ZACATECAS
AÑO I / NÚMERO 46
DOMINGO 31 DE AGOSTO DE 2008
Reclamo
$8.00
MÉXICO
silencioso M
iles de zacatecanos recorren calles del Centro Histórico para manifestar su exigencia de acción gubernamental contra la ola de inseguridad que se ha recrudecido durante los últimos meses. Las autoridades, al menos en el ámbito estatal, ocultan su rostro y dejan solos a los ciudadanos, quienes muestran un extraordinario poder de convocatoria.
Metrópoli NTR
Coordinación: Natalia Pescador Editor: Oscar Huitrado Diseño: Ernesto de León y Victor Maldonado
El Diario
2-3
Pa s i ó n
¡Fue horrible! Entre protestas, desorden y maestros desempleados se realiza la Primera Carrera de la Plata en esta ciudad capital
EN ESTA EDICIÓN
2D
Territorio zacateco
EDITOR: HUGO ZENDEJAS
DISEÑO: VÍCTOR MALDONADO
La presa El Cazadero está a su máximo nivel.
Está de luto la comunidad Alfonso Medina, en Nieves
El río se traga a un jovencito Ana María Vacio El Diario NTR
F
RANCISCO R. MURGUÍA. La unidad de los habitantes de la pequeña comunidad Alfonso Medina se hizo evidente durante otro día de búsqueda del joven de 16 años, José Luis Velázquez Castruita, quien se ahogó en el río Aguanaval el pasado miércoles. La tristeza fue mayor porque esta sábado era el cumpleaños de José Luis y su hermana no pierde detalle de los trabajos de rescate de cuerpo, con un semblante de tristeza, un dolor indescriptible por la pérdida de un ser amado. Desde el miércoles 27 de agosto José Luis desapareció en la corriente del afluente, sin que hasta la fecha las autoridades hayan encontrado rastro de él. Diariamente los lugareños junto con José Luis Velázquez Serna, salen desde las 6 de la mañana para tratar de localizar los restos del joven.
Desesperado por no hallar a su hijo, el padre del joven intentó meterse al río, pero los gritos de los demás se lo impidieron. La hermana de José Luis, al igual que se padre, al ver a los rescatistas, integrantes del grupo Jóvenes Voluntarios de Zacatecas, se llenaron de esperanza, pero luego los ánimos mermaron cada vez que algún intento de búsqueda resultaba infructuosa. Desde el día en que desapare-
Todos los habitantes de la comunidad participaron en la búsqueda del cuerpo.
ció el joven, el alcalde Blas Ávalos Mireles, además de estar al pendiente de la familia, ordenó el despliegue de los elementos de Seguridad Pública para coordinar la búsqueda; sin embargo, Protección Civil estatal “brilla por su ausencia” pese a la petición de ayuda.
La hermana del desaparecido expresó, ya casi sin fuerzas y con el rostro totalmente desencajado, que no entendía por qué Protección Civil no se había trasladado a la comunidad para apoyar los trabajos de rescate, pues dieron aviso 16 horas después de que ocurrió el accidente.
Momento en que uno de los rescatistas ingresa al agua.
