Universidad de Carabobo Facultad de Ciencias de la Educación Escuela de Educación Departamento de Arte y Tecnología Educativa
ÁFRICA Máscaras y Ceremonias Rituales Áreas de Influencias Arte Negro Africano: Cosmología, estatuaria, máscaras y simbología
Asignatura: Arte Africano y Asiático Docente: Carlos A. Graterol H.
Mayo, 2016 1
MÁSCARAS Y CEREMONIAS RITUALES Las ceremonias en cuyo curso se exhiben las máscaras son, con mayor frecuencia, agrarias o funerarias. Se presentan como espectáculos completos: la música, el canto y la recitación escandida de los poemas míticos son los componentes de conjuntos coreográficos vivamente animados y coloreados que se desarrollan en las plazas, a veces durante varios días. En estas ceremonias participan los iniciados, como actores, y los habitantes del poblado a
quienes
ninguna
prohibición,
temporal
o
permanente,
impide
ser
espectadores. En general, el llevar la máscara se reserva a los hombres y las mujeres no tienen el derecho a verlos. Pero en algunas sociedades (Mendé, Sierra Leona) existen ceremonias reservadas a las mujeres. En los funerales y en la iniciación o finalización de trabajos de estación (siembras, labranzas, cosechas), la exhibición de las máscaras tiene como fin recordar los acontecimientos notables que se han producido en los orígenes y que han dado como resultado la organización del mundo y de la sociedad. Recordarlos, ciertamente, pero también repetirlos, manifestar su permanente actualidad y reactivar, en cierto modo, la realidad presente trasladándola a esos tiempos fabulosos en los que el Dios la concibió ayudado por los genios. Entre los Kurumba, los bailarines enmascarados repiten los ademanes del héroe civilizador Yirigué y de sus hijos, descendidos del cielo y portadores de máscaras. Entre los Dogón, los bailarines que llevan las máscaras “kanaga” (de la que uno de los significados sería “mano de Dios”) repiten, con un movimiento circular de la cabeza y el busto, los ademanes del Dios cuando creó y fundó el espacio. La función de las máscaras es reafirmar, a intervalos regulares, la verdad y la presencia de los mitos en la vida cotidiana. Tiene también como fin asegurar la vida colectiva en todas sus actividades y en su complejidad. Entre los dogón se exhiben máscaras de extranjeros (peul, bambara, europeos) que, con sus características, manifiestan la diversidad el mundo. Estas ceremonias son cosmogonías en acto que regeneran el tiempo y el espacio: intentando por este medio sustraer al hombre y a los valores de los que es depositario de la degradación que sufre cada cosa en el tiempo histórico. Pero también son 2
verdaderos espectáculos catárticos en el curso de los cuales el hombre adquiere conciencia de su puesto en el universo. Es muy distinto el empleo de máscaras durante el curso de las ceremonias de iniciación. Los jóvenes se reúnen fuera del pueblo, en un lugar apartado donde son sometidos a pruebas destinadas a medir su madurez física y moral
y donde
les es dispensada
una
enseñanza
que
desvela
progresivamente los arcanos de la religión y les inculca el respeto por las leyes de la sociedad. A veces, el iniciador aparece cubierto por una máscara: encarna al genio que instruyó a los hombres. Otras, las ceremonias de clausura reúnen a todo el pueblo durante el curso de las danzas con máscaras, se evoca el sentido de la iniciación el adolescente muere a su condición antigua para nacer a su condición de adulto. La misma idea determina, además, las creencias generales; en las culturas congoleñas, después de la muerte de un hombre, su alma vive todavía un tiempo y se reencarna a la segunda o tercera generación, en su nieto o su bisnieta. Las máscaras pueden utilizarse también para proteger a la sociedad de los malhechores y los brujos se encuentran en posesión de los miembros de sociedades secretas que, a menudo, las emplean como instrumentos de presión política. Este es caso, en el Congo, de la temida secta del Aniota (los “hombres – leopardos”). También en el Congo se habrían utilizado durante el curso de danzas que proceden a una campaña militar. MÁSCARAS Y POSESIÓN Una máscara es un ser que protege a quien la lleva. Está destinada a captar la fuerza vital que se escapa de un ser humano o de un animal en el momento de su muerte. La máscara transforma el cuerpo del bailarín que conserva su individualidad y, sirviéndose de él como de un soporte vivo y animado, encarna a otro ser genio, animal mítico o fabuloso que es representado así momentáneamente. La máscara protege. En efecto, si se la dejara errar, la fuerza vital liberada en el momento de la muerte inquietaría a los vivos y trastornaría el orden del rostro. Captada en la máscara, es controlada, podríamos decir capitalizada, y 3
