11 minute read

LA LECCIÓN DEL GATO DE MONTE

LA LECCIÓN DEL GATO DE MONTE Aquellos esposos se asustaron mucho. Regresaban del pueblo cansados porque habían estado vendiendo en la plaza. Iban en silencio por el camino pedregoso que les llevaba a su casa, cuando oyeron un maullido como de un animal hambriento. ¡Miuauuu! ¡miauuu!, se oía.

Trataron de ver qué animal era el que maullaba, pero no lograron divisarlo. El marido buscó un palo para defenderse, porque pensó que iba a atacarlos. La mujer corrió a esconderse detrás de unas rocas en la sombra de los árboles.

Advertisement

Palo en mano, el hombre fue en busca del animal, pero éste apareció de pronto asomando la cabeza entre las rocas ante la pobre mujer que casi se muere del susto. Era una especie de gato que la miraba enfurecida con sus ojos amarillos.

-¡Ayuda! -grito la mujer- ¡ayuda!

El marido corrió a auxiliar a su esposa. Rápidamente la tomó del brazo y la puso a resguardo en medio del camino, luego regresó a donde había quedado el animal. Como vio que estaba atrapado entre las rocas, se tranquilizó, volvió con su esposa y ambos prosiguieron su camino.

Iban atemorizados, comentando la aventura que había vivido y lamentándose de los peligros que encontraban cuando tenían que bajar al pueblo el día de mercado, porque aquella era una región muy agreste.

Caminando, caminando se encontraron con un joven y quisieron alertarlo.

Joven, joven -llamaron los esposos-. Tenga cuidado porque hay una fiera que parece muy hambrienta. Estuvimos a punto de que nos atacara… Por eso vamos tan aprisa… -Muchas gracias por avisarme -les dijo el muchacho-. ¿Pudieron ver el animal?

-Sí, es una especie de gato salvaje -explicaron los esposos-. Está entre unas rocas que va a encontrar a la orilla del camino, a unas pocas leguas de aquí… El muchacho agradeció de nuevo a la pareja y siguió su camino alerta para lo que pudieran suceder. Cuando iba llegando al punto que le había indicado los esposos, oyó el maullido. “¡Es el gato!”, pensó y recogió un palo por si tenía que defenderse del animal.

Sintió miedo porque los maullidos eran cada vez más agudos y cuando diviso las rocas corrió pasando rápidamente frente a ellas para evitar al animal.

Sin embargo, se detuvo después de un corto trecho y pensó: “No es esta bien lo que he hecho. Estoy huyendo de un animal que tal vez pueda servirme para algo”. Entonces regreso lentamente hasta las rocas de donde provenían los maullidos.

Esforzándose por vencer su temor, el muchacho se acercó despacito al animal: efectivamente era una especie de gato de ojos brillantes que estaba atrapado entre las rocas. Solamente asomaba la cabeza, pero parecía furioso. El muchacho quiso salir corriendo de nuevo, pero se controló y se quedó allí viendo a la fiera. Cuando el gato lo vio le dijo:

-Joven, joven, ayúdame. ¡Sácame de este lugar en el que he quedado atrapado!

-¿Quién eres? –pregunto el muchacho.

El animal no respondió, pero siguió pidiéndole al joven que lo liberara.

-Llevo mucho tiempo atrapado- le decía- ya estoy aburrido de estar aquí. Por favor sácame…, por favor sácame… El muchacho dudaba, porque ¿Quién podría garantizarle que el gato no lo atacaría si lo liberara? Entonces comenzó a retroceder de espaldas sin quitarle la vista al animal. Tenía la intención de salir corriendo, pero la fiera seguía suplicándole que la sacara de su prisión.

-Por favor, por favor –decía el gato-. ¿No ves que ya estoy harto de estar aquí?

-Si me sacas –agrego tímidamente-, veras que tengo algo muy bueno preparado especialmente para ti… Al oír esto el muchacho se detuvo y le pregunto.

-¿Qué es lo que me darías a cambio de liberarte?

-Muchas, muchas cosas. Más de lo que puedas imaginarte –dijo el gato.

-Está bien- se decidió el muchacho ilusionado por el ofrecimiento-. Voy a liberarte. Espero que seas agradecido y no me ataques. Sería el colmo que me lastimaras después que te saque de allí.

-No tengas pena –dijo el animal-. Yo sería incapaz de hacerle daño a quien me ayuda… confía en mí, sino lo haces mátame mejor… o vete de aquí y déjame mejor, ya llegará alguien más que valore mis ofrecimientos… entonces veras si digo la

verdad, sin quien me ayuda sufre o es feliz gracias a su bondad… -No –dijo el muchacho ya decidido-, espera un poco voy a liberarte.

