NUESTRO TIEMPO
Número 697 NUESTRO TIEMPO Invierno 2018
Número 697 invierno 2018 11 euros
Óscar Mariné: de la calle, a los museos
NUESTRO TIEMPO Invierno 2018 Fundada en 1954 Año LXII. Número 697
Editor Miguel Ángel Iriarte [Com 97 PhD 16] Gerente Carmen Muriel [Bio 92 PDG IESE 08] Consejo de redacción Ana Eva Fraile [Com 99] Lucía Martínez Alcalde [Fia 12 Com 14] Marta Gómez [Com 09] Columnistas Enrique García-Máiquez [Der 92] Paco Sánchez [Com 81 PhD 87] Ignacio Uría [Der 95 PhD His 04] Críticos Arte: Juan Pablo Huércanos [Com 94] Cine: Jorge Collar. Escena: Felipe Santos [Com 93]. Libros: Joseluís González [Filg 82] Música: Patxi Garro [Com 89]. Series: Alberto N. García [Com 00 PhD 05] Colaboradores en este número María Teresa Barrio, Blanca Basanta, Chus Cantalapiedra, Marta Doblas, Marcela Duque, Rocío García de Leániz, Laura Juampérez, Leire Labaka, Ignacio López-Goñi, Javier Marrodán, Javier de Navascués, Ana Plaza, Blanca Rodríguez G-Guillamón, Eduardo Terrasa, Adolfo Torrecilla, Ignacio Uría, Miquel Urmeneta e Irene Viseras. Fotografía Manuel Castells [Com 87], Jesús Caso y José Juan Rico Barceló. Ilustraciones Diego Fermín Diseño Errea Comunicación Impresión MccGraphics Redacción y Publicidad Facultad de Comunicación Universidad de Navarra 31009 Pamplona, España Atención al suscriptor Palmira Velázquez T +34 948 425 600 (Ext. 80 2590) pvelazquez@unav.edu Edita Universidad de Navarra Suscripción anual España 40 € Europa 50 € Internacional 60 € Web www.unav.edu/nt DL: NA 10-58 / SP-ISSN-0029-5795 La revista no comparte necesariamente las opiniones de los artículos firmados
12 815 ejemplares/ número (2016)
Member of CASE
LA PRIMERA Miguel Ángel Iriarte
A vueltas con la posverdad «Dentro de menos de dos años la mitad de las noticias serán falsas». El director de El País, Antonio Caño, visitó la Universidad de Navarra en enero y, en una conferencia sobre «El futuro del periodismo», hizo esta afirmación redonda y preocupante. Todo titular deja detalles en el camino pero Caño, sin duda, apuntó a uno de los principales agujeros negros del viejo Occidente: no sabemos suficientemente bien qué sucede y mucho menos los porqués. El referéndum en Escocia, el brexit, el fenómeno Trump, el ascenso de partidos de extrema derecha europea, el auge del Dáesh o la situación en Cataluña son ejemplos de la paradoja informativa de hoy: todos hablamos de ellos, pero muy pocos parecen comprenderlos. Vivimos inmersos en la posverdad (por algo la RAE ha admitido el término). Más que los hechos importan nuestras impresiones y lo que se dice en los medios —tradicionales o digitales—. Como en el ensayo de este número el profesor Miquel Urmeneta profundiza en la actual situación de indigencia informativa, les remito a su texto simplemente sugiriendo como prólogo el mensaje del Apolo 13 a la NASA al descubrir una avería: «Houston, ¡tenemos un problema!». Por otro lado, hoy toca hablar de nuestra revista, para referirse a los cambios en su organigrama. Los detalles de estos movimientos, orientados a lograr una colaboración más estrecha con Alumni, se explican en la sección Campus y se reflejan en los créditos, a la izquierda de estas líneas. El anterior director, Ignacio Uría, ha comenzado a trabajar en el nuevo campus de la Universidad en Madrid, pero la revista no lo pierde, pues seguirá colaborando con una columna fija y artículos ocasionales. En sus seis años al frente de Nuestro Tiempo, ha materializado los rasgos que él mismo señalaba en su primera «Primera» como distintivos de la publicación: «Ser una escuela de periodistas, referente cultural y revista de los alumni». Además, Ignacio ha aportado su amplia cultura, su mirada inconformista y su empuje en textos siempre frescos e iluminadores, en particular en uno de los géneros periodísticos fundamentales: la entrevista. Gratitud y reconocimiento para Nacho, pues. Los que ahora andamos por aquí nos damos cuenta de que, como dijo Isaac Newton, «somos enanos a hombros de gigantes». Eso sí, sabemos que la herencia de los que nos precedieron, la ayuda de la gran redacción formada por los profesores y alumnos —actuales y antiguos— de la Facultad de Comunicación, las aportaciones de otros colaboradores y el contacto con nuestros lectores contribuirán a que Nuestro Tiempo siga aceptando el desafío de ofrecer una información profunda y amena sobre las grandes cuestiones de hoy y las de siempre. @NTunav
Esta revista recibe una ayuda a la edición del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
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#697 GRANDES TEMAS EL PODER DE LA SOCIEDAD CIVIL
entrevista FERNANDO DE HARO [Página 18] Terror
y esperanza en la vida de los cristianos perseguidos de Oriente.
Mariné Universal [Página 06] El artista Óscar Mariné
[Página 26] Tres alumnos de la Facultad de Derecho, en una reunión del Comité de Derechos Humanos en Ginebra.
EL PERONISMO Y LA CULTURA [Página 36]
Desconexión entre el Gobierno de Perón y los escritores argentinos de la época.
reunió en el Museo creaciones que muestran su faceta de compositor de imágenes y fabricante de emociones.
campus
LA POSVERDAD [Página 104] En la
era de las fake news, los públicos no son meros receptores. Su postura y sus acciones cuentan.
alumni los bañales
carta desde...
[Página 68]
Experiencia de aprendizajeservicio en un yacimiento arqueológico.
primera visita del gran canciller
[Página 50] Fernando Ocáriz visitó por primera vez como Gran Canciller la Universidad. Dos días cuajados de encuentros: entre ellos, el homenaje a su predecesor, Javier Echevarría.
la clínica en madrid
Marcela Duque [Fia 12] escribe desde Washington D. C. (EE. UU.).
50 años de teología
[Página 58] Un
[Página 74] La Facultad de Teología celebra este curso su cincuentenario.
mismo hospital con dos sedes: la Clínica en Madrid abre sus puertas.
COLABORAN Leire Labaka [Página 82] En un contexto de crisis, la resiliencia es una aptitud necesaria.
[Página 80]
Ignacio López-Goñi [Página 72] La difusión del saber, aspecto clave de la investigación.
Campus Alumni Cultura Ensayo
44 74 84 104
firmas A vueltas con la posverdad, Miguel Ángel Iriarte 01 Los museos, un recurso social...,Teresa Barrio 16 Que dure, que dure, Enrique García-Máiquez 34 El conocimiento cautivo, Ignacio López-Goñi 72 Resiliencia en la gestión de crisis, Leire Labaka 82 Perdóname, Hamlet, Ignacio Uría 102 Mi botellón, Paco Sánchez 112
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trinos del campus
Sección de mensajes en Twitter de profesores, graduados y alumnos de la Universidad de Navarra. «El problema del piropo no es el machismo, sino que es innecesario. Quien es guapa ya lo sabe. No hay que informarle» @egmaiquez @NTunav Efectivamente, no es necesario recordar lo obvio. «Evolución del periodismo viral: el crucigrama ya es más informativo que muchos titulares y el sudoku, más comprensible que muchos gráficos» @rsalaverria @NTunav Urge un cambio de tendencia. «Me asombra la fuerza de largo plazo que me da tener un propósito claro» @NewsReputation @NTunav Porque no es lo mismo picar piedras sin saber para qué, que hacerlo para construir una catedral. «En 2017, los Estados miembros de la UE reasentaron o concedieron asilo a más de 720 000 refugiados» @quini_lumbreras @NTunav El siguiente, Estados Unidos (117 000). Los números cantan.
«—Alto. Control de alcoholemia. + Soy Najwa Nimri. —Madre mía, cómo va esta» @cansinoroyal @NTunav Pamplonesa de nacimiento. Un honor. «“Drazen Petrovic era un ganador, por eso era conflictivo”. Lolo Sáinz» @alerotirador @NTunav Como decía Menotti: «Solo la victoria interesa». «Vuelve la mili en Francia. ¿Cundirá el ejemplo? Ojalá. Oportunidad para madurar, aprender la cultura del esfuerzo, geoestrategia, servicio y trabajo en equipo» @jlcea @NTunav Y vertebrar la nación, que no es poco. «Solo unos mutantes pueden versionar “Thunderstruck” de AC/ DC con un banjo, dos cucharas, un yunque y un acordeón: Steve n’ Seagulls» @rockingchair @NTunav Bluegrass finlandés. La vida puede ser maravillosa. «Argumento definitivo contra todo: Franco» @hmstireless @NTunav La franqueza. Esa ideología.
«Una carta que envié el día 15 de León a Barcelona ha llegado hoy 29. Espero que tanto el cartero como su caballo se encuentren perfectamente» @TomVadinia @NTunav Qué historias nos depara @correos. Sublime. «Ya lo dijo Chesterton: “No conoces una tiranía hasta que la tienes encima, hasta que te ha atrapado. El tirano no se hace presente hasta que es omnipresente”. “La eugenesia y otras desgracias”» @peyroonfire @NTunav Otra cita redonda del hombre que fue Chesterton. «Encuesta exprés a unos 40 alumnos de 4.º de Periodismo. “¿Cuántos compráis diarios de papel? Se exige sinceridad brutal”. Cuatro manos alzadas» @Yago_Glez @NTunav Su sinceridad es brutal. Su respuesta, aterradora.
«El año pasado más de 500 estudiantes e investigadores fueron becados gracias al apoyo de más de 10.000 antiguos alumnos. Queremos ser más para #ServirMásyMejor» @ alumni_unav @NTunav Alumno hoy, Alumni siempre. «Lo mejor de Twitter es que siempre se cabrea alguien por lo que sea» @TheWalkerDeath @NTunav Twitter tiene razones que la razón no entiende. «Lo actual no es lo efímero, sino lo que hoy configura el mundo. Puede serlo algo que se escribió hace tiempo, y desfasado lo que se publicó hace solo unas horas» @Alfonso_Mendiz @NTunav La actualidad del Quijote, la irrelevancia de… tantas cosas.
«Via @ElCatoEnCorto: “Desde 1983 la expectativa mundial de vida ha pasado de 63,7 a 71,6 años; el ingreso promedio mundial aumentó un 54 %”» @crjencinar @NTunav La Humanidad nunca ha estado mejor en toda la historia.
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BIG BANG MARINÉ.«I AM HAVE MET» (SOY PARTE ANTE MÍ). ÓSCAR MARIN SUSCRIBE ESTAS PALABR DE ALFRED TENNYSON C VIDA Y SU CARRERA. EL ESTE ARTISTA, QUE NUTR ESPAÑOLA DESDE LOS OC CALLE AL MUSEO UNIVER texto Ana Eva Fraile [Com 99] y Javier Ortiz-Echagüe. fotografía Cuauhtil Gutiérrez,
David Heofs, Daniel Fuentes, Óscar Mariné, Jesús Caso y Manuel Castells [Com 87] 06—Nuestro Tiempo invierno 2018
M A PART OF ALL THAT I DE CUANTO HE TENIDO NÉ (MADRID,1951) RAS DEL «ULYSSES» COMO RESUMEN DE SU UNIVERSO VISUAL DE RE LA CULTURA POPULAR CHENTA, SALTA DE LA RSIDAD DE NAVARRA. invierno 2018 Nuestro Tiempo —07
el jardín de las delicias
En un momento de crisis en España, Óscar Mariné emigró a Nueva York «para aprender y trabajar», algo que marcó su cultura. Desde mediados de los noventa, cuando abrió estudio allí, viene rastreando «héroes de plástico» (toys) en tiendas de segunda mano. «Me interesaba comprar piezas que iban a desaparecer y pensar que era propietario de objetos con una historia muy azarosa», explica. En un ejercicio de arqueología urbana, el artista ofrece una nueva vida a estos personajes y crea para ellos unos pequeños escenarios. Como telón de fondo, diálogos simplificados hasta su mínima expresión: una sola palabra.
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Grandes temas Big Bang Mariné
en 1939, el joven pianista billy strayhorn salió de pittsburg rumbo a nueva york. Sostenía entre sus manos un trozo de papel con un plano para llegar en metro hasta Harlem, donde el compositor Duke Ellington le esperaba. Durante el trayecto, Strayhorn compuso una melodía inspirándose en las indicaciones de su maestro. Así nació Take the A Train, una de las canciones más emblemáticas del jazz. Una gran historia sobre «las oportunidades que ofrece la vida», a la que Óscar Mariné rinde homenaje en la exposición «Big Bang» en el Museo Universidad de Navarra. Mariné —diseñador, ilustrador y tipógrafo— no dudó en subir al tren con destino al campus de Pamplona para preparar su muestra más exigente hasta el momento: una retrospectiva que propone un viaje transversal por la creatividad del artista, galardonado en 2010 con el Premio Nacional de Diseño. Su título alude a una explosión, a un movimiento expansivo de imágenes que une ámbitos y técnicas muy diversas. Como los cowboys que, surgidos de los tebeos clásicos, pueblan una de las salas del Museo, Mariné se bate con este nuevo desafío. Desenfunda apuntando directamente a la inteligencia del espectador, sin apartar un segundo los ojos de su objetivo último: suscitar emociones en quien mira. Ya sea a través de un logotipo de una película, una carátula de un disco, un cartel de un concierto, una revista o una obra pictórica, el artista madrileño intenta «convertir la imagen en algo que conmueva a la gente, una experiencia nueva que haga sentir que somos seres humanos inteligentes y produzca cosquillas en la cabeza». El proyecto «Big Bang» para el Museo Universidad de Navarra traza la historia de tres primeras veces que han marcado «un punto y aparte» en el recorrido del diseñador. Nunca antes Mariné había afrontado una exposición tan exhaustiva. El artista se encerró siete meses en su estudio para fabricar doscientas catorce imágenes, algunas reeditadas pero la mayoría concebidas para la muestra. Como argumenta, su mirada no se enfoca hacia el pasado, sino al futuro: «Estas propuestas funcionan ahora, que es el único momento posible. El asunto es vivir en la actualidad y crear imágenes capaces de interesar al público». Nunca antes Mariné había preparado una instalación de dimensiones tan grandes. Aunque su obra se ha presentado en centros de Nueva York, Tokio o Milán, y también se ha incluido en muestras colectivas relevantes, el proyecto desarrollado en el Museo Universidad de Navarra forja un hito en su carrera: «“Big Bang” no es una exposición, es una toma del espacio, es un universo narrativo». Llenar ocho salas, más de trescientos metros lineales de contenido, «ver cómo instalar las piezas en esta magnífica arquitectura de Rafael Moneo implicó un trabajo minucioso», reconoce. Nunca antes Mariné había imaginado que obras relacionadas con la cultura popular se exhibieran de esta manera: «Son carteles de calle, imágenes hechas para televisión o para prensa que aunque en su origen parten de contextos muy alejados de un museo han llegado a colgarse aquí». Con «Big Bang», Óscar Mariné pretende reflexionar sobre su profesión, donde diseño y arte se fusionan. De hecho, algunas de las obras que se han estrenado en las paredes del Museo de la Universidad, como la revista Madrid Me Mata (MMM) y algunos de los carteles promocionales para grupos de música, se integran ahora en la colección permanente del Centro de Arte Reina Sofía. Cuando los ideó, en la década de los ochenta, nada hacía suponer que lo que empezó como experiencia callejera se convertiría en patrimonio artístico nacional.
wéstern mitología del tebeo En un hotel del desierto de Tabernas (Almería) Óscar Mariné pintó en 2002 su primera serie de vaqueros para la película 800 balas, de Álex de la Iglesia. A los dibujos rotundos, expresionistas, con encuadres cinematográficos, siguieron obras que reducen los personajes a colores planos y a una representación basada en la silueta. Su inspiración proviene de los tebeos clásicos, que para el autor encarnan toda una mitología: lo que él llama «héroes de papel».
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ecos del rock los orígenes
En los primeros años ochenta, Óscar Mariné comenzó a producir y diseñar cubiertas de discos para grupos entonces emergentes, como Siniestro Total, Derribos Arias, Parálisis Permanente, Objetivo Birmania o Los Elegantes. Es en este período en el que realiza la edición de sus hoy míticas camisetas para la distribuidora de discos independientes Pancoca. Desde entonces, Mariné ha seguido creando carteles de festivales y conciertos para Bruce Springsteen, John Cale o John Mayall, entre otros.
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Grandes temas cintillo
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En este «Big Bang», la música ocupa un lugar central como una nueva forma de educación. Sobre tablillas de madera blanca aparecen esculpidas en caracteres neutros trescientas canciones imprescindibles de los años sesenta, setenta y ochenta. El listado, que comienza con Telstar (The Tornados), va más allá de la contemplación o el recuerdo nostálgico. De las paredes de este particular templo cuelgan, como un legado, las sentencias que han formado parte de la vida de una generación. 12—Nuestro Tiempo invierno 2018
música el corazón del big bang
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Podría decirse que Óscar Mariné nació en un plató de rodaje. Hijo de Juan Mariné, director de fotografía, disfrutaba de niño observando a través del visor de la cámara cómo se construía una imagen. Un collage resume ahora su aportación a la historia reciente de España. Quince metros de ancho, diez años de cine y veintidós logotipos para películas de Julio Medem, David Trueba, Pedro Almodóvar o Álex de la Iglesia.
cine 21 nombres y una mujer Escanee este código QR para acceder a la playlist de Spotify «Oscar Marine Big Bang». Las canciones las han seleccionado Mariano Antolín Rato, Alex Cooper, José Manuel Costa, Julián Hernández, Diego A. Manrique, Fernando Martín, Jesús Ordovás, Luis Mario Quintana, Enrique Zacagnini y el propio Óscar Mariné.
pinturas de palabras
El corredor central de la exposición sugiere el ambiente de la calle de una gran ciudad. Muestra una sucesión de pinturas tipográficas, de diversos colores y formatos, en un amontonamiento propio de una urbe. Los mensajes, que recogen frases robadas a la vida cotidiana, constituyen una exploración entre el lenguaje hablado y el visual: el autor pretende que las ideas representadas por las palabras lleguen con magnetismo a través de los ojos y no por los oídos. invierno 2018 Nuestro Tiempo —13
Grandes temas Big Bang Mariné
Desde el comienzo de su carrera, Mariné ha realizado una interminable colección de dibujos de los habitantes de la ciudad. Rostros anónimos, con un trazo amplio y enérgico genuinamente propio, que pinta para sí mismo y con los que genera un cuerpo de obra. Los retratos urbanos, probablemente sus creaciones más reconocibles, motivaron que en 1995 Absolut Vodka le encargara una campaña sobre su icónica botella. Su nombre se unió así al de Andy Warhol, el iniciador, o Keith Haring.
geometría punto de partida
Paradójicamente, la sala que parece más actual alberga las alusiones más antiguas: el discurso que planteó la Bauhaus en 1919. Mariné entiende el conocimiento de la historia del arte como una herramienta esencial en su profesión y considera sus obras como variaciones de temas recurrentes en el arte del último siglo. Con estas composiciones abstractas, de colores planos y basadas en la geometría, se completa la reflexión sobre el trabajo del diseñador que insinúa en la muestra «Big Bang»: una reducción formal hasta la esencia del alfabeto del artista.
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Después de su experiencia en la distribuidora musical Pancoca, Mariné se embarca en una aventura clave para la orientación de su carrera: la revista Madrid Me Mata (MMM). El primer número de esta cabecera emblemática, fundada junto con Moncho Alpuente, irrumpió en el verano de 1984. Extraña mezcla de lo castizo y lo internacional, «entre la posmodernidad y la neocutrez», como se lee en uno de sus artículos, este ejercicio experimental del «Hazlo tú mismo» que proponía el movimiento punk fue una auténtica escuela de diseño.
retratos urbanos
madrid me mata aprender haciendo
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firma invitada Teresa Barrio Fernández
Los museos, un recurso social en expansión
desfavorecidos o con necesidades especiales, atípicos visitantes de los museos hasta hace relativamente poco. Contamos con un ejemplo muy cercano. El Museo Universidad de Navarra, junto con otros colaboradores, ha puesto en marcha iniciativas como los campamentos intergeneracionales de niños y mayores, ha acogido mesas redondas en torno a temas como la inmigración o los refugiados. Y, con motivo del Día Internacional de los Museos 2017, ofreció, en cooperación con la Asociación de Esclerosis Múltiple de Navarra, la Fundación Ilundáin y la Asociación Eunate, visitas guiadas y talleres a personas con discapacidad y en riesgo de exclusión social. La crisis económica dejó al descubierto una crisis de valores caracterizada por el individualismo, el utilitarismo, el consumismo ilimitado, la irresponsabilidad o la codicia que se han asociado al mundo occidental en las últimas décadas. Los museos, con la labor social aquí mencionada, pueden afrontar Existen organizaciones museísticas que, en un la situación y, de hecho, adoptan un compromiso con determinados principios que tratan de proyectar: la integración, la contexto de aguda crisis económica, han apostado solidaridad, la sostenibilidad, el bienestar o la cohesión de la con firmeza por ofrecer un servicio cada vez más ciudadanía. ético, inclusivo y excelente. Sin embargo, y para el éxito de estas iniciativas, son necesarios más medios humanos y económicos. También que los propios equipos de los museos se encuentren sensibilizados e son elitistas las instituciones culturales y, más implicados colaborando con expertos de otras disciplinas para concretamente, los museos? Sin duda, lo han sido en el el diseño, el desarrollo y, de manera muy importante, la evaluapasado, y ese cariz los ha acompañado hasta la actualición de las correspondientes acciones. Resultará fundamental, dad. Así lo corrobora el informe Conociendo a todos los por lo tanto, la concurrencia de trabajadores sociales, pedapúblicos. ¿Qué imágenes se asocian a los Museos?, editado en 2012 por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en el que los gogos, profesionales de las ciencias de la salud o asociaciones, fundaciones u organizaciones especializadas. no visitantes de museos consideran pobladores naturales de Existe otra cuestión clave: estas actividades, en muchas ocaestos espacios a personas algo grises, solitarias y con gafas, con siones auténticos proyectos de I+D+i, precisan de una adecuaun nivel educativo muy alto. da labor de promoción y difusión. Esta difusión visibiliza a los No obstante, cada vez más estudios ratifican un fenómeno de progresiva ampliación de los destinatarios y de las funciones colectivos y sus problemáticas, pero, además, da a conocer a la sociedad unas programaciones que, en numerosas ocasiones, tradicionales de los museos. Frente a la instrumentalización económica de la cultura que se viene realizando de manera más son desconocidas para el gran público. Urge mostrar su valor a la ciudadanía, a gestores, mecenas, patrocinadores y profesioo menos evidente desde los años ochenta del pasado siglo, renales de museos incluidos, para que las buenas prácticas sean sulta imperativo incidir en que la institución museística puede replicadas en otras instituciones, alcancen contribuir de manera excepcional a su entorsu máximo grado de proyección y los museos no por medio de un desarrollo más profundo La pregunta de la autora puedan contrarrestar, con mayor rotundide su función social, más aún en tiempos didad, esa etiqueta elitista que todavía se les fíciles como los que se han vivido en nuestro ¿Hasta qué punto nuestra atribuye. país en la última década. sociedad conoce y valora El museo ha de estar al servicio de toda la labor social desarrollada Teresa Barrio Fernández [PhD 17], experta en Mula ciudadanía, y consigue ampliar el círculo por los museos? seología, ha sido investigadora del Departamento de cuando mejora su accesibilidad para quieHistoria, Historia del Arte y Geografía de la Universidad nes encuentran barreras físicas, sensitivas, de Navarra. cognitivas o psicológicas; cuando fomenta @mbarrio3 la interculturalidad o favorece la inserción @NTunav de determinados colectivos en riesgo o en Opine sobre este asunto en situación de exclusión social: inmigrantes, Twitter. Los mejores tuits se desempleados, enfermos, mayores, presos, publicarán en el siguiente número. personas con drogadicciones, sin hogar… Se trata de grupos particularmente vulnerables,
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Entrevista Fernando de Haro
Mártires de hoy Tragedia y testimonio de los cristianos perseguidos Desde 2012, Fernando de Haro ha viajado por países de todo el mundo para documentar la persecución de los cristianos. El resultado son cinco reportajes que transcurren entre el horror y la esperanza de la minoría más acosada del planeta. texto Ignacio Uría, historiador y periodista fotografía Ignacio Giménez-Rico y José Juan Rico Barceló
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Entrevista Fernando de Haro
Su trayectoria profesional es variada: televisión, radio, prensa digital y, ahora, cine. De la información económica, al periodismo de guerra. ¿A qué se debe este cambio? No se puede decir que ahora hago periodismo de guerra. En el último año he viajado a Siria y a Iraq antes de que se hubiera derrotado al Dáesh. Muy cerca de la línea del frente. Nigeria y Egipto, donde también he estado rodando documentales, son zonas de conflicto. Pero no soy ni por asomo un corresponsal de guerra. En España los hay excepcionales. Es verdad que en las casi tres décadas que llevo dedicado al periodismo he hecho cosas muy diferentes. Empecé en una pequeña redacción de una revista de información económica en la que aprendí mucho. Ya entonces me gustaba el gran reportaje, narrar una historia con profundidad, buscando ángulos diversos, testimonios variados. Y deseaba viajar para estar allí donde palpitaba el mundo. Un período de ocho años en Canal + y en CNN +, ro20—Nuestro Tiempo invierno 2018
deado de grandes maestros, me abrieron al campo apasionante de la televisión informativa. La televisión posee una ventaja: para contar bien las cosas tienes que estar en el sitio en el que están sucediendo. Los últimos siete años en la radio, junto a los mejores profesionales de las ondas, me han ayudado a desarrollar una cercanía con la audiencia que solo este medio te proporciona. Mi evolución no ha respondido a un proyecto —ahora todo el mundo está obsesionado con la carrera profesional— ni ha sido lineal. Quería ser periodista cuando empecé y quiero seguir siéndolo ahora. Ese deseo, y el ir respondiendo con realismo a lo que tenía delante, me ha permitido hacer un trabajo que me gusta. Desde hace unos años, en mi tiempo libre, produzco y dirijo una serie de documentales que quieren reflejar, por un lado, la difícil situación en la que viven muchos cristianos y, por otro, recoger sus testimonios. ¿Qué pretende transmitir con sus documentales? El proyecto surgió a raíz de la publicación de mi libro Cristianos y leones. En ese volumen hacía un repaso de la realidad de la persecución del cristianismo en el mundo. Me parece que está bien documentado y, a menudo, sigo rescatando el material que utilicé. Pero me quedé insatisfecho. Para hacerlo bien, había que viajar a esos países donde no había libertad religiosa. Busqué dinero durante bastante tiempo y, al final, dos buenos amigos de la Fundación Ignacio Larramendi y de la Fundación San Pablo CEU decidieron apoyarme. La persecución es un asunto serio. Es necesario que se denuncie y que se difunda. El cristianismo es la religión más perseguida del planeta. Pero mi enfoque ha ido cambiando a medida que avanzaba el rodaje de las películas. Sigo analizando el contexto político y geoestratégico, pero he pasado de una mirada en la que primaba la denuncia a otra que
subraya el gran tesoro de humanidad, de fidelidad, la gran riqueza de estos mártires y testigos del siglo xxi. ¿Qué países ha visitado para filmar estas historias? ¿Cómo los elige? He estado en Iraq, en Siria, en Egipto, en la India, en el Líbano y en Nigeria. Busco fundamentalmente aquellos países en los que arrecia la persecución, en los que hay un genocidio en marcha. ¿Los Gobiernos le han facilitado su trabajo? Los visados requieren meses de gestiones. De hecho, la India y Nigeria son dos de los países del mundo donde es más difícil obtener un visado para un periodista. Y algunos compañeros con amplia experiencia me preguntan cómo los he obtenido. En Egipto el Gobierno se puso muy nervioso con nuestro trabajo y tuvimos un férreo control de los servicios de seguridad, aunque la amenaza de los Hermanos Musulmanes era mayor. En el norte de Iraq, los kurdos son abiertos pero impredecibles, y el Gobierno controla poco el terreno. La amenaza era la cercanía del Dáesh. En Siria el control de los servicios secretos es duro y se necesita mucho tiempo para obtener los permisos, aunque no obstaculizan el trabajo de quien difunde cuál es la situación de los cristianos. Las dificultades eran las propias de un país en guerra donde siguen cayendo bombas. Nigeria, en algunos momentos, parece un Estado fallido. Y en la India el control es previo. El Líbano es un país maravilloso en todos los sentidos. Antes no se informaba de esta situación. ¿Qué ha cambiado? ¿Hacía falta el asesinato de miles de personas? Es verdad que hace algunos años había un prejuicio informativo ante la persecución de los cristianos. En cierto modo, persiste. Pero ahora no hay medio na-
Fernando de Haro e Ignacio Giménez-Rico con un miliciano en a ciudad cristiana de Qaraqosh, junto al frente de Mosul (Iraq). cional o internacional que no destaque una masacre de coptos en Egipto o un asesinato que tome como pretexto la ley contra la blasfemia de Pakistán. Se ha ido imponiendo cierta evidencia. La libertad religiosa es un derecho fundamental. Y la persecución es tan desgarradora que no se puede dejar de denunciar el modo brutal en el que en algunos rincones del mundo se niega ese derecho. Los medios occidentales tienden a minusvalorar la cuestión porque lo consideran un problema ideológico, acaso moral. Si el medio es progresista, a sus editores les suena a un asunto de gente de derechas, y creen que no conviene darle mucho espacio. Si hablamos de una radio, una televisión o un periódico de derechas la realidad es que no saben cómo tratarlo, no es una información fácilmente clasificable.
El terror
Según el Parlamento Europeo, los cristianos son la minoría religiosa más perseguida en el mundo. La OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) habla de 150 000 cristianos asesinados al año. ¿Nos encontramos ante un choque de culturas o una guerra civil en el islam? La persecución no se produce solo en países de mayoría musulmana. Hay una persecución también del hinduismo político
y del comunismo. Cada país es un mundo, pero me parece que existen parámetros comunes que pueden explicar en parte lo que está sucediendo. ¿Es el monoteísmo la causa de esta violencia? ¿Estamos ante una nueva guerra de religión? No se puede llegar a esa conclusión. En primer lugar porque, como decía, los protagonistas de la persecución no son solo los islamistas. Y, en segundo, porque la violencia tiene origen más en una instrumentalización de lo religioso que en lo religioso propiamente dicho. Me gusta la hipótesis de Oliver Roy [académico francés especializado en estudios islámicos], con todas las prevenciones necesarias: los yihadistas que atacan a cristianos no son islamistas radicales sino radicales que se hacen islamistas. Desde luego, la tesis del choque de civilizacioinvierno 2018 Nuestro Tiempo —21
Entrevista Fernando de Haro
perfil
Fernando de Haro (Madrid, 1965) es periodista y profesor universitario. Licenciado en Derecho por la Universidad de Córdoba (1989) y en Comunicación por la Universidad de Navarra (1993) y doctor en Periodismo por la Universidad Complutense, está casado y tiene cuatro hijos. Dirige el programa «La Mañana de Fin de Semana» en COPE y el periódico paginasdigital.com. Ha recibido distinciones como el Micrófono de Oro o el Premio ¡Bravo!, que concede la Conferencia Episcopal Española, por su compromiso con los derechos humanos. el proyecto
Fernando de Haro es el guionista y director de cinco documentales sobre la persecución de los cristianos de todo el mundo. Producidos por N Medio, pertenecen a un proyecto más amplio que sigue en marcha. Los tres primeros están disponibles en Amazon y en la plataforma Vimeo en versiones subtituladas en español, inglés e italiano.
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Copts. Walking Next to the Wall, 2013. Sobre la minoría copta de Egipto. Nasarah, 2014. Cristianos de Iraq y Siria desplazados en el Líbano. Aleluya, 2015. Boko Haram: el azote de los cristianos de Nigeria. One, 2016. El cristianismo en la India. Nínive, 2017. El genocidio del Dáesh en Iraq.
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22—Nuestro Tiempo invierno 2018
nes no resiste una mínima verificación sobre el terreno: los cristianos de Oriente Medio son árabes; los asiáticos son asiáticos. Víctimas y verdugos pertenecen a la misma cultura secundaria, a la misma civilización. Creo que las cosas van por otro sitio. La mundialización erosiona, cuando no destruye, el proceso circular que ha animado siempre la relación entre las cuestiones de sentido (la religión) y la cultura. La religiosidad, ideológicamente utilizada, reaparece con fuerza, pero disociada de la cultura que le es propia, cultura que la globalización ha puesto en crisis. El patrón de comportamiento se repite en las zonas del planeta a las que me he asomado (Oriente Próximo, Asia y África). Esta ideologización de lo religioso, en la que se pueden ver las huellas del nihilismo y del nacionalismo, promueve la dinámica del chivo expiatorio e identidades conflictivas. El caso de China es algo diferente: es una exaltación nacionalista del comunismo que, como en el islamismo y el hinduismo, se alimenta del miedo al otro. El 70 por ciento de los cristianos de Oriente Medio ha muerto o ha sido expulsado de sus países. ¿Cuánto hay de limpieza étnica en este asunto? Los datos son rotundos. El caso de Siria e Iraq es paradigmático. Una próspera comunidad cristiana iraquí de un millón y medio de personas, en su mayoría católicos caldeos y asirios, cuya existencia se remonta al primer siglo de nuestra era, se ha quedado reducida aproximadamente a 450 000 personas. Más del 70 por ciento de los cristianos iraquíes han sido obligados a huir del país. Por otra parte, la población cristiana de Siria ha pasado de representar el 30 por ciento en la década de los años veinte del siglo pasado a menos del 10 por ciento en 2015, lo que sitúa a esta comunidad al borde de la extinción en su propia patria. La Resolución del Parlamento Europeo 2016/2529 de 4 de febrero
de 2016 declaró genocidio la actuación del Dáesh contra las minorías (entre la que está la cristiana). De igual modo se pronunció en resolución de 4 de marzo de 2016 la Cámara de Representantes de Estados Unidos (H. Con. Res. 75). El término genocidio también lo usa la OSCE para calificar lo que los cristianos de esta región del mundo están sufriendo. Pero más allá de los números yo muestro en mis películas el drama humano detrás de lo que, efectivamente, en ocasiones es una auténtica limpieza étnica. En 2003, Juan Pablo II afirmó que la guerra de Iraq tendría consecuencias imprevisibles. ¿Habría sido mejor dejar a Saddam Hussein en el poder? Al menos, los cristianos vivían con una libertad inimaginable hoy. Sin duda. He oído a decenas de iraquíes y de sirios cristianos quejarse de la ceguera ideológica de los occidentales que quieren imponer una forma de democracia que no funciona en Oriente Próximo. Fue un error echar a Sadam: los neocon de Washington, gente que venía de la izquierda más radical y que se convirtió a la derecha radical, diseñaron una estrategia que no tenía en cuenta las bases antropológicas de la democracia. Al eliminar a Sadam, que era un tirano nefasto —eso es cierto—, destruyeron la posibilidad de un proyecto nacional. Tenían que haber oído a los líderes de las comunidades cristianas: los neocon actuaron en nombre de valores de inspiración cristiana y dañaron seriamente a los únicos que mantienen esos valores. Es lo mismo que ha sucedido en Siria. Francia y Estados Unidos intervinieron en la guerra de Siria en 2014 con poco realismo y con un modelo de democracia abstracto que no tenía en cuenta las circunstancias culturales e históricas del país. Ese maximalismo exigía, para luchar contra el Dáesh, establecer primero una democracia de corte occidental y echar a Assad. Un desastre.
