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ENTRE LO DIGITAL Y LO HUMANO

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Piel de porcelana

Piel de porcelana

Entre lo Digital y lo Humano Mtra. Susana Memun Zaga

Coordinadora del área Organizacional b1;m1b-|†u-;m;7-]o]࠸-u]-mbŒ-1bom-Ѳ‹ 7†1-ࢼ-ˆ Facultad de Educación &mbˆ;uvb7-7m޳-†_1ߪSb1o

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La situación por la que atraviesa nuestra Humanidad es muy seria. Los días pasan, las cifras crecen y la angustia es intermitente. Pasamos todo nuestro día en entornos virtuales interconectándonos con las personas con las que interactuamos cotidianamente. Nos comunicamos con un click, como si nuestro contacto humano pudiera reducirse en apretar un botón. Desde esta óptica, como seres humanos generamos mecanismos de defensa que nos ayudan a lidiar con la realidad, en lo aparente centramos nuestra mirada en los datos duros; en las cifras, las noticias, la información, las redes sociales, el conteo de los días; en n todo aquello que nos permite encontrar una respuesta que muchas veces se nos muestra como breve o efímera. Están también las recomendaciones, los mensajes motivacionales, las estrategias meditativas, los intercambios vitualles entre amigos, en n, nuestra vida cambió. Nuestros hábitos cambiaron, pareciera que cuando estamos ocupados en nuestras actividades buscamos terminar con algo, como si esto fuera suciente para poner en nuestra lista de pendientes una referencia de “completado”, como si este acto nos ayudara a sentir que hemos hecho algo en nuestro día. Lo más positivo en este panorama es que estamos en casa y con ello con nuestra familia, recuperando del baúl de los recuerdos medios y pasatiempos que nos generan bienestar. Nuestros hábitos de comunicación experimentan una reingeniería, nuestro connamiento responsable y la consigna de -sana distancia- nos obliga a buscar nuevas formas de comunicación, las estrategias creativas de gestión y convivencia en el entorno digital, son hoy la herramienta por excelencia que nos permite comunicarnos. Esto está claro, pero en esta interacción comunicacional ¿nos detenemos a pensar en integrar a esta ecología digital el factor humano? ¿la comunicación degenera en un intercambio de información y las relaciones se reemplazan por conexiones?. Todo este panorama nos remite nuestras ya conocidas dolencias, desde hace décadas vivimos en una sociedad que privilegia la inmediatez y posterga lo humano, la era digital ha traído sin n de avances y ventajas, pero también, de desconexiones humanas. En este breve escrito retomaré algunas ideas que Byung Chul-Han expone en la Expulsión de lo distinto. En este ensayo, el Filósofo, exhibe temas que traspasan nuestra era de la información y las redes digitales, analiza este exceso de comunicación y de consumo a los que estamos sometidos. Retrata además, que lo lejano y lo cercano están hoy entretejidos. La eterna paradoja de la globalización; conectados pero solos. Byung Chul Han desarrolla un análisis muy crudo de esta realidad, el hilo conductor de su ensayo parte del n de la alteridad, la carente mirada y la sordera de la sociedad. Para él el neoliberalismo es un factor que encrudece nuestra relación con el mundo y que provoca una desestabilidad social. En cada capítulo ejemplica el exceso en todos los sentidos; el exceso de comunicación, de consumo, de individualismo y lo compara con el “sel” como elemento narcisista por excelencia, el “me gusta” como la expresión máxima del consumo y el “binge -watching para ejemplicar los maratones de series que consumimos como nuestro modelo actual de percepción (Rosauro, 2018). El prejo por excelencia hoy es hiper; vivimos en el exceso, sin embargo en la ecuación sigue faltando el otro. En

Desde el ámbito de la Educación en este entorno virtual, hemos resuelto mantener la relación y el vínculo con nuestros alumnos.

palabras de Han (2017, p. 56) “El neoliberalismo individualiza al hombre convirtiéndolo en un asalariado de sí mismo.” Esto es, una sociedad que experimenta la autoexplotación y el miedo a los otros, que busca lo igual y se desvincula de lo distinto. Para Han, está surgiendo una nueva forma de alineación, ya no al trabajo ni en relación al mundo, sino una alineación de sí mismo. En este sentido, la pandemia nos ha obligado a basar nuestra conexión y comunicación con los demás en entornos virtuales, nos sentimos, a estas alturas, ágiles en el uso de plataformas para conectarnos, sentimos incluso que ahorramos tiempo y tratamos de pensar en todos los benecios que ahora tenemos desde nuestra casa. Reexionamos sobre las buena prácticas, relatamos nuestra experiencia, nos emocionamos de acuerdo a nuestros avances, pero ¿reparamos en el hecho de la presencia del otro en nuestra vida?, ¿nos detenemos a pensar en el sentido humano de lo que signica la interacción con el otro? ¿ pensamos en el otro como el reconocimiento de nosotros mismos?. Si nuestra sociedad se caracteriza por la falta de mirada y de escucha, estamos ante un serio problema que debe ser analizado. Quizá nuestra esperanza está ncada en la suposición de que regresaremos a la “normalidad,” sin embargo, ya no tenemos nada por seguro, lo estamos aprendiendo conforme avanzan los días. Si nos caracteriza el desapego, lo igual, la sordera y la falta de escucha; el empuje que uno mismo se autogenera para competir y producir, “hoy ya no vivimos poéticamente en la tierra. Nos acondicionamos en una zona digital en donde nos sentimos a gusto. Somos cualquier otra cosa que anónimos u olvidados de mostros mismos” (Han, 2017, p. 99) ¿Cómo encontrar un equilibro? ¿los entornos virtuales van a reemplazar o ya han reemplazado el contacto humano? ¿en qué medida retomaremos este contacto presencial con los demás? ¿en dónde encontraremos la mirada y la escucha? Son preguntas inquietantes para las que debemos prepararnos, pues eventualmente, veremos el impacto de nuestras acciones en el corto plazo. Desde el ámbito de la Educación, en este entorno virtual, hemos resuelto mantener la relación y el vínculo con nuestros alumnos, garantizar la calidad de nuestras clases, documentarnos en las mejores prácticas, reconfigurar nuestra cátedra para generar un entorno virtual convocante para nuestros alumnos, somos flexibles y empáticos. ¿En dónde buscaremos la mirada?. Tenemos que reconocer que como humanidad somos pobres en miradas; el medio digital es pobre en miradas, es por esta razón que es necesario integrarlo en el contexto educativo desde una mediación pedagógica, es decir integrar herramientas digitales para construir entornos virtuales desde una intención formativa y humana. Han no nos impone una solución, nos expone un diagnóstico muy crítico de nuestra cultura que expone una crisis de la libertad en donde existe un exceso de comunicación y conectividad que nos hace temblar. “Los tiempos en los que existía el otro se han ido” (Han, 2017, p. 9) y con tremenda armación nos alerta sobre buscar dentro de nosotros la posible solución, quizá frente a lo mismo ir buscando lo otro, frente lo igual ir buscando lo distinto, privilegiar la ética de la escucha, el reencuentro amistoso y amoroso con el otro y una recuperación de lo que nos llene de asombro; en una palabra buscar desde lo humano.

Referencias.

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