4 minute read

Qué hueva hablar de huevos

Por Ángel Fuentes

Warning: Este artículo fue creado con tremenda hueva de fin de semana y con gran parte de información a base de la experiencia de ser mexicano durante más de 18 años.

Advertisement

¡Qué hueva, en verdad, escribir otro artículo en estos días! Puede que la cuarentena (irónico porque ya llevamos más de mil días), esté arrojándome con ganas sus polvos de efecto secundario que me hacen sentir sin humor para escribir. ¡Pero recuerdo que soy un escritor de a devis! Y un escritor de a devis escribe con la mínima fuente de inspiración. ¡A huevo! ¡Arriba el América! Pero... neta hoy sí que me pesan los huevos para escribir, ja, ja, ja. (¿El virus del corona fue inventado para disminuir la sobrepoblación? ¿Habrá detrás de esto algo más? ¿Egoísmo, poder?...) ¡Cámara, banda! Ya me estoy saliendo del tema, ja, ja. Pero neta que en esta ocasión la hueva me domina, y solo escribo por ustedes, ¡fans del Nigromante!, pa’ que disfruten y distribuyan al mundo entero el trabajo que realizamos todos los que formamos parte de esta revista. ¡Vengaaa!

Y bueno, ya que empezamos con hueva este escrito, vamos a cuestionarnos: ¿cuál es el origen de esta expresión aquí en nuestro país? (Porque en Chile también es utilizada, pero tiene otro significado distinto al que los mexicanos conocemos). Respuesta: ¡Quién sabe! Me dió hueva buscarla. Ja, ja, ja, no cierto, pero parece ser difícil encontrar dicho origen. Lo que sí se conoce, es que “hueva”, aquí en México, es sinónimo de flojera, de pereza, de holgazanear. Y es que el uso de esta palabra hace referencia a los tanates de los hombres. Así es, pues se dice que tienes unos huevos muy grandes y, por ende, te pesan. Siendo así, como te pesan bastante, no puedes realizar algo. ¡Ejemplos, ejemplos, ejemplos!: “¡Qué hueva levantarse a las cinco de la mañana para ir a la escuela o trabajo!” (Abro hilo: ¿Por qué cojones la mayoría de los trabajadores deben entrar a las 9 am y no a distintas horas para evitar caos? Saludos). Otro: “¡Qué hueva realizar la tarea que no le importa al profe y menos a mí! ¡Puro trámite!” Otro: “¡Qué hueva leer un libro! Mejor veo una serie de narcotráfico en Netflix o Telemundo”. (No manchen, ja, ja). Y otro, creo yo más común: “Estoy echando la hueva”.

Ahora un cuento: una vez había un hombre que se encontraba en una tienda. Mientras le despachaban queso blanco, llegó un joven y esperó a un lado del hombre; por alguna razón, el joven miró al hombre y se encontró con sus ojos. El hombre, sutilmente le dijo “Huevos, mijo”. FIN.

¿Qué? ¿Otro cuento? Va. Llega un hombre a su casa después de haber ido a comprar queso blanco a la tienda y su hermano le dice: “Te toca lavar los trastes”. A lo que el hombre responde “¡Huevos, qué!” FIN.

“Estoy echando la hueva”.

En el primer cuento, la palabra huevos significa ¿qué me miras?, ¿qué me ves? Retador, ¿no? Por otro lado, en el segundo cuento, huevos significa negación. Y si existe negación, existe entonces también afirmación. Por ejemplo, un amigo le dice a otro “¿Traes el pomo?” El otro, abriendo la mochila y mostrando la botella, contesta “A huevo”. (Siendo así, no hay de otra, mis panas. O es sí, o es no. Entonces, ¡no te hagas ideas! Si le interesaras, te contestaría los mensajes, si no, ¡pues no!, ¿sale? Respeta. Saludos).

¡Y hay más! Una vez fuí con Don Pepe (dueño de la tienda Abarrotes Don Pepe), y esperé a que un don terminará de ser despachado, (al igual que el joven del cuento). En eso, una doña llegó y se posicionó “estratégicamente” a un lado mío. El don se retiró. Por respeto, me tocaba a mí, pero la señora por sus huevos se adelantó y ordenó rápidamente. Claro que me e**uté, (sutilmente). En fin… Ya después fui atendido.

En este ejemplo, el uso de la palabra huevos significó hacer algo por voluntad propia sin importarle lo o los demás....‘che señora hi… (Relajado. Relajado, Ángel… Respira…)

Ahora que recuerdo, ¡una vez fuí “valiente”! Pues tuve los suficientes huevos para “declararme” en la prepa a una chica. No para que fuera mi novia, no. Si no haciéndole conocer, de frente, que me gustaba un chingo, pero un chingo… Hablábamos poco, pero puedo decir que era una persona (y los sigue siendo), interesante. ¡El enamoramiento es un misterio, mis colegas! Y bueno, aquí claramente, la palabra huevos significó valentía. Saben, esto me recuerda a una frase que dice más o menos así “¡Órale! Agárrate un huevo y anímate a hablarle. ¡Sin miedo!...” “¡Es sin miedo al éxito!…¡Agárrate, mijo! ¡Agárrate!” diría el exitoso Paul Villafuerte.

Así es y así fue, mis panas. Los dejo continuar con su lectura. Éstos fueron varios usos (de los más comunes y de los que tengo conciencia), de la palabra huevo en México. ¡Hasta la próxima!

“¡Huevos, qué!”

This article is from: