio. El egipcio creía que durante las horas de la noche, cuando las estrellas de sus difuntos brillan en el manto oscuro, Ra recorre el más allá montando en una barca, y durante este poético tránsito, se iba regenerando para renacer con el nuevo amanecer, dando lugar a la primera luz del día. Hay que tener en cuenta que, el sol al ponerse, moría, y mediante el recorrido la barca solar se regeneraba su condición en diferentes estados, manifestándose como dios joven (Khepri), dios en plenitud (Ra) y dios anciano (Atum). Simbólicamente no ha de parecernos extraño que una barca sea el móvil de la divinidad, si tenemos en cuenta el enclave geográfico de Egipto, en torno al río Nilo. La denominada peregrinación de Abydos se convirtió en parte necesaria para el tránsito a la otra vida, a pesar de que su función no está muy clara, pero parece copiar un antiguo ritual de realeza donde la momia del rey era llevada a la ciudad, de manera que el soberano podía rendir tributo al dios en que se iba a convertir. Se ignora también si el viaje en barca se llevaba en cabo en realidad (físicamente), o era un símbolo. El descubrimiento de la barca sola de Keops reabrió el acalorado debate entre los teorizantes de la materia, pues lo que encontraron fue una construcción naval grandiosa, minuciosamente trabajada, y con más de 20 toneladas de peso, además de cuidadosamente guardada y escondida al sur de la pirámide. El debate, como digo, se reabrió entre los estudiosos de la vida funeraria, preguntándose si era elemento de ajuar, o se construyó para ser utilizada en el más allá. La conexión del mundo espiritual y el terrenal podía justificar su uso, aunque es arriesgado arrojar una teoría, si acudimos a la multiplicidad por aproximaciones no es de extrañar que fuera construida para ser físicamente usada, y también como elemento simbólico. Paralelamente, la carta ya mencionada de un marido al BA de su mujer da cuenta de que lo espiritual vivía también en lo terrenal (tenía presencia física), valga la paradoja. Esto es, lo material y lo espiritual como un uno, no en paralelo, si no dándose en simultaneidad.

Barca solar de Keops, encontrada en 1954

Hemos dicho antes que durante el Reino Medio los Textos de las pirámides se escribían en el interior de las paredes de los nobles, y que estos buscaban enterrarse lo más próximo al rey. Pues bien, saco este tema a colación porque en este periodo tienen lugar los

5

PIOJAN, J: Historia general del arte, 1962, p.4.

Página | 5


nuevos encantamientos, semilla de la cual nacen los posteriores Libros del más allá. El Libro de Amduat, El Libro de las Puertas, el Libro de Nut, el Libro del día y de la noche, entre otros, eran los usados por Faraón, y eran, si se permite el modo moderno, auténticas guías del más allá. Al igual que en Libro de los Muertos había pautas clarificadas sobre lo que el difunto debía decir para demostrar su inocencia, Faraón encontraba en estos libros “exclusivos” el recorrido que el barquero debía realizar. Aparecidos en el Reino Nuevo, daban explicaciones detalladas sobre la geografía del más allá, y también del recorrido del sol durante la noche. Como hemos explicado antes el renacer del sol, lo traigo a colación de nuevo para mostrar cómo, navegando en su barca, el dios derrota a la serpiente Apofis (o Apep), se reúne después con Osiris, y renace por el lado este en el siguiente amanecer. Apofis era una serpiente monstruosa conducida por la “fuerza opuesta del bien”, si podemos decirlo así, es decir, por Seth. La misión de esta serpiente es interrumpir el paso hacia Osiris, y frustrar el camino al más allá.

Ra en su barca solar mientras barquero da muerte a Apofis

Otra de las evidencias de multiplicidad por aproximaciones se da en la barca solar, en relación al día y la noche, poniéndolo en paralelo con la ascensión del difunto a las estrellas, que también evidencia la seguridad del faraón como divino. El rey entra en la barca bajo el amparo de Isis, su mujer, pues ya está a punto de entrar en más allá, donde será Osiris, si es de noche; y si es de día asciende al “Hades egipcio” bajo el amparo de Neftis. El rey (dios) asciende y desciende continuamente en la barca donde se encuentra, subiendo al cielo y descendiendo a las profundidades después, y así continuamente. En ocasiones el rey lleva por tripulaciones a sus estrellas circumpolares, sus protegidos difuntos. Vemos la dualidad noche-día, como la dualidad de lo espírituterrenal, donde el rey es máximo reflejo de poder divino, y hasta puede reclamar al dios si no le deja subirse en la barca (“insolencia” o licencia, que muestra la divinidad de faraón), pero que también necesita de la ayuda del barquero.

6. Amuletos funerarios. Escarabajos e Hipocéfalo Los egipcios querían llevar una vida lo más parecida posible a la del más acá, o más placentera si cabe, por este motivo podíamos decir cotidianamente que “hacían el equipaje”, e incluían en él todos aquellos objetos útiles como pudieran permitirse. Además de los vasos canopos de los que ya hemos hablado, y de las máscaras funerarias, que solo las clases pudientes podían permitirse, los amuletos eran de gran relevancia, y debían acompañar al difunto. Sobre cuántos amuletos solían colocarse, no se puede decir con exactitud, pero la tumba de Tutankhamon fue adornada (o mejor, protegida) con más de cien objetos, por lo que, como siempre en el mundo egipcio, esta regla es subjetiva. Toda precaución es poca para asegurarse el tránsito al otro mundo. En la tumba de Tuntankamon se encontraron todo tipo de amuletos en materiales preciosos: escarabeos, sandalias de oro, cetros, cajas, pilares djed, máscaras, escarabajos...

Ajuar funerario de la tumba de Tutankhamon. Sandalias

Ajuar funerario de la tumba de Tutankhamon. Barca solar

Página | 6


Los amuletos se colocaban directamente sobre la momia, y cada uno cumplía una función determinada, por ejemplo el escarabajo era el protector encargado de que Ammit no se comiera el haty. A partir de Reino Nuevo se centra la importancia de los amuletos en torno a la figura del llamado “escarabeo de corazón”, el corazón, como ya hemos explicado antes, era para los egipcios la víscera donde se gestaban los sentimientos, por eso nunca se extraía del cadáver. El amuleto elegido, por tanto, era el antes mencionado, el escarabajo pelotero, animal que representa cómo con sus fuertes patas traseras empuja una pelota de estiércol en la cual introduce sus huevos, que nacen dentro de ella, y rompiéndola, salen a la luz. Este acontecimiento de la naturaleza es observado por los egipcios con gran asombro, y lo identifican con el disco solar, que contiene en su interior la capacidad de renacer cada mañana, y al escarabajo con Kherpi, que empuja como el animal el disco solar por el firmamento.

