Errores comunes detectados y recomendaciones a seguir para hablar sobre personas con discapacidad VĂa Libre
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. Los adjetivos sustantivados como minusválido, incapaz o discapacitado deben evitarse.
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Fuera y dentro del propio colectivo, se usa de forma inadecuada la palabra ‘normal’ cuando se compara a la persona con discapacidad con otro individuo o colectivo social.
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Evitar el lenguaje discriminatorio y estigmatizante (esquizofrénico) que pone el énfasis sobre la discapacidad por delante de la condición de persona.
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Los términos idiota (que padece de idiocia -trastorno caracterizado por una deficiencia muy profunda de las facultades mentales, congénita o adquirida en las primeras edades de la vida) o imbécil (escaso de razón) eran términos científicos referidos a personas con discapacidad que actualmente no se utilizan por ser insultos ofensivos.
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Se utilizan los verbos o términos negativos como ‘sufre esquizofrenia’, ‘padece sordera’ ‘afligido por’ ‘afectado por polio’ ‘víctima de’. Mejor tiene esquizofrenia.
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Se utilizan eufemismos condescendientes muy discutibles como “personas diferentes”, “con problemas físicos”, “físicamente limitados”, “invidentes”, y diminutivos como “sillita” o “carrito” para referirse a la silla de ruedas,
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Tampoco diremos “una silla de ruedas no podría acceder fácilmente”, sino “una persona usuaria de silla de ruedas no podría acceder fácilmente.
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Se perpetúan otro tipo de confusiones, como la de seguir utilizando “discapacitado psíquico” para referirse a personas con discapacidad intelectual o a personas con problemas de salud mental indistintamente, cuando ya se definen de una correctamente.
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Otro término inadecuado es “sordomudo”. Si puede hablar debe utilizar “personas sordas” o “personas con deficiencia auditiva”.
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De igual manera, el término “gasto social” tiene connotaciones negativas (gasto). Se debe decir “inversión social”.