nuevas TRENZAS informa
Enero 2013 N° 5
El nuevo perfil de las mujeres rurales jóvenes en Guatemala María Frausto, Ana Victoria Peláez Ponce y Samuel Zapil, Integrantes del equipo Nuevas Trenzas de Guatemala Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Rafael Landívar Este documento presenta los principales hallazgos del trabajo realizado por el programa Nuevas Trenzas en Guatemala, enfocándose en las nuevas dinámicas de las mujeres rurales jóvenes. Este análisis resulta necesario para la formulación de estrategias de desarrollo, particularmente por el efecto transgeneracional de los programas orientados al desarrollo de las mujeres. La información recabada y analizada permitió dos lecturas fundamentales: la primera es constatar que hay brechas de género que se mantienen en rubros importantes, como el acceso al empleo formal y la división del trabajo; y la segunda se refiere a las posibilidades transformadoras que permite la educación y la presencia de instituciones para el empoderamiento de las mujeres, cuyo aporte en las economías rurales es tan importante como el de los hombres. ¿Qué brechas de desigualdad enfrentan las mujeres rurales jóvenes? Las mujeres rurales jóvenes son un colectivo marcado por “desigualdades entrecruzadas”, es decir, por la existencia de diferentes brechas que se intersectan entre sí, generando una situación de desventaja respecto a otros colectivos. Son cinco las brechas que consideramos determinan la situación de las mujeres rurales jóvenes en el continente: • Brecha de género: que separa a las mujeres rurales jóvenes de los hombres rurales de su misma generación. • Brecha de lugar de residencia: que separa a las mujeres rurales jóvenes de sus contemporáneas urbanas. • Brecha generacional: que separa a las mujeres rurales jóvenes de sus abuelas y madres rurales. • Brecha de pobreza: que diferencia a las mujeres rurales jóvenes que viven en un hogar en situación de pobreza de aquellas que viven en hogares no pobres. • Brecha de pertenencia étnica: que distingue a las mujeres rurales jóvenes indígenas de las no indígenas. Estas brechas afectan directamente la “capacidad de hacer” de las mujeres rurales jóvenes. Esta capacidad de hacer la podemos descomponer en las siguientes competencias: competencia técnica (manejo de las habilidades necesarias para hacer algo), competencia legal (existencia de un marco legal que permita hacer algo) y competencia subjetiva (capacidad del sujeto para percibirse con derecho y habilidad para hacer algo). Esto finalmente repercute en que ellas puedan tener una estrategia de vida autónoma. ¿Cuáles son las brechas que afectan a las mujeres rurales jóvenes en Guatemala? En Guatemala, las mujeres representan el 51,3 por ciento de los 14,5 millones de habitantes. Dentro de este grupo, las mujeres jóvenes del área rural representan un poco más de 1,4 millones, es decir, cerca del 10 por ciento de la población total del país, un poco más del 19 por ciento de la población rural y el 26 por ciento de la población joven. Los principales hallazgos en torno a las brechas que afectan a las mujeres rurales jóvenes se encuentran en diferentes rubros:
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www.nuevastrenzas.org Años de escolaridad: las mujeres rurales jóvenes cuentan con menos años de escolaridad, concentrados generalmente en el nivel primario, en comparación a sus contemporáneas urbanas, que cuentan una educación más diversificada. Así también, los porcentajes más elevados de mujeres jóvenes que no han cursado ningún grado de escolaridad se concentra entre las mujeres rurales e indígenas. Sin embargo, se halla una reducción de la brecha de género, expresada, principalmente, en los años de escolaridad que reportan las mujeres jóvenes del área rural en relación con los hombres de esa misma área.
10,0
Gráfico 1
9,5 8,0
8,4
Años promedio de escolaridad de mujeres, según área geográfica.
7,4 6,5
6,0
5,8
4,5
4,9
4,4
4,0
2,1
2,0
Fuente: 0,0
14 a 17
18 a 25
Elaboración propia con datos de la ENCOVI 2011.
26 a 35
Edad Rural no indígena
Urbano
Rural indígena
Acceso a nuevas tecnologías: en el caso de la telefonía móvil, se encuentra que su alcance es menor en las mujeres rurales frente a las urbanas; así también este patrón se repite en comparación de las indígenas frente a las no indígenas. En el rubro de consumo de Internet, se halla nuevamente fuertes rezagos de las mujeres rurales frente a las urbanas y de sus contemporáneos rurales. La mayor población que consume Internet entre las mujeres rurales se ubica entre las de 18 a 25 años (30%), seguidas por las de 15 a 17 (25,4%) y luego por las de 26 a 29 (16,9%).
