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¿QUÉ VAS A HACER CON LA SEGUNDA PARTE DE TU VIDA?
Adriana Mora Coach de Vida Costa Rica
En el 2010 regresé a Costa Rica, entusiasmada por lo que había aprendido en mis 10 años en las tierras del norte. Empecé a crear mi propia empresa con el que era mi esposo.
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En mi búsqueda por aquella oportunidad, llegué a vivir la más grande pérdida económica y como consecuencia, la pérdida de mi salud. Debido a mi exceso de confianza con mis colaboradores, sufrí un fraude por lo que perdí todo, la casa de mis sueños, mis vehículos, mis ahorros, mis posesiones, todo lo económico, eso creó tanto estrés por tratar de sostener y salvar la situación y crear una solución, que mi sistema inmune se debilitó y no pudo hacer frente al imponente y aterrador cáncer de cérvix; fui diagnosticada con cáncer avanzado
En ese momento, ante esa cruda y dolorosa noticia, sentí tal impotencia al enfrentar a este diagnóstico, mis piernas no podían soportar mi peso, la fuerza había bajado a la planta de mis pies ¿qué hago ahora? No he logrado mis metas, avanzaba un paso y retrocedía 10. Estaba en mi peor momento económico, ¿cómo voy a darle el “mejor futuro” a mis hijos si quizás ni esté en ese futuro?, ¿cómo le voy a comunicar la noticia a mis hijos?, ¿a mi mami?, ¿y ahora qué? Es la pregunta que solo daba vuelta en mi mente, miraba a todo mi alrededor como buscando una salida, como si algo o alguien podría darme una solución. Ya en este punto no estaba en mi mente la pregunta: ¿qué vas a hacer con la segunda parte de tu vida? Ahora la pregunta es: ¿existirá segunda parte?, ¿Y mis hijos? Es todo lo que tenía en mi mente. Pero con la fuerza que sólo la da el amor por ellos, no tenía opción, tenía que vencer
Cuando perdí mi casa en estas hermosas montanas llenas de frío y paz, la única opción que tenía fue buscar una casa pequeña para llevar a mis hijos. Cuando el diagnóstico llegó, la única opción que tenía era salir victoriosa de la batalla que estaba por comenzar. Ellos me necesitaban.
El tratamiento y plan de acción contra el cáncer ya había sido decidido por el Consejo Médico, en esas reuniones en la Dirección de Ginecología, los lunes a las 8:00 A.M., mi tratamiento sería: quimioterapia, radioterapia y braquiterapia. Después de 4 meses, ya lo había terminado y lo logré, pude sobrellevar el pesado tratamiento. Lo más complicado fueron algunas transfusiones de sangre para ayudarme a elevar mis glóbulos rojos y mucha debilidad, pero vencí, con mucho amor de mi familia, cuidados de mi madre y mucha fe A penas estuve físicamente lista, volví a trabajar Ya nuevamente volví a mi búsqueda del “mejor futuro” Después de recuperarme del cáncer, mi vida siguió igual, me sané para seguir creando y viviendo más de lo mismo.
Mi vida estaba hecha para mostrarle al mundo lo que era una familia perfecta; que yo era la esposa perfecta, con el matrimonio perfecto, la hija, la hermana, la amiga, la religiosa perfecta, no obstante, no me encontraba a mí misma. Mi verdadero yo estaba en algún lugar donde ni yo misma podía ni quería encontrar. Me convertí en la mujer fuerte que hacía las finanzas del hogar, pero la bebé pequeña que no tenía voluntad y que era manejada tan sutilmente por la religión y las personas que sabían cómo usar mis creencias, mi temor por no agradar a los demás, mi miedo al rechazo, lograron tender un velo de manipulación tan fuerte que yo lo llamé “amor”, pero no era, era manipulación que yo no lograba ver, sólo sabía que por las noches lloraba porque quería ser yo, quería vivir algo el cual no se me permitía, pero ni pienses cuando digo que no me lo permitían me refiero a agresividad; no, era con dulzura, con algo tan parecido al amor y al cuidado, que yo creí que yo era la loca, la mala por desear algo que no era “bueno para mí” al menos así me lo presentaban.
¿QUÉ VAS A HACER CON LA SEGUNDA PARTE DE TU VIDA?
Adriana Mora Coach de Vida Costa Rica
Recuerdo que 11 meses después de mi última sesión de braquiterapia, tenía mis citas mensuales de control, y la doctora de radiología nuevamente derrumba mi mundo al informarme sobre esta nueva noticia, el cáncer he regresado.
Empieza la historia una vez más, ahora me causó más miedo, más horror y mi angustia principal era la misma; no estaba lista para que mis hijos vivieran no sólo sin mí, pero sin mi aporte financiero. Ellos realmente me necesitaban.
Empieza nuevamente el proceso, internamientos, exámenes horribles y dolorosos, en las caras de los médicos e internos en sus rutinas de visita a los pacientes, yo leía claramente en sus rostros cuando se reunían a leer mi expediente, que no era un escenario favorable. Llega el momento cuando ya los doctores tenían todos los resultados de los exámenes que ellos necesitaban, según lo que me explicaban, la única salida que ellos recomiendan en aras de salvarme y que viva más tiempo es una exenteración pélvica total, donde me extirparían algunos órganos, esto significa que necesitaría un nuevo lugar para la orina y las heces. Unas bolsitas para tus desechos en el frente de tu estómago de por vida, eso me dijeron.