Comentó que lo único que todos les decían es que ya estaban por llegar (los bomberos estatales), pero para la familia esto ya era demasiado, el colmo de la desesperación. Mientras a la orilla del río, don José Luis, padre del joven, no se despegaba de la orilla del río buscando algún rastro de su hijo. Él se encontraba del otro lado del río, a donde nadie podía cruzar, sólo se podía hacer regresando hasta Río Grande, algo que él no tardó en hacer, todo con tal de encontrar el cuerpo de su hijo, pero sin perder la esperanza de que esté todavía vivo. En tanto, los jóvenes rescatistas zacatecanos, comandados por Roberto Durán, escogieron un lugar para comenzar la búsqueda, no sin antes haber consultado a los lugareños, a quienes organizaron enviándolos en brigadas para peinar toda la zona. En el lugar que escogieron se encuentra un puente que no aguantó la presión del agua desde que lo construyeron, por lo
que en los restos se detienen algunos troncos y ramas que arrastra el río, lo que les hizo pensar que ahí se encontraba el cuerpo de José Luis. Al conocer la situación, Raúl Guerrero, un joven de 19 años, integrante del grupo jóvenes voluntarios, accedió a entrar al río, a pesar de que era la primera vez que lo hacía. Inmediatamente sus compañeros comenzaron a amarrar una soga de un árbol, mientras que el presidente de la asociación, Roberto Durán, pedía a los presentes ayudar a sostener la cuerda y estar atentos a la señal para jalar en caso de ser necesario. Mientras eso sucedía, Arturo Velázquez comentaba en voz baja que era muy peligroso, porque en el lugar además de haber ramas, también se encontraban algunas varillas y la profundidad en algunas partes era de hasta 4 metros, pero aún así Raúl decidió emprender la difícil tarea. Del otro lado del río, el rostro del padre se iluminó de esperanza, mientras que el rescatista batallaba para sostenerse, al tiempo de deshacerse del equipo que llevaba, como las botas y los guantes. Poco a poco se fue adentrando el agua, mientras que el cauce lo ladeaba peligrosamente, haciéndolo en ocasiones tragar agua, por lo que su compañero Roberto en instantes se desesperaba y le pedía que no arriesgara más de la cuenta, pero con una mano Raúl le hacía señas y le pedía que esperara. Luego de unos 45 minutos de búsqueda, en las que el joven voluntario movió incluso las ramas y trataba de tocar con los pies, las fuerzas se le acabaron y el presidente de la asociación decidió soplar el silbato para dar la orden de que sacaran a su compañero, mientras que el padre de José Luis se cubría el rostro, para evitar que los demás vieran su dolor. Raúl temblaba luego de salir del agua e informar que no encontró indicio alguno, en tanto que alguien mostraba algunas de las heridas que traía en los brazos, señalaba que el agua pudo haber arrastrado el cuerpo más allá por la fuerza que tenía. Mientras eso sucedía, don José Luis, ya como último recurso y deshecho ante lo que estaba ocurriendo, se acercó demasiado al río y metió los pies para iniciar una búsqueda, pero los gritos desesperados de amigos y familiares lo detuvieron, mientras su dolor se desbordaba y cubría su rostro con un sombrero. El accidente ocurrió el miércoles, entre las 01:30 y 02:00 horas del pasado, cuando el caudal aumentaba y circundaba la comunidad, mientras que José Luis con sus primos fueron a la orilla. Fue entonces cuando los familiares Lucía Becerra, José Manuel Ramírez, José Isabel Tonche y su hermano Humberto Velásquez Castruita de 21, 15, 22, 17 años de edad, respectivamente, se dispusieron a meterse al río invitando a José Luís, pese a que no sabía nadar. Cuando éste entró fue arrastrado por la corriente y no lo pudieron rescatar, por ello decidieron buscarlo por sus propios medios porque creían que se trataba de una broma. Sus familiares reportaron a José Luis como extraviado a las 18:40 horas, es decir, 16 horas después del accidente. El delegado de la comunidad, Isidoro Rostro Galván, dijo que mantiene luto colectivo porque “somos muy unidos”. Las clases en los planteles de educación primaria y secundaria se suspendieron por este hecho lamentable.
Iluminemos México logra una magna concentración en el zócalo capitalino contra la delincuencia NOTIMEX
Invierte Peñoles en educación Hugo Zendejas El Diario NTR
E
l Grupo Minero Peñoles anunció la aportación de 500 mil pesos para la creación de un laboratorio de ingeniería industrial en el Instituto Tecnológico Superior de
Sombrerete. Además hará una entrega económica anual para la adquisición de bibliografía, programas de cómputo, de simulación y digitales o electrónicos para esta carrera. El secretario de Educación, Flavio Campos Miramontes,
destacó que es la primera ocasión en la que una empresa diseña una carrera profesional a la medida de los sistemas actuales de producción, al estar vinculada con el sector productivo. El director general de Peñoles, Sergio Alanís Ortega, enfatizó el
papel de la industria minera en el país, con la gran limitante de no contar con recursos humanos calificados, por lo que estos proyectos permiten preparar a los jóvenes para subsanar esta deficiencia actual.
Metrópoli
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