SANTA FE Su Historia SANTA FE LA VIEJA La historia de Santa Fe comienza en 1572 en la plaza pública de la ciudad de Asunción donde el Teniente de Gobernador Martín Suárez de Toledo realiza un "alarde", ceremonia que se llevaba a cabo cuando la ciudad se veía amenazada por algún peligro o como en este caso, cuando se emprendía una campaña. En abril de 1573 Juan de Garay baja de Asunción expresando según carta que enviada al Rey de España que "en que abriésemos puertas a la tierra y no estuviésemos cerrados", cumpliendo con la intención de instalar un poblado intermedio que permitiera el acceso al Río de la Plata y, al mismo tiempo, rompiera con el aislamiento de Asunción. Lo acompañan 80 capitanes, de los cuales siete u ocho eran españoles y el resto eran "mancebos y bien-mancebos nacidos en esta tierra", una parte de la expedición va por tierra con el ganado y las carretas, la otra, al mando de Garay, navega por el río Paraná.
LA FUNDACIÓN El domingo 15 de noviembre de 1573 deja Garay fundada oficialmente la ciudad en la barranca occidental del río de los Quiloazas, hoy río San Javier: "Fundo y asiento y nombro esta ciudad de Santa Fe, en esta provincia de calchines y mocoretás".
JUAN DE GARAY De carácter enérgico y tenaz, siempre mantuvo una disciplina estricta entre sus hombres, logrando su respeto y admiración por el coraje y decisión que lo caracterizaba, pues fue siempre en la lucha el primero en arremeter con exposición de la vida. Su generosidad llegó a tal punto, como lo dicen los documentos de la época, que se convirtió en padre de numerosos pobres y sustento de colegas de armas. El 11 de junio de 1580 funda en el puerto de Santa María de Buenos Aires -como se llamaba al lugar desde la época de Pedro de Mendoza- la ciudad de la Santísima Trinidad, hoy Buenos Aires. El 23 de marzo de 1583 cuando se dirigía a Santa Fe desde Buenos Aires, Garay fue muerto en la laguna de Coronda por aborígenes de una tribu no precisada.
LA CIUDAD La ciudad en su antiguo emplazamiento (Cayastá), se edifica en torno a la Plaza de Armas, donde se alzó el rollo, tronco de algarrobo, símbolo de la justicia y el poder real, plantado en el momento de la fundación oficial. Tenía once manzanas de norte a sur y seis de este a oeste y su trazado se hizo en forma de damero, en torno a la Plaza de Armas se distribuían los principales edificios: el Cabildo, la Iglesia Matriz, las Iglesias y conventos de los franciscanos, los dominicos, los mercedarios y los jesuitas, y las calles y solares para los vecinos. Fuera del trazado urbano se repartieron las tierras para las chacras y las estancias. Hoy se conserva la mitad de la Plaza ya que el río la ha cortado en diagonal, el resto está bajo agua al igual que la casa de Garay, el colegio e iglesia de los jesuitas y las iglesias Matriz y San Roque.
EL NOMBRE DE SANTA FE De acuerdo a algunos historiadores Garay llamó a su ciudad Santa Fe, en homenaje a la fe católica de la que España era por entonces defensora universal frente a los moros, judíos y protestantes. El nombre de Santa Fe de la Vera Cruz, según Federico Guillermo Cervera aparece ya en 1651, es decir casi al inicio del proceso del traslado y parece ser que su elección está vinculada a la celebración de la verdadera Cruz que corresponde al Viernes Santo, pues la decisiva reunión del Cabildo del 12 de abril de ese año fue consecutiva de la Semana Santa.
LA PRIMERA YERRA En las cartas del Cabildo de Santa Fe aparecen registradas y dibujadas las primeras marcas de hacienda que se conocen en la región del Plata. Fue en Santa Fe donde antes de 1576 se realiza la primera yerra de ganado.
