![](https://assets.isu.pub/document-structure/211115001546-5aaf17d22dff8d76add5aaf2d4709e72/v1/23b2f958ea95b8d051765d9660e4d3eb.jpeg?width=720&quality=85%2C50)
7 minute read
LA ISLA DEL Dr. MOREAU
LA ISLA DEL Dr. MOREAU H.G Wells
Durante las primeras semanas de soledad, las bestias respetaron las costumbres establecidas por la ley y se comportaron con moderación. (…) Fue hacia mayo que empecé a detectar cambios evidentes en su forma de hablar y de moverse, una mayor dificultad de articulación, un creciente desinterés por el lenguaje. El parloteo del hombre mono era más intenso que nunca, pero resultaba cada vez más incomprensible más simiesco. Algunos parecían estar perdiendo la facultad del habla, aunque comprendían lo que les decía. (…)Además, empezaban a tener serias dificultades para caminar erguidos. Aunque era evidente que les provocaba mucha vergüenza, de vez en cuando sorprendía a alguno corriendo a cuatro patas, incapaces de recobrar la posición vertical.
Advertisement
Sujetaban las cosas con mayor torpeza, bebían directamente con la boca, roían la comida y se mostraban cada día más zafios. Entendí mejor que nunca lo que Moreau me había dicho sobre la “obstinada carne de las bestias”. Estaban regresando rápidamente a su estado primitivo. (…) Era evidente que la ley se debilitaba a nuestra vista. (…). Mi hombre perro se estaba transformando en perro a secas; poco a poco se fue volviendo más estúpido, más cuadrúpedo y más peludo. Apenas advertí la transformación de compañero fiel a perro furtivo. A medida que crecía la negligencia y la desorganización, el camino de las cabañas, ya de por sí desagradable, se me hizo tan repugnante que tuve que abandonarlo y, atravesando otra vez la isla, me construí un cobertizo de ramas entre las negras ruinas del recinto de Moreau. El recuerdo del dolor que allí había padecido hacía de aquel un lugar seguro para esconderse de los monstruos.
![](https://assets.isu.pub/document-structure/211115001546-5aaf17d22dff8d76add5aaf2d4709e72/v1/4ffd68d51b42ecf43e94e1577e337209.jpeg?width=720&quality=85%2C50)
![](https://assets.isu.pub/document-structure/211115001546-5aaf17d22dff8d76add5aaf2d4709e72/v1/b31767f2e2b7642fd2a6b36c3931bef9.jpeg?width=720&quality=85%2C50)
![](https://assets.isu.pub/document-structure/211115001546-5aaf17d22dff8d76add5aaf2d4709e72/v1/d9f9c1f1b604ba1c9857a749b4d72f6d.jpeg?width=720&quality=85%2C50)
![](https://assets.isu.pub/document-structure/211115001546-5aaf17d22dff8d76add5aaf2d4709e72/v1/66ded030d8c82825cf1d71c2d7ca0da4.jpeg?width=720&quality=85%2C50)
Sería imposible detallar paso a paso la degeneración de los Monstruos: contar como perdían día a día los rasgos humanos, como se deshacían de sus trapos y sus vendas hasta prescindir por DURANTE LA LECTURA completo de su ropa, como empezaba a extenderse el pelo por sus extremidades desnudas, como se les hundía la frente y se les alargaba la cara. El solo recuerdo de la intimidad casi humana que había tenido con alguno de ellos durante el primer mes de mi soledad me espanta. La transformación se produjo de manera más lenta e imparable. No fue una conmoción ni para ellos ni para mí. Pero empecé a temer que la conmoción se produjese en cualquier momento. Mi San Bernardo me siguió hasta el recinto, y su vigilancia a veces me permitía dormir casi en paz. El perezoso rosado se volvió asustadizo y regreso a su medio natural en medio de las ramas de los árboles. Nuestro estado de equilibrio era el mismo que el que quedaría en una de esas jaulas llenas de animales diversos que exhiben los domadores, si el domador las abandonara para siempre. Pero estas criaturas no degeneraron en bestias como el lector habrá visto en los zoológicos, es decir, en vulgares osos, tigres, bueyes, cerdos o monos. Seguía habiendo algo extraño en su naturaleza; en cada uno de e l l Elige diez palabras al azar, luego encuentra su sinónimo y su o antónimo. s Con las palabras que elegiste forma cinco nuevas oraciones. M o reau había mezclado un animal con otro: Uno tenía principalmente rasgos osunos, otros felinos, el de más allá bovinos, pero cada cual estaba contaminado por otras criaturas, y una especie de animalismo generalizado surgía bajo sus caracteres específicos. Todavía me sorprendían ciertos rasgos humanos, como la recuperación
![](https://assets.isu.pub/document-structure/211115001546-5aaf17d22dff8d76add5aaf2d4709e72/v1/cfaaa0df00f2589ac688338c53e133f3.jpeg?width=720&quality=85%2C50)
momentánea del lenguaje hablado, la inesperada habilidad de las patas delanteras o algún penoso intento de caminar erguidos. (…) Por extraño que parezca, mi regreso a la civilización en lugar de proporcionarme la confianza y la tranquilidad que yo esperaba, acrecentó la inseguridad y el temor que yo había experimentado durante mi estancia en la isla. (…) Tal vez se me había pegado algo de la ferocidad de mis compañeros. Dicen que el terror es una enfermedad; sea como fuere, puedo dar fe de que, desde ya hace varios años se ha apoderado de mí el desasosiego; un desasosiego comparable al de un cachorro de león a medio domesticar. Mi trastorno adquirió una forma muy extraña. No lograba quítame de la cabeza la idea de que los hombres y las mujeres que conocía eran otros monstruos pasablemente humanos, animales con forma de persona, y que en cualquier momento podían empezar a transformarse, a mostrar este o aquel síntoma de su naturaleza bestial. (…) Aunque supongo que el terror de la isla no me abandonara nunca, a veces se oculta en lo más recóndito de mi mente: una nube lejana, un recuerdo, una leve desconfianza; pero hay momentos en que la nubecilla se extiende y oscurece el cielo por completo.