Estado civil y número de hijos: en comparación con las mujeres urbanas, se encuentra que las rurales presentan una tendencia de unión más temprana en todos los rangos de edad. Entre los factores que impulsan esta tendencia se encuentran la falta de oportunidades educativas, laborales y de acceso a información y educación en salud sexual y reproductiva. Respecto al tema de reproducción, las mujeres rurales tienen un mayor promedio de hijos que las urbanas. Dentro de las rurales, son las indígenas las que cuentan con un mayor número de hijos en comparación con las no indígenas.
Gráfico 2
4,0 3,7 3,1
3,0
2,6
1,4 1,0 0,0
2,0
1,7
2,0
1,0
Número promedio de hijos.
1,6
1,1
14 a 17
18 a 25 Edad
26 a 35
Urbano
Rural no indígena
Rural indígena
Fuente: Elaboración propia con datos de la ENCOVI 2011.
Nota: el promedio se calculó tomando en cuenta a las mujeres en los rangos de edad que habían reportado tener al menos un hijo.
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Salud materna: los vínculos de las mujeres rurales jóvenes con el sistema de salud son todavía escasos: sólo el 44 por ciento dentro de este grupo fueron atendidas en algún hospital, centro o posta de salud. Son, precisamente, las mujeres indígenas del área rural las que menos fueron atendidas en un hospital o centro de salud durante su último parto y,consecuentemente, en la mayoría de casos, tuvieron su último hijo en su propia casa lo que implica algunos riesgos para su salud y la de sus hijos. Sin embargo, se encuentran algunos avances en las mujeres jóvenes en el área rural, quienes están un poco mejor preparadas que sus madres y abuelas.
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www.nuevastrenzas.org Participación en la PEA: las mujeres rurales son las que tienen, aparentemente, menor participación en la Población Económicamente Activa (PEA). La principal actividad para las mujeres rurales indígenas radica en la agricultura o labores agrícolas. Esta labor no es remunerada por insertarse dentro de la dinámica de trabajo familiar. Por otro lado, en el caso de las no indígenas, se registra el comercio como actividad principal, lo que las asemeja más a las dinámicas de las mujeres urbanas. Entre otras situaciones, se registra otro problema dentro del sector agrícola, ya que si bien la gran mayoría de mujeres rurales jóvenes trabajan en parcelas, pocas son propietarias de la tierra. Participación ciudadana: en este rubro se registran avances importantes en lo que se refiere a la extensión de los sistemas de documentación personal.Por otro lado, el ejercicio mismo de la ciudadanía a través del voto, ha registrado un incremento del número de mujeres rurales que ejercen su participación ciudadana. Sin embargo, se encuentra que su ejercicio está limitado por barreras de género, particularmente debido a la división sexual del trabajo que condiciona la participación social y política femenina a los compromisos del cuidado del hogar. Pobreza: las mujeres rurales jóvenes son las que registran mayores índices de pobreza en todo el país. La diferencia respecto a las urbanas es significativa. Sin embargo, en comparación a los hombres rurales contemporáneos, los niveles son bastante similares. Asimismo, dentro de las mujeres rurales, las no indígenas obtienen menores índices de pobreza frente a las indígenas. Distribución de la población femenina por niveles de pobreza, rangos de edad y área geográfica (%)
Indígenas
No Indígenas
100,0
100,0 17,8
19,7
21,0
80,0
80,0
60,0 40,0 20,0 0,0
39,9
40,7
45,1
44,3
46,6
44,4
60,0 54,7
55,8
53,6
27,5
24,5
25,3
14 a 17
18 a 25
26 a 35
Pobreza extrema
Pobreza no extrema
40,0 20,0 0,0
No Pobre
15,8
12,7
10,5
14 a 17
18 a 25
26 a 35
Pobreza extrema
Pobreza no extrema
No Pobre
Fuente: elaboración propia con datos de la ENCOVI 2011.
Conclusiones Ciertamente, se ha observado un cambio generacional en el área rural, definido principalmente por una mejor cobertura en educación, el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), infraestructura vial y la presencia de instituciones que promueven la igualdad de derechos. Sin embargo, esta situación no permite transformar las estructuras que permean las relaciones de género, cuyo resultado se manifiesta en la pobreza y marginalidad de las mujeres del área rural. A pesar de las brechas de género, se encuentra una brecha más grande entre el ámbito rural-urbano, manifestadas en el acceso a educación, calidad del empleo y acceso a las TIC. De este modo, esta situación permite reconocer que las políticas públicas aplicadas han privilegiado la inversión en sectores urbanos, limitando las oportunidades para la población rural, lo cual ha afectado más a las mujeres. Se encuentra que esta situación se agudiza debido a las construcciones sociales históricamente arraigadas, que asignan y valoran de manera diferenciada las funciones y significados de “ser mujer” y/o “ser hombre”. En medio de esta complejidad que ha obstruido el desarrollo de las mujeres del área rural, se muestran transformaciones esperanzadoras promovidas principalmente desde la educación.
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