HERNANDARIAS Entre los numerosos gobernadores que tuvo Santa Fe en su antiguo emplazamiento se destaca Hernando Arias de Saavedra (Hernandarias) considerado como una de las principales figuras de la época en la región del Río de la Plata, además de haber sido el primer gobernador criollo. Fue gobernador en seis oportunidades entre 1592 y 1631 y estaba casado con la hija de Garay, Gerónima de Contreras. Entre sus obras de gobierno figuran sus ordenanzas sobre el trato de los indios, su política de control del contrabando y su propuesta para la división de las gobernaciones del Río de la Plata.
PEDRO DE VEGA Fue el primer maestro del Río de la Plata, quien enseñó a leer y escribir en las dilatadas regiones del Litoral fluvial. Era tan necesaria su presencia en el medio, que el Cabildo, en conocimiento que se proponía abandonar la ciudad, resolvió prohibirle, bajo pena de 200 castellanos, salir de Santa Fe en 1577, para que ésta no se quedara sin la única persona que enseñaba a leer y escribir la doctrina cristiana a los niños de corta edad.
EL TRASLADO En 1651 el Cabildo resuelve el traslado de la ciudad a unos 70 kms. más al sur, en la confluencia de los ríos Paraná y Salado. Los malones, el aislamiento, las crecientes, apuran a tomar esta determinación. El traslado duró 10 años y el 3 de abril de 1660 ya se encontraban instaladas en el nuevo sitio, llamado el "Pago de la Vera Cruz", las autoridades capitulares.
LA REVOLUCIÓN DE LOS MANCEBOS Esta sublevación conocida como la "Revolución de los 7 Jefes" fue instigada por el gobernador de Tucumán, Gonzalo de Abreu que pretendía una salida al río Paraná para que el Tucumán tenga una salida al mar. Hizo que un grupo de hombres se envalentonaran en ausencia del Teniente Gobernador Juan de Garay (que se hallaba fundando la ciudad de Buenos Aires) y pretendían su destitución y hacerse cargo del gobierno. Los conjurados fueron -hasta hoy conocidos- once hombres de los cuales los más destacados eran: Lázaro de Venialvo, Diego de Leiva, Domingo Romero, Pedro Gallego, Diego Ruiz, Rodrigo Mosquera y Pedro Villalta. La rebelión terminó con la muerte de cinco de ellos que fueron ajusticiados en la ciudad de Santa Fe y los otros dos, Rodrigo Mosquera y Pedro Villalta, lo fueron en Santiago del Estero a manos del gobernador Francisco de Lerma. El resto de los sublevados recibieron penas menores.
FRANCISCO ANTONIO CANDIOTI Asumió interinamente como gobernador el 2 de abril de 1815 y fue elegido por el pueblo el día 26 del mismo mes y año, marcando de esta forma la primera etapa gallarda y victoriosa en la lucha de Santa Fe por el logro de su autonomía.
"Santa Fe se independizaba del tutelaje de Buenos Aires" Consecuentemente se considera a Candioti como el primero de los llamados gobernadores independientes de Santa Fe. Dueño de una especial personalidad y destacándose la noble sencillez que caracterizaba todo su porte, recibió el apelativo de Príncipe de los Gauchos. Al poco tiempo de haber asumido enfermó gravemente debiendo delegar el mando en el Alcalde de Primer Voto, Pedro Tomás de Larrechea. Candioti falleció el 27 de agosto de 1815 y con él se perdió la autonomía santafesina que será restablecida el 1ro. de abril de 1816.
BRIGADIER ESTANISLAO LOPEZ Nació el 22 de noviembre de 1786 y tras pasar por las aulas de la escuela de los Padres Franciscanos, se incorporó al antiguo Cuerpo de Blandengues. El 23 de julio de 1818 asume como gobernador de la provincia. Podría haber continuado en el poder sin límites, que había tomado cuando la situación era caótica y, sin embargo, delega el gobierno en el Cabildo el 18 de junio de 1819 para permitir que una elección se pronuncie sobre quién debía gobernar. El 8 de julio del mismo año los electores confirman a López en el mando, ahora con títulos acordes a su espíritu republicano, extendiéndose su gestión hasta el 15 de junio de 1838. Ese día a las 4,30 de una tarde otoñal falleció en la casa que ocupara sobre la calle de la Matriz, siendo sus restos sepultados en el Convento de San Francisco.