Escarabajo solar

El escarabajo también representa el devenir, pues en egipcio su imagen se utilizaba para representar el verbo “kheper” (transformarse, convertirse en), de manera que utilizaban la tripa del animal a modo de, digamos cotidianamente, diario personal. Se escribían súplicas, peticiones, o meros pensamientos, pues a pesar del afán egipcio por ganarse al acceso a la otra vida, quién no peca, y como no estaban seguros del todo de no haber cometido ninguna injusticia contra su dios, escribían, a modo de carta al BA, un discurso a su corazón, alentándole para que no “le deje por mentiroso” en el juicio de Osiris. Sin embargo, no todos poseían esta esperanza, porque el escarabeo era cosa de los pudientes. Por su parte, el hipocéfalo era otro de los amuletos mágicos. Este se situaba debajo de la cabeza de la momia y estaba destinada a darle calor, de manera que la luz es otra vez elemento purificador. Se trataban de pequeños discos, generalmente recubiertos de bronce, aunque también había de arcilla, madera o papiro, elaborados en lino cubierto de yeso El calor (luz) del hipocéfalo se transmitía de la cabeza a todo el cuerpo, ayudándole a purificar sus virtudes, y que su haty sea más puro. El disco hipocéfalo se identificaba con el ojo de Ra, y se creía que el resplandor de su brillante luz envolvería al difunto en una llama divina, que le ayudaría a que su haty sea más virtuoso, y se equilibre en el pesaje de las almas.

Disco Hipocéfalo de época ptolemaica que refleja el capítulo 162 del Libro de los Muertos, donde se glorifica al difunto.

7. ORÍGENES DE LAS CREENCIAS DE ULTRATUMBA. Los complejos funerarios reales del Reino Antiguo hunden sus raíces, en cuanto a su origen y función, en los comienzos de la civilización egipcia. Sólo estudiando, siquiera sumariamente, algunas características de estas primeras culturas del valle del Nilo se podrán comprender el porqué de su importancia posterior. Durante el Reino Antiguo fue cuando se definieron las características culturales e ideológicas que, apenas esbozadas durante el Predinástico, permitieron a la sociedad faraónica perpetuarse durante cerca de 3.000 años. Además, durante todo este tiempos

Página | 7


propios egipcios consideraron al Reino Antiguo 6como la Edad de Oro de su civilización y a él volvieron sus ojos cada vez que buscaban una referencia ideal que aplicar a sus presentes concretos. Este estudio sólo ha podido tener lugar recientemente, pues el período predinástico egipcio fue un completo desconocido para la Egiptología hasta finales del siglo XIX, cuando los trabajos llevados a cabo por W.M.F. Petrie y J.E. Quibelí en los grandes cementerios de Nagada y el-Bailas, 7sacaron a la luz los primeros datos sobre las culturas Amratiense Nagada 1 y Gerzeense o Nagada 2 poniendo en evidencia que ambas habían tenido una gran difusión en el Alto Egipto. Años más tarde, ya en la década de los años veinte de nuestro siglo, fue cuando, gracias a las excavaciones realizadas por G. Brunton y G. Caton-Thompson en las cercanías de el-Kaw 8entre 1922 y 1925, se descubrió la cultura Badariense, anterior en el tiempo a las dos primeras. Algo más tardó en ser conocida la secuencia predinástica del Bajo Egipto, ya que Caton-Thompson y E.W. Gardner excavaron elFayum A 9entre 1924 y 1925 y posteriormente H. Junker hizo lo propio en Merimde en el Delta occidental entre 1928 y 1939. Por su parte, Maadí fue investigado con posterioridad a 1930 por O. Menghin y M. Amer; mientras que a eI-Omari le tocó el turno con F. Debono entre 1943 y 1952. A pesar de todos los trabajos mencionados, la cronología del período todavía se debate, ya que son pocos los yacimientos que poseen una estratigrafía. Para solventar esta dificultad, Petrie dividió el período predinástico en: Amratiense, Gerzeense y Semainense; mientras que años más tarde A. Sharff prefirió referirse al Amratiense y al Gerzeense como Nagada I y Nagada II respectivamente. A pesar de su amplia difusión, el sistema de Sequence ha sido criticado por W. Kaiser12, quien propuso un esquema ha sido criticado por W. Kaiser, quien propuso un esquema alternativo. Así que, actualmente, los términos Amratiense, Nagada 1 y Nagada Temprano se corresponden con el Grupo I y el Grupo Ha de Kaiser; el Gerzeense, Nagada II y Nagada Tardío lo hacen con el Grupo llcd de Kaiser; mientras que el Semainense sería el Nagada III de Kaiser. Es importante tener en cuenta que estos grupos no son unidades temporales Estrictas, ya que los límites entre ellos no son estancos y existen diferencias regionales, por lo que es mejor considerarlos únicamente como referencias arqueológicas. De este modo, la secuencia cultural del Egipto predinástico (Fig. 1) quedaría Establecida como aparece en el Cuadro.

CRONOLOGÍA PREDINÁSTCA DEL ANTIGUO EGIPTO Años a.C

Alto Egipto

Bajo Egipto

5000

Badariense

Merimde/Fayum A

4000

Amratiense(Negade I)

Omari A

3500

Gerzeense Temprano (Negade II)

Omari B

3300

Gerzeense Tardio (Negade III)

Gerzeense Tardio/ Maadiense

3100

Protodinastico

Protodinastico

(FIG. 1. Secuencia cultural del Egipto Predinástico) En estas primeras sociedades predinásticas es cuando se empieza a ver el crecimiento de lo que más tarde implicaría el total de la cultura egipcia. Como sabemos la cultura egipcia gira entorno a lo funerario, la preparación para la vida para el más allá. En estas primeras sociedades se empieza a ver como poco a poco se hace entrada a estas primeras muestras de eufemismo por la muerte, se crean los ajuares funerarios una primera proyección de un enterramiento cómodo para el difunto y también se encuentra evidencia de entierro de animales, que esto nos hace pensar si creían en ellos como animales sagrados o desde ese entonces se creía en ir con equipaje y preparados para la otra vida. Poco a poco se empieza a profundizar en el tema, cementerios para específicos para distintos estratos sociales y con ajuares más complejos.

