Los miedos del capitán Cacurcias

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A Sergi, que convierte los personajes de tinta en risas de colores. José Carlos Andrés Para Luna, mi pequeña pirata: Nunca tengas miedo de vivir en la vida lo que realmente te hace feliz. Sonja Wimmer

Los miedos del capitán Cacurcias Colección Somos8 © del texto: José Carlos Andrés, 2014 © de las ilustraciones: Sonja Wimmer, 2015 © de la edición: NubeOcho Ediciones, 2015 www.nubeocho.com – info@nubeocho.com Primera edición: Marzo 2015 ISBN: 978 84 943691 2 4 Depósito Legal: M-6955-2015 Impreso en España – Gráficas Jalón Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción.


José Carlos Andrés Sonja Wimmer



El capitán Cacurcias tiene cara de pirata,

ratas

los pi o m o c e vist

a

rit g y

como

los pir

atas.

Vamos, que es u n

auténtico

pirata.


s tiburones, ni a la noc ni a lo he, n ial

as tor me nt as

¡n ia

lo

o n s a i c r u c ormenta! Era tan a C et

s ro u tib

nu e s ne n che o an

d


tenía m iedo atrevido qu e no l

e as

de

ust aba n

n ad ni los yo a gu : r es c

. os ad uc ad

lo Ni sb

las s de eso

. ¡Era el más valiente! chicas


Ha c e

poco

e l c ap i

tiemp

tán em

o, sin

pezó a

saber

tener m

por qu

é,

iedo de

todo:

de sus duros zapatos y del picor de su casaca, era de él… ri se n ió c la u ip tr la e de su estatura, de qu

o! d o t e d o ner mied

e t a ó z e ¡emp

a. r b om

ta s a H

s u s de



e ll a m rc i a s s

aba

» a r b m o s a ue Q a r b m o s y todos sus grumetes eran «Mala

od E l b a rc

e Cacu

muy brutos, terribles

y feroces.


En realidad querían mucho a su capitán, pero esto no lo podía saber nadie porque eso nunca lo dicen los piratas. Cuando se dieron cuenta de que Cacurcias tenía tanto miedo, decidieron que tenían que ayudarle.


Pensaron, pensaron, pensaron… y solo se les ocurrió llevarle al barco del fantasma de los ojos azules.

a! –dijo C h c o p s á m a d –¡Menuda ayu

acurcias.

n os y pe t u r b y u s son m a t a r i p s uy o . s o l o t s s e e o e Es qu ensar, n p e c i d e lo que s

sar,



Cuando Cacurcias se quedó solo en el barco, ocurrió lo que tenía que ocurrir: apareció un fantasma. Pero no uno cualquiera, no, apareció…

¡EL FANTASMA DE LOS OJOS AZUL ES!




a.

–gritó el fantasm

El pobre Cacurcias casi se hizo su nombre encima. Tenía tanto miedo, que no pudo ni echar a correr. El fantasma se acercaba, se acercaba y se acercaba… Y el pirata se puso a temblar más que un relámpago nervioso.





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