CUNA DE LA CONSTITUCIÓN NACIONAL En el histórico Cabildo santafesino, demolido en 1906 para dar lugar a la actual Casa de Gobierno, se llevaron a cabo importantes pactos, tratados y convenciones llamados "preexistentes" -por los constituyentes de 1853-, que sirvieron de base para la sanción de la Constitución Argentina. Esto ha significado que con sobrados argumentos, Santa Fe se ganara el honor de ser reconocida como la Cuna de la Constitución Nacional.
PACTOS Y TRATADOS * Tratado del Cuadrilátero (25 de enero de 1822), llamado así por ser cuatro las provincias signatarias: Buenos Aires, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe. Por él juran acudir en defensa del honor e integridad de la Nación ante cualquier invasor extranjero.
* Tratado de Auxilio con Montevideo (13 de marzo de 1823), firmado entre Santa Fe y el Cabildo de Montevideo, donde la primera se compromete a emplear todo su poder para libertar a la Banda Oriental del intruso Emperador Pedro I. * Tratado de Alianza con Corrientes (23 de febrero de 1830) firmado como paso previo a una alianza ofensiva-defensiva entre las cuatro provincias del Litoral. * Pacto Federal (4 de enero de 1831), tratado definitivo de alianza ofensiva-defensiva entre Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos. Corrientes adhirió el 29 de septiembre del mismo año.
CONVENCIONES NACIONALES * Convención Nacional (1828-1829) llamada comúnmente "Representación Nacional", tiene por objeto organizar la República bajo el régimen federal. Declara como único poder nacional a la representación reunida en Santa Fe y encarga al gobernador Estanislao López el curso de las comunicaciones diplomáticas. * Convención Sancionadora de la Constitución Nacional (1ro. de mayo de 1853), sancionada la Constitución, la misma se promulgó el 25 de mayo como homenaje a la fecha patria. Con ello el país entraba en la etapa de su organización definitiva. Esta Carta Magna guía, aún hoy, el destino de los argentinos que tienen en ella el instrumento protector de todas sus libertades. * Convención Nacional sobre Reformas de la Constitución de 1853 (14 de setiembre de 1860). En esta convención, como hecho más destacado se produce la incorporación de Buenos Aires a la Confederación Argentina, de la que había quedado separada desde 1852. * Convención para la Reforma Parcial de la Constitución Nacional (12 de setiembre de 1866), la convención sanciona la modificación de algunos artículos de la Carta de 1860, especialmente sobre la Ley de Aduanas y Derechos de Importación y Exportación. * Convención para la Reforma Parcial de la Constitución Nacional (1ro. de setiembre al 10 de octubre de 1957). Se consideran magros sus resultados, pero fuera de todo análisis a ese respecto y para reafirmar el título y contenido de esta reseña, es importante destacar el decreto de convocatoria que entre otros considerandos dice: "Santa Fe ha sido tradicionalmente la ciudad de la inspiración constitucional y por ello se la elige nuevamente como sede, por ser Ciudad de las Convenciones". * Convención Constituyente año 1994: Entre otras propuestas se consolidó el cambio de la duración del período presidencial permitiendo la reelección, se acentuó con espíritu federal la participación de las Provincias y Municipalidades y tuvo la característica de ser aprobada con el voto unánime de todos los convecionales.