Los complejos funerarios reales del reino antiguo: un punto de vista socio económico J. Parra. Petrie, W.M.P.; Ouibell, J.E.: Nogada ond vallas. 1895. 8 Brunton O.; Caton-Thompson, The Badarian Civilization and Predinastic Remains near Badari. 1928. 9 Caton-Thompson, 6.; Garoner, E.W.: Me Desert Fayum. 1934. 6 7

Página | 8


8. ORÍGENES DE LA MOMIFICACIÓN Y SUS PROCESOS: La mayoría de nosotros por lo general entiende por momia una imagen de un cadáver egipcio envuelto en vendas y enterrado en el interior de una pirámide. Si bien las egipcias son las más famosas, las momias han sido encontradas en muchos lugares del mundo, desde Groenlandia hasta China. Realmente una momia es el cuerpo de una persona (o animal) que se ha mantenido después de la muerte. Dado que las bacterias necesitan agua para crecer, la momificación normalmente ocurre si el cuerpo se seca rápidamente después de la muerte. El cuerpo puede llegar a estar tan bien conservado que podemos decir la forma en que la persona muerta vivió. El arte de la momificación no nació de la nada ni se inventó en un solo día. Todo empezó por casualidad. Los egipcios del neolítico enterraban a sus muertos bajo la arena del desierto, en lugares en donde no hubiera tierras fértiles que malgastar con enterramientos. Los egipcios observaron que las tumbas de los enterramientos que habían sido saqueadas o excavadas por animales carroñeros, contenían el cuerpo del difunto momificado de forma natural. Pensaron entonces que enterrarlos de esa forma conservaba el cuerpo del difunto para la otra vida y empezaron a desarrollar sistemas para secar mejor y conservar los cuerpos para su momificación. Este proceso duró siglos y el descubrimiento del natrón10, aportó un gran avance en la técnica de momificación que alcanzó su nivel más elevado en el imperio nuevo.

Una de las momias mejor conservadas es sin duda la momia de Seti I que ha servido de inspiración para películas y leyendas fantásticas sobre momias.

Los antiguos egipcios pensaban que muchas especies animales que convivían con ellos estaban estrechamente vinculadas con algunos dioses, de forma que eran la encarnación en la tierra de algunas de sus cualidades. Aunque la momificación animal tenía otros fines. (Véase anexo 3). Hay tres tipos de momificación: 1.

Natural: Actúan factores medioambientales: desecación, congelación, saponificación 11…

2.

Natural intencional: Actúan factores medioambientales y práctica natural: unción de óleo de origen vegetal, cuerpo en urnas, paquetes funerarios…

3.

Artificial: preparación y tratamiento del cuerpo con sustancias de origen animal, vegetal y/o mineral. 3.1. Evisceración: lavado y unción en salinas, resinas y vendajes. 3.2. Sustitución: se sustituyen los tejidos blandos con arcillas, se refuerza el esqueleto con vegetales o resinas. 3.3. Cocción: por inmersión en sustancias vegetales y ahumado.

Los antiguos egipcios creían que la momificación del cuerpo de una persona después de la muerte es esencial para garantizar un paso seguro para el Más Allá.

9. PROCESOS DE MOMIFICACIÓN: “Cuando en una casa fallece una persona de cierta categoría, toda la grey femenina de la casa en cuestión se embadurna con barro la cabeza […] dejan el cadáver en casa y ellas recorren toda la ciudad, dando golpes en el pecho […] después de realizar estas manifestaciones de duelo llevan el cadáver a embalsamar12”

Heródoto.

Natrón: sal blanca, translúcida, eflorescente que se halla en la naturaleza o se obtiene artificialmente. Es el carbonato sódico usado en las fábricas de jabón, vidrio y tintes. 11 Saponificación. Convertir en jabón un cuerpo graso, por la combinación de los ácidos que contiene, con un álcali u otros óxidos metálicos. 12 Heródoto, Los Nueve Libros de la Historia. Tomo 2. Ediciones ELALEPH. P.4. 10

Página | 9


Poco después de la muerte, el cuerpo seria llevado a una sala, conocida como Ibu13, donde se pondría sobre una mesa, “mesa de embalsamar”. A continuación se lavaba en solución de natrón antes de ser llevado al Per-Nefer14. Los órganos internos, vísceras, se eliminan del cuerpo y se secan, enjuagados, vendados y colocados en los vasos canopos, los cuales están decorados con las imágenes de los “cuatro hijos de Horus”: Duamutef, Hapy, Imsety y Qebesenuef. El hígado, los pulmones, el estómago y los intestinos tras ser embalsamados15. El corazón16, se dejaba en un sitio, sin embargo el cerebro era retirado a través de la nariz. Después de la extracción y preservación de los órganos internos, el cuerpo seria modelado con natrón seco a fin de ayudar a la desecación. El cuerpo se deshidrata en unos 40 días. Una vez seco, el relleno temporal (natrón), sería eliminado. El cuerpo se vuelve a rellenar, pero esta vez con serrín, resina o lino.

El cuerpo entero es recubierto de resinas, natrón y aromáticas y se bloquean las cavidades.

El sacerdote encargado de los “hechizos” que se hacían entre la colocación de las vendas llevaba una máscara de cabeza de chacal en representación a Anubis17. Los textos del ritual que practicaba el sacerdote se llamaron “Textos de la pirámides”, luego “Textos de los sarcófagos” y llegaron a conformar lo que hoy conocemos como “El libro de los muertos 18”. Para los egipcios, el cosmos y la naturaleza eran el resultado de la acción de sus dioses, considerándolos a éstos fuerzas de este mundo cuya acción se revelaba en el viento, la lluvia, el sol, las plantas o incluso los animales. Sus creencias los llevaban a tener una serie de rituales que debían seguir paso a paso para conseguir el objetivo de llegar al Más Allá con las pertenecías que ellos considerasen necesarias.

“Todo lo que rodea la momificación adquiere relieve en la historia del Más Allá, por lo que suele ser frecuente la presencia del difunto como momia y en el acto de la apertura de la boca. En el sepulcro de Tutankhamon, éste se encuentra así, pero como Osiris (el nombre que se le da es “Osiris, rey Tutankhamon”).” 19 Joaquín Yarza.

10. AMULETOS: Con respecto a los amuletos se tratan de una mera simbología que para ellos significaba el paso al Más Allá, ayudaban al alma de muerto a llegar a su destino después de la muerte.20 Los amuletos más destacados son: -

Ojo de Horus y Hathor. Amuleto de placa rectangular con dos representaciones iconográficas distintas. Los motivos aparecen apaisados y rodeados por una orla lineal rectangular que sigue el borde de la placa. En el anverso tiene la representación del Ojo de Horus y en el reverso se representa a Hathor.

Ibu: Sala o lugar de purificación. Casa de la Belleza. 15 “Libro de los muertos”. Autor anónimo. Colección clásicos del pensamiento. Editorial Tecnos, 1993, 2ª edición. Traducción de Federico Lara Peinado. 16 Corazón: Reconocido como el centro de la inteligencia y de la fuerza de la vida. 17 Dios de los muertos y del proceso de embalsamamiento. Anubis imponía las manos al difunto para quitarle el corazón y llevarlo a juicio, donde será pesado bajo su vigilancia. 18 “El libro de los muerto”. En el Imperio Nuevo estaba disponible para todo aquel que pudiera permitírselo. 19 Joaquín Yarza. La pintura del Antiguo Egipto. Ed Vicens- Vives S.A. Historia visual del arte: 1ª edición. 1991. P. 21. 20 A pesar de alcanzar un status divino en el Más Allá, el difunto mantenía su personalidad terrenal. 13 14

Página | 10


-

Dios Horus. Plasma la imagen de un dios antropomorfo, con rostro de halcón, muy estilizada y en actitud hierática, sobre un pequeño plinto liso. Los ojos son grandes y triangulares, y el pico curvo, puntiaguda y poco prominente. Era considerado el dios cielo, protector de animales dañinos y se pensaba que esta estatuilla ayudaba al difunto a convertirse en halcón para viajar al reino de los muertos.

-

Halcón sentado. El halcón es el animal sagrado de Horus, que en ocasiones se representa como un hombre con cabeza de halcón o como halcón llevando puesta sobre su cabeza la doble corona del rey alto y bajo Egipto.

-

Ahj. 21Es el cuerpo luminoso o de gloria, un elemento vinculado a la luz, es un concepto netamente funerario ligado a las estrellas y, con ellas, a la resurrección e inmortalidad. Posteriormente representaba la máxima expresión del ser humano “realizado” que puede alcanzar la vida futura entre las estrellas. “la vida que renace igual que el sol cada mañana”22 Francis J. Vilar.

Aunque normalmente solo colocaban estos amuletos al muerto. A aquellos de clase “alta” se les ponía piedras preciosas. 23 Finalmente la cabeza se cubría con una máscara pintada, y en el caso de las momias reales, la máscara funeraria podía ser de oro, como la de Tutankhamon. La momia se introducía en uno o varios sarcófagos 24(encajados uno dentro de otro) y se entregaba a la familia para comenzar con los ritos funerarios. Los egipcios tenían diferentes modelos de momificación según la economía de la familia del muerto o incluso la clase social a la que había pertenecido este. (Véase anexo 4).

11. PROCESIÓN: Después de acabado el ritual de momificación, se hacía un cortejo funerario que acompañaría al faraón hasta su última morada. Salían del templo bajo, donde se había realizado todo el proceso y acudían al templo funerario o templo alto que estaba cercano a la pirámide. En esta larga procesión se llevaban alimentos, perfumes y flores y se entonaban letanías para favorecer la resurrección. También había plañideras 25 que acompañaban el cortejo y lloraban, no como se despide a un muerto sino como cuando se despide a alguien que emprende un largo viaje y que no vamos a ver más. A veces el traslado se realizaba en barca. Al templo funerario del faraón, solo tenía acceso su familia y sacerdotes. Después de acabado el ritual se realiza el “ritual de la apertura de la boca” para que el difunto pudiera hablar y respirar en la otra vida. La religiosidad del pueblo consistía en servir al faraón con una devoción absoluta puesto que significaba servir a la divinidad. “No cabe duda de que esta tierra esta bañada por el sol y fecundada por las aguas del Nilo, ha sido especialmente bendecida por los dioses cuya presencia subyace inmanentemente en la naturaleza y cuya energía ilumina todos los actos de la vida del hombre egipcio”. Francis J. Vilar. Todo en Egipto es religión, aunque no se trata de una religión en el sentido que damos a esta palabra hoy en día, sino que se trata de un significado más profundo, es decir, lo mejor sería vincular la religión egipcia a que toda ella posee un vínculo transcendente con lo divino, un vínculo que se renueva periódicamente en los templos a través de sus rituales, ofrendas, fiestas sagradas, ceremonias de regeneración e incluso por medio de sus trabajos y tareas cotidianas. Esta necesidad de habitar en un mundo sagrado es sin duda lo que orienta la vida del hombre egipcio y también su muerte y su preexistencia en el Más Allá dando una dimensión trascendente a su existencia. Su país no era solo un espacio geográfico sino el lugar por excelencia, la tierra sagrada bendecida por la presencia de sus dioses en cuya cercana compañía ellos deseaban vivir y también morir, a fin de poder seguir existiendo eficazmente en el mundo divino del Más Allá. En diversos rituales de magia, se sabe que empleaban simultáneamente las imágenes y símbolos de poder, instrumentos sagrados y herramientas rituales, mientras los sacerdotes se encargaban de pronunciar las secretas palabras de poder, haciendo venir a la existencia de aquellas realidades sutiles que eran invocadas.

