Los sonidos del agua. Fernando Gallego. Ensayos y relatos.

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Los sonidos del agua Fernando Gallego Quiroga* Ensayos y relatos * gallego888@emcali.net.co .

17.0 x 23.5 x 1.0 cms. 127 páginas. Primera edición, Junio 2010 Impresora Feriva. Cali. ISBN 978-958-44-6939-7 Edición digital, proporcionada y autorizada por el autor: NTC … Nos Topamos Con … http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com . Cali, Colombia, Julio 30, 2010 Más detalles del libro y del autor: "Los sonidos del agua". Fernando Gallego Quiroga. Ensayos y relatos. , http://ntc-narrativa.blogspot.com/2010_07_02_archive.html

A CLAUDIA MI ESPOSA, MI ÁNGEL . AGRADECIMIENTOS .

A la vida que ha sido tan dadivosa conmigo y me ha rodeado de amigos tan generosos como mis colegas Osberth Orozco y Hugo Durán quienes fueron pilares fundamentales en la materialización de este proyecto. A Julio César Londoño quien fue sin duda el motor primo, me alentó a plasmar en el papel algunas de las aventuras archivadas en las sinapsis de mis neuronas, y de nuevo a él mismo y a la Biblioteca Departamental , por el magnífico Taller de Escritura Renata, donde se nos ha enseñado a perder el miedo a escribir, algunas reglas importantes en esta disciplina y en mi caso a poner comas (para mí lo más difícil, en este difícil arte) aunque en mi caso los resultados aun sean pobres. A los compañeros del taller quienes con sus comentarios críticos sobre lo que íbamos presentando nos fueron puliendo la bastedad de nuestros primeros pasos, a la caja de compensación familiar Comfenalco por su apoyo en la logística y a Carlos Castilla, corrector de ortografía y estilo por su invaluable ayuda. 2


CONTENIDO (Éste y paginado corresponden a la versión impresa. Esta versión digital difiere un poco de la impresa y fue proporcionada por el autor. )

. Prólogo, por Julio César Londoño, 11 A manera de introducción. El reino del agua, 13 . Relatos . De apariciones, 22 Contravía, 25 Un cuento de un cuento, 26 El inglés y la mora, 27 El santo prófugo, 30 Juan Carlos Magdalena, 31 La piedra suelta, 33 Una lección de valor, 35 Leche de jarra, 36 Los Tercos, 38 Manganeso, 41 Mauricito, 45 Agudelo Mutambajoy, 46 . Ensayos . Crónica azteca, 50 De la lectura silenciosa, 52 De los mundos microscópicos, 53 De matriarcas, 56 3


El arco, 62 El camino rojo, 64 El cuento, una opinión, 68 El panteón, 70 (texto más adelante) ¿Evoluciona el arte?, 72 Horno sapiens neanderthalensis, 74 Un camino diferente hacia aquello, 77 Las queseras del medio, 86 Las religiones proféticas, 88 Paraguay, tres momentos, 91 "Pensar que pensar debía ... ", 97 La reencarnación, 99 Restaurantes vegetarianos, 102 Riego y Quiroga, 103 Sobre las guerras, 105 Tarentos, 107 Algo más sobre el "terrorismo palestina", 108 Un profesor, 111 Una de las afortunadas, 113 Una experiencia diferente, 114 Una isla paradisíaca, 117 Viejitos agradecidos, 120 Europa ingrata, xenófoba y homicida *, 121 -* Notica de NTC ...: Este ensayo se publicó en el libro El CUADERNO DE RENATA. Diciembre 2009 . Y aparece el texto completo en la edición impresa y virtual (página 23). Esperamos publicar próximamente otros textos completos del libro "Los sonidos del agua" o su versión digital íntegra.

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PRÓLOGO (Páginas 11 y 12) Julio César Londoño. .

La vida, se sabe, es una zorra despreciable. Pese a toda la alharaca de los pastores y los autores de superación y los felices (gremio latoso), la vida es una trampa: nos la dan sin que la pidamos y nos la arrebatan contra nuestra voluntad. Además está biológicamente diseñada como una metamorfosis invertida que convierte la bella mariposa de la mañana en el feo gusano del atardecer. Difícil imaginar una broma más pesada. . Pero tiene buenos momentos, claro, como la contemplación de la belleza hablo de la belleza en general y de las mujeres en particular. Mirándolas, uno entiende la protesta de Kant: "La belleza es una cosa que desespera". La inteligencia de los otros también nos depara gratos momentos. Una inteligencia en acción es un espectáculo espléndido. Y no hablo sólo de esos majestuosos constructos intelectuales que emocionaban a Thomas Mann: . La alegría que nos produce contemplar un corpus teórico, el contento que nos proporciona ver organizado espiritualmente el mundo en una construcción mental dotada de unidad lógica y apoyada armoniosamente en sí misma: esa alegría y ese contento son siempre de naturaleza estética; tienen el mismo origen que el placer, que la satisfacción elevada y, en su último fondo, siempre serena que nos obsequia la acción del arte, una acción que introduce orden, que da forma, que hace transparente y abarcable con la mirada la confusión caótica de la vida. Tiene razón, don Thomas, ciertos organismos teóricos esféricos (la geometría griega, la óptica de Newton, la crítica de Borges) son creaciones capaces de devolvemos la fe en la susodicha zorra. . Dicen que Dios hizo al gato para que el hombre pudiera acariciar al tigre. Entonces podemos suponer que la naturaleza hace personas inteligentes para que los mortales podamos entender a los genios, para ayudamos a salvar los abismos que nos separan de sus asombrosos resultados. 5


. A ratos, la vida ha sido generosa conmigo, tengo que reconocerlo. Me ha permitido, por ejemplo, conocer a un buen número de personas inteligentes. He tenido el placer de conocer a varios de estos especímenes, pero el más raro de todos es Fernando Gallego, un sujeto definitivamente defectuoso. Primero, su memoria. Dicen que una persona normal puede retener hasta 1/7 de la información que recibe. Gallego recuerda 8/7: cuando nos habla de un libro de ensayos, demos por caso, no sólo extracta toda la información relevante contenida en él, sino que la enriquece con otros datos sacados de su bien surtida neuroteca o de las especulaciones que el libro o la conversación le suscita. . Su diversidad de intereses linda con la irresponsabilidad: es ingeniero, pintor ( 1 ), historiador. Lo apasionan las religiones y la antropología, y habla de tú a tú con poetas, ajedrecistas, músicos, físicos y matemáticos ... ¡y con detalle! Conozco muchas personas que manejan la letra gruesa de varias materias. ¡Gallego conoce incluso la letra menuda! . Conversar con él es abrumador. Habla rápido y dispara frases, datos y conceptos a altísimas revoluciones pero siempre con rigor, gracia y síntesis. No hay cháchara ni vaguedades en sus discursos. . Es neurasténico (sus enemigos dicen que es tripolar), se soporta a sí mismo con mucha dificultad y tiene un rasgo pueril: detesta perder una discusión. Cuando alguien logra embromarlo en una polémica o pone en duda sus afirmaciones, revuelca bibliotecas enteras y duerme mal hasta que logra encontrar el documento que zanje la disputa a su favor, o que le granjee por lo menos unas "tablas" decorosas. . El libro que ahora tiene usted en sus manos es un buen reflejo de su omnívora curiosidad. A sus temas queridos -ciencias, artes, religiones y humanidades-, Gallego ha agregado ahora un puñado de memorias de viajes y crónicas de familia. Algunas son hondamente humanas y otras son tan extraordinarias que uno podría pensar, si no conociera la rareza de este clan, que son piezas de ficción. 6


A MANERA DE INTRODUCCIÓN EL REINO DEL AGUA

Nuestro planeta es en comparación con los otros siete - ya Plutón ha sido degradado - el único donde el agua es abundante, las sondas encontraron en Marte pero en cantidades mínimas. Se ha estimado que en cinco de los grandes satélites de los planetas mayores existe agua. Uno de los satélites de Júpiter, Europa, está cubierto de hielo, según algunos cálculos pudede tener tres veces la cantidad de agua que tiene nuestro planeta. Encelado acompañante de Saturno nos ha dejado ver innumerables géiseres y en nuestra Luna también parece haber algo del precioso líquido. Lo sorprendente es que en Calisto, Ganímedes y

Titán, los investigadores han considerado que

contienen en promedio treinta veces cada uno, el volumen existente de agua en la tierra. La fuente de esta información es la revista National Geographic del mes de abril del dos mil diez.

El origen de nuestra riqueza hídrica tiene a dos hipótesis enfrentadas aunque pueden coexistir, la primera nos dice que en la gran nube gaseosa que al compactarse gravitacionalmente dio origen a la Tierra se encontraban grandes cantidades de hidrógeno y de oxígeno, al ponerse en contacto en la primigenia atmósfera, y en 7


presencia de las muy altas temperaturas y presiones iniciales, reaccionaron formando el agua; la otra atribuye su existencia a los cometas que en un comienzo bombardearon la superficie terráquea, el principal componente de los cometas, hoy lo sabemos, es el hielo. A falta de otras mejores hipótesis podemos aceptar que las dos mencionadas podrían explicar el origen de nuestros océanos, mares, lagos, ríos acuíferos, casquetes polares, glaciares, etc. Alguna vez, en un temascal, un muchacho pronunció una oración por el agua, iniciándola con una petición de perdón por los inodoros hidráulicos, más adelante volvió a dejarnos atónitos al insinuarnos que el agua tendría que ser considerada como un reino aparte, el sexto, “El REINO DEL AGUA” recordemos los otro cinco, que ya no tres, como se nos había enseñado: Mineral, vegetal, animal, hongo y protixta. El preciado líquido tiene una serie de propiedades casi todas de excepción que le hacen único y que en varios casos permiten logros por decir lo menos, espectaculares, veamos algunos: Uno de los más llamativos consistente en hacerse menos densa al congelarse, haciendo que el hielo flote, esta extraña propiedad hace posible la vida acuática en cuerpos de agua que con los fríos invernales se congelan, pues al flotar los primeros hielos forman una capa aislante que impide la congelación total, con la muerte de todos sus 8


habitantes. Esta propiedad es única en el agua, todos los demás líquidos se hacen más densos al congelarse. Su altísimo calor específico, unas diez veces más alto que el del hierro, o sea la capacidad de almacenar calor de una sustancia, la convierte en un potente regulador de los climas en las regiones donde de no mediar este efecto sería imposible la existencia de asentamientos humanos, no es sino mirar con cuidado los reportes del clima en latitudes donde los inviernos son rigurosos y veremos que en las cercanías de las costas las temperaturas son más amables. Los países Escandinavos nos muestran un claro ejemplo, pues si miramos un planisferio veremos zonas con la misma altitud, completamente despobladas, como ocurre con las zonas centrales de Groenlandia, Siberia y los territorios centrales del Canadá. Su excepcional gran peso específico nos permite la generación de energía, en las centrales hidroeléctricas, con una muy aceptable eficiencia. Si observamos con cuidado, notaremos que un recipiente no muy grande, por ejemplo una copa, puede ser llenada un poco por encima del borde contenedor, formando una superficie convexa. Este, aparentemente simple efecto, es de vital importancia en la vida orgánica del planeta. El agua al tener una tensión superficial anormalmente alta, forma en recipientes pequeños un menisco 9


convexo, contrariamente a todos los demás líquidos y esto es el motor de la vida orgánica. Si introducimos un tubo de diámetro bien pequeño, un capilar, en un recipiente con agua, veremos que el líquido sube por él y esto hace que tengamos hermosos bosques con árboles de más de cien metros de altura, pues el tejido leñoso está compuesto por capilares, permitiendo que la savia ascienda hasta las hojas y en su descenso nutrir todos los tejidos, sin importar la altura donde se encuentren, en cierta forma reemplaza al corazón. Recordemos que la savia ascendente es agua absorbida por las raíces con sales disueltas y la savia descendente es la que discurre por los tubos cribosos y lleva sustancias orgánicas producidas por el metabolismo vegetal en las plantas. La molécula de agua está compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, estos no se organizan de manera simétrica sino que los hidrógenos, con carga negativa, se sitúan en un lado y el oxígeno, con carga positiva, en el otro, dándole una gran polaridad, esta fuerte polaridad hace que el agua sea el disolvente ideal, casi todas las sustancias existentes son solubles en ella. Sabemos que la vida se inició en los mares, donde un caldo primigenio permitió el milagro de la vida, ese caldo que contenía multitud de sales y minerales fue posible debido a esta maravillosa 10


propiedad, sin desconocer que la luna al generar las mareas funge de agitadora, disminuyendo considerablemente el tiempo empleado en la disolución de los diferentes compuestos que la conforman, la sopa, claro. El agua se congela a cero grados centígrados y se convierte en vapor a los cien grados, este corto rango de temperaturas entre sus tres estados permite el increíble ciclo de agua sólida, agua líquida y agua gaseosa, que son la base de las lluvias, corrientes de agua, ríos y lagos, glaciares, sin los cuales las civilizaciones no se habrían dado. Conocemos dos fenómenos que se producen en el agua y que hasta ahora no sé de alguien que los haya relacionado pero que siento que deben estarlo, se trata de los devastadores Tsu-namis y el golpe de ariete. El llamado golpe de ariete se produce en las conducciones de agua cerradas, como las tuberías, cuando en una de estas que transporta un cierto caudal se hace el cierre de una válvula rápido, da la impresión que el líquido se enfureciera, produciendo una sobre-presión, que de no haberse tenido precauciones rompe la tubería, o causa daños a la bomba que impulsa el flujo al viajar aguas arriba la onda de presión, estas sobre-presiones pueden aumentar muchísimas veces la presión de trabajo. En los tsunamis al moverse súbitamente dos placas tectónicas causando un maremoto, el agua parece enfurecerse también, 11


produciendo una onda que viajando a velocidades de vértigo, hasta 250 m/s, y que al aproximarse a las costas forma olas enormes que generalmente producen grandes destrozos, ya en tiempos recientes los hemos contemplado con total impotencia. En relación con el agua, debemos mencionar al menos dos ingenios producidos por la necesidad humana de elevarla, ampliando así su frontera agrícola, se trata del Shadouf y el ariete hidráulico. El shadouf fue, muy seguramente, inventado por los antiguos egipcios, convirtiéndose en la primera bomba hidráulica. Las periódicas inundaciones del Nilo tenían que ser aprovechadas al máximo, pues no se trataba de que al empapar las tierras hasta donde llegaba el nivel de la crecida, los agricultores se quedaran cruzados de brazos. Debían también almacenar agua suficiente para regar sus cultivos por el resto del año, además ampliar el área de cultivos que demandaba una población creciente, y para ello desarrollaron el bimbalete, nombre dado por los agricultores españoles al shadouf. Consiste este en un eje vertical y otro horizontal colocado en el extremo superior del vertical, como conformando una T, en un extremo colgaban un contrapeso y en el otro un recipiente que se llenaría de agua al ser sumergirlo en un estanque, para lo cual con

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solo el peso del bimbaletero se lograba, sin ningún esfuerzo adicional. Al soltarlo, el contrapeso elevaba el recipiente ya lleno, luego el operador vaciaba a una mayor altura el agua en un canal que la conduciría a otro estaque un poco más elevado y a una cierta distancia, donde seguramente otro grupo de “shadoufseros” repetirían la maniobra. Con este ingenio lograban no solo ampliar el área cultivable sino almacenar toda el agua que necesitarán en el resto de las estaciones secas, vi una película donde un grupo de unos 100 hombres llenaban un estanque en unas pocas horas, luego se trasladaban al que acababan de llenar repitiendo la maniobra, llenando otro un poco más alto y así sucesivamente, con una eficiencia difícil de imaginar. El otro ingenio al que me quiero referir es el ariete hidráulico, imagino que al oír la palabra ariete se le relacione con el mencionado golpe de ariete, pues si lo están. La momentánea furia que se produce en el agua en una conducción por un cierre rápido, ha sido aprovechada para elevar agua sin consumo de ninguna energía externa, el agua sola se auto-impulsa, lo único que se precisa es cierta abundancia, pues nuestro ingenio solo bombea un pequeña parte del caudal utilizado para mover el ariete. 13


Nuestro planeta está superficialmente cubierto por el agua aproximadamente en un setenta por ciento, de manera que tenemos agua en cantidades tales que podría hacernos pensar que nunca vamos a tener problemas de suministro para nuestro consumo, y el de la vida vegetal tanto natural como agrícola. Ahí cometemos uno de nuestros más peligrosos errores, el agua de los océanos y mares es altamente salina y por lo tanto no sirve ni para riego ni para usos domésticos, los procesos de desalinización son supremamente costosos haciendo que solo unas pocas comunidades, muy ricas, puedan darse ese lujo, algunos países petroleros por ejemplo. Esta gran masa contiene algo así como el noventa y siete por ciento del total, los casquetes polares y los glaciares aprisionan buena parte del agua dulce, llamada así por no contener sal,

este volumen

retenido y por lo tanto no utilizable contiene algo así como un dos, quedando solo un uno por ciento para el sostenimiento de la vida en la superficie seca del planeta. Pero tampoco es utilizable este uno por ciento en su totalidad pues tenemos inmensas cantidades de agua en acuíferos profundos por fuera de nuestras posibilidades, se le llama agua fósil, hay otro volumen considerable en la humedad de la tierra y otro en el vapor que contiene la atmósfera. De unos mil trescientos millones de 14


kilómetros cúbicos de agua que posee el planeta, solo unos cinco mil son aprovechables. Pero la situación se agrava considerablemente por el hecho de que el pequeño porcentaje restante no está democráticamente distribuido, los grandes lagos de Norteamérica contienen aproximadamente un quinto de ese ya casi precario saldo, el lago Baikal se reserva otro quinto y la cuenca del Amazonas también retiene otro tanto y como bien sabemos es una zona bastante despoblada. Tenemos zonas inmensas con cantidades mínimas de precipitación anual, como buena parte del África, México, sur oeste de los EEUU, Mongolia, centro de China, etc. El problema se agrava por el mal uso que le damos al resto que nos queda, con una actitud que raya en la vesania; nuestra civilización ha venido utilizando como medio de arrastre de todas las inmundicias que producimos en nuestras desbordadas ciudades e industrias, a las corrientes superficiales. Los ríos dadores de vida se han convertido en su gran mayoría en

generadores de

enfermedades, pues al venir altamente contaminados, buena parte de la humanidad consume agua en estado deplorable, el setenta y dos por ciento de las enfermedades humanas son causadas por aguas no potables. La cuota en vidas que estamos pagando asciende a cinco millones al año. Si bien es cierto que con las modernas plantas de tratamiento se podría subsanar este problema, también es cierto que no todas las 15


comunidades tienen acceso a estas costosas tecnologías. Podríamos decir que en general las grandes y medianas ciudades, en su mayoría, tratan sus aguas de consumo, (no así sus aguas residuales). Lastimosamente no podemos decir lo mismo de las pequeñas comunidades y los habitantes del campo, que se ven forzados a consumir aguas altamente peligrosas. Existe una alternativa para estos casos y consiste en hervirla, pero con esto lo único que se logra es trasladar el problema al de los combustibles, generalmente leña con todos los agravantes que esto conlleva. Hay otro fenómeno vinculado con el agua y que cuando lo miramos cuidadosamente nos llena de asombro, pues con todo nuestro adelanto tecnológico no logramos explicarlo y menos aun replicarlo, se trata de la fotosíntesis. Para romper una molécula de agua solo conocemos un método y es la electrólisis. La cantidad de energía eléctrica necesaria para liberar sus componentes es mayor que la energía que obtendríamos del hidrógeno obtenido (un excelente combustible, además de no contaminante), por lo cual no podemos obtener energía del agua, esta hubiese sido sería la salvación energética de la humanidad. Pues bien ante nuestros “ojos” podemos ver en cada instante del día, cómo en presencia de la clorofila, la luz rompe el enlace oxígenohidrógeno, liberándolos, para ser utilizados por separado, el primero 16


como sostenedor de la vida de casi todos los seres vivientes que respiramos aire (la única excepción son los organismos anaeróbicos) y el segundo en la elaboración de los compuestos orgánicos que dan inicio a la nutrición vegetal, al ser combinados con el carbono obtenido del aire en forma de dióxido de carbono, CO2, éstos a su vez conforman el soporte alimentario de la vida animal y por ende de la humana. Recordemos que los vegetales son los únicos seres autótrofos, los animales, algunas plantas y los hongos tenemos que alimentarnos con productos que ya fueron partes de seres vivos, de vegetales, o de animales que a su vez se alimentaron de vegetales. Con las excepciones del agua, y el cloruro de sodio o sal común que también es ingerido en su estado natural, compuestos que coadyuvan a la alimentación pero que no son nutrientes. En un encuentro de visiones, realizado en el valle sagrado de los Incas al que asistí hace ya algunos años, un chamán peruano nos hablaba del agua y con dolido acento nos incitaba a mejorar el trato que le estamos dando, piensen que donde no hay agua no hay vida, ámenla y en el trajín diario cada vez que se la encuentren salúdenla como a una deidad.

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De los grandes ríos el Amazonas es sin duda el río por antonomasia, su caudal supera la sumatoria de los caudales de los siete que le siguen, incluidos El Nilo, Missouri- Mississipi. En longitud es solo superado por el Nilo. El caudal medio es de 160.000 M3/seg, alcanzando en sus crecidas hasta 300.000 M3/seg, su cuenca abarca un área de unos 7.000.000 de kms. cuadrados, su ancho varía desde 11Kms hasta 325 en su desembocadura. El lago en movimiento no deja de sorprendernos, cuando el tributo de aguas de su cuenca se excede un poco, tiene canales naturales que le permiten al Orinoco darle una mano. Todo lago es continuamente llenado por algunas corrientes de agua, y tiene un lugar de rebose por donde se igualan los influentes y los efluentes, generando un río que en muchos casos han llamado desaguadero. El caso más sorprendente lo constituye el lago Titicaca a 3800 metros de altitud y 8200 kilómetros cuadrados de superficie, pues ocurre que el río desaguador no tributa ni al mar ni a otro río mayor, lo hace a un lago bien especial, tanto que su misión es la de evaporar todo este caudal; tiene una longitud de unos 100 kilómetros por 20 de ancho promedio y un tirante de solo 0.50 metros. Se le llama “El POOPO”. 18


Después de este efímero recorrido por el país del agua, creo que darle el mismo tratamiento de mineral, como por ejemplo el que damos a una cantera no evaporada, o a un arenal de Nubia, es por decir lo menos que injusto, el agua merece un reino aparte y propio: EL REINO DEL AGUA.

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RELATOS APARICIONES

Acababa de cumplir diez y nueve años y viaje en vacaciones a Costa Rica donde unos parientes. Pronto me relacioné con un grupo de amigos que me acogió pronta y amistosamente. Uno de ellos, no recuerdo su nombre, me invitó a pasar un fin de semana en la finca de su familia, se trataba de una hermosa propiedad con un inmenso robledal, en medio del cual tenían una confortable cabaña tallada, por supuesto, en madera de roble. El sábado en la noche, después de una opípara cena la conversación de sobremesa tomó un rumbo no muy común, las apariciones, Alguien preguntó: ¿Alguno de los presentes ha presenciado una aparición? Silencio, a nadie. Tercié con el siguiente argumento: Con absoluta seguridad a uno no se le van a aparecer en un estadio lleno, o en una discoteca o en su oficina, ¿Alguno de ustedes ha estado en un lugar como para que esto ocurra? Por ejemplo en un cementerio de noche, en una casa abandonada en una

noche oscura y de

tormenta, en un oscuro bosque en noche de luna nueva, silencio de nuevo, tienes razón argumentó un tercero, entonces porqué no aprovechamos la oscuridad de esta noche y nos dispersamos en el 20


bosque, lo tenemos a la mano. La propuesta no tuvo mucha acogida, un fuerte viento ululaba ominosamente y se anunciaba una tormenta. El dueño de casa, me retó, hagámoslo los dos; la propuesta hecha así tan de sopetón no daba escapatoria, no pude negarme. Más rápido que ya, me entregó un hermoso abrigo de paño negro, un gorro de piel y una linterna; salimos entonces en busca del espanto, después de seguir un sendero una media hora me dijo: separémonos aquí, y aquí nos vemos en una hora. Comencé a caminar arrepentido de mi timidez, debí, pensaba haberme inventado una excusa, pero no se me ocurrió nada verosímil. La hora transcurrió tranquilamente en medio del estruendo de la tempestad que caía en un valle cercano pero sin llover aun en el bosque. Regresamos a la cabaña, donde con alguna curiosidad nos esperaban algunos de los contertulios. Nada, no, no pasó nada dijimos, es que los espantos y las apariciones se acabaron con la tele dijo alguien y nos fuimos a dormir. Hace unos días me encontraba haciendo los ejercicios de hidroterapia que me había ordenado el traumatólogo. La pileta estaba localizada en el patio trasero de la clínica de recuperación física, y como lo hacía a una hora temprana, siempre estuve solo. Hacía concienzudamente los ejercicios que previamente me había programado la terapeuta, se trataba de movimientos suaves que se repetían tediosamente en largas series, para concentrarme bien

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cerraba los ojos y al terminar cada serie los abría y me reubicaba para la siguiente. Al terminar una serie, abrí los ojos y allí estaba, sí, tenía que ser un ser de ultratumba: Una hurí, hermosa mujer, esbelta, elegantemente trajeada y para peor descalza. Me miró con un dejo de sonrisa y haciendo un mohín encantador me preguntó ¿y esa agua está muy fría? Con el acento más seductor que pude rebuscarme le contesté que estaba deliciosamente tibia, casi que invitándola, ¿y qué le pasó que hace esos ejercicios? Su modo de preguntar era del todo angelical, me lastimé una vértebra hace dos meses y apenas estoy saliendo de eso, respondí con toda la coquetería de que es capaz un hombre totalmente perturbado, ¿y eso es muy doloroso? Lo dijo con una expresión de compasión, como si le hubiese dolido a ella también. ¿Y a usted que la trajo por aquí? Musité, uso unos tacones de este alto, indicándome con la mano izquierda sobre su índice derecho extendido, unos quince centímetros y me caí desde allí; pero es usted bien alta repliqué, si me dijo, pero la vanidad… En ese momento entró su terapeuta y la hizo sentar e introducir el pie izquierdo en un tanque, para alguna forma de terapia, encendió un motorcito para seguramente producir una turbulencia sanadora y se retiró, Inmediatamente odié el aparatico ese, porque me impidió seguir conversando con mi “aparición”. De ahí en adelante solo

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intercambiamos sonrisas, hasta que sorpresivamente irrumpió la señora esa, apagó el motor y se llevó mi ángel. Debo decir que parecía “la primera luz del día y en lo negro de sus ojos, la mirada tentadora……Bajo el arco victorioso de las cejas, era un triunfo la pupila quieta y brava y, cual conchas sonrosadas, las orejas se escondían bajo un pelo que temblaba como azabache derretido”. Solo pude contemplar sus pies por un eterno instante, cuando amorosa los secaba. Idénticos a sus manos de pianista, delgados, largos y bien cuidados, sin esmalte igual que sus manos blancas, “frescos, de purísimo diseño semejaban lotos vivos de alabastro” De regreso a casa no atinaba a aceptar la realidad, había estado en un cielo y ya no, eso dolía. Terminé mis terapias sin volver a verla, aunque seguí llegando con buena anticipación y me demoraba un poco para ver si de pronto se repetía el milagro. Perdí la esperanza, que a la vida nos lanza, pero el último día cuando pasaba por uno de los salones la divisé al fondo, haciendo ejercicios con una pelota y frente a un espejo, me daba la espalda. Ralenticé mi paso al máximo, para eternizar el minuto y se produjo el milagro, alzó la cara y me vio por el espejo. Su sonrisa fue como un relámpago, iluminando hasta el fondo mi

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alma, su mano se movi贸 como la vela de un bajel, saludando y despidi茅ndose. Ahora si puedo decir que viv铆 una aparici贸n.