CIUDAD NOBLE Santa Fe recibió el título de "Noble" por la Junta de Mayo en 1810, a petición del Gral. Manuel Belgrano en reconocimiento a la actitud de su pueblo en oportunidad de pasar por la ciudad, cuando se dirigía camino a Paraguay. El texto de la nota comunicando tal distinción, ha sido esculpido en una placa de mármol que colocada el 9 de julio de 1893, aún se encuentra en el Palacio Municipal. Ruinas de "Santa Fe la vieja" En cercanías de la actual Cayastá Dpto. Garay - Pcia. de Santa Fe
La actual Cayastá, está asentada casi en el sitio donde en 1573, Juan de Garay fundó por vez primera la ciudad de Santa Fe. Escasos 1000 metros separan a Cayastá de ese sitio al que se lo denomina a menudo como Santa Fe la Vieja, que allí permaneció hasta la década de 1660, cuando se decidió su traslado a un lugar más conveniente desde el punto de vista económico, estratégico y de seguridad, es decir, al actual lugar de la ciudad capital de la provincia.
Cayastá está ubicada en el kilómetro 71 de la Ruta Provincial Nº 1, al norte de la actual Santa Fe de la Vera Cruz, y aproximadamente a 1 km. antes de llegar a a esta localidad, se encuentran las famosas ruinas de la primitiva Santa Fe, descubiertas por el lúcido historiador e investigador Agustín Zapata Gollán (1895-1986), que inició las excavaciones en la zona cuando corría el año 1949, basándose en previos estudios que determinaron su exacta localización. Digamos de paso que Agustín Zapata Gollán, fue un erudito y a la vez excelente empleado público que prestigió su cargo de funcionario del Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales de Santa Fe.
El sitio fue declarado mediante decreto 112.765/42 como Lugar Histórico Nacional, pero luego de las excavaciones dirigidas y exhumadas por Zapata Gollán, en 1957 esta declaración fue ampliada a la de Monumento Histórico Nacional, en razón de que los estudios y descubrimientos hechos permitieron ubicar tres templos: Santo Domingo, San Francisco y La Merced; además en el templo franciscano, fueron hallados los restos del primer gobernador criollo del Río de la Plata, Hernandarias de Saavedra, junto a los de su esposa, que era hija del fundador de la ciudad. Digamos también, que el voto unánime de los miembros de la Academia Nacional de la Historia avaló que las ruinas encontradas pertenecían a la primitiva Santa Fe.
La fundación de la ciudad de Santa Fe, siguió las pautas que eran norma en esa época, una cuadrícula de aproximadamente 100 has. cuya parte central se destinó a plaza de armas, a cuyo alrededor se ubicaron las despendencias administrativas, religiosas y para vivienda de los personajes principales, entre ellos el mismo Don Juan de Garay, guiándose por otros ejemplos de fundaciones como las de Lima en 1535. Fue sin duda una ciudad que respondió a una estudiada planificación previa. Si bien en el acta se hace referencia a un plano o traza que sirvió de base para el reparto de solares confeccionado por el propio Garay, este documento se extravió en la época colonial, perdiéndose con ello los datos de la distribución física de las partes adjudicadas a cada vecino, no obstante conocerse el nombre de cada uno de ellos.
Fue Garay quien repartió personalmente los solares, determinándose los espacios para chacras y suertes de estancias. Cada solar equivalía a un cuarto de manzana divididas a su vez por estrechas calles en cruz, sin duda bien hecho con criterio tanto económico como estratégico. A los hombres que gozaban de su mayor confianza les adjudicó los terrenos vecinos a lo que reservó para sí. Ya se sabe que el que parte y reparte se queda con la mejor parte.
Debe recordarse que Juan de Garay partió desde Asunción un 14 de abril de 1573 con el exclusivo propósito de fundar una ciudad que sirviera como escala y apoyo logístico al tránsito fluvial entre el Río de la Plata y Asunción, expedición que comenzó con nueve españoles peninsulares, setenta mestizos y aborígenes guaraníes traidos del área paraguaya.
Fundada que fue la ciudad a orillas del río Quiloazas (hoy San Javier), brazo del Paraná, un 15 de noviembre de 1573, transcurridos siete meses desde la partida de Asunción, en un trayecto que no estuvo exento de dificultades, se agregaron a estos audaces primigenios pobladores, otros aborígenes locales, (calchines y mocoretás) y esclavos negros africanos destinados al más rudo trabajo de las tierras que dieron origen a las primeras plantaciones de frutales y viñedos, el cultivo de cereales y la cría de ganado, escontrando esto último un excelente medio para su desarrollo que con el tiempo se volvió incontrolable y librado sólo a los avatares naturales.