¿QUÉ VAS A HACER CON LA SEGUNDA PARTE DE TU VIDA?
Adriana Mora
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Coach de Vida Costa Rica
No fue nada fácil escuchar este diagnóstico, ni entender en lo que se convertiría mi vida de ahora en adelante, aceptar eso me tomó un momento, sin embargo, lo que tenía en mi mente era el hecho que aún mis hijos no estaban listos para estar sin mí. Eso me dio fuerzas una vez más para luchar por segunda vez y tomar la decisión de que tenía que vivir, no iba a morir. Por cierto ¿Sabes que la decisión es un súper poder que tú y yo tenemos?, ¿Cuáles son tus estándares? ¿Qué estás dispuesto a permitir en tu vida?
Yo sabía realmente que no iba a permitirme morir sin luchar por mi vida para sostener a mis hijos, entonces una vez tomé la decisión. Recuerdo, me creé el lema que fue mi insignia durante todo mi proceso: “YO TENGO CÁNCER, PERO CÁNCER TÚ A MÍ, NO ME TIENES”.
Después de haber tomado la decisión, la fe fue trascendental para mí, así que tuve una conversación con Dios y le propuse un plan, una negociación; le dije yo acepto la bolsita, hágase tu voluntad no la mía, pero déjame con fuerzas para seguir trabajando y sacar a mis hijos adelante, es todo lo que pido, acepto la bolsita, pero déjame seguir con las fuerzas para seguir trabajando y criando a mis pequeñitos.
La siguiente semana tengo la cita para firmar el procedimiento, ese día estaban reunidos los 4 principales médicos del Departamento de Ginecología, ellos me explicaron que aun para ellos es difícil esta decisión por todo lo que conlleva, pero que no hay nada que hacer, que la única salida es la exenteración pélvica, a lo que yo les interrumpo sus explicaciones de los pro y los contras y le respondo, no importa, estoy preparada, hagámoslo, Firmé los respectivos documentos. Una vez firmados, uno de los doctores le pide al jefe de ginecología, “doctor, yo quiero hacerle un último físico a ella”, el doctor le responde: “quieres hacerle un último físico?”, “dale, hazlo”, y me mira y me dice; “pasa con la doctora para que te haga un último físico”. Lo que paso ahí fue el inicio de un milagro, el famoso cáncer no tenía el tamaño el cual arrojaba los escáneres y los demás exámenes, el cáncer se redujo como para no requerir hacerme la exenteración pélvica y sólo se necesitara la cirugía radical de cérvix el cual , en comparación con la exenteración, era algo simple. Y terminé sin bolsita y sana. Ya hoy tengo cerca de 6 años de haber vencido el cáncer.
¿QUÉ VAS A HACER CON LA SEGUNDA PARTE DE TU VIDA?
Adriana Mora Coach de Vida Costa Rica
Pero qué tal si volvemos a la pregunta inicial: ¿qué vas a hacer con la segunda parte de tu vida?, ¿regresaría igual que después del primer cáncer a la misma historia de adormecimiento? ¿empezaría a pensar en mí?, ¿cómo me puedo poner yo primero? Aquí es donde empiezo a darme cuenta de que necesité pasar por un segundo cáncer para despertar de mi adormecimiento, un segundo cáncer para que yo entendiera que era hora de vivir, pero no en la misma falsedad y negación en la que estaba, no en la búsqueda de “un mejor futuro”, necesitaba descubrir quien era y qué me gustaba a mí, era hora de darle a Adriana lo que ella merecía, lo que ella quería vivir.
Llegó el momento de recrear mi vida, que acepto y que no acepto, quién está y quién no, y a pesar de lo difícil que fue, estoy segura de que fue un proceso necesario para encontrarme y volver a ser Adriana Mora, simple y libre, empezar a sanar empezar a desaprender y volver a ser.
Sí, soy sobreviviente de cáncer, pero gracias al cáncer me encontré, el cáncer llegó por lo mucho que sostuve, que soporté, que no perdoné, que no me amé, por eso llegó, pero gracias a él, hoy soy libre, he vuelto a nacer; volví a ser aquella que fue puesta en el vientre donde el rechazo, la pobreza, el abandono, entre otras cosas, no habían alcanzado a dañar.
Quiero cerrar mi pequeña historia con la pregunta para ti; ¿Qué vas a hacer con la segunda parte de tu vida?, pero recuerda que debes entender primero la pregunta, ¿Quién eres? Porque para escribir la historia con toda la libertad y la llenura que mereces, necesitas saber quién eres y honrar quién eres, amar quién eres y respetar quién eres. Es hora de eliminar el miedo a la aprobación como en mi caso o quizás el tuyo sea la máscara de a mí no me importa nada, debajo de todo eso, estas tú, y mereces vivir en libertad.
¡Aprende a amarte y a honrarte, tú lo mereces.