El pilar de djed se erige en el horizonte como símbolo de Osiris. Este elemento se debía colocar también como protección en el cuello del fallecido. 22 Revista: El mundo de Sophia. Revista de difusión cultural- ejemplar gratuito- 2010 nº 40. Francis J. Vilar. Alejandria. La bella durmiente del Mediterráneo. P. 26. El libro de los muertos. 23 Tumba de Tutankhamon. 24 Caja sonde se deposita la momia. En el Imperio Antiguo se cambia la posición de enterramiento anterior en posición estirada y solo había dos cajas, luego serían tres dentro de otra como las matriuskas rusas. 25 Plañideras: lloroso y lastimero. Mujer llamada y pagada que iba llorando en los entierros. 21

Página | 11


12. RITUALES DE ENTERRAMIENTO: Entre los ritos funerarios egipcios, los más conocidos son los propios de la momificación, los de la apertura de la boca y los que intentaban insuflar la vida en las estatuas que representaban al difunto. 26 Con el proceso de momificación no pretendían sino que se mantuviera la vinculación del KA del fallecido con su cuerpo. Vivían con la creencia de que al hombre le espera una vida eterna, espiritual, asimilado a la divinidad.

Utilizaban diversos “conjuros” para conseguir que el alma del muerto consiguiese su objetivo de tener la vida en el Más Allá, tal y como la había preparado en su vida en el Más Acá. (Véase anexo 5). Estaban convencidos de que el cuerpo momificado seguía siendo el soporte del KA del difunto, de modo que era imperiosa necesidad de conseguir su conservación. En los 70 días de la momificación se realizaban ritos religiosos vinculados a las estrellas. Ritos: 1.

Apertura de la boca. Se trata de un rito que era practicado por el sacerdote Sen junto a la entrada de la tumba, con el que se pretendía que la vida retornara al cuerpo muerto. Con el ritual de la apertura de la boca, 27la vida volvía a ese cuerpo. Su acto central consistía en abrir la boca del difunto utilizando para ello un objeto parecido a un cuchillo. Tras el ritual, el difunto era vestido con ropas sagradas y adornado con diversos ornamentos y luego se llevaba a cabo el banquete funerario, en el que lo que se estaba celebrando era esa vuelta a la vida del fallecido. 28

2. Cuatro antorchas.29 Con este rito 30 no se buscaba que la vida retornara al cadáver, sino que se pretendía que el calor vital y la luz de la divinidad afluyesen al difunto. El rito se llevaba a cabo en el interior de la cámara funeraria, tras la Apertura de la boca. Además del propio ritual se debían colocar los diversos amuletos en unos puntos determinados de la cámara. -

En el muro Oeste de la cámara funeraria se debía colocar un Djed mirando hacia el Este.

-

En el muro Este se situaría una representación escultórica de Anubis con su rostro mirando al Oeste.

-

En el muro Sur habría que colocar una mecha impregnada de aceite Sefet a la que habría prendido fuego y orientada al Norte.

-

En el muro Norte se tenía que situar una estatuilla humana en madera, de siete dedos de altura, a la que se hubiera practicado el rito de la Apertura de la Boca. Debería estar mirando al Sur.

El difunto glorificado quedaba adecuadamente protegido durante toda la eternidad.

Djed

Anubis

mecha

estatuilla humana

Ritos de Animación. Las inscripciones y los grabados de las paredes de las tumbas nos dicen que se trataba de un rito complejo, se celebraba de día. 28 En el Capítulo 23 del “libro de los muertos” se nos brinda la fórmula que se debía pronunciar en ese momento de la Apertura de la boca. 29 Una vez en el interior de la tumba, ya en la noche, era cuando se realizaba el ritual de las Cuatro Antorchas de Glorificación. 30 Rito de las cuatro antorchas. Capítulo 137 A del “libro de los muertos” 26 27

Página | 12


13. EL LLANTO DE UNA VIUDA. Una vez el difunto era despertado, era preciso atenderlo y cubrir sus necesidades, alimentarlo, cuidarlo, llevándole periódicamente ofrendas para alimentar su KA, que se depositaban en una especie de estela funeraria o falsa puerta, que era por donde el KA accedía libremente y podía pasar del mundo de los muertos al de los vivos y viceversa. A veces se reemplazaba esta puerta por una escultura del fallecido con un pie avanzado en señal de transito de un mundo a otro. Las ofrendas eran colocadas en la tumba para que el muerto las utilizara o se alimentara el KA de las mismas; alimentos, perfumes, coronas de flores o pequeñas estatuillas dejadas allí como especie de exvotos para pedir el favor real para alguien. Para que los difuntos tuvieran siempre ofrendas y alimentos durante toda la eternidad y por si los ritos funerarios no podían ser atendidos, se empezaron a decorar las tumbas y a realizarse diferentes maquetas: con mesas llenas de ofrendas donde el fallecido estaba sentado a la mesa, campos listos para la recolección, escenas de caza y pesca, representaciones domesticas con sus familiares, criados, etc., ya que se creía que todo lo representado adquiría vida y que el difunto podría alimentarse y disfrutar de todo ello.

Fragmento. Papiro de Hunefer.3132

Tanto es así que se les presentó un problema, ya que las inscripciones jeroglíficas aparecen animales peligrosos, como escorpiones, leones, serpientes etc., y los representaban con un cuchillo clavado o sin sus atributos mortíferos como la cola del escorpión para que no fueran un peligro para el KA del cadáver.

14. ARQUITECTURA FUNERARIA: Ese deseo de labrar obras eternas y que produzcan la impresión de serlo por medio de volumen y la masa, es el inspirador de sus principales creencias estéticas. A él se deben las pirámides de los enterramientos reales, las proporciones de sus templos, esculturas etc. El templo, en concreto, estaba dominado por la idea de la vida eterna. Los templos son: “la casa de piedra eterna”.33 Inicialmente los faraones se enterraban en mastabas, pero pronto construyeron pirámides mayores que utilizaron como enterramiento y que llegaron a su máximo esplendor y tamaño en la Dinastía IV con Keops, Kefrén y Micerinos. A partir de aquí las pirámides van perdiendo tamaño y surgen los templos solares cercaos al complejo funerario y erigidos en honor al dios solar Ra, quizás también porque la clase sacerdotal va adquiriendo más poder, y no hay duda que los sacerdotes de Ra lo hicieron.