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EL INGLES Y LA MORA

La historia que voy a relatar ocurrió hace unos cinco siglos, como mi memoria es flaca, he olvidado las fuentes de mi relato y los nombres de los protagonistas, así que decidí llamarlos EL Inglés y la Mora. El inglés, un hombre rico y que sabía para que sirve el oro, tenía una mansión señorial pero sin título, suplía los abolengos con su caudal, su casa era un concurrido sitio de tertulias a las que asistía la crema de Londres. Cuando cumplió treinta y cinco años entró en grandes cavilaciones sobre el sentido de su vida y la salvación de su alma, en aquel entonces esto era muy importante, ya había pecado lo suficiente, luego era tiempo de orar. Así que decidió hacer una peregrinación a Tierras Santas con lo cual, si regresaba vivo”, se ganaría una indulgencia plenaria. El viaje era sumamente riesgoso, los piratas, sobre todo los musulmanes infestaban el mediterráneo. Gracias al poder de su Dios llegó ileso a Jerusalén, oró, ayunó, imploró el perdón por sus pecados, e inició el regreso. Como era de esperarse su bajel fue capturado por piratas moros, Allah es grande- que lo llevaron a un comercio de esclavos en tierras 25


de lo que hoy es Tunes, allí fue vendido por un buen precio, era fuerte, culto y sano. Su comprador resultó ser un enviado de un rey local, encargado de adquirir algunos infelices. Allí inició su cautiverio que duraría varios e interminables años. En alguna ocasión en que el soberano pasaba una revisión a sus esclavos le llamó la atención nuestro inglés y más cuando al pasar por su lado, este le saludó en un perfecto árabe. A los pocos días lo hizo presentarse en palacio y trabó conversación con él, iniciándose así una amistad sincera y productiva para ambos, su situación mejoró totalmente, fue ganándose la confianza de su dueño y a su vez comenzó a prestarle invaluables servicios en diferentes escenarios, dada su clara inteligencia y su vasto saber. Pronto le pidió que le permitiera organizar una pequeña capilla para rendir tributo a su Dios, lo cual fue gustosamente concedido. A los pocos días de estar frecuentando su oratorio, una tarde mientras piamente oraba sintió a sus espaldas una presencia, efectivamente la hermosa princesa que siempre veía junto a su padre y que no perdía ninguna de sus palabras, estaba allí, su vida pendía de un hilo, se puso muy nervioso pero la frescura de aquel ángel lo tranquilizó. “Quiero conocer a tu Dios, debe ser muy poderoso para que hayas hecho lo que hiciste”. Luego de un breve intercambio de palabras nuestro inglés aceptó seguirse viendo allí por las tardes para iniciar lo que sería una contundente conversión. 26


Decir que pronto se enamoraron es casi una perogrullada, pero las razones del corazón no usan coincidir con las de la razón. Una tarde nuestra protagonista se sintió desfallecer, su amado le ocultaba algo y no pudo obtener respuesta, ella lo sintió, estaba segura de que algo grave guardaba el corazón de su amado. Efectivamente, nuestro hombre no había descuidado en ningún momento su búsqueda de la libertad, aquel día supo que todo estaba listo, debía escapar por la noche, en un lugar predeterminado lo esperaban sus costosos salvadores, le tenían enjaezado un magnífico corcel y un silencioso guía igualmente bien montado. Al cuidado del sigilo y la impenetrable oscuridad huyeron a todo galope no deteniéndose hasta llegar a un a rada donde una goleta lo aguardaba. Al día siguiente al propagarse la noticia por todo el palacio, nuestra mora sintió morirse, había sido traicionada, ella lo supo desde el día anterior. Pero no podía dejar notar su aflicción, tenía que soportarlo estoicamente. Si, estaba desolada, pero no era persona que permitiera que los acontecimientos la convirtieran en simple espectadora, tenía un temple que ya quisieran los mejores aceros. Dejó pasar unas prudentes lunas, fue guardado secretamente algunas joyas, hasta que logró comprar generosamente la confianza de un palafrenero, y una noche oscura como las fauces de un lobo, escaparon. 27


De cómo llegó a Londres nada se sabe, pero una lluviosa tarde descendió de un bajel una mujer sola, hermosa, extraña y que no mostraba ningún temor en tan insólita situación, se hacía entender por señas, no hablaba una palabra de inglés y no se parecía a las mujeres inglesas, sus ropas eran también muy diferentes. Llegó a la ciudad y a los pocos días, seguramente acomodada en alguna incógnita pensión, comenzó su tarea: salía religiosamente mañanas y tardes, agotando cada día una calle, mientras con decidido acento iba pronunciando en alta voz el nombre de su amado. A los pocos días ya se hablaba en toda la ciudad del extraño personaje y su inusual locura. No es pues de extrañar que nuestro hombre se enterara y envió en su búsqueda un criado de confianza, con orden de llevarla a su presencia para así salir de dudas, aunque todo coincidía, era altamente improbable que se tratara de ella. Cuando

se

encontraron,

ambos

quedaron

petrificados.

Su

enamoramiento sometió todas las preguntas, la llevó inmediatamente a un convento, mientras preparaba la boda. Su primer hijo fue alguien espectacular, mostrando desde niño, características de ambos progenitores, la exótica belleza de su madre le dejó una figura exquisita, y las virtudes de su padre lo dotaron de un gran corazón y una talentosa 28

cabeza. La historia no lo ha


olvidado a pesar de la inmensa lejanĂ­a en el tiempo. Su nombre fue TOMAS MORO.

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AGUDELO MUTAMBAJOY

La historia de Agudelo - Si, Agudelo era el nombre - Mutambajoy no es cuento, sucedió, con otros nombres y otros topónimos, pues he olvidado los propios y sería penoso tratar de recuperarlos, solo fue fiel a mi memoria el de nuestro protagonista. El pequeño Agudelo era el menor de siete hermanos, hijos de un minifundista de las laderas que rodean la laguna de la C..., vivían, mejor duraban, en condiciones mínimas, en una chagrita de unas dos plazas, de las cuales si acaso podían sembrar la mitad, el resto era pantanoso. Olvidaba mencionar que el feudo de los Mutambajoy tenía unos cuantos metros de rivera en la laguna. Así entenderemos porqué nuestro pequeño héroe solo clasificó para acompañar a sus padres a la gran aventura de cada dos meses,- la salida en lancha al puerto para comprar algo que no alcanzaría a llamarse mercado cuando ya había cumplido los ocho años. Después de aguantar estoicamente los saludos de los conocidos y otros no tanto, se dirigieron a la tienda donde se surtirían de sal, azúcar, pastas, arroz, aceite y con suerte algo más. Agudelito se quedó pasmado, lelo, pegado al suelo, cuando al entrar en la tienda se encontró de frente con un almanaque donde se veía en todo su esplendor un mar tropical, él, para quien el universo era 30


la laguna, fría, tranquila, a veces fiera, grandísima, de aguas verde olivo casi negras, tan grande que casi no distinguía las casas de la otra orilla, no lo podía creer. Cuando pudo, preguntó a su padre, no al suyo, al de él, por aquella maravilla. Los habituales de la tienda oyeron la inquietud del pequeño y entre todos trataron de explicarle lo que casi con seguridad no conocían, el mar, y que es también casi seguro no comprendían muy bien. Desde ese memorable día el destino de Agudelo Mutambajoy quedó marcado, definido, porque cuando preguntó y le contestaron que el mar no estaba muy lejos, que era solo cuestión de dos días en bus para llegar al puerto de T..., decidió que él tendría que conocerlo en persona, tendría que ir allí. Tuvieron que pasar cinco años para que nuestro héroe, hubiese podido reunir lo que costaban los pasajes, lo logró con un tesón digno de mejor causa, trabajó arduamente la tierra, haciéndose duro como un roble. Llegó al puerto ya casi de noche, e inmediatamente preguntó por el mar, cuando lo vio por primera vez, a la luz de una luna llena, sintió que ese era su destino, se acurrucó en algún lugarcito en la playa, se comió el último trozo de cuy y la última papa del fiambre que buenamente le pudieron empacar en su casa. Allí mismo se recostó y

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más que pronto se quedó dormido, con la blanda arena como colchón y almohada, y el ancho cielo por cobija y techo. A la madrugada lo despertó la algarabía de los cholos pescadores que se aprestaban a iniciar su jornada diaria. Viéndolos se acercó a un pescador que parecía necesitar ayuda, la cual fue inmediatamente aceptada, el mozo era fuerte y comedido, como decían antes.

Una vez don “Vítor” sintió que estaba en el lugar preciso, comenzó a lanzar sus redes, contando siempre con la solícita ayuda del mozo, quién mantenía una concentración total en todo lo que oía, veía hacer, en el viento, en la carrera de sol, en las nubes, en los colores del mar, en las gaviotas, en los peces que se iban acumulando en el fondo del bote. Nada escapaba a su atención, sus ojos escudriñaban los horizontes, como diciéndoles “Nos vamos a seguir viendo”. En pocos meses el indiecito de la tierra fría se había hecho popular, ya era un práctico ayudante, en el poblado se decía que tenía “instinto”, ya le daban además de la comida y una estera para dormir, algunos pescados después de cada faena, los que vendía en la cooperativa. Tenía varios amigos y había aprendido a tomar cerveza y a jugar fútbol, Nunca se quejó del calor. El día que cumplió quince años se embarcó por primera vez con su nuevo patrón, propietario de un balandra de mejor estirpe, vieja pero 32


cumplidora, donde las jornadas podían incluir la noche y en ocasiones más de un día. En su tercera salida a bordo del “Albatros”, cuando el sol se veía en el horizonte se apagó el motor, todos los esfuerzos por encenderlo de nuevo fueron inútiles, quedando a la deriva y por supuesto sin radio. La pequeña tripulación estaba formada por don Isaías el propietario, un marinero medio cholo, medio negro, de fuertes bíceps y mal genio, quien se hacía llamar Turro y Agudelo Mutambajoy. El primero en enloquecer fue el Turro, siendo inexorablemente tragado por el mar. La sed los atenazaba, pero eran lobos de mar y sabían aguantar. Al quinto día después de un corto sueño, Aguirre se percató de que estaba solo. Un pequeño chubasco lo proveyó de alguna cantidad de agua, pero el inclemente sol ya iba tras la tercera víctima. Al siguiente día se sintió mal, comenzando a vomitar lo poco que había ingerido, pronto perdió el sentido. Desde la proa de un atunero que regresaba a su base, un grumete divisó la balandra donde se moría Agudelo. Al ser llevado a la enfermería y recibir los primeros auxilios dio muestras de su fortaleza física, en tres días era un hombre nuevo. La noticia se regó por toda la región y por supuesto el prestigio del muchacho creció, había olvidado mencionar que Agudelo era un excelente cocinero y eso le había ayudado enormemente, los 33


cocineros eran altamente apreciados y si el arroz les “reventaba”, mas aún. Habían pasado unas pocas semanas cuando fue llamado a la pesquera del atunero salvador, querían vincularlo como empleado regular, el sueño de todos los cholos de la aldea, y orgullo de los que estaban enganchados. Allí también se hizo ver, era un excelente marinero, trabajador y como decían “tenía intuición”, siempre que alguna insinuación suya era tenida en cuenta el éxito coronaba la faena. Se había convertido en la insignia de la empresa, querido por todos. Al cumplir sus diez y ocho años los compañeros se los celebraron con una fiesta que dejó historia. En las cálidas noches de pesca algunos marineros suelen recostarse en la red, al doblarse esta para dejarla lista en cubierta, ofrece un cómodo y fresco lecho para echarse una dormida, a la que se había acostumbrado Agudelo, era pues frecuente encontrarlo en las más calurosas noches dormitando allí hasta el inicio de la faena. La fatal noche de su desaparición se supone que dormía plácidamente, sin que al lanzar la panga encargada de extender la red, se percataran de que aún permanecía allí. Su cuerpo no fue encontrado.

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EL SANTO PRÓFUGO

Cuentan las tradiciones del Méjico Virreinal (año 1600 o algo parecido), que un hombre fue condenado a una muerte vil, por crímenes que quiero imaginar que sí cometió. Antes de ser prendido huyó, yendo a refugiarse en unas montañas lejanas, despobladas y de difícil acceso fuera del alcance de la manu militare. Una vez que se sintió seguro, de que allí no irían a buscarlo, comenzó a organizar su vida cotidiana, suponemos que llevó consigo lo que precisaría como algunas herramientas, semillas, etc. Con el transcurrir de los días fue organizando una precaria vivienda, alguna huerta y todo aquello que los “robinsones” hacen y que nos provoca tanta envidia, pero aun así el tiempo era largo y tendría que pensar en algo en que entretenerse. Un buen día tuvo una idea: emplearía todo su tiempo en tallarse una casa en una enorme roca que por allí había. La tarea era descomunal pero el tiempo abundaba y no había afán, con el correr de los años la casa fue tomando forma. Como todo lo que tiene comienzo inexorablemente tiene final, la casa se terminó y posteriormente el hombre agotó la cuenta de sus días. Allí comienza el mito, Muchos afirman que no se trató de un criminal sino de un santo que encontró un lugar solitariamente 35


adecuado para su retiro del mundanal ruido. Pero la memoria de los hombres es flaca y con el correr de los a帽os apareci贸 una tercera versi贸n. Ni lo uno ni lo otro, para gloria de Dios, se trat贸 de un criminal que tallando su casa se hizo santo.

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RELATO DE UN CUENTO

Hace tiempo leí, o creí leer, o soñé, o imaginé un cuento cuyo nombre estaba en francés, creo recordar se intitulaba: “trate de sensacions”, quizá con una tilde de las que no tiene mi PC. También recuerdo o he querido suponer que su hacedor era pluma mayor. He deseado recuperarlo y lo he buscado infructuosamente, en obras suyas, en sus obras completas, he consultado sus exégetas y nada, se esfumó como por encanto. No existe, no fue escrito. Voy a tratar de reconstruirlo -y que me perdone el autor esta osadía-aunque solo logre una dudosa versión aproximada. “Se había esculpido una fantástica estatua en el más bello y translúcido mármol de Carrara por un prodigioso artista que a no dudarlo aunaba la inspiración, la destreza y el arte de Fidias, Mirón y Praxiteles, de Miguel Ángel y Rodín. Era la perfección, hubiera matado a Pigmalión. Embelesado con ella, quiso el Señor hacer algo: Es el olfato el más descuidado y menos usado de los sentidos por el hombre, ¿Y que si se lo concedo a esta maravilla? Un buen día la estatua despertó, era un olor a rosa, sin matices, ni partes,

un continuo. Al cabo el aroma 37

se esfumó quedando


perpleja; nota que aun sin el estímulo puede recordar su dicha; súbitamente le llega el aroma de un jazmín y vuelve a quedar arrobada, los diferencia, los compara y le gustó más uno, se suceden otros y sin querer los ordena según el placer dejado. Advierte que el rosa regresa después del vetíver, luego el jazmín la ocupa, empieza a entender que su universo no es fijo, cambia, muta, así descubre el tiempo. Pronto se da cuenta de que sus deliciosas sensaciones le llegan, que no son ella, ve que no es el todo, que hay un afuera, está descubriendo el mundo. En algún momento ansía el aroma de la rosa, y entiende que debe esperar, que no lo puede obtener de sí. ¿Y qué tal si llegasen juntos rosa y jazmín? Así, lentamente, con seguridad, va desarrollando las facultades del entendimiento y quizá con éstas lleguen las de la voluntad. Con la sola ayuda de su olfato se va abriendo al universo. ¿Llegará a intuir a su autor material? ¿Inferirá que nació con el aroma de la rosa?”

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CONTRAVIA

Jimmy conducía su Ferrari a velocidad moderada a pesar de la bravura de su máquina, avanzaba por la “interstate 92” dirigiéndose hacia el norte, iba a finiquitar un par de excelentes negocios en la ciudade M…. había madrugado para alcanzar a regresar el mismo día, así que la superautopista era para él solo. Sintonizaba en su radio una emisora de música country y su estado de ánimo era excelente. Un alto en la música para un informe de carreteras lo aterrizó, casi sin advertirlo oyó que recomendaban mucho cuidado a los transitantes por la interstate 92, ya que un loquito distraído conducía en contravía . Estas ostentosas autopistas del coloso del norte en muchos tramos separaban los carriles de cada dirección hasta el punto de no verse el uno desde el otro, así era el tramo por el que conducía. Con la advertencia entre sus orejas disminuyó otro poco la velocidad por si le tocaba encontrarse con el infractor, no fuera que le causaran algún rayoncito a su flamante auto, motivo de su máximo orgullo y casi la principal razón de su lineal vivir. No bien tomó sus precauciones lo vio, se trataba de un Camaro ya viejo, y que venía también a velocidad moderada, de modo que el cruce fue sencillo, ¡Que bruto! Pensó para sí. No habían transcurrido 39


treinta segundos cuando un segundo auto se le acercaba como un bólido y también en contravía, “no entiendo, dos imbéciles en línea, esto ya es demas.., “¿Cómo, otros dos imbéciles y para peor casi lo sacan de la carretera y además le hicieron señas non sanctas, le pitaron y le encendieron las luces altas. Definitivamente hoy todos amanecieron locos, apenas si tuvo tiempo de orillarse y una seguidilla como de diez vehículos también en contravía lo dejaron completamente paranoico. ¿Qué pasa, no entiendo, el país entero había enloquecido?, prosiguió la marcha lentamente hasta que en la siguiente curva se topó con una patrulla de policía que evidentemente lo aguardaba.

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JUAN CARLOS MAGDALENA Una partida de ajedrez (In memoriam)

Lo conocí cuando cursábamos el segundo año de secundaria en el colegio de Santa Librada, era simpático, moreno, bajito y buena persona, tenía fama de buen billarista, jugaba fútbol con depurada técnica y poco coraje, su padre era un argentino jugador de fútbol y su madre Lucy Figueroa, una excelente cantante profesional. Me acerqué a él a través del ajedrez, tenía uno que era la envidia de todos, bellísimo, aun hoy, cuarenta y ocho años después lo recuerdo. Se jugaba a las cinco p.m., después de la salida por la tarde, y allí si puedo dar un testimonio de primera mano: era malo, le ganábamos casi todos con facilidad, pero era incansable, jugaba todos los días; perder lo incomodaba quizá un poquitín más que al resto. Como era proverbialmente mal estudiante solo estuvo en el colegio dos años y lo perdí de vista. Lo volví a encontrar en la universidad, iba a iniciar el cuarto año de ingeniería, cuando ingresó a la escuela de medicina. No llegó a la Universidad como cualquier hijo de vecino, no, llegó precedido de fama como ajedrecista, campeón nacional juvenil, campeón departamental, había jugado con cierto éxito el campeonato mundial de su categoría, y claro, desde ese año 41


fue el campeón de la universidad. En verdad era un magnífico jugador, estudioso, osado, veloz, buen estratega e invencible en una final. Los sábados en la mañana nos reuníamos en el salón del ajedrez los más aficionados a ese extraño combate donde se “odian dos colores”, y guerreábamos toda la mañana; allí reinaba con absoluta solvencia, unas tablas con Juan Carlos lo catapultaban a uno a una fama que podía durar hasta una semana. Por nuestra antigua amistad y creo que también por desquitarse de las palizas santalibradunas le gustaba jugar conmigo, y cuando digo que jugaba conmigo era literalmente así, me zarandeaba a su gusto. Un sábado me llegó la luz y en una partida que aun lloro, logré sacarle las dos torres de ventaja, en esas circunstancias cualquier caballeroso jugador resigna por respeto con su adversario, pero Juan Carlos no se andaba con esas finuras y continuó jugando ante mi total indignación, con dos torres de ventaja me enfrento a cualquier jugador sin temor. Tampoco voy a aceptar que en ese momento ya el vislumbraba lo que iba a suceder. Pues ocurrió lo que yo no podía ni sospechar, recuerdo la displicencia con que continué jugando, y de pronto la catástrofe, se encontró un jaque perpetuo y me sacó unas tablas. Quedé anonadado, pienso que allí murió mi carrera de ajedrecista. 42


Volví a perderlo de vista al graduarme y abandonar la U. Pasaron algunos años, cuando tuve la grata noticia de su grado como médico, lo que era un ejemplo de tenacidad único, pues hizo su carrera en diez años, igual que el bachillerato, pienso que en esa muy estricta Facultad le aceptaron su ritmo por algunas razones y la no menos obvia era su solvencia ajedrecística que le dio varios títulos al Alma Mater en los juegos nacionales ínter universitarios. Tres años después supe que mi admirado Juan Carlos Magdalena había sido atropellado por un vehículo, muriendo tristemente, sin que hubiese fructificado el experimento que planeaba Madre Natura, al mezclar en una cabeza a tan extraña y revolucionada mente, con los rigores del saber de un sanador.

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LA PIEDRA SUELTA

Érase que se era un rey muy rico. Corrían los tiempos aquellos donde se nos confunden mito y realidad, mezclados cual la trama y la urdimbre de un tapete. Fue el

más rico de todos los reyes

inmensamente ricos. Cuentan que este rey poseyó tanta riqueza en oro, plata y piedras preciosas, que ninguno de los reyes que lo sucedieron llegó a sobrepasarlo. Queriendo guardar en secreto sus tesoros mandó a labrar en piedra un aposento, una de cuyas paredes daba a la fachada del palacio. El alarife, con aviesa intención discurrió lo siguiente: Aparejó una de las piedras de modo que pudiera ser retirada por un solo hombre con la ayuda de una pequeña palanca. Acabado el aposento, el rey guardó en él sus riquezas. Néfer, el arquitecto, llevó una vida de una moderada opulencia, discreto en sus gastos, levantó a su familia cómodamente. Con mucho sigilo y al amparo de la oscuridad, en cada noche de luna nueva se introducía en la cámara del tesoro y sisaba un poco. Jamás se permitió que lo hurtado fuese notorio, así pudo llegar al término de su vida con la comodidad que le daba su “renta mensual”, los faltantes en el tesoro real no fueron nunca detectados.

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Cuando sintió que la cuenta de sus días se agotaba, llamó a sus dos hijos mocetones, y les dijo: Voy a dejarles un secreto que les permitirá vivir hasta el final con la solvencia que siempre han conocido, pero… tendrán que jurarme por todos los dioses que harán exactamente lo que les indique. Una vez hechos los juramentos, les reveló su secreto haciéndoles hincapié en la absoluta necesidad de tomar solo lo suficiente, nunca tomar más de la cuenta, si así lo hicieren serían pillados. Muerto el padre los muchachos cumplieron cabalmente lo prometido y durante algunas lunas; en su “ida al banco”, solo tomaban lo que consideraban suficiente y quizá un poquito más. Pero un día, un día, perdieron la cordura y sacaron una pingüe cantidad y a la luna siguiente hicieron lo mismo, y a la siguiente lo mismo. ¡Majestad, hemos detectado un faltante en los tesoros reales!, le dijo el ministro del tesoro a su rey. Veintiocho días después se repitió la escena. La guardia había sido doblada, los ojos del palacio estaban clavados en ese dichoso aposento, ¡era imposible! Se montaron trampas de las cuales no sería posible soltarse, todos los pasillos de la cámara del tesoro se convirtieron en trampas mortales. Al siguiente novilunio los dos mozalbetes partieron a cumplir una aciaga cita con el destino. No bien estuvieron adentro, el menor quedó cruelmente atrapado en una de los artificios allí 45


instalados. No precisaron de mucho tiempo para saber lo que había que hacer: El atrapado debía ser decapitado y su hermano escapar con la cabeza. “No hijo, no podemos honrar el cadáver de tu hermano solo con su cabeza, si no me traes el cuerpo yo misma te denuncio al rey”. Sentenció plena de determinación la madre de los muchachos. El mayor de los hermanos salió muy pensativo tratando de adivinar la salida de esta situación. Esa misma tarde apareció un cuerpo sin cabeza colgado en una plaza pública, con unos cuantos soldados vestidos de paisanos y disimulados, dispuestos a echarle mano a quien viniera a mirar el cadáver con muestras de aflicción. Cuando ya las sombras se alargan apareció un hombre con una recua de asnos cargados con odres de vino, algunos de los cuales estaban chorreando su contenido y no por gotas. Ante esto y viendo el estado de embriaguez de quien conducía los asnos, los soldados se acercaron, detuvieron la caravana y a dejar escurrir el vino en sus bocas; cuando llevaban un tiempo en estas, reaccionó el dueño invitándolos a beber les abrió un odre y otro y otro hasta que los dejó completamente borrachos y dormidos, desató el cuerpo, lo montó en los pollinos y a su casa.

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Cuando le llegaron con este cuento al rey, solo atinó a expresar: “Mis súbditos son los más listos de los hombres y este es el más listo de todos. Quiero a ese hombre pero trabajando para mí”. Los indultos fueron rápidamente consignados por los escribas y divulgados. Nuestro hombre se presentó en palacio donde fue amigablemente recibido y con el tiempo llegó a ser nombrado ministro de tesoro y consejero real. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

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LECCION DE VALOR

Hay leyendas que no tienen dueño, en la siguiente solo me acompaña el dudoso mérito de haberla fijado en letras. La niña se moría, la crisis en la que había caído parecía inexorable, solo la salvaría una transfusión de sangre, pero la suya era bien escasa y ya se habían agotado las posibilidades en otros centros hospitalarios y bancos de sangre . Su hermanito de siete años tenía esa sangre, pero ¡era tan niño!, cuando ya era evidente que se le hacía la transfusión o moría, el médico con autorización de los padres le habló al niño: la única forma de salvar a tu hermanita es que le regales un poco de tu sangre. El niño vaciló un instante, ¿pero sí se salva? preguntó. Por supuesto que sí, le contestó el médico, entonces téngala y le estiró su bracito. Comenzaron la transfusión, los dos niños estaban conectados, unidos por manguera y agujas; la sangre corría lentamente desde él hacia ella. Pasado un tiempo la niña empezó a dar muestras de mejoría, fue recobrando el color, abrió los ojitos y sonrió. Todos los allí presentes, padres, médico y enfermeras, se unieron en una sola expresión de júbilo; el niño miraba a su hermana y llamó al médico ¿Bueno doctor y cuándo me empiezo a morir yo?

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LECHE DE JARRA

Cumplidos los cinco años, mi estado de salud era tan precario, que se pensaba que no me criaría, después de una de las tantas pestes que me asolaron, el médico recomendó un cambio de clima: “doña Alicia, le dijo a mi madre, lléveselo a temperar, ojala y pueda tenerlo una temporada en el campo”. Mis tías abuelas hermanas de mi abuelo materno, vivían en una finca cerca de Calcedonia, zona cafetera, clima templado y adoraban a mi madre, así que la cosa salió de bola-bola, me sacaron del kinder y allá fui a templar en compañía de mi abuelo Miguel, la idea era que permaneciera en el destierro unos seis meses. El primer impacto fuerte se dio al día siguiente a mi llegada; como gran regalo de bienvenida me tenían un “cucarrón mierdero”, así los llamaban, amarrado a un trozo de hilo, para los niños campesinos era un juguetazo, volaba mucho más entretenido que las cometas, era como una cometa con motor, para mí fue una ofensa ¿cómo así que un cucarrón de regalo para mí? Si les tenía pavor, armé una pataleta de padre y señor mío, las insulté, les tiré una canastada de tusas que por ahí había y casi no me calman. Era una hermosa finca, tenían ganado, caballos, potreros, sementeras, gallinas, cluecas con pollitos, marranos, frutales, 49


bosque, río, peones, mayordomo y una casa que desde el principio fue mi fascinación: La Elda un pequeño cobertizo, con techo deslizable para secar el café, propia de todas las fincas cafeteras de la región. Allí conocí todo esto, y aunque muchas cosas nos las habían mencionado en el colegio, era mi primer encuentro con la naturaleza. Las gallinas ejercían sobre mí un efecto mágico, pues me encantaban los huevos, así que ver de dónde venían era totalmente sobrecogedor. El establo, donde se ordeñaban las vacas también me alelaba, eso de sacarle la leche a esos animalotes me mantenía muy pensativo y preocupado, las razones eran dos, cuando las vacas se echan en la tierra, la ubre y las tetas quedaban en contacto con el suelo, para mí eso era una suciedad, pero lo más preocupante era que ya había visto que los terneros se metían la lengua en la nariz, en nuestra familia el hurgarse la nariz se llamaba “colmenear” y era considerado una cochinada, así que cuando vi que antes de ser ordeñadas, los benditos y colmeneadores terneros les chupaban las tetas, decidí que yo no volvería a tomar leche de vaca. A la mañana siguiente cuando me ofrecieron la famosa postrera (leche ordeñada directamente en el vaso quedando muy espumosa), les advertí que no volvería a tomar eso, y expuse con toda firmeza mis razones.