El trayecto se cumplió tanto por vía terrestre, con 50 caballos, como por vía fluvial, con un bergantín, unas cuantas canoas, armas y municiones.
Los asunceños buscaron afanosamente "abrir puertas a la tierra", para combatir su forzoso aislamiento de otros grandes centros poblados y de difícil acceso en esos años en que los caminos
tenían que abrirse a golpe de machete. Esta fundación, por lo menos les facilitó la entrada y salida por el "mar dulce" como lo denominó Solís.
La necesaria convivencia de este heterogéneo conglomerado humano, diverso en lo étnico y en lo cultural, sin duda conformó una sociedad de características especiales donde cada grupo hizo aportes de su cultura originaria.
Abandonado que fue el lugar tras el traslado al nuevo emplazamiento, el río Quiloazas con la paciencia que los años pusieron a su disposición fue carcomiendo las costas y modificando su cauce sin apuro pero sin pausa lo que dio como resultado que de las 100 hectáreas originales hoy queden sólo unas 69, proceso facilitado por la arenosa y poco consistente compactación de los suelos que surca, arrastrando el material aguas abajo y cavando un nuevo curso que dejó bajo sus aguas el sector próximo a la Plaza de Armas, donde se encontraban la Iglesia Matriz, la de la Compañía de Jesús, la de San Roque y la propia casa de Juan de Garay. En el sector que no fue afectado, está el remanente de la Plaza, las Iglesias conventuales de San Francisco, Santo Domingo y La Merced; el Cabildo y un gran número de viviendas que pertenecieron entre otros a un nieto del fundador, Cristóbal Garay; a Francisco de Paez, a Juan Gonzalez de Ataide, a Alonso Fernández Montiel, a Manuel Ravelo y a un escribano Juan de Cifuentes.
Las excavaciones pusieron al descubierto gran cantidad de objetos que dan indicios de la vida de la ciudad que existió un poco más allá de la mitad del siglo XVII. Vieron la luz, monedas, medallas, amuletos de plomo, rosarios, cuentas de collares, útiles de labranza, porcelana oriental, ladrillos, tejas (algunas con dibujos e inscripciones), herramientas, cerámicas españolas e indígenas.
Dentro de los recintos de los templos las excavaciones mostraron los restos de más de 200 pobladores enterrados en el lugar, y Zapata Gollán logró identificar a varios entre los que se encontraron los de Hernandarias y su esposa.
A continuación transcribimos un folleto distribuido por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Provincia de Santa Fe a través del Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales, durante la realización de la Feria del Libro llevada a cabo en la ciudad de Rosario en el año 2007 en el denominado Patio de la Madera.
(Textos: Secretaría de Cultura de la Provincia para presentar ante la UNESCO, Arq. Luis María Calvo y de la página www.ceride.gov.ar/santafelavieja. Armado de la Campaña: Graciela Pérez.) Email: museossinfronteras@yahoo.com.ar
CAMPAÑA DE FIRMAS
Ruinas Santa Fe la Vieja Patrimonio de la Humanidad
La ciudad y sus pobladores
Santa Fe fue una ciudad planificada desde su inicio. El acta fundacional hace referencia explícita a una traza o plano de la ciudad que sirvió de padrón para la adjudicación de los solares. Sin embargo, el plano trazado por Garay se perdió durante la época colonial y con él aparentemente toda documentación gráfica de la distribución física de la ciudad.
Debieron transcurrir cerca de tres siglos para que la evidencia arqueológica de las Ruinas de Santa Fe la Vieja la identificaran como la primera ciudad planificada del Río de la Plata.
Garay repartió personalmente los solares y determinó la distribudión de chacras y de suertes de estancias. El plano de la ciudad siguió el trazado de cuadrícula introducido en América por la praxis conquistadora y fundacional española.