Templo

Papiro de Hunefer: la momia de Hunefer es llorada por su viuda, mientras los sacerdotes ofrecen sacrificios. Detalle; XIX Dinastía, hacia 1310 a. C. (Londres, British Museum). 32 La pintura del Antiguo Egipto. Joaquín Yarza. Historia del arte 1ª edición. 1991. Nº: E-605. Ediciones: Vicens- Vives, S.A. p. 93, lamina 21. 33 Historia del arte. Tomo I. Diego Angulo Íñiguez. Madrid, 1978. 8ª edición. RAYCAR S.A. 31

Página | 13


ANEXOS. ANEXO 1: Carta a los muertos. “Carta a Ankhere de su marido fiel” 34 Al bienaventurado espíritu de Ankhere: ¿Qué mal he hecho para encontrarme en la triste situación en la que me encuentro? ¿Qué es lo que he hecho en contra tuya? ¡Tu mano pesa sobre mí, mientras que yo no he hecho ningún mal desde que me convertí en tu esposo hasta el día de hoy! ¿Qué es lo que hice en contra de ti de lo que deba esconderme? ¿Qué es lo que te he hecho? ¡Voy a quejarme! ¿Qué he hecho [en contra tuya]? Llevaré mi acusación, de palabra, de mi boca, delante de la Eneada de Occidente y nos juzgará a ti y a mí en los términos de este escrito. ¿Qué he hecho contra ti? Te tomé por mujer cuando era un hombre joven (en la edad de la conscripción). Estabas conmigo cuando cumplí todas mis funciones. Estabas conmigo y no te repudié y [jamás] hice nada que pudiera entristecer tu corazón. Eso es lo que hice cuando era un joven esposo. Cuando cumplí toda suerte de altas funciones junto al faraón (¡que viva, sea próspero y con fuerza!) sin dejarte de lado [nunca], diciendo [me]: «Ella debe estar siempre junto a mí.» Todos los que venían a mí, delante de ti, no los recibía si tú te oponías, diciendo: « ¡Que se haga según tus deseos!”. Y ahora, mira, no dejas mi corazón en paz, [de modo que] te voy a abrir un proceso, para que se distinga así del bien y del mal. Mira, cuando era instructor de los suboficiales de la infantería del faraón (¡que viva, sea próspero y con fuerza!) y de sus carros, los hice venir y prosternarse delante de ti. Te traían toda clase de cosas buenas que depositaban delante de ti. Nunca te escondí nada durante tu tiempo de vida, nunca, como debe hacer un señor, dejé que te faltara de nada, ni te hice sufrir de modo alguno. Nunca me descubriste ofendiéndote, como si fuera un campesino, entrando en otra casa (para engañarte). No me expuse a los reproches privándote de lo que te debía... Y cuando se me puso en el puesto en el que estoy, y cuando era imposible alejarme, como era mi costumbre, entonces me comporté como debe hacerlo un hombre de mi condición cuando está [retenido] en su puesto: mi perfume y mi aceite, mis provisiones y mis telas, todo era llevado a tu casa. No los hice llevar a ningún otro lugar donde había otra mujer. ¡No te he engañado! Pero tú no me reconoces el bien que te he hecho. De modo que te envío este escrito para que sepas cómo te comportas. Sin embargo, cuando te pusiste mala de esa enfermedad que sufriste, [te envié] un jefe médico, te cuidó e hizo todo lo que le pediste que hiciera. Después, cuando tuve que partir acompañando al faraón (¡que viva, sea próspero y con fuerza!) hacia el sur, y te encontraste en el estado que es el tuyo actualmente, estuve ocho meses y un día sin comer ni beber, como todo el mundo [hace]. Cuando regresé a Menfis le pedí permiso al faraón (¡Vida, Salud, Fuerza!) para que me dejara llegarme donde tú estás. Lloré mucho con las personas del barrio. Entregué tela de lino del Alto Egipto para las vendas (para la momificación), hice tejer para ti muchas telas, no descuidé nada de lo que era bueno para ti. Ahora, tres años después, estoy solo, no he entrado en ninguna casa por más que no es lo adecuado para un hombre de mi condición comportarse así. [Sin embargo] he hecho todo esto por amor a ti, pero ¡eres incapaz de distinguir entre el bien y el mal! Juzgarán entonces entre tú y yo. ¡En cuanto a esas hermanas de la casa, no he entrado en ninguna de ellas!

34

Parra, J.M. “La vida amorosa en el Antiguo Egipto”. Edit Alderaban, pp.65, 66.

Página | 14


Anexo 2. Extracto de “Libro de los muertos 125. Libro para salir al día”35 “No he intentado saber lo que no debe ser sabido. No he hecho el mal [...] No he blasfemado. No he empobrecido al pobre en sus bienes. No he dicho lo que es abominable para los dioses. No he perjudicado a un esclavo ante su amo. No he causado aflicción. No he hecho llorar. No he matado. No he ordenado matar. No he causado mal a nadie. No he reducido las ofrendas alimentarias de los templos. No he mancillado los panes de los dioses [...] No he sido un pederasta. No he fornicado en los lugares santos del dios de mi ciudad. No he robado al celemín. No he hecho trampas con los terrenos. No le he añadido peso a la balanza. No he falseado las pesas de correr. [...] No me he opuesto a un dios en su salida en procesión.

¡Soy puro, soy puro, soy puro, soy puro!”

35

BARGUET, P.: Le libre des morts, 1986, pp 163, 164.

Página | 15


ANEXO 3: Culto a los animales. Los egipcios daban cierto valor simbólico a los animales relacionándolos con los dioses. No es extraño, por tanto, que en forma de ofrendas a sus dioses, los egipcios momificaran diferentes especies animales, entre ellas gatos (diosa Bastet), halcones (dios Horus), perros o chacales (dios Anubis) y toros (dios Apis)36. En general las momias de animales eran menos cuidadosas que las de personas y se cuidaban mucho más los detalles externos como la forma de colocar las vendas, que la estructura del animal. Se realizaba también para mascotas familiares que, en ocasiones, eran enterradas en la misma tumba de los dueños y para las cuales se construían sarcófagos especiales. En muchas de ellas no se retiraban los órganos internos, solo se desecaban con natrón y se vendaban con lino. En otros casos se inyectaba al animal ciertos diluyentes con el objetivo de destruir los órganos internos sin tener que extraerlos.

Momia de gato. Posiblemente del siglo I a. C. forma parte de la colección del British Museum.

El culto al toro Apis: El toro era un símbolo de fertilidad animal, y bajo ese aspecto, se celebraban unas fiestas agrícolas en su honor. También está relacionado con el dios sol, razón por la cual llevaba entre sus cuernos el disco solar. A partir del Imperio Nuevo quedo vinculado al dios Path. 36

Página | 16


ANEXO 4. Modelos de momificación. Gracias a Heródoto conocemos las técnicas de momificación que eran realizadas en los uabet37. Estas técnicas se diferenciaban entre sí dependiendo del coste.38 El primer modelo de embalsamamiento, el más barato, el modelo económico. Constaba de dos tratamientos. El embalsamamiento de tercera clase al que recurren los más pobres es el siguiente: Le limpian las tripas, lo adoban con natrón con los consabidos 70 días, lo secan al sol y sin más requisitos se lo devuelven a la familia.39 “limpia la cavidad abdominal con una purga, (y) conserva el cuerpo en natrón durante los setenta días” Heródoto, libro II. P. 15. “libro de los muertos”. El segundo modelo, el modelo intermedio, constaba de tres tratamientos. Los embalsamadores llenan una jeringa con aceite de cedro que inyectan en el cuerpo por el orificio anal que luego obstruyen para evitar la salida del aceite. Después de esto, el cuerpo permanece en el natrón 70 días, y al final del periodo dejan que se escurra el aceite, el cual ha disuelto el estómago y las entrañas y lo arrastra consigo. Mientras tanto, la carne también ha sido atacada en gran parte y disuelta por la sosa, de modo que el cadáver se ha quedado sin piel y sin huesos. Cuando esto sucede le devuelven el cadáver a la familia. “llenan una jeringas con un aceite que se obtiene del enebro de la miera, llenan con ellas la cavidad abdominal del cadáver […], inyectándole el líquido por el ano. Lo conservan en natrón. Al cabo de los 70 días, ellos sacan de la cavidad abdominal el aceite de miera, […]. A las partes carnosas, a su vez, las disuelve el natrón […]” Heródoto, libro II. P. 16. “Libro de los muertos”. El tercer tipo de embalsamamiento era el más suntuoso de todos y constaba de ocho tratamientos. Con un afilado cuchillo, se practica al cadáver una incisión en el flanco y le sacan las vísceras. Cuando se han limpiado y rociado con vino de palma, las pulverizan con especies molidas. Luego rellenan el vientre con mirra pura trituradora, finísima casia y toda clase de sahumerios y lo vuelven a coser. Después lo sumergen en un recipiente de natrón, dejándolo allí por espacio de 70 días, pero no más, pues de lo contrario la sosa atacaría demasiado la carne. Pasado este tiempo se saca de nuevo el cuerpo, lo lavan bien y le llenan el vientre con serrín de madera. Los operadores juntan fuertemente las piernas del cadáver, lo cruzan de brazos y lo envuelven. Entonces los parientes se llevan el cadáver a casa, lo meten dentro de un ataúd de madera y lo acercan de pie contra la pared en la habitación del difunto. Dando comienzo a las oraciones y rituales, aunque la momificación en sí, ya es un ritual.

Casas de embalsamamiento. “Libro de los muertos”, autor anónimo. Colección clásicos del pensamiento. Editorial Tecnos, 1993, 2ª edición. Traduccion de Federico Lara Peinado. 39 Si un egipcio, o incluso un extranjero, es despedazado por un cocodrilo o muere en un río, entonces los habitantes de la ciudad a cuyas orillas ha ido a parar el cadáver deben embalsamarlo, adornarlo lo mejor que les sea posible y enterrarlo en tierra bendita. Nadie tiene derecho a tocarlo. Los sacerdotes del Nilo lo sepultan como si fuese algo más que un cadáver humano. 37 38

Página | 17


ANEXO 5. Conjuros del libro de los muertos de Egipto.40

Capitulo II ¡Oh tú, dios del disco lunar, que irradias en las soledades nocturnas! ¡Mira! ¡Entre los habitantes del Cielo que te rodean, yo también te acompaño! Yo penetro a mi capricho ora en la Región de los Muertos; yo difunto, ora en la de los Vivos sobre la Tierra, a todas partes donde me conduce mi deseo. -para revivir tras la muerte-.

Capitulo X ¡Apártate de mi camino, oh tú, Espíritu que devoras tu propio brazo! Pues yo soy Ra, que se levanta en el Cielo contra sus enemigos. Los ha dejado este dios poderoso entre mis manos, y ya no podrán escapárseme. Al Amo de la Corona, he aquí que traigo mi brazo como ofrenda. Yo alargo mi paso…a medida que las diosas se levantan. ¡No seré entregado a mis enemigos!, en verdad no, pues puestos en mis manos, no podrán ya espárseme. Yo estoy sentado como Ptah; como Horus, yo soy irresistible. Mi boca deja oír Palabras de Potencia; mis piernas me llevan en su carrera. He aquí que en busca de mis enemigos, que me serán entregados y no podrán escapárseme, recorro el Cielo. -encantamiento contra los enemigos-.

Capitulo XII PARA ENTRAR Y SALIR A VOLUNTAD Oh Ra, Guardián de las Puertas misteriosas de las que parte una Vía hacia Keb y la Balanza que lleva en sí la Verdad y la Justicia que tu nombre sea bendito! ¡Mira! ¡A través de la Tierra, yo fuerzo mi camino! ¡Como un niño, ojalá pueda renacer a la vida!

Capitulo XXV ¡Que en el Templo del Más Allá me sea devuelto mi nombre! Durante la Noche en que serán contados los Años y enumerados los Meses, que pueda guardar el recuerdo de mi Nombre en medio de las Murallas abrasadas del Mundo Interior! Pues yo junto al gran dios del Oriente celeste permanezco. Todas las divinidades se alinean detrás de mí, y he aquí que a medida. Pues al lado del gran dios del Oriente celeste yo me quedo. Detrás de mí, helo aquí, todas las divinidades se alinean, y a medida que van pasando, yo puedo pronunciar el Nombre de cada una. -para devolver al difunto su memoria-.

