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Del bullicio a la tensión

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La voz del poder

La voz del poder

1.D ejó de ser bullicio. Lo que en las calles se expresa es signo de tensión y movimiento. Cuatro movilizaciones sucesivas se colocan en el centro de la batalla política y cultural para advertir que el trazo de fin de sexenio agitará y estremecerá.

Las manifestaciones del 26 de febrero pasaron de la defensa del INE a la preparación de la contienda de 2024 y delinearon el contorno de confrontación política. Diez días después, el 8 de marzo, las calles se pintaron de morado.Las marchas en conmemoración del Día Internacional de la Mujer mostraron un mosaico de pendientes y un tremendo vigor de un movimiento que va más allá de lo político.

Las marchas marcaron una diversidad en su agenda y en sus promoventes. Es un movimiento que incide en la vida cotidiana, que ha transformado a las familias (no es poca cosa que marchen juntas abuelas, tías, madres, hijas y nietas), que ha subvertido las escuelas y centros de trabajo, que reivindica identidades plurales y que remueve la cultura política patriarcal y excluyente.

La divisa es generacional. Las muchachas nacidas en este siglo marcan la pauta pero a diferencia de otros movimientos sociales no han encontrado rechazo sino apoyo, no hay repulsión sino integración. Ellas cambiaron más en el país en menos tiempo que otros con más tiempo y mayores instrumentos en sus manos.

2. Las marchas dominicales de familiares de elementos castrenses realizadas ayer domingo introducen una pieza incómoda. El protagonismo militar remueve estructuras, mandos, privilegios, costumbres, reglas.

El gobierno ha visto en las convocatorias de estas movilizaciones la mano negra del crimen. Si así fuera sería una dolorosa expresión de control, desde el lado criminal, de agendas de dolor entre los militares y sus familias. Y si no lo fuera, si tuviera un ingrediente auténtico de enojo, desazón, reclamo y en algunos casos esperanza por recuperar a los suyos o por la aplicación de la justicia, hablaríamos de la proyección de un daño olvidado. El hecho es que ahora un arroyo verde olivo ocupó las calles.

El protagonismo militar no puede ser disparejo. Para las cúpulas todo, para las tropas el sacrificio. Lo que se mueve en el Ejército no es insignificante.

3. El 18 de marzo está convocada la movilización progubernamental a propósito de la conmemoración de la

TIENEN ‘GUERRA DE ACARREO’

JESÚS GUERRERO

En su búsqueda por la candidatura presidencial de Morena para el 2024, los aspirantes conocidos como “corcholatas” tuvieron ayer una “guerra de acarreos”.

El Canciller Marcelo Ebrard encabezó un acto en Acapulco, donde pidió a la dirigencia de Morena publicar la convocatoria para definir al aspirante presidencial. Desde la semana pasada, Claudia Sheinbaum retomó sus giras fuera de la capital, y ayer viajó a Baja California, donde fue recibida por la Gobernadora Marina Ávila. expropiación petrolera. Una movilización desde el aparato del Estado que inequívocamente dará respuesta a los reclamos de congresistas, empresarios y analistas estadounidenses por el rumbo que lleva el país bajo el gobierno que encabeza AMLO. Y será la manera de repeler la movilización del 26 de febrero.

El senador Ricardo Monreal, coordinador parlamentario de Morena, se reunió con simpatizantes en la Alcaldía Gustavo A. Madero de la Ciudad de México.

Pero el desplante tiene otros sentidos. Significará la edificación de la valla y la rúbrica del tipo de gobierno construido desde hace cuatro años. Si quieren pelea aquí nos vemos. La declaración explícita de que esa confrontación será en la calle y con la raya pintada. Una construcción de la identidad radicalizada.

4. Muy interesante lo que Humberto Ortega, el general hermano de Daniel el autócrata que gobierna Nicaragua, dijo este domingo al diario español El País al referir la tragedia de su país luego de derrocar al dictador Somoza en 1979 y los intentos de establecer una democracia. “Actualmente, hay una dirigencia que vino de aquellas luchas (del sandinismo), que se ha salido del rumbo democrático y que está marcando un autoritarismo que no es correcto, como también es un desastre la posición de opositores políticos que no quieren ninguna negociación porque están esperando que el Gobierno se derrumbe totalmente y que por sí solo se desplome”.

Humberto Ortega, uno de los duros de la revolución sandinista, hace una reflexión de urgencia que puede tener ecos en México donde la apuesta de gobernantes y contrarios es al forcejeo y el nocaut. Y si se replica en México lo que el general Ortega refiere para Nicaragua del autoritarismo omnímodo contra la oposición que apuesta al desplome, en momentos de efervescencia callejera, Nicaragua puede quedar pequeña en el ejemplo. Para tomar nota.

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