Entonces fue por unos palos macizos para usarlos como palanca. Levanto las rocas que apresaban al animal y este salió: era un gato de monte.

El muchacho quedo paralizado porque el animal era grande, tenía las pezuñas largas y la presencia amenazante. Era de color café sus dientes estaban afilados y lucia unos grandes bigotes.

Sin embargo a pesar de su fiero aspecto, le hablo amigablemente.

-Joven- le dijo has hecho una buena obra. No estés asustado no te hare daño. Si necesitas algo pídemelo, y yo te lo daré.

-Gato –respondió el joven- no te preocupes, te libere porque quise hacerlo, no debes darme nada a cambio.

Diciendo esto, reemprendió su camino y se dirigió al pueblo, había caminado un trecho cuando se dio cuenta que el gato lo seguía. Pensó ¡que aburrido! Este gato me estorba. “entonces recogió piedrecitas del camino y quiso ahuyentar al animal lanzándoselas para que se fuera a otra parte pero el gato insistían en seguirlo. En realidad tomo a broma lo que hacía y comenzó a jugar con él esquivando las piedrecitas y corriendo una y otra vez a su lado.

Cuando divisaron las primeras casas de aquel poblado, el gato se convirtió de pronto en un lindo perrito. El muchacho no salía del asombro y no se explicaba cómo había sucedido tal encantamiento. Pese a sentir un gran susto siguió caminando hacia el centro del pueblo seguido por aquel perrito que parecía manso y movía graciosamente las orejas y la cola.

Mientras avanzaba en su camino, el muchacho se dio cuenta de que los vecinos de aquel poblado veían con simpatía al perrito. Algunas personas fueron acercándose y le hablaron.

-Joven –le pidieron-, véndanos el animalito. Le daremos lo que pida porque nos gusta mucho.

DURANTE LA LECTURA

 Subraya las palabras de las cuales no conozcas el significado y elabora un glosario en forma alfabética

-Se lo vendo- -respondió el muchacho- si me dan cinco piezas de plata.

-Yo les doy seis –dijo un hombre.

Encantado, el joven le entrego el perrito y se embolso las seis monedas de plata. Después se marchó muy contento, salió del pueblo y llegó a una aldea vecina, donde se dedicó a comprar comida con el dinero que había ganado.

El hombre que había comprado el perrito llego muy contento a su casa y llamo a su familia para que viera al animalito. Preparo un poco de atol de masa para que se alimentara, pero cuando se acercó al animal se llevó un gran susto: en lugar del tierno perrito que había comprado, hallo echado un perro viejo.

-¡No puede ser! –Exclamo el hombre-. Ese muchacho me ha timado.

Trato de que el perro se pusiera de pie, pero al verlo se dio cuenta que ya estaba muerto.

-Va a pagarme caro ese timador. ¡Me ha engañado! –gritaba el hombre mientras se disponía a ir en busca del muchacho.

Ignorando lo que había sucedido, el joven termino de comer y se dispuso a seguir su camino cuando, de pronto, vio que el gato lo estaba siguiendo de nuevo. ¡”No puede ser! ¡Otra vez este gato impertinente! Se dijo y comenzó a maltratar al animal y a lanzarle piedrecitas para alejarlo.

-¿Por qué me maltratas, joven? –Pregunto el gato- ¿ya te olvidaste del bien que hiciste?

El muchacho se arrepintió, tomo el gato en sus brazos y le dio de comer.

Pasaron unos días y el dinero se acabó. El muchacho estaba malhumorado y sentía hambre. Entonces comenzó a maltratar otra vez al gato de monte. Iban caminando por una vereda que llevaba a un pueblo, cuando, de pronto, sin que el muchacho se diera cuenta, el gato se convirtió en un hermoso caballo. Al verlo, el muchacho se admiró muchísimo. Feliz lo monto y siguió su viaje cabalgando.

La gente de aquel poblado observo admirada el caballo. Algunas personas se acercaron y detuvieron al muchacho:

-Joven, véndanos este hermoso caballo –le pidieron.

-Con gusto se los vendo, si me dan a cambio lo que corresponde –respondía el muchacho.

Un hombre le ofrecía cien monedas de oro y el muchacho acepto. Se embolso el

dinero y se marchó muy contento.

El hombre llevo el caballo a su casa y fue a cortar un poco de zacate para darle de comer ¡Cual no sería su sorpresa! cuando llego con el alimento el caballo estaba echado y no se movía. Se acercó para examinarlo y vio que estaba muerto y que ya tenía gusanos.

-¡Me ha timado ese muchacho! –Exclamo lleno de ira- Voy a buscarlo para que me lo pague… Tomo su sombrero y su bastón y salió de su casa echando chispas en busca del muchacho.