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Tronco de problema para Teresa, Matilde y mi abuelo- quienes eran los responsables de que yo me “repusiera” y se habían comprometido a mandarme para Cali gordito- pues ¿sin leche que muchacho se puede criar? Al día siguiente mi abuelo resolvió el problema de una manera salomónica: “mi nieto tiene razón dijo en tono solemne cuando desayunábamos, de hoy en adelante vamos a comprarle leche de jarra y no me le vuelvan a dar esa sucia leche de vaca”. Así se hizo y todos felices, el muchachito regresó a casa, después de una supervacaciones totalmente repuesto y lleno de experiencias nuevas para lucirse en el colegio.

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MANGANESO

La visita de Saúl uno de mis tíos, en la mañana de un domingo significaba a no dudarlo algo especial. Hacía como un año había vendido la vieja volqueta, con la que se ganaba el sustento para él su mujer y sus siete hijos, ante el peligro que su vetustez implicaba, ya más de una vez la Divina Providencia lo había salvado de un accidente serio, y ante la imposibilidad de una reparación a fondo decidió buscarse el condumio en otra forma. Desde la construcción de la represa de Anchicayá le habían quedado unas acciones en una mina de manganeso, sita a unas ocho horas de duro camino por las montañas de la cuenca del río que dio nombre a la represa. Los otros accionistas eran más pobres que él, casi todos analfabetas. Habían luchado durante veinte años contra la Unión Carbide y otras multinacionales como Varta, fabricantes de pilas, ansiosos de tragarse el manganeso de estos desheredados de la fortuna. Habían resistido heroicamente todos los embates legales y los no tanto, a las triquiñuelas, engatusamientos y toda laya de ardides para despojarlos. Todos estaban en la inopia y la mina era su única esperanza.

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“Vea sobrino ya llevo un año enterrado en esas lejanías y tengo todo listo para iniciar el negocio, tengo listas las primeras dos toneladas de material y el cable está totalmente tendido, pero se me acabaron la plata y el crédito en el granero, ya don Gaviria no puede darnos la comida. Don Gaviria era propietario de un granero en el vecindario de mi tío, y como buen aventurero se había asociado aportando los mercados, tanto para la familia como para Saúl y su ayudante. Nos faltan unos diez mil pesos para la compra de los neumáticos, el compresor y unos diez jornales de ayudantes; las dos toneladas las tenemos negociadas en cien mil pesos, así que mi querido sobrino vine a pedirle cacao”. Diez mil pesos era una cifra que superaba mis capacidades, pero no me aterraba, así que le propuse invitar a mis dos mompas, Armando e Iván, los tres éramos amigos desde la infancia y nos habíamos graduado de ingenieros; dábamos los primeros pasos como tales. Armando era ingeniero químico y trabajaba en Croydon, Iván ingeniero mecánico trabajaba en Cartón de Colombia, entre los tres podíamos juntar la plata, pero los primeros ahorros se cuidan como a la vida misma, así que cuando les hice la propuesta estuvieron inicialmente de acuerdo, pero querían ver con sus propios ojos todo ese macondiano cuento.

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Para fortuna del proyecto el siguiente fin de semana era puente, el lunes festivo permitiría disponer de tres días, tiempo mínimo para la aventura. El sábado a las cuatro de la mañana nos encontramos en la portada al mar los cinco personajes, para esperar la llegada del bus que nos pondría a las puertas de la fortuna. Yo ya había cumplido el ritual de entrada en el mundo de los adultos de mi familia que consistía en que al cumplir catorce años Saúl nos llevaba a visitar la mina, era una caminata de unas ocho horas, buena parte de las cuales era con el agua a la cintura y el morral en la cabeza. Mis amigos eran verdaderos atletas, jugaban fútbol un día sí y el otro también, así que no tuvimos problemas. Llegamos al campamento a eso de las tres de la tarde, mamados y picados hasta en el alma, pero animosos. Nos tumbamos en nuestros sacos de dormir a acopiar fuerzas para el día siguiente y nos dormimos unas reparadoras siestas. Apenas empezaba a oscurecer nos despertaron para la comida, una suculenta sopa con de todo y servida en unos platos que nos parecieron sin fondo, pero el apetito era del mismo tamaño y despachamos nuestras raciones en un volión. Una charla, o mejor un monólogo de Saúl quien era lejos el mejor conversador que conocí en mi vida, nos entretuvo hasta que de nuevo el sueño nos venció.

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Tempranito nos levantamos, un baño en un charco cristalino, fresco y hermoso precedió a un pantagruélico desayuno que nos tenían listo. Y a caminar se dijo, eran unos mil metros en línea (casi) recta, lo sabíamos por la longitud del cable, pero en esas selvas significaban una hora de caminada; al llegar a una planada sin vegetación, lo cual en esos parajes era casi inverosímil- donde si uno se dormía un poquito largo se despertaba con matas naciéndole en el ombligo intuimos que esa era la bendita mina. Tenían apilados dos montones de un material negruzco que según nos dijeron era manganeso de una pureza tal que hacía babear a los místeres de la Unión, como familiarmente los llamaban. El mineral se hallaba a ras de tierra, no había que excavar, con solo remover superficialmente se obtenía el preciado elemento. El ya mencionado cable estaba templado desde un corpulento árbol hasta otro unos ciento cincuenta metros abajo, en cuya base habían construido con madera aserrada de allí mismo la primera estación, se trataba de un sólido tendido de tablas que recogería el material al caer. La idea era empacar en costales de polietileno el manganeso y con un ingenioso gancho, enviarlo por el cable; al chocar contra el segundo árbol, se safaria el gancho, cayendo el manganeso sobre el entablado. 55


Los mil metros del cable descendían unos doscientos cincuenta metros de desnivel, hasta la orilla del río, en siete estaciones idénticas, cada costal viajaba con unos veinte kilos de carga, las dos toneladas implicaban por lo tanto cien sacos que en unas cuantas horas quedaban listos para su embarque. El río salía, después de mil meandros, a la carretera (la vieja) que va de Cali a Buenaventura y que como buen río de montaña tenía unos rápidos que tuvieron que ser dinamitados para la segunda parte de la operación. Esta consistía en… Ya con el material a la orilla del riachuelo, se inflaban previamente los cien neumáticos (de camión), obviamente no de segunda, de tercera, y a cada uno se le amarraría sólidamente otro costal en el centro, a manera de babero, donde se le confiaría la esperanzadora carga. A cada uno se le atarían en forma de cruz dos varas que sobresalían unos cincuenta centímetros, esto con el fin de que no se arrimaran demasiado a las orillas donde podrían quedar detenidos. La idea era irlos soltando en “reatas” de a diez, una vez despachado todo el embarque Saúl y don Gaviria saldrían, como arrieros del agua, en sendos neumáticos pastoreando el extraño convoy. Ya se habían realizado ensayos y todo funcionaba a las mil maravillas. Se habían soltado cargas, Saúl y el timorato de don Gaviria, que para 56


complicar las cosas no sabía nadar y le tenía pánico al agua, habían hecho el recorrido, y habían salido salvos a la carretera, tomándose unas cinco horas en la navegación. Solo faltaba, como habíamos dicho comprar neumáticos, compresor de gasolina, combustible, lazos, cortar las doscientas varas, hacer las amarras y…a disfrutar de unas pingues ganancias con las cuales realizar tantos sueños acumulados durante los largos veinte años de espera. Armando e Iván quedaron descrestados con lo que vieron. “Tu tío es un verraco” me dijeron llenándome de un profundo orgullo; el cable, las estaciones, el embarcadero, la dinamitada del los rápidos, en fin todo. Así que el martes en la noche recolectamos el dinero y lo entregamos al día siguiente; el trato consistía en ir a tercios, uno para los ingenieros de un lado y dos para Saúl y don Gaviria del otro. Esa noche, la del miércoles, en medio de una euforia fácilmente comprensible, don Gaviria abrió una botella de Scotch que atesoraba desde hacía varios años a la espera de una ocasión. Una vez el material estuviera en Cali nos avisarían para participar de la entrega a los compradores, recibir el dinero y volver a celebrar. Unos diez días después del celebrado miércoles, estábamos ansiosos esperando noticias. La llamada acordada se dio, y cuando mi madre me dijo: “Fer, Saúl al teléfono”, mi corazón se aceleró de la 57


emoción. “Mejor hablamos personalmente”, me dijo sin soltar prenda, voy para tu casa. Cuando llegó, ya Armando e Iván estaban conmigo. Pero, nunca falta, el tono de la voz habló anticipadamente y sabíamos que algo no había funcionado. Efectivamente, cuando habían soltado la carga y los dos héroes se habían embarcado en su arriería inverosímil, se desató una de esas tormentas que se desgranan en las selvas del pacífico colombiano, y en cuestión de minutos los nautas tuvieron que abandonar el agua y ver con terror pánico como sus ilusiones quedaban desparramadas a lo largo de las riberas y en el fondo de la traicionera creciente.

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MAURICITO

La escena no podía ser más bucólica, el viejo Rafa y su mujer sentados mirando con ojos de ternero a su nietecito Mauricio jugando con dos gatitos , su hija Yarima recogiendo los platos de la comida , Alvaro su yerno embelesado con su mayorazgo, y el culicagado en su salsa todos pendientes de él. De repente, desde un rincón sale veloz una cucaracha, pero no tuvo tiempo se escaparse, el gatito café, de un salto la atrapó y sin preámbulos se la comió. A todos los dejó callados, se había roto el encanto y el minino fue mirado con repulsión menos por Mauricio. ¿Por qué será, inquirió Rafa, que este bendito animal come cucarachas y el otro no? “Es que las cucarachas saben muy feo” dijo en su media lengua el niño, como tratando de darle la razón al negrito. Silencio sepulcral, nadie se atrevía a musitar palabra ni a moverse, solo miradas inquisitivas y aterradas. ¿Y a que saben la cucarachas, Mauricio? se atrevió Rafa a preguntarle, “pues a mariposa”.

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LOS TERCOS

Desde nuestra entrada a la universidad nos dimos cuenta que la escuela de arquitectura era un territorio diferente, se vestían diferente, cargaban una impedimenta completamente inesperada para médicos, economistas e ingenieros, sus fiestas tenían fama, lo mismo que todos sus eventos, de ser distintos y geniales, allí todo parecía de otro planeta. Por eso cuando empezaron a sonar LOS TERCOS no nos extrañamos, la cosa era bien exótica, pero proviniendo de allí nos pareció casi normal. Alguno de esos personajes sacó a la luz la peregrina idea de que el hacer música no tenía por qué ser privilegio de quienes tocaban algún instrumento, o al menos conocían la teoría musical, mucho menos iban a aceptar que cualquier conjunto musical debía acoplarse ensayando, no señor, reivindicaban su derecho a hacer música partiendo de cero, ¡perdón de menos de cero!, porque eran absolutamente átonos, tiesos, la mayoría tenia oídos de artillero, pero a su favor jugaba el no conocer lo que malamente llamamos pena.

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Todos los viernes después de las jornadas, como a eso de las siete llegaba cada uno con su instrumento, se reunían en una plazoleta que delimitaba el territorio de los economistas y el de los alarifes. La bullaranga empezaba puntualmente a las siete treinta y duraba hasta las diez, nadie se preocupaba por los ruidos que producían los otros, así que cada encuentro se convertía, al calor de unos guarilaques, en un pandemónium, y así se fueron haciendo conocidos en el ambiente universitario. Llevaban Los tercos como un año cuando por unanimidad decidieron elegir un DICTADOR vitalicio, obviamente Mauricio fue el agraciado. Era ingeniero civil y enseñaba estructuras, querido por sus alumnos y muy reconocido por los otros profesores, algunos de los cuales también hacían parte del elenco. Poco tiempo después se celebraría en Cali un festival Nacional de Conjuntos Universitarios, y a oídos de los organizadores llegó la noticia de la existencia en la del Valle de ese extraño engendro. Un buen día Mauricio fue contactado y se le hizo el ofrecimiento de que los tercos abrieran el festival, más se demoraron en el ofrecimiento que él en aceptar. Al viernes siguiente llegó Mauro como se le conocía, radiante a contar el cuento, y contra lo que esperaba, los tercos no acogieron la idea con ningún entusiasmo, pusieron cara como de pánico y de 61


rebeldía, pero nadie se atrevió a objetar las decisiones de su dictador. A partir de ese día Mauro notó que todos lo eludían y llegado el viernes se encontró solo, nadie se apareció. Faltaban ya solo quince días para el evento, cuando llegaron a la universidad los afiches donde se anunciaban los grupos participantes y en los que aparecían Los Tercos como el grupo que abriría el festival. Ya sabía que nadie lo acompañaría, todavía les quedaba un poco de vergüenza, de la que él carecía, así que se olvidó del asunto. Llegado el día se refugió en una casita que tenía en las riveras del Pance,* con su amigo y cuñado Carlos Hernán, quien vivía en Cartago y por esos días lo visitaba. *Hermoso Rio que los caleños disfrutan como sus playas.

El evento se iniciaba a las cuatro de la tarde; después de almorzar los dos amigos se sentaron en un corredor que daba a la carretera y de donde se veía correr permanentemente al rio más hermoso de toda la región, aprovechando el momento, Mauro le contó lo de la presentación. En esas estaban cuando apareció trotando por la carretera el personaje más conocido de esos lares a quien llamaban Troilo, por un bobo que

había sido muy popular en una novela que

recientemente había tenido gran audiencia en el Valle del Cauca. 62


Apenas lo vio, a Mauro se le iluminaron los ojos, miró a Carlos Hernán y le hizo alguna seña que fue captada al instante, lo llamaron y le preguntaron que si quería tocar con ellos en un teatro lleno de gente, olvidaba contar que Troilo siempre cargaba una flauta dulce que algún buen samaritano le había regalado y que no se hacía de rogar cuando le pedían que tocara. Más se demoraron en proponerle que él en aceptar. Cinco minutos después partían los tres mosqueteros en la moto de Mauro a dar su primer concierto. Llegaron justo a tiempo, los esperaban ya con algo de impaciencia, el teatro estaba abarrotado de entusiastas universitarios, los hicieron pasar pronto al escenario anunciándolos como algo revolucionario. Salidos al proscenio se hizo un silencio sepulcral, era obvia la bobera del buen Troilo. Comenzaron con su bulla y el público desconcertado aplaudió con timidez, un aplauso corto y apagado, con más muestras de curiosidad que de admiración. La cantinela seguía y seguía, Troilo embalado no aflojaba su flauta y sus dos alcahuetas no podían sino acompañarlo. Nadie iba a parar a Troilo, estaba realizado. Transcurridos quizá unos cinco minutos y el encanto se rompió, alguien arrojó un papel ensurullado y comenzó la silbatina, que no paró hasta que se hubieron camuflado entre el público para participar como oyentes.

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Instantes después entra a la gradería un muchachón y con voz de trueno comenzó a imprecar a una muchacha que se escondía entre los hombros de otro asistente. Los espectadores estupefactos solo atinaban a mirar el cuadro. El muchachón pronto pasó del dicho al hecho, y se acercó a la pareja y la emprendió a estrujones contra la niña, inmediatamente a nuestros héroes se les alborotó el paladín que llevamos dentro y se lanzaron en defensa de la víctima, estropeando irremediablemente la grupo. Así mueren Los tercos.

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teatral entrada del segundo


ENSAYOS CRONICA AZTECA

Cuando chico, íbamos al matinée casi siempre para ver películas de indios y vaqueros, la historia era la misma: Unos indios semidesnudos, pintarrajeados, gritando como locos y clavándole flechas a los vaqueritos lindos y buenos, y ellos pobres solo se podían defender con sus revólveres y sus rifles, mataban indios al por mayor pero estos no se acababan, ni las balas tampoco. (Ablandaban fríjoles en una cacerola en diez minutos, lástima que se llevaron el secreto). Lo bueno, para nosotros en aquel entonces, era que siempre los blancos ganaban y el “Tipo” siempre se quedaba con una hermosa mujer y colorín colorado hasta el domingo siguiente. Por la misma época en el colegio nos enseñaban una historia paralela; de la madrastra patria llegaban a estas Américas barcados de unos angelitos barbados y sucios, pero con cruces que parecían espadas, arcabuces y espadas cruceiformes, solo con la intención de salvar las almas de estos infelices, herejes y malvados que también se la pasaban clavándoles flechas, pero aquí era peor porque esos despiadados y demoníacos indios las envenenaban previamente. 65


Sufríamos por esos malolientes abuelos. Y como el santo papa decidió que los nativos

no tenían alma, mataban

sin

remordimientos ni temores de castigos eternos, entonces en lugar de salvar almas se dedicaron a liberarlas, apropiarse de todo el oro que encontraron y a medirse todas las vaginas de estas americanas. Claro, con el tiempo esas historias fueron escritas por los mismos hediondos angelitos españoles, chapetones

se les llamaba; no

exagero, le tenían más miedo al agua que al mismísimo demonio, y se inventaron un pocotón de cuentos sobre el baño que veían practicar aseadamente a la indiada. Decía que ellos escribieron las crónicas de esas épocas y por supuesto en ellas los malos del paseo tenían que ser los indios, pues como casi los acaban por eso tuvieron que traer negros que eran más resistentes al trabajo y al látigo –se inventaron historias acerca de las maldades de los indios para justificar sus genocidios: q ue tenían unas plantas que los ponían en contacto con el diablo, (Ayahuasca, peyote, Hua-Chuma etc), que andaban ellos y sus mujeres veringos por ahí, que no iban a misa, y se burlaban de la Santísima trinidad. A los Aztecas de Méjico les ha tocado cargar con la peor fama: que eran caníbales, que sacrificios humanos, que tenían esclavizadas a

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todas las otras tribus, que cultos satánicos, en fin una colección de perversidades. Siempre me sorprendió que nadie se atreviera a escribir crónicas de esos tiempos desde la otra orilla, ahora por lo menos don William Ospina lo está haciendo, pero con más poesía que ira y más como aedo que historiador. Don Antonio Velasco Piña, historiador mejicano y contemporáneo nuestro está haciéndolo y ¡En qué forma! una prosa limpia, investigaciones serias, un amor por aquellos duros pobladores tan maltratados por chapetones y la historia, y una valentía a toda prueba. “Tlacaelel, el Azteca entre los Aztecas” es un bello ejemplo. Este hermoso libro. ¡Que visión tan distinta, que nobleza de personaje, que sabiduría!, nos muestra otra realidad, nada que ver con las perradas del obispo Diego de Landa, calumniador de oficio y destructor de los hermosos y sabios códices, asador de indios e indias y destructor de todo, un verdadero Panclasta. Pensemos no más que solo se conservaron tres códices y están presos en museos europeos. Plenos de sabiduría y de una belleza que compiten de igual a igual con los hermosos libros iluminados casi siempre por los laboriosos monjes Irlandeses medievales.

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Tenidos como tesoros de la humanidad, estos códices nos asombran cuando de vez en cuando vemos alguna reproducción, ha aparecido un cuarto y se conserva en el museo de antropología de Méjico, pero se le tiene como medio apócrifo. Lo de los sacrificios humanos, que no nos venga a escandalizar, pues todas las civilizaciones de la antigüedad los practicaron al detal, en la edad media en el asador de la inquisición y nosotros al por mayor. Si leemos las crónicas de don Antonio veremos que allí los sacrificios humanos tuvieron otro significado y se practicaron solo para salvar vidas ya que las guerras eran obligatorias, los dioses siempre se las endilgaron a los hombres y no hemos hecho más que obedecer, claro que los blancos le cogimos el gustico y nos hemos solazado durante siglos, pero en aquellos tiempos era cuestión de supervivencia de la tribu, se hacían en una forma menos cruel, para eso inventaron las “Guerras Floridas”, donde se enfrentaban pero para capturar nobles a quienes ofrendar a los dioses, previa preparación y con el convencimiento de las víctimas propiciatorias de que muriendo con valor honraban a sus hermanos de tribu y a sus dioses. Entiendo que no nos agrade como de a mucho que la historia vaya cambiando de lado, porque nuestros abuelos tienen toda la culpa en 68


esta sórdida historia, no los abuelos de los españoles de la península; los que si se vinieron a salvar almas, a robar oro y violar indias fueron los gallegos, garcías, londoños, péreces, etc. de por aquí. Podría servirnos de consuelo que la pureza de sangre por estas tierras no se dio, por que los chapetones trajeron pocas mujeres y todos llevamos engarzadas unas sangres nativas que ni la ceniza ni el jabón podrán lavar, agréguese a esto que las negritas también hicieron su aporte de hematíes, que seguirán nadando por nuestras venas per secula seculorum, amen.

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EL ARCO

Hace ya varias decenas de miles de años que el homo sapiens moderno ante la dureza de las pieles de las grandes bestias, tuvo que ingeniárselas para potenciar sus armas arrojadizas, los venablos impulsados solo por su, a no dudar, fortísimo brazo, no penetraban en la piel de los mamuts, probablemente tampoco la de los rinocerontes lanudos y podría ser que tampoco la de los ciervos gigantes. Sin embargo la necesidad, madre de la industria, de piezas de caza grandes, seguramente lo llevó a las lanzaderas, que duplicaban la palanca que arrojaba las jabalinas, mediante un simple e ingenioso dispositivo. Pero aun las condiciones eran precarias lo que causaba frecuentes accidentes. Los abuelos neandertalenses, siempre tan conservadores, nunca llegaron a usar armas arrojadizas, por eso sus osamentas fósiles muestran esa enorme cantidad de fracturas. Finalmente algún Edison

prehistórico, descubrió que una rama

flexible atada con una cuerda por sus dos extremos, podría liberar la energía necesaria para arrojar una lanza pequeña con tal impulso que le permitiría permanecer más alejado de tan peligrosas víctimas y con un poder de penetración no conocido hasta entonces. La dieta mejoró considerablemente y su seguridad aumentó. Había nacido el 70


arco- el registro más antiguo que se tiene es de diez y siete mil años y fue encontrado en Alemania- que lo acompañaría hasta hace unos pocos siglos como arma y hoy como un artefacto para competencias. Con el inicio de la agresión entre semejantes, que ya no lo abandonará jamás, el arco, que posteriormente sería conocido como “arco corto” empezó su carrera evolutiva hasta lograr su optimización, consolidándose como un arma letal e indispensable en sus infaltables guerras. Inicialmente se le concedió poca alcurnia, era de cobardes no enfrentar al enemigo cuerpo a cuerpo, pero, de todos modos ejército que se respetara tenía su batallón de arqueros. Estos arcos ya optimizados tenían un alcance de unos trescientos metros, y un buen arquero disparaba sin dificultad un verdadero chorro de flechas, hasta doce por minuto. Finalizadas las cruzadas se popularizó una nueva arma, debemos aquí hacer justicia con los chinos que por aquellas calendas ya hacía más de un milenio, habían construido las primeras ballestas, y la habían desarrollado hasta niveles que no alcanzaron los europeos. De esta nueva arma se llegó a pensar significaría el final de la civilización, los dardos lanzados por una ballesta penetraban las cotas, sería el final, tendría que tratarse de una jugada del demonio.

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Las ballestas tenían un alcance de unos cuatrocientos metros, pero tenían su pero, eran lentas en su operación, no podían competir con el arco en la cantidad de dardos arrojados en un cierto tiempo, cuatro por minuto. Desde su aparición los ejércitos contaron con batallones de arqueros y batallones de ballesteros. Las huestes del invicto Alejandro de Macedonia, “el Grande”, cuyos ingenieros fueron piezas fundamentales en su arrolladora e invencible marcha por los países de oriente, también la desarrollaron, o la heredaron de los chinos, pero volvió a perderse de la memoria de los generales. Algún tiempo después los ingleses, engendradores de casi todos los males del planeta, aparecieron con batallones muy entrenados y con soldados de una especial corpulencia, que lograban tensar con agilidad los que se llamarían “arcos largos”, estos tenían el alcance de las ballestas y la agilidad de los arcos cortos. Tenían eso si que ser permanentes, me refiero a estos contingentes de matones, pues reclutar gigantones y entrenarlos no era fácil y eso solo lo lograron hijos de la pérfida Albión. Inglaterra no volvió a perder ninguna guerra hasta la irrupción de las armas de fuego.

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EL CAMINO ROJO

Relato recibido de Alce Negro, un poderoso anciano Lakota.

Apreciado primo, veo que poco a poco te vas interesando por cosas afines a este hermoso camino, se que hasta el nombre te coge por sorpresa, así que para que te ubiques bien te voy a contar, con un más o menos, esta fascinante historia, Tal vez no sea la persona más apropiada pero voy a tratar de exprimir bien mi ya flaca memoria para entregarte un juguito aceptable. “Hace unos cuatro mil años - según otras fuentes solo dos mil quinientos, pero creo que la historia queda más imponente con ser cuatro mil - en lo que hoy es buena parte del territorio de NorteAmérica, las innumerables tribus habían entrado en una espiral guerrera que amenazaba con acabar con todos, esto venía de muy atrás cuando los cambios climáticos causaban mortandades entre las presas de caza, trayendo hambre y desolación a los pueblos que se habían repartido estos enormes territorios. Así que se veían compelidos a ir por la comida de los vecinos. Aprendieron a odiarse como árabes y judíos.

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Un buen día andaban de caza dos indios lakotas, (tendremos que usar la inapropiada palabra indio a falta de otra mejor) cuando vieron a lo lejos una hermosa mujer, alta, hierática, vestida toda de blanco, que venía en dirección a ellos. Vamos por ella le propuso uno al otro guiñándole el ojo, este se negó porque la mujer lo tenía como hipnotizado, le producía como un terror sacro. El primero replicó que él no iba a perder esta ocasión. Cuando se le aproximó se produjo un viento fuerte y un gran remolino de polvo los envolvió, el amigo miraba perplejo la extraña escena. Cuando hubo amainado el viento y desapareció el remolino, la mujer le hizo señas de que acercara, el agresor estaba tirado en el suelo y ya había hinchado sus pulmones por última vez. Ve a tu pueblo y cuéntales lo que has visto, diles que voy para donde ellos y que deberán hacer lo siguiente. Con mucho detalle y sin prisas le fue explicando cómo debían aprestarse para su llegada y que preparativos deberían alistar. El hombre partió presa del pánico que le inspiraba la mirada de la mujer, no bien había dado unos cuantos pasos la voz imperiosa de la mujer le dijo: Diles también que soy la Mujer Bisonte Blanco y que vengo a traerles la paz. Tres días después del incidente la mujer llegó al poblado, toda la tribu la esperaba con gran expectativa. Habían construido meticulosamente las estructuras requeridas, tal y como se le había indicado al cazador. Sin pronunciar palabra se 74


dirigió a las construcciones para examinarlas, una vez terminada la inspección, una espléndida sonrisa les indicó a pobladores que habían interpretado cabalmente sus deseos. Con lo que les voy a enseñar, si lo hacen de corazón van a resolver para siempre sus disputas, además es un camino de sabiduría. 1) El primer ritual y que sería la base de los otros seis se llamaría Inipi o Temascal, no recuerdo bien cuál fue el término empleado, aun hoy se practica y se le llama de ambos modos. Consistía en un cobertizo circular armado con diez y ocho varas de sauce, cada una de las cuales formaba un arco de círculo, enterrada por sus dos extremos, podríamos pensar en un igloo. Sobre esta empaladura se colocaban pieles de bisonte, dejándola totalmente cubierta. En el centro se abría un hoyo circular de unos tres pies de diámetro y uno de profundidad, se dejaba una pequeña entrada cubierta con otro cuero y al frente como a unos quince pies se preparaba una gran hoguera, en medio de los troncos se iban colocando piedras de más o menos medio pie de diámetro, veintiocho en total, los participantes debían entrar postrados contra la tierra dado el tamaño de la puerta y sentarse en círculos concéntricos si el número de participantes lo exigía. Quien fuera a dirigir la ceremonia se sentaba a la derecha de la puerta y quien se encargaría de ir manipulando el fuego y entrando las piedras 75


ya al rojo vivo, se denominaría el hombre fuego, se suponía que era uno de los más beneficiados con las bendiciones recibidas. Las “abuelas” (nombre dado a las piedras al rojo) entraban en tandas de a siete, y se las iba recibiendo con alborozo, una vez completadas las siete, se procedía a irles rociando agua preparada con plantas claramente indicadas, produciendo

cantidades

de

vapor

que

elevaban

considerablemente la temperatura, más o menos un sauna, la operación se repetía cuatro veces, llamando a cada tanda, una Puerta. A medida que iba transcurriendo la ceremonia, la chanupa (pipa de la paz) pasaba de mano en mano y de boca en boca, rezos, cantos y silencios se alternaban. Como decía esta era la preparación de purificación previa

cada una de las

demás. Las otras seis eran: 2) Descenso de la Pipa Sagrada. (Esta se realizaba en un Tipi, otra estructura) 3) La búsqueda de visión. 4) La danza del sol. 5) El parentesco (hermanación, esta se realizaba en otra de las estructuras). 6) Preparación de las muchachas para los deberes de mujer. 7) El lanzamiento de la pelota.