¿Tiene Occidente las manos limpias en esta tragedia? Viajando por Oriente Próximo a menudo escuchas teorías conspirativas sobre el papel de Occidente. No crean que sean ciertas. Pero Occidente tiene evidentes responsabilidades. Primero, porque no se acaba de enterar. No es por falta de información, como me decía una embajadora en Beirut. Es por falta de claves interpretativas. Estados Unidos es un buen ejemplo. El apoyo de Obama a los Hermanos Musulmanes fue un error garrafal, como los bandazos de Trump. Luego está el negocio de las armas, que el Papa denuncia sin parar. Cuando Francisco lo critica, no está dando consejos espirituales. Y, en tercer lugar, está el juego de las alianzas. El acuerdo de 2015 de EE. UU. con Irán para frenar el desarrollo del programa nuclear fue un gran avance. Pero ahora el acuerdo de Trump con Arabia Saudí lo ha descompensado todo. Los contratos para la venta de armamento ascienden a cien mil millones. Es un dato público. Y Arabia Saudí, además de alentar fenómenos violentos, juega muy fuerte para eliminar la emergencia de Irán. Nunca olvidaré cómo, en un campo de refugiados en el Valle de la Bekaá, en el Líbano, delante de unos niños que se divertían con la nieve, una monja me explicaba que aquellas criaturas habían tenido que escapar de sus casas y malvivían en tiendas porque estaban pagando el pato de las acciones de los poderosos. El dios dinero, me decía un franciscano en Damasco, es muy fuerte. La persecución no se dirige solo contra los cristianos, sino que los musulmanes también son objetivo del terrorismo yihadista. ¿Cómo se vive esto último en las sociedades islámicas? Como una agresión que tiene que provocar quejas y críticas más rotundas. Estos años sangrientos de califato del Dáesh han puesto a una buena parte del islam ante sus propias contradicciones, tanto en lo
Matrimonio de refugiados sirios en el Valle de la Bekaá (Líbano). político como en lo cultural. El Dáesh ha tenido como objetivo no solo a chiitas y a cristianos sino también a sunníes verdaderamente religiosos —no me gusta utilizar la expresión moderados—. Los excesos del yihadismo son una invitación para recuperar una exégesis histórica del Corán que no es novedosa en su tradición, para fomentar una comprensión de la sharía como referente ético y no como ley positiva, para aceptar ciertas distinciones entre lo político y lo religioso que tampoco son ajenas a la historia generada por Mahoma. Y, sobre todo, para desarrollar una tutela de las libertades que vaya más allá de las declaraciones formales. En el campo teórico han sido relevantes los pronunciamientos de Al Azhar en 2012 y en 2017, así como la Declaración de Marrakech de comienzos de 2016. Especialmente el texto de Marruecos supone un avance porque invita a explorar el concepto de ciudadanía. Pero ese paso adelante no será firme mientras esos textos no tomen tierra y no se reconozca la libertad de conversión. Puede ser un fruto milagroso que nos regalen los mártires de la guerra y de la persecución, mártires cristianos y musulmanes. En Oriente Próximo, el cristianismo conformaba una comunidad relativamente próspera y su presencia ayuda-
ba a la cohesión social. ¿Esa realidad se ha terminado para siempre? No lo sé. «Somos el resto de Israel», me decía un párroco mayor en Alepo este verano. En Iraq han quedado reducidos a muy poco. Afortunadamente, ahora están volviendo a los pueblos de la llanura de Nínive. Y en Siria la paz permitirá que no se sigan marchando. Egipto es decisivo. Es el gigante de la zona, en el que se deciden muchas cosas. Y los coptos representan un 10 por ciento de la población. En Egipto se juega todo y por eso el Dáesh golpea desde hace meses con dureza en este país.
la esperanza
En sociedades con hegemonía cristiana se persiguió a los discrepantes. Ahora lo hace el islam. ¿Donde hay una religión fuerte hay más violencia? La solución no es tener una religión débil. Todo lo contrario. La religión, la religiosidad auténtica, no es parte del problema sino de la solución. El reto es que la pretensión que tiene el poder político de aproinvierno 2018 Nuestro Tiempo —23
Entrevista Fernando de Haro
piarse de lo religioso —que existe desde que el hombre es hombre— tenga freno. Y para eso hace falta una experiencia religiosa potente, que no busque las prebendas del poder. Sin embargo, quizá la solución esté en el laicismo, en más laicismo. Es lo que proponen algunos. Me parece que es una solución vieja. El día en el que se produjo el atentado en Charlie Hebdo, el 7 de enero de 2015, me encontraba en el Líbano. Desde los campos de refugiados oía cómo algunos proponían como solución un laicismo a la francesa. La religión, toda religión, debe ser privatizada para evitar la violencia —sostienen—. Al tiempo se exalta una libertad de expresión que se mofa de las creencias de muchos. Es la vieja tesis de Schopenhauer: sin relativismo no hay democracia, no hay tolerancia. Me parece que esa tesis es falsa y no lo digo apoyándome en un razonamiento filosófico sino en la experiencia sobre el terreno. Miremos lo que ha pasado en Europa. El laicismo que censura cualquier tipo de identidad religiosa pública ha facilitado que el yihadismo se haya extendido en los barrios de París y de Bruselas, también en Cataluña. Si en la vida pública solo se propone la «sagrada nada» (los valores cívicos de la Ilustración francesa han muerto), no tenemos respuesta al nihilismo imperante. Los valores religiosos tienen un gran papel público que desempeñar, siempre que la inteligencia de la fe se transforme en una inteligencia de la realidad, siempre que las aportaciones de la fe, a través de las mediaciones de la razón, se atengan a la gramática de lo secular. No se pueden extraer directamente de la fe soluciones políticas. Eso sería confundir planos. El cristianismo lleva veinte siglos intentando comprender qué significa dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Desde el Concilio Vaticano II ha recuperado la claridad que tuvo en los primeros siglos, la claridad que da ser una religión de perseguidos. El islam, que lo tiene más 24—Nuestro Tiempo invierno 2018
libertad y verdad
«El fundamentalismo afirma la verdad sin libertad; el relativismo, la libertad sin verdad. Sin libertad, la verdad se convierte en ideología; y, sin verdad, la libertad no se realiza» negación de un derecho
«La libertad religiosa es un derecho fundamental. Y la persecución es tan desgarradora que no se puede dejar de denunciar» religión y violencia
«La religiosidad auténtica no es parte del problema sino de la solución. El reto es frenar la pretensión del poder político de apropiarse de lo religioso» la fe antes que la vida
«Si tu identidad, lo que te define, es la fe que has recibido, no estás dispuesto a renunciar a ella, porque dejarías de ser tú mismo»
difícil por el modo en el que se fundó, ha emprendido en los últimos años un camino interesante. El gran reto, insisto, es que los países de mayoría musulmana se abran al concepto de ciudadanía. ¿Por qué es importante que haya cristianos en los países musulmanes? Para que sean países de mayoría musulmana y no países musulmanes. Les he hecho a muchos cristianos de Oriente Próximo esta misma pregunta: tienen la conciencia de que Jesús les ha puesto allí. Son los testigos de la verdadera naturaleza del cristianismo: acontecimiento antes que doctrina o moral. Son la continuidad, la memoria en un lugar preciso de cómo empezó y continúa todo. Son la respuesta a los dos grandes retos del siglo xxi: el relativismo y el fundamentalismo. El fundamentalismo afirma la verdad sin libertad; el relativismo afirma la libertad sin verdad. Pero, sin libertad, la verdad se convierte en ideología; y, sin verdad, la libertad no se realiza. ¿Cuál es la forma que permite afirmar la verdad sin menoscabar la libertad? El testimonio. Y el testimonio, con todas sus implicaciones culturales y sociales (pensemos en el perdón) es, sin duda, una gran contribución civil. Los cristianos de Oriente Próximo nos enseñan a los demás que el cristianismo fue y es un acontecimiento histórico y geográfico. Hacen una contribución decisiva a la pluralidad de sus países. No hay más que repasar la historia de los últimos siglos. Ante el horror, los cristianos han respondido sin violencia y con fidelidad al mensaje en el que creen. ¿Cómo es posible? Es cierto que ha habido muy pocos episodios de violencia. Los mártires cristianos del siglo xxi, al entregar la vida por Otro, rompen la espiral que convierte al otro en enemigo. Al repetir la conducta del Justo, rompen la dialéctica amigo-enemigo. El mal genera una espiral de la que aparentemente no se puede salir: la afrenta sufrida requiere una reparación que genera más
violencia. El suicida pretende imponer su verdad a través del sufrimiento de las víctimas. El mártir, inocente, que sufre lo que debería sufrir el verdugo, destruye el carácter irreparable de ese mal. En casi todas las situaciones de persecución que he conocido vibra un modo particular de afrontar la violencia (martirio, perdón, fidelidad). Esta modalidad excepcional plantea una pregunta sobre su origen, semejante a la pregunta que suscitaba la persona de Jesús. El mal —lo sabemos— nos distancia, nos separa. ¿Qué hace posible este modo de afrontarlo? Me parece que es la misma pregunta que se hacían los que escucharon a Jesús perdonar desde la cruz. ¿Quién es este? ¿Acaso Dios estará presente, presente como hace dos mil años? ¿Será la misma historia la que ahora sucede que la de entonces? Pese a todo, se ha producido un fortalecimiento de la fe. Esto es una «provocación» llegada de la periferia, un desafío al racionalismo. Es una provocación al racionalismo, una ocasión para exaltar la razón. La razón nunca se detiene. Siempre quiere comprender; invita a caminos diferentes en cada caso. ¿Por qué hay más fidelidad en el perseguido? Que responda la razón, no la detengamos, y, cuando llegue a su vértice, que florezca misteriosamente, si se concede la gracia, el reconocimiento de que Dios está presente. ¿Qué relación tienen estos cristianos con la verdad para pensar que la fe es más valiosa que la vida? Es una relación afectiva. Un pastor protestante del norte de Nigeria me contaba: «Apuntaron a algunos de mi congregación con una pistola en la cabeza, a la vez que les preguntaban si renunciaban a su fe. Respondieron que mantenían su fe en Cristo y que darían la vida por Él». He oído lo mismo de varios secuestrados por el Dáesh que fueron presionados día y noche para convertirse. Creo que detrás hay una
Parroquia copta ortodoxa de San Moisés El Negro (Mynia, Egipto) después de un ataque yihadista. experiencia concreta de Cristo presente a la que no se quiere renunciar, una satisfacción afectiva que permite entregar la vida. ¿Qué lo hace posible? Un cristianismo que confiere identidad. Si tu identidad, aquello que te define, es la fe que has recibido, no estás dispuesto a renunciar a ella, porque dejarías de ser tú mismo. ¿Alguna vez ha preguntado a los perseguidos qué piensan de los cristianos de Occidente? Lo pregunto a menudo. Recuerdo que una maestra que había huido de Boko Haram y que estaba en un campo de refugiados de la capital de Nigeria, Abuya, me dijo: «Diles que no abandonen la fe, que no la dejen enfriar, que es lo mejor que tenemos». ¿Es el perdón la única respuesta verdadera a la persecución? ¿O más bien la justicia? La paz y la justicia no son dos vías paralelas que no puedan encontrase. «No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón», decía Juan Pablo II. El martirio, explica el Catecismo, es una gracia. No puede proponerse como solución universal. Lo sorprendente es cuánta gracia hay en este comienzo del siglo xxi. Hay que trabajar contra la vulneración de los derechos humanos, contra el genocidio. Hay que
conseguir que la comunidad internacional apoye a estos cristianos, les permita volver a sus casas, les dé seguridad. Pero no podemos luchar a su favor de modo diferente a como ellos han vivido y viven esta circunstancia. La justicia de la ley y del derecho internacional es necesaria pero insuficiente. ¿Qué o quién puede reparar todo el mal sufrido? La pregunta la responden ellos cuando hablan de perdón. El perdón no es resignación; el perdón es la máxima justicia, la justicia que repara el corazón de la víctima e impide que la onda del mal siga creciendo. A la vista de todo lo que hablamos, ¿deberían los cristianos occidentales replantearse cómo viven su fe? Yo, desde luego, no soy el mismo desde que la vida me ha regalado a tantos amigos en varios rincones del mundo. Los llevo en el corazón, me acompañan, me relanzan, me llenan de agradecimiento. Por último, ya sea uno agnóstico o creyente, ¿qué puede hacerse por los cristianos perseguidos? Sobre todo, mirarlos, escucharlos, recoger su tesoro, padecer con ellos, alegrarse con ellos. Y luego todo lo demás: política, voluntariado (¿por qué no pasar un tiempo en el Líbano o en Iraq echando una mano?), campañas de sensibilización, recogida de fondos… Hay que hacerlo todo . Nt
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Grandes temas La ONU, desde dentro
TREINTA segundos para asaltar la ONU Suele decirse que los ciudadanos verdaderamente libres no se preguntan qué les va a pasar sino qué pueden hacer. Con esa premisa, Olivia Serrano, Laura Venzal y Nacho Peré, alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Navarra, viajaron a Ginebra con el objetivo de sumar sus convicciones y sus argumentos al debate que mantiene abierto la ONU en torno al derecho a la vida. texto y fotografía Blanca Basanta Vázquez [Com 20]
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Grandes temas La ONU, desde dentro
el 26 de octubre de 2017, en la oscuridad de la estación de Renfe de Pamplona, a las seis de la mañana, Olivia Serrano [Máster en Derechos Humanos 18], Laura Venzal [Der 18] y Nacho Peré [Der 18] esperan a que una voz anuncie por el megáfono su tren con destino a Barcelona. La capital catalana es la primera escala en su viaje a Ginebra, adonde se dirigen para defender ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU el derecho a la vida. Su misión es la de «hacer lobby». Aunque esta expresión se asocia con frecuencia a grupos sesgados ideológicamente que tratan de imponer sus posturas al conjunto de la ciudadanía, incluye también el ejercicio que llevan a cabo las organizaciones de la sociedad civil cuando en las instituciones se debaten temas relevantes. Nacho Peré, Laura Venzal y Olivia Serrano viajan con ese cometido. El entusiasmo, la energía y la vitalidad que muestran revelan que tienen verdadera fe en sus convicciones. A pesar del sueño, una animada conversación brota de los argumentos y las aspiraciones que les han hecho coincidir en 28—Nuestro Tiempo invierno 2018
este viaje hasta adentrarse en sus propias biografías. Todo comenzó con Olivia. Es mexicana, tiene veintisiete años y, según cuenta, estaba buscando varios jóvenes dispuestos a dejarlo todo durante tres días para defender en Ginebra el derecho a la vida frente a algunas concesiones del derecho internacional al aborto y la eutanasia. En la ciudad suiza se iba a reunir el Comité de Derechos Humanos para revisar el borrador de Comentario General sobre el derecho a la vida. El proyecto forma parte, a su vez, del debate sobre el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. movidos por un ideal. El objetivo de Olivia era crear un grupo para abordar a los expertos del Comité y tratar de convencerles de que es un error considerar el aborto o la eutanasia derechos de las personas. En esa aspiración se encontró con Laura Venzal y Nacho Peré, estudiantes de cuarto de Derecho. Un solo argumento les bastó a ambos para aceptar la proposición de Olivia. En el caso de
Nacho fue decisiva su propia experiencia: «No necesitas que te enseñen que hay un derecho a la vida. Necesitas que te digan que se llama derecho a la vida, pero sabes que todo el mundo tiene ese derecho. Yo dejé la fe hace unos años. Dejé de creer en muchas cosas, aunque otras nunca las abandoné, porque estaban muy arraigadas en mí. No era por el hecho de tener un Dios o no tenerlo, sino por el hecho de que siempre están tu conciencia y tu humanidad diciéndote: “Esto no lo puedes dejar atrás”». Para Laura fue suficiente oír juntas en la misma frase las palabras derecho, vida, defender y ONU: su alma de jurista y su conciencia comprometida con la defensa de los derechos fundamentales despertaron en ella la necesidad de asumir el reto. La historia se repetía en la vida de Olivia, y su experiencia calmaba el nerviosismo de sus dos compañeros. Con dieciséis años empezó su andadura por los pasillos de la ONU y la Organización de los Estados Americanos como miembro de la ONG “Construye. Observatorio Regional
—El viaje. Olivia, Laura y Nacho asistieron a la sesión del Comité de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra sobre el Comentario General del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en materia de derecho a la vida.
para la Mujer de América Latina y el Caribe”. Se trata de una iniciativa surgida en México en 2006 para mejorar la calidad de vida de las mujeres. En Construye, comenzó a hacer lobby en organismos internacionales, estuvo presente en sus reuniones y revisó qué y cómo negociaban en relación con políticas y proyectos para la mujer. Olivia cree en el poder de la ciudadanía si está organizada: «La sociedad civil es la clave de la política y la democracia. Hay momentos en los que los Gobiernos actúan como quieren porque la sociedad está dormida, no reclama, ni hace, ni vigila nada». Al terminar su reflexión frunce el ceño, mira con ojos seguros y continúa: «Un Gobierno verdaderamente efectivo debe ir de la mano de la sociedad civil activa, que funcione como un mecanismo de control exigente. Así vela por el cumplimiento de los compromisos, porque, de lo contrario, lo que priman son los intereses particulares». Fue la necesidad de influir en un asunto que afecta a la dignidad de la persona lo que la impulsó a emprender este viaje.
«autoritas» vs «potestas». Es viernes, 27 de octubre de 2017. Son las ocho de la mañana y los rostros de Laura, Olivia y Nacho oscilan entre la sorpresa y la emoción. No pueden sustraerse al ambiente de grandeza y profesionalidad que destilan las oficinas de Naciones Unidas. Los focos todavía alumbran las banderas de los Estados miembros, dispuestas en paralelo ante la entrada principal. Los tres estudiantes caminan por los jardines del Palacio de las Naciones. No tienen miedo, ni dudas. Recogen sus acreditaciones mientras repasan las tácticas del juego y de su discurso. Se pasean silenciosos bajo la cúpula de Miquel Barceló que cubre la Sala de los Derechos Humanos y no pueden resistir la tentación de sentarse en las sillas de los representantes de Kenia, Jordania o México. Simulan que son ellos quienes dirigen un debate real sobre los derechos humanos. Por los pasillos conversan sobre la verdadera influencia de estos organismos. ¿Realmente sirve para algo defender el derecho a la vida en una entidad como la
ONU, cuyas resoluciones no son vinculantes? Laura deja escapar un suspiro y trata de explicarlo: «Yo creo que, muchas veces, por no decir siempre, es más importante invertir esfuerzos en crear una opinión fundamentada y abrir escenarios de búsqueda de la verdad que ser representativo». «Antes de preguntar a los ciudadanos qué piensan sobre un asunto —continúa—, deben formarse al respecto. Para que entre todos podamos buscar el bien común (que no coincide necesariamente con la opinión de la mayoría), la sociedad necesita información para orientar su postura. Por eso resulta tan indispensable la aportación de expertos que, como los de este Comité, investiguen sobre diferentes temas. Mediante la divulgación de sus conclusiones, la gente podrá formar más su criterio, hacerse preguntas. Entonces sí tiene sentido pleno la democracia: se trata de un voto sustentado». Olivia pone como ejemplo el propósito que les ha traído hasta Ginebra: «El valor no reside en lo que están reconociendo —aunque también—, sino en quién lo invierno 2018 Nuestro Tiempo —29
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—Preparados para el asalto. En la entrada del Palacio Wilson, en Ginebra. De izquierda a derecha, Nacho Peré, Laura Venzal, Olivia Serrano, tres representantes de una ONG irlandesa y Rubén Navarro.
reconoce. La ONU funciona para los Estados como un organismo de autoridad moral. Si la ONU admite que existe el derecho a abortar o el derecho a la eutanasia, los países podrían utilizarlo como argumento para su legalización. La importancia de la ONU no estriba en su poder, sino en su autoridad». un deseo, ¿un derecho? «No cualquier deseo puede convertirse en un derecho —subraya Olivia—. Desafortunadamente, en la actualidad los derechos humanos en las organizaciones internacionales con frecuencia se ven como los deseos, a veces caprichosos, de la gente. Que algunas cosas estén permitidas no quiere decir que sean derecho», añade. También se refiere a la actuación del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Formado por dieciocho expertos independientes, este órgano tiene la función de revisar los documentos, hacer actualizaciones y reexaminar pactos y convenciones internacionales para darles un enfoque desde la pers30—Nuestro Tiempo invierno 2018
olivia serrano
«Un Gobierno verdaderamente efectivo debe ir de la mano de la sociedad civil activa, que funcione como un mecanismo de control exigente» pectiva de los derechos humanos. El año pasado se reunieron en dos ocasiones. En el segundo período de 2017 lo hizo para evaluar el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Con este fin el Comité ha elaborado el proyecto de Comentario General sobre el Derecho a la Vida. En este documento se recogen afirmaciones como que «el derecho a la vida es un derecho que no debe interpretarse estrictamente», pues incluye el derecho «a disfrutar de una vida digna». El párrafo 9 interpreta que esto significa que no disfrutar del «derecho al aborto» es una violación del derecho a la vida con dignidad. Este mismo fragmento recono-
ce el derecho de los Estados a «adoptar medidas destinadas a regular la interrupción del embarazo», y queda prohibido el sufrimiento causado por tratos inhumanos, crueles o denigrantes contra la mujer en las situaciones en las que se practique el aborto. El párrafo 9 afirma que «los Estados partes deben proporcionar acceso seguro al aborto para proteger la vida y salud de las mujeres embarazadas, y, en situaciones en las que llevar un embarazo a término causaría dolor o sufrimiento sustancial a la mujer, sobre todo cuando el embarazo es el resultado de una violación o incesto o cuando el feto sufre un impedimento fatal». Y continúa: «El deber de proteger las vidas de las mujeres contra los riesgos de salud asociados con los abortos inseguros requiere que los Estados partes garanticen el acceso de mujeres y hombres, y en particular de adolescentes, a información y educación sobre opciones reproductivas, y a una amplia gama de métodos anticonceptivos. Los Estados partes también deben garantizar la disponibilidad de una atención médica
—La voz de la sociedad civil. Olivia, Laura y Nacho presenciaron el debate acreditados con la ONG “Construye. Observatorio para la Mujer de América Latina y el Caribe”, que preside Olivia.
prenatal y postaborto adecuada para las mujeres embarazadas». La eutanasia aparece en el punto 10 del Comentario. Sobre ella se establece que «los Estados deberían tomar medidas adecuadas, sin violar sus otras obligaciones con el Pacto, para prevenir los suicidios, especialmente entre las personas en situaciones particularmente vulnerables. Al mismo tiempo, los Estados partes [pueden permitir] [no deben impedir] que los profesionales médicos proporcionen tratamiento médico o los medios médicos para facilitar el cese de la vida de adultos [catastróficamente] afectados, como los heridos de muerte o los enfermos terminales, que experimentan dolor y sufrimiento físico o mental severo y desean morir con dignidad. En tales casos, los Estados partes deben garantizar la existencia de garantías jurídicas e institucionales sólidas para verificar que los profesionales médicos cumplan con la decisión libre, informada, explícita e inequívoca de sus pacientes, con el fin de proteger a los pacientes de la presión y el abuso».
Son precisamente las afirmaciones entrecomilladas de los párrafos anteriores y los matices del Comentario que aparecen entre corchetes los que han llevado a Olivia, Laura y Nacho hasta el Palacio Wilson, donde se reúne el Comité. Les recibe Rubén Navarro, representante de ADF International [Alliance Defending Freedom] ante la sede de la ONU en Ginebra. ADF Internacional es «una organización jurídica, de abogados dedicados a la protección de los derechos fundamentales, como el derecho a la vida, el matrimonio, la familia y la libertad religiosa». Rubén Navarro habla bajito, pero con la autoridad y convicción de quien se sabe defensor de una causa justa, aunque genere mucha polémica. Critica la actitud egocéntrica de ciertos ponentes que recorren los pasillos de la ONU como si en el maletín solo cargasen con sus intereses. Les cuenta antecedentes relativos al aborto y a la eutanasia, comparte con ellos su visión sobre el alcance del trabajo del Comité y les expone la razón que justifica la iniciativa en la que se han im-
plicado: «Aunque en teoría los miembros del Comité han sido designados por los gobernantes de sus países y lo lógico sería que actuasen de acuerdo con la línea política e ideológica de sus respectivos Gobiernos, en la práctica cada uno conserva su propia opinión y decide conforme a ella». El sistema de elección de los miembros del Comité y su perfil profesional y político conduce, a su juicio, a que las ideologías y las opiniones personales pesen «demasiado». la sociedad civil. La noche anterior, los tres estudiantes y otros miembros de distintas ONG europeas que también habían viajado a Ginebra para hacer lobby se reunieron en un restaurante libanés —asequible para un bolsillo español en la segunda ciudad más cara de Europa— con Rubén Navarro. Rubén les explicó las claves para moverse y dialogar con los expertos: después de escuchar con atención los comentarios, opiniones y matices de unos y otros, deberían aprovechar el descanso de la reunión para acercarse a invierno 2018 Nuestro Tiempo —31
Grandes temas La ONU, desde dentro
Eleanor Roosevelt presidió la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas entre 1947 y 1951. DERECHOS HUMANOS
La ONU, una referencia para los Estados miembros La Organización de las Naciones Unidas se fundó el 24 de octubre de 1945 con cincuenta y un países y en la actualidad está compuesta por 193 Estados soberanos. Su objetivo: el debate y el consenso en cuestiones que atañen a la población mundial, su modo de vida y organización. Muchas personas piensan que, mientras la representatividad, la soberanía y los valores de las sociedades democráticas parecen estar en crisis en Occidente, la sociedad civil, más fuerte que nunca, busca las herramientas que le permitan defender sus intereses más allá del voto y llevar a organismos internacionales, como la ONU, su voz. El Comité de Derechos Humanos depende del Alto Comisionado de Derechos Humanos. Tiene sede en Ginebra, se reúne tres veces al año y está formado por dieciocho expertos independientes, es decir, que trabajan a título personal y que poseen una amplia y reconocida experiencia en el campo de los derechos humanos. Nombrados por los Estados miembros cada cuatro años, pueden ser reelegidos. Los Estados están obligados a presentar informes periódicos al Comité sobre el cumplimiento de los derechos y términos reconocidos en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, al menos al año siguiente de adherirse al Pacto, y cada cuatro años. El Comité de Derechos Humanos tiene facultades para examinar los informes de los Estados y hacer «observaciones finales» a modo de sugerencias. Puede recibir y examinar denuncias de individuos que aleguen violaciones de sus derechos por parte de los Estados adheridos, y publica comentarios generales (como es este caso) sobre su interpretación del Pacto.
aquellos que pudiesen manifestar dudas en su postura y procurar darles razones sencillas y eficaces. «No se trata tanto de proporcionarles argumentos sobre la moralidad del asunto —les sugirió— como de hacerles ver la repercusión que esta aprobación tiene en los países, y cómo puede abrir la puerta a otras muchas peticiones no justificadas». Con esta premisa entran en el Palacio Wilson, coronado por la bandera de la ONU. Los tres estudiantes avanzan por sus pasillos sin hablar, envueltos por una luz grisácea. En la sala, los expertos se colocan en dos bloques paralelos para facilitar una discusión rápida, directa y concisa. Nacho, Olivia y Laura toman asiento en las sillas situadas de manera perpendicular frente a los ponentes. Entre el público descubren a miembros de diferentes ONG y de la sociedad civil involucrados en la defensa de algunos puntos que aborda el Comentario; también periodistas que siguen con aparente rutina las sesiones. El presidente del Comité reconoce que han recibido numerosas observaciones y sugerencias. «Eso demuestra que saben que es un tema relevante para muchos», susurra Olivia. Los desacuerdos externos en torno al Comentario tienen su correlato en el debate de los expertos, conscientes de la trascendencia de la cuestión en muchos sectores de la sociedad y de las emociones diversas que despierta. Quizá por eso dedican una hora a dejar claro que, se decida lo que se decida, el Comentario no es vinculante para los Estados miembros, aunque sí «asesorativo». «No es ninguna tontería que se pasen una hora hablando sobre la legitimidad del documento —explica Olivia en un instante de silencio— aunque pueda parecer un sinsentido a estas alturas. Lo cierto es que saben que hay gente asustada con lo que puedan decir». Los tres estudiantes escuchan por los auriculares la traducción simultánea. Dominan el inglés, pero no quieren perderse ni un detalle, ni una palabra o concepto de lo que se debate. Los expertos hablan con serenidad, levantan la mano, piden permiso para intervenir, intercambian papeles
—Conversaciones breves, con objetivos claros. Laura y Nacho se acercaron a Ivana Jelic, representante de Montenegro (en el centro), para mostrarle su apoyo a la postura que defendió.
y subrayan los párrafos del Comentario con tranquilidad. Al cabo de hora y media llega el momento de la pausa. Es decir, la hora de la verdad para los tres alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad: los treinta segundos para los que han estado preparándose de forma concienzuda. Nacho y Laura deciden abordar a la representante de Montenegro, Ivana Jelic, que, en un momento del debate, ha destacado el concepto core (núcleo) para referirse al derecho a la vida como un derecho básico, central. «Es increíble que se hayan planteado si el derecho a la vida es el derecho supremo o un derecho más», se sorprende Nacho. Se acercan y ella les recibe con una mirada atenta. Le explican que están allí para apoyar su postura. No hace falta mucho más. Rubén les ha sugerido que limiten la conversación a un único argumento. «Esa es nuestra misión aquí —cuenta Olivia—. Sabemos que lo que decida el Comité depende de los expertos, pero, según la percepción que tengan del respaldo de la sociedad, podrán cambiar su planteamiento sobre el asunto. Y eso amplía el número de posibilidades de que lo que se reconozca sea menos concesivo con el aborto y la eutanasia».
La propia Olivia se aproxima al representante israelí, Yuval Shany, y le agradece que haya planteado la conveniencia de calificar el derecho a la vida como el derecho básico. También ella insiste en el mensaje que han acordado: lo que se apruebe en Ginebra puede utilizarse después como pretexto por distintos países, aunque no tenga carácter vinculante. Rubén Navarro sigue con atención los movimientos de los estudiantes y los de otros miembros de organizaciones que han viajado desde Irlanda, México y varias zonas de España. Como un árbitro de fútbol, no pierde detalle de las jugadas, pero se mantiene al margen de las actuaciones y deja que cada jugador efectúe sus pases. Al terminar la reunión, satisfecho, Rubén da las gracias a todos por haber acudido hasta Ginebra, y por haber buscado un hueco en sus horarios, para hablar aunque sea treinta segundos con los miembros del Comité. No les oculta que es «probable» que este no cambie nada, que apenas se modifiquen las palabras los conceptos y las concesiones. «Pero — añade— es fundamental que la sociedad civil esté presente». Y eso es lo que han conseguido.
Nacho Peré lo resume en pocas palabras: «Lo que hemos aportado en Ginebra es algo muy pequeño en comparación con el objetivo final que se pretende, pero la cuestión no es que yo haya hecho mucho sino que haya hecho algo. Y eso es lo que importa: hacer algo». Nt
Nota: La última reunión del Comité se celebró el 3 de noviembre de 2017 y finalizó con la discusión en torno al párrafo 9. Hasta el momento hay once expertos que han pedido de manera clara y explícita una despenalización del aborto. Entre sus argumentos se encuentran «la evasión por parte de mujeres y niñas, a recurrir a abortos inseguros; la modificación de leyes restrictivas y, finalmente, el aborto asequible y accesible». Hubo tres expertos que no hicieron comentarios, otros tres que no acudieron a la reunión y una única voz discrepante, la de Anja Seibert-Fohr (Alemania), que trató de evitar un apoyo al aborto. El Comité se reunirá en marzo y abril para finalizar la discusión.
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ahora bien Enrique García-Máiquez
Que dure, que dure
distorsiona los derechos adquiridos y los acuerdos alcanzados. Nicolás Gómez Dávila, como suele, recoge la idea clásica y la expresa con exuberancia caribeña: «Lo “racional”, lo “natural”, lo “legítimo”, no son más que lo acostumbrado. Vivir bajo una constitución política que dura, entre costumbres que duran, con objetos que duran, es lo único que permite creer en la legitimidad del gobernante, en la racionalidad de los usos y en la naturalidad de las cosas». Esto remedia el desconcierto de los que recelábamos de la Constitución naciente y ahora la defendemos. ¿Hemos cambiado tanto? No, nosotros no demasiado. El tiempo con su pátina ha ennoblecido la norma. Edmund Burke, cuyo libro Reflexiones sobre la Revolución francesa es quizá la reflexión más aguda sobre la locura de querer construir un Estado partiendo de un poder constituyente, advierte que las leyes y las instituciones, para lograr su óptimo, deben ir decantándose poco a poco a partir de la evolución lenta de los usos, normas e instituciones La fijación por el cambio de nuestra sociedad precedentes. es un oxímoron que abarca todos los órdenes, Nuestros contemporáneos, en cambio, consideran el cambio desde el sentimental al político, y que nos exige un bien, y eso, precisamente, dificulta muchísimo el cambio bueno. Cambian sin preguntarse si es a mejor ni qué trae más una reflexión crítica. cuenta conservar. Tal fijación por cambiar ¿no esconderá —sospechamos— un íntimo malestar interior, que les incita a huir EPITEN COMO UN MANTRA que tenemos que en todos los órdenes de la vida, incluyendo el constitucional? reformar la Constitución. Es cuestión que estoy dis- El cambio por el cambio, más allá de la huida constante de la puesto a debatir, claro, porque me encanta debatir constancia (atención a la paradoja), no tiene a su favor ningún argumento general ni automático. y porque, en este mundo imperfecto, todo es susTambién la experiencia íntima parece estar en contra. Cuanceptible de ser mejorado, si se tiene talento y disposición. Pero do somos moderadamente felices, nuestra jaculatoria es «Virempezamos fatal si el argumento para reformar nuestra Consgencita, que me quede como estoy», por si acaso; y, si somos titución no es la búsqueda de la excelencia, sino su caducidad, aún más felices, nos pasamos a lo del Tabor: «Qué bien estamos esto es, que se ha quedado obsoleta o que las generaciones más aquí, hagamos tres tiendas». Es el enfermo, como notó Dante, jóvenes no la votaron. El prejuicio de la temporalidad obvia el el que no deja de dar vueltas en la cama en busca de una senporqué, al darlo por evidente. sación momentánea de alivio. El cambio como placebo. Él lo Tampoco aguanta un mínimo de Derecho Comparado. Las comparó con Florencia, siempre revuelta. Recuerdo, por conconstituciones de los países de nuestro entorno nos sacan traste, a una tía abuela, casi centenaria, que, ante un buen filete lustros. La de Noruega es de 1814. La de Holanda, de 1815. La poco hecho, instaba con autoridad al enfermero que se lo daba: de Bélgica, de 1831. La de Dinamarca, de 1849. La de Austria, de «Más lento: que dure, que dure». 1929. La de Irlanda, de 1937. Podríamos seguir Ahora bien, la obsesión contemporánea y bastaría para desmontar el argumento de la La pregunta del autor por el cambio sí tiene una ventaja. Se ha acecaducidad; pero merece la pena profundizar, lerado todo tanto, que bastan diez años para porque estamos ante uno de los errores más ¿Considera que el prejuicio consolidar una tradición y con tres generapropios y ubicuos de nuestro tiempo. a favor de cualquier ciones se funda una estirpe. Porque la durabiAristóteles lo tuvo claro. Y lo tenía en reforma beneficia o lidad está tan acosada, nos la han puesto —a las antípodas. Para hacer cualquier cambio perjudica las posibilidades los que la amamos tanto— muy fácil. legislativo se debía sopesar el beneficio obtede una buena reforma del nido, porque el cambio en sí era un mal que texto constitucional? ha de justificarse con resultados palpables. Enrique García-Máiquez [Der 92] es poeta y ensayista. @EGMaiquez El cambio, ¿un mal? Suena sacrílego en esta egmaiquez.blogspot.com.es época que lo glorifica por sí mismo, que lo @NTunav convierte en un eslogan comercial y electoral Opine sobre este asunto en y hasta vital de éxito y que lo vuelve un fin Twitter. Los mejores tuits se absoluto. Pero lo es (un mal), porque, como publicarán en el siguiente número. explica el Filósofo y aplaude el Aquinate, debilita la concepción sacra de la legislación y
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El Gobierno populista de Perón presentaba un rasgo original en sus raíces: la falta de apoyo de los intelectuales. La brecha entre el poder y la clase culta se amplió debido al cerco que imponía el que mandaba, y porque un grupo de escritores —Bioy Casares, Borges y Cortázar, entre otros— no asumieron una oposición de frente al peronismo. texto Javier de Navascués [Filg 87 PhD 91], catedrático de Literatura de la Universidad de Navarra y poeta fotografía EFE
«El peronismo no se notaba entre la gente que uno veía» Adolfo Bioy Casares
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—Primera presidencia. El 4 de junio de 1946, Perón asumió la presidencia con el 52 por ciento de los votos.
Populismo y escritores El caso de Argentina
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los populismos siempre han tenido una relación complicada con los intelectuales. Por ejemplo, Donald Trump y Nicolás Maduro no parecen muy amigos de los libros. Cuando hablamos de Gobiernos populistas, además de Estados Unidos y Venezuela, también solemos citar a Ecuador y Bolivia. No obstante, para conocer mejor los efectos de un Gobierno populista, quizá sea acertado pensar en la Argentina de Perón. El caso de Argentina es sustancialmente original en su raíz. Se trata del primer gran movimiento populista en América Latina que llegó al poder con un impacto transformador de la sociedad y que, sin embargo, no contó con el apoyo de la clase intelectual. Por esta razón puede ser interesante volver a él, en un contexto histórico en el que la crisis de la democracia liberal está dando paso a formas alternativas de discursos democráticos. El 17 de octubre de 1945 una manifestación multitudinaria tomó el centro de Buenos Aires en defensa de su líder, el coronel Juan Domingo Perón. Medio año más tarde, el Partido Peronista triunfó en las primeras elecciones libres en el país desde hacía más de quince años frente a una coalición de todos los grupos políticos desde la derecha a la izquierda. La mayoría de los intelectuales se expresó públicamente en contra del régimen. A lo largo de sus nueve años de mandato, Perón se limitó a intimidar a la clase letrada y solo de vez en cuando recurrió a la represión violenta. En ese tiempo su Gobierno llevó a cabo reformas radicales sin tener en cuenta la opinión pública culta. Al final, el Ejército, en coalición con las clases medias y la Iglesia católica, destituyó a Perón, quien marchó al exilio. Era 1955 y aparentemente el tirano había desaparecido. Pero algo había cambiado de arriba abajo en la manera de hacer política en su país. la llegada del mesías populista. A mediados del siglo pasado, la literatura argentina contaba con una pléyade de escritores sin rival en el mundo hispánico. Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Leopoldo Marechal, Silvina y Victoria Ocampo, Adolfo Bioy Casares, Ernesto Sabato… Para redondear el panorama, 38—Nuestro Tiempo invierno 2018
ciertas revistas y editoriales poseían un excelente nivel. Todo este ámbito cosmopolita y brillante creció en medio de una sociedad desmoralizada por la cínica rapacidad de sus dirigentes y una subterránea tensión social. Desde los años treinta la situación política había degenerado rápidamente. La llamada década infame, una democracia manchada por la corrupción y el pucherazo electoral, había roto los lazos entre la opinión pública y el poder. Pese a que el país era favorecido por una recuperación económica amparada por la neutralidad en la Segunda Guerra Mundial, nada detenía el descontento contra los sucesivos gobiernos que nacían deslegitimados. Todo cambió con la llegada a la Casa Rosada de un carismático coronel. Presidente desde 1946 a 1955, Juan Domingo Perón no solo introdujo decisivas reformas sociales y económicas, sino que demostró un modo original de explicar sus proyectos, un nuevo discurso político que incluía a los desposeídos y marginados en la construcción del país. Su esposa, la actriz de radioteatro Eva Duarte, Evita, deslumbraba a las multitudes con sus alocuciones, en las que se mostraba como la madre de los desheredados, a la vez que se presentaba como el azote de los oligarcas y traidores a la patria. El peronismo obtuvo logros sociales hasta entonces impensables: mejora de la calidad de vida de sectores desfavorecidos, avances en los derechos de la mujer, inserción en la vida pública y atención a los derechos de grupos olvidados. A la vez, Perón siempre quiso alejarse tanto de la ortodoxia marxista como del capitalismo liberal. En realidad, fue mucho más ecléctico de lo que algunos creen, pero esto se debe a su profunda raíz populista. Al principio de su mandato, se abrazaba a la Virgen de Luján y afirmaba la catolicidad de su Gobierno. Años después terminó legalizando el divorcio y mirando hacia otro lado durante la quema de iglesias en Buenos Aires. Lo mismo se podría decir de su política económica, sustancialmente nacionalizadora en sus orígenes, pero que se fue abriendo al final al liberalismo. Este eclecticismo, sumado a la poderosa
—Con el pueblo. Perón y Evita saludando a los ciudadanos argentinos en octubre de 1950.
Según Borges, las masas creyeron el discurso inauténtico porque querían creérselo. Todo habría ocurrido como si se tratara de una representación de teatro
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comunicación con sus fieles, es lo que nos lleva hoy a mirar el reinado peronista como uno de los primeros experimentos del populismo del siglo xx. Era el comienzo de una etapa que atrajo a las masas al centro de la vida política. Claro reflejo de la fascinación que Perón ejerció sobre el proletariado argentino fueron las periódicas manifestaciones de adhesión alentadas durante su mandato. La experiencia de la colectividad masificada, resignificada en la categoría superior de pueblo en los discursos de Perón, marcaba el inicio de una lógica populista de profundo calado que todavía perdura en Argentina. El peronismo se convirtió en una constelación de símbolos colectivistas de inmenso efecto emocional. En el imaginario de sus seguidores las masas convocadas por el líder representaban la soberanía popular de la nación argentina. Aquí venía el peligro. Cuando un determinado programa político se termina por identificar con el proyecto nacional, es fácil que se produzcan muchos desencuentros en la vida de cualquier país. En sus discursos, Perón y Evita utilizaban una retórica agresiva que apelaba siempre a una serie de elementos arquetípicos: una comunidad en busca de su unidad perdida; una matriz religiosa asociable al mesianismo; una herida abierta en la sociedad que debe restañarse; el señalamiento de los enemigos internos del pueblo; la regeneración moral basada en la devolución de la soberanía a sus legítimos dueños: el Pueblo. Lo que sucedió en Argentina fue lo esperable en una sociedad en crisis que engendra un discurso populista en busca de su salvación: el problema es determinar quién es Pueblo y quién, vendepatria. conmigo o contra mí. Adolfo Bioy Casares, uno de los escritores más importantes de la época, recordaba así la llegada de Perón, en una entrevista con Fernando Sorrentino: «Todo el mundo estaba en contra del peronismo, de la dictadura… No sé cómo se fue dando vuelta esa situación. […] Y hay otra cosa: que el peronismo no se notaba. Quiero decir: el peronismo estaba seguramente en las fábricas, en otros 40—Nuestro Tiempo invierno 2018
lugares… No se notaba entre los escritores, entre la gente que uno veía». ¿Realmente todo el mundo estaba en contra? Perón ganó limpiamente en las elecciones generales de 1946, con un 52 por ciento de los votos, y arrasó en las de 1951, con un 62,4 por ciento. El peronismo existía, claro que sí, y las palabras de Bioy Casares transparentan el abismo entre los escritores de la alta cultura y la realidad cotidiana. Las cifras no mienten. Si Perón consiguió movilizar a millones de personas, es que no «todo el mundo» estaba en contra de él. En Argentina se cuenta que los peronistas marchaban al grito de «Alpargatas sí, libros no». Leyenda o no, la anécdota ilustra bien el divorcio entre un movimiento popular y las élites pensantes de una sociedad en crisis. Por esta misma razón, el Gobierno chocó con los intelectuales. Todo populismo suele exigir una fidelidad sin recovecos, sin margen para la crítica individual; aquellos que no vibrasen con el nuevo movimiento debían ser apartados. Jorge Luis Borges, en aquel entonces funcionario de una biblioteca, fue trasladado al puesto de inspector de aves y conejos en el Mercado Municipal de Buenos Aires. En consecuencia, renunció a su empleo y buscó otros medios de vida. Desde el poder, la única opción aceptable para el intelectual sería que se asimilase a la lógica totalizadora de la nueva política y se integrase en los proyectos del verdadero intérprete del pueblo: el cuerpo orgánico del Estado. Al mes de asumir su primera presidencia, Perón no se fue por las ramas: intervino las universidades, se suprimieron las asociaciones estudiantiles, los rectores fueron elegidos por designación presidencial y casi el 70 por ciento del profesorado sufrió una purga por razones políticas. Tras las elecciones de 1946, un joven y desconocido Julio Cortázar, profesor en la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza), desertó de su trabajo, harto del control peronista, y se mudó a Buenos Aires. El peronismo también trató de influir en el círculo de los intelectuales desde dentro. En 1946 el interlocutor más señalado era la SADE (Sociedad Argentina de Escritores), un organismo creado en 1928
—Tres mandatos. Perón ha sido el único presidente argentino en ocupar el cargo en tres ocasiones.
El célebre cuento de Cortázar «Casa tomada» se ha juzgado desde una lectura política que, en principio, podría resultar ajena a un lector no argentino
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que estaba dominado por los escritores liberales. Antes de Perón el medio intelectual había experimentado tensiones crecientes entre bandos enfrentados por razones políticas. Lo que algún historiador ha llamado «la guerra civil ideológica» en Argentina fue el resultado de la crisis del sistema democrático que desembocó en una agria polarización entre liberales y socialistas por un lado, y nacionalistas católicos del otro. Las opiniones sobre la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial aceleraron el deterioro interno. La asociación estaba, pues, fragmentada cuando llegó Perón al poder. La SADE, a pesar de su reconocido cariz opositor, sobrevivió hasta que fue clausurada en 1953. Para contrarrestar la influencia de la SADE, Perón trató de reorganizar el campo cultural a su modo. La Junta Nacional de Intelectuales, por ejemplo, resultó un fracaso; los escritores no querían que los defendiera lo que ellos pensaban que era un Estado fascista. Un destino semejante le esperaba a la ADEA (Asociación de Escritores Argentinos), a la que se adhirieron los minoritarios escritores nacionalistas. Según el novelista Manuel Gálvez, uno de los pocos nombres conocidos de la Asociación, estaba formada, en su mayor parte, por autores de textos escolares. En conclusión: el peronismo, que con tanta eficacia controló los medios de comunicación de masas, no supo atraerse las conciencias de las élites culturales. una literatura proscrita. Borges cuenta en sus memorias que un individuo sospechoso asistía a sus conferencias para anotar todo lo que allí se decía y que él mismo tenía un detective que lo seguía a todas partes. La versión que dio Borges de su propia actuación nos lo muestra como un resistente, pero lo cierto es que la programación de conferencias realizada durante la presidencia de Perón resulta más bien aséptica, si la repasamos hoy: Balzac, Melville, T. S. Eliot, Martin Buber, Kafka… Borges no era un revolucionario, ni siquiera cuando le irritaba el Gobierno de turno. En realidad, la práctica de evitar significarse fue habitual en muchos escritores incluso en sucesos realmente graves. 42—Nuestro Tiempo invierno 2018
Cuando el 15 de abril de 1953, durante una concentración de la plaza de Mayo, estallaron unas bombas colocadas por grupos opositores que causaron cientos de muertos, el Gobierno reaccionó con furia. Las turbas peronistas asaltaron e incendiaron la sede del exclusivo Jockey Club, la Casa del Pueblo, la Casa Radical y el Comité Conservador. La Policía procedió a encarcelar a miles de personas, muchas de ellas asociadas al
para el Borges soñador. No corresponden «a una pobreza decorosa y decente sino a lujo malevo de los garitos y los lupanares del Bajo». Temiendo que estos personajes ridículos acaben por destruirlos, el narrador y sus compañeros abren fuego contra los intrusos. Se cumple así el Ragnarök: la batalla apocalíptica en la que los dioses serán eliminados, según la mitología escandinava. Las gentes que invaden el recinto del saber, con su aspecto bárbaro («la murga»), transparentan a las masas peronistas. Pero sus líderes, «los dioses», resultan falsos y ridículos; de ahí que sean derrotados. Borges, firme defensor de la oposición golpista, sugiere que tras la cruel supresión de los dioses peronistas se inaugurará una nueva época para Argentina. El Ragnarök puede muy bien encubrir el golpe de 1955 que acabó con Perón. Este sueño irónico de un antiperonista de pro, con su final abierto y acaso esperanzador para Borges, no tiene piedad con los carnavalescos invasores. El hecho de que la masa aniquilada sea más numerosa que los intelectuales que habitan la Facultad de Filosofía y Letras sería irrelevante. Perón y Eva figuraban con sus sonrientes imágenes por todos lados: documentales cinematográficos, carteles, programas de radio y hasta manuales en las que los niños aprendían a leer con frases como «Yo amo a Evita». En este clima de propaganda cotidiana, los escritores antiperonistas se sirvieron de la alusión para manifestar su enfado. El célebre cuento de Cortázar «Casa tomada» ha sido juzgado desde una lectura política. Un hombre y una mujer, hermanos entre sí, viven largos años en la casa familiar ocupados en pequeñas y minuciosas tareas. Hay unas pocas referencias argentinas. Todo ocurre en la década de los cuarenta, los hermanos reciben dinero de los campos de su propiedad, parte de la casona familiar mira a la calle Rodríguez Peña… Hasta que de pronto se
Todo populismo suele exigir una fidelidad sin recovecos, sin margen para la crítica individual; aquellos que no vibrasen con el nuevo movimiento deberían ser apartados sector intelectual. La SADE, atemorizada, guardó silencio, pese a que la aristocrática directora de la revista Sur, Victoria Ocampo, pasó una breve temporada entre rejas. Para ser honestos, los escritores liberales no se caracterizaron por una resistencia épica, empezando por Borges, quien nunca pisó la cárcel, aunque sí su madre y su hermana. De hecho, los escritores antiperonistas o bien renunciaron a publicar sobre política, o bien poblaron sus historias de signos en clave. Por ejemplo, el cuento «Ragnarök» de Borges es un ejercicio alegórico. Concebido en forma de sueño revelador, el escritor facilita un escenario reconocible, la Facultad de Filosofía y Letras, donde se celebra un acto político de relieve: la elección de autoridades. De pronto un «clamor de manifestación» irrumpe en el claustro. De la turba emergen cuatro o cinco sujetos de aspecto bizarro, mitad fieras, mitad seres mitológicos. Son «los dioses» que se adelantan a recibir un homenaje. Pero, en cuanto uno de ellos comienza su discurso, empieza a cloquear de forma lamentable. La sospecha cunde entre quienes no pertenecen a la manifestación… Esos dioses parecen más bien maleantes de baja catadura; su apostura no representa a las clases populares «honradas», admisibles
escuchan unos ruidos al fondo de la casa y los inquilinos se mudan a otra parte. Transcurre el tiempo y, cuando vuelve el alboroto, deciden escapar a la calle teniendo cuidado de que la puerta esté bien cerrada para que ningún «pobre diablo» entre y se encuentre con la casa tomada. A pesar de su ambigüedad, el cuento fue entendido en Argentina como una expresión de la invasión del peronismo en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Al poco de derrumbarse el Gobierno de Perón en septiembre de 1955, la revista Sur dedicó su número 237 a reflexionar sobre los acontecimientos. Borges colaboró con un artículo titulado «L’illusion comique» en que resumía sus juicios sobre el régimen caído. En su lectura liberal del fenómeno, Perón sería una caricatura criolla de Mussolini y Hitler. Las masas habrían jugado el papel de marionetas agresivas en manos de un tirano manipulador. Nada conmueven a Borges las manifestaciones multitudinarias, ya que ellas, por sí mismas, eran solo expresiones demasiado visibles de un error fundamental. El divorcio entre el sujeto intelectual y la masa para él no debía ser un problema digno de consideración. La gran infamia atribuible al peronismo sería el rasgo teatral, farsesco, con que el aparato político adornaría y vendería sus mítines. Según Borges, las masas creyeron el discurso inauténtico porque querían creérselo. Todo habría ocurrido como si se tratara de una representación de teatro: los actores —Perón y sus adláteres— actuaban ante un público que sabía que era una mentira, pero preferían suponer la verdad de las arengas. Los implícitos de tal razonamiento están claros: la parte del pueblo que secundaba a Perón no estaría legitimada para gobernar, ya que su asentimiento ante la comedia peronista estaría imbuida de algo peor que rudeza intelectual. Su defecto sería fundamentalmente moral: se trataba de un espectáculo de cinismo colectivo.
Además, como sucede en el género dramático, la ilusión escénica solo dura un lapso de tiempo, el que transcurre entre la primera escena y la bajada del telón. El golpe militar aplaudido por la oposición liberal habría destruido la ficción política y reinstaurado la verdadera Argentina, el auténtico país. el destino del intelectual peronista. ¿Y qué pasó con los pocos intelectuales que creyeron en Perón? Según uno de ellos, Arturo Jauretche, Perón nunca quiso que hubiera intermediarios entre él y el pueblo, la «tropa»: «Perón no quería que hubiera capitanes ni tenientes, ni sargentos, ni nada. Me lo dijo a mí en el 45: “Estaremos la tropa y yo, y la tropa y yo nos encontraremos en cada vuelta de la jornada”». Otra nota del populismo es la ausencia de intermediarios entre el pueblo y su líder. La relación entre ambos debe ser lo más directa posible. En este contexto, el intelectual sobra. Por eso los pocos escritores peronistas no solo fueron ninguneados por sus colegas opositores, sino que tampoco fueron celebrados por los suyos. Leopoldo Marechal, uno de los mayores
El peronismo, que con tanta eficacia controló los medios de comunicación de masas, no supo o no pudo atraerse las conciencias de las élites culturales novelistas de la historia literaria argentina, sufrió lo suyo. Reconocido militante de los comienzos, su novela fundamental, Adán Buenosayres (1948), fue abucheada primero y silenciada después entre los escritores liberales, con Borges a la cabeza. Tras el golpe de 1955, su nombre dejó de aparecer en la prensa y en las revistas culturales de todo signo. Como el mismo afectado describió con melancólica ironía, su ejemplo era el del «Poeta Depuesto»: igual que el país, en el proceso de desperonización que siguió a septiembre de 1955, había tenido
su «Gobernante Depuesto», su «Militar Depuesto», su «Abogado Depuesto», su «Médico depuesto», su «Cura Depuesto», etcétera. El caso de Marechal es una muestra de lo que costaron a los escritores peronistas sus filias ideológicas. Después de que Perón abandonara el país hacia Asunción el 3 de octubre de 1955, la izquierda argentina empezó a darse cuenta de que podía recuperar su espacio político si se infiltraba en las filas de los cuadros peronistas que habían quedado en el país sin su líder. En las décadas siguientes, coincidiendo con la Guerra Fría, la guerrilla latinoamericana y la Revolución de Cuba, los intelectuales argentinos de izquierda empezaron a reivindicar al peronismo como una forma de resistencia al capitalismo imperialista. Esta fusión interesada de marxismo y populismo se hizo a espaldas de Perón, quien disfrutaba de la hospitalidad de la España franquista. Tras la década convulsa y sangrienta de los años setenta, con el retorno a la democracia el peronismo se reinventó varias veces y en la última de ellas, con la saga presidencial de los Kirchner, el ala izquierdista del peronismo culminó su asalto al poder. Había sido un camino largo y doloroso, con numerosas víctimas de la represión militar a cuestas, pero muchos escritores de la vieja guardia de los años sesenta encontraron acomodo en las instituciones dominadas por Néstor Kirchner y su esposa, Cristina Fernández. Ya no existía, en apariencia, el divorcio entre los doctores y el Pueblo. El populismo se abrazaba a la alta cultura. Los dirigentes del Podemos español, profesores universitarios, tomaron muy buena nota de este proceso. Varios de ellos leyeron atentamente a Ernesto Laclau, el filósofo orgánico de los Kirchner. ¿Será posible, entonces, una reconciliación entre los intelectuales y el discurso autoritario, más allá del experimento peronista? Quién sabe. Pero el hecho de que Cristina ya no esté en el poder, cosa que no ha sucedido en otros países, y de que Podemos todavía sea una alternativa imprevisible, lleva a pensar que la alianza con la clase intelectual no garantiza una larga vida a los populismos más autoritarios. Nt
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Campus
3.
er
libro más vendido en 2017, la edición digital de la Sagrada Biblia de Eunsa, en iTunes iBooks en la categoría de «no ficción». Asimismo, ocupa el cuarto puesto entre los libros en español más vendidos en Google Play Books.
nos visitaron JAIME DE LOS SANTOS
Consejero de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid
[18.11.17 ISEM Fashion Business School] Jaime de los Santos,
consejero de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid, participó en un coloquio con los alumnos del Máster Ejecutivo en Dirección de Empresas de Moda, en el ISEM Fashion Business School. «No olvidéis que la moda es creación», dijo De los Santos, remarcando que, hasta ahora, los Gobiernos han concebido la moda como una industria y no como una reivindicación de la cuestión cultural. Hizo hincapié en este punto ya que «la moda es causa-consecuencia: refleja la realidad cultural de la época en la que se desarrolla». En su intervención también recordó el impacto que tuvo la moda española en el resto del mundo, primero en la Edad Moderna y, más recientemente, con Fortuny y Balenciaga.
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María Álvarez de las asturias
Miguel d’ors
Teresa Perales
[16.11.17 Derecho Canónico]
[06.11.17 Filosofía y Letras]
Para Miguel d’Ors el secreto de la madurez poética consiste en tener buenas ideas y ser capaz de desarrollarlas a través de los medios adecuados. «El poeta principiante quiere expresar sus emociones, sus experiencias, bucea en su interior para encontrarlas y luego las escribe. De esto, al lector le llega una centésima parte», apuntó D’Ors en el encuentro que mantuvo con los estudiantes del grado de Literatura y Escritura Creativa, que se imparte en la Facultad de Filosofía y Letras desde este curso. En su opinión, cuando el poeta gana en madurez, es consciente de que lo importante no es expresar su interior sino suscitar emociones en quien le lea y señaló que «ahí es clave la preocupación por el dominio de los medios, del lenguaje».
[24.10.17 IESE]
Directora del Instituto de Orientación Familiar «Coincidir»
«Quererse mucho, admirar al otro y ser fiel al compromiso» son las tres claves para que un matrimonio perdure, según María Álvarez de las Asturias [MMF 08], que impartió una sesión en el Curso de Actualización de Derecho Canónico. «El compromiso nos debe ayudar a recordar todas las razones que nos llevaron a elegirnos mutuamente y a ponernos en manos del otro», explicó. Además, presentó con Lucas Buch, profesor de la Facultad de Teología, Una decisión original. Guía para casarse por la Iglesia, del que son coautores. Álvarez de las Asturias afirmó que una decisión como el matrimonio requiere una reflexión profunda. En el libro, como señala la experta, se encuentran razones que llevan a valorar el matrimonio cristiano, más allá de verlo como una tradición heredada o una ceremonia bonita.
Poeta y profesor
Campeona paralímpica
«Hay muchas situaciones de la vida en las que, estando físicamente derrotados, ganamos con la cabeza», dijo Teresa Perales durante el XIX Encuentro de Alumni del IESE de la Agrupación Territorial de Navarra, País Vasco y La Rioja. La nadadora paralímpica, medallista en veintiséis ocasiones y experta en coaching deportivo, perdió la movilidad cuando le detectaron una neuropatía. Como explicó, su determinación y su actitud frente a esa situación la ayudaron a conseguir todo lo realizado hasta ahora. Para Teresa Perales, en el deporte es fundamental hacer ver a las personas su talento, «que muchas veces está escondido debajo de la piel». Según reconoció ella misma, la frase que cambió su vida se la dijo su entrenador: «Eres un diamante en bruto que tenemos que pulir».
151 758
euros destinó en 2017 la iniciativa de la Clínica «Niños contra el Cáncer» para investigación del cáncer infantil y apoyo a las familias de los niños que sufren esta enfermedad. Las galas benéficas y la Carrera de los Valientes son algunas de las actividades para conseguir donaciones. efeméride
alfombra roja
Ciento diecisiete profesionales reciben la Medalla de Plata En 1992 empezaron a trabajar en la Universidad las ciento diecisiete personas a las que el Gran Canciller, Fernando Ocáriz, ha concedido la Medalla de Plata. 1992 fue el año de las Olimpiadas en Barcelona y el deporte sirvió de eje temático en el acto de imposición de medallas, celebrado el 26 de enero en el Museo. Curiosamente, algunos de los homenajeados habían participado en los Juegos Olímpicos: Rafael Araujo, profesor de la Escuela de Arquitectura, fue medalla de oro en pala corta y Nicolás Serrano, profesor de Tecnun, trabajó para el Comité Olímpico Internacional estudiando el movimiento de algunos atletas. La profesora Asunción de la Iglesia, vicedecana de la Facultad de Derecho, habló de los valores
que comparten el deporte y el trabajo en el discurso que pronunció en representación de sus compañeros y afirmó que «todo esto es una labor de equipo. Estas medallas son de quienes nos dieron la oportunidad de empezar y de seguir». Por su parte, el rector, Alfonso Sánchez-Tabernero, dio las gracias a los destinatarios de las medallas: «Hacéis compatibles los sueños grandes con la atención a los detalles pequeños. Trabajáis con el convencimiento de que en nuestra tarea cotidiana nada es más importante que atender con todo afecto a cada colega, a cada estudiante, a cada paciente». Siete profesionales del IESE recibieron la Medalla en diciembre, en un acto celebrado en el campus de Barcelona.
El Concierto Solidario de los Jóvenes En 2009, estudiantes de Tecnun que residían en el Colegio Mayor Ayete organizaron el primer Concierto Solidario de los Jóvenes para recaudar fondos destinados a varias ONG. Fue en la parroquia de la Santa Cruz en San Sebastián. En 2018, la X edición se ha celebrado en el Kursaal, que acogió el Concierto por cuarta vez. La Orquesta Sinfónica de Musikene y el Orfeón Donostiarra actuaron conjuntamente. NOVEDAD
Atelier by ISEM: primera aceleradora española de moda y tecnología Atelier by ISEM es un nuevo programa desarrollado por ISEM Fashion Business School e Innovation Factory. Las seis empresas emergentes —seleccionadas para el programa entre las cuarenta y tres inscripciones que se presentaron— contarán con acompañamiento y asesoramiento personalizado a cargo de las compañías partners y tendrán la oportunidad de probar sus nuevos productos durante cuatro meses en Aristocrazy, Camper, Grupo Cortefiel, El Corte Inglés, El Ganso o Mayoral. invierno 2018 Nuestro Tiempo —45
Campus
publicaciones
IN MEMoRIAM
Enrique de Sendagorta, fundador del grupo SENER y Amigo de la Universidad, fue uno de los principales promotores del Instituto Empresa y Humanismo, que presidió entre 1996 a 2011.
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5 Florencio Baile, antiguo bedel de la Biblioteca, vivió con su familia en una casa situada en el mismo edificio. Además de buen trabajador, Florencio era un excelente contador de historias.
[31.10.17]
Félix Elejoste, profesor de Tecnun entre 1965 y 1992. Aficionado al fútbol y al aurresku, su profesionalidad iba unida a un gran sentido del humor.
[20.10.17]
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1. En Ritmo empresarial: baila en sintonía con el mercado, Ángel Baguer y Laura Ilzarbe destacan que, ante el avance tecnológico, es clave reciclarse profesionalmente. Hablan de «la cuarta revolución industrial» que consideran hará desparecer un 40 por ciento de los puestos de trabajo actuales. 2. Vivir a pulso reúne diez historias sobre pacientes de la Clínica Universidad de Navarra, contadas por escritores como Fernando Aramburu y Juan Manuel de Prada, entre otros. Los beneficios de venta se destinan a «Niños contra el Cáncer». 3. En Ecología y desarrollo humano. Conversaciones sobre Laudato si’, el Instituto Core Curriculum recopila las conclusiones de la jornada sobre la encíclica del papa Francisco, en la que participaron profesores de diversas áreas de conocimiento. 4. Veintidós relatos componen El masajista de almas, el nuevo libro de Josecho Vizcay. Tras su trayectoria en banca y empresa, se orientó al coaching. El volumen recoge su experiencia transformada en historias. 5. Amelia Marti y Guillermo Zalba han publicado Telomers, Diet and Human Disease sobre el mantenimiento de la integridad del ADN. Junto con doce expertos internacionales, aportan información científica sobre el papel de los telómeros, pequeñas regiones de ADN situadas en los cromosomas.
Miguel Urabayen, precursor del periodismo visual y la infografía Miguel Urabayen fue profesor de la Facultad de Comunicación entre 1970 y 1997. Junto a Alfonso Nieto, inició el departamento de Empresa Informativa. Impulsó el periodismo visual y la infografía en la Facultad. En 1993 creó los premios Malofiej, que hoy son un referente mundial en ese campo.
[03.01.18 ] [18.10.17] Joaquín
Ferrer, gran impulsor de las Facultades de Teología y Filosofía y Letras, ejerció con pasión su vocación sacerdotal y académica.
investigación
Maite Huarte [Bio 97], científica del CIMA, ha obtenido una Consolidator Grant, una de las concesiones más valoradas del Consejo Europeo de Investigación. Su trabajo ha sido uno de los trece proyectos españoles 46—Nuestro Tiempo invierno 2018
elegidos entre las 2 538 propuestas evaluadas. La beca, de dos millones de euros, reforzará la línea que dirige sobre los mecanismos implicados en el desarrollo del cáncer.
con nombre propio 2
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Itziar de Ros (Barcelona, 1980) [ADE 02 MBA 06] es la nueva directora de Marketing y Comunicación del IESE. Forma parte del equipo de la escuela de negocios de la Universidad desde 2007.
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Nuestro Tiempo y Alumni, todavía más cerca Desde hace seis décadas, Nuestro Tiempo es el cordón umbilical informativo que une a los antiguos alumnos de la Universidad de Navarra con su alma mater. A través de sus páginas, más de doce mil personas siguen de cerca la actividad de la institución en sus diferentes campus. En ese sentido, la nueva etapa que inaugura el número 697 estrecha aún más la colaboración entre Alumni y la redacción de la revista, a través de la integración de sus equipos. A partir del mes de diciembre, las tareas se distribuyen en dos áreas: por un lado, el Consejo de Redacción se encarga de sus contenidos y, por otro, dos personas se ocupan del ámbito económico y administrativo. La nueva estructura retoma la figura del editor, que corresponde a Miguel Ángel Iriarte [Com 97 PhD 16] (1), profesor asociado de la Facultad de Comunicación. Entre sus funciones, coordinará el Consejo de Redacción formado por Ana Eva Fraile [Com 99] (2), redactora jefe, Lucía Martínez [Fia 12 Com 14] (3) y Marta Gómez [Com 09] (4), responsable de Comunicación de la Oficina Alumni, que dirige Sergi Molas [MEGEC 05] (5). Por otra parte, Carmen Muriel [Bio 92 PDG IESE 08] (6), gerente de Alumni, asume también la gerencia de la revista, mientras que Palmira Velázquez (7) continúa como secretaria de la redacción. Ignacio Uría [Der 95 PhD His 04], director de Nuestro Tiempo los últimos seis años, seguirá colaborando como columnista desde el Campus de Madrid, donde se trasladó para trabajar con su director, Ángel J. Gómez Montoro.
subdirectoras campus madrid
Teresa Sádaba [Com 97 PhD 01] y Fernanda Parias [Com 91] (en la foto) han sido nombradas subdirectoras del Campus de Madrid. Sádaba dirige ISEM y es directora académica del Máster Ejecutivo en Reputación Corporativa. Parias, por su parte, es secretaria ejecutiva de Alumni Madrid.
Dolors Marco (Cádiz, 1970) [Com 94] ha sido nombrada directora de Reputación Corporativa de la Clínica. Ha desempeñado gran parte de su carrera profesional en puestos de responsabilidad en áreas de comunicación y marketing dentro del sector sanitario. Félix María Arocena (San Sebastián, 1954) [Der Can 81 PhD 82 Teo 00 PhD 02], profesor del Departamento de Teología Dogmática, ha ingresado en la Real Academia de Doctores de España como académico correspondiente de la Sección de Teología. Inmaculada Jiménez Caballero (Cascante, 1955) [Arq 81 PhD 91], profesora contratada doctora de la Escuela de Arquitectura de la Universidad, ha sido nombrada directora del Centro del Instituto Cervantes en Orán (Argelia). Alfredo Martínez (Soria, 1957) [Farm 82], catedrático de Nutrición de la Universidad, ha sido elegido presidente de la Unión Internacional de Ciencias de la Nutrición. Es el primer español en presidir este organismo.
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Campus novedades académicas
Los intangibles del sector artístico Doble grado en Relaciones Internacionales e Historia (Pamplona, 201819). La Facultad de Derecho ofrece este doble grado, único en España, que tendrá una duración de seis años. Los alumnos realizarán estancias en Asia, América y Oriente Medio y dos intercambios en universidades internacionales. El programa incluye el estudio de un tercer idioma y la realización de prácticas en organismos supranacionales, ONG o empresas multinacionales.
La Universidad de Navarra y el think tank Corporate Excellence organizaron, por primera vez en España, una jornada en la que directivos de museos y patrocinadores abordaron la gestión de la reputación de museos de la mano del holandés Cees Van Riel, experto en el estudio y medición de los intangibles de las instituciones. Después de varios años de trabajo en el campo de la reputación, y en particular de las universidades, este encuentro, celebrado en el Museo Nacional del Prado, inicia una serie de citas para compartir reflexiones y experiencias sobre la gestión de los intangibles en el sector artístico y cultural.
Máster Universitario en Arquitectura (Madrid, 2018-19). El nuevo máster de la Escuela de Arquitectura dedica un 25 por ciento del programa a la docencia en empresa e incluye unas prácticas de un mínimo de tres meses en alguna de las más de 300 compañías y estudios con los que mantiene convenios. Diploma en Arqueología (Pamplona, 2018-19). Dirigido a estudiantes del grado en Historia que deseen formarse en el perfil de arqueólogo, este nuevo diploma se articula como itinerario paralelo al grado. Los alumnos participarán en las actividades del Laboratorio de Arqueología y, a partir del verano de segundo curso, podrán realizar prácticas en excavaciones arqueológicas nacionales e internacionales.
Pamplona-Dakar-Pamplona en Vespa por las enfermedades olvidadas José Antonio Fernández, JAF, recorrió más de nueve mil kilómetros en Vespa con el fin de recaudar fondos para el Instituto de Salud Tropical de la Universidad (ISTUN), dentro del proyecto Vespa Extreme-Wheels for Life. Antes de emprender el viaje, JAF pudo presentar su proyecto solidario al papa Francisco y a la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, entre otras personalidades. Con esta expedición se han recaudado 248 000 euros para la investigación sobre enfermedades olvidadas que desarrolla el ISTUN.
fotografía
Pilar Guerrero Jerez [Arq 95] presentó en Pamplona A pie de obra, su primer proyecto fotográfico, en el que busca la belleza en herramientas y materiales que, a primera vista, 48—Nuestro Tiempo invierno 2018
carecen de importancia en una construcción (puntales, hierros, encofrados...). La muestra incluía también una primera selección de su trabajo Geometrías urbanas.
las diez de...
charo sádaba [Decana de la Facultad de Comunicación]
1. ¿Cuál es el mejor consejo que ha recibido? La familia es lo primero: mis padres me lo han enseñado de todas las maneras posibles y no puedo estarles más agradecida. 2. ¿Qué es lo primero que piensa cuando se levanta? Soy una persona de mañanas, así que intento adelantar lo importante para asegurar que lo hago con más energía. 3. Un libro: Cualquier novela de Henning Mankell. Una película: Dunkerque. Una canción: La selección musical se la dejo a mi marido, que siempre acierta. 4. ¿Qué rincón de la Universidad le gusta más? El paseo frente a la Biblioteca de Humanidades; me parece ver caminar a don Alfonso Nieto con su maletín.
5. ¿A qué personaje histórico le gustaría haber conocido? A Winston Churchill. 6. ¿Qué persona le marcó al llegar a la Universidad? Mi asesora, Mercedes Montero: me transmitió con su ejemplo el entusiasmo por la tarea universitaria y por la comunicación. 7. ¿Qué imagen le ha conmovido recientemente? Durante un atentado en un colegio de Florida, una niña, encerrada en un armario, escribía a su madre un mensaje al móvil: «Te quiero mucho y agradezco todo lo que has hecho por mí». Me hizo pensar que muchas veces esperamos a momentos difíciles para que salga lo que llevamos en el corazón. 8. ¿Qué personaje de ficción le atrae? Mary Poppins y su bolso sin fondo con remedios para todo. Y, una vez acabado un proyecto, a por el siguiente. 9. ¿Qué quería ser de pequeña? ¡Mayor! Soñaba con trabajar y ser independiente, viajar y tener una vida interesante. Lo cierto es que mi inquietud periodística despertó pronto: quería contar historias. 10. ¿Cuál es el regalo que más ilusión le ha hecho? Cualquiera de los dibujos que me hacen mis sobrinos; los guardo como oro en paño. Me costaría mucho desprenderme de ellos, porque encierran el cariño genuino de un modo en que otros regalos no pueden.
barabaiki: arte social
Barabaiki Casa de Arte (www.barabaiki.org) es una empresa social formada por siete estudiantes de la Universidad cuyos beneficios están destinados a becas y proyectos de educación en los países de origen de los artistas. En su primera muestra, colaboran con tres artistas tanzanos.
lapiDARIUM
sofía collantes, coordinadora de tantaka
«No sabemos hacer de todo, pero lo que se nos da bien podemos ponerlo al servicio de los demás, y descubrir que el voluntariado es una manera de estar en el mundo» Del artículo «Cadenas de solidaridad», publicado el 3 de diciembre de 2017 en Diario de Navarra.
alejandro navas, profesor de sociología de la facultad de comunicación
«Creíamos que el pueblo chino exigiría de modo incontenible la democracia como correlato de la liberalización del mercado, pero no ha sido así» Del artículo «China y la campaña 709», publicado el 9 de enero de 2018 en Diario de Navarra.
juana fernández, profesora del departamento de química y responsable del grupo de voluntarios ambientales
«Para conservar el medio ambiente, hay que prevenir o evitar el residuo antes de que se genere, de ahí el papel tan importante del consumidor» Del artículo «Consumir o morir», publicado el 24 de noviembre de 2017 en La Opinión de Málaga.
invierno 2018 Nuestro Tiempo —49
Campus Primera visita del Gran Canciller
Vista general del acto in memoriam por el anterior Gran Canciller, celebrado en el Museo de la Universidad.