seguidamente redistribuida en beneficio de la colectividad. Pero la máscara protege también al bailarín que en el momento de la ceremonia debe estar defendido contra la fuerza del instrumento que maneja. Las muy distintas apariencias que pueden tener las máscaras muestran que deben recoger la totalidad de la energía esparcida por el mundo. En efecto, contrariamente a la estatuaría, las máscaras mezclan a veces los rasgos del hombre con los del animal, creando así monstruos compuestos que tienen algo de varias especies. Sus temas son los más variados: la fantasía y la imaginación desempeñan un gran papel. Tan pronto están representados animales familiares o inquietantes que han intervenido en el momento de la creación del mundo o en la iniciación: liebres, gacelas, antílopes, monos, pájaros, a veces serpientes o incluso elefantes y panteras. Este arte parece ser un arte de cazador a la muerte del animal, su fuerza vital debe ser captada en un trozo de madera tallado a su imagen. Como las máscaras representan seres humanos o tienen rasgos humanos, están idealizados, como entre los mpongwé o los dan, o con intención satírica, y representan jóvenes coquetas, viejas, hombres tartamudos o extranjeros. Otros ejemplares, más complejos, representan cosas, por ejemplo, la casa en la que cumplen su retiro los iniciados, o grupos muy complejos (especialmente en Dahomey o Nigeria) cuyos elementos a veces pueden ser copiados de Occidente (motocicletas, por ejemplo). LAS PINTURAS FACIALES Las pinturas faciales (que se borrarán después de la ceremonia) pueden ser consideradas con pleno derecho como representativas de la definición extendida de la máscara, cualquiera que sea, por otra parte, el fin pretendido, que varía con los pueblos. Provisionales y limitadas a la duración de la danza, deben distinguirse de todo lo que señala en el cuerpo y el rostro una intervención del hombre, destinada a ser duradera, para modificar su físico (tatuajes, incisiones, limado de dientes, entre otros). Semejantes intervenciones deben considerarse como una rama de la cosmética, pero no proceden directamente de los sistemas puestos en ejecución en la sociedad de las máscaras. Se trata mucho menos de representar a otros seres con la ayuda de 4
un soporte humano, que es la función de la máscara, que de precisar la situación de un individuo particular en el seno de la sociedad y del mundo. EL HOMBRE ENMASCARADO Para el hombre enmascarado no deja de ser peligroso servirse de un soporte humano para producir un ser nuevo. La máscara representa un ser conocido, catalogado en la nomenclatura de los dioses, genios, entre otros aspectos, que posee una historia, una biografía, pero también debe proteger al que la lleva contra los efectos de la personalidad que reviste de manera provisional y que lo inviste literalmente. En ningún caso debe ser reconocido el bailarín. Para esto se toman múltiples precauciones para que no se despegue, la máscara está completada con una capucha de fibras que rodea la cabeza o tiene forma de yelmo. Se halla fijada por medio de tirantes que la sostienen firmemente a los hombros. En el interior de la máscara está sujeta una lengüeta de cuero que el que la lleva aprieta entre los dientes. LA DIMENSIÓN DE GRAVES CONSECUENCIAS Cuando la dimensión de la máscara y la naturaleza de la coreografía lo exigen, el bailarín se ve asistido por una ayuda entre los dogón, en la danza ganubira de la gran máscara sirige, debe echarse completamente hacia atrás, asimismo, uno de sus camaradas se sitúa delante de él para ocultar su garganta a las miradas. Si el rostro del bailarín estuviera momentáneamente al descubierto y visible para los espectadores, resultarían graves consecuencias. Las precauciones se extienden a todo el cuerpo, para evitar que quede descubierta una parte por la que podría introducirse el genio. Los bailarines enmascarados de la sociedad femenina bundú (de las mendé, Sierra Leona) cuidan de que su vestido no tenga otra fisura que le ligera abertura de los ojos. Lo mismo ocurre en otras muchas regiones. La máscara está destinada a proteger contra la posesión pero en ella es donde se encuentra la fuerza vital y esto es tan cierto que en algunos casos el fenómeno de posesión es directamente promovido por la máscara o la ruptura de una prohibición que le concierne, por la vista o el tacto de una parte del vestido de danza por la proximidad demasiado grande de un bailarín durante 5