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Deberían ir invitando a sus vecinos y practicar con cada uno estos rituales, y éstos a su vez irían ampliando el círculo de los que se irían hermanando. Con el tiempo reinó una hermosa y duradera paz entre las tribus, dando un ejemplo de un respeto total por los acuerdos, como pocas veces se ha dado en la humanidad. Esta enseñanza se conservó a través de los siglos y hoy, cuando de las otrora magníficas y piadosas tribus solo quedan unos pocos fuertes y dignos sobrevivientes, se está renovando, ha tomado nuevos bríos difundiéndose por toda América, y practicada por muchos hombres y mujeres de todas las razas, mezclándose con tradiciones similares de los pueblos de Suramérica en lo que se ha dado en llamar: Encuentros del Cóndor y el Águila. Las plantas de poder o sagradas han sido introducidas en estos rituales, así en México generalmente es el Peyote quien las acompaña, en el ámbito amazónico la Ayahuasca y en los Andes la Hua-Chuma, también llamada San Pedro, (según un simpático Taita que conocimos en el Perú, porque abre las puertas del cielo, y en verdad no exageraba). En los encuentros Águila-Cóndor se han estado encontrando estas deidades. Si de verdad te animas primo, tendré un gran placer en conectarte con esta renovadora tradición, yo solo la practico tangencialmente, es muy enérgica para mis ya cansados huesos, pero puedo participar 77


con unas amables condescendencias que me han otorgado sus hierofantes. Unos de los momentos mĂĄs felices de mi vida, han sido sin duda sudando en un temascal, experimentando sensaciones que no hubiera creĂ­do soportar; o en un Tipi en la ceremonia de los cuatro tabacos que creo se corresponde con el descenso de la Pipa Sagrada.

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EL CUENTO, UNA OPINION

Desde tiempos inmemoriales una de las actividades más gratas a los hombres fue seguramente reunirse alrededor del fuego en noches insomnes a rememorar las historias de sus héroes, las aventuras de sus clanes, sus reuniones, sus migraciones, sus cacerías, en fin toda clase de entretenidos relatos que irían conformando el acerbo de lo que más tarde llamaríamos historia. Muchos, la mayoría, debieron perderse con el duro trasiego del tiempo. De la época de las cavernas no nos queda ningún relato, no olvidemos que ya se trataba de Homo Sapiens Moderno y tuvieron una continuidad de decenas de milenios. Pero no debe quedarnos la menor duda de que intercambiaron entre clanes animosos e entretenidos relatos, que algunos o algunas “cavernícolas” guardaban fielmente en sus, a no dudarlo, potentes memorias. Ya en nuestros tiempos históricos tenemos y gracias a la escritura, de la cual se dijo que sería la muerte de la memoria de los hombres, colecciones de relatos que atravesando fronteras nos han llegado desde países lejanos, adaptándose a su paso, a los usos y maneras de por donde iban pasando. Así tenemos Las mil y una noches, quizá provenientes de la milenaria India; los cuentos de Calila y Dimna de la misteriosa Persia. En nuestra tradición occidental los Cuentos de 79


Canterbury de Chaucer y los relatos de Boccaccio en el Decamerón son las primeras muestras de este género “EL CUENTO”. Los

cuentos, como su nombre lo indica son

relatos para ser

contados, se les comerciaba oralmente y así fue que durante varios milenios, tal vez decenas, hasta el advenimiento de las radionovelas sobretodo hasta las telebobelas, cuando estas tradiciones fueron condenadas a muerte. Han salido al paso los “cuenteros” horrible nombre que se auto asignaron personas, casi siempre relacionados con el teatro, tratando de revivirlas, pero considero que aunque laudable, fue tardía su presencia, ya que los veneros que las nutrían desaparecieron, al menos eso creo, porque por ejemplo los famosos cuentos de Pedro Rimales, de Cosiaca,( casi siempre escatológicos), los del Patojo, los del Tío Conejo, los cuentos de espantos y otros que se me escapan, campearon por todas nuestras geografías desde Argentina hasta México, ya nadie los recuerda. Los mayorcitos de nosotros que tuvimos la suerte de ver “La posada de la sexta felicidad”. Recordamos gratamente aquellas escenas donde un muchacho por las noche les alegraba el rato a los abandonados de la fortuna, en los refugios proveídos por el gobierno chino para sus noches invernales, contándoles cuentos.

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En el siglo XIX un señor de nombre cantarino, (Ed) Garalán y de apellido de Poesía incompleta y otros doctos comenzaron a escribir un género nuevo y lo llamaron CUENTO, eran relatos casi siempre complejos, no para el vulgo y luego redactaron unas normas que se debían acatar hasta que , como bien dijo Julio Cesar Londoño, llegaba un geniecillo y las irrespetaba con tal maestría que terminaban siendo

aceptadas por los críticos, el asunto se fue

enredando y dentro de este género se fueron asilando otras formas que no encontraban acomodo en ninguna otra. Llama la atención que se llame cuento a los cortos, como “soñó con un dragón y cuando despertó allí estaba”, o “soñó que era una mariposa y cuando despertó no sabía si era un hombre que había soñado ser mariposa o una mariposa soñando ser un hombre”. No voy a nadar contra la corriente y acepto que los puede haber geniales, pero vaya y cuéntelos a un auditorio que se ha reunido para oír cuentos y lo menos que le pasa es que se queden perplejos, o que lo silben. Propondría darles un nombre propio como Ku-Hai. Cuando examinábamos un cuento de nuestro admirado Orlando Cajamarca, dije que como cuentos eran malos, el alboroto que se formo, no me dejó terminar mi aserto, quería decir que como sketchs de cine o como una escena de una obra de teatro, los encuentro formidables, nunca un cuento.

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Encuentro que la relación entre el cuento milenario y el docto, es la misma que hay entre los jardines y los libros de jardinería. El docto no solo se impuso como un importante género sino que se apropió del nombre del tradicional y hoy estamos seguros, al menos en el taller y otros círculos, que cuento es el docto, el moderno, el libro de jardinería; los jardines: antiguallas.

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EL MAGNO HACEDOR UN CAMINO DIFERENTE HACIA AQUELLO

Cursábamos tercer año en la Universidad, la cátedra de biología nos la dictaba un excelente profesor al que ya todos profesábamos especial afecto. Una tarde en el laboratorio al reproducir un experimento,

nos

dijo

con

emocionado

acento:

con

esta

demostración y los hallazgos de Watson y Crick podemos afirmar que no necesitamos de ningún Dios para explicarlo todo, ergo no existe Dios. Salimos por los corredores de la facultad de medicina todos silenciosos y pensativos, el laboratorio que usábamos era de ellos, la mafia de las batas blancas, los médicos. No se para los otros que significó aquella tarde, pero para mí fue trascendental, hacia un tiempo que necesitaba ese impulso. Aquel ojo omnipresente y esa contabilidad minuciosa, que se nos llevaba, empezaban a tallar duro, sobre todo cuando nuestra vida sexual comenzaba, si, ya sé que para estos tiempos aquello es chistoso, a los veinte años los cachifos de hoy ya practican todos los capítulos del Kama-Sutra. Nos tallaba porque pecado y sexo eran sinónimos. Al fin libres, ya nada perturbaría nuestros inocentes y escasos polvos. Habiéndolo confirmado el Dr. Patiño ¿Qué duda quedaba?

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Recuerdo que por aquellas calendas los izquierdosos de la U. Todos ateos y presumidos, a las preguntas ¿Y la materia , de donde viene,

quien

la

hizo?

¿Cúanto

hace,

etc.?

Alzando

impertinentemente los hombros respondían: siempre ha estado allí. Esa respuesta siempre me pareció la más idiota de las respuestas idiotas, pero no había otra, de allí nuestras dudas. Siento que era ofensiva para el sentido común, era salirse por la tangente, mientras que no les daban esa misma opción a los creyentes. Tarabitando entre el ojo omnipresente y la omnipotente materia quedaba ese precioso territorio de la duda. En mi casa paterna, por obra y gracia de mi madre siempre rondaban algunos libros de “La Yoga”* y ella para que no los rechazáramos contundentemente nos decía que se trataba de simples pero maravillosos ejercicios físicos y respiraciones rítmicas, todo esto muy saludable. Una aburrida tarde caí en uno de ellos: desde ese día el ojo y la contabilidad empezaron a erosionar la sólida materia. Para esa época, ya huérfano del alma mater, había incursionado en la lectura de los doctos libros de Isaac Asimov, Paul Davies, Carl Sagan y otros. El Big-Bang retumbaba en mis oídos, y la materia empezaba a desmoronarse, aunque los quarks no habían sido 84


invitados todavía, los neutrones, último refugio de la solidez de la materia amenazaban, con implosionar y dejarnos sin asideros materiales. Ya pues empezábamos a sospechar que la materialidad era otra entelequia, solo faltaban unas briznas, y las descompusimos primero en los trinos quarks y luego en las flacas cuerdas, (por el momento ahí vamos). El universo material tenía un comienzo, había sido creado. ¿Que decían ahora los materialistas? Estaban felices: la materia se había hecho sola y de la nada, perfecto, el Big-Bang lo resolvía todo. El punto es el cero geométrico, o sea que de la nada, un punto, una portentosa

explosión

había

parido

nuestro

universo.

Los

materialistas no se atrevían a preguntar ¿Quién motivó esa explosión, cual fue el disparador, cómo lo hizo, porqué uno solo y no múltiples? *En este punto vale la pena aclarar que mi familia no era católica, éramos herejes rosacruces.

nada, las leyes de Hubble así lo muestran, (que no demuestran). Esas mismas preguntas, habían sido esgrimidas cual punzantes estiletes contra los creyentes en dioses únicos o trinos, ¿Y a Dios 85


quien lo creó? ¿Qué hacia Dios antes de la creación? ¿Quien le dio tales poderes?, ¿Por qué uno solo, de donde esa exclusividad? Ante estas tremendas preguntas el intelecto humano tenía que contestar como lo hacían los materialistas: Siempre estuvo allí. Tablas por el momento. Son barreras formidables para nuestro diminuto intelecto, los dos bandos, si dan muestras de sensatez deberían aceptarlas, pero... La Fe, virtud que me ha sido esquiva desde mi uso de razón, pero no a todos, ha dado muestras de no ser un cuento de beatas ¿Cúantos no se han dejado asar vivos por su FE? Es tan antigua como el hombre mismo, se ha dispersado por la ancha y espaciosa tierra, habla prácticamente todos los idiomas y dialectos que en el orbe han sido. Me declaro impedido para terciar en contra o a favor suyo, pero no puedo ignorarla. Uno de los motores del progreso humano ha sido el ASOMBRO, capacidad que estamos perdiendo ante la avalancha de pequeñas buhonerías pasajeras como los autos, los celulares, computadores y

los

muchas, muchas otras, además la estulticia

generalizada de las masas del siglo pasado y de este. Pero si nos tomamos el trabajo de penetrar aunque sea someramente en los hallazgos que para privilegio nuestro nos han legado aquellos pioneros, que desde hace un par de siglos se han dedicado a 86


fisgonearlo todo: Átomos, Células, Tejidos,

ADN,

Gérmenes,

micro-organismos, Naturaleza, Planetas, Galaxias, Antimateria y unas miríadas más de etcéteras. La perfecta inter-relación de todos estos portentos, la misteriosa y violadora de leyes físicas: el Agua, el Purificador fuego, el vivificante Aire, la amorosa Pacha-Mama, la aglomeradora Gravedad, la todo-ocupante Luz, la dulcificadora Música, la evolución de las especies, el largo trajinar del hombre a través de sus erectos antepasados. Las no menos prodigiosas obras del hombre, las Catedrales Góticas, el Quijote, los perfectos versos de Shakespeare, las artes marciales, las ecuaciones diferenciales, (me cansé), etc.etc. El asombro nos hace tambalear. Esta ruta que me gusta llamar del ASOMBRO, nos puede hacer regresar, a los recalcitrantes como yo, a la idea de un Gran Hacedor. Wakan Tanka le llamaron los místicos pobladores de NorteAmérica, el Gran Espíritu del Universo, Allah exclaman plenos de fervor los seguidores del Profeta un cuarto de la humanidad. El gran Arquitecto del Universo, los sabios y simpáticos masones, Amón los enigmáticos egipcios; Yahvé, Dios, Dieu, God y con otros miles de nombres, todos los pueblos lo invocan. Nosotros los engreídos occidentales, habitantes de los últimos siglos les hemos replicado que era solo su ignorancia la que veía en el potente relámpago, en los poderosos vientos, en la mar océana, en las aterradores furias volcánicas, en la portentosa reproducción de 87


las especies, en los para ellos inmutables cielos, dioses. Para nosotros ese mágico y exacto mecanismo de relojería, el Universo, eran solo pelotitas chocando impulsadas por precisas leyes físicas. Aun ignoramos olímpicamente la naturaleza de estas leyes, la luz ha hecho decir a un investigador que lunes, miércoles y viernes cree en la teoría ondulatoria, martes, jueves y sábado, en la corpuscular y el domingo iría a misa. La acción a distancia nos reta todos los días, el magnetismo y la electricidad solo producen conceptos que se definen en interminables círculos viciosos. Y creemos que estas ciencias son más explícitas que los dioses, eso sí es presunción. Casi tan simplista como la respuesta de que la materia siempre estuvo allí ha resultado la teoría del Big-Bang, diosecillo de los ateos. Prefiero pensar en un Ser que aunque no sea contenible en nuestra mente si podemos intuirlo como un primer motor y para soslayar precisiones innecesarias denominarlo como muchos orientales “Aquello”. Este al menos nos produce la sensación de esperanza, se pierde esa sensación de soledad y abandono que nos penetra al desconocerlo. El Big-Bang: tampoco es una verdad absoluta, cuantas teorías han caído ante nuevas y transitorias verdades. Hay dos encuentros recientes de los astrofísicos que podrían dejarla coja o bien estrujada: 1) Las fuerzas que aceleran la estampida de las galaxias. Estas ya no corren plácidamente a través de los espacios siderales, 88


ahora son acuciadas a apurarse cada vez más. Una aceleración si puede hacer algo que la sola velocidad ignora, cambiar la dirección del movimiento. No quiero ni mencionar las consecuencias que podría tener esto en la postulación de la convergencia retrógrada del actual modelo hacia un único punto.2) La aparición espontánea de átomos de hidrógeno en lo que llamamos vacio interestelar. Las leyes de la conservación de la materia y la energía saldrán maltrechas. Y el dios Big-bang no saldrá muy bien librado, ¡que frágil es! Tengo un amigo que dice creer en un Dios, que ese Dios es el universo material conocido, más la sinergia que se produce por su unicidad, y asi despacha de un soplido cuestión tan ardua, pero si analizamos este diosecillo veremos que deleznable es: Primero la materia auto existente, luego esta produce la sinergia y entre los dos crean el dios de mi amigo. Si vamos a encarar la existencia de ese portentoso Dios no podemos comenzar con ese pobre diablo, prefiero volver a cerrar los ojos y negar todo. Con “Aquello”, el Big-bang, cobra sentido, la mayoría de los libros sagrados dicen algo como “En el principio fue el verbo” Me encanta la idea de que el primer impulso, el generador del la creación fue una potente vibración salida de Aquello, podría ser el impulso que da origen a la explosión de la nada, vibraciones así generadas mezclándose, interfiriéndose, resonando, girando, generan este 89


universo material. El Generador se la juega creando la materia bruta, de pelotitas de hidrógeno hasta galaxias de vértigo, de planetas que van generando condiciones para la vida orgánica, desde el caldo primigenio, hasta el homo sapiens sapiens, la joya de la creación, aunque por el momento lo que resplandece de esa joya sea el horror, pero es el único puente de regreso hacia el Gran Hacedor. Ese regreso no puede ser gratuito, debe ser motivado por esa minúscula gota de consciencia, el que sin posibilidades de no encontrar la ruta de regreso, deberá arduamente descifrar el enigma. El hombre es el puente entre la materia y Dios, pero deberá construir él solo ese puente de regreso: El Alma . En alguna lectura de un sabio y viejo Sufi encontré algo sorprendente, como dejado allí por si alguien lo encontraba: Dios es eso que los hombres llaman vacio, nada. Sabemos que la materia en su, para nosotros, aparente infinitud, es una infinitamente enrarecida neblina, son diminutas briznas flotando en la esa si infinitamente, pero en grado superlativo, enorme nada. Uno de los atributos que la mente humana atribuye a Aquello es omnipresencia, todos los creyentes aceptan tener a su Dios en su interior, con lo del viejo sufi, esto se vuelve casi obvio, flotamos en él. Penetra nuestros átomos, virtuales océanos de vacío, de nada, con infinitesimales trazas de materia, los neutrones como tales o como protones. Colma los para nosotros infinitos espacios interestelares e intergalácticos, donde 90


igualmente flotan infinitesimales cantidades de materia: Las galaxias. La relación de volúmenes entre una estrella y el vacio que le corresponde es de 1.26 por diez a la diez y ocho a uno, y eso haciendo cálculos muy conservadores. Voy a transcribir algo muy curioso de la ciencia, que visto a la luz de lo dicho por el viejo Sufi puede no ser tan agobiantemente extraño:

La paradoja de Bell Ross Einstein pensó durante toda su vida que debían existir variables locales ocultas que explicaran racionalmente la aparente paradoja. Y sin embargo... "Ninguna variable local oculta puede explicar las correlaciones que se dan en la paradoja EPR, lo que deja abierta la posibilidad, aun cuando las separen años luz, de que las partículas permanezcan conectadas por un nivel subcuántico no local que nadie conoce". (John S. Bell, 1965) El físico John S. Bell demostró que lo que Einstein y sus colegas tomaron como paradoja podía demostrarse científicamente. EL TEOREMA DE BELL 91


El Teorema de Bell prueba la conexión-correlación entre sistemas no relacionados causalmente. Bell aduce que mientras la separación en el tiempo o en el espacio son "reales" en ciertos contextos, dicha separación es "irreal" o carece de importancia en la mecánica cuántica. Imagínese una fuente que emite dos corrientes de fotones (o rayos de luz, para entenderlo mejor), fotones que son interceptados por dos instrumentos: A y B

Estos instrumentos pueden estar todo lo lejos que se quiera entre sí, incluso hallarse emplazados en puntos opuestos del universo. Por simple aplicación de leyes aceptadas de la mecánica cuántica, Bell demuestra que cualquier propiedad de las partículas que se mida en el instrumento A, provocará, simultáneamente, una medición matemáticamente complementaria en el instrumento B. Lo asombroso del caso viene cuando nos damos cuenta de que eso significa que cada fotón sabe la medición a la que está siendo sometido el otro fotón, y lo sabe instantáneamente.

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Bell prueba que este tipo de relación no-local debe darse tanto en separaciones espaciales como en separaciones temporales. Todo parece indicar que "cierta energía" es la causante de esta correlación simultánea de conocimiento, pero en física no se conoce una energía que pueda moverse tan rápidamente. Einstein, ya en 1935, se topó con este efecto misterioso derivado de la mecánica cuántica, y lo tildó de "fantasmal" (spooky), ya que ampararía fenómenos paranormales hasta entonces desdeñados por la ciencia, como la telepatía. Einstein concluyó que debía haber algo radicalmente erróneo en la mecánica cuántica para permitir llegar a semejantes conclusiones”. Antes de encarar la cuestión del alma miremos un poco la santa trinidad de los no creyentes: Materia – tiempo – evolución. Para los no creyentes la cuestión es clara: la materia se produce en el Big Bang luego no es sino que le agreguemos como un componente, cantidades ingentes de tiempo y los chorros de pelotitas producidas en el Big Bang se van aglomerando por una causa que aparece por ahí sin ser invitada, la gravedad, llega de repente y a formar estrellas y galaxias. Le aplicamos al experimento, dirigido por nadie, otras cantidades enormes de tiempo y ya tenemos planetas con todas las condiciones necesarias para la vida orgánica, el agua es invitada, entonces llega en cometas o quien sabe cómo, pero llega e inunda, es un gran disolvente por pura casualidad, entonces con el bamboleo 93


que producen las mareas, y éstas a su vez impulsadas por la luna comienza a disolver todo lo que se le atraviesa, se va formando el caldo primigenio donde nadie sabe por qué se comienzan a agrupar moléculas y forman aminoácidos , moléculas gigantes y luego las primeras vedettes: ADN y ARN, desde allí ya es un algoritmo sencillísimo, dicen ellos, se llega a las primeras células vivas y con otra dosis gigantesca de tiempo, Oh maravilla aterrizan, mejor amarizan las especies vivas, desde allí la historia nos es perfectamente conocida, Darwin nos la explicó fuera de toda duda. Tratemos ahora de que nos expliquen de donde salió ese taumaturgo portentoso: el tiempo. Nada, silencio, ahí está, apareció por cuenta propia, pero si el tiempo es lo más extraño de todos los portentos en que vivimos, ¿de donde sale?, ¿como se inició?, nada, silencio de nuevo, lo importante es que allí está y nadie lo puede ignorar. Llegamos llenos de dudas a la parte más fantástica de este cuento, la evolución de las especies, ojos que ven estrellas sin ninguna necesidad, plantas que comen insectos sin ningún apremio, son deportistas, practican la cinegética por el placer de la caza, especies que van aterrizando paulatinamente sin que nadie abra la boca para decir ¿de dónde?¿cómo?, Silencio. Los cambios innegables que sufren después de su aparición cumplen su función, se van

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adaptando al medio con tal perfección que se produce el hombre, la joya de la evolución. Que historia más mal contada, las necesidades se van supliendo porque

sí,

Gravedad,

electricidad,

magnetismo,

radiaciones

cósmicas, calor, luz, radiaciones U.V. Los agentes ejecutores van llegando así no más, solitos, vienen a colaborar sin ser invitados y sin explicar su origen, solo llegan. Llegan luces de mundos absurdamente lejanos y resulta que traen, sin alguna necesidad, información que solo mentes adiestradas pueden recoger, veamos: Se capta la luz de una estrella, aun siendo invisible al ojo humano, se la lleva al espectroscopio y oh maravilla , empieza a cantar: Vengo de una estrella de tantos millones de años de nacida, su masa es tantas veces la de vuestro sol, su composición química es esta, se aleja de vosotros a tal velocidad, etc. ¿Será que desde el lejano Big Bang ya estaba todo esto planeado? Si sí, por quien, si no, ¿como aparece luego? Silencio. El abuelo que ya casi es hombre retoza plácidamente en las frondosas copas de los árboles, solo le basta estirar el brazo y allí la comida, salta a otro

árbol y allí la hembra dispuesta, se hace

ovachón, pero otra vez la precisa y atenta casualidad acude, se incendian los bosques y tiene que adaptarse a las praderas, aprende la ingesta de proteína animal y se ve forzado a caminar erecto, luego 95


la proteína fácil lo dota con un nuevo regalo, otro lóbulo cerebral lo distancia aun más de las demás especies, ya es nosotros, ¿fácilito no? Nos vamos inventando palabras al mismo ritmo que desvelamos nuevos prodigios, claro creemos que al darles un nombre ya sabemos de su condición, inventamos: evolución, entropía, caos, radiación de fondo, masa oscura, energía oscura, agujeros negros, gravitones, fermiones, neutrinos, etc. etc. Y con esas herramientas replanteamos los asertos vigentes; ya re-maquillados, marchamos de nuevo al baile de graduación. Ya todo está explicado. EL ALMA Démosle la palabra a los creyentes. La creación llega programada, en todos los detalles, hasta el homo sapiens sapiens. Nadie jugaría un solitario que siempre salga, en el hombre se da por primera vez la posibilidad de que las cosas no salgan, allí está la justificación del juego, el hombre tiene la opción de no marchar con la sinfonía universal, aparentemente lo estamos haciendo y a qué ritmo, marchamos hacia el caos total y seguimos jugando parqués. Pero todos los detalles han sido meticulosamente previstos por ese portentoso Hacedor, En todo el orbe hay y ha habido desde que el hombre es el hombre; grupos humanos que han notado que hay 96


incongruencias que podemos detectar con un poco de atención, incongruencias que parecería hubiesen sido dejadas casi al descubierto para que inexorablemente las encontráramos, digamos pistas.

Al ir conociéndolas,

experimentándolas hemos ido

aprendiendo. Son como escapes de una prisión, solo aprovechables para quienes se han atrevido a buscarlos. Si alguno de nosotros se tomase el trabajo de anotar en una libretita, durante todo el día y durante unos cuantos días, lo que estamos pensando, por ejemplo pidiéndole al celular que cada media hora nos avise y allí en el acto anotamos lo que pensábamos, cuando hagamos el balance de toda esta información nos vamos a encontrar que casi todo el tiempo lo hemos usado en tratar de ver el futuro y lo que vamos a hacer , o recordando el pasado, refocilándonos con los momentos gratos, corrigiendo las cosas de las que nos avergonzamos,

tratando

de

enmendar

errores

,

buscando

explicaciones a nuestros actos etc. Nada que valga la pena, solo de vez en cuando usamos este portentoso computador con que fuimos dotados, para algo útil como cuidados alimentarios , de salud , diligencias, relaciones, pero este uso es mínimo. Mantenemos tensiones absolutamente innecesarias todo el tiempo de nuestra vigilia, no más miremos el entrecejo de las demás personas, siempre arrugado, en tensión, démonos el chance de observarnos en cualquier momento y encontraremos cantidades de músculos tensos 97


sin ninguna necesidad. Vivimos inmersos en temores inventados por nosotros mismos, ¿Quién no se hace terrorismo en las noches en que se nos niega el dulce sueño? Estamos arrojando al basurero nuestras más sutiles energías, en cantidades alarmantes y esto lo puede ver quien quiera ver. Todo esto consume cantidades de energía, nada se produce sin una fuente de impulso, todas estas energías así desperdiciadas podrían ser direccionadas a algún lugar, no sé donde, pero no se tirarían por un inexistente rebose. En la primera fábrica de harina de pescado ecuatoriana se botaba al mar un aceite que resultaba del secamiento del pescado, cuando un técnico peruano vió esto les dijo que invirtieran las cosas, voten la harina y comercialicen el aceite, y mejorarán los ingresos.” Será que si redirigimos estos sobrantes del proceso de reingeniería que hemos iniciado estaremos construyendo el puente a la fuente, estas energías bien utilizadas ¿no serán las que nos construyan un alma? y esta podría ser el puente con nuestro creador. ¿Que tal que el computador nos empezara súbitamente a hablar, diciéndonos que ha entendido todo el cuento y nos pida ayuda para su perfeccionamiento interior?

98


EL PANTEÓN

Durante su

imperio

Adriano quiso restaurar los monumentos

Augustales, uno de los cuales será el motivo de estas letras, se trata del Panteón, que como bien lo indica su nombre era un homenaje a todos los dioses. Es básicamente una enorme cúpula de un poco más de cuarenta y tres metros de diámetro, (43.4 metros) la más grande jamás construida por métodos tradicionales, supera la de San Pedro en Roma, y solo La de la Basilica de Santa María dei Fiore construida mil años después, se le aproximó, La cúpula, como el arco y la bóveda son estructuras autoportantes, lo cual significa que una vez levantadas, al igual que nosotros, se soportan a sí mismas. Los portentosos griegos solo se toparon tangencialmente con estas maravillas en los dinteles de algunas puertas y ventanas, así vemos sus precisos templos como bosques de columnas y luces muy reducidas. Para construir un arco, una bóveda o una cúpula, se tiene que armar una formaleta sobre la cual se apoyará durante su construcción. Imaginemos una media-esfera de cuarenta y tres metros de diámetro, construida en madera y capaz de soportar el peso de unos cuantos miles de toneladas de argamasa, concreto y piedra pómez* y nos 99


encontramos ante un problema técnico igual o superior al de la misma cúpula. Los descendientes de Rómulo y Remo, que no se arredraban ante nada, * Los romanos conocieron el cemento, no por haberlo fabricado sino por haberlo encontrado como cenizas volcánicas y lo llamaron Puzolanas, nunca lo combinaron con el hierro como lo hacemos actualmente.

resolvieron este problema con mucho ingenio (ingeniería viene de ingenio): Construyeron en tierra una verdadera colina con las dimensiones y forma interiores que tendría la cúpula, pero a medida que la fueron levantando, con el apisonado de la tierra fueron dejando algunas monedas, de modo que al terminar la que sería la gran formaleta, habían enterrado una considerable suma en metálico. Una vez concluida la enorme semiesfera, armaron la cúpula y después del tiempo de fraguado

invitaron al pueblo Romano a

llevarse la tierra a sus casas. Construida más o menos entre los años 118 y 128 D.C. Todavía hoy nos deja pasmados ante su magnificencia y el desafío al ultraje de los siglos. 100


EUROPA INGRATA, XENÓFOBA y HOMICIDA

El primer exterminio sistemático de una población, la primera expropiación de un territorio, la primera rapiña al alimento de un conglomerado humano fue perpetrado por nuestros antepasados, los mal llamados Cromañones, (homo sapiens moderno) en lo que hoy llamamos Europa y sus víctimas fueron nuestros pacifistas abuelos los Neandertales (homo sapiens neardentalensis). La humanidad había tomado dos rumbos paralelos, y que con el tiempo se fueron diferenciando. Los hombres del neandertal se afincaron en la mayor península asiática y durante más de doscientos mil años supieron enfrentar los terribles fríos de una era especialmente fría, el último periodo glacial. Se organizaron en clanes y con infinita paciencia fueron

aprendiendo

todo

lo

necesario

para

asegurar

su

supervivencia. La otra rama, saliendo también de la misma salacuna, África, se fue regando por todo el resto del orbe, llegando tempranamente a poblar Asia, Australia y un poco más tardíamente a América. La diversidad ambiental los fue diferenciando, los que después llamaríamos Neandertales eran bajos de estatura, robustos, musculosos y conservadores. Los cromañones, más altos y esbeltos, hábiles en la fabricación de armas y en sus técnicas de cacería.

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Llegaron hace unos cuarenta mil años a la mencionada península. El saqueo y exterminio les tomó más de diez, quizá veinte mil años, pero fue exhaustivo, no quedó ninguno, quienes alguna vez aseguraron que quizá los vascos serían el último reducto Neandertal, todavía no conocían las magias del genoma humano. Quizá este genocidio esté representado en el mito de Caín y Abel, pero lo único seguro es que quedó impreso en el alma de los cromañones, le cogieron gustico al saqueo, a la sangre y a la guerra. Dejemos a estos nuestros abuelos, me refiero a quienes nos legaron nuestro componente genético de hombres blancos (ojala y fuera bien poco) y trasladémonos a tiempos históricos. El Imperio Romano, el sanguinario Imperio de la Pax Romana. Chuzando técnicamente barrigas se apoderó de toda la cuenca del Mediterráneo, de las Galias, de las islas británicas y de buena parte de lo que hoy es Europa. Un millón de muertos, un millón de prisioneros convertidos en esclavos y ochocientas ciudades galas destruidas es un solo ejemplo de lo que orgullosamente pueden incluir en su hoja de vida estos europeos de hace dos mil años. En la última retaliación contra la díscola provincia de Judea, según el historiador Josefo, no les tembló la mano para dejar dos millones de judíos con el corazón aquietado. En el exterminio de los Cartagineses, no dejaron piedra sobre piedra, salaron todo el 102


territorio alrededor de la ciudad en varios estadios a la redonda y ni quien contara el cuento. La sangrienta historia de Europa continuará sin interrupciones , Si bien es cierto que sufrieron las invasiones de los llamados “bárbaros “ (los griegos llamaron así a todos los pueblos que no hablaban el griego, se trató de un nombre onomatopéyico), pero casi siempre estas fueron escalonadas, primero las hordas asiáticas caían sobre los pueblos germánicos, estos se replegaban invadiendo a los Galos , estos continuaban descendiendo y los últimos en sufrir las consecuencias fueron los pueblos mediterráneos. No se tiene información verosímil sobre estas inmensas matanzas ni modo de cuantificarlas. Pero la sangre humana continuaba fertilizando todo el suelo europeo. Hagamos otro salto en el tiempo y ubiquémonos en el año mil cien. Europa cansada de derramar su propia sangre se dejó convencer por un papa ladino y asesino y se lanzó contra los pueblos del profeta, los musulmanes y so pretexto de reconquistar para la cristiandad los lugares

santos,

regaron

con

sangre

cristiana,

judía

y

mayoritariamente musulmana el oriente medio. Me refiero a las cruzadas. De allí salieron con el rabo entre las patas, pero no escarmentaron.

103


Una vez regresados los matones francos a su tierra fueron acicateados por otro papa asesino y su furia se concentró en la más rica y próspera región de la Europa cristiana. Los pobladores de la región del sur oriente francés, los llamados Albigenses o Cátaros fueros sistemática e implacablemente expropiados y exterminados por estos nuevos soldados de Cristo, acusados de herejía. Se le llamó la cruzada contra la herejía Catara. Cuando cayó la primera fortaleza, Miguel de Montfort, preguntó al obispo, ¿Cómo puedo diferenciar a los cristianos de los herejes, la respuesta fue lapidaria: “Mátelos a todos que allá arriba el Señor sabrá distinguir. Más tarde aparece el Santo Oficio, que compitió en la quema de pobres infelices con los protestantes, durante varios siglos, Algunos historiadores calculan que los santos padres de la Iglesia Católica torturaron y achicharraron en hogueras unos cinco millones de personas en doscientos años. Entre ellos figuraron personajes de gran valía como Bruno, a quien después de siete años de torturas lo quemaron en una plaza en Roma. Miguel Servet, quien postulara la circulación de la sangre antes que nadie, también fue salvado de fuego eterno por el acariciante fuego de la inquisición. La noche de san Bartolomé es otro lindo ejemplo de celo y piedad religiosos, una noche arriados por quien sabe quien, en todo caso usaba faldones negros, las turbas católicas salieron plenas de fervor

104


místico a linchar protestantes, llamados Hugonotes, en toda Francia, se calcula en diez mil los demonios protestantes destripados. Las guerras de entretención de la nobleza europea no pararon de derramar sangre plebeya en toda su geografía hasta nuestros días. Los campesinos europeos tuvieron que sufrir todos los oprobios de esa nobleza salvaje, sus hijas tenían que ofrendar sus encantos, en su primera noche a su señor, que no dudó en cobrar el derecho de pernada o Jus prima noctis. Sus hijos tuvieron que poner el pecho en las infinitas guerras que sus amados señores se inventaron. Tuvieron que alimentar el desenfreno “Gourmandesco” de la nobleza, Las nobles patas de sus briosos caballos estaban autorizadas para pisotear los cultivos campesinos en caso de que una presa de caza cometiera la imprudencia de meterse por allí. Llegará pronto la conquista de las ricas Américas, con la cruz y la espada los esbirros europeos se encargaron en unos pocos siglos de acabar con las brillantes civilizaciones americanas, humillaron como pocas veces se había visto a estos pobladores aprovechándose de su inmensa superioridad bélica: Caballos, perros entrenados, corazas de hierro, armas de fuego, brutalidad sin límites, tácticas y estrategias guerreras,

enfrentadas a macanas y flechas, lograron con total

facilidad sojuzgar estos pueblos.

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Tenemos excelentes crónicas de los hermanos Pizarro en el Perú, Gonzalo y Hernando cuyas iras aun resuenan en el valle sagrado de los incas. Cuando fueron astutamente empujados hacia las selvas amazónicas en busca del país de la canela, llevaron dos mil perros y al acabárseles

la comida para estos los alimentaron con indios

picados en presencia de los demás, se habían hecho acompañar de un contingente enorme de éstos. Luego, el saqueo del oro y la plata que enriquecieron a la corrupta Europa y al fondo del los mares, miles de bergantines, carabelas, naos, cargadas con toneladas de metales preciosos, duermen hoy en el silencio de las profundidades marinas. Pero la gran mayoría de estas riquezas que expolió España solo sirvieron para alcahuetear la zanganería de los nobles españoles y de otros de sangres no tan azules. La

España de nobles, soldados, taberneros,

frailes,

alcahuetas, putas y mendigos, haraganeó durante siglos recostada en el saqueo de las Américas. Así, casi toda esta riqueza fue a parar a las arcas de otros bandidos menos ignaros, franceses, ingleses, holandeses, italianos, fueron quedándose con estos tesoros, construyendo con esplendidez la Europa que hoy, ya reconstruida, nos llena de asombro ante la magnificencia de sus palacios, iglesias, monumentos , ciudades. Los Guanches primitivos habitantes de las islas Canarias, antiguamente llamadas las Afortunadas, fueron eliminados por 106


hábiles cazadores de hombres, en el año 1500, llegaron los españoles, y en pocos años de ellos solo quedó el relato. La cacería de seres humanos, como si se tratara de animales configuró un gran negocio que enriqueció a portugueses, ingleses, holandeses, quienes organizaron el comercio de esclavos a gran escala, trayéndolos a América para reemplazar

las diezmadas

poblaciones de indios que no resistieron el infernal trabajo en las minas y en los campos. Para que los capturados no viajaran de balde, institucionalizaron la caza de elefantes y el marfil fue transportado a hombros de éstos hasta el puerto de embarque, conocido hasta hoy como “Costa de Marfil”. Si a los negros de Norte América le fueran cancelados los salarios no pagados

por los ingleses, hoy gringos, por supuesto que

indexados, todo el rico país del norte sería de ellos. Igual ocurrió en el valiente Paraguay, donde los reverendos padres jesuitas esclavizaron en la forma más absoluta jamás conocida a los guaraníes, no les dejaron ni el reducto de su propia conciencia porque hasta allí llegaron con la confesión. Obligaron a trabajar gratuitamente a hombres, mujeres y niños durante ciento sesenta años, en granjas y obras públicas. Fueron privados hasta de su iniciativa personal, los jóvenes eran asignados a dedo para aprender los oficios en que trabajarían por el resto de sus vidas, las parejas las 107


escogían los santos padres como si se tratara de granjas para la reproducción humana. Estas misiones terminaron cuando sus reverencias fueron expulsados de todo el territorio del imperio español. Una vez seguros y al amparo de sus armamentos, naves y toda la parafernalia bélica, se lanzaron a la conquista y pillaje de todo el orbe. Se apoderaron de todos los continentes organizando un sistemático saqueo de los recursos de las que llamaron sus colonias. La rica India fue convertida en un país paupérrimo en dos siglos de dominación, África fue expoliada por una pandilla de países europeos que compitieron

por quedarse con todos sus ricos

territorios. A Italia que se quedó a la zaga, sin colonias en el continente negro, la conciencia de este retraso los acicateó, y el prepotente Duce en el siglo pasado lanzó sus tanques y bombarderos contra Libia primero, desmoronando ejércitos armados de alfanjes y escopetas de fisto, luego ebrio por este triunfo fue por Etiopía donde la historia se repetiría. El pueblo italiano lloró de alegría cuando Benito Mussolini anunció en la plaza pública que primero Libia y luego Etiopia eran italianas. Los europeos modernos solo fueron francos vencedores en batallas contra pueblos que no tenían armamentos similares, siempre fueron héroes guerreando contra ejércitos armados de flechas, macanas, lanzas, boomerangs, arcabuces. Cuando fueron atacados por un 108


ejército

armado

de

igual

a

igual,

fueron

aplastados

ignominiosamente, todo un continente por un solo país y solo la oportuna ayuda de los Estados Unidos, permitió que hoy no hablen todos alemán. También resultaron flojos y torpes para estos oficios guerreros. Como si todo esto fuera poco, la gran carnicería humana de los europeos apenas comenzaba. Las dos guerras mundiales, llevadas a cabo en menos de cincuenta años, fueron sin duda el ejemplo de barbarie más grande que el mundo presenció, sesenta millones de muertos y un poco más del doble de heridos, casi todos los países arrasados, las muestras de crueldad más salvajes jamás presenciadas, las armas de destrucción masiva más mortíferas, todo fue válido. Cuando el Fuhrer solicitó verdugos voluntarios para accionar las palancas que limpiarían el orbe de judíos, los alemanes acudieron masivamente, quedándose la gran mayoría con sus ganas sin ser saciadas, no hubo ni palancas ni botones que oprimir para todos. Los países que no intervinieron como suiza en la segunda, solo lo hicieron de fachada. Suiza fue el banco de Alemania, el proveedor de minerales estratégicos y el ladrón del oro de los judíos. Si hubiese sido verdaderamente neutral quizá la contabilidad de muertos en esa conflagración se abría disminuido en diez millones.

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España, que le mamó gallo al Führer, se enzarzó en una contienda civil, donde la crueldad fue el tono común, matando vilmente personajes de gran valía como Garcia Lorca y Miguel Hernandez, con un saldo de un millón de muertos, un tirano asesino que mangoneó el país a sus anchas por más de cuarenta años y un país partido en dos, donde se odiaban a muerte los dos bandos que necesariamente tendrían que compartir la misma tierra: vencedores y vencidos. Quedando sumida nuestra madrasta patria en un atraso no solo económico sino intelectual, ético, moral, social etc. hasta tal punto que todavía en los años setentas se decía en Europa que África empezaba en los Pirineos. Infamias como la de los belgas en el Congo, donde cuando fueron obligados a retirarse dejaron una situación cocinada por ellos y que ha causado más de un millón de muertos entre las dos etnias principales de la Ruanda de hoy; se han repetido en todo el orbe, Francia casi acaba con las encantadoras islas del Pacífico sur, donde cometió toda clase de tropelías contra sus inocentes y alegres pobladores. Las vergüenzas de este perverso arrabal del planeta no terminan ahí. La xenofobia los carcome, aunque necesitan mano de obra para oficios que, ellos tan lindos, se niegan a realizar, le hacen imposible la vida a quienes empujados por la miseria de sus países, tratan de meterse en sus predios en busca de un mendrugo. La Italia del poco 110


ético Berlusconi, ya tiene aprobadas penas carcelarias para esos parias que se atreven a profanar su territorio. al igual que España y seguramente pronto todos tendrán en sus constituciones leyes parecidas. No terminan aun sus Hazañas, al final del siglo pasado nos tocó presenciar limpiezas étnicas en todo el territorio de los Balcanes, un genocidio tras otro a la vista de “la muda, de la absorta caravana” y sin que se inmutaran las Naciones Unidas, en algunos casos con su beneplácito como cuando fueron musulmanes quienes

fueron

“limpiados”. Inglaterra y Francia se repartieron todos los territorios del mundo Árabe al finalizar la primera guerra y la caída del Imperio Turco, y no precisamente por filantropía; ya sabían del inmenso potencial petrolero e instauraron dinastías corruptas que les entregaron a precios irrisorios su casi único recurso durante décadas, el petróleo. Armando conflictos que todavía no tienen trazas de resolverse, como la creación del estado Judío en tierras Palestinas, con los únicos argumentos de que el Señor se las había entregado dos mil quinientos años atrás y los bombarderos y sus tanques Los europeos modernos solo fueron francos vencedores en batallas contra pueblos que no tenían armamentos similares, siempre fueron héroes guerreando contra ejércitos armados de flechas, macanas, 111


lanzas, boomerangs, arcabuces. Cuando fueron atacados por un ejército

armado

de

igual

a

igual,

fueron

aplastados

ignominiosamente, todo un continente por un solo país y solo la oportuna ayuda de los Estados Unidos, permitió que hoy no hablen todos alemán. También resultaron flojos y torpes para estos oficios guerreros. Son tan cínicos e ingratos que se olvidaron, por ejemplo España, de que toda Latino-América abrió sus puertas a los que huyeron de la matanza franquista, los apoyó y consiguió trabajos para que se asentaran con dignidad y ni que hablar de la inquina que todos, tal vez con la excepción de la pérfida Inglaterra, contra los Estados Unidos sin cuyo concurso muy probablemente Europa hoy se llamaría Bundesrepublic Deustchland. No he pretendido ser exhaustivo en este recorrido por la ruta de sus infamias, el inventario total ocuparía miles de páginas, solo he querido hacer un rápido paneo de la historia del continente que se precia de ser el único reducto de la civilización. De quienes miran con desprecio a los países que ellos mismos se encargaron de depauperar, de los países que les suministran sus recursos naturales a cambio de espejitos y abalorios. Claro respetando la sacrosantas leyes de la oferta y la demanda.

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¿EVOLUCIONA EL ARTE?

Hace unos días, en la estupenda charla que ante un selecto auditorio sostuvieron William Ospina y Julio Cesar Londoño en ciudad de Guatemala, el primero afirmó que el arte no evoluciona, para corroborar su aserto dijo que no podíamos afirmar que los poetas contemporáneos fuesen mejores que los griegos, el argumento me pareció contundente pero la veloz réplica de Julio me dejó sin aliento, dijo que siempre nos tenemos que apoyar en lo ya hecho, y así avanzamos y que no podemos caer en errores que ya hemos aprendido a corregir, por ejemplo que en determinado canto de la Ilíada, Homero hace una lista asaz prolija de los regalos (sobornos) que Agamenón ofrece a Aquiles, el de

alígeros pies, para que

retorne a la liza, para solo unas páginas más adelante y ante un auditorio diferente repetir la lista, error que hoy no se perdonaría. Reflexionando sobre el asunto caí en cuenta de algo que Julio pasó por alto, en aquellas calendas y durante muchos siglos los inmortales versos se conservaron y trasmitieron de manera oral, solo fueron transcriptos mucho más tarde. El auditorio era diferente, por lo cual era mandatorio repetir la dichosa lista. Miremos en la arquitectura que ha ocurrido: remontémonos a los finales del primer milenio, cuando el Románico se imponía en toda 113


Europa,

de

dimensiones

pequeñas,

cortas

luces

,

alturas

proporcionales y gruesísimos muros. Súbitamente a finales del siglo X irrumpe el Gótico, que es como la antítesis del románico, de dimensiones jamás ante soñadas, agujas hasta de ciento cincuenta metros de altura, bóvedas de cincuenta metros, luces mucho más amplias, muros delgados que parecen desafiar la gravedad, ventanales enormes que desafían el cálculo estructural moderno, fábricas donde la piedra nos habla. No podríamos ni siquiera insinuar que el uno devino del otro, el cambio fue súbito y total, si observamos la cronología de estos hechos nos encontramos con algo que a no dudarlo nos deja inquietudes, este estilo revolucionario nos llega justo después de las primeras cruzadas, ¿fueron sus cánones traídos por los caballeros Templarios? En la música tenemos también ejemplos de que el arte nos presenta sus colosales producciones impulsado por los maestros que van apareciendo aleatoriamente. Del bellísimo Canto Llano pasamos a los maestros del Renacimiento y del Barroco y de este al Clásico y luego al Romanticismo y después al Impresionismo, sin que podamos decir que un estilo sea superior a otro. La música contemporánea, siglos XX y XXI no se

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podrá comparar jamás con la de siglos anteriores, podríamos decir sin temor a equivocarnos que en artes el siglo pasado fue mediocre. En cuanto a la pintura el análisis es un poco más difícil, pues con toda la alharaca del Renacimiento, siempre creímos que allí realmente los pintores despertaron del sueño medieval en el que por siglos estuvieron sumidos sus antecesores. Conozco algunos autores analistas del arte pictórico medieval que afirman lo contrario, la rigidez de las reglas del juego al que se sometieron los maestros prerenacentistas los obligaba a buscar la perfección con poquísimos elementos y sin poder innovar, es más dicen estos estudiosos que en todas estas obras van encriptadas enseñanzas esotéricas, algo que hoy en día nos haría reír. Midiendo con nuestros cánones podemos preguntarnos ¿si habrán superado los post-renacentistas a los Rafaeles Leonardos y toda esa pléyade de estrellas? Dejemos pasar el tiempo y miremos la pintura del siglo XX, ¿se atrevería alguien a decir que superó a alguno de sus antecesores? Tras este somero análisis creo advertir que el arte no sigue ninguna secuencia lógica, es aleatorio, pega saltos cuando aparece un maestro, no se va nutriendo, como lo han hecho la física o la astronomía, la medicina o la matemática, de lo hecho pacientemente por generaciones de acuciosos obreros del arte. 115


Este asalto lo gan贸 el Culebrero mayor, como bellamente llam贸 don Julio a don William.

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HOMO SAPIENS NEANDERTHALENSE

Una vez dado el tremendo salto del Homo Erectus al Sapiens, quien sería el nuevo amo del planeta, este se fue regando por todo el orbe, tomándose su tiempo. Muchos grupos fracasaron y desaparecieron en su intento de encontrar hábitats más gratos, pero otros muchos lograron hazañas comparables con el viaje a la luna, o los viajes de conquista de los polos, llegaron hasta lo que hoy llamamos Nueva Guinea y Australia, colonizaron buena parte de

Asia y

posteriormente llevaron a cabo el poblamiento de América (vamos a suponer que la hipotesis del paso por el estrecho de Bering de Asia hacia América es cierto). En estos incontables siglos de peregrinaciones,

se

nos

dice,

estas

poblaciones

fueron

diferenciándose de conformidad con los medios ambientes que fueron encontrando, a unos se les pusieron oblicuos y entrecerrados los ojos, para protección de la intensa irradiación en parajes cubiertos de nieve, otros blanquearon su piel para adaptarse a climas muy fríos, a otros en cambio su piel concentró melanina con fines opuestos pero análogos. Hubo otro grupo que se fue transformando más drásticamente, quizá el frio inclemente de lo que hoy llamamos Europa, propició tales mutaciones, su talla se redujo, su cerebro creció un poco. Se robustecieron, sus músculos se potenciaron y se tornaron vellosos, en pocas palabras su cuerpo se preparó para 117


resistir temperaturas muy bajas.

A este grupo hemos dado en

llamarlo Neanderthales, lo que solo significa

que los primeros

hallazgos se dieron en el valle del Tal, (Nean der tal) Alemania. Durante unos doscientos mil años se fueron adaptando a sus difíciles condiciones ambientales, aprendieron a cazar piezas mayores y a conservar sus carnes enterrándolas en el permafrost, sus técnicas de caza no evolucionaron gran cosa, por ejemplo no conocieron las armas arrojadizas, lo cual les significó tener que enfrentar cuerpo a cuerpo grades bestias como los mamuts, las osamentas de estos proto-abuelos encontradas muestran gran cantidad de fracturas óseas sanadas. Su dieta se enriqueció con la recolección de innumerables especies vegetales, y aprendieron a manejar una farmacopea vegetal bastante amplia. Realizaron ceremonias fúnebres, lo que muestra que ya tenían ideas sobre los mundos de ultratumba. Por el análisis de sus osamentas hemos sabido que aunque tenían desarrolladas sus cuerdas vocales, quizá su lenguaje fuese un poco pobre, pero un lenguaje al fin. Sus vidas fueron breves, un promedio de treinta años fue su esperanza de vida, eran duros tiempos. Vivian en clanes no muy numerosos, ocupando las cavernas que generosamente les brindaba la madre naturaleza. Fueron muy conservadores con sus saberes y quizá este fue uno de los factores 118


que los llevaron a su extinción, esto quedó registrado en sus armas y herramientas que permanecieron casi sin cambio hasta el final. La idea que tenemos casi todos del hombre de las cavernas es la de unos tipos sucios, pelucones, llenos de pulgas y piojos, vestidos con unos cueros malolientes, que se comunicaban con gruñidos, y muy pendencieros. Creo que es hora de cambiar este prototipo. Hace cuarenta mil años estos hombres sabios (homo sapiens) ya eran idénticos a nosotros; por fuerza tendrían que haber aprendido que era conveniente cierto grado de aseo, la coquetería ya había hecho peinar a las aes y los oes, no dudo de que las trenzas serían de rigor, lo mismo que las colas; la curtida de los cueros de sus presas se fue refinando y en esos milenios seguramente habían logrado suaves resultados, que con la ayuda de las agujas (los cromañones), cuchillos filosos, y los tendones de sus presas, les permitieron ir mejorando tanto en calidad como en estética sus vestimentas. Conocieron la embriaguez al fermentárseles algunos jugos vegetales, las primeras “fumas” de la humanidad. Los llamados cavernícolas como ya hemos mencionado eran de dos clases, los Neandertales y posteriormente los Cromañones, salvo pequeñas diferencias tenían estilos de vida similares. Hace unos treinta mil años los cromañones empezaron a decorar (?) sus cavernas con representaciones de animales, casi siempre sus presas de caza, lo que también podría hacernos pensar en rituales 119


propiciatorios para asegurar sus presas. Las cuevas de Altamira, Lascaux

y muchas otras nos dejan ver unas representaciones

estupendas de mamuts, ciervos, caballos, bisontes, uros y otros más. Lo cual nos muestra también la buena selección de sus materiales, se han mantenido por cuatrocientos siglos, cuando muchos frescos renacentistas están casi borrados, La Última Cena de Leonardo por ejemplo. Se considera que uno de los principales factores de la extinción de los neandertales fue su poca variabilidad genética, al reproducirse casi siempre dentro de su clan o algunos clanes vecinos. Pero indudablemente concurrieron otros muchos factores que no podemos pasar por alto: es probable que al igual que en América los llegantes trajeran enfermedades con ellos, para las cuales no se tenían defensas. Los Cromañones irrumpieron hace unos cuarenta y cinco mil años en los territorios ocupados por los hombres del Nean. Algunos paleo-antropólogos piensan que pudieron ser absorbidos genéticamente, tendríamos en nosotros su herencia genética, lastimosamente el estudio del genoma humano no concuerda con esta linda hipótesis. Los más hábiles, mejor armados y maliciosos cromañones los fueron desplazando de sus cotos de caza y de sus cavernas.

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Conocidos los cromañones (nosotros), es altamente probable que las matanzas y eventualmente la ingesta de sus cuerpos, no hayan sido eventuales. Se han encontrado osamentas de neandertales con rastros de los cuchillos con los que se retira la carne de las piezas de caza, húmeros y fémures reventados lo cual hace presumir el consumo de médula ósea. Debido a su conservadurismo no se fueron adaptando a los últimos cambios climáticos y cuando arreció el frio aproximadamente hace unos treinta mil años, sus ropas no los protegieron adecuadamente, los cromañones en cambio ya conocían la aguja de coser, pudiendo así adecuar sus trajes haciéndolos más abrigadores. Los últimos reductos neandertalenses están localizados en el sur de España, seguramente emigraron hacia allí en busca de climas más amables, la última fogata que quizá encendieron fue en lo que conocemos como Gibraltar y ocurrió hace unos veintiocho mil años. Su total extinción plantea uno de esos enigmas que ha despertado mayor curiosidad. No tenemos una clave cierta y como hemos visto se tejen toda clase de conjeturas pero ninguna concluyente. En el momento de mayor expansión ocuparon un hábitat bastante extenso, La península Ibérica, el sur de las islas Británicas, Francia, Italia, los Balcanes y Grecia, Anatolia y el Oriente medio, rodearon el mar Caspio y llegaron hasta parte de Siberia. Algunos investigadores calculan que en el momento de su mayor expansión llegaron a ser 121


unos quince mil individuos. QuisiĂŠramos pensar que fueron muchos mĂĄs.