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Dos días inolvidables Monseñor Fernando Ocáriz visitó Pamplona entre el 19 y el 20 de enero. Participó en un acto homenaje al anterior Gran Canciller, Javier Echevarría, y en varios encuentros con alumnos y profesionales de la Universidad.
texto Redacción NT fotografía Manuel Castells [Com 87], Villar López,
Mariaje Ruiz [Com 15] y Renée Higdon [Fia 18] por primera vez desde su elección y nombramiento en enero de 2017 como Prelado del Opus Dei y Gran Canciller de la Universidad de Navarra, Fernando Ocáriz visitó el campus de Pamplona en dos días de intensa actividad. En apenas cuarenta y ocho horas, presidió el acto in memoriam por su predecesor, Javier Echevarría, acudió a la sede de las Facultades Eclesiásticas con motivo de la celebración del 50 aniversario de la Facultad de Teología y mantuvo en el Polideportivo un encuentro con unas tres mil personas, además de otras reuniones breves y más reducidas. Con ocasión del primer aniversario del fallecimiento de monseñor Echevarría en diciembre de 2016, la Universidad homenajeó a quien fue su Gran Canciller desde 1994. En el acto, celebrado en el Museo de la Universidad el 19 de enero por la mañana, intervinieron —junto a don Fernando Ocáriz— el rector, Alfonso Sánchez-Tabernero, el anterior director general del IESE, Jordi Canals, y la vicedecana de la Facultad de Medicina, Arantza Campo.
En su intervención, la doctora Campo, que atendió como paciente a Javier Echevarría, subrayó su actitud agradecida y su cordialidad: «Agradecía de corazón todos los cuidados recibidos» y siempre se mostraba «cercano y cordial y, muy frecuentemente, con algún detalle de humor». El profesor Canals se refirió al «legado de buen gobierno» dejado por don Javier Echevarría a quienes trabajan en la Universidad de Navarra. Lo resumió en tres puntos: sentido de misión, empuje y una combinación de visión universal e interés por cada persona. Por su parte, el rector destacó tres aspectos de la personalidad del anterior Gran Canciller: cercanía, magnanimidad y gratitud. Por último, don Fernando Ocáriz se detuvo en un rasgo que su predecesor, en sintonía con san Josemaría Escrivá, deseaba para la Universidad de Navarra: «La apertura al mundo entero, con la ilusión de servir, de compartir lo mejor que se tiene». Tras el acto académico, el Gran Canciller saludó a los representantes de los alumnos de las distintas facultades, a quienes animó pasa a la página 57 > invierno 2018 Nuestro Tiempo —51
Campus Primera visita del Gran Canciller
Obsequios para el recuerdo Tras el acto in memoriam, miembros del Rectorado entregaron al Gran Canciller cuatro regalos: una fotografía en que aparece junto a Javier Echevarría y Benedicto XVI —entonces cardenal Ratzinger— cuando este fue investido doctor honoris causa en 1998; el libro fotográfico De París a Cádiz. Calotipia y colodión, que se regaló por la curiosidad del título ya que
Fernando Ocáriz nació en París y pasó unos meses en Cádiz con unos familiares; una fotografía artística de la Puerta de Alcalá de 1860, porque vivió en Madrid varios años, y una prenda deportiva de la Universidad, dada su afición al tenis. Por su parte, representantes de alumnos de la Universidad le regalaron una beca con la inscripción «Para nuestro Gran Canciller».
La persona, en el centro de la responsabilidad de gobierno Viernes, 19 de enero. 16:30 h. El salón de actos de Ciencias se llenó con académicos y directivos con cargos de gobierno en la Universidad en los campus de Pamplona, San Sebastián, Barcelona y Madrid. El Gran Canciller les agradeció su trabajo y les animó a poner a la persona, «a cada persona», en el centro de su tarea. «Por eso —dijo— una idea importante del go52—Nuestro Tiempo invierno 2018
bierno es verlo siempre como servicio a los demás». A preguntas de los asistentes, se refirió también al fomento de la interdisciplinariedad en la tarea universitaria y a la identidad cristiana de la Universidad, fundada por san Josemaría en 1952.
Tras el acto in memoriam, monseñor Ocáriz compartió unos minutos con más de treinta representantes de alumnos. A propuesta de uno de ellos, se hicieron varios selfies.
Con la Facultad de Teología en su cincuenta aniversario Viernes, 19 de enero. 18:45 h. El Gran Canciller se reunió con profesores de las Facultades Eclesiásticas, volviendo al lugar donde defendió su tesis doctoral en 1971. El acto, al que asistieron trescientas personas, formó parte de la celebración del cincuentenario de la Facultad de Teología. Lo acompañaron en la mesa presidencial el decano, Juan Chapa; el Vicecanciller, Ra-
món Herrando; y el rector de la Universidad, Alfonso Sánchez-Tabernero. Inspirándose en san Josemaría, monseñor Ocáriz recordó que «la Teología se estudia bien cuando la materia de estudio se hace materia de oración». Además, animó al claustro a hacer su trabajo «con entusiasmo por la verdad de Dios y el misterio de Cristo y de la Iglesia». invierno 2018 Nuestro Tiempo —53
Campus Primera visita del Gran Canciller
Encuentro multitudinario en el Polideportivo Sábado, 20 de enero. 11:00 h. Durante la tertulia celebrada en el Polideportivo, varias personas plantearon al Prelado preguntas sobre la conciliación de la vida familiar y profesional, cómo ayudar a que enfermos y familiares afronten con paz el sufrimiento, la transmisión de la fe cristiana en ambientes secularizados, el próximo Sínodo de los Obispos —que tiene como tema central «Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional»— y el individualismo dominante en 54—Nuestro Tiempo invierno 2018
ciertos ambientes laborales. Las alumnas Alicia Stein (2.º Relaciones Internacionales) y Victoria Morales (3.º Derecho), de pie en la imagen, contaron que, junto a otros estudiantes, están impulsando en su facultad una actividad para favorecer la adoración eucarística.
Saludos a familias, alumnos y profesionales de la Universidad Sábado, 20 de enero. 12:00 h. Antes y después de la tertulia en el Polideportivo, don Fernando Ocáriz estuvo con varias personas que asistieron a ella y se acercaron a saludarle. En la imagen aparece junto a Jorge González [Ing 03 PhD 10], Inés Escauriaza [Com 04](ambos empleados de la Universidad) y sus cuatro hijos. También saludó a Celia Canseco (2.º Economía y Leadership and Governance Program), que acababa de salir del hospital donde había estado ingresada tras un grave
atropello. Antes de comenzar, Joaquín Larrondo [Der 09], empleado de la Universidad, y Cristina Moreira [Mag 17], que esperan su primer hijo, le saludaron. En la ermita de la Virgen del campus, Francisco Serrano, que trabaja en la Universidad, y Arancha Muniain, pudieron hablar con él y contarle que se casaban en septiembre.
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Campus Primera visita del Gran Canciller
Colegio Eclesiástico Internacional Bidasoa Viernes, 19 de enero. 20:00 h. En varias visitas a Pamplona, Javier Echevarría acudió al Colegio Mayor Bidasoa (Cizur Menor) para saludar a los seminaristas que se forman en él. Monseñor Ocáriz también lo hizo. Actualmente viven en el colegio mayor cerca de cien personas de veinticuatro nacionalidades.
Beca de honor de Belagua Sábado, 20 de enero. 13:00 h. La dirección y algunos residentes del Colegio Mayor Belagua entregaron una beca de honor a monseñor Ocáriz. Lleva la inscripción «23-VIII-1963», fecha en que conoció personalmente a san Josemaría en un curso de verano organizado en ese colegio mayor. 56—Nuestro Tiempo invierno 2018
< viene de la página 51
en su trabajo actual, el estudio, fomentando el compañerismo y sin aislarse «de forma individualista». Fueron unos minutos distendidos, con tiempo para fotografías de grupo e incluso selfies. Por la tarde, el Gran Canciller se reunió en el salón de actos del edificio de Ciencias con cerca de doscientos académicos y directivos con cargos de gobierno en la Universidad. A preguntas de los asistentes, se refirió a asuntos como la prioridad de la persona en las decisiones de gobierno, el impulso de la interdisciplinariedad en la tarea universitaria y la identidad cristiana de la Universidad. Poco después participó en una reunión académica en el edificio de las Facultades Eclesiásticas. En ella felicitó a los profesores de Teología por el medio siglo de su Facultad y les animó a unir su tarea investigadora y su vida espiritual. Recordando a san Josemaría, monseñor Ocáriz señaló que «la Teología se estudia bien cuando la materia de estudio se hace materia de oración». Después de este acto, el Gran Canciller acudió al Colegio Eclesiástico Internacional Bidasoa, donde saludó a los casi cien seminaristas de veinticuatro países que actualmente se forman en él.
Clínica Universidad de Navarra Sábado, 20 de enero. 13:15 h. El Gran Canciller visitó a varios enfermos ingresados en la Clínica. Le recibieron y acompañaron algunos profesionales, entre ellos Carmen Rumeu, directora de Enfermería.
segundo día de la visita: tertulia en el polideportivo. Tras una jornada de actos con un sentido predominantemente académico, el sábado 20 de enero don Fernando Ocáriz participó en una tertulia —un encuentro informal— en el Polideportivo de la Universidad, a la que asistieron alrededor de tres mil personas de Pamplona y otras ciudades cercanas. En sus palabras iniciales, aludió a sus anteriores visitas a la Universidad acompañando a monseñor Echevarría y recordó el 50 aniversario de la homilía «Amar al mundo apasionadamente», pronunciada por san Josemaría en el campus de la Universidad de Navarra el 8 de octubre de 1967. Además, pidió a los asistentes
que rezaran por la Iglesia y por el papa Francisco. En los cincuenta minutos que duró la tertulia, varias personas intervinieron para pedir a Fernando Ocáriz consejo y ánimo en su vida personal y como cristianos. Por ejemplo, en respuesta a Ricardo Piñero, catedrático de Filosofía que preguntó cómo mostrar el atractivo de la fe católica a personas no creyentes, monseñor Ocáriz habló de la importancia de la amistad: «Cuando hay amistad, aunque haya concepciones profundamente distintas de la vida, lo que a uno le interesa le interesa al otro. Aunque no lo comparta, le interesa. Y ese interés ya es una semilla que se pone en el corazón y en la cabeza de las personas». Y, en otro momento, preguntado por la alumna Samanta Díaz acerca del individualismo y la competitividad presentes en determinados ambientes profesionales, Fernando Ocáriz aconsejó pensar habitualmente primero en los demás, ya que «no hay un sistema más seguro para no ser felices que preocuparse solo de la propia felicidad. En cambio, preocuparse por la felicidad de los demás es el camino para ser felices de verdad». Tras el encuentro en el Polideportivo, el Gran Canciller se detuvo unos minutos ante la Virgen del Amor Hermoso. A continuación, se desplazó a la Clínica, donde visitó a algunos enfermos y saludó a estudiantes y responsables del Colegio Mayor Belagua. Estos le entregaron una beca de honor donde se leía la inscripción «23-VIII-1963», fecha en que Fernando Ocáriz conoció en persona a san Josemaría, en un curso de verano celebrado en el colegio mayor. Por la tarde, don Fernando viajó a Madrid, camino de Brasil, donde permaneció varias semanas para participar en unas jornadas de estudio dirigidas a sacerdotes y obispos de ese país y, posteriormente, conocer de cerca algunas iniciativas formativas del Opus Dei en varias ciudades brasileñas. Nt
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Un corazón, dos sedes Arropada por numerosas autoridades y medio millar de personalidades del mundo sanitario, académico y empresarial, la Clínica Universidad de Navarra celebró el 31 de enero la inauguración de su nueva sede en Madrid. Con un bagaje de más de cincuenta y cinco años de historia en Pamplona, el centro hospitalario consolida en la capital su modo de entender la medicina para estar más cerca de los pacientes. texto Redacción NT fotografía Manuel Castells [Com 87] y José Juan Rico Barceló ana pastor, presidenta del Congreso de los Diputados; Uxue Barkos, presidenta de la Comunidad Foral de Navarra; Alfonso Sánchez-Tabernero, rector de la Universidad; Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid; José Javier Castrodeza, secretario general de Sanidad; y José Andrés Gómez Cantero, director general de la Clínica Universidad de Navarra, protagonizaron el acto de 58—Nuestro Tiempo invierno 2018
inauguración de la nueva sede de la Clínica en Madrid. Juntos activaron el pulsador virtual, proyectado sobre una gran pantalla, que abrió oficialmente las puertas del nuevo centro hospitalario el 31 de enero. Desde el vestíbulo del edificio madrileño y también desde el campus de Pamplona, a través de Facebook, muchas miradas presenciaron ese gesto histórico. Un sueño que, como ha reconocido José Andrés
Gómez Cantero, no habría podido materializarse «sin la generosidad de muchos amigos», pero, sobre todo, «sin la enorme dedicación y el esfuerzo de los profesionales de la institución». Previamente, el 21 de noviembre, las quinientas personas que atienden la sede de Madrid empezaron a trabajar en equipo con las más de dos mil que conforman la plantilla de Pamplona, unidas por un mismo objetivo: curar y generar conocimiento para revertir el avance de las enfermedades. El compromiso que estos profesionales han adquirido con la vida se
La nueva sede, con un área de 35 000 m2 construidos, se sitúa frente al edificio de posgrado de la Universidad de Navarra, en el campus de Madrid.
Las máximas autoridades académicas de la Universidad estuvieron acompañadas en la tribuna por Uxue Barkos, Ana Pastor, Cristina Cifuentes y José Javier Castrodeza.
fortalece a diario gracias a un motor poderoso: ver cómo los pacientes encaran con esperanza su sufrimiento —su ejemplo de superación— les impulsa a dar lo mejor de sí mismos. «La vida de cada persona que acude a la Clínica es la razón de ser de la excelencia asistencial que procuramos ofrecer», rubrica Gómez Cantero. Durante la inauguración, numerosas autoridades y medio millar de invitados —procedentes del ámbito sanitario, académico e investigador, de la industria biosanitaria y la empresa— dieron la bienvenida a la Clínica, «una institución de referencia
en la sanidad española, europea y mundial —apuntó la presidenta del Congreso, médica de profesión— que ha dado fe de una andadura de más de cinco décadas de éxito en la atención a los pacientes en su sede de Navarra». Ana Pastor destacó el modelo asistencial propio de la Clínica, «que pone al paciente en el centro de su trabajo». Tres características contribuyen a que la actividad de la Clínica gire alrededor del paciente, a quien atienden de modo integral equipos multidisciplinares: la dedicación exclusiva de sus especialistas, la investigación biomédica traslacional y la formación de las nuevas generaciones. «Esto nos permite diagnosticar e iniciar tratamientos de manera rápida, eficaz y coordinada», afirma la directora de la sede de Madrid, Esperanza Lozano. Por su parte, Cristina Cifuentes se mostró satisfecha de que la Comunidad que preside cuente «con el mejor hospital público de España (el Hospital de La Paz), y ahora también con el mejor hospital privado». Así lo confirma el ranking del Monitor de Reputación Sanitaria 2017. Este informe independiente, que evalúa la reputación de los hospitales españoles, ha situado a la Clínica, por cuarto año consecutivo, en el primer puesto de la clasificación de centros privados. la unión, la fuerza. Durante sus intervenciones, la presidenta de Navarra y el secretario general de Sanidad de España coincidieron en subrayar la solidez que se logra con la unión de esfuerzos en este sector. Uxue Barkos resaltó la labor de muchos profesionales que han puesto sus conocimientos y su esfuerzo, al servicio de un proyecto de desarrollo asistencial, docente y de investigación en la Comunidad Foral. «La colaboración entre la Clínica y el Gobierno de Navarra se ha extendido a todos estos ámbitos que constituyen la misión del Sistema Sanitario Público», indicó. En la misma línea, José Javier Castrodeza expresó la disposición del Ministerio para colaborar con la Universidad y admitió que esta etapa «será un nuevo éxito que se hará extensivo a todo el Sistema de Salud por la mejora que aporta al tratamiento y detección temprana de las enfermedades más prevalentes». La sede de Madrid presenta seis áreas multidisciplinares en torno a las patologías de más incidencia en la actualidad. Debido a la experiencia oncológica de la
Clínica, esta disciplina representa uno de sus ámbitos de alta especialización. El recién constituido Centro del Cáncer Universidad de Navarra ha iniciado su andadura con ciento veintiocho ensayos clínicos en marcha y más de cuatrocientos participantes. Una de las principales líneas de estudio es la dedicada a fármacos inmunoterápicos de última generación. Además de este Centro, entre las cuarenta y seis especialidades médicas —las mismas que en Pamplona— destacan cinco áreas relevantes: Salud Integral de la Mujer y Pediatría, Cirugía Avanzada, Chequeos y Medicina Predictiva, Traumatología y Medicina Deportiva, y el Área Cardiovascular. En todas ellas, la Clínica aspira a ofrecer un servicio de alto nivel, resultado de «una combinación del trato humano más exquisito con la mejor calidad asistencial y técnica», señala Gómez Cantero. Con el propósito de poner a disposición de los pacientes tecnología de vanguardia para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, el centro ha invertido veinticinco millones de euros. Entre los equipamientos más relevantes se encuentran una resonancia magnética de 3 teslas, adaptable a cualquier biotipo corporal, y un sistema xSPECT, únicos en España, que obtienen una información más precisa de órganos y estructuras anatómicas complejas. También se han instalado dispositivos innovadores —PET-TC y un TAC— que ayudan a ajustar el tratamiento contra el cáncer en fase temprana. La nueva sede alberga, además, un quirófano híbrido con imagen en 3D, que permite comprobar durante la intervención el resultado del procedimiento; un sistema robótico Da Vinci para cirugías mínimamente invasivas de máxima precisión; y dos aceleradores lineales, que protegen el tejido sano y concentran la dosis de radioterapia para acortar la duración del tratamiento. Pero, sin duda, lo que posibilita dar una respuesta rápida y eficaz para las necesidades de cada paciente es la investigación. Apoyada en el CIMA, el centro de investigación médica aplicada de la Universidad, la Clínica potencia estudios y ensayos clínicos para que los enfermos puedan beneficiarse de terapias innovadoras. Un ejemplo más de un modo de hacer medicina por y para el paciente, en el que el conocimiento viaja del laboratorio a la cama del hospital. Nt
invierno 2018 Nuestro Tiempo —59
Entrevista La Tierra, desde el espacio
Osvaldo Peinado «Acabaremos viviendo en Marte antes que solucionar los problemas ambientales de la Tierra» Osvaldo Peinado (Mendoza, Argentina, 1966) era el coordinador, hasta 2015, del equipo que supervisa a los astronautas en la Estación Espacial Internacional. Invitado de la III Lección Albareda de la Cátedra Timac Agro-Universidad de Navarra, este ingeniero aeroespacial se sinceró ante más de 200 estudiantes en la Facultad de Ciencias: «Estamos invirtiendo más dinero en llevar una misión fija a Marte que en salvar el Amazonas». texto Laura Juampérez [Com 05] fotografía Manuel Castells [Com 87]
¿Cómo llegó a coordinar un equipo internacional del que depende la vida de los astronautas en el espacio? Estudié Ingeniería en Computación en la Universidad de Mendoza. Nada más terminar, en 1990, la NASA me contrató para realizar trabajos de teledetección en Washington. A raíz de mi participación en un congreso me ficharon para hacer esto mismo en Alemania. Aterricé en 1991, dos años después de la unificación del país, en Leipzig [zona oriental]. Aquello era otro planeta, literalmente hablando: no había publicidad, ni tiendas de ropa, ni carteles luminosos, ni hoteles… Todo estaba en ruso y en alemán. Al mes de llegar abrieron el primer McDonalds y la gente hacía colas de varias horas para entrar. ¿En qué consistía la teledetección a comienzos de los noventa? En el caso de Alemania, este sistema les sirvió para solucionar varios problemas ambientales muy graves. A causa de la 60—Nuestro Tiempo invierno 2018
lluvia ácida y de las industrias más contaminantes, el agua de los pozos de minería y de los ríos estaba completamente sucia. Ciudades como Bitterfeld mantenían las luces encendidas durante el día debido a la densa niebla de contaminantes, que obligaba a los ciudadanos a llevar máscaras por la calle. Nuestra labor era obtener imágenes por satélite donde se observaba el nivel de contaminación en bosques y lagos. También colaborábamos con los equipos de cartografía responsables del catastro alemán. Su objetivo era devolver bienes expropiados durante la Segunda Guerra Mundial y el período comunista. Aunque íbamos de un lado a otro con una mochila de treinta kilos cargada con el GPS, me encantaba mi trabajo. Por eso decidí comenzar el doctorado en Ciencias Espaciales en la Universidad de Múnich en 1996. ¿Fueron ustedes los precursores de la tecnología de geolocalización como
la que, por ejemplo, utiliza Google Maps? Realizamos los primeros GIS (Geographical Information System) usados para situar calles, hoteles y otros servicios en las ciudades. Entonces era algo muy novedoso. Cuando me doctoré, en 1999, quise volver a mi país para aplicar allí todo lo aprendido. Al cabo de cuatro meses de búsqueda de empleo, y tras escuchar reiteradamente que mi currículo era demasiado completo, regresé a Alemania. Dos días después me ofrecieron un puesto en la Agencia Espacial Alemana. ¿Qué cometido le adjudicaron en ese centro? Entonces la Agencia Europea llevaba varios años desarrollando el módulo espacial Columbus, que tenía que viajar a la Estación Espacial Internacional (EEI) en el quinto centenario de la llegada de Colón a América, en 1992. Finalmente, el Columbus despegó en 2007 debido a
varios incidentes, como la explosión del transbordador espacial Columbia, en 2003, en la que fallecieron sus siete tripulantes. Mi objetivo inicial en la Agencia era realizar los test al Columbus y a los astronautas antes de enviarlos a la EEI. La estación se encuentra en construcción desde 1998 y es el único centro de investigación en la órbita terrestre, gestionado por una entente internacional y habitado por astronautas de distintos países desde el año 2000. Y lo nombraron jefe de operaciones en tierra a escala internacional. Al principio, mi papel se basaba en echar a andar todos los protocolos y equipos, unificar procesos, etcétera, ya que Europa no tenía nada listo para poder enviar a sus propios astronautas a la EEI. Al mismo tiempo, el trabajo que se hace desde las distintas agencias espaciales (norteamericana, rusa, japonesa, canadiense, china y europea) se ha centralizado para que
todo funcione bien en la EEI. Mi tarea consistía en coordinar, para Europa, lo concerniente a la preparación y seguimiento de los astronautas durante su estancia en la EEI. ¿Cómo es el proceso de selección y entrenamiento de los astronautas? Hasta tres mil aspirantes concurren en las convocatorias europeas y solo dos o tres de ellos resultan elegidos, tras superar las pruebas físicas y psicológicas. Después se entrenan una media de cinco años, pero nada garantiza que vayan a volar. En la actualidad solo es posible enviar a tres astronautas a la vez. Hasta 2011 los Space Shuttles norteamericanos permitían subir a seis personas al mismo tiempo, pero Barack Obama frenó este programa por sus elevados costes. Finalmente la carrera espacial sigue dominada por EE. UU. y Rusia. Exacto. De los tres tripulantes que pueden
subir con las cápsulas rusas Soyuz, normalmente uno siempre es ruso, otro es estadounidense y el tercero rota entre Japón y Europa. Los chinos querían participar en la Estación, pero EE. UU. se opuso, de modo que el gigante asiático optó por construir su propia EEI. Su tecnología es realmente una copia de la rusa, que hoy por hoy sigue siendo la que menos fallos comete. Quizá alguien recuerde cómo en la película Gravity (ganadora de siete premios Óscar en 2014) Sandra Bullock tiene que pasar de la EEI a la Estación China y allí sabe manejar todos los aparatos. Esto es real porque son clónicos. Solo cambian los rótulos en chino y la pintan de blanco. ¿Qué característica resulta crítica en la selección de los astronautas? Como cualidad principal destacaría que sean capaces de mantener la calma en situaciones de máxima tensión. También deben estar preparados para convivir entre seis meses y un año y medio con invierno 2018 Nuestro Tiempo —61
Entrevista La Tierra, desde el espacio
viaje al futuro
2035: Misión a Marte sin retorno La conquista del espacio es una cuestión tan dependiente de la inversión económica que las próximas misiones programadas a la Luna (cuatro en 2018) y a Marte (una, Mars Space, también en 2018) van a hacerse con robots en lugar de personas. El motivo es que el coste de enviar un androide ronda los cuatrocientos millones de dólares, mientras que un humano multiplica esa cifra por treinta. «Un robot no necesita agua, ni comida, ni oxígeno, y puede trabajar veinticuatro horas con la misma intensidad. Pero el hombre quiere conquistar el espacio en persona, de modo que las misiones humanas también seguirán haciéndose. De hecho, la empresa Mars One planea una misión sin retorno al planeta rojo para la que ya se han presentado cien mil voluntarios tan solo en Europa», subraya Osvaldo Peinado. Otra misión, también privada, se ha
propuesto embarcar a una pareja que pase dos o tres años alrededor de Marte para estudiar su comportamiento e incluso la posibilidad de concebir un niño en el espacio. «Estoy seguro de que el hombre terminará viviendo en Marte porque la vida es posible en el espacio. Recientemente se ha descubierto que fuera de la Estación Espacial Internacional, a 360 kilómetros de altura, unas bacterias terrestres llamadas OU-20 llevan tiempo sobreviviendo en unas condiciones de temperatura y radiación que parecían imposibles. El siguiente paso podría consistir en localizar microorganismos cuyo origen sea también extraterrestre», señaló el experto ante los estudiantes que asistieron a la tercera sesión Albareda, orientada a acercar científicos internacionales al ámbito universitario.
personas de culturas diferentes en un espacio de tres metros de diámetro por treinta metros de largo. Si te enfadas con el otro tripulante, no puedes salir fuera a que te dé el aire. En los centros de Colonia, Houston y Moscú, médicos y un equipo de psicólogos están alerta por si sucede cualquier cosa. En los doce años que trabajé como coordinador, nunca tuvimos que bajar a nadie por una urgencia médica. No obstante, siempre hay tres módulos Soyuz disponibles para poder regresar. En realidad, la mayoría de los astronautas están encantados cuando se produce algún retraso y deben quedarse varias semanas más. ¿Alguna vez ha tenido que resolver una situación en la que estuvieran en juego vidas humanas? En el espacio el peligro se vive con otra escala de presión y de tiempo. Atendí varias llamadas, siempre de madrugada, que comenzaron con un «Osvaldo, tenemos un problema». Fueron pequeños conatos de incendio en la Estación, o la posibilidad de que una basura espacial impactara contra ella. En esos momentos tienes tres minutos como máximo para tomar una decisión y valorar cuál es el riesgo real, si es necesario evacuar a los astronautas, si se deben apagar los experimentos, etcétera. Los experimentos que se desarrollan en la Estación cuestan varios millones de dólares —en especial los biológicos y químicos— y, si abres la cabina para despresurizarla y apagar el fuego, lo más probable es que se estropeen. Por supuesto, existe un protocolo de actuación muy detallado, que debes conocer tan bien que nunca más lo tengas que consultar: solamente aplicarlo en unos pocos segundos y de forma rigurosa. Parece bastante estresante. Por ese motivo lo dejé. Me pasaba nueve meses fuera de casa en Houston. Y el resto del año viajaba a Moscú, Japón… Afectó
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a mi vida familiar y a mis amistades. De hecho, mi puesto ya no existe. Ahora cada país realiza la coordinación de forma individual y muchos de los procesos se han automatizado. Ahora supervisa el envío de satélites al espacio. ¿Le resulta menos estresante? La presión en este tipo de trabajos es siempre elevadísima, pero ahora no tengo a mi cargo a ochocientas personas en varios países, sino a pequeños equipos por proyecto, con decisiones que implican mucho dinero, pero donde no está en juego la vida de ninguna persona. ¿Cómo van a cambiar nuestras vidas las telecomunicaciones? Estamos en plena vorágine del lanzamiento de lo que se conoce como constelaciones de satélites. Space Web, por ejemplo, ya ha planeado poner en órbita satélites y Google pretende lanzar 1 200 microsatélites (satélites de hasta 200 kilos de peso). Algunas universidades ya tienen sus propios nanosatélites (de entre 1 y 10 kg); también muchas empresas. Asistimos a una carrera de fondo en la que todos buscan dominar las transmisiones vía satélite, que en un futuro inmediato, van a garantizar el flujo de comunicación en todos los rincones del planeta. Aún hoy existen lugares sin internet —en la Antártida, en el desierto o en medio del Amazonas—, pero dentro de muy poco tiempo ya no quedará un rincón al que no llegue la tecnología y, además, lo hará con un ancho de banda (y con una velocidad de transmisión de datos) muy superior a la actual. Entonces internet por fin democratizará la comunicación en el mundo. No. Aunque nos hayan vendido esta idea, en realidad internet hoy no es libre. Algunos bancos y empresas pagan por tener prioridad para transmitir su información por encima de cualquier usuario. Y los
Osvaldo Peinado en el Planetario de Pamplona durante su visita a la Universidad. países pueden controlar —y de hecho controlan— la red. Por eso en China, Cuba o Venezuela no puedes acceder a determinadas páginas; Google Maps no funciona en países como Japón, etcétera. ¿Hay sitio en el espacio para esa cantidad creciente de satélites? Los niveles de basura espacial son preocupantes. Se han registrado más de un millón de objetos de más de un centímetro de diámetro volando por la órbita terrestre sin control. Circulan a 5 000 kilómetros por hora y, al impactar con algo, lo atraviesan. Este inconveniente se ha tratado de solucionar con una ley que obliga a los satélites a reservar el combustible suficiente para propulsarse al espacio exterior, fuera de la órbita terrestre, o para impactar contra la atmósfera cuando dejen de funcionar, en cuyo caso quedan destruidos a nivel atómico. La dificultad está en que muchos de ellos no cuentan con esa tecnología. Se supone que los objetos caerán por sí solos a la atmósfera, pero pueden tardar entre trescientos y cuatrocientos años. Y algunos tienen componentes que no se destruyen, como los motores de titanio de los cohetes, que ya han caído sin causar daños humanos, por el momento. Solo nos queda la espe-
ranza de que al llevar muchas piezas de oro, que resisten muy bien la radiación del espacio, las empresas se esfuercen en recuperarlos. ¿Cree que acabaremos viviendo en Marte antes que ser capaces de salvar nuestro planeta? Vivir en Marte es tecnológicamente posible desde hace mucho tiempo. La cuestión es que resulta muy costoso. Para vivir en el planeta rojo —el más parecido al nuestro— habría que llevar módulos con agua —la que se han encontrado está congelada, ya que la temperatura allí es de 150 grados bajo cero—, dispositivos con oxígeno —su atmósfera es mucho más débil que la nuestra—, módulos para obtener cultivos —su suelo es muy similar pero mucho más rico en hierro, por eso es de color rojo— y, sobre todo, su radiación es altísima al no existir un campo magnético. A pesar de ello, acabaremos viviendo allí antes que solucionar todos los problemas ambientales que estamos generando. Es una cuestión de prioridades, de concienciación y de inversión económica, y ahora mismo estamos gastando mucho más dinero para llevar una misión fija a Marte que para preservar la selva del Amazonas. Nt
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Campus In memoriam
Jesús Larralde Lecciones de ciencia y vida El 9 de febrero falleció en Pamplona Jesús Larralde, catedrático de Fisiología Animal y decano de la Facultad de Farmacia entre 1967 y 1986. Sucesor de Félix Álvarez de la Vega, dejó patente el compromiso y el amor que sentía por su profesión y, en especial, por transmitir a sus alumnos la pasión por el trabajo bien hecho. texto Redacción NT fotografía Archivo Fotográfico Universidad de Navarra
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«sin usted [...], sin su enseñanza y ejemplo, nada de esto hubiese sucedido». Con estas palabras que escribió Albert Camus al profesor Germain pocos días después de recibir el Nobel de Literatura en 1957, Yolanda Barcina [Far 82 PhD 85] rindió homenaje a Jesús Larralde, su mentor, los días posteriores a su fallecimiento. Una profunda gratitud de la que podrían dar testimonio todas las personas a las que este profesor navarro acompañó durante su trayectoria profesional. Con la sencillez de quien piensa que no está haciendo nada excepcional, «don Jesús», como se le conocía en la Facultad de Farmacia, fue un maestro en el esfuerzo y en el servicio a los demás. Jesús Larralde Berrio nació el 29 de noviembre de 1920 en Pamplona. Cursó el bachillerato como interno del Colegio San Francisco Javier de Tudela y, al finalizar la Guerra Civil, se trasladó a Madrid para estudiar Farmacia y Ciencias Químicas en la Universidad Central. A los pocos meses, en 1940, conoció a san Josemaría Escrivá y se incorporó al Opus Dei. Tras recibir el título de doctor en Farmacia por su trabajo Shock traumático experimental, pensó dedicarse a la empresa, como su padre. Pero, bien aconsejado por su amigo Álvaro del Portillo, preparó oposiciones a cátedra. «Jesús, tú —estas fueron más o menos las reveladoras palabras de quien luego sucedió a san Josemaría como Gran Canciller— algún día serás catedrático en la universidad que se funde en Navarra», rememora Rafael Domingo, profesor de la Universidad que coincidió en numerosas ocasiones con don Jesús. Con ese objetivo llegó en 1947 Jesús Larralde a la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona, en cuya Facultad de Ciencias trabajaba Francisco Ponz. En 1951 obtuvo la cátedra de Fisiología Animal en la Universidad de Santiago de Compostela, donde desarrolló su quehacer docente e investigador durante casi quince años. Una etapa que él recordaba con mucho cariño y que dejó una huella indeleble en su carácter navarro: «Tenaz, rápido, ágil, impetuoso y extrovertido, aprendió a ser el más gallego de los gallegos», señala Rafael Domingo. Cuando en 1965, Isidoro Rasines le ofreció incorporarse a la Universidad de Navarra para impulsar la recién creada Facultad de Farmacia —la quinta de España en aquella época—, Jesús Larralde le contestó que él ya sabía desde hacía más
de dos décadas que acabaría trabajando en ese campus. Sucedió justo lo que don Álvaro le había dicho. Una vez en Pamplona, de la mano de Félix Álvarez de la Vega, dedicó a la Facultad de Farmacia sus mejores energías —como vicedecano (1966-1967) y decano (1967-1986)— hasta convertirla, «con gran acierto y visión de futuro, en una de las más prestigiosas del país», apunta Edurne Cenarruzabeitia, catedrática y decana de la Facultad entre 1994 y 2004. Además, dirigió el departamento de Fisiología Animal (1967-1986) y el Programa de Doctorado Fisiología y Alimentación (1985-1992). En las aulas, impartió clases de Fisiología Animal (1965-1989), Historia de la Farmacia (1976-1979) y Nutrición y Dietética (19761992). Con una extraordinaria capacidad de trabajo, se volcó intensamente en la docencia y en la investigación, y fue pionero en actividades que después han conocido un notable desarrollo como, por ejemplo, el área de Nutrición y Dietética. Entre otros cargos, ocupó el de miembro fundador de la Sociedad Española de Ciencias Fisiológicas (Madrid, 1952), de la Sociedad Española de Nutrición y del European Intestinal Transport Group (1977). Del mismo modo, formó parte de la Sociedad Española de Bromatología (1977), de la Sociedad Latinoamericana de Nutrición (Caracas, 1978), de la European Society for Comparative Physiology and Biochemistry (1979) o de la Nutrition Society (Londres, 1983). Asimismo, fue académico correspondiente de la Real Academia de Farmacia de Barcelona desde 1956 y académico de número de la misma institución desde 1966 y de la Real Academia de Farmacia de Madrid desde septiembre de 1992. Durante veinticuatro años (1985-2009) fue miembro del Consejo Rector de la Asociación de la Industria de Navarra, en representación de la Universidad, y participó en numerosas iniciativas empresariales y culturales en Pamplona. maestro con mayúscula. Una de las razones que movieron al profesor Larralde durante su trayectoria universitaria fue formar nuevos profesionales de la docencia y la investigación. El resultado: una veintena de personas, alentadas por su impulso, accedieron a titularidades y cátedras, y dirigió 49 tesis doctorales y 51 tesis de licenciatura, «lo cual —según indica el
— Decanos. Los decanos de la Facultad de Farmacia en una foto de 2005. De izquierda a derecha: Edurne Cenarruzabeitia, Jesús Larralde, Félix Álvarez de la Vega, M.ª Pilar Fernández Otero e Iciar Astiasarán. — En el laboratorio. Trabajando con una alumna de la primera promoción, en 1969.
catedrático de Nutrición Alfredo Martínez— avala una gran carrera con discípulos en muchas universidades españolas, así como en otras instituciones». La abundante producción científica del doctor Larralde se centró en la Fisiología Intestinal y la Nutrición, áreas a las que contribuyó con más de 260 artículos en revistas nacionales y extranjeras, como Nature, Journal of Physiology y British Journal of Nutrition. Colaboró, además, en una quincena de proyectos de investigación y trabajó en centros de diversos países. Tras una fecunda vida académica, le llegó el momento de la jubilación en 1990. Con la misma alegría de siempre, supo retirarse de su quehacer universitario y pasar a un segundo plano. Pero no quedó inactivo, sino que comenzó a dedicar la mayor parte de su tiempo a ayudar a quien lo necesitara, con su compañía y su consejo. La preocupación por las personas fue una constante en cada una de las activi-
dades en las que se involucró. Su carácter afable y acogedor, su vivacidad y cercanía, inspiraban siempre confianza, cariño y ánimo. Con frecuencia recordaba que «lo importante no son las instituciones, sino las personas», y así lo hacía sentir a sus numerosos compañeros y amigos en la Facultad y fuera de ella. Durante los últimos años, tras el ictus de graves consecuencias que sufrió el 6 de julio de 2012, fue atendido en la Clínica Universidad de Navarra, donde en enero recibió la visita del Gran Canciller, Fernando Ocáriz. Como ha destacado el rector, Alfonso Sánchez-Tabernero, don Jesús fue un auténtico maestro «que supo imprimir lecciones inolvidables en la mente y en el corazón de sus alumnos». En herencia deja un «estilo sobrio, exigente, amable y positivo», un generoso legado por el que la Universidad se siente profundamente agradecida. Nt
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Recuerdos verticales En marzo de 1968 se inauguró Torre I, parte del Colegio Mayor Belagua, y, en septiembre de ese mismo año, Torre II. Desde entonces, alrededor de cuatro mil estudiantes han pasado por estos edificios cuya verticalidad los hace singulares en el relieve arquitectónico del campus. En su 50 aniversario, las Torres proyectan una remodelación material que dé continuidad a su historia y a la esencia de todo colegio mayor: la convivencia universitaria culta de quienes viven en él. texto Miguel Ángel Iriarte [Com 97 PhD 16] fotografía Archivo Fotográfico Universidad de Navarra
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con frases directas y llenas de detalles divertidos para el lector de hoy, Diario de Navarra aludió el 12 de marzo de 1968 a la apertura de Torre I: «Con una botella de leche estrellada en una pared se inauguró el domingo la primera de las torres que para residencia de universitarios se han construido detrás del edificio central. La Torre tiene capacidad para cien residentes y está considerada como una fórmula nueva de residencia estudiantil inédita en España. […] La originalidad de la nueva fórmula radica en el planteamiento mismo de la residencia. La tradición de los colegios mayores es algo que hay que mantener, pero que cuesta muy caro. Ahora, en la torre, el estudiante paga menos de cincuenta pesetas por un alojamiento confortable en habitación individual y dentro del campus universitario». Más allá de las cuestiones económicas de cada época, se ve que el carácter propio de las Torres viene de lejos. Quienes conozcan el campus —el autor de estas líneas tuvo la suerte de vivir en Torre II entre 1993 y 1995— probablemente sabrán que los residentes de las Torres dicen poseer algo especial, ni mejor ni peor que en otros lugares: un particular sentido de pertenencia a su colegio mayor —uno es «de Torre» para siempre—. La experien-
Las fotografías en blanco y negro fueron tomadas durante las obras de construcción de las Torres (1968).
cia de residentes actuales como Eduardo García [Der 19], en Torre I desde 2015, lo confirma: «Siempre que viene un antiguo colegial a la tertulia suelo preguntarle cómo ha influido en su vida la Torre. Y nunca me acostumbro a sus respuestas. Frases como “te marca para toda la vida”, “te influye personal y profesionalmente” o “no lo cambiaría por nada” me golpean con fuerza. Me impactan porque es algo que ya empiezo a comprobar después de los tres años que llevo aquí». Quizá ese rasgo diferencial de las Torres proceda de un elemento constructivo muy suyo: la escalera que recorre sus ocho plantas. Los arquitectos y profesores de la Escuela Ignacio Araujo y Javier Lahuerta plantearon un diseño sólido y sobrio que convirtió las escaleras interiores en un concurrido patio de vecinos, con consecuencias muy positivas para el ambiente de la casa: «Parte importante del éxito de las Torres —afirma Héctor Devesa (Arq 00 PhD 16), director de Torre II entre 1999 y 2003 y actualmente profesor de la Escuela de Arquitectura— es que en ellas se comparte todo con los demás y nadie puede sentirse solo». Por supuesto, en el ADN de las Torres, como en el de todo colegio mayor, está fomentar la convivencia culta de los cole-
giales y ayudarles a aprovechar a fondo una etapa clave para ellos. El estudio, la formación cultural y la sensibilidad social son ingredientes fundamentales de los años en Torre. Pero, si hubiera que elegir un punto específico, aunque no original, aportado por estos edificios a sus residentes, sería la amistad. Los más de cien peldaños, los dos ascensores, los trescientos cincuenta metros de trayecto hasta los Comedores recorridos seis veces al día, las habitaciones o los pasillos han presenciado innumerables anécdotas generadas por los cuatro mil antiguos residentes —algunos hoy conocidos en ámbitos públicos, otros más anónimos pero igualmente importantes—, entonces futuros abogados, médicos, filósofos, profesores, científicos, periodistas, escritores, artistas, etcétera. Como resume gráficamente Mario Fernández —que vivió en Torre I en 1999 y en Torre II entre 1999 y 2010—, «¡qué bien lo pasábamos y qué poco dormíamos!».
La otra, unos años después (1974). La indumentaria de los estudiantes y los vehículos aparcados muestran la estética propia del momento.
en un templo singular; podría decirse que la nave es el campus universitario; el retablo, la biblioteca de la universidad; allá la maquinaria levanta nuevos edificios; y, arriba, el cielo de Navarra». Esos «nuevos edificios» se inauguraron en 1968 y, desde entonces, las Torres no han crecido —no es posible— pero sí han madurado, continuamente presentes en la vida de la Universidad y siempre a la intemperie, algo desafiantes, como puso de manifiesto su resistencia tras la explosión de dos bombas cercanas, en 2002 y 2008. Ahora llega el momento de la celebración de sus primeros cincuenta años y de seguir mirando hacia delante. De hecho, Belagua ha decidido acometer la reforma de las Torres y la construcción de un edificio de uso común a las dos situado entre ellas. Pero, con independencia de las cuestiones materiales, esta efeméride permitirá al colegio mayor pensar en el futuro. Como dice Manuel Tarrío [Der 12], actual director de Torre II, «este nuevo proyecto nos invita a reflexionar sobre nuestra misión como institución universitaria, volviendo la vista a nuestros orígenes, y sobre los retos educativos que nos plantean las próximas generaciones de jóvenes universitarios». El sábado 14 de abril se conmemorará este aniversario. La celebración comenzará a las doce del mediodía con una misa en el Edificio Amigos y concluirá con un cóctel en el Museo de la Universidad. Varios antiguos residentes han formado un comité organizador que está comprobando la fuerza de los lazos entre los colegiales, muchos de los cuales, con sus familias, podrán reunirse en Pamplona. ¡Felicidades y larga vida a las Torres! Nt
el futuro de las torres. En octubre de 1967, san Josemaría Escrivá aludió a las Torres todavía en construcción cuando, en su homilía «Amar al mundo apasionadamente», pronunciada frente a la Biblioteca, afirmó: «Nos encontramos
Puede escanear con su móvil este código QR para acceder a la web del evento «50 Torres». invierno 2018 Nuestro Tiempo —67
Campus Aprendizaje con impacto
Los Bañales: aprender Historia tocando la Historia ¿Cómo éramos hace dos mil años? ¿Cómo se organizaban las ciudades romanas? Cuando las fuentes escritas no dan más información, la Arqueología puede proporcionar respuestas. El yacimiento de Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza), dirigido por el profesor Javier Andreu, ofrece a los universitarios una experiencia de aprendizaje-servicio en la que la teoría y la práctica, enlazadas de manera natural, se imbrican también con los valores cívicos por contribuir al desarrollo de un territorio. texto Lucía Martínez Alcalde
[Fia 12 Com 14] fotografía Javier Andreu y Rafael Casalé
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el yacimiento de los bañales apareció en la vida de Javier Andreu cuando tenía doce años. En una visita con sus padres al Mausoleo de los Atilios, situado dentro de la misma área arqueológica, descubrió que quería ser historiador. Conocía otros yacimientos pero aquella vez fue algo «tumbativo». Se quedó impactado por las inscripciones en latín del monumento. ¿Qué significaban? «La epigrafía fue el punto de partida de mi vocación», afirma Andreu, y le ha acompañado durante toda su trayectoria profesional. «Por eso, cuando en 2008 la Fundación Uncastillo me propuso reiniciar el proyecto de Los Bañales, me pareció providencial», reconoce. Los Bañales es una ciudad romana localizada en el término municipal de Uncastillo, en la comarca aragonesa de las Cinco Villas. Su nombre original se desconoce y la denominación actual se debe a las termas encontradas en el lugar. Los Bañales aparece en la documentación en torno al siglo ix, cuando la ciudad romana llevaba seiscientos años abandonada. Durante el siglo xx, se excavaron las termas y algunas zonas del foro y se realizaron estudios sobre el acueducto y el sistema hidráulico. Tras un parón de treinta años, la dirección del yacimiento recayó en Javier Andreu, que enseguida incorporó a universitarios al proyecto. Del grupo que formó Antonio Beltrán, al frente de la excavación entre 1972 y 1979, surgieron catedráticos, directores de museos… Andreu tenía claro que quería algo así: «Mi intención es que Los Bañales sea
el gancho para que la gente se enamore de la Antigüedad, aunque luego no se dedique a ella, y también que se comprometa con su excelencia académica». Casi seiscientos estudiantes de todo el mundo han trabajado ya en la excavación desde 2008. Pertrechados de azadas, palas, piquetas y paletines, verano tras verano —este año será el décimo— los alumnos, doctorandos y colaboradores saben que su imagen tiene poco que ver con Indiana Jones y que su papel es mucho más que excavar. «Somos arqueólogos historiadores — aclara Andreu—. Lo que buscamos es que cualquier objeto hallado nos transmita un discurso histórico». Se trata, además, de una iniciativa social y pedagógica: «Queremos que Los Bañales se perciba como un ejemplo de buen hacer en Arqueología y que eso redunde en el desarrollo económico de la zona». El equipo también organiza conferencias, charlas, talleres con los alumnos de institutos locales, se encarga de la gestión cultural del yacimiento… Esa animación en torno a las ruinas romanas se refleja en las cuatro mil personas que lo visitaron en 2017. Javier Andreu resalta la importancia de que «un yacimiento se haya convertido en un revulsivo para el estudio de la Historia Antigua». A veces la investigación se paraliza por la ausencia de fuentes escritas, pero la Arqueología puede impulsarla aportando nuevas informaciones. «En esta década, en Los Bañales se han abierto muchos interrogantes históricos en relación con el modelo hispano-romano de ciudad», asegura.
pie de foto Javier Larequi (primero por la izquierda), Iranzu García (segunda por la izquierda), Javier Andreu (centro) y otros estudiantes sobre las inscripciones del foro halladas en 2012. Javier Andreu entre libros y palas. Nerea López, Iranzu García y Javier Larequi son tres alumnos que se han contagiado de la pasión de Javier Andreu. Iranzu García (2.º de Historia y Periodismo) conoció el proyecto en primero de carrera. Lo que estudiaron sobre Los Bañales en la clase de Arqueología de Javier Andreu le llamó mucho la atención: «Me atrajo saber que lo que aprendíamos en la teoría podía verlo en primera persona y tener la experiencia directa». Iranzu quiere dedicarse al periodismo y nunca había pensado en ir a una excavación pero, tras escuchar a su profesor, se apuntó ese verano. «La Historia me gusta mucho porque es enriquecedora. Te da una visión amplia de la cultura. Y creo que en el periodismo a veces falta el conocimiento de ese trasfondo histórico», sostiene Iranzu, que agradece colaborar con algo así: «Desde primero puedes involucrarte. Tienes la puerta abierta de par en par y solo tienes que cruzarla. Además, el tocar la Historia, y saber que hace dos mil años que nadie ha tenido en sus manos ese objeto es una oportunidad increíble».
El director de Los Bañales reconoce que no era consciente de que lo que hacían era aprendizaje-servicio hasta que, en una exposición sobre el proyecto en la Biblioteca de la Universidad, una profesora se lo comentó. «Sí sabíamos que Los Bañales era un campo de aprendizaje extraordinario; que suponía una escuela de valores humanos y académicos, también para los profesores, y que nos lo pasábamos muy bien, algo que hace que la gente quiera volver a la excavación. Quienes participan se sienten como en casa, aprenden mucho, conviven con personas distintas y su labor tiene un impacto social. Si eso es aprendizaje-servicio, eso es lo que hacemos», explica Andreu. Ese ambiente familiar y de trabajo se crea con la contribución de todos los miembros del equipo, con Javier y su esposa, Paula Faus, a la cabeza, que forma parte del grupo desde el comienzo. Javier Larequi es compañero de carrera de Iranzu y, según confiesa él mismo, si hace un par de años le hubieran dicho que en lugar de celebrar los Sanfermines la segunda semana de julio se levantaría a las
cinco de la mañana para ir a una excavación, no se lo habría creído. Se implicó en Los Bañales a través del Club de Arqueología, que coordina Andreu. «Esto me ayuda también en mi futuro profesional. Aún no sé en qué parte de la Historia me especializaré pero me parece bueno conocerlo todo», afirma Javier Larequi, que siempre ha querido ser profesor universitario. Este alumno de segundo es un entusiasta de la vida del campus: «Hay gente que pasa por la universidad y gente que vive la universidad». Además del Club de Arqueología, Javier participa en la excavación del yacimiento del Monasterio de Bargota, en Mañeru (Navarra), y es coordinador del comité de alumnos del congreso de estudiantes FORUN. Su experiencia en Los Bañales le ha enseñado, en primer lugar, que «la Historia no solo se estudia a través de libros, sino también en la cultura material». Asimismo, señala otros aprendizajes que conlleva: «La gente que he conocido es como una familia para mí. Por otra parte, la implicación con las Cinco Villas es una labor social que me parece clave y me llena». invierno 2018 Nuestro Tiempo —69
Campus Aprendizaje con impacto
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3 1. El foro de Los Bañales a vista de dron. Rafael Casalé 2. Nerea López trabaja con una estudiante de la Universidad Nacional de Taiwán. Javier Andreu 3. Una doctoranda de la Universidad de Navarra en la Jornada de Puertas Abiertas de la excavación. Javier Andreu
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Además de la pasión de un profesor, ¿qué hace que los jóvenes sintonicen con la Arqueología? «Creo que es ese punto romántico que tiene: al pensar en Arqueología la vinculamos a los grandes hallazgos —explica Andreu—. Y es cierto que la ilusión por los descubrimientos no hay que perderla nunca, pero lo que de verdad te engancha es que te mantiene en una tensión intelectual constante: lo que excavas durante una mañana parece que puede ser tal objeto o un edificio, y según pasan las horas, se confirman tus hipótesis... o resulta algo distinto. Eso exige mucha paciencia y te obliga a estar constantemente planteándote preguntas». Los interrogantes sobre el pasado bullen en la cabeza de Nerea López (3.º de Historia) desde que era pequeña. Cuando iba a la biblioteca y cogía un libro, se imaginaba quién lo habría tenido antes en las manos. Cuando se sentaba en un banco en el parque, pensaba en quién habría estado ahí. Desde los once años supo que quería ser arqueóloga. Pero lo veía como algo imposible. Conocer a Javier Andreu el curso antes de empezar la Universidad le llevó a matricularse en Historia: «Me dijo que un arqueólogo tiene que saber interpretar y conocer el contexto». Nerea agradece que el profesor la motivara en esta elección y que la haya apoyado en los pasos para avanzar hacia su meta. Ha participado en Los Bañales los dos últimos veranos y en 2017 estuvo también en Ampurias (Gerona), una excavación que acumula ochenta ediciones. Consiguió ir a Ampurias por sus buenas calificaciones y, gracias a las personas que conoció allí, se plantea ir a Baelo Claudia (Cádiz) y a Torreparedones (Córdoba). «En cada yacimiento aprendes cosas nuevas», explica Nerea, que subraya la importancia de su primera excavación: «Los Bañales me ha hecho avanzar en mi sueño». En el futuro se ve dedicada a la Arqueología Precolombina. Para ello sigue sacando el máximo partido a sus estudios y a las otras actividades que ocupan su tiempo: está en el Club de Arqueología, es alumna colaboradora de la Facultad, trabaja los fines de semana para pagarse la carrera, es árbitro de baloncesto, monitora de monte y, hasta
el año pasado, hacía voluntariado en una asociación de ayuda a personas con esclerosis múltiple. «Vida solo tienes una y hay que aprovecharla al máximo», afirma. El curso pasado, Javier Andreu la nombró responsable de una zona de la excavación y coordinadora de un grupo de estudiantes de un instituto. En el yacimiento, Nerea es la primera que se levanta —entre las cuatro y las cinco— y luego despierta a sus compañeros. A las seis y media están excavando, hasta la hora de comer, con un descanso para el almuerzo. Por las tardes, ya en el laboratorio, limpian los elementos encontrados, los clasifican y los registran. Después, suelen tener tiempo para conocer el territorio, hablar con los habitantes de los pueblos vecinos y descansar. Nerea asume que llegan momentos de agotamiento, pero el amor por lo que hace es mucho mayor: «Incluso si no encuentras nada durante toda una mañana, todo es información. Eso te puede llevar a preguntarte: “¿Qué habrá pasado aquí?”». aprender para servir y servir para aprender. Según Andreu, «la presencia de estudiantes en una excavación debería ser obligatoria», y explica la razón: «Estamos trabajando con dinero, en su mayor parte público, y, si nos quedamos los resultados de la investigación solo para los que vivimos de ello, esa socialización se interrumpe. Creo que la Arqueología tiene que terminar en pedagogía». El profesor resalta que, así como los investigadores pueden transmitir a los alumnos su pasión, los jóvenes contagian la ilusión, «una ilusión que hace que las dificultades típicas de un proyecto cultural se valoren en su justa medida». Ese empuje les condujo, en 2012, cuando solo quedaban dos días de excavación, al hallazgo del recinto dedicado a la Victoria Augusta. «Los alumnos se empeñaron en que había que descubrir qué había ahí debajo. Acabamos excavando de noche. Encontrar esas inscripciones tan bien conservadas fue espectacular. Nos posicionó delante de la monumentalidad que siempre pensábamos que Los Bañales tenía», cuenta el profesor. En 2015, hallaron un pedestal con una inscripción en homenaje
Estudiantes excavando junto a la escalera monumental de acceso al foro. J. Andreu al emperador romano Tiberio, labrada en los años 31 y 32 después de Cristo. Es el testimonio más antiguo que se conserva en la península ibérica de homenaje de un oficial de caballería a un emperador y fue calificado como uno de los grandes hallazgos epigráficos de la última década en el XV Congreso Internacional de Epigrafía Griega y Latina en Viena en 2017. Andreu ve este proyecto como una extensión de su labor docente e investigadora: «Es un campo en el que la metodología de aprendizaje-servicio surge de manera natural, y la relación profesor-alumno resulta muy cercana». Explica que en el yacimiento tienen un jerarquía más horizontal, y eso facilita que todos se brinden
a ayudar y a asumir retos. Darles responsabilidad les lleva a implicarse más. «Al llegar les decimos que Los Bañales tiene que ser para ellos un espacio para convivir, para escuchar y para crecer», cuenta el profesor. Los estudiantes lo perciben. «Lo que aprendes en Los Bañales no se te va a olvidar nunca, porque lo has aprendido tú, lo has excavado tú. Eso se te queda grabado», afirma Iranzu. Y son conscientes del impacto social que alcanza su contribución. «Sabemos que se trata también de dinamizar el territorio», explica Javier. Los lugareños se comprometen asimismo con el proyecto, como señala Iranzu: «Lo que hacemos es transmitir este legado
a la sociedad y los habitantes de la comarca lo sienten así, y se comprometen, lo cuidan, ¡y nos cuidan!». «Creo que los estudiantes se sienten parte de un proyecto de recuperación identitaria. Y el respaldo de la gente se nota de maneras muy diferentes: el interés de los vecinos, campañas de crowdfunding, las personas del pueblo que nos acercan el almuerzo al yacimiento...», afirma Andreu. Los Bañales es más que excavar. Es aprender conocimientos «tocando la Historia», es descubrir las preguntas que plantean los diferentes hallazgos —e incluso la falta de ellos—, es implicarse en un proyecto y asumir responsabilidades, es contribuir al desarrollo de un territorio y es transmitir un legado social. Como apunta Nerea: «Hay que difundir nuestra labor. La gente se involucra cuando se da cuenta de que se trata de su pasado». En el ámbito de la divulgación, el equipo de Los Bañales es puntero: además de su página web (www.losbanales.es), en su Museo Virtual pueden verse detalladamente los variados hallazgos, y en febrero lanzaron una app; su página de Facebook suma casi nueve mil likes y su canal de YouTube, más de 137 000 visualizaciones. Nerea, Iranzu y Javier piensan volver a Los Bañales este verano. Y todos los veranos que puedan. De momento solo está excavado entre un 2 y un 3 por ciento del yacimiento. Han trabajado en la plaza mayor, en el foro, en un edificio público y en una domus aristocrática del siglo i —momento de esplendor de la ciudad—, en la que han aparecido pinturas y en la que esperan localizar mosaicos. Pero investigadores, alumnos y vecinos coinciden en qué es lo que más les gustaría averiguar: el nombre de la ciudad. «Es curioso que, entre las quince inscripciones que encontramos en el foro, ninguna lo revele. No sabemos si es azar o si es que en algún momento a la población le interesó proscribir el nombre», explica Andreu. En julio, el equipo volverá a la comarca de las Cinco Villas con la ilusión de, este año sí, al limpiar una cerámica o al dar la vuelta a una piedra, revelar el secreto que Los Bañales lleva guardando casi dos mil años. Nt
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tiempo de ciencia Ignacio López-Goñi
El conocimiento cautivo
escaso apoyo gubernamental; pensamos que se valora poco la investigación; que faltan políticas que promuevan la I+D+i; que no hay dinero para investigar; hablamos una y otra vez de la fuga de cerebros y de una generación perdida; e insistimos en que #sinCiencianohayfuturo. Hay quien considera que la ciencia es un gasto, en lugar de una inversión; y, por no tener, ni siquiera contamos con un Ministerio de Ciencia. Todo esto es verdad. ¿Han visto recientemente algún debate político que hable de ciencia? Los políticos se preocupan de lo que le interesa a la gente, y a la gente la ciencia no es lo que más le interesa. Por desgracia, olvidamos que una sociedad más formada —también en ciencia— es más culta, crítica, libre y democrática. ¿Cómo actuar entonces? ¡Deja de quejarte y… divulga! Si queremos que nuestra ciencia influya en la sociedad, si queremos el apoyo de los ciudadanos, hay que contar lo que hacemos, porque la ciencia que no se cuenta no cuenta. En nuestros laboratorios, bibliotecas, departamentos y aulas «Si queremos que nuestra ciencia influya en la hay mucha ciencia, pero es un conocimiento cautivo, solo accesociedad, si queremos el apoyo de los ciudadanos, sible a unos pocos. El futuro está en una nueva visión de la ciencia y de la universidad: open innovation, open science, open world. hay que divulgar lo que hacemos: porque la ciencia Una de las funciones de la universidad consiste en la difusión que no se cuenta no cuenta» del conocimiento y la cultura a través de la extensión universitaria. Por eso, la divulgación de la ciencia es parte del trabajo de A última encuesta de percepción social de un profesor e investigador, aunque no todos deban dedicarse a la ciencia, que realiza cada dos años la Fundación estas tareas. La universidad tiene que divulgar la ciencia porque Española para la Ciencia y la Tecnología, muestra una es un derecho, por responsabilidad social y por calidad democrática. tendencia ligeramente ascendente desde 2007: a la Con divulgación científica no me refiero a comunicación insgente le atrae cada vez más la ciencia. Pero no nos engañemos, titucional de la actividad investigadora de un centro. No es lo solo a un 15 por ciento le importa, a cerca del 40 por ciento mismo. No hablo de contar o informar de lo que cada departano le despierta ningún interés y más del 35 por ciento no la mento hace, sino de divulgar la ciencia y demostrar que tamentiende. El estudio también incluye algunas preguntas sobre bién es cultura. Se trata de aplicar una nueva fórmula: I+D+i+d= los conocimientos científicos. Entre las respuestas, el 72 por investigación + desarrollo + innovación + divulgación. ciento piensa que el Sol gira alrededor de la Tierra, y el 69 por En este contexto, en el de la nueva ciencia del siglo xxi, adciento, que los primeros humanos fueron coetáneos de los quiere todo el sentido que los pilares de nuevos proyectos, codinosaurios. No obstante, la ciencia es una de las profesiones mo el Museo de Ciencias Universidad de Navarra, se asienten mejor valoradas. Por otro lado, ciencia y tecnología influyen de forma crecien- sobre investigación, educación y comunicación, para mostrar la ciencia al servicio de la naturaleza y del homte en nuestras vidas. Sin embargo, la sociedad bre, y servir como punto de encuentro de las en general mira a estos ámbitos con poco La pregunta del autor actividades de comunicación y difusión de la interés. Ejemplo de ello es nuestro escándalo cultura científica. Para, al final del proceso, cuando un alumno de bachillerato no sabe ci¿Qué le falta a la contribuir a una sociedad más culta, más crítar un pintor español del siglo xx y la normalicomunicación científica tica y más libre. dad con la que observamos que no conozca el para despertar el interés nombre de ningún científico. de la gente? En realidad, no damos importancia a ignoIgnacio López-Goñi [Bio 85 PhD 89] es director del Museo de Ciencias Universidad de Navarra y catedrático rar qué es el ADN o cómo funciona un gen, a de Microbiología. En 2017 recibió el Premio Asebio de pesar de que todas las semanas se publique Comunicación y Divulgación de la Biotecnología. alguna noticia sobre avances que van a cam@NTunav @microBIOblog. biar nuestro mundo. No se trata de que todos Opine sobre este asunto en seamos científicos, sino de interiorizar su Twitter. Los mejores tuits se relevancia. publicarán en el siguiente número. Por parte de las universidades y los centros de investigación tampoco se están haciendo las cosas bien. En general, nos quejamos del
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La celebración del cincuentenario comenzó el 4 de octubre con el Simposio Internacional de Teología.
50 años de diálogo entre fe y razón La Facultad de Teología celebró en octubre su medio siglo de historia y prolonga durante este curso la conmemoración. Más de trescientas personas participaron en el aniversario de un centro que cuenta con más de 4 700 graduados y en el que actualmente estudian 237 personas de 34 nacionalidades. Esta efeméride —como asegura su decano, Juan Chapa— «es una llamada a la responsabilidad para continuar sacando adelante este proyecto con las mismas ganas y empeño que los primeros, sabiendo asumir los retos del mundo en que vivimos, para iluminarlos y darles respuesta desde la fe». texto Chus Cantalapiedra [Com 02] fotografía Manuel Castells [Com 87], José Juan Rico Barceló y cedidas 74—Nuestro Tiempo invierno 2018
la celebración
Quince obispos de seis países, en la catedral de Pamplona El cardenal Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Valladolid, presidió el viernes 6 de octubre la concelebración eucarística en la catedral de Pamplona con más de ciento cincuenta sacerdotes, entre ellos quince obispos de seis países: Colombia, Ecuador, Portugal, Kazajistán, Uruguay y España. Doce de los obispos son antiguos alumnos de la Facultad de Teología, que se desplazaron para la ocasión hasta la capital navarra.
la facultad de teología se vistió de fiesta durante tres días en octubre. La historia, el rigor en la investigación, el acento en la buena docencia, la internacionalidad del alumnado, la cercanía de los maestros y el espíritu de colaboración se podían palpar, más si cabe, en cada rincón del edificio de las Facultades Eclesiásticas. La jornada del viernes 6 de octubre marcó el centro de las celebraciones del 50 aniversario, que se iniciaron dos días antes con el XXXV Simposio Internacional de Teología «Teología y Universidad», en el que participó un centenar de expertos. En la apertura del Simposio, el rector, Alfonso Sánchez-Tabernero, recordó que, para la Universidad, contar con una Facultad de Teología «es un tesoro» y para la Facultad de Teología, una «suerte» disponer de un «entorno universitario multidisciplinar, ya que el diálogo científico con otros colegas siempre genera hallazgos académicos fecundos». Además, destacó que «la Teología no impone, propone, es convincente. La potencia de su ciencia y el interés de las cuestiones de
«Hacemos memoria no para cultivar añoranzas, sino para sembrar esperanza», señaló monseñor Blázquez durante la homilía. En sus palabras animó a los asistentes a dar gracias a Dios porque lo que se sembró en los comienzos de la Facultad como algo frágil y pequeño ha crecido a lo largo del tiempo. «Nos sentimos también dichosos de haber podido ofrecer frutos en forma de docencia, de escritos y de presencia en la Iglesia y en la sociedad», afirmó. En este sentido, explicó que la Teología es necesaria para colaborar en la misión evangelizadora confiada por Jesucristo a la Iglesia. En la concelebración eucarística participó el Vicecanciller de la Universidad, Ramón Herrando, quien por la tarde clausuró un acto en el Museo protagonizado por
las que habla, al final, acaban mostrándose por sí mismos». «confirmación, gratitud y desafío». Juan Chapa, decano del centro desde 2010, manifiesta su alegría al comprobar cómo en la Universidad de Navarra, que aspira a ser «un lugar de diálogo científico entre los distintos saberes, sin excluir ninguno de ellos, se reconoce el papel de la Facultad de Teología para un diálogo abierto entre fe y razón, ya que ambas se orientan hacia la única verdad y favorecen el verdadero progreso humano». Para todo ello, la investigación ha sido una de las piezas clave. De ahí la importancia que siempre se le ha otorgado. Según el decano, «no existe un buen centro universitario ni una buena docencia sin investigación». Los fondos teológicos hablan por sí solos de esta realidad. La Facultad cuenta hasta 2016 con 220 títulos en las diferentes colecciones y acumula más de dos millones y medio de descargas de las publicaciones entre 2010 y 2016.
los antiguos alumnos. Varios de ellos narraron con su testimonio los principales hitos de la historia de la Facultad. El profesor Pedro Rodríguez, decano entre 1992 y 1998, presentó la primera etapa, delimitada entre 1967 y 1981; Antonio Aranda, monseñor Jaime Fuentes y Santiago Ausín aportaron detalles y recuerdos de esos años. José Luis Illanes, decano entre 1980 y 1992, introdujo el coloquio de la segunda época, que reflejó cómo era la Facultad entre 1982 y 1997, y en el que participaron José Manuel Zumaquero, el obispo portugués Pío Alves y César Izquierdo. La presentación de la tercera etapa (1998-2017) corrió a cargo de Isabel León; y en ella intervinieron Mario Iceta, obispo de Bilbao, Antonio Cobo y Francisco Varo.
Tal y como san Josemaría quería, la Facultad es hoy «una realidad plenamente enraizada en la Universidad, gracias a la labor desarrollada en ella a lo largo de estos cincuenta años», indica Juan Chapa. Desde 1967 han pasado por sus aulas más de 4 700 alumnos y actualmente estudian 237 alumnos de 34 nacionalidades. El decano describe la celebración, que se extiende a todo este curso, con tres palabras: confirmación, gratitud y desafío. «Confirmación porque un 50 aniversario significa el paso de la etapa fundacional a la de consolidación y madurez. Gratitud a Dios y a todos los que nos han precedido, por lo que la Facultad ha aportado a la Iglesia y al mundo». Asegura, además, que implica un desafío porque esta conmemoración es una llamada a la responsabilidad para continuar sacando adelante este proyecto con las mismas ganas y empeño que los primeros, «sabiendo asumir los retos del mundo en que vivimos, que son muy distintos a los de hace cincuenta años, para iluminarlos y darles respuesta desde la fe». Nt
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Campus Teología: 50 aniversario
No es solo la Facultad de Teología la que me ha formado, sino la Universidad: su estilo, su bello e interesante campus, el contacto con otros aspectos del saber además de la Teología... ¡e incluso la Clínica! Siempre he reconocido la acertadísima decisión de tener una facultad de Teología en un campus en el que convive con otros centros de ciencias y letras.
José Luis Mumbiela [Bach Fia 89 Teo 94 PhD Teo 97] Obispo de Almaty, Kazajistán
Recuerdos como raíces ¿Cómo recuerda su paso por las aulas de la Facultad? No son recuerdos de una época que pasó, sino que de algún modo siguen dando vida en una relación continua. Diría que son como los recuerdos que un árbol puede tener de sus raíces. ¿Qué ha significado para usted estudiar en la Universidad? Ha sido —y lo es constantemente— un don de Dios. El sentido de los dones se com-
prende mejor con el tiempo, cuando ves las consecuencias de aquello que recibiste como semilla. Lo más importante en esas semillas no es tal vez el aspecto intelectual, sino las relaciones personales de amistad que se crean. A su vez, noto una cierta llamada a la responsabilidad para mantener vivo ese don que no es solo para mí, sino que debo transmitir. ¿En qué medida le ha servido esta formación para el ejercicio de sus funciones?
¿En algún momento se imaginó que sería obispo de Almaty? Siempre he tenido la convicción —incluso ya en mi época de estudiante— de que un sacerdote diocesano ha de estar dispuesto a servir a la Iglesia donde ella le pida. Solicitaron mi colaboración en aquel país. El papa Juan Pablo II tenía gran interés por atender a los católicos de esas tierras. Le manifesté a mi obispo mi disponibilidad, y él me envió para apoyar a la incipiente iglesia de Kazajistán. ¡En esas circunstancias nadie piensa ir allí para ser obispo! Simplemente intentas contribuir en todo lo que puedas, con la ayuda de Dios. Después, es el Señor el que te va indicando dónde quiere esa colaboración. ¿Cómo fue el cambio al pasar de vivir en la misma cul-
Los comienzos
1969 El Instituto es erigido en la Facultad de Teología.
1952 Nace la Universidad de Navarra. 1967 El Instituto de Teología de la Universidad de Navarra inicia su actividad en el claustro de la catedral de Pamplona. 76—Nuestro Tiempo invierno 2018
tura donde ha crecido a una tan diferente? Después de unos años me da la sensación de que el cambio cultural no es tan grande como uno puede creer desde España. A la vez, todos debemos tener capacidad de adaptación a las costumbres de los demás. Me imagino que, sin moverse de la Universidad, los profesores también deben habituarse a las nuevas culturas que traen los estudiantes. Creo que la convivencia es en todos los ámbitos como un juego de adaptación. En Kazajistán descubrí rasgos muy hermosos; entre otros, la apertura a otras culturas, para aprender de ellas lo que nos pueden aportar. ¿Cree que el hecho de estudiar en una facultad donde la mayoría de los alumnos son internacionales imprime carácter? Sin duda. Vives la universalidad de la Iglesia no como teoría, sino como algo cotidiano que te envuelve, te forja el corazón y, en consecuencia, te orienta la mente. A nadar se aprende nadando, y a ser católico... conviviendo con quienes son distintos a ti. Y tal vez, cuanto más distintos, más entiendes y amas esa catolicidad.
1973 Mercedes Otero, primera mujer en defender la tesis doctoral en la Facultad. 1969 Primer número de Scripta Theologica.
MARÍA Mercedes Otero [Teo 71 PhD 73] Alumna de la tercera promoción de la Facultad
Teología para la vida ¿Cómo recuerda sus años en el campus de Pamplona? En octubre de 1969, cuando nos incorporamos las primeras alumnas, flotaban en el ambiente los ecos del Concilio Vaticano II. Yo acababa de terminar la carrera de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid. Los alumnos percibíamos de los jóvenes profesores —con una juventud madura, nada ingenua—, el entusiasmo, la viveza y la precisión científica en las explicaciones, en un clima sereno, de
1978 Primer Simposio de Teología.
1976 Se abre el curso en el nuevo edificio de la Facultad, en el campus universitario.
gran libertad y apertura, que estimulaba al estudio y al afán de profundizar. Nos transmitían una teología no libresca, fosilizada, sino con cable a tierra en contacto con la vida real. Eran profesores con carga pastoral y, en consecuencia, con una buena dosis de realismo. La internacionalidad de los alumnos (americanos, africanos, de la India, de Europa…) era una oportunidad de conocer distintas culturas, modos de pensar, enfoques de los problemas. Acudíamos a la
Haciendo camino 1981 Primer curso del Ciclo I de la Facultad.
1979 Comienza a publicarse Excerpta e dissertationibus in Sacra Theologia; actualmente, Cuadernos Doctorales.
Biblioteca, participábamos de las actividades culturales y deportivas y nos enriquecíamos mutuamente dialogando con estudiantes de otras facultades. La interdisciplinariedad surgía de modo natural en los pasillos, en Faustino o en los paseos por el campus. Después de las tres primeras mujeres que empezamos Teología aquel curso, prácticamente todos los años se incorporaron nuevas alumnas y, a partir de 1992, algunas formaron parte del claustro como profesoras: Elisabeth Reinhardt, Elisa Luque, Jutta Burggraf, Carmen Alejos y, más recientemente, Isabel León. ¿Qué aporta su formación en Teología a su día a día? Me ayuda a mirar los acontecimientos desde los planes de Dios —¡que tiene planes!— y otorga claridad a la conciencia para distinguir el bien y el mal. Desde el principio me movió la ilusión de prepararme para llevar la alegría del Evangelio, ayudar a descubrir el verdadero sentido de la vida y animar a convertir los quehaceres ordinarios en el lugar de encuentro con Dios, la ocasión de servir a los demás y de contribuir al progreso de la sociedad. Desde que defendí la tesis, he sido profesora de Filosofía y Teología.
1984 Sección de la Facultad de Teología en el Centro Académico Romano. 1983 Se constituyen los departamentos de la Facultad.
¿Qué ha significado para usted ser alumna de la Universidad? Es un auténtico privilegio que desearía para muchos. Cuando he vuelto para participar en simposios de Teología he disfrutado al ver el edificio de la Facultad con estupendas instalaciones, buenos medios electrónicos, espacios amplios y en pleno campus, cerca de los demás edificios de la Universidad, entre ellos la magnífica Biblioteca de Humanidades. ¿Por qué estudiar Teología hoy? Como acaba de recordar el papa Francisco se necesita una Teología que ayude a todos los cristianos a anunciar y mostrar, sobre todo, el rostro salvífico de Dios, el Dios misericordioso, en especial ante los desafíos del relativismo teórico y práctico. Vale la pena prepararse para este servicio: desde una fe iluminada y vivida, presentar a Dios en este mundo como una realidad creíble y mostrar el efecto liberador del mensaje cristiano. Dedicar unos años a cursar la licenciatura en Teología, aunque requiera un paréntesis en el currículum, es una inversión a largo plazo que proporciona un sólido fundamento al propio trabajo profesional.
1990 Don Álvaro del Portillo clausura el XI Simposio de Teología. 1988 Se inaugura el Colegio Eclesiástico Internacional Bidasoa. invierno 2018 Nuestro Tiempo —77
Campus Teología: 50 aniversario
El desafío principal consiste en ofrecer trabajos que se muevan en dos direcciones: que contribuyan a iluminar las grandes cuestiones que interesan y preocupan a la sociedad, y también a sanar las profundas heridas que padece; y por otro, que conecten con los retos que la Iglesia tiene planteados en este comienzo del siglo xxi. En realidad, ambas cuestiones están muy relacionadas. Además, es importante señalar que corresponde a la Facultad de Teología poner a disposición de las demás disciplinas que se estudian en la Universidad un cierto conocimiento sapiencial, un soporte profundo, que pueda enriquecerlas.
Gregorio Guitián [Bach Teo 99] Director de Investigación de la Facultad
El reto de la investigación ¿Qué temas se investigan actualmente en la Facultad? Numerosos y variados. Por citar alguno, nos interesa el impacto de la Biblia en la cultura; la función mediadora de Jesucristo; el fenómeno de la vocación —el Papa ha convocado para 2018 un sínodo especial sobre los jóvenes y el discernimiento vocacional—; la religión en una sociedad plural; el papel de la Iglesia en los siglos xix y xx; el fenómeno de la con-
versión cristiana; los retos de la sociedad actual en materia de sexualidad, matrimonio, familia y vida; la renovación de la ética de la virtud; cómo iluminar el mundo de la economía con las aportaciones de la Doctrina Social de la Iglesia, etcétera. Como se ve, campos diversos y amplios. ¿Qué nuevos retos afronta la investigación en la Facultad?
Hacia el tercer milenio 1994 Comienza la Colección de Manuales de Teología de la Facultad.
1992 Primer número de Anuario de Historia de la Iglesia. 78—Nuestro Tiempo invierno 2018
1997 Instituto Superior de Ciencias Religiosas.
¿Cuál es el perfil del investigador hoy? Precisamente por lo anterior, es esencial que quienes investigan estén abiertos a las aportaciones de otras disciplinas, que contribuyan al diálogo en foros internacionales y que tengan conocimiento de la realidad de los cristianos en el mundo actual. Por eso el perfil de investigador en esta Facultad no se corresponde exactamente con el que quizá pueda tener un investigador en otras disciplinas. No se debe olvidar que los investigadores que son sacerdotes deben dedicar
también tiempo a trabajos pastorales, que les permiten entrar en contacto con la realidad eclesial y social. ¿Cómo ha sido la evolución de la investigación desde sus inicios? La base de nuestra investigación es siempre el depósito de la fe. Durante años la investigación se ha centrado en aspectos centrales de la Teología Positiva, y ha prestado atención a la Tradición, a los grandes autores clásicos, etcétera. Por poner algún ejemplo, la investigación histórico-dogmática sobre el Catecismo Romano y, en particular, su edición crítica, ha influido decisivamente en el Catecismo de la Iglesia Católica vigente. Otro ejemplo bien conocido han sido los largos trabajos para la traducción y anotación de la Sagrada Biblia de la Universidad de Navarra. Aparte de esto, diría que un modo fácil y directo, aunque incompleto, para hacerse cargo de la evolución de la investigación en la Facultad sería repasar los más de ciento treinta títulos publicados por la Colección Teológica de Eunsa.
1998 Doctorado honoris causa al cardenal Josef Ratzinger. Primer decano que ha sido antiguo alumno: Francisco Varo.
1999 Obras de ampliación del edificio.
2004 Culmina la publicación de la Sagrada Biblia que san Josemaría había impulsado en 1972.
la Iglesia y representa una riqueza que beneficia mucho el trabajo teológico.
Isabel María León [Fia 87 Teo 11 PhD Teo 15] Profesora de la Facultad y antigua alumna
Apertura a la verdad y reflexión ¿Ha cambiado mucho la Facultad desde que entró como alumna hasta hoy, que es investigadora y profesora? Ha crecido y ha madurado. Ha incorporado la huella del buen hacer de los maestros que la pusieron en marcha. Además, se ha beneficiado de los avances técnicos, y eso aporta instrumentos muy útiles para la docencia y para la investigación. La Biblioteca, por su parte, ha ido adquiriendo en el área de
Teología un considerable fondo bibliográfico que supone un material de extraordinaria relevancia para el estudio y la formación de investigadores. Otro rasgo destacable es su progresiva internacionalización: el curso pasado tuve alumnos de veinticuatro países distintos, procedentes de cuatro continentes. Este factor constituye un reto y una experiencia única; permite palpar el tesoro de la catolicidad de
2010 Jutta Burggraf, presidenta del Simposio de Teología.
¿Qué características tienen en común los antiguos alumnos de Teología de esta Universidad? Me gustaría que se caracterizaran por el rigor en su trabajo teológico, el deseo de servir a la Iglesia y la apertura de mente y corazón. El hecho de que la Facultad pertenezca a una Universidad multidisciplinar fomenta el espíritu de apertura a la verdad, reflexión y libre discusión. Por otra parte, el misterio de Dios es una fuente constantemente renovada de verdad, belleza y bondad, que impide el conformismo y que invita a la audacia intelectual. ¿Por qué eligió la Universidad de Navarra? Deseaba estudiar a la vez Filosofía y Teología: el hecho de poder compatibilizar ambas en la misma universidad fue decisivo. ¿Qué aporta la Facultad al resto de centros del campus? Una facultad de Teología —y de otro modo, la de Filosofía— es clave para adquirir una perspectiva sapiencial. Un científico puede ser experto en las materias de su especialidad,
pero antes que nada es una persona: necesita saber quién es y para qué vive, se plantea las grandes cuestiones del bien y el mal, la libertad, la justicia, el sentido de su trabajo... La respuesta a los interrogantes más importantes no la dan las ciencias particulares, se requiere dar un paso hacia las ciencias sapienciales. La Teología tiene, además, la ventaja de contar con la luz de la fe, con la que se puede conocer la realidad mejor y más a fondo. ¿Qué nuevos retos afronta la Facultad de Teología? Lo que voy a decir no es exactamente nuevo, pero posee una vigencia urgente y apasionante. Como han reiterado los últimos Papas, el gran reto que tiene hoy la Iglesia es caminar por los senderos que abrió el Concilio Vaticano II. La nueva evangelización requiere un diálogo inteligente y profundo con las culturas actuales, y el hecho de que la Facultad de Teología forme parte de la comunidad universitaria facilita cauces para establecer esa comunicación. La Teología puede enriquecer ese diálogo con el tesoro de Cristo: solo a la luz de Cristo es posible comprender el misterio de la persona humana, y del conjunto de la naturaleza y de la historia.
2017 Versión digital gratuita de los Evangelios con motivo del 50 aniversario de la Facultad de Teología, con prólogo de monseñor Fernando Ocáriz. 2016 Publicación de la edición digital de la Sagrada Biblia. invierno 2018 Nuestro Tiempo —79
Alumni Carta desde... Washington D. C.
Filosofía «en tiempos interesantes» Marcela Duque aterrizó en la capital de Estados Unidos en plena campaña presidencial. Pero el doctorado en Filosofía que la llevó hasta Washington D. C. se aleja de los avatares circunstanciales para mirar más alto y más profundo. texto y fotografía
Marcela Duque [Fia 12]
—National Gallery of Art. El museo se fundó en 1937 gracias al apoyo inicial del banquero y coleccionista A. W. Mellon.
—March for Life 2017. Más de 700 000 personas participaron en la 43.ª Marcha por la Vida. 80—Nuestro Tiempo invierno 2018
washington d. c. «que vivas en tiempos interesantes». Con esta maldición china comenzaba un artículo que leí el año pasado en un seminario sobre La ciudad de Dios de san Agustín. Irónicamente, «¡Qué tiempos más interesantes para estar en Washington D. C.!» era el estribillo casi congratulatorio que me repetían mis amigos durante mis primeros meses en esta ciudad, cuando la campaña presidencial estaba en su furor. Más aún, después del 8 de noviembre de 2016, al ver el hundimiento de los titanics de la comunicación que le daban a Hillary Clinton la victoria, hay quienes se atrevieron a decir—pienso en un columnista del New York Times—que D. C. era entonces «el punto más crucial de la tierra, (...) donde hay que estar para ver historia». Como contrapunto a estas fastuosas afirmaciones he abrazado la maldición china como una bendición, como un recordatorio de que la verdadera razón por la que estoy en Washington dista mucho del fragor de Pennsylvania Avenue y se encuentra más bien en la entraña de una universidad, adonde he venido para escuchar nuevamente la «filosofía susurrada» de la que nos hablaba el profesor Alejandro Llano hace un par de años. Al menos desde el siglo xx la división entre analíticos y continentales ha marcado el modo de hacer filosofía. Al terminar la carrera tenía claro que mi lugar estaba entre estos últimos, de modo que pensaba en Alemania como lugar propicio para continuar mis estudios, en oposición a países anglosajones, donde las facultades de Filosofía estarían imbuidas de una tradición analítica y empirista que poco me interesaba. Sin embargo, un verano en Milwaukee, donde asistí a un curso intensivo de Latín, cambió mi visión de Estados Unidos como epítome de la filosofía analítica actual y descubrí un país que, más allá de los flashes de Hollywood, Nueva York y Disney, terminó por conquistarme. Tras una mirada más honda a los programas y profesores de varias universidades, encontré aún viva la tradición que estaba buscando. Al volver a Medellín, mi ciudad natal, decidí solicitar plaza en tres universidades
norteamericanas. Era consciente de que quizá fuera un brindis al sol. No solamente tenían que admitirme, sino que además necesitaba una beca completa. Desde mi graduación en la Universidad había estado lejos de la filosofía académica, así que no tenía grandes investigaciones o artículos para lucir. Tampoco podía pagar clases para preparar los exámenes ni asesores que me guiaran durante el proceso de admisión, así que mis esperanzas se ceñían a que un guiño de lo Alto pusiera el incremento. Fue el profesor Jaime Nubiola quien me puso en la mira a Catholic University, adonde finalmente —y providencialmente, es decir, felizmente— he venido a parar. «a city of magnificent intentions», en palabras de charles dickens. Washington D. C. es, literalmente, una ciudad monumental. Pensada y construida para servir como capital de la nación, Pierre L’Enfant y el resto de arquitectos que diseñaron los principales edificios gubernamentales quisieron que cada detalle llevara la huella de los grandes ideales democráticos de los padres fundadores, y tradujeron la grandeza de la arquitectura europea a la naciente tierra americana, hasta convertir esta ciudad en todo un icono. Sin embargo, antes que el Capitolio, la Corte Suprema, la Casa Blanca, el Lincoln Memorial o cualquier otro de los monumentos cercanos al National Mall, mi primer y principal objetivo al llegar a Washington era visitar la Biblioteca del Congreso, la más grande del mundo. Después del primer tour de rigor y ya con el carnet en el bolsillo, durante varios días mi único plan era entregarme a los libros en su majestuosa sala de lectura. Colombia, lamentablemente, no destaca por sus bibliotecas, y mis búsquedas, muchas veces centradas en editoriales españolas, no eran fáciles de encontrar en las librerías de mi tierra. Así que después de un par de años de sequía, la sensación de tener a un clic casi cualquier título que pudiera imaginar —mucha de la poesía española contemporánea que he ido siguiendo a la sombra de Enrique García-Máiquez, a quien leí por primera vez en la magnífica
biblioteca de nuestra Universidad— fue uno de los mayores placeres que me ha dado Washington . A poca distancia de la Biblioteca del Congreso, a lo largo del National Mall, se sitúan otras tantas tentaciones igualmente fáusticas (¡y gratuitas!) a las que he tenido poco tiempo de sucumbir: alrededor de diez museos del Instituto Smithsonian y la National Gallery of Art, que posee una colección difícil de superar. Además de ser el centro cultural y turístico de la ciudad, el National Mall ha servido durante décadas, de manera especial desde los años sesenta, como un lugar de encuentro para protestas y manifestaciones de todo tipo. Cada enero, por ejemplo, hay una multitudinaria marcha por la vida, que comienza con un mitin al lado del Washington Memorial y termina frente a la Corte Suprema para pedir la protección de los no nacidos. El año pasado estuve allí, en medio de una multitud notoriamente joven, y escuché la histórica intervención del vicepresidente de la nación, que logró que un acto que no suele recibir ninguna cobertura mediática ocupara la primera página de la edición de Washington del New York Times al día siguiente.
Esta cercanía a los órganos de gobierno hace que en Washington la política bulla en cada esquina y esté presente hasta en los coches. Mientras que todos los estados tienen una frase feliz en su matrícula estándar —«The Spirit of America», «Evergreen State», «Wild, Wonderful»—, en las del Distrito de Columbia se lee la amarga «Taxation Without Representation» como protesta a la falta de representación en el Congreso, por su estatuto de distrito. lo que importa. Mis días, sin embargo, como decía, transcurren lejos de las discusiones políticas actuales y los augurios apocalíticos de los medios. Tengo la suerte de estar en una universidad con una viva conciencia de ser una comunidad de académicos que aspiran a la santidad, que a través de la oración y la investigación buscan contribuir a una sabia resolución de los asuntos de nuestro tiempo. No son mis palabras: todo esto nos lo decía el rector de la Catholic University en una carta del noviembre de las elecciones, en la que en lugar de invitarnos a las protestas y llantos comunitarios de otras universidades nos animaba a que buscáramos el tiempo para estudiar, reflexionar y debatir en servicio al
— En la Catholic University of America. La Universidad Católica de América se fundó en 1887 como un centro de investigación y de posgrado. Desde 1904 ofrece también estudios de grado. bien común, realizando nuestras investigaciones con miras a propósitos más altos, y así asumir la responsabilidad que nos corresponde. La mayor parte de mis días aquí se escurre sin mucha épica, entre los libros de una biblioteca. Poca cosa para estos tiempos tan interesantes. Sin embargo, bajo la luz de lo que nos decía el rector, más allá del hoc saeculum del que hablábamos en el seminario de La ciudad de Dios, se asoma el tesoro que la maldición china protege: lo que de verdad importa, lo que no pasa de moda es aquello que ni muere ni se acaba, aquello que permanece esencialmente inmune a las euforias y olvidos de cada época. Todo eso que la filosofía desde antiguo se ha preguntado, y que hoy —incluso allí donde, por un imposible, nada interesante sucediera— quienes queremos dedicarnos a este oficio aún nos seguimos preguntando. Nt
invierno 2018 Nuestro Tiempo —81
cátedra abierta Leire Labaka frente. Sin embargo, algunas veces los acontecimientos no son previsibles o evolucionan de forma inesperada. En el terremoto de Japón de 2011 y el subsiguiente accidente nuclear de Fukushima, nadie anticipó la magnitud que podría alcanzar el tsunami y fallaron todos los procedimientos de seguridad. En esa tesitura, disponer de sistemas resilientes permite adaptarse a la situación y responder con eficiencia. En 2000 un rayo provocó un incendio en una de las fábricas de Philips, proveedor de Nokia y Ericsson. En un primer momento se estimó que en el plazo de una semana se volvería a la normalidad. Nokia se percató con rapidez de las dificultades que esto implicaba y, además de presionar a Philips para que trasladara su capacidad a plantas como Alemania o China, negoció con otros proveedores. De este modo, Nokia no solo alcanzó los objetivos de producción sino que aumentó su cuota de participación en el mercado de móviles gracias a los apuros de su competidor. Ericsson, sin un plan B, anunció pérdidas de casi dos millones y medio de dólares. «Es vital crear redes de ciudades y pueblos Por eso es vital crear redes de ciudades y pueblos resilientes —con ciudadanos, gobiernos, infraestructuras y empresas resilientes capaces de afrontar las crisis y resilientes—, capaces de afrontar las crisis y adaptarse a ellas de adaptarse a ellas de manera eficaz. Es una manera eficaz. Es una cualidad que se puede trabajar. Diversos cualidad que se puede trabajar» estudios científicos, proyectos de investigación y tesis doctorales estudian el concepto de resiliencia y el modo de poderla a resiliencia es un concepto que está de moda fomentar y mejorar. y que se utiliza en ámbitos tan diversos como el Según el proyecto Smart Mature Resilience [apoyado por la medioambiente, la psicología, la empresa, la ingenieComisión Europea y desarrollado por un consorcio del que forría o la gestión de crisis. Pero ¿qué significa? Algunos ma parte Tecnun], la resiliencia se caracteriza principalmente la definen como la capacidad de un sistema para absorber una por cuatro dimensiones: liderazgo y gobernanza, preparación, perturbación y retornar a un estado inicial. Otros apuntan a infraestructura y recursos, y cooperación. El liderazgo y la gola capacidad de un sistema para adaptarse a los cambios que bernanza se refieren al nivel de compromiso y capacitación de ocurren diariamente y conseguir mejorar el punto de partida. las autoridades para establecer medidas y madurar planes que Mientras que la primera acepción se centra en sistemas fijos permitan aumentar la concienciación y el nivel de resiliencia de que no permiten variar su estado, la segunda se orienta a sistela ciudad. La preparación aúna las actividades de entrenamienmas vivos y dinámicos. to y aprendizaje previas a una crisis. La disponibilidad de los Dentro de esta última corriente se encuentra el concepto de recursos resulta decisiva para tener una infraestructura robusta resiliencia que se maneja en el campo de la gestión de crisis. Las y segura, así como para preparar a los ciudadanos adecuadamencrisis pueden ser consecuencia de eventos repentinos y muy te para responder al suceso. Finalmente, es fundamental que fuertes que ponen en peligro vidas humanas y el bienestar de la exista una buena cooperación entre todos los que participan en sociedad, como los desastres naturales. Pero la gestión de crisis. Además, se ve la necesidad también pueden deberse a un cúmulo de de establecer acuerdos con agentes externos La pregunta de lA autorA pequeños sucesos que, en principio, pasan de otras ciudades o naciones para garantizar inadvertidos y ante los que no se actúa. El su ayuda en caso de una catástrofe. La resiliencia empieza por cambio climático, por ejemplo, implica una En un mundo cambiante como el actual seuno mismo. ¿Se considera amenaza que va creciendo en el tiempo hasta rán aquellos que se adapten mejor a los camuna persona resiliente? generar una catástrofe. Las elevadas emibios, los más resilientes, quienes perdurarán siones de dióxido de carbono a la atmósfera, en el futuro. junto con otros factores, están provocando el aumento de la temperatura global del Leire Labaka es profesora del Departamento de @NTunav Organización Industrial de la Escuela de Ingenierosplaneta, se modifican los patrones meteoroOpine sobre este asunto en Tecnun de la Universidad de Navarra. lógicos y se incrementan los riesgos de sufrir Twitter. Los mejores tuits se episodios de sequía o inundaciones. publicarán en el siguiente número. Todos los casos mencionados pueden ser de alguna forma predecibles y, por eso, resulta más sencillo tomar medidas para hacerles
Resiliencia y gestión de crisis
L
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Libros
NÚMEROS
76,3
2,7
por ciento de españoles leen en soporte digital, frente al 58 por ciento de 2012, según un estudio.
millones de dólares ha pagado la Universidad de Texas por el archivo de Arthur Miller.
Ethan Canin, treinta años narrando La crítica elogia la capacidad del estadounidense Canin para escribir sobre personajes en apariencia corrientes y la complejidad moral y emocional de sus vidas. Pero dentro hay aún bastante más. texto Joseluís González [Filg 82], profesor y escritor @dosvecescuento
Escribir, concentrar, «All week I had a hard time sleeping» —«Toda esa semana dormí mal»— en el tercer folio de un cuento de dieciocho páginas y que el lector ya se haga cargo de por qué circunstancias y motivos ese personaje —un jubilado, profesor de Biología (y Astronomía) de instituto— no concilia el sueño, y que tras esos primeros párrafos crea firmemente que lo conoce y lo comprende, es obra y mérito de un experto narrador. Pero Ethan Canin, el autor del relato «Emperor of the Air», tenía solo veintisiete años, cuarenta y dos menos que su protagonista, el hombre mayor que refiere el proceso de cómo un vecino molesto, agobiante, se empecina en talar el centenario olmo familiar, invadido por insectos. El escritor estudiaba por entonces tercero de Medicina en Harvard. Por primera vez en su vida, ese profesor jubilado no ha podido acompañar a su esposa —no tienen hijos— a una travesía 84—Nuestro Tiempo invierno 2018
Josephine Tey
Arthur Miller
montañera porque le ha dado un ataque cardíaco. Es decir: sabe que la muerte lo ataca a él. Que extiende sus ramas opacas. Además, se le apodera la certeza de que el olmo que lleva creciendo durante casi dos siglos en la misma casa de su apellido, un símbolo suyo y de su historia, está también doblemente amenazado de muerte. Por los invencibles parásitos y por la resistencia antagonista de su vecino, que quiere impedir que la plaga penetre en su jardín y en sus tres árboles jóvenes. La narración lleva clavado dentro el conflicto, el problema. El cuentista y su narrador han dispuesto las coordenadas y ropajes del escenario, los rasgos singulares de los personajes, el rastro del pasado, han conseguido enredar y apretar el nudo de la historia… De repente un recuerdo —un incendio que a punto estuvo de aniquilar edificios y vidas— sobreviene en el relato, y el lector se deja llevar. Con los nuevos sucesos que eslabonan la narración. Y llegará a un descubrimiento cargado de significado, que —por respeto a usted y al autor— mantengo oculto ahora. Ahí averiguará, comprenderá, el profesor sexagenario de qué vale querer a quienes vienen detrás de nosotros, por qué el amor perdura más que un bosque y las constelaciones. Por qué la esperanza. Ojalá usted, cuando lea «El emperador del aire», no comparta plenamente esta interpretación y añada otra. Ethan Canin sigue siendo alto, fornido, amable, un tanto tímido a sus cincuenta y bastantes años, según destacan en las entrevistas. Ha publicado en tres décadas siete libros de ficción: cinco novelas y dos reuniones de cuentos. Su nombre figura en la lista de mejores escritores norteamericanos de los últimos tiempos. Conoció a su esposa, Barbara, en 1981, en la Universidad de Stanford. Tienen tres hijas. Y unas cuantas gallinas. Eso dicen su web
Monika Zgustova
y las revistas especializadas. Le encanta andar en bici. Nació en 1960 en Ann Arbor (Michigan) pero creció en California. Hijo de un sabio violinista y de una profesora de Arte que trabajaba en un instituto, lector desenfrenado desde niño, Canin nunca tuvo la intención de ser escritor. En su primer año en Stanford estudió Ingeniería. Sin embargo, en segundo se matriculó en una asignatura optativa, Escritura Creativa de Cuentos, que impartía Michael Koch, el profesor que edita todavía hoy la revista literaria trianual Epoch publicada por la Cornell University. Por aquellas fechas Canin leyó una colección de narrativa breve de John Cheever, y su carrera de Ingeniería dejó de funcionar: aquellas historias le conmovieron tan ardientemente las entrañas, que le cambiaron la vida. Ahora sí quería ser escritor. Koch, uno de los primeros admiradores de su ficción, presentó un cuento de su alumno a una cabecera literaria. Se lo aceptaron. «La mayor emoción de mi vida», reconoció el propio Canin. Sabe que las últimas palabras de un cuento o de una novela no buscan que el lector se eche a pensar, sino que lo estremezcan. Eso: desarmar de lógica a quien ha leído la pieza y cargar de todo lo precedente de la historia. Y aunque es novelista notable y de éxito, me permito ahora recomendar, porque sí, la lectura de su narrativa breve, tesoros en cofres pequeños. Los nueve cuentos de Emperor of the Air y las cuatro novelas cortas de The Palace Thief (1994). Sus temas calan en aspectos capitales del género humano: el matrimonio y sus descubrimientos, los vínculos entre padres e hijos, la fraternidad, el impacto de las relaciones familiares. El sitio del alma. Eso sí: léalos al menos dos veces. Una de ida y otra de vuelta.
Joseph Roth
Sûsaku Endô
apuntes
de momento, siete libros La web www.ethancanin. com reproduce las cubiertas de sus siete libros. Dos de cuentos —Emperor of the Air (1988) y The Palace Thief (1994)— y cinco novelas: Blue River (1992), For Kings and Planets (1999), la magnífica Carry Me Across the Water (2001) —traducida como Al otro lado del mar—, America America (2009) y la aún reciente A Doubter’s Almanac: A Novel (2016). profesor de escritura creativa El Dr. Canin abandonó en 1998 su profesión de médico para escribir y para enseñar a contar: en su alma mater encabeza el equipo docente del Programa en Escritura Creativa, el University of Iowa Writers’ Workshop.
Nt
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Libros
Cuando la fe pide la vida
Rescatar el alma rusa
Un job contemporáneo
Silencio
Seis grandes escritores rusos
Job
Sûsaku Endô Edhasa, 2017 256 páginas, 20 euros
Mariano Fazio Rialp, 2016 194 páginas, 15 euros
Joseph Roth Acantilado, 2017 217 páginas, 15 euros
Endô cuenta la historia de unos misioneros jesuitas en Japón que apostataron —en extrañas circunstancias— durante una de las persecuciones más sangrientas. La historia ofrece tres planos. En primer lugar, la vida de los jesuitas, su esfuerzo por atender a los fieles japoneses —casi todos agricultores y pescadores pobres, con poca cultura y con una fe que en ocasiones parece superstición—. Y las dudas que surgen en ellos ante el sufrimiento que padecen esos católicos. En segundo lugar, la vida de los fieles, el peligro constante ante una denuncia, y su adhesión firme a la fe; y también la debilidad, representada por Kichijirô, que apostata y se arrepiente repetidas veces, pero que termina por convertirse en una de las claves de la historia. Y en tercer lugar —pero por encima de todo—, un Dios que parece ausente, en silencio ante el sufrimiento humano, pero que en el momento más sobrecogedor de la novela da una respuesta irrefutable.
El historiador Mariano Fazio estudia la literatura rusa del siglo xix a través de seis cumbres: Pushkin, Gógol, Turguénev, Dostoievski, Tolstói y Chéjov. En una Rusia autocrática llena de contrastes y prejuicios, la necesidad de reformas y de despertar conciencias convivió en un escenario donde las energías artísticas se preguntaban por la verdadera identidad nacional. De esta manera nacieron las bases de una literatura que, sin dejar de ser «profundamente rusa», permaneció abierta a la universalidad y la trascendencia. A través de siete capítulos, Fazio traza el perfil de cada escritor alternando datos biográficos con referencias bibliográficas. Así, esboza la grandeza de seis autores que persiguieron un mismo fin: guiar las conciencias desorientadas de una nación ensalzando la dignidad humana, la cultura del trabajo y el sentido de la espiritualidad.
Historia de un hombre sencillo. Así subtitula Joseph Roth su novela Job, publicada en 1930 y su primer gran éxito, que confirmaría poco después con La Marcha Radetzky. Autor de la generación de Stefan Zweig —ambos judíos, ambos súbditos del imperio austrohúngaro, ambos suicidas—, Roth conoce personalmente los abismos del alma y en Job los esculpe con un lirismo implacable. El protagonista del relato es Mendel Singer, paupérrimo maestro infantil del Tanaj —la Biblia judía—, cuya vida traspone al siglo xx las pruebas que sufrió el profeta. En esta peripecia nos asomamos a los grandes temas de la obra de Roth (la pobreza, el destierro, la pérdida de la fe, el perdón…) presentados con una potencia estremecedora. Si Mendel es piadoso y bueno, ¿por qué Dios le castiga? ¿Por qué le tortura con la enfermedad y el deshonor? ¿Acaso por ser pobre? Escrita con frases cortas, propias de quien va directo a lo importante, la historia pre-
Eduardo Terrasa 86—Nuestro Tiempo invierno 2018
Rocío García de Leániz
senta dos partes: la primera se desarrolla en una insignificante aldea rusa; la segunda, en Estados Unidos, lugares en los que los Singer luchan por salir adelante. Todo el dramatismo de la novela se concentra en el pequeño Menuchim (hijo menor y tullido), al que abandonaron para emigrar a Nueva York, donde uno de sus hermanos comienza a prosperar. Sin embargo, la sombra de Menuchim les acompañará en la inicial felicidad americana y también en el posterior despojo. La última parte se torna previsible —especialmente, si se conoce la historia de Job—, pero Roth la cuenta tan bien que, a pesar de todo, se lo perdonamos. Al fin y al cabo, es un final sencillo para la historia de un hombre sencillo. Ignacio Uría
Poesía, amistad y terror en el Gulag
La verdadera justicia social
Un secuestro poco Columnas convencional de gratitud
Vestidas para un baile en la nieve
Libertad económica, capitalismo y ética cristiana
El caso de Betty Kane
Sin mordazas
Monika Zgustova. Galaxia Gutenberg, 2017. 272 páginas, 20,50 euros
Martin Rhonheimer. Unión Editorial, 2016. 424 páginas, 22,88 euros
Josephine Tey Hoja de Lata, 2017 380 páginas, 22,90 euros
Dorothy Day Rialp, 2017 172 páginas, 16 euros
El libro está compuesto por las entrevistas de Zgustova a nueve mujeres que sobrevivieron al Gulag, en las que cada una aporta una nota distintiva. Zayara Vesiólaya fue detenida en una fiesta: «Me fui de casa vestida como para un baile». Susanna Pechuro fue condenada a veinticinco años por participar en una organización clandestina de estudiantes. Ela Markman trabajó en las minas de Vorkutá. Natalia Gorbanévskaya, poeta y traductora, fue recluida en uno de los psiquiátricos donde ingresaban a los disidentes políticos. Y así el resto. Zgustova destaca la importancia que estas mujeres dieron en el Gulag a la amistad y a la cultura, de manera especial a la literatura. Como le cuenta Zayara: «Puesto que los libros estaban prohibidos, por las noches recitábamos de memoria esos poemas que habíamos compuesto algunas de nosotras; preferíamos dormir menos y humanizarnos, elevarnos con la poesía».
«La lucha por la libertad es el fundamento de la dignidad humana […] pero tanto el socialismo (en sus múltiples facetas) como el conservadurismo han puesto constantes trabas a los avances de la libertad económica». A estos ataques —podemos añadir— se han unido ideas religiosas bienintencionadas, pero ancladas en una concepción económica obsoleta. Estas ideas aparecen desarrolladas en una magnífica recopilación de ensayos del intelectual suizo Martin Rhomheimer. El hilo conductor es la defensa insobornable del libre mercado. Destaca también una crítica perspicaz de las políticas redistributivas, así como un certero análisis sobre el fracaso del estado del bienestar y sus perniciosos efectos para la sociedad civil. En un tiempo en el que la socialdemocracia se ha extendido, libros como este ayudan a comprender el mundo en que vivimos y cómo alcanzar un verdadero progreso social.
Josephine Tey —seudónimo de la escritora escocesa Elizabeth Mackintosh— presenta un caso policial algo desconcertante. Robert Blair, un tranquilo abogado de pueblo, recibe una llamada que removerá su vida: se trata de Marion Sharpe. Ella y su anciana madre han sido acusadas del secuestro de la joven Betty Kane, una quinceañera que afirma que también la maltrataron mientras estuvo retenida en su mansión. Blair, acostumbrado a atender cuestiones legales más anodinas, se embarca de lleno en la aventura de convertirse en detective para ayudar a las Sharpe ante la justicia. Con un estilo original y directo, Tey engancha al lector desde el primer capítulo en un relato que conjuga una sorprendente trama, un cuidado retrato de los personajes y una reflexión sobre la sociedad de la época y la influencia de la prensa amarilla. En definitiva, una novela que trasciende las obras de suspense al uso y que cautiva hasta la última página.
Kate Hennesy, la menor de las nietas de Dorothy Day (18971980), asegura que su abuela estaba convencida de que la tarea principal del hombre es «darlo todo de uno mismo». Las columnas reunidas en este volumen revelan hasta qué punto esa aspiración entrecomillada fue determinante en su larga e interesante biografía. Se trata de textos publicados en la revista Commonweal entre 1930 y 1967, inspirados por «un gran sentimiento de gratitud» a Dios, a la vida y a la propia publicación, según escribiría después. Con esa confesión improvisa Dorothy Day el mejor resumen de sus columnas, surgidas muchas veces de detalles o acontecimientos cotidianos: las dudas o los desvelos de su hija Teresa, su sensibilidad ante cualquier injusticia, su sincero y eficaz interés por los demás, su capacidad para descubrir a Dios en tantos momentos y circunstancias.
Adolfo Torrecilla
Ignacio Uría
Ana Plaza
Javier Marrodán
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Libros Novedades EUNSA
Enfermeras Acertar en la Coordenadas y familias en el elección del futuro de referencia encuentro cultural profesional
Diálogos de estética
El cuidado en un mundo globalizado
De la Universidad al primer empleo
Acertar en tu proyecto de vida. Un GPS para orientarse
Consideraciones filosóficas sobre la belleza y el arte
Maider Belintxon Martin 2017. 160 páginas, 12 euros
Ángel Baguer y Laura Ilzarbe 2017. 216 páginas, 16 euros
José Manuel Mañú y Rafael Lacorte 2017. 146 páginas, 12 euros
María Antonia Labrada 2017. 200 páginas, 15 euros
Recibir un cuidado de calidad es un derecho del paciente y una competencia del profesional de la salud. Los desafíos cambiantes de la sociedad necesitan una reorganización en el ámbito sanitario para adaptarse a la nueva realidad. Maider Belintxon, doctora en Ciencias de la Enfermería, analiza las interacciones entre enfermeras y familias en el contexto multicultural de España. El texto se fundamenta en una investigación cualitativa realizada en los centros de salud navarros. Tras el análisis, la autora propone alternativas para que el sistema sanitario pueda proporcionar, en atención primaria, un servicio de calidad a las familias de culturas diversas. Es una lectura extensamente documentada, sobre un tema de interés para los profesionales de la salud. Aporta estrategias que reflejan que hay margen para mejorar la calidad en la atención sanitaria.
De la Universidad al primer empleo traza con acierto la aventura profesional que los jóvenes comienzan en bachillerato y que culmina en su primer empleo. Con dinamismo y recomendaciones prácticas, el libro se convierte en una guía para descubrir dónde dormita la vocación y cómo lograr el éxito en esta experiencia. Los autores proporcionan instrumentos para ayudar a los jóvenes a acertar en la elección del futuro profesional; descubren las dimensiones de la nueva etapa que inician: cuáles son las competencias y habilidades que precisa el mercado laboral, cómo configurar un perfil internacional, cómo afrontar la elaboración del CV, las entrevistas, las dinámicas en grupo, o cómo construir una marca personal. Repasan los elementos que definirán el éxito o el fracaso, porque, como recuerdan, «la vocación se forja cuando entendemos las cosas».
«La inteligencia facilita descubrir metas por las que vale la pena luchar. De lo contrario, sin esas luces orientadas hacia lo bueno y verdadero podríamos gastar la vida en tareas que no valen la pena», es una de las principales afirmaciones que los autores sostienen en esta obra. El lector puede preguntarse: «Pero ¿cómo?». Al atender esta incógnita, el libro no ejerce como un médico especialista que da respuesta directa con un diagnóstico, sino que más bien, al modo de un psicólogo, ofrece las claves adecuadas para la reflexión. Por eso repasa algunos conceptos fundamentales de la filosofía: cuerpo y mente, inteligencia y voluntad, hábito y vicio. El texto los ilustra con anécdotas reales que recorren los pilares de toda existencia: el conocimiento de uno mismo, la amistad, la relación de pareja, el trabajo, la familia y la espiritualidad. Así, cada persona podrá descubrir su propia ruta.
La autora no pretende trazar una historia de la estética, sino que selecciona los autores cuyo pensamiento sobre la belleza y el arte —conceptos relacionados pero no sinónimos— siguen teniendo hoy vigencia y alcance: Platón, Aristóteles, Agustín de Hipona, Tomás de Aquino, Kant, Fichte, Schelling, Hegel, Schopenhauer y Nietzsche. María Antonia Labrada pone en diálogo entre sí a estos pensadores de épocas tan distintas y señala las aportaciones de unos sobre las ideas de los otros, las objeciones presentadas, los matices expuestos. El interés de las propuestas de los filósofos escogidos reside también en las cuestiones que se plantearon y que no han perdido actualidad: el papel de la imitación, el arte como ruptura o como complacencia, el genio y la creatividad, la vida como arte, el final del arte, su inutilidad, y qué es preciso valorar para considerar las obras de arte como bellas.
Irene Viseras Serrano
Blanca Rodríguez G-Guillamón
Marta Doblas
Lucía Martínez Alcalde
88—Nuestro Tiempo invierno 2018
Libros
Clásicos: otra mirada
Mientras agonizo William Faulkner (Traducción de Jesús Zulaika) Anagrama, 2006 248 páginas, 14 euros
Cuando los corazones van pudriéndose William Faulkner (18971962) es un narrador audaz, y angular, del siglo xx. Y posiblemente quien mejor enlaza con la tradición épica de nuestro pasado. Con las epopeyas clásicas y con la Biblia. Lo hizo, además, innovando los modos de escritura. Mientras agonizo apareció en octubre de 1930. Era su quinta novela. Acababa de casarse con Estelle Oldham y pretendía asegurarse una fuente estable de ingresos y cierta notoriedad literaria. En As I Lay Dying Faulkner concibió una obra de innegable osadía: renunció a concentrar la historia en la única perspectiva de un solo narrador y la fragmentó en cincuenta y nueve trozos —facetas del poliedro—, secciones que corresponden a quince formas de ver de personajes y a sus pensamientos y voces diferentes. Ese complicado procedimiento técnico le exige al lector intervenir, integrarse, en la construcción de la novela, a cambio de que pueda dar con interpretaciones múltiples, y a veces contradictorias, y fragmentarias, y avistar el interior y los destellos más nobles del género humano. Pero también el amargor de las bajezas.
Addie Bundren está a punto de morirse. Sus cinco hijos —Cash, Darl, el espigado Jewel, la joven Dewey Dell y Vardaman, un niño aún— y su marido, Anse, un agricultor pobre pero mezquino, cumplirán su última voluntad: que la entierren junto a sus antepasados en el cementerio de Jefferson, capital del condado de Yoknapatawpha, a unos sesenta kilómetros de donde acaba muriendo Addie. Esa lenta y tortuosa distancia la harán con la caja mortuoria en una carreta tirada por mulas y con permanentes contratiempos —ríos crecidos, huesos rotos, un granero incendiado— y algún episodio grotesco y hasta momentos de brutalidad. No obstante, queda patente la certeza que leyó Faulkner en su aceptación del Nobel de Literatura: «Creo firmemente que el hombre es inmortal no por ser la única criatura que tiene voz inextinguible sino porque tiene un alma, un espíritu capaz de compasión, de sacrificio y de perseverancia». El barro turbio hecho humanidad y arte. Joseluís González
invierno 2018 Nuestro Tiempo —89
Cine
números
6
millones de visitas en YouTube consiguió en tres días la película sobre los orígenes de Voldemort realizada por un grupo de fans.
11
millones de dólares ha sido la recaudación de taquilla en EE. UU. en 2017 aunque el número de espectadores ha descendido.
¿Existe un dolor patrimonial?
Kathryn Bigelow, la primera mujer que ha ganado un Óscar a la mejor dirección, trata en «Detroit» los disturbios de 1967.
Detroit, de Kathryn Bigelow, habla de racismo y de la no alcanzada imparcialidad de la justicia. Algunas voces cuestionan que la directora pueda tratar de estos hechos. texto Jorge Collar, periodista y decano de los críticos del Festival de Cannes 90—Nuestro Tiempo invierno 2018
Cuando Kathryn Bigelow decidió rodar Detroit, y recordar el 40 aniversario de los disturbios de la capital del automóvil que se saldaban con la muerte en manos de la Policía de tres afroamericanos, sabía que entraba en una zona peligrosa de fuerte impacto social. Pero ya había corrido riesgos semejantes al evocar, en sus dos películas precedentes, la guerra de Irak en En tierra hostil (The Hurt Locker, 2009) y la caza implacable de Bin Laden en La noche más oscura (Zero Dark Thirty, 2012).
No era la primera vez que se le dirigían reproches. Desde siempre, algunos rechazaban la fuerza de un cine que no se avenía a la imagen que se hacían de la obra de una mujer. Detroit es de nuevo un filme especialmente duro, con detalles de una violencia que puede incomodar. Todo, en un estilo realista, casi documental, que cuenta su historia a partir de los hechos de la noche del 23 de julio de 1967 que condujeron a cinco días de disturbios, pillajes e incen-
Coco
dios en Detroit. Por un lado, la Policía y la Guardia Nacional; por el otro, la comunidad afroamericana de ciertos barrios de la ciudad. Estos incidentes sirven de fondo narrativo para una historia que se centra en un grupo de personajes de la Policía y de nueve afroamericanos detenidos por un suceso que podría haber sido trivial pero que adquirió proporciones trágicas. Varios amigos celebran el retorno de un soldado de Vietnam en compañía de dos mujeres blancas en el Algiers Motel, un club privado. Entre ellos, los miembros de un grupo musical —The Dramatics— cuya primera actuación en público interrumpe la Policía. Uno de los asistentes comete el error de disparar al aire con una pistola de fogueo desde la ventana del establecimiento. El ruido del disparo hace creer a las fuerzas de seguridad que se trata de un francotirador que atenta contra la autoridad. La Policía detiene a todo el grupo tratando de saber quién es el autor del disparo. El interrogatorio —de una brutalidad a veces insostenible, que causará tres víctimas mortales— constituye la primera parte de la película. La segunda aborda el proceso de los policías responsables de las muertes, que no serán finalmente condenados. Como de costumbre, Kathryn Bigelow domina su relato. Cada personaje desempeña un determinado papel en una noche de violencia en la que el espectador será testigo de unos hechos subrayados por una fuerte tensión racial. La directora, marcada desde los quince años por el impacto de esos incidentes, y su guionista, Mark Boal, han recogido numerosos testimonios y pueden afirmar que lo que cuentan en la película refleja la realidad. El espectador debe saber que en este caso no hay un personaje central portador de un
Meryl Streep
Steven Spielberg
mensaje positivo, si bien el interpretado por John Boyega podría haberlo sido. El esfuerzo de seguir fielmente lo ocurrido y la voluntad de ser imparcial no han librado a Kathryn Bigelow de las críticas. En primer lugar, las subjetivas que suscita todo relato histórico de hechos polémicos. Aunque la película denuncie una acción negativa de la Policía, se ha dicho que los agentes racistas son solo una minoría, en torno a Krauss (Will Poulter), que es, además, un personaje de ficción. También se ha denunciado la falta de elementos para juzgar la situación de la comunidad afroamericana frente a la dureza de la segregación racial. Pero quizá la razón fundamental de la polémica que ha rodeado la película en Estados Unidos está contenida en la interrogante que aparecía en Variety, la publicación casi oficial de la industria cinematográfica americana: ¿puede Kathryn Bigelow, una mujer blanca que ha crecido en San Francisco en el seno de una familia burguesa y que ha cursado sus estudios en Columbia (una universidad de la élite social), defender una causa que no ha podido compartir con todo su ser? Quienes lanzan esta pregunta dan también la respuesta, rotundamente negativa. El tema del racismo en América se trasformaría, así, en una especie de coto cerrado, de un dolor patrimonial que solo un afroamericano podría afrontar. Bigelow respondía a este razonamiento con una evidencia: «Quizá yo no soy la persona más indicada para abordar este tema, pero nadie lo ha hecho en los cuarenta años que han pasado desde los sucesos». Parece obvio que establecer barreras de razas para limitar la evocación de acontecimientos históricos como si fueran el patrimonio de un grupo sería ya una forma de racismo.
Loving Vincent
telegramas
de lo pintado, a lo vivo Loving Vincent, de Dorota Kobiela y Hugh Welchman, supone un ambicioso ensayo cinematográfico, no de dibujos animados sino de pinturas animadas, en el que adquieren vida personajes y paisajes pintados por Van Gogh. Todo ha sido posible a través de la utilización de centenares de reproducciones de sus cuadros sobre un fondo de imágenes reales. El propósito del filme, plenamente logrado, es la transposición en animación del mundo pictórico de Van Gogh. globos de oro Tres anuncios en las afueras recibió cuatro Globos de Oro (mejor drama, mejor guion, mejor actriz y mejor actor secundario) en una noche en la que se fueron sin premio Los archivos del Pentágono, de Steven Spielberg, aunque contaba con seis nominaciones, y Dunkerque, de Christopher Nolan.
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invierno 2018 Nuestro Tiempo —91
Cine
El poder de la prensa
Antagonismos en Misuri
Facetas de la reina Victoria
Viaje al mundo de los muertos
Los archivos del Pentágono
Tres anuncios en las afueras
La reina Victoria y Abdul
Coco
Guion: Liz Hannah. Dirección: Steven Spielberg. EE. UU., 2017 Para periodistas e interesados en la historia de la prensa americana.
Guion y dirección: Martin McDonagh Reino Unido, EE. UU., 2017 Para quienes disfruten con un cine psicológico sobre la condición humana.
Guion: Lee Hall. Dirección: Stephen Frears. EE. UU., Reino Unido, 2017 Para los que se interesan en la historia a través de episodios inesperados.
Guion: Adrian Molina y Matthew Aldrich. Dirección: Lee Unkrich y Adrian Molina. EE. UU., 2017 Para el público fiel de Pixar.
El cine de Spielberg tiene siempre necesidad de defender una causa: esta película cuenta el enfrentamiento de la prensa americana con la Administración de Richard Nixon en 1971. Primero el New York Times, después el Washington Post, decidieron publicar el contenido de un informe del Departamento de Defensa sobre los turbios orígenes de la guerra de Vietnam y sobre la imposibilidad de ganarla. La película se centra en el Washington Post y especialmente en los personajes de Katharine Graham (Meryl Streep), la primera mujer editora del periódico, y de su director, Ben Bradlee (Tom Hanks), solidarios en la defensa arriesgada de la libertad de información. Spielberg ofrece, con su habitual maestría, un film de acción y de suspense, basado en las semblanzas humanas de unos personajes que nos hacen comprender las implicaciones políticas y personales de los periodistas en un período agitado de fuerte oposición a la guerra de Vietnam.
Mildred Hayes (Frances McDormand) vive indignada ante la ineficacia de la Policía para descubrir al culpable del asesinato de su hija. Por eso decide contratar unas vallas publicitarias emplazadas a la entrada de la ciudad —Ebbing, en Misuri— en las que hace responsable de la situación al jefe de la Policía local, William Willoughby (Woody Harrelson). Es el punto de partida de una acción que nos conduce por terrenos insospechados que contradicen a cada paso lo que el espectador espera. El guion, premiado en el Festival de Venecia, cambia varias veces de dirección y renueva así el interés de la trama. Esta, a veces desconcertante, sigue una idea central: desvelar la humanidad de cada personaje en un esfuerzo de comprensión y de compasión. El excelente trabajo de los actores está al servicio de esta idea. Y, en particular, el de McDormand podría figurar en las nominaciones de los Óscar, veinte años después de haberlo ganado con Fargo, de los hermanos Coen.
Tras el éxito de The Queen (2006), Frears vuelve a filmar sobre la monarquía británica, al evocar la figura de la Reina Victoria, como lo había hecho John Madden en Mrs. Brown (1997). El tema de las dos películas guarda fuerte relación: en ambos casos se trata de la amistad de la reina con alguien de un medio social inferior. La primera, con un sirviente escocés que la ayudó a superar la tristeza por la muerte de su esposo; la segunda, con un modesto burócrata, Abdul Karim, venido de la India para celebrar el jubileo de su reinado. El guion se basa en el libro de Sharabone Basu, que utiliza las últimas investigaciones históricas; que Abdul sea musulmán confiere cierta actualidad al tema. Más crítico que Madden, casi satírico, Frears utiliza los mismos elementos dramáticos, en particular el peso abrumador del protocolo sobre la vida de la reina. Y será la reina la que retendrá la atención del espectador gracias al trabajo verdaderamente imperial de Judi Dench.
Al mismo tiempo que prepara la continuación de sus grandes éxitos (Toy Story 4, Los increíbles 2), Pixar sigue siendo fiel a su promesa de novedad en cada película. Coco sucede así a Del revés, con la incursión en la tradición mexicana del Día de los Muertos. En este marco descubrimos la historia de Coco, un niño que no imagina su porvenir sin su guitarra, en el seno de una familia que, por viejas heridas, prohíbe la música. Todo quedará integrado en un sólido melodrama con numerosas sorpresas, que le permite al protagonista hacer un viaje extraordinario al mundo de los muertos. ¿Cómo ofrecer un contexto fúnebre a un público en buena parte infantil? Pixar se encarga de hacer una fiesta divertida y luminosa de esta visita a un más allá que permite evocar momentos de gran emoción. Coco es además un formidable homenaje a la familia unida por vínculos indestructibles entre las generaciones.
92—Nuestro Tiempo invierno 2018
En busca del asesino
Luchar o resistir contra Hitler
Suspense a toda velocidad
Relevo en la galaxia
Asesinato en el Orient Express
El instante más oscuro
El pasajero (The Commuter)
Guion: Michael Green. Dirección: Kenneth Branagh. Reino Unido, 2017 Siempre es un placer volver a los clásicos policíacos.
Guion: Anthony McCarten. Dirección: Joe Wright. Reino Unido, 2017 Los cinéfilos no se privarán de la comparación con Dunkerque.
Guion: Byron Willinger, Philip De Blasi Dirección: Jaume Collet-Serra EE. UU., Francia, Reino Unido, 2017 Tiene sus peros, aunque te atrapa.
Star Wars: Episodio VIII - Los últimos Jedi
Cuarenta y tres años nos separan de la versión de Sidney Lumet que poseía ya un reparto prestigioso. El paso del tiempo es quizá suficiente para dar una nueva oportunidad a una de las más famosas novelas de Agatha Christie, escrita en 1934. Se juega con el lujo de la producción en la reconstrucción de la época y con un reparto de primer nivel. Si en 1974 se había contado con Albert Finney, Sean Connery, Lauren Baccal, etcétera, ahora veremos a Michelle Pheiffer, Johnny Depp, Judi Dench, Penélope Cruz… También a Kenneth Branagh en su doble función de director e intérprete. Agatha Christie, que asistió al estreno de la película de Lumet en 1974, había encontrado los bigotes de Poirot menos impresionantes que los descritos en su novela. Branagh ha querido dar satisfacción a la novelista: Poirot luce bigotes impresionantes y su personaje añade también una nota irónica: hablar el inglés con un ligero acento belga.
Difícil hacer una biografía completa de Churchill. Quizá por ello, McCarten toma opciones radicales. La primera: trata de la Segunda Guerra Mundial, pero solo unos días de mayo de 1940, cuando Gran Bretaña combate, junto a una Francia a punto de capitular, frente a la ofensiva de la Wehrmacht que atenaza 300 000 soldados británicos en Dunkerque. En esta situación: ¿no sería lógico aceptar una negociación con Hitler como sugiere una parte del Partido Conservador? La película cuenta esos días a través de otra opción decisiva: la de privilegiar la figura de Churchill, junto al que se sitúan pocos personajes. Dos fieles: la esposa (Kristin Scott Thomas) y la sufrida secretaria (Lily James), y dos indispensables: el rey Jorge VI (Ben Mendelsohn) y el antiguo primer ministro, Neville Chamberlain (Ronald Pickup). Pero es Churchill el centro de esta película en la que domina el trabajo de Gary Oldman, que ha decidido desaparecer detrás de su personaje.
Collet-Serra se impuso con un cine de terror (La casa de cera y La huérfana) y pasó después a la acción y al suspense con una interesante filmografía que tiene como referencia al actor Liam Neeson, con diversas identidades (Non Stop, Run All Night) o con su identidad robada (Sin identidad). En esta ocasión, Neeson es Michael McCauley, que acaba de perder su empleo y debe enfrentarse a una grave situación financiera. A bordo de un tren de cercanías, una mujer misteriosa le ofrece un trabajo bien remunerado pero que pronto se revela peligroso. Es necesario no perder ningún detalle de un prólogo rico en informaciones para comprender el resto de la acción, trepidante y espectacular, que transcurre en el tren, sin dejar tiempo a la reflexión. Al método, ya experimentado, no le falta nada: enigma, acción, espectáculo, todo en una puesta en escena adaptada a las leyes del cine de entretenimiento, del que Collet-Serra es hoy uno de sus más eficaces representantes.
Guion y dirección: Rian Johnson EE. UU., 2017 Para amantes —y no— de la saga.
Continuidad y renovación son las ideas que dominan en el episodio VIII de Star Wars, la famosa franquicia creada por George Lucas en 1977. La película de Brian Johnson, que continúa la realizada por J. J. Abrams, sigue la misma línea narrativa y se esfuerza en mantener un estilo visual propio sin alejarse demasiado del definido hace cuarenta años por Lucas en la primera película, que todo cinéfilo recuerda hoy con emoción. La presencia de la Princesa Leia (Carrie Fisher, poco antes de morir) y la de Luke Skywalker (Mark Hamill), evocan activamente el pasado, mientras que otros personajes se afirman: Rey (Daisy Ridley), Finn (John Boyega) y ahora Rose (Kelly Marie Tram), que completa el trío racial universal. La acción ofrece un lujoso espectáculo de efectos especiales con todos los avances técnicos, pero mantiene también vivo un conflicto moral de resonancia metafísica, con los esfuerzos de Rey para atraer a Kylo Ren (Adam Driver) al lado bueno de la Fuerza. invierno 2018 Nuestro Tiempo —93
Series
números
74
capítulos piloto se producirán en los principales canales estadounidenses este año, de los que la mitad se convertirán en serie.
9,1
jornadas laborales de ocho horas necesita una persona para ver las siete temporadas de Juego de tronos, según datos de IMDB y AT&T.
También hay 13 razones para quedarse, Hannah
Dylan Minnette es Clay Jensen, el inseparable amigo de Hannah Baker, interpretada por Katherine Langford.
El arriesgado y adictivo drama juvenil de Netflix 13 Reasons Why arrasa en todo el mundo. texto Alberto N. García [Com 00 PhD 05] es profesor titular de Comunicación Audiovisual y crítico cultural
94—Nuestro Tiempo invierno 2018
13 Reasons Why comienza por un final: «Estoy a punto de contaros la historia de mi vida. Más específicamente: por qué mi vida terminó. Si estás escuchando una de estas cintas, tú eres una de las razones». Las razones de un suicidio, ni más ni menos; ¡como si el alma atormentada de la adolescencia (valga la redundancia) pudiera descifrarse en trece horas! Desde que se estrenó, la pasada primavera, el drama —dramón— juvenil de Netflix se ha convertido en un fenómeno de masas: es tema de conversación entre los primeros
pitillos furtivos de instituto, producto de inquietud entre papás analógicos y grito de eureka entre pedagogos oportunistas y críticos catastrofistas. Esa es la parte más latosa de 13 Reasons Why: su pretensión educativa y moralizante. ¡Qué diferentes eran las Lisbon [cuya historia contó Sofia Coppola en Las vírgenes suicidas]! Porque 13 Reasons Why no necesita exégetas ideológicos para sustentar su éxito ni apuntalar su mensaje. Empecemos por esto último: es una serie cristalina, pone las cartas sobre la mesa en el primer minu-
Las chicas del cable
Juego de tronos
to y no se guarda ni un solo as en la manga. Habla de abusones, de violaciones, de cyberbullying, de cobardes que miran para otro lado, de adultos que no se empapan y de chavales que agrupan tanto dolor en su costado que, por doler, les duele hasta el aliento. Las culpas del suicidio se reparten salomónicamente y la única venganza posible —extraño maquiavelismo— será el remordimiento. Aquí la serie pega un brinco sociológico que le resta punch y le suma monserga: no, no toda la sociedad es culpable —como de manera implícita sugiere la coralidad walkman del relato— de la inmolación de una adolescente. Un instituto no es el Orient Express y un verbo transitivo se conjuga de forma diferente a uno reflexivo. Matar. Suicidarse. La adolescencia es una etapa de lucha contra uno mismo. Esos años donde la tribu suplanta a la familia, la mentira emerge como zona de confort, y las hormonas despiertan, agitando el sentido de la propia identidad hasta límites patológicos: con quince años, un grano de pus en la frente puede convertirse en un Titanic personal. Imaginemos si añadimos al cóctel fotos robadas, primeras borracheras, amores imposibles y otros alcoholes más letales que la serie va desvelando. La buena noticia es, como escribió Earl Wilson, que «la nieve y la adolescencia son los únicos problemas que desaparecen si los ignoras el tiempo suficiente». Pero, hasta entonces, cada gesto es una montaña. Y ahí es donde 13 Reasons Why lo clava. Es lógico que haya cautivado a legiones de jóvenes seriéfilos: les ha situado ante un espejo molón, que empatiza con su forma agónica de ver —y de sentir— el mundo, siempre a flor de piel. Es como repetirle a un quinceañero un «ey, no estás solo; yo te entiendo». El gigantesco éxito de 13 Reasons Why reside en la manera estética y narrativa
de abordar un relato tan difícil. El adolescente está abonado al cliché, puesto que el miedo al qué dirán uniformiza bastante. No hay que extrañarse, pues, al encontrar secundarios planos, caracterizaciones poco sutiles y brochazos narrativos o giros sin mucho sentido. Cosas de la edad, tan caprichosa y veleta. Sin embargo, la serie es adictiva y logra imprimir vida a los personajes principales gracias al excelente trabajo de la joven pareja protagonista. Katherine Langford y Dylan Minnette están contenidos, intensos, enigmáticos. Además, el vaivén temporal les permite desplegar una mayor variedad de registros, generando ecos desdichados entre la felicidad del pasado y la tristeza del presente. Es una pena que la fuerza emocional que proyectan quede debilitada por varios capítulos de relleno, un peaje autoimpuesto por la estructura: cada capítulo se centra en un nuevo mensaje, una nueva persona, una nueva razón. Visualmente es una serie potente, masticable, bien dirigida, con una banda sonora de aúpa, que multiplica la intensidad de los conflictos. No, no creo que su constante estetización implique un blanqueamiento de las dificultades de la adolescencia ni una glamourización del suicidio, como han apuntado tantos críticos. No. Pero sí resulta innegable que su caracoleo sobre la tragedia valida uno de sus mensajes más antipáticos: el de que cortarse las venas era la única escapatoria para Hannah. Pues no. Había otras salidas, más valientes y humanistas, como advertía Napoleón: «Abandonarse al dolor sin resistir, suicidarse para sustraerse de él, es abandonar el campo de batalla sin haber luchado». Pero también es cierto que a todos nos aterra la guerra y que 13 Reasons Why jamás será un manual de instrucciones.
apuntes
ficción española en auge Las últimas en apostar por la producción propia han sido las plataformas de pago en España. Movistar ha subido el envite con La zona y La peste, Netflix España ha apostado por Las chicas del cable y HBO Spain se ha lanzado a la adaptación de Patria, el libro de Aramburu. Ambicioso. sobredosis de superhéroes Netflix cierra el círculo con The Defenders y abre una nueva línea con The Punisher. Del entorno Marvel también bebe Inhumans y The Gifted ahonda en el ambiente XMen. DC Comics anda con Arrow, Supergirl, Preacher… ¿Sobredosis? adiós a «the americans» Protagonizada por una perfecta familia americana que por las noches se dedica a sabotear los Estados Unidos de los años ochenta. Espías de la KGB, dilemas morales y drama familiar para la sexta y última temporada de un drama agónico. Imprescindible.
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Música
Mudcrutch
En 2008, Tom Petty decidió sacarse la espina que tenía clavada con el fracaso de Mudcrutch, su primera banda, y editó lo que hubiese sido su primer disco, Mudcrutch, un trabajo digno, al que siguió en 2016 el disco 2, con el que cerró el círculo.
Tom Petty, creador de melodías
Tom Petty celebró en 2017 los cuarenta años con los Heartbreakers, tal vez una de las mejores formaciones de rock.
La muerte de Tom Petty en octubre de 2017 cogió desprevenido a todo el mundo. Familiares, músicos, seguidores y público en general se vieron zarandeados entre la sorpresa y la pena. texto Patxi Garro [Com 89]
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Tom Petty consiguió algo tan complicado en el mundo de la música como es el reconocimiento masivo de su figura y, sobre todo, de su talento. Desde mediados de los años setenta, acompañado por su fiel grupo, los Heartbreakers (Mike Campbell, Ron Blair, Stan Lynch y Benmont Tench), inundó la escena musical de unas melodías imperecederas que, conducidas por unas guitarras tremendas, llevaban en volandas unas letras que impregnaron de esperanza e inmediatez la vida de las clases medias estadounidenses. Las cri-
sis (económica, social, política) habían convertido al ciudadano medio en un hombre gris y desesperanzado. Con el ojo puesto en sus conciudadanos, Petty fue relatando unas vidas a las que dotó de cierto escapismo y un afán por disfrutar de lo inmediato. Así logró conectar con el gran público norteamericano, primero, y mundial, después. Nacido en Gainesville, Florida, en 1950, y criado por un padre maltratador, se refugió en su madre y en la música. Voraz devorador de vinilos, con especial devo-
selección
Tom Petty and the Hard Promises Heartbreakers [1976] [1981]
ción por Elvis Presley, los Beatles y Bob Dylan, pronto empezó a componer sus propias canciones y, en la adolescencia, fundó sus primeros grupos. Mudcrutch, la banda en la que coincidió con los futuros Heartbreakers —el guitarrista Mike Campbell, desde entonces su mano derecha, y el teclista Benmont Tench— se convirtió en la sensación local de Florida pero, aunque dejaron un puñado de canciones sueltas grabadas, desaparecieron. Petty decidió buscar fortuna en Los Ángeles e iniciar su carrera en solitario, y en 1976 apareció su primer disco (Tom Petty & The Heartbreakers) y su primer éxito, «American Girl». Sus siguientes discos, You’re Gonna Get It (1978) y, de manera destacada, Damn the Torpedoes (1979), le fueron forjando el estatus de estrella. Tras esa trilogía inicial, y entrados en los ochenta, todos sus discos (Hard Promises, Long After Dark, Southern Accents) contienen un puñado de canciones dignas de figurar en el socorrido Grandes éxitos de su discografía, como «The Waiting», «Change of Heart», «You Got Lucky» o «Don’t Come Around Here No More». Es decir, Tom Petty & The Heartbreakers fue sinónimo de calidad en una década denostada hasta la saciedad por su vacuidad y sus sonidos enlatados. Preguntado por esa época, Tom Petty manifestaba que «la música rock se pegó un tiro en el pie. Nuestra compañía nos pedía canciones para emitirlas en MTV, y yo me quedé sin habla mientras a la gente le daban mierda de comer y estaban contentos con eso». Los Heartbreakers, su «familia» según el propio Petty, se convirtieron en una máquina perfecta de rock and roll y comenzaron a ser solicitados por grandes estrellas como Bob Dylan para servirles como banda de acompañamiento, tanto en las
Full Moon Fever [1989]
Wildflowers [1994]
grabaciones de estudio como en las presentaciones en directo. Al mismo tiempo, Petty, además de ganarse la admiración del público, consiguió el reconocimiento de la comunidad del rock, incluso de los pertenecientes a generaciones anteriores. A partir de 1989 alternó la edición de discos en solitario con los firmados con los Heartbreakers. Wildflowers en 1994 y Highway Companion en 2006 salieron bajo su nombre mientras que en el resto (Into the Great Wide Open, She Is the One…) vuelve a contar con su banda de acompañamiento. Melodías inconfundibles, convertidas en clásicas desde su origen gracias a la poderosa voz de soul blanco que nace de la garganta de Petty, y la solvencia de la banda para encarar cualquier género, dotan a las canciones de un sello único con el que han jalonado toda su carrera y que le han permitido no vivir los altibajos que produce una carrera de fondo. La producción de Tom Petty & The Heartbreakers se mantiene a lo largo de los últimos veinte años con discos como Echo, The Last Dj, Mojo, o su último álbum editado, Hypnotic Eyes (2014), refrendados por largas giras por Estados Unidos. Desde sus inicios en su Florida natal, hasta su fallecimiento, la vida de Petty ha girado alrededor de las canciones. Y con ellas llegaron infinidad de premios, reconocimientos, Grammys, la entrada de Tom Petty & The Heartbreakers en el Rock and Roll Hall of Fame y, sobre todo, el calor del público. A pesar de su negativa a salir de gira fuera de su país, Tom Petty exportó su estatus de estrella al resto del mundo, y se fue con el beneplácito de todos los amantes del rock y, especialmente, de las canciones redondas. Una carrera impecable con la que pretendía «devolverle a la música todo lo que ella me dio».
She is the One [1996]
Hypnotic Eye [2014]
apuntes
los travelling willburys La amistad de Petty con Dylan, George Harrison, Roy Orbison y Jeff Lyne da lugar a uno de los grupos más desenfadados y divertidos del final de los ochenta: los Travelling Willburys. Reunidos de manera casual, los cinco se encerraron en el estudio para grabar una canción de Harrison y salieron convertidos en la familia Willburys y con un disco en su equipaje que se encaramó a lo más alto de todas las listas. La muerte de Roy Orbison en 1988 redujo la familia a cuarteto en un segundo disco, titulado jocosamente Vol. 3, y, poco después, las carreras de los cuatro engulleron a los Willburys. Ese pequeño parón llevó a Petty a editar su primer trabajo sin los Heartbreakers, salvo, cómo no, Mike Campbell. Full Moon Fever (1989) mantenía el mismo tono de sus álbumes anteriores, con grandes canciones como «I Won’t Back Down» o «Free Falling» pero llevando la producción hacia terrenos más pop. Fue un éxito gigante.
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Escena
anton chéjov «Hasta ahora se ha dicho del amor solo una verdad —que es el misterio más grande— y todo lo demás que se ha escrito y dicho no fue una solución sino solo el planteamiento de la cuestión»
Palabras de náufragos
Àlex Rigola junto a sus actores Luis Bermejo (en el papel de Vania) e Irene Escolar (que interpreta a Sonia).
Àlex Rigola redefine los límites de Chéjov en su versión de Vania (escenas de la vida) en los Teatros del Canal de Madrid. texto Felipe Santos [Com 93] @ultimoremolino fotografía © Alba Pujol
98—Nuestro Tiempo invierno 2018
Cómo concentrar la intensidad de un drama en un espacio exiguo y durante poco más de una hora sin que una sola de las palabras pronunciadas pierdan un ápice de su eternidad. La vida se concentra en un rincón, en la conversación esencial y solemne de sus personajes. Las voces de todo ese intercambio retumban quedamente e impulsan el ritmo interior, el latido de unos actores que vagan en busca de amor y reconocimiento. En ese estrecho lugar hecho de madera blanca, las miradas tienen la amplitud de un pequeño universo.
En este Vania de Àlex Rigola, los actores se han reducido a cuatro. El director ausenta del original a María, la madre de Vania; al anciano exterrateniente Teleguin y a la nodriza y anciana sirviente, Marina. El caso del profesor resulta mucho más sutil. Alguien escribe sobre la pared al comienzo de la obra: «El profesor se está muriendo». Sin que aparezca en escena, con esta simple frase, se introduce la variable de un tiempo que necesariamente ha de terminar, una existencia contrarreloj en la que se ven envueltos los personajes centrales.
cuatro actores y sesenta espectadores
Vania (escenas de la vida) es un proyecto para cuatro actores y sesenta espectadores que se encierran durante hora y media en una caja con dos filas de asientos en su interior. El espacio escénico es obra de Max Glaenzel. Los actores visten de calle. En el suelo, un
En esta versión, el texto se yuxtapone y la acotación desaparece. Otro tanto ocurre con los lugares, que pasan a ser algo secundario en el desarrollo de la obra. El espacio está en realidad vacío, y el peso del teatro descansa en los actores, en sus movimientos y sus palabras. La declamación propia del teatro desaparece y con él cualquier riesgo de impostación. Frente al distanciamiento de Brecht, este Vania inspira el mismo aire que respira el actor, acerca al público hasta que sea capaz de escuchar la palabra susurrada, como quien sopla una herida. Y ahí es donde se obra el milagro con cuatro actores deslumbrantes. Luis Bermejo/Vania y su sobrina Irene Escolar/ Sonia esperan, varados por la marea de la vida. La bella mujer del profesor, Ariadna Gil/Elena, y el amigo médico que los visita esos días, Gonzalo Cunill/Astrov, irrumpen en la rutina de la vieja hacienda, y su encuentro hace zozobrar todas esas pequeñas ilusiones que almacenaron con mimo durante años. «Si pudiera vivir el resto de mi vida de una manera nueva…—dice Luis/Vania en un momento de la obra— Despertar en una tranquila mañana… Empezar una vida nueva… Sóplame… Dime cómo empezar… ¡Con qué empezar!». Todas sus conversaciones son de náufragos. Intrascendentes unas veces, hirientes otras. Los personajes han perdido sus nombres y se llaman entre ellos por los nombres reales: «Ariadna», «Gonzalo». Con ese simple gesto, lo que queda en el escenario es la personalidad del actor, que afronta su personaje con el bagaje de su presente, su pasado y su futuro. Dice Chéjov que «el hombre solo necesita un pedazo de tierra. El hombre, no: el cadáver. El hombre necesita la tierra entera». Por eso, ese espacio angosto recuerda al de un
nicho o una pequeña tumba. Toda ilusión parece naufragar en ese espacio cerrado que bien puede ser un salón familiar o esas habitaciones silenciosas de luz interior que pintó Hopper. Asemejan una pequeña isla o una balsa en medio del océano que son más cárcel que salvación. ¿A qué agarrarse entonces? «He envejecido —dice Gonzalo/Astrov en otro momento—, he trabajado en exceso, me he vuelto cínico, tengo atrofiados los sentimientos, no creo que pueda sentir ya nada por otra persona… Ni quiero ni querré a nadie… Y, en cambio, me sigue moviendo la belleza». El viejo ideal, la antigualla ilustrada tan denostada hoy día, vaciada de utilidad aparente, siempre tuvo la tarea de rescatarnos. Ya Dante le hizo decir a su Beatriz en el canto II: «Es amor el que me mueve y me hace hablar…». Trovadores, artistas y escritores se empeñaron en capturarla para solaz y recuerdo de generaciones posteriores. Para eso se escribe, para que podamos despertarnos de la atrofia sentimental, para que nos ayude a rescatarnos. Luego Chéjov dirá que «escribimos porque nos hemos roto la nariz y no tenemos ningún lugar al que ir». Uno de los momentos más bellos de este Vania lo concentra la canción de Gonzalo/ Astrov que remansa las primeras líneas de la obra y canta a esa belleza que le sigue moviendo. Fuera de los escenarios compone este tipo de canciones y tiene varias escritas. Una de ellas es Penando y los primeros versos dicen así: «No sé cuánto te quise / ni desde cuándo. / No sé qué sueños me diste /para quererte tanto. / Hasta volverme loco / de risa y llanto, / caricias y anhelos, / tu boca, mis labios. / Tu cuerpo, mis manos; / tus ojos, mis párpados; / tus pies, mi camino; / tus latidos, mis pasos».
globo con el que juguetean, un pequeño bonsái con la majestad de un bosque, y una guitarra que espera en una silla. Los actos quedan señalizados por pequeños adhesivos que Irene/Sonia va colocando en una pared. En otra está colgado el retrato del profesor Tornasol, el conocido científico e inventor de los cómics de Tintín.
apuntes
la obra La obra original de Anton Chéjov se estrenó el 26 de octubre de 1899, año en que se repuso La gaviota, su segunda obra de teatro. Como ocurrió con La gaviota, Tío Vania se acogió con cierta frialdad al comienzo. Una de las actrices de la primera representación fue Olga Knipper, que más tarde se convertiría en su esposa. Tío Vania está inspirada en El espíritu del bosque, una comedia en cuatro actos que Chéjov escribió en 1889. Mantuvo gran parte de los diálogos pero redujo los personajes y cambió por completo el final hasta dejarlo en el famoso último monólogo de Sonia. Stanislavsky dirigió el estreno y Rachmaninov compuso la música para el monólogo final.