Entonces miro a la gente que me rodea y el miedo se apodera de mí. (…) Siento que el animal se apodera de ellos, que en cualquier momento la degradación de los isleños va a reproducirse a gran escala. Sé que todo es una ilusión, que esos hombres y mujeres son seres perfectamente normales, llenos de sentimientos humanos y de ternura, libres del instinto, en lugar de esclavos de una fantástica Ley: seres diametralmente opuestos a los monstruos. Sin embargo me asusta su presencia, sus miradas curiosas, sus preguntas y su insistencia, y ansío estar a solas, lejos de ellos. Por esta razón vivo cerca del campo, y puedo refugiarme en él cuando en esa sombra se cierne sobre mi alma. Que agradable resulta entonces el campo solitario, bajo las nubes llevadas por el viento. Cuando vivía en Londres, el terror era casi insoportable. No podía olvidarme de la gente: sus voces entran por las
![](https://assets.isu.pub/document-structure/211115001546-5aaf17d22dff8d76add5aaf2d4709e72/v1/58424914d766f3e8c951dcc320b92277.jpeg?width=720&quality=85%2C50)
ventanas, las puertas eran una endeble protección. (…) Ni yo mismo parecía un ser normal, sino un animal atormentado que quisiera vagar para calmar algún trastorno del cerebro, como una oveja enferma.
DESPUÉS de LA LECTURA
![](https://assets.isu.pub/document-structure/211115001546-5aaf17d22dff8d76add5aaf2d4709e72/v1/54afdf1a71ddae8b27d3a26ce82cf05d.jpeg?width=720&quality=85%2C50)
COMPRENSIÓN LECTORA
A. ORGANIZAR EL TEXTO EN ORDEN
CRONOLÓGICO
El orden de las acciones en un relato es de gran importancia para la comprensión lectora. Reconocer el orden de los hechos ayuda a identificar el momento en el que se inicia el conflicto (o nudo) en la historia, los sucesos posteriores y su desenlace. Para ello, el lector deberá identificar el momento en el que la situación inicial pasa a ser una situación de conflicto y en qué momento se desarrollan los hechos hasta su desenlace. a) Escribe, en los espacios, una o dos ideas que describan las cuatro secuencias en las que se estructura la lectura.
![](https://assets.isu.pub/document-structure/211115001546-5aaf17d22dff8d76add5aaf2d4709e72/v1/c4f4bb5b87e25e57eb409b576fa3dd7a.jpeg?width=720&quality=85%2C50)
Inicio Conflicto Desarrollo Desenlace
B. RELACIONA LA INFORMACIÓN DEL TEXTO CON SU REALIDAD
Esta estrategia anima al lector a comparar la historia leída con su realidad, lo que le permite contrastar la representación mental del texto con sus conocimientos o creencias. Para ello es necesario tomar algunas ideas del texto y contrastarlas con la aplicación de normas o criterios morales o estéticos. A. Lee la siguiente afirmación sobre la ética. Luego relaciona los experimentos del Dr. Moreau con alguna experiencia que hayas vivido, leído u oído en la que no se tomaron en cuenta los derechos de otros
La ética se fundamenta en los derechos básicos de las personas.
Respetar los valores y deseos de otros es un deber humano.
C. DISTINGUIR EL TEMA DE UN TEXTO
El tema es básicamente de lo que trata un relato; el núcleo en torno al cual gira toda la historia. En los textos literarios suele presentarse de forma implícita, es decir, a lo largo de los sucesos que, de alguna u otra manera, transforman a los personajes del relato. A. Subraya la opción correcta. ¿Qué aprende el narrador en la isla? a) A defenderse de los animales b) La oscuridad de la naturaleza humana c) A no aceptar ese tipo de trabajos d) La desconfianza en si mismo
¿Cuál es el conflicto en el narrador? a) El entusiasmo en la naturaleza b) La maldad del ser humano c) La angustia que le despiertan las personas c) La amnesia