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LAS QUESERAS DEL MEDIO

En ciertas ocasiones he preguntado a algunos de mis amigos por “Las Queseras del Medio”. Solo unos pocos han respondido vagamente que se trata de una batalla de las de la independencia de Venezuela. Este emocionante episodio de nuestras gestas libertarias se nos está convirtiendo en nieblas difusas. Para que algunos de mis amigos y sus amigos y los de éstos y otros, ojala muchos, refresquen sus memorias voy a hacerles un breve relato: El doce de abril de 1819 se encontraban las dos fuerzas beligerantes frente a frente, los Chapetones a un lado del río Arauca y los Patriotas en el otro, como sabemos los ríos llaneros colombovenezolanos son verdaderos lagos en movimiento, así que ninguno de los dos bandos se atrevía a cruzar el imponente río. Habían trascurrido algunos días, cuando una tarde Páez le dice al General Bolívar: “Esté atento mi General a lo que va a presenciar”. Páez selecciona 154 llaneros, los mejores jinetes que el ojo humano haya presenciado, entre ellos Juan José Rondón, quien volverá a aparecer en los anales de la historia más adelante. Se alejan en dirección aguas abajo hasta perderse de vista; la tarde empieza a perder luminosidad. Al poco rato se sienten movimientos en la tropa 123


hispana. En el horizonte aparecen los llaneros, raudos como el viento. Nadie entiende nada. Son solo unos pocos ¿Qué pretenden ante un ejército de más de ocho mil soldados bien pertrechados? Los realistas no salen de su asombro; cuando las huestes patriotas están a una distancia un poco mayor que el alcance de las armas, se detienen y comienzan a injuriar al ejército español. Pronto un escuadrón bastante mayor sale en dirección de los lanceros, justo antes de tener que enfrentarlos Páez ordena la retirada, y parten alígeros por entre los matorrales, lo que acicatea a los realistas que se disponen a dar un escarmiento a esos desarrapados. Súbitamente se oye como un trueno la voz de Páez “Vuelvan caras” (algunos historiadores prefieren que Páez hubiera dicho: Volverse carajo), los llaneros dan media vuelta y acometen con tal brío que los desconcertados chapetones no aciertan a defenderse y van cayendo como moscas, solo unos pocos escapan. Los 154 héroes vuelven de nuevo hacia el ejército español lo encaran y lo injurian de nuevo, se repite el libreto, solo que esta vez salen muchos más que en la primera persecución de la tropilla (algunos cronistas estiman que fueron mil hombres), ya casi oscurece y los españoles pasan trabajos con el terreno desconocido y la penumbra, cuando ya les pisan los talones se oye de nuevo el trueno “Vuelvan caras”. La matazón se repite y el desconcierto español es total. Los patriotas, ya casi en oscuridad total se colocan en las mismas posiciones anteriores, gritan como 124


algarivos y sorpresivamente cargan contra el grueso del ejército español, causando gran mortandad. Al amparo de la oscuridad escapan y regresan río abajo hasta encontrar el vado por el cual habían cruzado. Tornan sonrientes a su campamento, donde son recibidos con honores. Solo tres valientes no retornaron. Decir que las Queseras del medio fue una batalla me parece impropio, fue un alarde de valor y baquianía.

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LAS RELIGIONES PROFETICAS

Llamadas así no por que hagan predicciones sobre el futuro, llamadas profecías- el más común de los significados de la palabra profeta es: poseedor del don de la profecía- sino por haber sido fundadas por un Gran Profeta y en esta oportunidad recordemos otra acepción de Profeta: hombre que habla en nombre y por inspiración de Dios. Se considera que pueden ser llamadas así seis grandes religiones: La más antigua, el Hinduismo, forma ulterior y más moderna de la antigua religión Brahmánica, donde los dioses entregan al hombre la sabiduría, contenida en los Vedas sus libros sagrados. Rama es uno de sus primeros avatares, uno de sus más importantes Profetas. Ya tenía el hombre la sabiduría, pero era duro, no conocía la compasión, esta sería enseñada a la raza de los hombres por Budha Gautama, primer gran Profeta de la que sería la religión Budhista. El hombre desconocía la pureza y Zaratustra (o Zoroastro) fue enviado por el arcángel Gabriel a enseñárnosla, el Zoroastrismo (también llamado Mazdeísmo) tiene su libro sagrado con las enseñanzas de su profeta, El Avesta, mal conocido como El ZendAvesta. Llamaron a Dios Ahura-Mazda, bautizaron a los arcángeles, 126


nos aterrorizaron con el infierno y los demonios, nos alegraron con los ángeles y el cielo, y nos pusieron a pensar en el Juicio Final. Los descendientes de Adán fuimos siempre indisciplinados, no conocíamos la majestuosidad de la Ley, Moisés nos la trajo del monte Sinaí: Las tablas de la Ley. La Torá (el Pentateuco) es su primer monumento y la religión de los judíos, El Judaísmo, la ha cuidado con celo extremo a través de los milenios, guardando el pacto que hicieran con su temido Yahvé. El

dulce

Jesús

vino

a

enseñarnos

el

auto-sacrificio,

demostrándonoslo con el suyo propio. Y generando un verdadero Tsunami civilizador: EL Cristianismo. Solo hay un Dios y es Allah, nos dice el tratante de camellos, reclutado también por el arcángel Gabriel, para dar inicio a una civilización que asombró al mundo: Mahoma , quién oyó la voz de Dios y de Gabriel por veintitrés años, y sin escribir una letra nos legó el hermoso y poderoso Corán. La Illaha Il Allah: Nada es sino Dios, solo Dios es, nos repite incansablemente El Islam. Todas estas Religiones (de Re volver a, y Ligare, ligar, atar) tienen en común que sus vidas no se cuentan por lustros ni aun por siglos, todas son o fueron milenarias y han abarcado enormes poblaciones, desbordando las fronteras políticas.

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El Hinduismo quedó casi circunscrito a la india, pero no olvidemos que esta es un verdadero continente y sus libros sabios, los Vedas, ostentan una venerable edad de varios milenios, quizá cinco. El Budhismo habiendo nacido en la India conquistó el corazón de casi todos nuestros hermanos amarillos y es hoy un venerable y vigoroso anciano de dos mil quinientos años, que no cesa de advertirnos los peligros de los apegos y el camino del no sufrimiento. La pureza Zoroastriana acendró toda el Asia menor por más de mil quinientos años, con una enseñanza esencialmente dualista, el principio bueno Ormuz y el malo Ariman. Solo nuestros hermanos judíos fueron parcos en sus conquistas territoriales, pero su enorme influencia en el mundo actual, compensa con creces su diminuta geografía. El mensaje ordenante, de amarnos los unos a los otros, se desparramó por todas las Europas, la misteriosa y sometida oriental de los mujiks y la belicosa occidental de los cruzados, se regó por el sur del continente negro, se tomó a sangre y fuego las Américas y de carambola llegó a la gran isla, Australia. Llevamos dos mil años discutiendo las dos naturalezas de nuestro Dulce Maestro. El Islam, refinado, culto y tolerante, pero implacable en su guerra santa, se desbordó desde la arenosa Arabia, por el oeste a casi toda 128


la cuenca del otrora Mare Nostrum, y por el este hasta las bajas tierras del hoy llamado Bangladesh. Habiendo producido uno de los más deslumbrantes momentos estelares de la humanidad, la España Musulmana, donde sentaron sus reales durante más de setecientos años. Podemos calcular la edad del Islam en unos mil cuatrocientos años. Decíamos que las religiones proféticas son o fueron milenarias, el fueron cobija solo a una, que fue eliminada, casi borrada de la faz de la tierra y lo fue por otra, un enorme fratricidio, que no quedó impune. Es bueno recordar que los ejércitos del Islam, las huestes de Omar arrasaron, aniquilaron y casi que borraron de la faz de la tierra a la religión de Zoroastro, la religión de la pureza y la más antigua de las religiones monoteístas, salvándose en unos pocos que huyeron a la India, los Parsis, quienes hasta el día de hoy profesan su religión. Para ese entonces los hijos del Profeta se habían quebrado en Sunitas y Chiítas; a estos correspondió sojuzgar

territorios

principalmente Persas, quedando impregnados de esa proto-religión, quedaron Zoroastrizados, tal y como ocurrió con los judíos que regresaron de su cautiverio en la Babilonia Zoroastriana con una religión bien distinta de la que llevaron (a su regreso trajeron: Ángeles, demonios, Satanás, cielo, infierno, resurrección, juicio 129


final), de ahí que la guerra a muerte entre Sunitas y Chiítas ya no fue puramente dinástica, se torno además

doctrinaria y eso entre

fanáticos no se perdona, ni se transa. Y esa fue la revancha del Zoroastrismo. Tenemos que de las seis, cuatro son claramente monoteístas, la religión de Budha no menciona ningún Dios (existe una facción minoritaria que si lo hace) pero sin declararse atea. La antiquísima religión de los hindúes, presenta un panteón asaz prolífico, pero al igual que los politeístas egipcios, sobre todos esos diosecillos prima una tríada: Brahma, Vishnú y Shiva sospechosamente similar al Dios trino de los cristianos y a la trinidad egipcia Isis-Osiris-Horus.

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LOS MUNDOS MICROSCÓPICOS

Lo que voy a compartir con ustedes, no es un tema agradable, hace más de un año lo tengo guardado entre pecho y espalda, creo que dada su importancia amerita vencer mi resistencia. La ingeniería que en suerte estudié nos ofreció el conocimiento de algunas materias poco usuales en carreras técnicas, me refiero a la microbiología y la parasitología, siempre consideré una fortuna haber podido mirar con cierta profundidad estos extraños y sobrecogedores mundos. Desde hace unos meses me he estado encontrando , cuando “sapeo” en mi tele, un individuo de luenga cabellera y ojos saltones, quien trata en sus programas precisamente de estos dos temas, (parásitos y micro-organismos) en todas las ocasiones me ha dejado perplejo, pero vi un programa que no me lo puedo guardar dadas las implicaciones que en nuestra vida cotidiana tiene. La Escherichia Coli en nuestras casas Esta bacteria de la familia de las enterobacteriáceas, vive en el intestino del hombre y los animales superiores, su presencia en los alimentos y aguas indica contaminación fecal. En el programa de

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marras hizo un muestreo por algunos puntos clave de una residencia en busca del E. Coli. Como es lógico comenzó por el inodoro, tenía un kit completo para ir rastreando el “animalito”, advirtiéndonos que donde quiera que lo encontrara indicaba contaminación fecal, además de encontrarlo tenía la forma de hacer un conteo de éstos, así que entre mayor fuese el número, mayor sería el grado de contaminación. Comenzó haciendo un frote con un algodón en el biscocho, objeto en forma de O localizado debajo de la tapa, precisamente donde nos sentamos. Evidentemente encontró que allí estaba aunque en cantidades no alarmantes. Luego repitió la operación en el anverso del mismo, como era de esperarse allí la situación si era alarmante, se debe al salpique de gotitas; cada vez que levantamos el dichoso biscocho, tocamos un poco esta cara y contaminamos nuestras manos, recordemos que además de contaminarlas con el E. Coli, las estamos contaminando con materia fecal, como no siempre nos aseamos bien nuestras manos, salimos del baño portando tan desagradable carga. Luego continuó su búsqueda en la cocina, comenzando por el fregadero y ¡oh sorpresa!, estaba altamente contaminado, luego los mesones e igual, ¿Cómo podía ser esto? Pues de las manos pasaba a la esponjilla y de esta al fregadero y a los mesones, en su investigación encontró que los mesones menos contaminados eran precisamente los más sucios, aquellos que no se aseaban, 132


generalmente en casas de estudiantes y solteros, claro nunca fregaban los mesones. Cabe advertir que una investigación como esta, hecha para una prestigiosa cadena como la Nat-Geo, no se limita a una muestra, se hace con muchas muestras, para evitar resultados erróneos. De la cocina pasó al sitio más crítico, la lavadora, resulta que al lavar la ropa se juntas varias clases de prendas, por ejemplo medias, camisetas, pañuelos, camisas, calzoncillos y cucos entre otras. Los calzoncillos y los cucos vienen cargados de E. Coli y su compañero infaltable, las heces humanas, pues esa es una de sus funciones (la de los cucos y calzoncillos). Allí se produce un proceso democrático, la materia fecal se distribuye uniformemente en toda la ropa. Midiendo fielmente la cantidad contenida en la ropa y la que inconscientemente vamos ingiriendo con el paso de las horas, por contacto con nuestras prendas, encontró que nos comemos, así literalmente, un cuarto de gramo de heces al día, “es bien poco dijo alguien” si pero hay dos consideraciones que bien vale la pena hacer: No es solo de la nuestra, es un muestra bien balanceada de la de todos los habitantes de la casa, y si multiplicamos por trescientos sesenta y cinco días tendremos que estamos ingiriendo (comiendo) unos noventa gramos al año.

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Nada agradable saber lo que nos estamos comiendo sin sospecharlo, entonces ¿cómo proceder? Se me ocurren algunas medidas a tomar ojala inmediatamente:  No lavar los calzoncillos y cucos en la lavadora.  Volvernos puntillosos con el aseo de nuestras manos cada vez que usemos el eufemísticamente llamado wáter  Mantener una solución de cloro a la mano y a diario asear con ella los puntos citados del inodoro.  Si aun en nuestra casa tenemos muchacha del servicio, concientizarla hasta el cansancio de la importancia de la observancia de éstas medidas.

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DE MATRIARCAS

Hace unos días recibí un correo de una amiga, donde citaba una serie de ejemplos del carácter marcadamente “machista” de nuestro hablar, perro, zorro , público, lobo y muchos otro sustantivos que al ser adjetivizados, dan al macho cualidades admirables mientras que a la hembra la deshonran, perra loba etc. Quise responderle inmediatamente aceptando sus asertos y a la vez ofreciendo todas las disculpas que un ser civilizado puede dar por todas las atrocidades que los varones hemos cometido contra las féminas desde…..no lo sabemos exactamente, pero podemos recordar que los inteligentes griegos las confinaron a los gineceos, y salvo las hetairas, eran completamente ignorantes y no participaban en sus decisiones, los hindúes las quemaban vivas, la abominable “sutee” donde las concubinas y esposas eran quemadas a la muerte del varón. Los musulmanes de casi toda el África negra las mutilan para impedirles el placer, arrancándoles desde niñas su adorable clítoris, y en nuestra “civilizada y avanzada” cultura más de la mitad son ultrajadas por sus compañeros, ya sean esposos, amantes, o dueños que todavía los hay, mencionemos como fueron asadas masivamente por los curas durante la infamante inquisición, los protestantes aún no responden por la quema de brujas, los poco amistosos suizos estuvieron al borde de quitarles el derecho al voto en tiempos muy recientes. La 135


relación no pretende ser exhaustiva, solo demostrativa. Pero no siempre fue así. Remontémonos a los tiempos en que empezamos a erguirnos dejando atrás la útil y sensual cola y nuestros cerebros comenzaron a crecer explosivamente dejando atrás, muy a la zaga, a nuestros más inmediatos parientes, los simios, podemos datar a nuestra primigenia madre, Lucy

como viviendo hace unos tres

millones de años

Éramos pequeños, lentos, sin potentes garras ni poderosos colmillos, la única ventaja era la decisiva inteligencia, las condiciones fueron muy duras, los cambiantes climas los hacían moverse continuamente en busca de la vivificante agua y de las presas de caza, a menudo su precaria existencia estaba amenazada por la sed y el hambre. Durante aquellos cientos de millares de siglos, toda la angustia por la supervivencia estuvo paliada por….las mujeres, tuvieron tres roles que les dieron una contundente supremacía sobre los machos. Fueron las sanadoras, acumulando durante milenios un saber farmacopeico, que solo fue superado por las más modernas medicinas. (Si es que lo superamos) La participación masculina en la procreación fue salvadoramente ignorada por los varones, quienes se rendían ante el portento de las hembras, al asegurar la continuidad del grupo.

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Y lo más decisivo para su larga preponderancia fue sin duda su sexto sentido, la intuición para resolver situaciones dramáticas, ¿donde podrían encontrar agua cuando agonizaban de sed?, ¿dónde encontrar presas o frutos cuando el hambre los atenazaba? Parece que en cada grupo se destacaba alguna por sus cualidades intuitivas que muy seguramente provinieron de su conexión con las diosas madres. Construyeron los primeros altares (los círculos de piedra) donde entraban en trances que les permitieron entrar en contacto salvador con esas primeras deidades. Así las matriarcas marcaron el paso de nuestros proto-abuelos; mientras los machos iban de caza, las hembras, los adolescentes y los niños se dedicaron a la recolección de vegetales, frutas, granos, raíces, verduras silvestres, etc. contribuyendo a la alimentación del grupo en forma, muchas veces, más exitosamente que los cazadores. Ya en tiempos del los abuelos neandertalenses, la gastronomía contaba hasta con doscientas especies vegetales (hoy no sobrepasamos la docena, haga cuenta usted de con cuantos vegetales completamos nuestra dieta). Pero finalmente este orden fue alterado completamente, algunos paleo-antropólogos ubican este cambio en el advenimiento del neolítico, cuando las poblaciones se habían hecho tan numerosas que, la caza y la recolección fueron insuficientes, los territorios se convirtieron en fuentes de conflictos al traslaparse agresivamente. Así nos fuimos haciendo sedentarios al amparo de la naciente 137


agricultura. Los asentamientos siempre fueron vecinos de alguna fuente hídrica. Este nuevo orden, que inexorablemente se fue imponiendo, fue llamado también “la maldición del neolítico” la salida del paraíso. Para ilustrar este aserto, voy a citar brevemente un autor, Franz Xaver Faust etnólogo alemán de fuertes vínculos con Colombia. Existen muchos enfoques en las reflexiones sobre el gran cambio entre el paleolítico y el neolítico. Pocos ponen la suerte de las personas en el centro de la observación. Comparemos la calidad de vida de unos y otros.

“La cacería y la pesca son un alto reto a los saberes, los conocimientos y la capacidad de relacionarlos con las experiencias actuales. Son actitudes que exigen la máxima atención de los sentidos que deben estar conectados directamente con la reacción en un arco de reflejos. Cacería y pesca son de por si meditaciones que entrenan tanto al cuerpo como al espíritu, en eso reside ya mucha satisfacción. Si la cacería y la pesca son exitosas la satisfacción es completa e inmediata. Algo muy parecido se dice de la recolección, son por eso muy entretenidos y no permiten el aburrimiento.

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La vida de los paleolíticos fue entonces marcada por exigencias de saberes, conocimientos, capacidad de relacionar estados físicos, reflejos, atención de los sentidos y capacidad de improvisar en situaciones inesperadas. Esas fueron exigencias cotidianas. Fuera de los periodos de máxima escasez nos enseña la vida de cazadores y recolectores actuales, que siempre queda mucho tiempo para conversar, jugar, música, arte y el juego erótico. En comparación con la vida de los cazadores y recolectores la vida de los cultivadores exige relativamente pocos conocimientos y una mínima atención de los sentidos; la rutina reemplaza la sorpresa e improvisación. La satisfacción se postergó a un lejano día de cosecha, solo ciertos movimientos se entrenan en continua repetición, además queda muy poco tiempo para conversar, jugar, música, arte y lo erótico. El hombre se originó como cazador, pescador y recolector, por eso este estilo de vida nos da satisfacción, placer y entretenimiento. Mientras tanto para la vida de agricultores nos sobran muchas capacidades físicas y sobretodo

intelectuales, pero nos tocó

adaptarnos a la rutina, el aburrimiento y el monólogo interno. La satisfacción inmediata o cercana se aleja por meses, algo que causa frustración. En la falta de placer por una cotidianidad entretenida, retante e interesante, en el monólogo interno por el aburrimiento en

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la rutina y la frustración por falta de éxito inmediato, están las raíces de la maldición neolítica. Comparemos un día en la vida de un habitante del paleolítico con la de uno del neolítico: El paleolítico se despierta por el frío de la madrugada al lado de la fogata casi apagada. Le pone un trozo de leña. Su mujer le prepara el alimento de restos de su recolección del día anterior y restos del animal que ayer ha cazado. Mientras tanto el observa el estado del tiempo; sus experiencias y las enseñanzas de los mayores, le permiten conclusiones sobre donde van a estar los animales. Toma su lanzadera, unas lanzas y tal vez un bumerang, sale a su expedición en compañía de su pequeño grupo; su atención fija en todo lo que se mueve pero también en lo inmóvil porque no quiere pisar una espina o un alacrán; camina con máxima cautela sin causar ruido, después de horas llegan a un pequeño charco sin causar ruido. Se paran en un lugar desde donde divisa todo el charco. Permanecen inmóviles, sus ojos y oídos registran todo, pasa el tiempo hasta que se muestra algún animal. Todos sus cuerpos y sus sentidos están en máxima atención. El animal esta ahora muy cerca. Durante todo este tiempo tenían las lanzaderas cargadas con una lanza, arriesgan el tiro, apuntan bien, pero el animal herido alcanza a huir. En su fuga pasó el animal por matorrales, bosques y hasta atravesó terrenos de pura roca. El conocimiento y los sentidos despiertos no los dejan perder las 140


huellas. Por fin se encuentran al animal y logran acercarse a él y lo matan con otras de sus lanzas. Ahora están en terreno desconocido pero se orientan sin problemas. Al atardecer llegan llenos de satisfacción y orgullo a sus refugios. Fue un día satisfactorio también para las recolectoras, han encontrado frutos, granos y raíces muy sabrosas que ya han preparado. Se parte el animal y le dan a cada uno del pequeño grupo la presa que les corresponde, El grupo se reúne a la luz de la fogata. El cazador relata las peripecias de su excursión. Unos coquetean, otros cantan. Las mujeres planean la excursión de recolección del próximo día, los hombres la pesca colectiva en el río cercano. Los niños ya se acuestan, el cazador se retira a tocar la flauta, una mujer se le acerca para premiarlo por su éxito consintiéndolo con sexo. Comparemos este día con otro de un pueblo de cultivadores neolíticos. En una casa de bahareque con techo de paja se despierta la mujer con los primeros cantos de los pájaros. Se levanta para moler trigo y cernir la harina, prepara tortillas para el desayuno. Con la primera luz del día se levanta el hombre, desayunan juntos. Después toda la familia se va al cultivo, la mujer carga al niño menor, el hombre y los hijos mayores empiezan a cortar el trigo, los niños más pequeños y las mujeres amontonan el trigo y lo llevan a 141


una choza cerca de la casa. Antes del medio día la mujer se retira para preparar el almuerzo. El trabajo dura hasta el principio de la noche. Comen y cansados se acuestan. En ese día no cosecharon sino una mínima parte del trigo. Aun falta trillar, abonar, arar, sembrar y muchas faenas más. Los grupos han perdido su movilidad. La defensa del territorio se ha convertido en algo absolutamente esencial. La necesidad absoluta de defender a toda costa el territorio tuvo muchas consecuencias. Una de ellas fue el cambio de la prevalencia en matrilocalidad a patrilocalidad. En las sociedades matrilocales los cónyuges de las hermanas de la mujer no fueron una compañía confiable en el combate, mientras en los propios hermanos si se podía confiar, y eso exige patrilocalidad. La mayoría de los pueblos se convirtieron en comunidades patrilocales cuando empezaron a depender del cultivo. Por el alto prestigio del guerrero cayó la estima de la mujer. La mujer entró al rol reducido de la productora madre,- se necesitaban muchos hijos- y trabajadora. Los machos ya han descubierto su participación en la procreación, el alimento y el agua ya no dependen de la intuición femenina, se ha iniciado el terrible predominio de los machos, se acaba la armonía”.

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Hemos visto el gran cambio donde todos fuimos perdedores, debido a la presión demográfica. Desde ese entonces los varones toman todo el control, podemos ubicar este cambio cronológicamente hace unos diez mil años, Las guerras comienzan, la desarmonización causada tendrá consecuencias lamentables. Llegará la edad del bronce, seguida de la del hierro. Los hindúes llaman a este periodo el Kali- Yuga, tiempo de destrucción y muertes, los mayas la última Cuenta Larga, y los peruanos el último Pachacutec. Afortunadamente y como decían nuestros abuelos “no hay mal que dure cien años”. Las profecías, el deterioro ambiental, la miseria generalizada, la corrupción, los armamentos nucleares, y todos los demonios que parecen tener patente de corso, muestran un convergencia hacia un cambio radical, donde necesariamente las dos energías primigenias, masculinidad y feminidad retomarán su sano equilibrio, restituyendo la dignidad de la mujer, permitiéndole asumir sus propios roles, entonces, solo entonces, los idiomas no serán machistas, y la humanidad tendrá obligatoriamente que cambiar radicalmente de rumbo, so pena de extinguirnos. Quiero presentar una última conclusión, El matrilocalismo duró decenas de miles de siglos, su contraparte solo lleva unos cien.

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PARAGUAY, TRES MOMENTOS

PRIMER ACTO: EL IMPERIO JESUÍTICO.

El padre general de los Jesuitas, Claudio Acquaviva, funda la provincia jesuítica del Paraguay en 1604, pero solo inicia su vida en 1607. Abarcaba territorios de Argentina, Uruguay, Bolivia, norte de Chile, el sur del Brasil y todo el Paraguay. La sede provincial quedaba en la ciudad de Córdoba, Argentina. Desaparece en 1768 a raíz de la expulsión de los jesuitas de todo el imperio Español. Tuvo por lo tanto una duración de 161 años. Fue tal el grado de dominación por parte de los padres, que se ha dado en llamarle El imperio Jesuítico, (Leopoldo Lugones). Nunca antes se había dado un caso de avasallamiento tan absoluto por parte de una casta dominante sobre un pueblo vencido en desigual guerra. Las tribus que conformarían este singular experimento fueron las que habían sido más golpeadas por el régimen anterior, era tal el grado del maltrato, que aceptaron dócilmente el nuevo amo con la 144


esperanza de mejorar un poco sus precarias condiciones de vida. Fueron muchas las tribus esclavizadas, pero dadas sus similitudes podemos englobarlas como Guaraníes. Fue una utopía (no hay tal lugar), pero con dos calidades de habitantes, los Padres por un lado, eran ni más ni menos que semidioses, Dios y el superior de la comunidad estaban casi en el mismo nivel; por el otro los indios, quizá un poco más que animales. Un régimen socialista-esclavista, donde la vida de un pueblo fue tan regulada por sus benefactores (verdugos), como nunca antes se hubiese visto. Los pueblos fueron construidos con un mismo modelo, un damero con ligeras variaciones obligadas por las topografías, una plaza central de ciento veinticinco metros de lado, con la iglesia, el convento y el cementerio en uno de los costados, los otros tres con casas de piedra , un poco más ornadas que el resto; todas

se

componían de un solo espacio, con una ventana hacia fuera y una sólida puerta, el piso era de tierra apisonada, el techo de tejas rojas y a dos aguas, se cocinaba afuera, las calles no tenían veredas; los costados de la plaza trazaban las cuatro calles que con casas a lado y lado conformaban cada poblado. Estaban bien abastecidas de agua y la red de caminos entre los poblados era buena. Las poblaciones casi nunca sobrepasaban los cuatro mil habitantes.