una ceremonia o su encuentro inesperado durante el curso de uno de sus desplazamientos en el poblado. La máscara atrapa a las fuerzas espirituales a las que debe impedirse que vayan errando. Después de un contacto cualquiera, estas fuerzas pueden invadir a aquel o aquella que no están habilitados para mantener este contacto. Pero el que lleva la máscara lo previene por adelantado al tallar su máscara y antes de ponerse el vestido debe observar prohibiciones (especialmente sexuales) y se purifica o efectúa un sacrificio. La máscara no es en sí misma el ser que representa; no es sino una apariencia destinada a engañar la fuerza vital que debe atrapar. El bailarín no se identifica en absoluto con el genio cuyo papel representa. Incluso cuando un hombre y una mujer están poseídos, no se confunden con el genio que se ha adueñado de ellos son los “caballos del Dios”. Según Griaule, de esto resulta que las máscaras no revelarían, entre los Dogón, “una esencia, un alma – sustancia” a la que “una magia permitiría misteriosamente manifestarse”. El mismo hecho de llevar la máscara “que exterioriza la conciencia, revela el sujeto a sí mismo bajo la forma de su participación en la continuidad de la vida, a través de la muerte, y en la fenomenal renovación de una esencia que sólo puede manifestarse de este modo”. El bailarín no se confunde con la fuerza vital que maneja, pero se siente ligado a ella, siente también su propia fuerza alimentada por esta presencia que, por encima de su cuerpo perecedero, le da acceso a la vida universal. El etnólogo alemán L. Frobenius comparaba las sociedades cuyas ceremonias se fundaban en cultos de posesión y que, en su lenguaje, decía que ponían de manifiesto una mística con las sociedades que, conociendo la institución de las máscaras y la estatuaría, evidenciaban, según él, una magia. En las primeras, el yo, totalmente construido, dado e intransformable de los genios, debe ser transferido al yo individuo. En las segundas, el yo aparecería como una sucesión de aportaciones que emanasen de las diversas partes de la sociedad y de los antepasados míticos y humanos. Sin embargo, si existen poblaciones que actualmente no conocen sino los cultos de posesión, otras muchas, diseminadas en el territorio africano, 6
conocen al mismo tiempo que estos, la institución de las máscaras y practican la estatuaria en Ángola (entre los ovimbundu y los tiyvokéw), en algunas regiones del sur congoleño, en el círculo congoleño norte, entre los dogón, entre los Baulé,entre otros. H. Baumann ha vinculado íntimamente la presencia de los cultos de posesión a los cultos agrarios y a las sociedades matriarcales. El vínculo es arbitrario, la generalización, prematura. Los Sonrhai (Republica del Níger) recurren a ceremonias de posesión antes de sus campañas de pesca o caza. Y contrariamente a lo que pensaba L. Frobenius, en una misma etnia pueden coexistir los cultos de posesión y un material esculpido en la estatuaria dogón he observado gran número de estatuillas que representaban de modo literal el descendimiento de un genio al cráneo de un personaje, indudablemente un dogón o un sacerdote totémico. Y el país Baulé, las esculturas que representan a un mono que tiene una copa delante de él están según Salverte Marmier, en íntima correlación con los fenómenos de posesión. EN RESUMEN En resumen, la máscara atrapa la fuerza de genios que pertenecen a un mundo fabuloso y debe ser reconocida por estos genios, que se dejaron apresar. Pero no es sino una imagen de estos genios. No es el mismo genio. La máscara no tiene nada de mágico. No es un instrumento de brujería. Tampoco es una estatua. Es un accesorio de ballet o de ópera mítica. Y para comprenderla bien, es preciso verla en movimiento como elemento de un conjunto complejo, en el ritmo de la ceremonia. Incluso cuando el bailarín ejecuta un solo, raramente está aislada. Reducir la máscara al lobo de madera o al yelmo que oculta la cabeza del bailarín, considerarla inmóvil, colgada de una pared o colocada sobre un zócalo es, ya, traicionaría transformarla en otro objeto y hacer de una parte un todo. LOS TIPOS DE MÁSCARAS Nos limitaremos al examen de la parte esculpida de la máscara, el lobo o el yelmo. No porque el vestido careza de interés artístico, sino porque las máscaras, reunidas en las colecciones públicas o particulares, se reducen, salvo raras excepciones, al rostro o a la cabeza. A veces, esta parte comporta elementos sobreañadidos; espartería, telas, fibras vegetales, destinadas a 7
representar los cabellos o la barba y a ocultar la parte de la cabeza del bailarín que no tapa la cara de madera. Desde el punto de vista africano, la máscara es también la parte más importante del vestido; en la cabeza es donde residen la fuerza vital y las principales facultades humanas y adonde desciende el genio. Y si hablamos de la escultura clásica africana, lo primero que hay que destacar es la ingente variedad y cantidad de obra escultórica existente, a pesar de que siendo la madera el material más utilizado, la mayor parte no ha llegado hasta nuestros días. Sin embargo, a pesar de esta gran variedad podemos apreciar algunas características que se repiten, a menudo, en gran parte del continente. Si nos atenemos a la escultura del África negra se puede decir que: CARACTERÍSTICAS GENERALES
Mayoritariamente, la escultura se ha desarrollado a través de la talla en madera, tanto en la creación de figuras, máscaras u objetos como tronos, taburetes y otros objetos de uso personal.
Entre las figuras, sobresalen las representaciones antropomorfas, hechas en recuerdo de los antepasados, de los dirigentes fallecidos, o relacionadas con las divinidades y la magia.
Estas figuras no pretenden retratar literalmente a la persona representada, sino más bien, destacar determinados caracteres de su personalidad que se quiere inmortalizar como ejemplo para las generaciones venideras. De ahí, que determinadas partes del cuerpo aparezcan desproporcionadamente aumentadas o determinados detalles o rasgos físicos sobresaltados.
Las figuras de animales, suelen elegirse por las virtudes o ideas que simbolizan, pero también con un carácter meramente ornamental.
Las máscaras, tradicionalmente utilizadas en África en la mayoría de ceremonias: ritos de fertilidad o de iniciación, fiestas religiosas y funerales
han utilizado mucha más variedad de materiales en su composición que la madera (arcilla, tela, metal, cestería, , semillas y fibras vegetales, dientes y huesos de animales, entre otros materiales).
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La fuerza expresiva conseguida a través de las máscaras, se observa, en el resultado que inspiraron en ellas, sus propios creadores
Tanto en la figuras humanas como en las máscaras lo que más destaca es su simbolismo y la intima relación de las sociedades africanas con la naturaleza.
ÁREA DE INFLUENCIA SUDANESA MALÍ – ZONAS DEL VOLTA – COSTA DE MARFIL MALÍ 1. Tellem 2. Dogón 3. Bambara
1. Arte Tellem Localidades: Malí, alto del río Níger Tipos de producción: figuras de antepasados Material: madera
Son escasas las informaciones relacionadas con los Tellem, una población que tuvo su sede en la región rocosa al sur de la gran curva del Níger, antes de que los Dogón los expulsaran de su territorio, Suglo XIV – XV. Sus esculturas objetos rituales representan, en general, figuras humanas con los brazos elevados al cielo en un probable ademan de imploración y están caracterizadas por una gran abstracción, que se define en composición vertical, descuida los detalles anatómicos una capa costrosa generalmentecompuesta de mijo cocido y sangre, residuo de sacrificios, suaviza la severidad de las formas.
2. Arte Dogón Localidades: Zona Septentrional de Malí y la Curva del Río Níger. Bandiagara, Sangra, Ireli, Donentza y Hombori. 9
Tipos de producción: máscaras, figuras de antepasados, apoya cabezas, puertas y cerraduras. Material: madera, hierro.
El arte Dogón retoma gran parte del estilo Tellem, representa la figura humana (símbolo del principio vital, masculino o femenino, de los antepasados) con desinterés por el dato natural y tiende a acentuar solo algunas características físicas. Muchas veces hermafrodita, creencia en la unidad originaria de los sexos humanos: cabeza, ojos y ombligo de relieve excepcional.
Típicas de este arte son las máscaras de danza representando figuras zoomorfas y antropomorfas. Son de gran interés las cerraduras, pilares y puertas de madera decoradas con relieves.
Características:
Influencia Tellem. Formas abstractas. Motivo más representado: figura de antepasado. Ojos y ombligos acentuados. Simplicidad de línea. Máscaras en madera dura, muy pesadas. Variedad: puertas, postigos, apoya cabeza, bastones, cetros.
3. Arte Bambara Localidades: Malí Occidental. Tipo de producción: mascaras antropomorfas y zoomorfas y figuras antropomorfas. Material: madera, hierro.
Esculturas y máscaras de madera, angulosas y acentuadamente lineales y objetos variados de hierro son características de los Bambara.
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Para la decoración no usan pintura sino motivos grabados a fuego, broches, perlas. Lo que caracteriza a la escultura Bambara es el antílope, que constituye uno de los ornamentos de danza más difundidos, el que es tratado con elegancia y pureza estilística. Dentro de la escultura en metal vale mencionar los bastones y cetros, con figuras humanas en la punta caracterizados por rigurosas esencialidad de línea. Características:
Figuras de antepasados. Máscaras con variedad decorativa: conchas, perlas, grabados a fuego. Máscaras zoomorfas: antílopes Antropomorfas: ojos y boca en rectángulo.