Capitulo XXXIX ¡Oh tú, inmóvil e inerte como Osiris, cuyos miembros están helados, sal de tu inmovilidad, para que tus miembros no se pudran!, ¡que no se separan de tu cuerpo y te abandonen!,¡que mi cuerpo no se pudra! Pues yo soy Osiris… -para impedir la descomposición del cuerpo en el mundo inferior-.

40

http://despiertaalfuturo.blogspot.com.es/2013/02/los-conjuros-del-libro-de-los-muertos.html

Página | 18


Capitulo XL Han sido profanadas mis moradas misteriosas; mis escondites han sido revelados; los Espíritus sacrificados han sido precipitados a las Tiniblas; pero el Ojo divino de Horus me ha santificado y U´-Uaut me ha nutrido con la leche de sus tetas. Ahora me oculto entre vosotras , ¡Oh Estrellas fijas! En verdad mi frente es la frente de Ra. Mi rostro se quita el velo; mi corazón está en su justo lugar. Yo soy el Dueño del Saber Sagrado y del Verbo mágico. Como Ra, yo me protejo a mí mismo. Nadie podrá ignorarme ni hacerme daño. Soy tu Hijo y he asistido a tus Misterios… Coronado Rey de los dioses no moriré por segunda vez en el Mundo Inferior. -para no morir una segunda vez en el más allá-.

Capítulo XLVII Entre los Purificados yo soy un Purificado. Yo soy el dios Shu, que en las regiones de los dioses luminosos atrae hacia él el Aire del Oceáno celeste, hasta los límites del cielo, hasta los límites de la Tierra, has los límites de la luz divina. Que el aire vivifique pues, a este joven dios y ¡que despierte! -para respirar el aire en el mundo inferior-.

Capítulo LXXXI Ora me dirijo hacia la región de la Barca de Sektet; ora estoy sentado entre los grandes dioses. Luego, cual una gran mariposa que ha echado a volar, llego junto a las grandes divinidades del Mundo Inferior y las contemplo en silencio. ¡Miradme! Delante de vosotras, entre las Almas purificadas de los Bienaventurados, aquí estoy. -para habitar entre los grandes dioses-. Capitulo LXXXIV ¡Oh vosotros jefes de las Moradas celestes, Espíritus dueños de las ofrendas sepulcrales! Así como vosotros traedme a mí ofrendas solidas y líquidas, Pueda yo, por el contacto del Anca sagrada, ser purificado y mediante una ofrenda de vestiduras de lino! Mientras que vuestro Padre divino pasea en su Barca celeste, y vosotros que navegáis entre los Campos de los Bienaventurados, sabed que las ofrendas que me están destinadas deben serme traídas a lo largo de este canal. -para recibir ofrendas-.

Capítulo CXLVI ¡Oh dioses yo os invoco!, Tum, Shu Tefnut, Keb, Osiris e Isis, Seth, Neftis Heru-khuit, Sathor, Kepra, Menthú, Señor de Tebas, Amón, Señor de las Coronas de los dos Egiptos. La gran Jerarquía de los dioses, la pequeña Jerarquía de los dioses, vosotros dioses y diosas que moráis en el Océano celeste; tú, Sebek de las dos Mehdet; Sebek, el de los innumerables nombres, que recibes según el sitio en que tu Doble se complace en estar, y vosotros todos, ¡oh dioses del cielo y de la Tierra, del Norte y del Sur! ¡Concede a mi espiritu santificado este Vestido de Pureza! ¡Préstame el vigor y la potencia mediante la fuerza mágica de ese Vestido de Pureza! ¡Destruid el Mal que se agarra a mi Alma! Con objeto de que, cuando llegue el Juicio, a la faz de la Eternidad sea reconocido puro e inocente. ¡Oh dioses! ¡Destruir el Mal que se agarra a mi persona! -para poner al cadáver un vestido de pureza-. Página | 19


BIBLIOGRAFÍA.

-PARRA, J.M: “Momias: la derrota de la muerte en el Antiguo Egipto” Barcelona, ed Crítica, 2010 -PARRA, J.M: “La vida amorosa en el Antiguo Egipto” Madrid, ed Alderabán, 2011 -PIOJAN, J: “Historia general del arte Vol III”, Summa Artis, Madrid, ed Espasa-Calpe, Quinta Edición, 1962. -BARGUET, P.: Le livre des morts des anciens Egyptiens, Francia, ed Cerf, 1986. -RAMIREZ, J.A: “Historia del arte” ed Alianza,Madrid, 1996 - JOSE MIGUEL PARRA ORTIZ, Los complejos funerarios reales del Reino Antiguo: Un punto de vista socioeconómico. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID Facultad de Geografía e Historia. Departamento de Historia Antigua 22098 Madrid 1997. - Antonio Blanco Freijeiro: Historia del Arte I,II editorial Historia 16 -Diccionario básico Espasa. Tomo 4. Lagunas Propilo. 6ª edición. Espasa-Calpe, S.A. Madrid, 1985. -Diccionario básico Espasa Tomo 5. Propina zz. 6ª edición. Espasa-Calpe, S.A. Madrid, 1985. -Diccionario básico Espasa Tomo 3. Encalle lagunar. 6ª edición. Espasa-Calpe, S.A. Madrid, 1985. -Heródoto de Halicastro. Tomo 2. Los nueve libros de la historia. Ediciones elaleph 2000. -Francis J. Vilar. El mundo de sophia. Alejandría. La bella durmiente. Revista de difusión cultural-ejemplar gratuita2010 nº 40. P. 26. “El libro de los muertos”. -Autor anónimo. Libro de los muertos. Colección clásicos del pensamiento. Editorial Tecnos. 1993, 2ª edición. Traducción de Federico Lara Peinado. -Joaquín Yarza. La pintura del Antiguo Egipto. Historia visual del arte. 1ª edición. 1991. Nº: E- 605. Ediciones: VicensVives, S.A. -Diego Angulo Íñiguez. Historia del arte, tomo I.Madrid 1978. 8ª edición. Raycar S.A.

-

http://despiertaalfuturo.blogspot.com.es/2013/02/los-conjuros-del-libro-de-los-muertos.html

Página | 20


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.