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A los cinco años los niños pasaban a manos de la autoridad bajo el patronato de alcaldes especiales que vigilaban su trabajo diario, siendo sometidos a un estricto régimen disciplinario. No bien rompía el alba los infantes pasaban a la iglesia para oficios religiosos, de donde eran llevados al trabajo de campos y talleres hasta las tres de la tarde. Luego otra tanda de rezos, conducidos luego bajo la vigilancia de los capataces, a sus casas; así rompieron la relación de paternidad, pues los padres casi no se veían con sus hijos. Cuando llegaba el momento de tomar un oficio este era escogido por los santos padres. Igual ocurría con los matrimonios, los padres conformaban las parejas sin la más mínima participación de los contrayentes, produciendo de este modo verdaderos apareamientos. El trabajo forzado y obligatorio para todos sin obtener para ellos sus frutos, lo convirtió en algo aborrecible, las mujeres, fuera de hilar y trabajar la tierra nada sabían, siendo rarísima la que supiera cosiera. Los Padres ejercían la justicia, pudiendo aplicar hasta la pena de muerte, sin embargo el látigo era el preferido de sus santidades, teniendo el agraciado con una azotaina, que ir de rodillas a besar la mano de su verdugo en señal de agradecimiento por haber sido corregido. La precaria vestimenta era tan elemental que no hubo necesidad de costureras, todos andaban descalzos, los padres fueron los modistos de esta infamia. Asimismo las comidas fueron reguladas, uniformizadas, dosificadas, calculadas para lindar con el 146


hambre. (¿Adivinen por quiénes? ) con solo pensar en los efectos de la cristiana confesión en estos pobres infelices, a quienes ni siquiera les quedó el reducto de su propia conciencia, pues hasta allí llegó el inquisitorial control, se da uno cuenta de las situación de indefensión de los guaraníes. El imperio llegó a tener ciento cincuenta mil indios, todos trabajando para la compañía durante ciento sesenta y un años, si tomamos un promedio de cien mil indios durante solo cien años y hacemos el computo de salarios con un cuarto del mínimo que actualmente rige en Colombia, sin prestaciones ni parafiscales ni nada de nada, tendríamos que la Compañía adeuda, sobre todo a los Guaraníes del Paraguay, la enormidad de $7.2 X 10 a la 17, o sean $720.000.000.000.000.000, más o menos unos 360 millones de millones de dólares. (Similares cuentas se pueden hacer sobre la deuda de los blancos con los negros de Norteamérica, solo que a una escala mucho mayor.)

SEGUNDO ACTO: EL DOCTOR FRANCIA Su Excelencia, José Gaspar Tomás Rodríguez Francia, nace en una fecha tan incierta como él mismo, pudo haber sido entre 1756 y 1766, hijo de un contrabandista de tabaco, discípulo de los 147


franciscanos en su pueblo natal y destinado a la iglesia, se graduó en teología y derecho canónico en la ciudad de Rosario, dada su naturaleza nerviosa y su proterva esquivez, vive en solitario, no se relaciona con nadie, pero eso sí, su naturaleza asaz violenta no deja de manifestarse desde un comienzo, a tal punto que por alguna nimiedad ataca

a un compañero con un cortaplumas que

previamente a afilado para tal fin, atenta contra uno de sus profesores fallando en el intento, y a otro de sus compañeros que se le ha comido unos duraznos, a punta de pistola le hace tragar los carozos. A la muerte de su padre, a quien despreció desde su juventud, abandona la teología y se hace abogado. Hábil en el uso de la intriga pronto llega a hacerse alcalde de Asunción convenciendo a sus habitantes por su inflexibilidad, luego llega al congreso y ladinamente escala un

Consulado, dignidad compartida con un

ignaro domador de caballos a quien pronto saca de circulación, haciéndose nombrar “Dictador Perpetuo”, en el año de 1817. Se hacía llamar Francia para presumir de sus ancestros galos. Temeroso de la introducción de ideas contrarias a las suyas rompe relaciones con Brasil, Buenos Aires y con todas las provincias limítrofes, y aislando de esta manera al Paraguay de todo el resto del continente.

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Enfermizamente desconfiado crea una policía secreta para detectar conspiraciones, bajo cuya férula empiezan a caer sospechosos, que tras una pasada por la cámara del tormento, donde el látigo oficiado por dos corpulentos matarifes, lograba confesiones que satisficieran la voluntad del tirano. Los fusilamientos se vuelven cosa de cada día, y él, que ha aprendido a disfrutar del dolor ajeno no falta a ninguna, no se sabe cuántos infelices cayeron víctimas de sus temores porque destruía con sus propias manos las órdenes que horas antes había emitido. Fue tan celoso de la economía que solo permitía tres cartuchos por cada ejecución. En 1822 el famoso médico, botánico y explorador científico, compañero de aventuras y exploraciones de Alexander von Humboldt, Aimé Bompland quien se hallaba en el país, fue acusado de conspiración y detenido por nueve años, Bolívar y el mismo Humboldt abogaron por su libertad. Cuando sale a la calle rodeado de su guardia pretoriana, personas prefieren esconderse en sus casas;

las

algunos perros

callejeros que osan ladrar al cortejo son muertos a garrotazos. Receloso de las conspiraciones ordena a su guardia disparar contra quien se atreva a mirar su palacio. Es el paradigma de la maldad y el terror, encarcela por causas insignificantes, adobando el encierro con hambre y sed. 149


En sus delirios de grandeza decide parecerse a Napoleón usando prendas similares a las usadas por este, medias de seda y un sombrero, caricatura del usado por el Corzo. Encarcela a sus familiares y a una hermana intenta fusilarla por haberse reconciliado con su marido. Muere miserablemente, solo y desatendido, por el temor de los que le rodean de entrar en su habitación sin su consentimiento, una liberadora apoplejía lo deja mudo, así que no pudo pedir su auxilio, cuando por fin sus soldados se atreven a entrar lo encuentran frío, como lo fue su terrible mirada, era el día 20 de septiembre de 1840, los paraguayos tuvieron que sufrirlo hasta sus ochenta años. A su favor hay que decir que fue

el principal bastión

en la

independencia, no solo de España sino de Buenos Aires, su meticulosidad, energía y honradez le dieron el impulso que un país naciente necesita, que el aislamiento de sus vecinos fue una medida necesaria dada la calidad de los gobiernos vecinos y que impulsó el progreso en todo sentido, dejando el país listo para el segundo gran empuje que le daría Carlos Antonio López y que estaba rematando su hijo Francisco Solano López, colocando al Paraguay en posición cimera entre todas las nuevas naciones de la América no anglofranco parlante, cuando se le vino encima la cuádruple pandilla.

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TERCER ACTO: FRANCISCO SOLANO LOPEZ Y LA GUERRA DE LA TRIPLE INFAMIA ( ALIANZA)

Francisco Solano López nace el 14 de julio de 1826 y en 1862 sucede a su padre Carlos Antonio en la presidencia del Paraguay, quien había sido electo por el congreso por tres períodos consecutivos, desde 1844 a 1862. El Mariscal recibe un país digno, sin deudas, con carreteras, telégrafos, industrias, astilleros, hospitales y el primer ferrocarril de Suramérica, un ejército bien entrenado y bien dotado, una población entusiasta, buen sistema educacional bilingüe, país digno de ser envidiado y esa fue su perdición. La Pérfida Albión, léase Inglaterra, no podía soportar tanta independencia, ni que sus omnipresentes productos tuvieran competencia. El imperio Brasileño ambicionaba tierras paraguayas, y Mitre desde argentina sentía igual. Solo la república oriental del Uruguay carecía de apetitos guaraníes, y tenía un tratado de mutua defensa con la única república bien organizada, rica, y pujante de toda América latina por aquellas calendas. La gran infamia, el enorme e impune fratricidio se trama bajo la celestina presión británica sobre esos gobiernúsculos, títeres 151


ambiciosos y envidiosos, que no dudaron en confabularse por la partija del hermoso y rico Paraguay. El crimen, se consuma forzando militarmente también al Uruguay a unirse a la pandilla agresora, reticencia que fue cobrada en la repartición del botín: no le tocaron despojos y tuvo que quedarse enano, el más chico de Sudamérica. Los valientes paraguayos se defendieron como tales, su presidenteuno de los mejores gobernantes que país americano haya tenido- cae patrióticamente, exclamando ¡Muero con mi país!, en la batalla de Cerro Corá, donde se enfrentaron en proporción de uno a doce, con las huestes de la triple gavilla. Su disciplinado y aguerrido ejército hizo morder el polvo muchas veces a los agresores, pero la gran diferencia numérica y los fondo$ ingleses vencieron la férrea voluntad Paraguaya. La nación pierde un tercio de su territorio, seis séptimos de sus varones y cuatro quintos del total de la población, queda destruido, arrasado física y moralmente, y como si fuera poco debe endeudarse para pagar las “indemnizaciones de guerra”. Es bueno hacer constar que a los argentinos les fueron dando reatos de conciencia y hubo protestas y finalmente se quedaron solo como observadores esperando que Brasil-Uruguay se acabaran de tragar a la dignísima víctima. Pero a la hora del reparto contestaron a lista. Habíamos dicho “y como si fuera poco”, pero las desgracias del Paraguay no habían terminado, cincuenta años después tuvo que 152


encarar la guerra de nuevo, esta vez con Bolivia. El río Paraguay significaba para los dos países una salida navegable al mar, cuestión vital - Bolivia acababa de perder su costa Pacífica con Chile- y la sospecha de yacimientos petrolíferos en esos yermos, con el acicate de compañías petroleras aspirantes a las concesiones, fueron motivo bélico y las dos naciones más pobres de Sudamérica se fueron a la guerra y acabaron depauperándose de tal modo que aun hoy no se recuperan. Entre ambos perdieron cien mil hombres. Cuando la Compañía de Jesús fue expulsada y muere su imperio, ya había nacido el tirano Rodríguez Francia y cuando éste muere solo faltan cuatro años para que asuma el poder Carlos Antonio López, y veinticuatro para la segunda calamidad, “La guerra de la triple alianza.”

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PENSAR QUE PENSAR DEBÍA...

¿Te acuerdas del la canción de Serrat? Si pienso que estoy pensando, también tendría que afirmar que pienso que estoy pensando que estoy pensando, y luego: que pienso que estoy pensando que estoy pensando que estoy pensando y como en una serie numérica, sin poder detenerme: que estoy pensando que… etcétera, etcétera, y todos los etcéteras que quieras agregarle. Pensemos que hace unos veinticinco siglos, un ateniense desde el ágora pregona que todos los atenienses siempre mienten. Este hipotético hecho no nos perturba, pero nuestro amado lenguaje no lo tolera, lo hace tener retortijones. Si el aserto del griego es cierto, el estaría diciendo la verdad, y como buen ateniense tendría que mentir. Si su afirmación fuese falsa, estaría mintiendo, y por lo tanto los griegos no mentirían, aunque sabemos que siempre lo hacen. Creo saber que al menos la segunda es una paradoja. También los matemáticos las sufren, hace unos ochenta años, un excéntrico, medio loco y genial matemático Checo demostró por medio de las mismas matemáticas, que éstas, en medio de todo su esplendor, de toda su precisión, siempre producirán algunos resultados locos.

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Sabemos que los sentidos, como algunos atenienses, nos dicen mentirillas, cuantas veces un objeto para nosotros invisible, simplemente es que va más veloz que nuestra capacidad de percibirlo: una bala (disparada por supuesto). Y cuantas veces no arriesgaríamos hasta nuestra propia cabeza afirmando que algún objeto está quieto, como la luna, la manecilla que marca las horas en un reloj, y ¿qué tal cuando vamos al cine? allí viendo series de imágenes fijas nuestro ojo las pone en movimiento. Cuando afirmamos que la rosa es roja, estamos a ciento ochenta grados de la verdad (si es que esta existe), la rosa es del color que produce la combinación de todos los otros colores del espectro. El único color que no es la rosa roja, es el rojo, esa bendita frecuencia de radiación electromagnética fue rechazada por la flor, enviándola a nuestros ojos, quedándose con el resto, ergo? No podemos confiar plenamente en nuestros sentidos, ni en nuestro lenguaje, ni en las matemáticas, ni en nuestra lógica, (un electrón puede pasar por dos sitios simultáneamente o pasar de un lugar a otro sin hacerlo por los puntos intermedios, efecto túnel) desafiando altaneramente nuestra aristotélica lógica ¿Cual debe ser entonces el criterio de nuestro conocimiento del mundo exterior? ¿Será que nos es imposible, con los medios de que disponemos, los sentidos, mente, conciencia (a propósito que es eso?), llegar a conocer lo externo a nosotros? 155


Ahora sabemos que la información que recibimos algunas veces viene trucada, ¿Cómo saber cuándo? ¿Será que siempre estamos siendo engañados? ¿O solo en algunas ocasiones?

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LA RE-ENCARNACIÓN

Mucho se habla de la re-encarnación, todos creemos saber cómo es eso, la concepción más generalizada es más o menos así: Al morir nuestra alma va a algún lugar parecido a una sala de espera, mientras es remitida nuevamente a un cuerpo para iniciar una nueva vida en un tiempo posterior al de nuestra muerte. Al ir transcurriendo esta nueva vida no recuerda absolutamente nada de esa vida anterior, pero por efectos de una ley que la mayoría llama la ley del karma, que es como una contabilidad que a cada uno de nosotros nos es llevada por quien sabe quien, cada acción mala, pecado, causa un número de puntos rojos, digamos y cada acción meritoria da puntos blancos, El balance final, de rojos versus blancos, da la pauta para la siguiente ronda. Al pobre infeliz cuyo saldo sea bien rojo, se le mete mano dura, enviándolo a una vida colmada de penurias cuya intensidad aumenta en proporción al des-balance rojo-blanco. Las tablas calificadoras van decreciendo a medida que el balance va mejorando en favor de los blancos, hasta que nos adentramos en la región ya completamente blanca y dentro de esta se asciende hasta que nos encontramos con esas almas superiores que se están dando el

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retoque final, para que esta se su última encarnación. Han, finalmente logrado detener la rueda de la fortuna. En oriente existen muchos creyentes en la metempsicosis, que consiste en la reencarnación algunas veces en animales, por ejemplo un alma que deba el oro y el moro, podría tener una vida como perro y no precisamente faldero. Los creyentes de esta última posibilidad son pocos y acá en occidente nunca he oído tal. Analicemos algunas implicaciones que esta teoría tendría: La primera, y que hace que muchas mentes dotadas de gran sensatez adopten esta idea, es que tiene mucho más sentido el ir arreglando las cuentas en vidas sucesivas y no que por una embarradita de penúltima hora, en una sola vida, nos manden al asadero eterno, tarjeta roja. Con este esquema las desigualdades se explican claramente, cada uno va cosechando lo que va sembrando. Esta concepción de la reencarnación, también tiene su talón de Aquiles bien notorio. Si no recuerdo, mejor, si no sé cuál fue la falta, ¿cómo puedo decentemente

aceptar el castigo?, ¿de que me puede servir un

correctivo que no me indica que es lo que debo cambiar, corregir?

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¿Qué tal un padre que después de un mes de cometida una falta por su hijo, le da una muenda sin siquiera decirle por qué? Tiene otro enemigo, pero que hábilmente es soslayado por sus defensores y es que ¿de dónde han salido tantas almas últimamente, digamos en los últimos cincuenta años?, responden ladinamente que el universo es virtualmente infinito, con infinitud de mundos y de almas. Lo curioso es ¿porque esta predilección por este arrabal planetario con tantos y tan graves problemas? Simplemente les dio ( a quienes?) Por enviar más almas para acá ¿??? Pero el cuestionamiento más serio viene de otro lado, la caridad y la compasión. A mis vecinos les ha nacido un hijo con síndrome de Dawn, todos sus conocidos

los mirarán tratando de adivinar

qué clase de

monstruo están criando, pues para castigo tan cruel la falta debió ser gravísima: Entonces lo lógico es no tenerle compasión a esa familia ni al niño, habría más bien que coadyuvar a que paguen su deuda pronto y bien paga, haciendo lo que esté a nuestro alcance, para hacerlos más infelices. ! Qué triste sería un mundo donde la caridad fuera pecado! Existe otra versión menos conocida y quizás aun más interesante, esta la ofrece Piotr D.Ouspenski en su libro Tertium Organum y es más o menos así: los únicos que reencarnan son los maestros, los 159


seres que en vida han logrado la perfección, los iluminados, algunos entre cuyos más grandes ejemplos podemos citar a Budha, Cristo y Mahoma, pero sin olvidar que en esta larga peregrinación son muchos quienes han encontrado El Sendero y han querido permanecer ayudando a otros a lograrlo. Nosotros los que permanecemos dormidos, quienes no logremos en vida hacernos a la Luz, al morir iniciamos de nuevo la misma vida; nacimiento y muerte son uno y el mismo punto, volveremos a repetir cada instante de nuestras vidas sin recordar que ya habíamos pasado por allí. Podríamos pensar que se formarían círculos eternos girando sobre

el

mismo

eje

a

perpetuidad,

pero

si

observamos

cuidadosamente en todas las manifestaciones de la vida vemos que se asciende o se desciende, nada permanece. Se puede especular un poco sobre que ocurre con los que no encuentren el Sendero, los que no inicien su ascenso, porque si en un mundo hay seres

que

ascienden, podríamos pensar que otros descenderán, pero eso es harina de otro costal. Cuando algunos agraciados logran recordar aspectos de su vida pasada, es por su cercanía a la Luz. Estos recién iluminados inician un tránsito (léase reencarnación) por las vidas de los maestros, adquieren sus experiencias y continúan su peregrinaje a través de otras vidas iluminadas de mayor jerarquía, sería algo como seguir la senda de los maestros. ¿Hacia a donde? ¿Hasta cuándo? 160


Una hermosa oración Sufi, dice textualmente: Hacia el uno, La perfección del amor, armonía y belleza, El único Ser. Unidos a todas las almas iluminadas Que forman el cuerpo del maestro, El Espíritu guía.

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RESTAURANTES VEGETARIANOS

Cada tanto, digamos cada siglo, me da algo parecido al remordimiento por comer carnes rojas, cerdo y res, y decido ir a un restaurante vegetariano. Como estos espasmos de conciencia ocurren tan espaciadamente, cada que me dan generalmente hay uno cerca de la casa y cometo la misma trastada. El sitio casi siempre tiene una presentación austera, las mesitas apiñadas y con un mantelito que da grima, un vaso con las servilletas, que indefectiblemente son cuartos de una servilleta normal; entro y me siento a esperar, casi siempre son atendidos por mujeres, nunca me ha atendido una muchacha simpática, agradable a la vista, con cara alegre, no, siempre es una veterana mal encarada y que ya ha renunciado a disimularse el bigote. Se te acerca con cara de pocos amigos y cuando se entera de que vas a almorzar, se saca del bolsillo una cartica casi que escrita a mano, donde el menú del día infaltablemente incluye una crema, puede ser de cualquier verdura, espinaca, brócoli, zanahoria, repollo o cualquier otra; en el principio nunca falta el arroz integral, una nutritiva forma de tirarse el delicioso arroz para gente normal, algo que tira como a engrudo. Nunca falta una cosa informe de color pardo que imita la carne, ya sea de soya, lentejas, gluten o cualquier otro desafortunado ensayo, 162


no entiendo ese complejo, pero no falla, siempre te dan algo que te haga suspirar por la carnita y que como ya lo podrán suponer no sabe a nada, vayan y verán. Olvidaba mencionar que la bendita crema siempre sabe igual, no importa de que sea, sabe a nada , pero simple, no vaya a pedir ají porque lo expulsan ipso facto, mi madre decía: “La comida mala con ají resbala”, pero allí no te dan este chance. La ensalada que uno esperaría sea lo de reivindicarse con uno es otro fiasco, se la tiran porque se la tiran, sus salsas para condimentarlas siguen la tónica del establecimiento. Finalmente te pasan un ultra mini postre, generalmente un queso hecho de soya en melao de panela, por supuesto que el postre sabe a melao de panela, y luego el jugo, necesariamente es de tomate de árbol o de arracacha o zapallo, pero eso si simple, odian el azúcar. El costo de este atrevimiento es siempre por lo menos el doble de lo que cobran los comederos análogos pero pecaminosos. No vuelvo a estos sitios en mi vida. Lo prometo hasta la próxima vez.

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RIEGO Y QUIROGA

Quizá por llevar el apellido Quiroga, cuando en el colegio oí por primera vez sobre el amotinamiento de estos dos oficiales del otrora ejército más poderoso del mundo, el español, se me quedó gravado el incidente. Recurrentemente lo repasaba y no entendía por qué no se les había hecho un reconocimiento de gratitud en ningún país hispanoamericano, España se disponía a dar un duro escarmiento a las provincias ingratas que aprovechando la invasión gala y el haber salido corriendo como una gallina el Rey, se habían insubordinado y luego independizado. Se había reunido un experimentado ejército de unos veinte mil hombres bien pertrechados. Poco antes de la fecha acordada para la partida, Antonio Quiroga y Rafael Riego, comandantes de la expedición se declararon en rebeldía contra el absolutismo de Fernando VII, abortando la expedición. En el colegio la versión que se nos había dado era la de que se trataba de un par de oficiales pacifistas y enemigos de venir a masacrar a los criollos. De ahí mi extrañeza por el desconocimiento casi total de su noble acción, que de no haberse dado, el daño que dicha reconquista causaría en estos nuevos países presagiaba todo un desastre.

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Investigando un poco me encuentro con otra realidad; el más importante de los dos era Riego, un oportunista con aires de grandeza quien se había consagrado masón siendo muy fiel a su logia. Las logias masónicas se habían originado en Inglaterra y allí estaban las principales cabezas, que se aprovecharon de la ingenuidad de este hombre, quien haciendo hincapié en los principios revolucionarios y poniendo en duda la autoridad real, propicia el llamado levantamiento de Cabezas de San Juan, 1 de enero de 1820. Quiso derrocar al monarca, lo cual le fue duramente cobrado más tarde siendo condenado a la horca y posterior descuartizamiento, (este no se llevó a cabo). De modo que más que cualquier otro motivo lo de Riego y Quiroga fue traición a la patria. Era claro que la Pérfida Albión necesitaba del comercio con estas naciones en ciernes y por eso actuaron en ese sentido. No fue pues un acto de filantropía el de Riego y Quiroga, más bien fue su ambición lo que nos salvó, sumémosle a esto el terrible desgano de la soldadesca de venir a ser muertos por el clima y flechas envenenadas en estas lejanías. Además ya se rumoraba en los campamentos que la flota adquirida a los rusos para el transporte, estaba en pésimo estado, las maderas estaban podridas, un ministro había hecho lo que hoy es el pan de cada día, un negociado. Podemos decir que se trató de uno de esos momentos en que la gravedad histórica actúa abiertamente a favor de un fin noble. 165


TARENTOS

Cuando

partió el ejército Espartano para invadir a uno de sus

vecinos, sus comandantes

no podían imaginar

el rumbo que

tomaría su acción. El sitio se prolongaba mucho más allá de sus cálculos más pesimistas, los sitiados se defendían con todo el ardor que puede dar el saber la suerte de los vencidos. Cuando se completaron cinco años, a alguien se le ocurrió que en un futuro cercano en la invencible Esparta iba a quedar un vacío, como sabemos el ejército lo componían todos los ciudadanos, luego los niños que naturalmente iban naciendo esta vez faltarían, pues las matronas no se atreverían a suplir a sus esposos con los odiados ilotas. La observación era bien seria y el cerco seguía inexpugnable. Se reunió de urgencia el máximo consejo de oficiales y se determinó, escoger cien mozalbetes entre los más apuestos y fuertes y encomendarles la “penosa” tarea de regresar, y con toda la minuciosidad que el caso reclamaba, deberían tratar de preñar a todas las esposas de soldados y oficiales. Los muchachones no se hicieron de rogar y prestos regresaron y cumplieron meticulosamente con el encargo.

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Mientras en la ciudad se cumplían estos menesteres, el ejército apretaba infructuosamente el cerco. Pasaron inexorablemente los meses hasta que se decidió regresar un poco con el rabo entre las piernas. La plaza no cayó. La vida retomó su ritmo y pronto se reiniciaron los nacimientos del modo normal. Dos generaciones crecían y se entrenaban para la guerra, pasatiempo favorito y único de los duros espartanos. Cuando los nuevos adolescentes se aproximaban a su mayoría de edad, los menores decidieron impugnar la legitimidad de “los otros”, lo cual era legalmente cierto, no podrían ser ciudadanos pues su nacimiento no cumplía con los requisitos exigidos y tampoco podrían heredar. Ante disyuntiva tan difícil, alguien (ese personaje al que siempre se le ocurren las ideas salvadoras) propuso fundar otra ciudad y poblarla con “los otros”. Esta era una práctica común en las ciudades Griegas (la de crear sucursales, por supuesto). Así nace la que hoy conocemos como la ciudad y puerto de Tarento, situada en las costas italianas del mar Jónico.

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UN PROFESOR

Don Miguel Camacho Peréa, profesor de preceptiva literaria en el colegio de Santa Librada hacia finales de los años cincuentas y comienzos de los sesentas, no era el prototipo del profesor querido por sus alumnos, creo recordar que nunca se aprendió el nombre de alumno alguno. Poco amigo de los demás profesores caminaba con la cabeza gacha, decían que buscando monedas, creo más bien que para no saludar a nadie. De ahí la inmensa sorpresa cuando al regresar de las vacaciones año sesenta, nos encontramos con la estrafalaria noticia de que era el nuevo rector de ese increíble colegio. Los alumnos de tercer año nos lo encontrábamos en esa incierta materia que era como la continuación de la cátedra de castellano que acabábamos de cursar y dictada por uno del los profesores más malgeniados del orbe y uno de los mejores (casi todo los profes eran los mejores), Mango-viche

se le llamaba, imagino que por su

agrura, así que uno se disponía a atravesar otra de esas materias pesadas e insufribles que comportaba el pensum. Pero la sorpresa fue mayúscula, desde el primer día nos dimos cuenta que íbamos a tener una hermosa aventura, aquel ser huraño cargaba injustamente

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un sobrenombre que no indicaba, como casi siempre ocurría, sus cualidades, Cabecelata era su poco amigable cognomento. Al encarar ese difícil grupo de mocosos insolentes y buenos estudiantes desde la tarima Don Miguel se transformaba, pasaba del plano de los mortales al de los héroes. No alcanzo a recordar como iniciaba el curso, solo recuerdo que en cada clase nos dejaba anonadados por la emoción, le gustaba irnos descubriendo poco a poca las bellezas de nuestro hermoso lenguaje, su técnica consistía en leernos algún trozo, poema, discurso, al hacerlo le iba poniendo tal emoción que era imposible no contagiarse, los escogía con toda su sapiencia. Por esa tarima desfilaron los preciosos discursos del hidalgo de la mancha: Dichosa edad y siglos dichosos…;Apenas había el rubicundo Apolo esparcido por la faz de la ancha y espaciosa tierra…; o Mis arreos son las armas, mi descanso el pelear…; las lágrimas que de nuestros aun tiernos corazones, nos hicieron brotar las palabras del infortunado Efraín, Era yo niño aun cuando me alejaron de la casa paterna…, o las grandilocuencias del inmortal Homero: Canta oh diosa la cólera del pélida Aquileo…, o Háblame musa, de aquel varón de multiforme ingenio...; El maestro Carranza cantó no pocas veces por su boca; no faltó a las citas ninguno de los grandes. Poco a poco nos iba inoculando el virus de la emoción estética. Las aventuras de Arturo Cova, aquel quien antes de apasionarse por mujer alguna jugó su corazón al azar y se lo ganó 169


la violencia, nos incitaba a la aventura. La catedral de Colonia nos maravilló con su flecha palpitando desde lo azul, e incitando a emprender otra cruzada… ; Palemón el Estilita, sucesor del viejo Antonio nos llenaba de envidia con su encantadora pecadora y nuestros

primeros

enfrentamientos

con

nosotros

mismos

seguramente provinieron de aquellas lamentaciones Barbajacobianas : Y hay días en que somos tan sórdidos tan sórdidos… Hoy ya desaparecido el ilustre miembro de la academia local de historia, quien supo sembrar tanta belleza y quien nos inició en el maravilloso arte de la lectura a tantos, se va perdiendo en un injusto olvido. Cuando pienso en la materia prima que año tras año se le confiaba en esos claustros, un grupo de muchachos díscolos , buenos estudiantes casi todos, futbolistas todos, disciplinados solo por la férrea vicerrectoría del admirable y autodidacta profesor Alvaro Zamorano

(conocido

como

Morocho),

ajenos

a

cualquier

manifestación del espíritu, buenos en matemáticas, descreídos y apenas un poco mejores que regulares en casi todas las humanidades, no puedo menos que sentir una profunda admiración por ese verdadero Maestro que lograba año tras año la proeza de ablandar esos corazones en ciernes. Verdadero educador en el más noble de los significados de esa palabra que ha sido hoy mancillada por hordas de indignos enseñadores, ganapanes del oficio.