Es probable que para dar traza a Santa Fe, Garay se guiara por los ejemplos prácticos de otras ciudades ya fundadas como Lima (1535). El reparto de cada solar, equivalente a la cuarta parte de una cuadra o manzana dividida en cruz, fue hecho con verdadero sentido económico y estratégico.
Pocos son los índices demográficos que se tienen de la vieja ciudad, comenzando por los nueve españoles y más de setenta mestizos paraguayos que acompañaron a Garay en 1573. El primer dato censal corresponde a 1622 cuando el Gobernador Diego de Góngora empadrona 126 vecinos, o sea alrededor de 900 habitantes. Para mediados de aquel siglo, el número de habitantes puede estimarse entre 1500 y 2000.
Los pobladores conformaron una sociedad de gran diversidad étnica y cultural, compuesta de españoles europeos, criollos, mestizos, aborígenes locales y procentes del área paraguaya (guaraníes) y africanos incorporados como esclavos. Cada uno de estos grupos aportó rasgos de su propia cultura y orígenes en la configuración de la sociedad santafesina.
Valor universal El sitio arqueológico-histórico Santa Fe la Vieja presenta características únicas para el extremo sur de América. Se trata de los restos materiales de una ciudad fundada en 1573 por Juan de Garay, uno de los primeros colonizadores españoles de la región, que tuvo una ocupación aproximada de noventa años y fue abandonada a partir de su traslado en 1660 a un nuevo sitio por razones económicas y estratégicas.
Tiene valor universal por representar una ciudad que se desarrolló entre el Período Colonial Temprano y la primera etapa de consolidación del sistema en el Río de la Plata, cuya traza urbana, planta catastral y registro arqueológico y documental ponen de manifiesto procesos culturales con características singulares. Estos procesos surgen de la convivencia en un contexto urbano de grupos humanos diferentes, que originan una sociedad multicultural organizada bajo el modelo y con hegemonía del componente hispánico.
El sitio constituye una fuente de información histórica y arqueológica que ilustra claramente la transferencia de los principios de planificación urbana del Imperio Español a América, referenciando las particularidades con que los mismos se implantan según el área geográfica de que se trate y las preexistentes culturales con las que se enfrente.
Testimonia dichas transferencias pero a la vez da cuenta de que los principios urbanísticos hispánicos son reelaborados en el proceso de adaptación a las circunstancias coyunturales, por las condiciones geográficas y climáticas del emplazamiento y la experiencia limeña del fundador.
La presencia en Santa Fe la Vieja de españoles peninsulares, criollos (españoles americanos, en su mayor parte mestizos), portugueses que muchas veces eran criptojudíos, guaraníes traídos desde Asunción como auxiliares, poblaciones indígenas locales (Calchines, mocoretás) y africanos esclavos, conforma un panorama sociocultural sumamente complejo, con rasgos particulares, marcado por el intercambio cultural propio de la dinámica de una región de frontera
"La memoria es un motor fundamental de la creatividad: esta afirmación se aplica tanto a los individuos como a los pueblos que encuentran en su patrimonio -natural y cultural, material e inmaterial- los puntos de referencia de su identidad y las fuentes de su inspiración." UNESCO Declaratoria de Monumento Histórico Nacional. Por el decreto 112.765/42 el sitio fue declarado Lugar Histórico Nacional. Luego de la exhumación de las ruinas de la primitiva por Agustín Zapata Gollán, director del Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales, esta declaración fue ampliada en virtud del decreto del 25-III-1957 a la categoría de MONUMENTO HISTÓRICO NACIONAL.
Entre los considerandos de la ampliación de la declaratoria se tuvo en cuenta que los estudios realizados por Zapata Gollán habrían permitido nuevos y numerosos testimonios de la ciudad fundacional: los templos de San Francisco, Santo Domingo y La Merced, el Cabildo y varias viviendas de los primeros pobladores. También se consideró que en el recinto del templo franciscano se habían hallado los restos de la hija del fundador y de su esposo el Gobernador Hernandarias de Saavedra. La fundamentación tuvo igualmente en cuenta que la Academia Nacional de la Historia había dictaminado dos veces por el voto unánime de sus miembros, que las ruinas descubiertas pertenecían a la primera ciudad de Santa Fe.
Descripción
El sitio corresponde al asentamiento en el que estuvo la ciudad de Santa Fe desde su fundación en 1573 hasta la década de 1660, cuando fue trasladada 78 km. hacia el sur. Su localización y excavación se debe a Agustín Zapata Gollán (1895-1986), quien inició sus investigaciones a mediados de 1949.
En el sitio pueden distinguirse dos áreas que tuvieron uso y forma de ocupación diferenciada: el entorno de la Plaza de Armas, con solares dedicados a usos religiosos, administrativos y viviendas, y la zona de las "cuadras", dedicadas a cultivos urbanos (frutales y viñedos).
El río San Javier ha erosionado en sector próximo a la Plaza, donde se encontraban la iglesia Matriz, la iglesia de la Compañía de Jesús, la iglesia de San Roque y la casa del propio Juan de Garay.
El área actual del sitio de casi 69 hectáreas corresponde a las dos terceras partes de la traza fundacional. En este sector se encuentra el remanente de la Plaza de Armas, las iglesias conventuales de San Francisco, Santo Domingo y la La Merced, el Cabildo y un número significativo de viviendas, entre ellas: la de Cristóbal de Garay, nieto del fundador, y las de Alonso Fernández Montiel, Francisco de Páez, el escribano Juan de Cifuentes, Juan González de Ataide y Manuel Ravelo.
De las construcciones originales se conservan partes bajas de los muros y sus cimientos, construidos con la técnica de tapia o tierra apisonada, además de fragmentos de tejas, algunas de ellas con dibujos e inscripciones.
En relación con estas estructuras, las investigaciones arqueológicas han puesto a la luz un importante caudal de objetos que testimonian la vida de la ciudad hasta mediados del siglo XVII: cerámica indígena, hispano-indígena y española, porcelana oriental, tejas, ladrillos, monedas, medallas, cuentas de collares y rosarios, amuletos, útiles de labranza y herramientas. El registro arqueológico da cuenta de una sociedad compleja y pluriétnica en la que conviven españoles, mestizos, aborígenes y africanos.
Dentro del recinto de los templos las excavaciones dejaron al descubierto los restos de los pobladores allí enterrados, dos centenares de sepulcros dentro de los cuales Zapata Gollán pudo identificar algunos de los más importantes, entre ellos los de la hija de Juan de Garay, fundador de la ciudad, y su esposo Hernandarias de Saavedra, el primer Gobernador criollo del Río de la Plata.
En el último cuarto del siglo XVI los conquistadores españoles concentrados en el Paraguay decidieron aplicar una nueva estrategia geopolítica de apertura y comunicaciones representada por la expresión de "abrir puertas a la tierra". Uno de los primeros pasos fue fundar una ciudad
que sirviera de escala en el trayecto fluvial hacia el Río de la Plata y los caminos que comunicaban tierra adentro con el Tucumán, Chile, el Alto Perú y el Perú.
Con ese fin, Garay reunió nueve españoles y más de setenta mestizos, que partieron de Asunción el 14 de abril de 1573 con un bergantín y seis canoas hendidas a manera de barcas y algunas canoas sencillas, cincuenta caballos, armas y algunas municiones.
Se eligió un sitio a orillas de un brazo del Paraná denominado Río de los Quiloazas -actualmente San Javier-, a menos de un kilómetro hacia el sur del actual pueblo de Cayastá.
En ese lugar se realizó la ceremonia de fundación de la ciudad de Santa Fe el 15 de noviembre de 1573. El acta ha sobrevivido en una copia autenticada por el propio Juan de Garay en 1583, que se conserva en el Archivo General de Indias de Sevilla y de un fragmento que se conserva en el Archivo General de Provincia.