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ESCUELA NUEVA
Relato
Tomado de “el bardo” Adaptación de Silvia Montepeque
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Pasaron las vacaciones y otra vez nerviosa sensación del miedo inexplicable a lo desconocido. Pero esta vez bastante más justificada porque se trata del primer día de secundaria, con escuela nueva, amigos nuevos, profesores nuevos y menos cariñosos, coordinadores de aspecto indescriptiblemente serio. Ojalá sean mujeres que con ellas me llevo mejor. Tratan a los de primer ingreso como si fueran sus dulces hijos, es más, hasta nos dicen “mijo o mija” cuando nos hablan o nos quieren persuadir para que les hagamos caso. Además, aulas, escritorios y hasta tienda desconocida, ¿qué venderán? ¿Cómo no va a estar mi abuela presente y dando los últimos retoques de maquillaje al nieto ante ese evento sin igual? Aún en la puerta y con una mochila gris “más formal”. Como dice mi mamá porque ni modo que me siga llevando la de Madagascar que tanto me gustaba ahora que soy grande; mi abuela insiste en acomodarme el suéter y arreglarme el cuello de “la polo”, porque ahora es la moda.
A todos los establecimientos les dio por poner el pantalón azul y lo único que nos diferencia son las rayitas del cuello de la polo y el monograma. ¡vaya¡, que gran diferencia¡
Ya es la tercera vez que me arreglan y cada quien hala o estira mi ropa. Parece que no se ponen de acuerdo. Y yo, mejor me hago el loco, ¡total! no sé qué arreglos personales se hacen dónde voy a estudiar.
Mientras la abuela le pasa la última cepillada de despedida al suéter nuevo, salgo decidido a la parada de bus número cinco, máquina viviente que será mi confidente mecánico de todos los triunfos y fracasos que me esperan.
Menos mal que dejan que me vaya solo a la parada que queda casi en frente de mi
casa, no sin antes hacerme acompañar de todos los santos y ángeles del cielo y gritarme:
-¡ay te fijas que sea el número cinco y que tenga el nombre escrito! ¡El señor se llama Fernando!
Son las 5:30 cuando pasa el bus, soy el segundo en subir. Aparte de nosotros solo va la monitora que apenas saluda y don Fernando.
-¿Vos sos el nuevo, verdad? –me pregunta. Y sin dejarme contestar dice: - Sentate donde querrás que todavía no han asignado lugares.
Apenas conocía el edificio, solamente había estado una vez cuando mi mamá me llevó a inscribirme hace un par de meses y no estaba seguro ni de cuál era la puerta de entrada, aunque por lo visto en el frente había una sola bien grande.
Me mezclo entre la multitud del alumnado y sigo a quienes parecen de mi edad (se diferencian de los de primaria porque ya no traen lonchera de muñequitos) y sigo la flecha que dice “Secundaria”. Al leerla parece como si se me congelara el estómago. Miro alrededor y nada, no hay caso, ninguna cara conocida. Entro en silencio con la vista baja tratando de ubicarme en un lugar inadvertido cuando la voz grave del coordinador (lo sé porque aquí todas las autoridades traen una plaquita con su nombre y su cargo, como para que nunca lo olvidemos) anuncia:
-Los estudiantes de primero, por favor se forman acá.
Con la mano señala una línea imaginaria donde se van agrupando otros púberes nerviosos como yo. Hay quienes parecen que no es la primera vez que están aquí, se les nota por la confianza con que se tratan, sobre todo las mujeres que se abrazan como si tuvieran años de no verse y solo han pasado de dos meses.
Hay unos patojos y patojas muy grandes también, se comportan de manera diferente, se ven más seguros y serios, creo que son de bachillerato. Se acomodan en un lugar que parece elegido por ellos y aparentemente nadie se anima a contradecirlos.
Una patoja le dice a la otra: -Mira a los de primero, ¡qué lindos!
Pasa un breve pero solemne discurso que no escuché y enseguida entramos a un aula que curiosamente tenia pupitres individuales, con banco y mesa unidos formando una sola pieza.
Nos sentamos y un pecoso rubio se pone casualmente a mi lado. -Hola soy José Luis pero me podes decir “wicho”, ¿vos cómo te llamas? No sé cómo hace este para reírse en este momento de tensa espera. Me presento y comenzamos una charla que se cortaría de inmediato, cuando vemos entrar al coordinador con traje y corbata. -Buenos días jóvenes. Les presento a la facilitadora de geografía, la señora……. El ruido de los 60 saludos a la vez no me deja escuchar el apellido. Pero detrás de la figura del coordinador aparece una señora bastante joven que nos saluda apenas, acomoda unos libros en el escritorio del frente y sin dar tiempo a ninguna reacción comienza una clase con mapas. Pasan las horas pasan más facilitadores, pasa el impacto inicial y termina el primer día de clases. Mucho menos del medio día, tomo el número cinco de regreso. Si no es por el rubio pecoso que se presentó al inicio, creo que hubiera pasado todo el día como turista solitario en una gran ciudad. Él se encargó de darme todo el tour respectivo para que conociera todas las dependencias esenciales: cuáles son los baños que están más limpios y desde cuales se escuchan las conversaciones de las mujeres; que cosas son buenas en la tienda, por donde puedo correr y por donde debo caminar sin hacer ruido. También me enseño con quienes debo juntarme y con quienes no, así como la forma en que debo tratar a los facilitadores “enojados”, además de los lugares secretos y de las cosas que debo de decir cuando me encuentre en problemas. 0Llego a casa, es tarde pero todavía hay tiempo para contarle a mi curiosa mamá las novedades de las nuevas circunstancias. Me siento más tranquilo. Pasó lo peor. ¿Qué estará haciendo Walter, mi amigo de la colonia que entro a otra secundaria? Voy a buscarlo.
Este Walter no cambia me cuenta sus novedades, ya se las sabe todas. Parece que le fue mejor que a mí porque hasta trae los teléfonos de las compañeras y ya está texteando con ellas. Hay cosas de Walter que quisiera aprender pero otras me dan miedo. Pasan los días y de a poco aparecen los amigos nuevos, materias nuevas, notas variadas y partidos de futbol. El horario es más largo que el dela año pasado y siento que la mayoría de mi tiempo lo paso en actividades escolares. Si no son las normales, son especiales, extra aula, extracurriculares, entre otras. De vez en cuando pensar en alguna patoja que me gusta me absorbe el tiempo, pues en primero de secundaria las posibilidades para un patojo como yo, menudo, delgado y tímido no son muchas. Mientras tanto, estoy aprendiendo de los mayores, estoy descubriendo otro mundo, otras formas de comportarme, sobre todo en las fiestas. Pero a pesar de todo, Walter y los amigos del barrio están ahí. Siempre hay tiempo para las chamuscas de la calle, juntarnos en la tienda y escaparnos los fines de semana a algún parque o a los cines de los centros comerciales, alejados de nuestros padres.
DURANTE LA LECTURA
Revisa el esquema que llenaste antes de leer y responde: ¿Identifiqué bien qué tipo de texto era? ________________________________________________________________ ________________________________________________________________ ¿Adiviné de qué trataría el relato? ¿Por qué?________________________________________________________ ________________________________________________________________ ________________________________________________________________ ________________________________________________________________ ¿La forma en que leí el relato me pareció adecuado y por qué? _____________________________________________________ ________________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______ _______________________________________________
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COMPRENSIÓN LECTORA
A. Encuentra la idea principal en cada párrafo
La idea principal es el asunto del que tratan todas o la mayoría de las partes de un texto. Generalmente se explica con pocas palabras y sin llegar a formar una oración completa. Para identificar la idea de un párrafo realízate esta pregunta: ¿de qué trata? Lee cada párrafo y subraya la idea dentro de las tres opciones. Observa el ejemplo. 0. Ya es la tercera vez que me arreglan y cada quien hala o estira mi ropa. Parece que no se pone de acuerdo. Y yo, mejor me hago el loco, ¡total! no sé qué arreglos personales se hacen dónde voy a estudiar. El tema es: a) Cómo me estiran y me halan. b) Cómo me hacen los arreglos personales. c) Cómo me hago el loco. 1. Este Walter no cambia me cuenta sus novedades, ya se las sabe todas. Parece que le fue mejor que a mí porque hasta trae los teléfonos de las compañeras y ya está texteando con ellas. El tema es: a) Walter ya está texteando. b) Los teléfonos de las compañeras. c) Walter y su experiencia. 2. Pero a pesar de todo, Walter y los amigos del barrio están ahí. Siempre hay tiempo para las chamuscas de la calle, juntarnos en la tienda y escaparnos los fines de semana a algún parque o a los cines de los centros comerciales, alejados de nuestros padres. El tema es: a) Lo que hacemos con Walter y los amigos. b) Al protagonista le gustan las chamuscas y el cine. c) El alejamiento de los padres. 3. Hay unos patojos y patojas muy grandes también, se comportan de manera diferente, se ven más seguros y serios, creo que son de
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bachillerato. Se acomodan en un lugar que parece elegido por ellos y aparentemente nadie se anima a contradecirlos. a) Cómo se comportan los de bachillerato. b) Los patojos y las patojas grandes se ven más seguros. c) La libertad de los grandes.
B. Utiliza sinónimos
A continuación encontrarás párrafos del texto con palabras destacadas.
Reemplázalas con otras que tengan similar significado. Fíjate en el ejemplo:
0. Tratan a los de primero como si fueran sus dulces hijos, es más, hasta nos dicen “mijo o mija” cuando nos hablan o nos quieren (persuadir) ___convencer___ para que les hagamos caso.
1. -¿Vos sos el nuevo, verdad? –me pregunta. Y sin dejarme contestar dice: -Siéntate donde quieras que todavía no han asignado _________________ lugares.
2. Con la mano señala una línea imaginaria donde se van agrupando otros púberes ______________________ nerviosos como yo.
3. Entro en silencio con la vista baja tratando de ubicarme en algún lugar para pasar inadvertido __________________________________.
4. No sé cómo hace este para reírse en este momento de tensa ________________________ espera.
5. Hay también unos patojos y patojas _____________________________________ muy grandes, se comportan de manera diferente, se ven más seguros y serios, creo que son de bachillerato.
C. Realiza conexiones: “El texto y yo”
Relacionar lo que leemos, con nuestra vida, es de mucha utilidad para comprender textos. Darnos cuenta de esta relación le da sentido a lo que leemos.
Identifica tres situaciones de la lectura según se te indica y establece relaciones con algo que te ha sucedido. Observa el ejemplo:
Situación familiar del texto Me recuerda cuando yo………
Situación familiar del texto Me recuerda cuando yo………
“dejan que me vaya solo a la parada que queda casi en frente de mi casa, no sin antes hacerme acompañar de todos los santos y ángeles del cielo”
¿Cómo no va a estar mi abuela presente y dando los últimos retoques de maquillaje al nieto ante ese evento sin igual?
Situación familiar del texto Me recuerda cuando yo………
Situación familiar del texto Me recuerda cuando yo………
Pasa un breve pero solemne discurso que no escuché y enseguida entramos en el aula
Pero a pesar de todo, Walter y los amigos del barrio están ahí