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Su paso por la rectoría también fue glorioso. La hermosa construcción del colegio acusaba por ese entonces el ultraje de los años, amenazando convertirse en ruinas, y él, providencial, consiguió nadie sabe cómo, fondos suficientes para reconstruirlo, no solo cambiando sus destartalados techos, enluciendo sus ajados muros, renovando los baños, sino dotándolo de un moderno (en su tiempo lo fue) gimnasio y de una preciosa moderna piscina. No contento con esto y a sabiendas que muchos alumnos llegaban por la mañana con sus estómagos vacios o semi, cambió la acema con panela que tradicionalmente se distribuía en las mañanas antes del recreo, por un vaso de avena y una acema mucho más suculenta que la anterior y por la tarde nos reforzaba la casi siempre pobre dieta de muchos con un banano. Piénsese en lo que eso costaría, éramos mil alumnos. Con don Miguel en la rectoría el colegio entonó su canto del cisne.

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UNA DE LAS AFORTUNADAS

El archipiélago de las islas canarias se conoció en la antigüedad como las Islas Afortunadas, sus primitivos habitantes fueron los guanches, quienes vivían en cuevas, vestían pieles de cabra y no conocieron el uso de los metales. Así que a los rudos españoles no les costó ningún trabajo apoderarse del archipiélago aniquilando casi totalmente a sus nativos por allá en el siglo XV. Vamos a referirnos a la segunda más pequeña de ellas, La Gomera, de unos trescientos setenta y cinco kilómetros cuadrados de extensión y con algo más de veinte mil habitantes en la actualidad. Por tradición y sin ningún registro que sirva de referencia verosímil sobre su origen, sus habitantes poseen un lenguaje adicional, no hablado y que nos va a sorprender. Se pueden comunicar con el silvo, se enseña en las escuelas tratando de no ir a perderlo, es un verdadero lenguaje, no unos simples gorjeos de largo alcance, con objetivos de alarmas, llamados urgentes o algo así, no, se trata de que pueden comunicarse con sus potentes silbidos, a grandes distancias enviando mensajes completos, se meten el dedo índice en la boca y comienzan a emitir una serie se silbidos en los cuales va perfectamente cifrado un lenguaje completo.

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En un programa de Nat- Geo, vi a unos reporteros probando estos asertos; se situaban dos grupos a unos ciento cincuenta metros de distancia entre si y uno de los reporters le decía, tapándose la boca y eliminando así la posibilidad de lectura de los labios, a uno de los gomeros que les pidiera a los otros que hicieran una serie de cosas como arrancar una florecitas que se veían en el piso y se las colocaran en los labios, el gomero se metió el dedo a la boca, moduló unos silbidos e inmediatamente los del otro grupo hicieron lo pedido, luego se invirtieron los papeles, los de allá les pidieron a los de acá que se acostaran y simularan dormitar, apenas oídos los silvidos procedieron a acostarse y cerrar los ojos. Dijeron los gomeros que otrora se hicieron inconquistables, pues con su comunicación mágica pudieron escabullirse cada vez que piratas e invasores llegaban por ellos. En ninguna otra de las islas del archipiélago se conoce este idioma.

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UNA EXPERIENCIA DIFERENTE

Corría el año de 1975 cuando conocí a Federico, argentino, flaco, alto, barbigotudo, de voz grave y hermosamente timbrada. Una vez en confianza me habló de la Ayahuasca, venía de convivir con los Hermaos du vegetal (supongamos que así se escribe) había estado seis meses compartiendo todo con ellos, incluido el ritual semanal de sanación, base del cual es la Ayahuasca. Solo tenía palabras de admiración y respeto por las plantas que conforman el santo remedio, como los nativos de toda la selva amazónica lo llaman, también telepatina en algunos lugares de la selva, porque con ella ves pero ese ver es totalmente distinto al ver de nosotros, ese es un ver poderoso, que más tarde aprendimos a llamar Pinta, estado de consciencia inducido por la planta, en el cual adquieres una movilidad no explicable dentro de nuestras coordenadas de tiempo y espacio y otras percepciones diferentes conocidas por los taitas, nombre este que literalmente significa padre, alguien así como los hombres – medicina (medicine men), también llamados chamanes, solo que esta palabra tiene origen siberiano. Veinticinco años después Héctor, un primo venezolano que hacía su año sabático en la Universidad del Valle, me llamó emocionado: 174


Oiga primo mañana en la noche unos taitas del piedemonte amazónico, del Putumayo, van a dar una charla sobre el Yajé – nombre que se le da en casi todo el territorio amazónico colombiano a la Ayahuasca (bejuco del alma), también se le conoce como Caapi - y es bien cerca de tu casa, en el restaurante Siri…, ¿Vamos?. A las siete en punto estábamos los cuatro bien acomodados en una mesita, tomándonos un café y esperando la llegada de los taitas. Héctor y su amiga, Claudia mi mujer y yo estábamos muy intrigados pues ya les había contado acerca de lo que le había oído hablar a Federico. Primero se presentó un señor de unos treinta años, buena fabla y buena pinta, quien después de presentar a don Paulino Mojomboy y a sus hijos Germán y Alfredo, les cedió la palabra. Básicamente eran muy torpes con ella, pero en sus ojos se adivinaba que verdaderamente sabían que lo que traían era muy valioso, nada que ver con curanderos y gente de esa laya, los ojitos de taita Paulino no solo reflejaban sabiduría sino bondad. “Como hay tan poco que hablar del remedio, mejor los invitamos a una toma que vamos a ofrecer, los interesados pueden ponerse de acuerdo con don William” , así se llamaba el introductor. El viernes en la noche nos reunimos en una casa situada sobre la carretera al mar, en un clima casi frio, unas cuarenta personas, casi 175


todos neófitos en el asunto y por lo tanto bastante atortolados, pero decididos a probar. “Lo primero que van a sentir es la chuma, es un mareo parecido a una borrachera suave, luego algunos van a tener vómito y diarrea, casi nunca más de una descarga, no se asusten que eso hace parte del ritual, quédense quietitos y sientan no más” nos advirtió don Paulino. Efectivamente, la toma se hacía en una totuma, después de una larga tanda de rezos y cantos como en una salmodia casi ininteligible, el taita oficiaba con todos sus ornamentos y debo confesar que lo veía imponente con su corona de plumas, quedando así consagrado el remedio. De uno en uno, primero los hombres luego las mujeres, lo íbamos tomando pero debo advertir que ese brebaje es lo mas horripilante que he probado en mi vida, color achocolatado, ácido, espeso, el solo olor provoca náuseas, una argentina que tomó decía que qué cuentos de horripilante, que era ¡espantoso! Todo lo mencionado nos fue llegando, solo que después de las descargas, la chuma desapareció como por encanto, la sensación posterior y que nos duró hasta bien entrada la mañana, fue una de las más hermosas experiencias de toda mi vida, apreciación que fue compartida por casi todos los experimentadores, una placidez beatífica, un encuentro tan real como íntimo conmigo mismo, un 176


contacto directo con la naturaleza y una sensación hermandad y paz total nos envolvió a todos. Para el regreso William se vino en nuestro carro, de esa charla carretera surgió algo que a no dudarlo jugó un papel importante en nuestras vidas. Le ofrecimos nuestra casa emplazada en los hermosos farallones de Cali para hacer futuras tomas y acordamos subir el siguiente jueves. La visita sirvió para que don Paulino diera su aprobación y durante los ocho años siguientes, cada dos meses llegaban los Mojomboy y se hacían tomas el viernes y el sábado y si el lunes era festivo el domingo también. La ceremonia se iniciaba a eso de las diez de la noche. En todo este tiempo no ocurrió nada desagradable, que a alguien le pasara algo, algún patatús, un accidente, nada, eso si algunas situaciones graciosas no faltaron, caballeros que lloraban toda la noche pidiéndole perdón a su mamacita, predicadores en potencia, miedos que don Paulino o sus hijos sabían bien como controlar. La experiencia que paso a relatar le ocurrió a mi mujer; desde la primera toma nos quedó claro que sus tomas serian diferentes y efectivamente así fue. Como a la tercera, estando a mi lado, de repente sintió como un remolino de luz y sin mediar nada se sintió elevada por encima de la casa, desde allí divisaba toda la región, pronto sintió el deseo de 177


elevarse más e inmediatamente estaba tan alta que veía el planeta como una bola pequeña y azul, se asustó tanto que inmediatamente se sintió de nuevo en casa. Para la toma siguiente estaba más preparada y autosugestionada para no sentir miedos, efectivamente el remolino regresó elevándola por encima de la montaña donde estábamos, allí sintió una presencia, aunque sin ver a nadie, ganó confianza y sin dudarlo pidió, o deseó, ver a su hermana Daira quien vive hace unos años en Nueva York. Instantáneamente se vio en el apartamento y pudo conversar con ella, le hizo una limpieza como había visto hacer a los taitas y luego le pregunto si Jorgito, un primo, era bautizado, Daira lo sabía porque hacía unas semanas Jorjito, de visita en N.Y. estuvo a punto de morir de una meningitis, y Daira llamó un cura vecino y lo bautizaron. Nosotros no teníamos idea de esto, Claudita preguntó porque tenía la intención de hacerle una sanación y pensaba que de no estar bautizado no podría, el taita Paulino era ultra católico. Apenas dicho esto se sintió de nuevo a mi lado contándome sobre su impresionante experiencia. Como a las nueve de la mañana contesté el teléfono y era Daira desde N. Y. Estaba asustada, me dijo: Fer no entiendo que pasó anoche pero hice cosas inusitadas sin saber porqué y sentía a Claudita muy, muy cerca, por ejemplo me

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bañé a media noche, prendí inciensos asperjé aguardiente con la boca. ¿Tenés idea de esto? Pues claro que sí, le respondí, dime ¿Jorgito Richardson está bautizado? Sentí que se tragó la lengua. ¿Porqué me preguntas eso? ¿Qué relación puede tener? Contéstame por favor y luego te explico. Si está bautizado, lo bautizamos aquí en el apartamento hace unos meses. Bueno eso le da sentido a todo, dije, resulta que Claudita estuvo en tu apartamento anoche y le conté el resto. Un mes más tarde íbamos por Daira al aeropuerto, venía a tomar yajé.

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UNA ISLA PARADISÍACA

Un día antes de mi cuadragésimo primer cumpleaños, recibí una llamada de un amigo profesor de la universidad libre, facultad de derecho. Al día siguiente saldrían con otro profesor y un nutrido grupo de estudiantes para la isla GORGONA, se trataba de un paseo disfrazado de práctica académica, en ese entonces la isla era una penitenciaría de alta seguridad. Un alumno había tenido un inconveniente y sobraba un cupo. Como a las seis de la tarde llegamos a Buenaventura, en el puente del Piñal nos esperaba un barco maderero cargado hasta el tope, así que no debíamos esperar muchas comodidades. Solo recuerdo que inclinado por la borda vomité casi todo el trayecto. Al amanecer pudimos verla en la distancia, se trata de una isla cercana al litoral caucano a unos treinta kilómetros de la costa, de unos veinticinco kilómetros cuadrados de extensión, rica en aguas, flora y fauna. Fue bautizada con este nombre por el furibundo Francisco Pizarro, dada la abundancia de serpientes que encontró allí, las Gorgonas eran unos monstruos mitológicos que en lugar de cabellos tenían sierpes. A las nueve estábamos con nuestros morrales en un muelle pequeño, esperando la orden de seguir, el sol brillaba como con 180


ganas de castigarnos y solo hasta las once vimos venir un grupo de guardianes en dirección a nosotros, nos hicieron formar y tras una caminata de media hora llegamos a unas barracas semiabandonadas. Los hombres entren en el salón de la derecha y se desvisten, las mujeres en el de la izquierda. Los morrales quedaron en un patio central y por exigencia nuestra, a la vista. Evidentemente no éramos bien recibidos. “Al coronel (se trataba del Alcaide) no le gustan las visitas” nos advirtió uno de los guardianes, quizá el de cara menos amargada. Aunque nuestro viaje tenía el aval del ministerio de justicia y una carta del rector pidiendo se nos facilitara nuestra estada, de nada sirvieron. Comimos en los caspetes que algunos internos de confianza tenían en la playa y luego fuimos reunidos en un patio central que tenía el cuartel, o mejor ese grupo de construcciones desvencijadas que formaban un claustro alrededor de un patio enmalezado donde vivían los no reclusos, incluido un amable sacerdote joven y servicial. “Les queda absolutamente prohibido deambular por cualquier parte, solo podrán movilizarse en compañía de un guardián y que debe ser solicitado de antemano, si no quieren meterse en problemas no vayan a incumplir estas reglas, al Coronel no le gusta la desobediencia”,

nos espetó otro guardia con cara de pocos

amigos. Todavía no le habíamos visto la cara a la fiera esa. 181


Luego nos mostraron las habitaciones donde íbamos a pernoctar tres noches; cuando a la luz de una providencial vela pudimos ver los cuartos, nos quedamos perplejos, no había ni un periódico como mobiliario, a dormir en el suelo pelado. Organícense y después de comer en los caspetes por supuesto, mi Coronel los esperará para darles la bienvenida, nos dijo maliciosamente el mismo guardián. “Este no es un lugar de diversión, así que quienes vinieron en ese plan olvídenlo, este es un lugar de castigo. Sobre esas cosas que trajeron quiero que sepan que a los reclusos no se les regala ropa vieja, ellos también tienen su orgullo, así que eso se lo vuelven a llevar, en cuanto a los libros los revisaremos cuidadosamente para determinar cuáles pueden ser leídos por ellos sin que nos causen problemas ni se les haga daño, una vez más recuerden que este es un lugar muy distinto. ¿Entendido?.” Esa fue la amable bienvenida que nos brindó el Coronel. Salimos del salón cariacontecidos, fue lo único que le oímos y la única vez que le vimos, su aspecto fiero e intimidante nos dejó un pésimo sabor, sentimos compasión por los infelices que estaban bajo su bota. La visita al penal se produjo al día siguiente, nos acompañaron algunos guardianes y el sacerdote. Se trataba de una construcción lóbrega como todas las de su clase, enrejada por todas partes, 182


adentro nos encontramos con los internos que nos miraron con ojos tristes que reflejaban voluntades doblegadas, nos pidieron que les dejáramos cualquier cosa que pudiéramos, cualquier ropa que harta falta les hacía, nos ofrecieron algunas artesanías que malamente elaboraban dada las pocas herramientas de que disponían. A un costado había un patio de cemento donde se veían cuatro boquetes circulares, hacia los cuales nos encaminó Julian, el sacerdote, al arrimarnos vimos algo tan sin sentido que volteamos a mirarlo casi todos al mismo tiempo, se trataba de unos conos invertidos de unos dos metros de diámetro y unos tres de profundidad, las paredes recubiertas de concreto hasta el fondo. “Este es el lugar de castigo más temido y el más usado. El interno que iba a ser penalizado por alguna falta, era empujado dentro del cono, caía adentro y ahí empezaba su tortura que duraba hasta setenta y dos horas, al sol, al agua, noche y día. El infeliz castigado no encontraba acomodo para sus pies, así que no lograba una posición medianamente cómoda, durante el encierro se le privaba de agua y comida. Salían enloquecidos de este tormento inquisitorio. Además del personal de guardianes vimos una tropilla de jóvenes uniformados, todos de una edad cercana a los diez y ocho años, “estos muchachos están pagando el servicio militar”, nos explicó el sacerdote. Al repararlos observamos que no portaban ninguna arma

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así fuese defensiva, en cambio todos llevaban en la mano una vara como de una yarda de longitud, delgada, flexible e intimidante. “El problema más grave que debo encarar en mi trabajo es la ferocidad de éstos jóvenes, saben que tienen licencia, mejor, patente de corso, para usar las varas con los reclusos y se van volviendo como fieras, los azotan por cualquier insignificancia o sin ella. Parecería que así calman su depresiones, aburrimientos, tristezas, iras, todo, saben que los guardianes siempre se harán los de la vista gorda y que el Coronel disfruta cuando los guardianes le cuentan; solo he conseguido que algunos pocos amainen sus furias, con la mayoría es inútil todo intento”. Del paseo es bien poco lo que podría relatar, nos impidieron hasta donde les fue posible que disfrutáramos de esa naturaleza casi intacta, siempre un guardián importunándonos, pero hay algo que no quiero dejar en el tintero: uno de los más aseados y bien organizados caspetes era atendido por un mocetón de unos veintidós años, bien parecido, mediana estatura, muy musculoso y con una tristeza tatuada en sus ojos que no pasaba desapercibida ni al más despistado, parecía siempre alegre, servicial, acomedido, como se decía antes, sonriente, pero sus ojos lo delataban. Un día antes del regreso, cuando ya se rendía el sol, estábamos los dos profesores, algunos alumnos y yo sentados, tomándonos un café y conversando 184


con Jhon Jairo, así se llamaba, ¿Qué es lo que más añoras de la vida? le soltó a quemarropa uno de los profesores, se quedó tieso, hierático nos miró a todos uno por uno y antes de que una furtiva lo delatara nos dijo: “les voy a contar porque estoy aquí, como todo físicoculturista a medida que se me engrosaban los músculos crecía mi prepotencia y en una noche de rumba me enfurecí de tal modo que por una nadería maté a un amigo de un desafortunado golpe”. Un silencio sepulcral nos arropó a todos, nadie se atrevía a musitar una sílaba. ¿Tienes algún deseo, que podamos satisfacerte? preguntó el otro profe, como tratando de airear el ambiente, de romper el hielo. Sí, tengo uno-contestó inmediatamente sin pensarlo-, lo tenía bien guardado en su corazón; pero dudo que puedan complacerme: me muero por comerme unas cucas con leche. Sé que la leche se la quedamos debiendo, pero cucas debió recibir un buen surtido, casi todos le enviamos unas cuantas.

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VIEJITOS AGRADECIDOS

En varias oportunidades habíamos discutido con algunos amigos sobre cómo había podido llegar algún laboratorio farmacéutico, en sus investigaciones a un producto como el sildenafil. Nos parecía altamente improbable que sus investigadores se hubieran lanzado en busca de este elixir de la vida, no nos podíamos imaginar cómo pudieron lograr el agradecimiento infinito de tantos veteranos y de otros no tanto. Me estoy refiriendo al VIAGRA. Con ese enigma entre pecho y espalda decidí indagar a un viejo amigo, médico de profesión, quien sonriente me dijo: “te voy a contar una historia, pero no pongo mi mano en el fuego por su veracidad, pero es la más plausible de todas las hipótesis que se oyen.” “Un laboratorio

había

adoptado un hospital geriátrico, al cual

financiaba, a cambio de poder hacer algunos ensayos en vivo con los viejitos. En la búsqueda de un mejor vaso-dilatador que los ya conocidos, lanzó sus sabuesos en esta dirección. Cuando creyeron tenerlo y después de meticulosas pruebas en ratas y chimpancés, decidieron probarlo en humanos y para eso nada mejor que sus conejillos de indias. Se comenzó pues a dosificarlo entre los ancianos durante un tiempo, con resultados nulos, definitivamente 186


en los humanos no funcionaba, decretaron después de un prudencial tiempo sus investigadores, suspenderlo. No bien fue retirado, se oyó un clamor

estentóreo en todo el

hospital: No por favor no nos quiten esa droga; era tan firme la posición de los veteranos y las veteranas que las directivas no pudieron ignorarlo. Así que decidieron continuar pero bajo una estricta observación. Una vez reiniciado el suministro volvió la alegría desbordante al hospital, esto no era normal, por lo regular los viejitos son achacosos, malhumorados y se quejan permanentemente, pero ahora volvía a ser diferente, solo sonrisas, todos y todas muy animosos. No tuvieron que observarlos mucho tiempo hasta descubrir la clave del enigma, en las noches se observaba gran circulación de unas habitaciones a las otras, y observando con más atención estos cruces siempre eran intergenéricos, el hospital era una orgia permanente. Se había descubierto el salvador VIAGRA.

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VACA LADRONA NO OLVIDA EL PORTILLO

La guerra de los patriotas cubanos contra la colonialista España tenía ya agotados a los contrincantes, aunque las huestes de Martí tenían una clara ventaja. Corría el año de 1898 y los gringos, siempre tan previsivos, enviaron un acorazado, El Maine, a fondearse en la habana, por si los norteamericanos allí residentes llegasen a precisar ayuda. Tenía una tripulación de 360 hombres entre oficiales y marines. A los pocos días y cuando la oficialidad no se encontraba a bordo, una fuerte explosión, abrió un gran boquete hundiendo el acorazado con la marinería a bordo. Una rápida investigación practicada por los oficiales determinó que se trató de un acto de sabotaje perpetrado por los españoles. Con este pretexto los Estados Unidos

le

declararon la guerra a España, pelea de toche con guayaba madura, apoderándose de la isla, ya antes habían mostrado su interés ofreciendo US $ 130.000.000 a España. El capitán del Maine Charles D Sigsbee, poco antes de su muerte expresó: Nunca he manifestado mi opinión sobre quien destruyó el Maine y jamás lo manifestaré. En el año de 1912 arrastraron los restos a aguas profundas y listo, ya no se podría realizar ninguna otra investigación al respecto. Pero 188


ocurre que ya en tiempos modernos la tecnología pudo llegar al barco y se descubrió que los “colgajos” del gran boquete estaban doblados hacia afuera, dejando en absoluta evidencia que se había tratado de un acto de una pernicia inimaginable, habían sido ellos mismos los causantes de la explosión, habían sacrificado a doscientos sesenta marines para justificar su posterior canallada. Con lo de las torres gemelas han vuelto a mostrar su estilo, se trató de lo mismo, pero a una escala mucho mayor. Hemos visto suficiente material fotográfico y audio visual sobre el ataque del avión de pasajeros al Pentágono y no cabe la menor duda de que allí no impactó ningún avión, hace unos días nos circuló un correo muy claro, se trató con toda certeza de un “misilaso” a una parte del edificio que llevaba algún tiempo en remodelaciones, no estaba esa parte en servicio, el número de muertos así lo demuestra, además de tantas otras evidencias, por ejemplo: las alas no impactaron contra los muros, claro porque los misiles no tienen tales . Al quedar en claro esto, es obvio que alguna patraña escondían en lo de las torres. Ya había circulado un libro de cuyo nombre no quiero acordarme, donde exponía su autor esta misma hipótesis, ahora circula un video de hora y media de duración donde se muestra claramente que estas fueron voladas igual que el Maine, para justificar posteriores villanías que ya hemos visto. Es tan grande el acervo probatorio recopilado por los autores que no quedan dudas al respecto, hay 189


algunas tan evidentes como que se tardaron en caer lo mismo que tardaría un cuerpo sólido en caer en caída libre desde esa altura, una diez segundos y la otra ocho lo cual es imposible con el cuento que le echaron al mundo, una losa cayendo sobre la siguiente y colapsándola con su peso y así sucesivamente, si así hubiese ocurrido se habrían tardado un poco más de un minuto; la fragmentación en partículas diminutas de todo lo que había adentro, papeles, muebles, cadáveres etc. no se explica por el solo colapso, y en muchas grabaciones y fotos se ve material fragmentado saliendo como si adentro se hubieran producido explosiones, los calculistas aseguran que un avión por grande que fuese aun con carga máxima no hubiera colapsado las estructuras; el cuento de que las altas temperaturas debilitaron los aceros también es mentiroso , se habría necesitado como dos veces la temperatura producida por gasolina ardiendo en esas condiciones. Las torres fueron derribadas como se hace con las estructuras que se necesita eliminar. Los “chorriones” de acero derretido encontrados en los sótanos demuestran el uso de explosivos que si producen tales temperaturas. La re-aseguración unas semanas antes, por parte de los que luego usufructuarían las pólizas, es otra muestra de lo que aquí tratamos de mostrar. El edificio número siete del mismo complejo se derrumbó pocos minutos después sin haber recibido ningún impacto, en esta 190


torre de unos cuarenta pisos, también se muestra lo maligno del asunto, allí se guardaba todo lo concerniente a las investigaciones de algunos de los macro fraudes como el de la compañía Emron y otras. Las torres se habían convertido en un elefante blanco, se tenían grandes

áreas

desocupadas,

tenían

serios

problema

con

recubrimientos perniciosos que se habían empleado en la protección de los aceros a la vista, y que tendrían que remover, tarea casi imposible de realizar. ++++++ Texto en las solapas: FERNANDO GALLEGO QUIROGA Modelo cuarenta y seis e ingeniero sanitario egresado de la Universidad del Valle en el año de mil novecientos setenta. Heredero de una tradición de lectores quizá iniciada por mi abuelo materno a quien encontrábamos por las tardes en el patio de su casa sentado en un taburete recostado a la pared, leyendo, siempre en sus ratos libres ... leyendo. Mi madre en las tardes, antes de irnos a dormir, nos leía a los cuatro hermanos y recuerdo de esos tiempos los personajes de Julio Verne y sus emocionantes aventuras. Creo que ese fue el germen de mi afición a la lectura, por supuesto que empecé con la novela de la que pronto me alejé al aficionarme a los libros de divulgación científica, situación en la que Isaac Asimov jugó un papel preponderante. Carl Sagan, Paul Davies y Georges Gamov, entre otros, ampliaron mi horizonte hasta los inconmensurablemente lejanos quasars y las casi inmateriales supercuerdas. BiII Durant y un periplo hippiesco de dos años por Europa, me ataron al conocimiento de la historia. Por los comienzos de los años setenta un personaje formidable, argentino de nacimiento, Federico de nombre y González de apellido, a su paso por Cali me regaló las filosofías orientales. El budismo zen, el taoísmo, el vedanta y la yoga, el sufismo y la cábala, el tarot

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y la alquimia, entraron para no volver a salir de mi disco duro. Es por lo tanto muy probable que este libro sea el producto de la destilación de todos estos variopintos ingredientes. E-mail: gallego888@emcali.net.co .

+++++ TEXTO EN LA CONTRACARÁTULA. ( ... ) A ratos, la vida ha sido generosa conmigo, tengo que reconocerlo. Me ha permitido, por ejemplo, conocer a un buen número de personas inteligentes. He tenido el placer de conocer a varios de estos especímenes, pero el más raro de todos es Fernando Gallego, un sujeto definitivamente defectuoso. Primero, su memoria. Dicen que una persona normal puede retener hasta 1/7 de la información que recibe. Gallego recuerda 8/7: cuando nos habla de un libro de ensayos, demos por caso, no sólo extracta toda la información relevante contenida en él, sino que la enriquece con otros datos sacados de su bien surtida neuroteca o de las especulaciones que el libro o la conversación le suscita. "Su diversidad de intereses linda con la irresponsabilidad: es ingeniero, pintor, historiador. Lo apasionan las religiones y la antropología, y habla de tú a tú con poetas, ajedrecistas, músicos, físicos y matemáticos ... ¡y con detalle! Conozco muchas personas que manejan la letra gruesa de varias materias. ¡Gallego conoce incluso la letra menuda! "( ... ) El libro que ahora tiene usted en sus manos es un buen reflejo de su omnívora curiosidad. A sus temas queridos -ciencias, artes, religiones y humanidades-, Gallego ha agregado ahora un puñado de memorias de viajes y crónicas de familia. Algunas son hondamente humanas y otras son tan extraordinarias que uno podría pensar, si no conociera la rareza de este clan, que son piezas de ficción". Tomado del Prólogo, Julio César Londoño +++++++

VERSIÓN DIGITAL: Contenido y distribución de textos proporcionados y autorizados por el autor. Publica y difunde: NTC … Nos Topamos Con … http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com . Cali, Colombia, Julio 30, 2010

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