ZONAS DEL VOLTA
Mossi
Bobo
Localidades: Mossi: Zona sur oriental de Malí. Bobo: Zona del Volta y territorios en la frontera con Malí Tipos de producción: máscaras y esculturas antropomorfas. Material: madera.
Su producción de máscaras de un alto nivel estético. Las Mossi: rostro estilizado, lleva en su parte superior una alta paleta tallada o una figura humana, caracterizada por decoraciones en rojo ladrillo y que a pesar de sus notables dimensiones son extraídas de una única pieza de madera. En las máscaras Bobo se refleja la influencia Dogón y Mossi. Son desarrolladas vertical u horizontalmente, casi desprovistas de relieve con decoración polícroma. Características:
Máscaras talladas en una sola pieza de madera. Formas angulosas.
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COSTA DE MÁRFIL (NORTE)
Senufos
Localidades: Zona Septentrional de la Costa de Márfil. Tipos de producción: esculturas, máscaras y puertas. Material: madera.
Esculturas de antepasados, femeninos y masculinos, representaciones de hombre a caballo y especial interés por los DEBLE. La máscara Senufo es rica en detalles se suman en ella rasgos de varios animales, son denominadas: escupe fuegos, la tortuga, el cocodrilo y la serpiente son representados frecuentemente.
Características:
Variedad de máscaras. Grandes dimensiones. Formas angulosas. Aberturas rectangulares para ojos y boca. Variada decoración con rectas y curvas. Deble, representación de figura de mujer para marcar ritmo en danzas rituales. ÁREA DE INFLUENCIA CONGOLESA
Localidades: Gabon, Zona del Congo, Rhodesia, Angola. Gabón: Fang, Bakwelé, Bakota, Balumbo.
Tipo de producción: Esculturas, máscaras, cascos de danza, figuras relicarios.
Congo: Bateké, Bakongo, Bayaka, Bapendé, Bushongo, Dengese, Bena – Lulúa, Baluba, Basonge, Bajokwe, Warega, Magnbetu.
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Tipo de producción: Fetiches, esculturas antropomorfas y zoomorfas, máscaras, copas, cajas, tambores, relicarios, asientos.
Materiales: Madera, esteatita, marfil. Rhodesia: Barotsé, Mashona.
Tipos de producción: Máscaras, vajillas, apoya cabezas, empuñaduras de armas.
Materiales: Madera, arcilla.
Angola: Bakongo, Bapende, Bajokwé. Tipos de producción: Máscaras, fetiches, asientos, tambores.
Materiales: Madera, hierro, piedra, marfil
Fuentes Consultadas
Bibliográficas: FAGG, William. El arte de África Central. Esculturas y máscaras. UNESCO. FORDE, Daryll. Mundos Africanos F.C.E. FORMAN, B. (1962) El arte de los antiguos y de los primitivos. Hermes. México. JANHEINZ, Jahn. (1978) Las culturas negras africanas. F.C.E. México. 13
LAUDE, J. (1978) Las artes del África Negra. Labor. Buenos Aires. Arte Rama. Vol III – IV. Editorial Codex. El Arte y el Hombre. Tomos I – II – III. Planeta. Enciclopedia EL ARTE Y EL HOMBRE. Edit. Planeta Vol I y II Enciclopedia de HISTORIA DEL ARTE. Salvat Editores Vol II y V FAGG, W. El Arte del África Central FORDE, D. Mundos Africanos FCE. JANHEINZ, J. Las Culturas Neo-africanas LAUDE J. (1977) Las Artes del África Negra. Colección Labor. Buenos Aires MORENO, F. (1977) África en América Latina. UNESCO PAULME D. (1974) Las esculturas del África negra. FC
Anexo
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ÁREA DE INFLUENCIA SUDANESA MALÍ – ZONAS DEL VOLTA – COSTA DE MARFIL 15
MALร 1. Tellem 2. Dogรณn 3. Bambara
Tellem
Dongรณn
Bambara
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Estatuilla del grupo ĂŠtnico Fang de un antepasado femenino sĂmbolo de la numerosa descendencia. 17
Mรกscara del pueblo Fang
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Cabeza de bronce de un jefe nigeriano, características del arte que floreció en Ifé entre los siglos XI y XV.
19
Cabeza de terracota procedente del IfĂŠ
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Mรกscara del pueblo Mossi
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“Cabeza con peinado trilobulado.� Arte Nok (Yoruba). Museo Kansallis, Lagos Finlandia
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