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Arte
chillida y oteiza
Eduardo Chillida (1924-2002) y Jorge Oteiza (1908-2003), dos referentes en la escultura contemporánea española, fueron fundadores del grupo Gaur y compartieron su interés artístico por el espacio y el vacío. Aunque durante años mantuvieron frecuentes enfrentamientos, en 1997 llegó la reconciliación. Dos de sus esculturas enmarcan la bahía de La Concha, en San Sebastián: el Peine del viento de Chillida y la Construcción vacía de Oteiza.
Ontología espacial De la colaboración entre el filósofo Martin Heidegger y el escultor Eduardo Chillida nació El arte y el espacio, texto que da nombre —y del que parte— a la exposición del Guggenheim de Bilbao. texto Juan Pablo Huércanos [Com 94], subdirector del Museo Oteiza
«Consideramos el espacio como un elemento escultural absoluto, liberado de cualquier volumen cerrado y lo representamos desde el interior con sus propiedades propias y específicas». Esta tajante aseveración, realizada en 1937 por el artista Naum Gabo, liquidó la discusión iniciada en el primer tercio del siglo xx en torno a la consideración espacial de las manifestaciones artísticas. La necesidad, por parte de los creadores, de pensar en el espacio como una condición estructural del objeto artístico que debía ocupar su principal preocupación abrió así nuevos horizontes estéticos que rebasaron las limitaciones la representación. Gabo retomó en este texto algunas de las consideraciones plasmadas en 1920 en su célebre «Manifiesto realista», en el que dio cuenta de la importancia de la cuestión espacial en la propia ontología de la obra de arte. Este escultor ruso centró sus consideraciones en torno a la práctica escultórica, pero sus reflexiones 100—Nuestro Tiempo invierno 2018
Consejo al espacio V, 1993. Eduardo Chillida. Acero. Guggenheim Bilbao Museoa.
heidegger, chillida, el arte y el espacio
«Tendríamos que aprender a reconocer que las cosas mismas son los lugares y que no se limitan a pertenecer a un lugar», escribió Martin Heidegger en El arte y el espacio (1969), obra en la que colaboró Eduardo Chillida, a quien el filósofo alemán dedicó el texto. Las planchas de piedra que se emplearon para imprimir el libro figuran en la exposición del Museo Guggenheim de Bilbao. fotografía: Eduardo Chillida / Martin Heidegger. El arte y el espacio (Die Kunst und der Raum), 1969. Libro de artista. Familia Chillida Belzunce.
impregnaron las expresiones más avanzadas del arte de su época y resonaron a lo largo de todo el siglo xx. Desde entonces, la plástica espacial, como escenario del nuevo potencial simbólico de las artes, ha constituido uno de los grandes temas del arte, siempre en relación con los avances y descubrimientos de la ciencia y del progreso humano, desde los hallazgos de Newton o Einstein, hasta la conquista espacial en los años sesenta. La ambiciosa exposición «El arte y el espacio», presente en el Museo Guggenheim de Bilbao (hasta el 15 de abril), dentro del programa del 20 aniversario del centro, analiza muchos de estos aspectos, presenta una variada genealogía de obras y artistas contaminados por esta cuestión y propone una aproximación historicista y contemporánea al fenómeno. La muestra centra su mirada en las prácticas artísticas desarrolladas a partir de la segunda mitad del siglo xx, después de las primeras consideraciones de autores como el propio Gabo, Archipenko, Picasso o el resto de los constructivistas. El punto de partida aquí es el célebre libro El arte y el espacio, texto seminal del filósofo Martin Heidegger publicado en 1969, en una edición que incluyó siete litocollages realizados por Eduardo Chillida. El ensayo filosófico como estimulante de la práctica artística del escultor vasco inicia la exposición, pero también marca la reflexión dual que alienta todo el recorrido propuesto por el comisario del proyecto, Manuel Cirauqui. Una dualidad que propone la revisión de las prácticas
espacialistas en relación con los descubrimientos científicos en torno a la configuración del espacio y su consideración atómica y molecular, también vinculadas con el espacio social de Henri Lefebvre, así como con las posibilidades abiertas con la irrupción de tecnología y su efecto en las nuevas sensibilidades estéticas. El inicio de la muestra confronta a Chillida y Jorge Oteiza y continúa con una cincuentena de autores, entre los que figuran artistas referenciales como Anthony Caro, el propio Gabo, MattaClarck, Sol Lewitt, Olafur Eliasson, Cristina Iglesias, Ángela de la Cruz, Isa Genzen, Peter Halley, Pablo Palazuelo, Susana Solano, Richard Long o Robert Smithson, entre otros. El proyecto amplía su mirada con la presencia de autores menos hegemónicos como María Elena González, Zarina Hasmi, Agnieska Kurant, David Lamelas, Anna María Maiolino, Sergio Prego o Asier Mendizabal, y alcanza momentos de intensidad con las aproximaciones espaciales más silentes y ahogadas presentes en los trabajos de Iván Navarro, Marcius Galan, Sue Fuller, Lucio Fontana, Bruce Nauman o Nobuo Sekine. Una completa edición con textos críticos y una valiosa selección de escritos de los artistas participantes culmina este proyecto, que sitúa al espectador en un continuo vértigo ante la tensión espacialista, ante la presencia de lo irrepresentable. Permanentemente expuesto a la inquietud de un vacío que quiebra.
apuntes
esther ferrer en el palacio velázquez La obra de la artista y performer Esther Ferrer ha sido objeto de una profunda revisión en la exposición «Todas las variaciones son válidas, incluida esta», producida por el Museo Reina Sofía en el Palacio Velázquez de Madrid. Ferrer empezó a participar en las actividades del grupo ZAJ (con Walter Marchetti, Ramon Barce y Juan Hidalgo) en 1967 y, desde entonces, se ha dedicado especialmente al arte de acción, relacionado con la creación plástica y las reflexiones en torno al cuerpo, al tiempo y al espacio. olafur eliasson en marciano art foundation La californiana Marciano Art Foundation acoge desde el 1 de marzo una instalación permanente diseñada por el artista danés Olafur Eliasson. Reality Projector tiene una superficie de 13 000 m2 y dialoga con la identidad cinematográfica de la ciudad de Los Ángeles.
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historias mínimas Ignacio Uría
Perdóname, Hamlet
«Todos creemos en algo. Todos tenemos nuestros propios dioses, aunque sean de bolsillo, como la globalización, el fútbol o la Bolsa. Otros confían en la ciencia, ya salve vidas o las triture con acero y sal en blancos quirófanos»
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Sin ponerme estupendo, te concedo que creer es una lata. Pocos respetan las costumbres del creyente y muchos sonríen con dentadura posmoderna. Sin embargo, la clave del asunto no está en cuántas cosas se creen, sino en la verdad de las certezas… Por mucho que estas vivan asediadas por las dudas, tan comprensibles, tan humanas. Quizá sea cierto aquello que le atribuyen a Unamuno de que si la fe no duda es fe muerta. Puede que, al formular esta sentencia, el atormentado bilbaíno pensara en el cartesiano Tomás, apóstol de los desconfiados, que necesitó tocar las llagas para creer. Sea como fuere, la fe hay que alimentarla porque es el único modo de que las dudas mueran de hambre. Creer en Dios, danés de olfato fino, es conocerse en peso y medida reales, por más que hablar de Sus cosas —ya lo dijo Góricheva— resulte peligroso. No tanto por el golpe de la caída como por el enredo de pasar de Saulo perseguidor a Pablo perseguido. Las conversiones son así: imprevistas y radicales. Lo cierto, Hamlet, es que todos creemos en algo. Todos tenemos nuestros propios dioses, aunque sean de bolsillo, como la globalización, el fútbol o la Bolsa (que no sabe si subir o bajar). Otros confían en la ciencia, ya salve vidas o las triture con acero y sal en blancos quirófanos. Algunos más en el absurdo, el azar y las buenas intenciones. Así será también dentro de cien años, cuando estemos todos calvos. La humanidad seguirá con sus problemas, instalada en las eternas preguntas de siempre. ¿Avanzamos o retrocedemos? ¿Existe Dios o más bien la nada? ¿Lloverá mañana? Lo que sí puedo asegurarte, Hamlet querido, es que para entonces aún existirá un Señor de la Historia aquí abajo y un Padre allá arriba. También para ti, que elegiste vengarte y asesinar y convertir al ser en no ser por la vía rápida del veneno y la espada. Por eso, ya puestos, juega a caballo ganador y cree en Dios. Si no, amigo mío, acabarás creyendo en cualquier cosa.
erdóname, Hamlet, príncipe de Dinamarca. Lo siento de veras pero estás equivocado. Del todo. Lo sospechaba hace tiempo, pero lo vi con claridad mientras releía tu historia. La tarde avanzaba gris y fría, con un ventarrón de invierno que barría los árboles y azotaba las almas. Si las bicicletas son para el verano, las tragedias son para el invierno. Así que perdóname, Hamlet, príncipe de Dinamarca, pero vives en el error. Quizá porque eres murmurador y vacilante y Ignacio Uría [Der 95 PhD His 04], historiador y periodista. @Ignacio_Uria conspiras y te haces el loco mientras viajas a Inglaterra. Eso sí, de provecho haces poco, más bien nada, pero no te culpo. Eres hijo de tu tiempo, que también es el mío aunque cuatro siglos nos contemplen. Por eso, príncipe Hamlet, déjame decirte otra vez que yerras. Radicalmente. La cuesLa pregunta del autor tión no está en ser o no ser, en vengarte o perdonar. La verdadera pregunta, amigo mío, ¿Tiene sentido creer en es otra. Así que reconoce, si eres hombre, que Dios en el siglo xxi? la última demanda, la radical encrucijada es ¿Acaso es la fe un lastre en creer o no creer. la sociedad actual? Quizá sea esta época septentrional, vieja como Castilla (La Vieja), la que pone sentencias en mi boca. Lo ignoro. Pero sí sé que todos nos hemos peleado alguna vez con esa @NTUnav duda: creer o no creer. Ni más ni menos. El Opine sobre este asunto en resto son evasivas y pequeñeces. Tonterías, Twitter. Los mejores tuits se tal vez, pero que a muchos nos parecen más publicarán en el siguiente número. aviesas que un miura negro y solitario en la calle Estafeta. 102—Nuestro Tiempo invierno 2018
ensayo
La democracia en la era digital
Los públicos y la posverdad La esfera pública —caracterizada hoy por los mensajes políticos emocionales, la falta de credibilidad de los medios y el auge de las plataformas digitales— ha producido fenómenos como las fake news o la posverdad. Se ha discutido mucho sobre este clima social que aparentemente no penaliza las mentiras, pero aún quedan interrogantes. ¿Cuál es el papel de los ciudadanos, de los públicos?
miquel urmeneta
[MGEC 11] Periodista y profesor de Comunicación (Universitat Internacional de Catalunya)
en marzo de 2017 la revista time publicó una portada con un título provocador: «Is Truth Dead?». Esto es quizá lo que muchos nos preguntábamos: ¿ha muerto la verdad? La preocupación por el mal funcionamiento de la esfera pública se había intensificado desde hacía meses y había suscitado un encendido debate. Cada vez más personas se llevaban las manos a la cabeza al oír la palabra posverdad. Otras dos portadas de The Economist pueden resumir en cierto modo esta polémica. La primera data de septiembre de 2016, cuando el mundo estaba aún atónito por la nominación de Donald Trump como candidato a la Casa Blanca y por la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea. El titular «Art of the Lie» subrayaba la incidencia de las mentiras de los políticos en el discurso público. Las afirmaciones falsas han tenido su papel en los últimos acontecimientos. En el caso del brexit, una vez ganada la votación, los impulsores del leave reconocieron que algunas de las promesas electorales no podrían materializarse. Por su parte, en Estados Unidos, el candidato republicano representaba la quintaesencia de un político que parecía estar libre
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de las constricciones del principio de realidad. Años atrás, Trump ya había impulsado su propia campaña contra Obama afirmando una y otra vez que este era un presidente ilegítimo por no haber nacido en suelo estadounidense. ¿El resultado? Hoy, el brexit sigue adelante y Trump es el líder del mundo libre. En noviembre de 2017, el mismo semanario británico se preguntaba en primera plana «Do Social Media Threaten Democracy?». The Economist apuntaba muy pertinentemente a la ambivalencia de las redes sociales. Por un lado, estas plataformas habían sido instrumentos de liberación en las primaveras árabes y habían encauzado las protestas de los indignados en las plazas de Madrid y Barcelona (#15M), Manhattan (#OccupyWallStreet) o Hong Kong (#UmbrellaRevolution). Sin embargo, en las elecciones estadounidenses —y posteriormente en las presidenciales francesas— habían mostrado que también podían utilizarse como canales de manipulación masiva. Estos problemas empezaron cuando personas de una ideología afín quedaban encerradas en burbujas llenas de contenidos que reforzaban sus prejuicios, individuos atrapados en su particular visión del
Ilustraciones: Diego Fermín
mundo. En los buscadores de internet, este efecto se llama filter bubble; en las redes sociales, echo chambers (cámaras de eco). Por primera vez vimos el reverso de los algoritmos, los sistemas de recomendación de las grandes plataformas de distribución de contenidos digitales para fidelizar a sus usuarios. Como todo es susceptible de empeorar, estas esferas autocontenidas e incomunicadas fueron terreno abonado para la distribución de bulos. Así llegaron las fake news, que han constituido un fenómeno en sí mismo más allá de la posverdad. Además, las noticias falsas han protagonizado una discusión específica de la opinión pública, según la cual los bulos habrían favorecido especialmente al candidato republicano a la presidencia, Donald Trump. De la mano de The Economist, hemos visto que la narración de la posverdad ha subrayado dos elementos: por un lado, las declaraciones de los políticos, a veces incendiarias; y, por otro, el impacto de las redes sociales en el discurso público, con su capacidad de distribución inmediata y de gran alcance. Muchos lo veían como un cóctel explosivo: mentiras, populismo y viralidad.
Todo esto hizo que, tras la victoria de Trump, se señalara a Facebook como culpable. No es de extrañar, dado su volumen de usuarios y su potencial como prescriptor de contenidos. Pronto distintas voces de los medios empezaron a cuestionar este discurso. ¿No había sido Facebook también un elemento clave en la victoria de Obama? ¿Por qué tras la victoria del candidato demócrata nadie puso el grito en el cielo? Sin embargo, la alarma social creada por las fake news sofocó estas objeciones. Uno de los elementos que jugó en contra de Facebook fue la cobertura de BuzzFeed, un medio nativo digital que convierte en viral todo lo que toca. Entre otros, tuvo fuerte repercusión un gráfico que daba a entender que las noticias falsas habían superado a las de los medios tradicionales. Posteriormente, estudios académicos mostraron que las fake news habían tenido en los votantes un impacto más reducido del que se presumía. No obstante, prevaleció el relato difundido por BuzzFeed en las redes. Exagerando un poco, podríamos decir que las mismas informaciones sobre las fake news se comportaron como noticias falsas. invierno 2018 Nuestro Tiempo —105
ensayo
La democracia en la era digital
El relato de las noticias falsas en Facebook ha sido tan potente que el debate de la posverdad ha acabado centrándose en lo tecnológico Además, la explicación que culpabilizaba a Facebook dispuso de validación científica. El reconocido Pew Research Center había publicado que el 44 por ciento de los ciudadanos estadounidenses recibía noticias por Facebook. A través de los medios se trasladó a la sociedad que casi la mitad de los votantes se informaban diariamente solo a través de la red social de Mark Zuckerberg. Sin embargo, este porcentaje —muy repetido— no decía nada de frecuencia, credibilidad o exclusividad. De hecho, el análisis indicaba que los usuarios que consumían noticias habitualmente a través de redes sociales no llegaban al 18 por ciento para el conjunto de las plataformas. Hoy, en el ámbito académico se considera que el episodio de las fake news fue un caso de pánico moral. Diferentes estudios apuntan en esta dirección. Gallup detectó que las noticias que más habían perjudicado a la candidata demócrata, Hillary Clinton, no eran falsas sino verdaderas (el uso de su correo personal y las sombras en la gestión de la Clinton Foundation). Por otro lado, investigaciones recientes señalan que las burbujas en las redes sociales no son tan herméticas como se sospechaba. A pesar de todo, la alarma que se creó hace meses aún dura. El relato sobre las noticias falsas en Facebook ha sido tan potente que el debate sobre la posverdad ha acabado centrándose en lo tecnológico: es un problema técnico que ha de arreglarse. Este razonamiento sintoniza perfectamente con nuestra fascinación por la tecnología, que nos ha llevado a depositar en ella muchas esperanzas. Por eso, las iniciativas de la 106—Nuestro Tiempo invierno 2018
red social en esta dirección (como las alertas antes de compartir noticias de credibilidad dudosa) se han visto como un paso en la buena dirección. el papel de los medios. Es interesante apuntar que esta narrativa —no neutral, como vemos— la ha promovido otro actor importante de la esfera pública: los medios de comunicación, que en este asunto han sido juez y parte. Por un lado, han encontrado en el pánico de las noticias falsas un arma contra las plataformas digitales de contenidos, que identifican como una amenaza. Por otro, aunque quizá hayan pasado más desapercibidos, también han contribuido al problema. ¿Qué errores han cometido los medios? Por ejemplo, después de la victoria de Trump se criticó que estos habían errado en sus predicciones. La mayoría otorgaban a Clinton entre un 70 y un 90 por ciento de posibilidades de ganar. A la vista del escrutinio, muchos creyeron que habían hecho el ridículo. Más intrigante es pensar en los efectos que pudo tener este vaticinio. Era como decir: «Tranquilos, Trump ha logrado la nominación, pero es imposible que llegue a ser presidente». ¿Habría ganado si el mensaje hubiera sido otro? Por otra parte, tras el referéndum se criticó que la prensa inglesa hubiera sido demasiado neutral en su cobertura del debate del brexit. Realmente equiparar los argumentos de varios premios Nobel sobre el impacto económico de la salida de la UE con los de algunos desconocidos resulta, al menos, dudoso. Eso
Los públicos somos cruciales. Los políticos buscan nuestros votos; los medios, nuestra atención; y las redes sociales se alimentan de nuestras interacciones sí, otorgar el mismo espacio a unos y otros da una apariencia de equilibrio. En el fondo, se reclamaba a los medios un mayor compromiso con la verdad. Tampoco sería justo decir que estos no hicieron nada por ofrecer buena información. El New York Times modificó su política y señaló en una noticia que unas declaraciones de Trump eran mentira. Hasta ese momento, afirmaciones así estaban reservadas a las páginas de opinión. Aquí se aprecia una reflexión crítica sobre la profesión, la revisión de ciertas rutinas y un compromiso con la realidad de las cosas. En cuanto al papel de los medios, el debate público de la posverdad nos ha mostrado que continúan siendo muy importantes en la formación de las corrientes de opinión. Como vemos, la profundidad de la discusión social ha ido de la mano de la cobertura mediática, en la que se echan de menos datos clave. los actores en la esfera pública. Políticos, plataformas digitales, medios… ¿No falta nadie? Posiblemente el actor más invisibilizado en esta controversia haya sido el que tenemos más a mano: nosotros. Los públicos somos cruciales. Los políticos buscan nuestros votos; los medios de comunicación necesitan nuestra atención, que monetizan con publicidad, y —cada vez más— dependen de nuestras suscripciones; y las grandes plataformas alimentan sus algoritmos con nuestras interacciones (like, follow, solicitudes de amistad, búsquedas, clics sobre enlaces...). Es comprensible que las plataformas tecnológicas hayan acaparado buena parte del protagonismo. Al
fin y al cabo tienen poco más de diez años de vida, en una sociedad caracterizada por su novolatría. Por su parte, políticos demagogos los hay desde la época de los pensadores griegos, y la historia de manipulación de los medios tiene más de un siglo (recuérdese el papel del magnate de la prensa Hearst en la guerra de Cuba). Los públicos siempre hemos estado ahí, es verdad, pero no de la misma manera. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hemos pasado sucesivamente de la credulidad a la mentalidad crítica y, de esta, al escepticismo y la indiferencia. Algunos describen el estadio actual de los públicos como una mezcla de escepticismo y credulidad. Combinamos la asunción de que los políticos mienten, por un lado, con una actitud ingenua frente a corporaciones muy poderosas con logos de colores y lemas como «Don’t Be Evil», por otro. Hemos de reconocer que los públicos estamos bastante desorientados: nos falta contexto y nos desborda el tsunami informativo al que estamos permanentemente sometidos. Esto cristaliza en una cierta falta de equilibrio en nuestras reacciones. Mientras que asuntos graves y estructurales nos pasan desapercibidos, nos indignamos por episodios relativamente pequeños. Un caso: la polémica cuando la Casa Blanca habló de «hechos alternativos» para defender la manipulación de las cifras de asistencia a la toma de posesión de Trump. La alarma por las fake news y las cámaras de eco también es muestra de una opinión pública muy voluble y vulnerable. invierno 2018 Nuestro Tiempo —107
ensayo
La democracia en la era digital
Las grandes plataformas digitales tienen pocos incentivos para ser más transparentes: hay demasiado dinero e intereses en juego La posverdad ha puesto delante de nuestros ojos los problemas de la esfera pública. Y son justamente estas limitaciones las que han impedido un debate profundo y ponderado sobre sus implicaciones. Sin embargo, esta falta de comprensión de la opinión pública sobre sí misma no es el único obstáculo que dificulta encontrar vías de solución. La lógica que mueve a los actores involucrados no contribuye precisamente a hacer más democrático el discurso público. Entre las grandes corporaciones de Silicon Valley, últimamente se han dado episodios poco esperanzadores. Fue muy discutida su cooperación con el Gobierno estadounidense para recoger de forma masiva datos de comunicaciones privadas de ciudadanos a través de internet. Se trataba del programa PRISM, denunciado por Snowden en 2013. Además, el escándalo de las fake news forzó a Facebook a modificar la política de uso de su plataforma publicitaria. Hasta entonces, la única restricción para acceder a ella era poder pagarla, como hicieron, entre otros, Cambridge Analytica —la empresa de marketing electoral de los impulsores del brexit y de la campaña electoral de Trump— y la Internet Research Agency —una compañía rusa vinculada al Kremlin—. Las grandes plataformas tienen pocos incentivos para cambiar. En una era de vigilancia a los ciudadanos, guerra híbrida entre países y gran sofisticación en la comunicación política, hay demasiado dinero e intereses en juego. A todo esto se añade la gran opacidad que rodea a estas empresas. El caso de Facebook es paradigmático. Lo ilustra que hace unos meses 108—Nuestro Tiempo invierno 2018
bloqueara la posibilidad de realizar investigación académica sobre las elecciones norteamericanas. Fue la reacción a un estudio de Jonathan Albright, analista de redes, que ponía en duda los datos publicados por la compañía sobre el alcance de la desinformación rusa. Podría aducirse que las plataformas digitales han tomado iniciativas para contribuir a la mejora de la situación. Por ejemplo, durante las presidenciales francesas Facebook cerró treinta mil perfiles falsos y colaboró con el proyecto de detección de bulos (fact checking) promovido por la organización First Draft. Sin embargo, para muchos no son más que pequeñas concesiones para evitar que se les regule. En Europa ya hay alguna norma en marcha, como la ley aprobada en Alemania en octubre de 2017; pero en Estados Unidos el gigante dormido quizá siga sin despertarse. En la misma línea iría lo que parece ser una verdadera campaña de comunicación pública de Facebook. Así podría entenderse la actualización de la misión de la compañía en febrero de 2017. En palabras de su fundador y CEO, Facebook quiere construir una comunidad global que sea la «infraestructura social» de la próxima generación. Mientras impulsaba este discurso y pagaba páginas de publicidad en los periódicos con consejos para detectar fake news, la red social de Mark Zuckerberg llegó a los dos mil millones de usuarios activos mensuales y los indicadores financieros superaban las expectativas. Lo que está claro es que han capeado la tormenta de relaciones públicas.
La esfera pública se ha convertido en el escenario de una guerra total. Y ya se sabe: en la guerra, la primera víctima es la verdad ¿Y los medios de comunicación? ¿Están en posición de contribuir a la mejora de la esfera pública? También ellos atraviesan una situación complicada. Además, el ruido provocado por las noticias falsas ha tapado algunos debates muy necesarios en la profesión. Uno sería sobre el periodismo centrado en declaraciones, ruedas de prensa y comunicados, que ha canibalizado buena parte de las noticias políticas y seguramente es uno de los catalizadores principales de la posverdad. Los medios se encuentran en un estado de debilidad debido, en parte, a la mala transición al universo digital. Su producción está sujeta a los dictados de la inmediatez y de la cantidad: cuantas más noticias publiquen antes que su competencia, más clics recibirán; y cuantos más clics, más dinero. En esta tesitura, es difícil que puedan desengancharse del continuo torrente de declaraciones de los políticos, hecho agravado por la desmediación propiciada por las redes, especialmente Twitter. Así, los medios posiblemente se vuelvan cada vez menos relevantes y, además, favorezcan la deriva populista de la política. Dinero y poder: estas son las motivaciones principales de plataformas, medios y políticos. Para ser viables como proyectos empresariales, las redes sociales y motores de búsqueda necesitan recabar datos, que, entre otros, comprarán y explotarán las fuerzas políticas. Los políticos, por su parte, han hecho del poder un negocio y viven en la guerra infinita de la campaña permanente. Por lo que respecta a los medios, brindan un canal de influencia a los políticos
a cambio de favores, ya sea en la lucha de las marcas informativas entre sí o contra el enemigo común de las plataformas digitales. La esfera pública se ha convertido en el escenario de una guerra total. Y ya se sabe: en la guerra, la primera víctima es la verdad. el protagonismo de los públicos. Entonces ¿hay solución? Y, si la hay, ¿cuál sería el camino para llegar a ella? Como hemos visto, existen muchos motivos que no invitan al optimismo. Sin embargo, también encontramos indicios que apuntan a una posible regeneración de la mano de los públicos. De esta forma, los propios ciudadanos podrían revertir la intromisión de la lógica economicista y de consumo que, como describió Habermas, invadió el ámbito privado de los hogares a través de la expansión de los medios de comunicación de masas. Comencemos por las redes sociales. Si Facebook se postula como «infraestructura social», hemos de exigirle una mayor integración en nuestro sistema democrático. Un grupo de investigación sobre propaganda cibernética de la Universidad de Oxford aporta una serie de recomendaciones en este sentido: hacer públicos qué datos pueden comprar los partidos para microsegmentar a los receptores de sus mensajes; ofrecer más colaboración a los gobiernos a la hora de detectar injerencias externas; actuar contra las cámaras de eco polarizadas políticamente; y facilitar la investigación académica. Estos cambios, aunque no lo parezca, están en manos de los ciudadanos. «Facebook no teme al Goinvierno 2018 Nuestro Tiempo —109
ensayo
La democracia en la era digital
Las personas podemos ejercer nuestra influencia sobre los medios de comunicación. Para esto es necesario salir de la actitud bipolar escéptico-crédula bierno estadounidense. A lo que sí tiene miedo es a perder a sus usuarios. Así que quien de verdad posee el poder somos nosotros», asegura el estudioso de la libertad de expresión Timothy Garton Ash. De hecho, ya sucedió. Cuando Facebook detectó el rechazo de los usuarios a los titulares engañosos para generar visitas (clickbait), tomó medidas para reducirlos. Seguramente el gigante dormido que las corporaciones de Silicon Valley temen despertar no sea tanto la regulación como la ira de los públicos. Las personas también podemos ejercer nuestra influencia sobre los medios. Para esto es necesario salir de la actitud bipolar escéptico-crédula antes mencionada. De hecho, quizá no sea una casualidad que los años de oro del periodismo norteamericano, cuando se publicó la investigación del Watergate y de los Papeles del Pentágono, coincidiera con el momento álgido del pensamiento crítico en la sociedad. En este sentido, puede ser de ayuda que los públicos perciban las fake news y el mal periodismo, básicamente, como el mismo problema. En realidad, aunque son fenómenos distintos, la solución es compartida: una prensa de calidad en la que podamos confiar. Así, el incremento de las suscripciones de diarios como el Wall Street Journal o el New York Times justo después de la victoria de Trump sería una buena noticia: indicaría que los lectores aún no han perdido del todo la confianza y que están dispuestos a pagar por el buen periodismo. Hay motivos para la esperanza. Sin embargo, aún quedan preguntas sin responder. ¿Se solucionaría el 110—Nuestro Tiempo invierno 2018
problema el día en que los políticos dejaran de hacer declaraciones populistas, los medios no buscaran la audiencia a cualquier precio ni se movieran por intereses partidistas o corporativos, y las grandes plataformas pincharan todas las burbujas ideológicas y bloquearan las fake news? ¿Bastaría la transparencia total para llegar a un conocimiento verdadero? En definitiva, ¿qué es la verdad? Para muchos, la verdad consiste en ceñirse a los hechos, ser objetivos. Sin embargo, «no hay mayor falacia que la de pensar que los hechos hablan por sí solos». Esta advertencia está contenida en una de las investigaciones clásicas del campo: «Polling on Watergate: The Battle for Public Opinion», publicada em 1980. Los hechos sencillamente son; lo verdadero o falso son nuestras afirmaciones sobre ellos (la tradición tomista habla de adequatio rei et intellectus). La verdad se fragua en nuestro interior. Por esto me parece tan acertada la observación de la editora de The Guardian, Katharine Viner: «La verdad es una lucha. Se necesita trabajo duro. Pero es una lucha que vale la pena». En su ensayo «How Technology Disrupted the Truth» —fundamental para entender la posverdad y de cuyo planteamiento soy deudor— Viner toca puntos esenciales más allá de la tecnología. En el camino hacia la verdad se trata de esforzarse por ser crítico y honesto con uno mismo. Es un camino necesario si queremos detectar y revertir mecanismos psicológicos que —al priorizar los datos que refuerzan nuestra visión del mundo— introducen sesgos en nuestra percepción.
La lucha por la verdad —que tiene una dimensión individual y otra colectiva— se articula a través del pensamiento crítico y de un comportamiento ético Respecto a esta lucha por la verdad, fue muy aleccionador ver cómo grandes diarios como el New York Times o el Washington Post entonaban un mea culpa al día siguiente de la elección de Trump. Reconocieron que sus periodistas habían errado los pronósticos por proyectar sus deseos: creyeron que Clinton ganaría porque querían que ganase y, por esto, se aferraron al extremo de la horquilla que le daba la victoria en los sondeos. La frase «Nunca dejes que la realidad te estropee una buena historia» expresa una amenaza para todos los ciudadanos, periodistas o no. Alcanzar la verdad requiere que este esfuerzo sea también colectivo. El fenómeno social de la posverdad nos ha enseñado que vivimos en una realidad muy poliédrica y, dado que nuestra visión está ciertamente condicionada, no nos queda más remedio que cooperar unos con otros. Esta colaboración ha de llegar hasta la empatía: la comprensión entre los seres humanos, el elemento más complejo de la realidad social y el más esencial. La verdad es una lucha, sí: contra nuestros prejuicios sobre los demás. Gracias a ella se forma y construye comunidad. Todo lo anterior plantea no solo evolucionar nuestra visión del mundo sino también un cambio en nuestro estilo de vida: asumir una dieta informativa más ecológica, de acuerdo con nuestras limitaciones cognitivas; aprender a dialogar a través de la escucha y la intervención ponderada; construir consensos capaces de integrar la discrepancia. Debemos reclamar un estándar democrático elevado a las redes sociales, a los partidos políticos, a los medios de comu-
nicación. Sin embargo, esto no es suficiente: nunca podremos abdicar de nuestra responsabilidad como ciudadanos y como personas. Una transformación social de este calibre requiere una reestructuración de la enseñanza, más allá de introducir clases de media literacy para enseñar a descodificar los mensajes de la esfera pública. Pienso que en el momento actual es más necesario que nunca rescatar la idea original de universidad. Esta institución —como los estados o los medios de comunicación— fue uno de los garantes de la verdad social, hoy en declive. Como señala el intelectual Robert Scrutton, en su apogeo estos centros servían a un doble propósito: acrecentar el acervo cultural de la sociedad y fomentar que los integrantes de la comunidad académica fueran virtuosos. Esto nos recuerda algo hoy bastante olvidado. La lucha por la verdad —que tiene siempre una dimensión individual y otra colectiva— se articula a través del pensamiento crítico y de un comportamiento ético. Por esto, la búsqueda personal honesta y el diálogo social sincero tienen mucho que ver con la conquista de la propia libertad. Solo así podremos poner el bien común en el centro del entramado social y superar el escenario actual de enfrentamiento y dominación. Se trata, como también dice Viner, de asumir la responsabilidad de construir la sociedad en la que queremos vivir. Una sociedad donde la verdad sea un escudo contra la arbitrariedad y la injusticia. Una sociedad donde el respeto a las personas sea un reflejo de su verdadera dignidad. Nt
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vagón—bar Paco Sánchez
Mi botellón
«Cuando propuse a mis alumnos el tema del botellón para un ejercicio argumentativo, percibí que la mayoría de ellos pensaba defenderlo. Sin embargo, casi todos sus textos atacaban esa costumbre de beber en la calle»
V
ENGO DE DAR LA ÚLTIMA clase del cuatrimestre y también del año. Hasta dentro de nueve meses, si Dios quiere, no volveré a las aulas. Y esto me apena. Justo cuando me parece que podría ayudar más a los alumnos, ahora que les conozco bien, tengo que dejarlos. Pero siempre es así. En esa clase comenté con ellos la práctica final, que era un ejercicio argumentativo en el que podían defender o condenar la experiencia conocida como botellón. Cuando les propuse el tema, percibí que no les entusiasmaba. Y a la vez, que la mayoría de ellos, asiduos frecuentadores del botellón local, pensaban defenderlo. Sin embargo, casi todos los textos que produjeron atacaban esa costumbre de beber en la calle a altas horas de la noche. A medida que iba leyendo los argumentos, mi perplejidad aumentaba, porque estaba completamente convencido de que intentarían defender su peculiar manera de entretenerse los jueves por la noche. Hasta que caí en la cuenta y me dije: «Atacan el botellón porque les resulta más fácil que defenderlo». En el fondo, solo estaban facilitándose las cosas desde un punto de vista académico. Probablemente, si les hubiera planteado una argumentación cualquiera, más o menos libre, de manera instintiva hubieran recurrido a fórmulas de humor o irónicas para defender sin problema el botellón. Pero había fijado algunas condiciones de estructura para el texto y también les obligaba a mencionar los argumentos en contra de su tesis —fuera esta la que fuere— y rebatirlos. Con estos límites, el margen se estrechaba demasiado: les costaba mucho trabajo encontrar respuestas defensivas para las numerosas objeciones que suscita el botellón, así que se inclinaron por atacarlo. Como consecuencia, los trabajos 112—Nuestro Tiempo invierno 2018
que intentaron ser más exhaustivos acabaron en una condena durísima de la famosa práctica juvenil, porque al panorama inmenso de inconvenientes apenas podían contraponer una tímida defensa basada en las ventajas que tal tipo de reuniones supone para la socialización de los participantes —a los que, según algunos, se les aleja así de la adicción a las redes— y en que parece mucho más barato y seguro que acudir a los pubs, donde las consumiciones son mucho más caras y la calidad de lo que se sirve no está garantizada. En contra, sin embargo, figuraban el alcoholismo precoz y los muchos problemas de salud y de comportamiento que se derivan de él, el ambiente propicio para la iniciación en otras drogas, la violencia entre ellos que la mezcla de los dos anteriores suele provocar, las molestias a los vecinos por interrumpir su descanso y por el desolador paisaje de basura de diversas clases que deben sortear al día siguiente los más madrugadores, y un etcétera muy largo del que yo ni siquiera era consciente, pero que ellos, como testigos presenciales, conocen bien. En la clase les dije todo esto, que se habían inclinado por lo fácil o incluso por lo razonable, pese a que se oponía a sus propios comportamientos. Se rieron. No les dije que, muy probablemente, influyó también su audiencia: el profesor. Supusieron que me encontraría más inclinado a valorar aquellos ejercicios que más se acercaran a mi probable opinión. Tampoco les dije, porque son muy jóvenes aún, que en realidad lo que hicieron ellos es lo que hacemos todos a nada que nos despistamos: pensar una cosa, e incluso razonarla y defenderla, y hacer otra. Ni que esto, siendo malo, apenas alcanza la perversidad de quien intuye o sabe que obra mal y ni siquiera se para a pensarlo. El que reconoce que se equivoca... siempre puede rectificar. Así que, aunque mis alumnos llenarán el botellón de este jueves después de haberme explicado con profusión de datos y argumentos su inconveniencia, ya me preocupa menos que antes. Paco Sánchez [Com 81 PhD 87] es periodista y profesor titular de la Universidade da Coruña. @pacosanchez
NUESTRO TIEMPO
Número 697 NUESTRO TIEMPO Invierno 2018
Número 697 invierno 2018 11 euros
Óscar Mariné: de la calle, a los museos