Mientras tanto, este estaba muy tranquilo, comiendo en un comedor a orillas del camino gracias al dinero que había ganado. De pronto vio que el gato de monte se acercaba, lo llamo y quiso darle algo de comida. Sin embargo el gato no quiso probar bocado. Y se miraba inquieto a todos lados.

-¿Qué te pasa, gato? Le pregunto el muchacho un poco alarmado.

¡Hay, joven! Sugiero que huyamos de aquí. Te están persiguiendo los hombres a los que vendiste el perro y el caballo.

-Pues, vamos corriendo –dijo el muchacho y ambos salieron rápidamente de aquel lugar.

Cuando ya estaban en la montaña, el joven comenzó a buscar tecomates. Cuando hubo reunido una gran cantidad, les coloco en una red y se encamino hacia un arroyo a cuyas orillas había muchos árboles. El gato de monte lo siguió mansamente, observando en silencio todos lo que hacía. Entonces, el muchacho fue colocando los tecomates en las ramas de los árboles.

-Quiero pedirte un favor, gato –pidió-, invoca al querido viento para que venga hacia los tecomates. Pero necesito un viento fuerte.

-Está bien –accedió el gatito y llamo el viento.

“¡Jum, jum, jum!, se oyó el viento entre los árboles. “¡Jum, jum, jum! De pronto, los tecomates comenzaron a resonar. “¡Uuuuu, Uuuuu!” y el eco repetía “¡Uuuu uuuuu!” todo el lugar se llenó de este sonido. ¡Parecía un gran rebaño de vacas!

-Necesito un nuevo favor –le dijo el muchacho al gato de monte-. Quisiera que te

transformaras en una enorme vaca y echaras a la orilla del camino.

El gato de monte se le quedo viendo se le quedo viendo un rato de la cabeza a los pies, pero finalmente le dijo que le daría gusto. Se convirtió en una gran vaca negra con manchas blancas y se echó sobre la hierba.

En estas estaban, cuando llegaron tres hombres y le preguntaron al muchacho que andaban haciendo por allí.

-No lo ven –les dijo el joven-. Estoy cuidando mi rebaño.

-¿Tienes muchas vacas? –le preguntaron.

-Muchísimas y todas tan hermosas como las puedes ver aquí. ¿No las oyen? –dijo el muchacho aprovechándose que el viento estaba haciendo resonar los tecomates. Los hombres se admiraron mucho. Se pusieron a examinar a la vaca y quedaron satisfechos. De inmediato, quisieron comprar el rebaño. Comenzaron a regatear con el muchacho y finalmente llegaron a un acuerdo: le pagaría cincuenta piezas de oro y cincuenta de plata.

El muchacho se embolso el dinero y se marchó de aquel lugar, antes de que los hombres se dieran cuenta del engaño. Camino un trecho y, de pronto, el gato de monte de nuevo se le apareció. Encantado corrió a abrazarlo y quiso acariciarlo, pero el gato estaba huraño y no dejo que se acercara.

-¡Vamos gato! –exclamo el joven alegremente-. Juntos formamos un excelente equipo. ¡Vamos a seguir haciendo negocios!

Pero el gato de monte estaba muy molesto y le contesto mirándolo con sus ojos amarillos:

-Yo ya no sigo contigo. Deja de hacerle tanto daño a la gente. Ahora tienes enemigos que andan buscándote para cobrarse tus engaños. ¡A saber que vas a hacer para escapar de tus perseguidores! Yo hasta aquí llego contigo.

Por más que el joven trato de convencerlo, el gato de monte no se quedó con él. Escapó a la montaña dándole al muchacho una lección.

COMPRENSIÓN LECTORA

A. RECUPERACIÓN DE LA INFORMACIÓN

Responde por escrito las siguientes preguntas. Luego, analiza tus respuestas con el compañero de al lado.  ¿Por qué el gato de monte seguía al muchacho a todas partes?

…………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………………………………  ¿Cuál fue la lección que le dio el gato de monte al muchacho?

…………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………………………………  ¿Por qué perseguía tanta gente al muchacho?

…………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………………………………  ¿Qué asustó a la pareja que encontró al gato de monte?

B. SIGNIFICADO DE LAS PALABRAS

Escribe en la casilla del centro del organizador gráfico cada palabra que aparece en la lista. Luego, escribe el significado de las palabras, un sinónimo, un antónimo y una oración en la que uses la palabra.

Alerta fiero timar temor alarmado

Significado

Significado

Sinónimo

Oración Antónimo

Significado

Sinónimo

Oración Antónimo

Sinónimo

Oración

Significado

Sinónimo

Oración

Significado

Sinónimo

Oración Antónimo

Antónimo

Antónimo

C. CORRELACIÓN En el siguiente organizador gráfico escribe de principio a fin las aventuras que vivieron juntos el muchacho y el gato de monte.

1 2 3 4

This article is from: